Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Revoltoso por Kaulitz

[Reviews - 63]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No se me ocurria nada para el titulo...

Le puse solo "Lemon" en las advertencias, puesto que no creo que el Fic necesite más... solo es un "Creo" quizás más adelante...

Nada más que decir. Espero que les guste.

Un gusto que me lean. ^^

Disclaimer: los personajes públicamente reconocibles son propiedad de ellos mismos.

CAPITULO 1.

Un chico de ropas anchas corría camino al baño, dejando sus cortas rastas serpentear con el viento que les llegaba. Se había venido caminando de la escuela junto a Gustav, su mejor amigo, y al llegar a casa estaba que no aguantaba las ganas que tenia de mear.

Natalie, que venía también de la escuela, bufo. Otra vez el mocoso de su hermano entraba al baño antes que ella.

Tom oyó unos golpes al otro lado de la puerta y rio divertido. Esa es una de las pocas veces que le ganaba a la rara de su hermana.

—Ya salgo fea —anuncio Tom entre risas.

—Yo soy fea —canturreo divertida—, además eres una copia exacta de mi —contraataco Natalie.

—Yo no soy feo, soy sexy —aclaro guiñando un ojo a su reflejo en actitud juguetona. Su hermana, al otro lado de la puerta, se descojonaba de la risa.

—Como dije, eres una copia mía, por lo tanto señor “sexy”, yo también lo soy —En ese momento su hermano salió del baño—. Mucho más que tú —dijo Natalie entrando y cerrando la puerta detrás de ella.

Tom bufo sintiéndose perdedor, le había ganado la perdedora de su hermana. ¡En su propio juego! Bajo las escaleras con un solo pensamiento en mente. Se vengaría.

Aprovechando, vengaría también a su pequeña figura de acción, que Natalie rompió… hace un par de años y que nunca obtuvo su merecida venganza.

«¿Qué es lo que más odia Natalie?, piensa Tomi, piensa», por más que pensaba y pensaba, su mente infantil de quince años no le producía ninguna venganza satisfactoria.

Camino hacia la cocina, saludo a su madre, que abría una caja de lo que sería la cena de esa noche.

—¿Pizza de nuevo? —pregunto Tom al ver a su madre abriendo la caja que el repartidor había traído hace unos minutos, su madre lo miro entrecerrando los ojos.

—Agradece que no cocino, siempre reclamas —dijo mirándolo—. Sí quieres en la próxima cocinas tú —propuso sonriendo.

—Mami, sí tú cocinas… mal, yo cocino peor —dijo, evitando decir alguna grosería hacia la comida que prepara su madre.

—Eso hiere mi orgullo —dijo haciéndose la ofendida—. No lo hago tan mal.

Tom prefirió guardar silencio, no quería seguir dañando el orgullo de su madre.

***

No fue hasta después de la cena, que caminando hacia su habitación en el piso de arriba, vio a su hermana frente al computador de la sala. Se le ocurrió una buena venganza.

«Ella siempre deja su Facebook abierto», pensó sonriendo malicioso.

Ya lo tenía, lo haría mañana, hoy ya era tarde y corría el riesgo de ganar un regaño de Simone, que era bastante sobreprotectora.

Entraría al Facebook de Natalie y la haría pagar, ya después vería como hacerlo.

Luego de lavarse los dientes y ya con el pijama puesto, Tom se metió en su cama, y se dispuso a ver la televisión. Dejo un canal de dibujos animado.

—Tomi, mañana hay colegio y te quiero a la hora. ¿Cómo quieres que Alicia sea tu novia sí no eres responsable? —dijo Simone parada en el marco de la puerta, Tom hizo una mueca.

—¡Mamá, Ali es solo una amiga! —reclamo con el ceño fruncido.

—A mí no me engañas, sé que ella te gusta, además, es simpática, agradable y muy bien portada —alago Simone a su pequeña vecina.

Era una niña bien portada, perfecta para el primer amor de su pequeño Tomi.

—Pero es mandona, fea y se le caen los mocos. Además tiene trece, es muy chica —dijo tercamente.

Esa niña era de todo menos agradable, Tom no sabía el por qué Simone se empeñaba en juntarlos.

—Para el amor no hay límites, mi querido Tomi —dijo tiernamente—, apaga luego el televisor y te duermes —ordeno saliendo de la habitación—. Los niños de hoy en día. —Simone cierra la puerta susurrando entre dientes.

Simone sabía lo que hacía, solo quería que Tom fuera un buen hombre cuando creciera, y una novia agradable era lo que le faltaba.

—Crecen tan rápido. —Le brillaban los ojos.

***

A la mañana siguiente, Tom se despertó temprano; era viernes y tenía que levantarse a la escuela.

Se vistió y aseó rápidamente, estaba un poco atrasado y era posible que el bus escolar lo dejara abajo. Corrió escaleras abajo, encontrándose con su malvada hermana, se miraron fijamente a los ojos, notando la tensión en el aire. Ella sabía que ese mocoso que tenía por hermano se vengaría por —lo que ella creía— era una bobería, y él en su cabeza comenzó a maquinar desde ya su plan malévolo.

Tom siguió su camino a la cocina con sus ojos aún clavados en Natalie. Deseando desde ya llegar antes que ella de la escuela, lo que sabía, pasaría sí o sí, ya que él salía antes que ella de la escuela.

«Beneficios de ir a una escuela diferente», pensó con una sonrisa maliciosa.

Su madre se encontraba parada en la cocina, preparando lo que desde su posición parecían waffles.

—Hola mami —saludo con un beso en la mejilla, su madre le sonrió mientras seguía preparando el desayuno.

 —Hola Tomi. Siéntate a comer, mami preparo unos ricos waffles —dijo señalando una silla con la espátula.

Simone le sirvió unos waffles junto a un vaso con leche. Repitiendo la misma acción cuando llego su hija a comer. Viendo a sus dos hijos con el desayuno servido, se dispuso a comer ella también.

Al terminar de desayunar, Tom salió de la casa junto a Natalie, mirando al piso, no quería mirar a su hermana, sentía que sí lo hacía, esta descubriría su plan de venganza. Levanto la cabeza cuando la loca de su hermana comenzó a reír sola, la vio descojonarse de la risa a su lado y decidió seguir lo que ella miraba…

Su hermana era una perra. Al fondo de la calle se observaba la parte trasera del bus escolar, lo habían dejado abajo.

Sintió sus mejillas sonrojarse, y dio media vuelta resignado. Su hermana siguió el camino a la parada, ella se iba en otro bus.

—¡Mami, me dejo el bus! —aviso entrando a la casa—. ¡No puedo ir a la escuela, me iré a acostar! —intento pasar rápidamente hacia el segundo piso.

—Ah no, tú te vas conmigo —sentencio Simone—. No puedes perder un día de clases.

—Mamá, regreso a clases la otra semana —aclaro como sí su madre no lo supiera.

—Pero igual tienes que ir hoy —Tom no siguió insistiendo y prefirió subir al auto que lo llevaría directo a la escuela.

—¿Por qué no puedes llevarme siempre? —pregunto un poco enfurruñado.

—No podemos pagar la gasolina de todos esos viajes, Tomi—dijo calmadamente, como sí le hablara a un niño pequeño.

Tom guardo silencio en lo que resto del camino a la escuela, se sentía un poco mal por poner el tema del dinero —inconscientemente— sabiendo que a su madre ese tema la ponía triste.

***

Cuando llego la hora del almuerzo, Tom se pudo ir a su casa.

Se sintió un poco mejor, había estado todo el día un poco culpable por poner triste a su madre. Ella no era la culpable de no tener trabajo, era una buena secretaria. Pero renuncio al anterior trabajo porque su jefe se intentó pasar de listo, y su madre no era como esas secretarias calentonas de la telenovela que veía en las tardes junto a ella, que dejaban que el jefe la manoseara enteras por un ascenso en el trabajo… Tom estaba orgulloso de que su madre no hiciera algo tan bajo como un simple revolcón —como lo llamo ella misma en su momento— con el imbécil de su exjefe.

Llego al paradero del autobús escolar y luego de unos quince minutos, diviso al bus girando en una esquina de la calle. Subió cuando llego al paradero.

Al llegar, saludo a sus padres. Simone se encontraba arreglando la mesa y Gordon preparaba la comida, luego de un beso en la mejilla a cada uno subió las escaleras rápidamente para dejar su mochila.

Se miró la camiseta de segunda mano que traía puesta, se le había manchado con… en realidad no lo sabía. Tom bufo, tenía que cambiársela.

Cuando estuvo listo, bajo al piso inferior, sus pies dirigiéndose al comedor. Encuentra a sus padres sirviendo la comida.

Se sentó y espero a que sus padres se sentaran en la mesa para comenzar a comer. Comieron en silencio, cortado cuando Simone encendió el televisor para ver las telenovelas por la tarde, Tom como buen cotilla, puso atención.

Al terminar, ayudo a su madre a levantar los platos de la mesa y le ayudo a lavarlos. Luego se dirigió a la sala, específicamente a computador.

Sonrió malvadamente al sentarse. Pronto se dirigió al icono de “Google Chrome” luego entro en Facebook, que como creía, su hermana dejo abierto.

«Esa tonta siempre lo deja abierto, es tan estúpida», pensó con una sonrisa y mirada maliciosa.

La sonrisa se le congelo al instante en que la vio. Era una foto, de un tal “Bill Kaulitz” Tom supuso que era la foto de alguna novia o amiga.

—¿Verdad que es sexy? —pregunto su hermana detrás de él, Tom asintió atontado.

—Mucho. ¿Quién es? —pregunto mirando directamente la foto.

Su hermana rio divertida.

—Su nombre es Bill Kaulitz, será mi futuro esposo —Al terminar de decirlo, Tom cayó en la cuenta de dos cosas.

Su hermana ya había llegado y lo pillo mirando su Facebook. Al ver la hora se fijó que ya era tarde, se había entretenido con la telenovela y no se fijó en la hora.

La chica sexy de la foto era en realidad un chico… sexy, muy sexy. Su boca cayó al piso al reparar en su propio pensamiento.

Se fijó nuevamente en la foto, en realidad, su falta de pechos muy notoria, debía ser un estúpido por no darse cuenta. Pero bueno, eso no quita que sea sexy.

—¿Tu futuro esposo? —pregunto divertido—. Se ve demasiado sexy para limitarse a sur tu esposo. Pero parece de esos que todos evitan… ya sabes… ¿Es gay? —señalo, lo que él pensaba era algo obvio, Natalie rio.

—En realidad, no lo sé… es lo que se dice, un chico popular… ya sabes, esos que son difíciles de alcanzar, que tienen dinero hasta para regalar, ropa de marca… y que en las películas de secundaria se enamoran de la chica nerd —dijo pensativa—. Yo quiero ser esa chica nerd —sentencio, haciendo reír a su hermano.

—¿Por eso eres nerd? ¿Para qué se enamore de ti? —pregunto divertido.

—No, eso es natural —dijo guiñándole un ojo—. Ahora, señor ‘vergador’ sal de mi Facebook —ordeno con voz firme.

Tom, al ver que su venganza no había estado ni cerca, bufo y salió del Facebook de su hermana, con un solo pensamiento en mente.

Tenía que agregar a tan sexy hombre en sus amigos. Y eso fue lo primero que hiso, al abrir su Facebook, lo busco y lo agrego. Ahora a esperar a que acepte la solicitud.

***

No fue hasta la mañana siguiente, el sábado, que le llego la notificación, de que “Bill Kaulitz” había aceptado la solicitud de amistad. Tom no cabía en su alegría, él estaba conectado, su pequeño corazoncito latía aceleradamente, como si estuviera loco, sin saber el porqué.

Posiblemente porque por primera vez en su corta vida, tenía un amigo popular. Aún que sea solo de Facebook, sería la envidia de su hermana.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).