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Uno más por AChildMore

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Notas del capitulo:

Blah, bleh, Death Note no me pertenece, blaha, meh.

 

 

CAPÍTULO TRES

 

 

Aún no podía solicitar un auxiliar hasta que yo tuviera un grupo de chicos, tres niños no eran suficientes. Había ido a la oficina del director de educación especial para comentarle sobre hacer el grupo, y de paso, lo del auxiliar.

Ciertamente nunca imaginé que entrando a la oficina me hubiera soltado que tendría otros dos alumnos más, ¿Tendrá ojos en la espalda? En cierta forma era bueno, ya que me completarían los niños para hacer el grupo, pero por otra parte, ahora eran 5 niños a los que tendría que controlar. No tenía más opción que aceptar.

Esto no será bueno para Linda.

 

~o~

 

Según lo que pude ver, los gemelos provenían de Inglaterra, la madre había fallecido en un fatal incendio que fue provocado por una bomba de petróleo que había sido colocada en la rendija de la puerta, por donde pasaba el correo. El padre pudo rescatar a sus dos hijos, pero la esposa murió en llamas. Semanas después de los ocurrido, se encontró al hombre colgado en la cochera de su hermano enfrente de uno de los gemelos, Beyond. Los niños anduvieron deambulando de casa en casa de sus parientes, hasta que por fin, se quedaron a vivir con la hermana y el cuñado de su padre.

Beyond y Lawliet Birthday se presentaron tres días después con la plática con el director. Eran dos niños muy peculiares, ambos tenían la piel demasiado blanquecina, casi cadavérica, ¿Nunca saldrán al sol? El cabello revuelto y de un color azul grisáceo, y usaban la misma ropa, camisa blanca de mangas largas y unos jeans holgados. Sus ojos eran redondos y grandes, y debajo de ellos había unas ojeras sorprendentes, pero el color era lo único que los hacía diferentes, uno de color gris profundo y el otro de color rojo que jamás había visto en alguien.

Después de que el director y la tía de los niños salieran, di un largo suspiro y miré el reloj, los habían traído muy temprano. Los niños entraron muy tranquilos.

Les mostré a los niños dónde estaba el perchero para sus abrigos y cuáles eran sus lugares, y los puse uno junto al otro. Había preparado los trabajos que ellos iban a realizar durante el día. Beyond tomó la hoja de ejercicios, la estudio por unos cuantos momentos y luego tomó la de su gemelo. Lawliet permanecía muy quieto en su lugar, sentado encorvando su espalda y con un pulgar en su boca. Sonreí.

— ¿Incomodos? —pregunté—. Bien, para empezar, aquí se trabaja un poco diferente que en la mayoría de los salones en los que supongo, ustedes han estado, pero no es nada del otro mundo —empecé tratando de sonar confiable—. Cada quien tiene que permanecer es su lugar, y hacerse responsable de los trabajos que se les asignan. Yo estaré aquí para ayudarles con ellos, pero se habrán ocasiones en las que yo esté trabajando con otro niño, y tendrán que trabajar solos. Y cuando tengan problemas con algo, deberán saltárselo y esperar a que yo me desocupe para poderles ayudar, ¿vale?

Beyond miró la hoja y sonrió.

— Yo puedo resolverlo en un minuto —afirmó. Y después miró a su gemelo—. Y él también dice que puede, ¿Cierto?

Lawliet estaba sentado, viéndome fijamente con sus ojos enormes ojos, hasta podría decir que me incomodaba un poco.

Linda estaba embobada con él.

— Este niño va a ser mi novio —exclamó al entrar corriendo al salón y encontrar a Beyond y a Lawliet. Se acercó repentinamente al de ojos grises tocando sus narices—. ¿Quieres ser mi novio? ¿Quieres un dulce? Entonces, se mi novio y te daré el dulce.

Beyond apartó a Linda cuando vio la mirada del otro.

— ¡Oye! ¿Tú qué? —inquirió Linda.

— Dejalo en paz, no le gusta que lo toquen —respondió Beyond.

Linda, decepcionada, dio un puntapié a la pata de la mesa.

— No me agradas como cuñado.

Mikami se la pasó observándolos la gran parte de la mañana. Y después del almuerzo, comenzó a dar vueltas alrededor de la mesa de los dos niños nuevos. Daba vueltas y vueltas alrededor de la mesa, con aspecto de bestia asechando a su presa. Cuando pasaba por detrás de ellos, se quedaba quieto, y al momento enloquecía y comenzaba de nuevo a dar vueltas por toda la mesa mientras aullaba.

“¡Uh, uh, uh!”

— Mikami, siéntate—le ordené.

Y como era de esperarlo, no obedeció, y siguió girando y aullando como un demente. Hasta que, al pasar junto a Beyond, este estiró su pierna un poco, poniéndolo en el camino de Mikami haciendo que se tropezara con este.

— ¡Beyond! —le reprendí.

— ¿Qué? Sólo hice que se quedara quieto, como usted quería.

— Pero esa no fue la mejor manera —dije—, eso estuvo mal.

— Pero ya lo hice, no hay nada que hacer.

Mikami seguía tirado en el piso, jugando son sus mismos dedos.

— Ve a disculparte y ayúdela a levantarse —dije con voz suave.

— No.

— Hazlo, ahora —le ordene con voz más dura. Me miro un instante, después se levantó de su asiento para ir hasta donde Mikami estaba y le extendió la mano.

— Lo siento.

Mikami no contesto, y acepto la ayuda. Beyond sólo volvió a su lugar, y continuó con el ejercicio que le había dado.

 

 

~o~

 

 

Aún faltaban 30 minutos para que las clases terminen. Por el momento todo estaba tranquilo, a excepción de Mikami que aullaba bajo la mesa, pero todo lo demás estaba tranquilo.

Nate no hizo nada más que no fuese lo que yo le decía, aunque sólo hacía garabatos en las hojas de ejercicios. Cuando ya no tenía nada que hacer, se quedaba sentado enrollando un dedo en su cabello.

— Oye tú —hablo Beyond desde el otro lado de la mesa—, ¿Me pasas los crayones? —el otro no inmuto sonido alguno, y siguió girando el mechón de cabello—. ¡Oye, albino! ¿No escuchas?

— Beyond, puedes pararte tú sólo e ir a buscarlos —le dije.

— Pero me está ignorando, no me gusta que me ignoren. ¡Eh, albino! —se para de su asiento, y rodeo la mesa hasta llegar junto a Nate—. ¿No escuchaste, eh? ¿Estas sordo?

— Beyond, regresa a tu asiento.

— No, no hasta que me responda.

En ese momento, Lawliet se paró de su asiento, y se fue a sentar en una esquina del salón, flexionando sus rodillas hasta su pecho y rodeándolas con sus brazos.

— ¡Feo, te estoy hablando! ¿Eres tan inútil que ni los crayones me puedes pasar? Deja de ignorarme, ¡Deja de ignorarme, inútil!

Nate se había volteado de repente plantándole un bofetón a Beyond, que se llevó la mano a la zona afectada y con cara asombrada. Lo último que quería era pelas y alteraciones de partes de los niños, pero no siempre se consigue lo que uno quiere, ¿no?

Beyond bajo la mirada tensando todos los músculos de su mandíbula y los puños apretados.

— Quizás tu padre se suicidó porque era la mejor forma de escapar de ti —dijo Nate en voz baja, mirando aireadamente a Beyond.

Casi como en cámara lenta, el azabache de ojos carmín se abalanzó contra Nate, tirándolo al piso y sentándose en las caderas del otro, mientras lanzaba puñetazos por todo el cuerpo del pequeño albino. Mikami había comenzado a dar brincos de aquí para allá, mientras que Linda gritaba ‘¡Cállense!’.  Me levanté rápidamente de mi lugar, y casi corriendo me acerque a ellos para separarlos, más bien, para separar a Beyond de Nate. Tomé a Beyond por el cuello de la camisa y del brazo derecho mientras pataleaba para que lo soltase.

— ¡Beyond!

— ¡Suélteme!

— ¡Suéltalo a él!

Lo abrace con un brazo para poder hacerlo un lado, él seguía gritando y lanzando puñetazos al aire. Con la otra mano me incline un poco para tomar una silla, lo senté ahí, y le tome firmemente de los brazos para tranquilizarlo.

— Cálmate, por favor —le dije, mientras le abrazaba poniendo su cabeza en mi hombro— Beyond, tranquilo.

Miré de reojo a Nate, quien se había parado y sacudido sus ropas, y como si nada hubiese pasado se sentó de nuevo en su silla. Mikami ya había dejado de saltar por todas partes, ahora se encontraba bajo la mesa, susurrando cosas sin sentido. Podría decirse que ya estaba todo tranquilo otra vez, pero, ¿Qué le diría al padre de Nate cuando vea los golpes?

 

 

~o~

 

 

Sentí un gran alivio cuando terminó aquel día, aunque aún me preocupaba la reacción del padre de Nate al ver los golpes de su hijo. Los dejé salir al patio cinco minutos antes de la hora, para esperar a que los recogieran. Era un día claro y transparente, yo sabía que las tensiones se dispararían  más rápidamente con el aire fresco.

Todos los niños se habían ido, a excepción de Nate, era raro, ya que siempre lo venían a buscar puntual.

— ¿Dónde estará tu papá? —le pregunté—, él nunca llega tarde.

Miré hacia la calle, en busca del coche del joven Keehl. Normalmente, él esperaba ya al volante de su auto cuando yo bajaba con los niños. A veces, incluso subía a buscar a Nate, si me retrasaba uno o dos minutos.

Esperamos un poco, y luego lo llevé a la oficina, desde donde hablé por teléfono a la casa Keehl. Nadie respondió. ¿Qué hacer? Me preocupaba su enfermedad, El niño tenía un régimen muy estricto de refrigerios y comidas, y yo sabía que pronto necesitaría comer para mantener en orden su nivel de insulina.

Volvimos al salón y le di a Nate un vaso de leche y galletas que habían sobrado del almuerzo. Cuando terminó de comer, Nate se levantó y vino a sentarse en mi regazo. Lo rodeé con los brazos.

Dieron las cinco en punto, y luego las cinco con quince. Por la ventana, vi cómo las nubes del cielo se tenían de color rosa al acercarse la tarde. Silencioso e inmóvil, Nate permaneció en mis piernas.

De pronto, la puerta se abrió de golpe y apareció el joven Keehl. Habían pasado dos horas desde que terminaran las clases.

— Se me hizo tarde —dijo, por toda la explicación. Extendió la mano hacia Nate y le dio una ligera sacudida de cabeza. Nate bajó de mis piernas y camino lentamente hacia él.

El joven Keehl lucía espléndido. Siempre vestía ropa informal, pero con mucho estilo.  Esa tarde, iba con unos jeans oscuros y botas. Su rostro se veía colorado, como sí hubiera estado bajo el cortante viento otoñal. Pero cuándo me acerque a él, quien acomodaba las ropas de Nate, noté que su rubor no era reflejo de buena salud.

Estaba ebrio.

Me quedé parado y observé cómo manipulaba con torpeza los botones, mientras un fuerte olor a alcohol nos envolvía. Entonces, sin tomarme en cuenta, terminó de abotonar la chaqueta, incorporó, dio media vuelta y escoltó a Nate hacia la puerta.

— Doctor Keehl, espere —le llamé, y salí tras él. Se detuvo, pero luego continúo— Doctor Keehl, espere un momento.

Daba pasos largos; tuve que apresurarme para ponerme enfrente de él.

— Deténgase, por favor.

— ¿Qué quiere?

— ¿Usted va a conducir?

Me empujó y siguió su camino.

— Yo, yo podría llevarles a casa.

— No.

Empujó a Nate y empezó a bajar las escaleras. Yo bajé más rápido. Me adelante y sujeté a Nate por el cuello de la chaqueta. Esto provocó que el doctor Keehl me lanzara una mirada feroz, pero después su expresión fue suavizándose. Él estaba un escalón arriba, de modo que tenía una superioridad física sobre mí.  Pero yo seguía aferrado al abrigo de Nate.

— No, no creo que sea conveniente que usted maneje —proseguí, casi en un susurro.

Sus ojos se dilataron en una expresión de absoluta incredulidad, como si hubiera dicho algo demasiado estúpido. Pero yo mantenía los dedos alrededor del cuello del abrigo.

— En este momento Nate está bajo mi responsabilidad —le dije—. Y no creo que…

— Suéltelo, maldita sea.

El doctor Keehl seguía con los ojos fijos en mí.

— Sea razonable.

Sonrío un poco, soltando la chaqueta de Nate, suspire aliviado. Pero entonces, fue inclinándose hacia mí, muy cerca de mi rostro. Los nervios entraron rápidamente en mí, y pude sentir como el calor subía hasta mis mejillas. Su respiración chocaba con la mía, no sabía qué hacer, me quede quieto en mi lugar, aun agarrando a Nate por el chaleco.

— Dije, que lo suelte —susurro cerca de mis labios, pude sentir el olor del alcohol.

Y como si hubiera apretado un botón, solté el agarre en Nate y trague ruidosamente. Alejó su rostro de mí, tomó la mano de Nate y siguió su camino. Inmediatamente los dos desaparecieron escaleras abajo y se marcharon.

 

Notas finales:

:-) Hola, ah, mi única explicación será flojera, por eso no actualizaba, meh. Bueno, Kurumi, el capítulo es para ti, eh. En fin, gracias por sus reviews y blah blah, oh, y también sus insultos y amenazas de que no actualizaba y :-) OJALÁNEARTEDÉHIJOSKEEHL, ah. En fin, si ven faltas de ortografía, lo siento. Saludos.


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