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Destellos en el infierno por SebbyPhantomhive

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Notas del fanfic:

Bueno esta mi versión propia de Kuroshitsuji despues del final del anime, es mi idea asi que no critiquen,,, jejejeje :P algo un poco más relajante con situaciones en el infierno de un amor entre dos demonios que aunque traten de ignorarlo se aman y punto... El mpreg que habia prometido llega en este mini fic.  

Notas del capitulo:

Espero les guste... advierto que en este fic hare capitulos cortos, no me extendere demasiado no quiero presionarme demasiado, agradezco mucho su apoyo sobre todo a mis fieles amig@s lector@s que han seguido todos mis fics.

El infierno era la morada de dos demonios que mantenían una relación fría y distante, ninguno se dirigían la mirada no habían conversaciones, ni sonrisas, ni siquiera discusiones, el demonio menor de cabellos de un negro azulado cuya  mirada tranquila de color zafiro reposaba en una de las rosas de color negro, su pequeño cuerpo no aparentaba más de 13 años a pesar de haber transcurrido varios años desde su conversión de humano a demonio o semidemonio como le había dicho en un principio su mayordomo demonio.

-Sebastian me odia, aunque no me importe, igual es algo tenso vivir con alguien a quien tu presencia le molesta, pero por mero capricho no lo dejo ir aunque bien puedo hacerlo- Hablaba para sí mismo Ciel  mientras caminaba en su pequeño jardín de rosas negras y blancas que estaban en la residencia que ocupaban en el infierno, en realidad era propiedad de Sebastian pero la compartían desde su descenso al infierno. 

-¿Joven amo, saldremos hoy? Preguntaba seriamente el demonio de mirada carmesí acercándose por detrás de Ciel, sin animo alguno, cada día se notaba que era una tortura para el demonio estar ahí atado a un semidemonio, se sentía humillado era la burla de los otros demonios, había optado por actuar tajante con su dueño de mirada azulina, limitándose a cumplir órdenes para ver cuando ese pequeño se cansaba y lo dejaba en libertad.

-Ahh... creo que sí, estoy muy aburrido... Contestó el pequeño sin dirigir la mirada al demonio mayor, dentro de si se sentía una molestia una carga, lo que no entendía era porque de algún modo insistía en querer retener al demonio, en esos años que habían convivido Sebastian aparte de ser su fiel sirviente había sido su tutor en las artes demoniacas, claro que sus habilidades no podían compararse a las de un demonio puro, pero podría sobrevivir solo si quisiera.

-Sería bueno que entrara y se cambiara, para salir en el exterior ya está anocheciendo... Decía el demonio quien veía la espalda de su amo, sugería con un tono de resignación esa era una de las tantas pequeñas conversaciones que tenían, no pasaban de sugerencias, preguntas y respuestas. Nada comparada a su relación cuando Ciel era humano, aunque ninguno quisiera admitirlo extrañaban lo de antes, esas discusiones, palabras, sonrisas, sarcasmos que se decían a diario, cuanto lo extrañaban.

-Vamos adentro... Decía el menor con altivez ocultando esa nostalgia que de repente le había invadido, desviando la mirada caminaba soberbio delante de su sirviente quien lo seguía con resignación sin apartar la mirada de la silueta que caminaba delante de él. 

 

-Sebastian... Lo llamaba Ciel mientras salía del infierno cargado en los brazos de su fiel demonio.

-Dígame... Decía Sebastian mientras llevaba en brazos a su amo aunque el podía salir por sí mismo del infierno, siempre le pedía que lo cargara, por lo que sospechaba que detrás de esa frialdad de demonio todavía habían leves rastros de humanidad en el demonio pequeño, pero no decía nada, para  así evitarse una discusión o conversación, lo que menos quería era establecer una comunicación con el menor.

-¿Que pasaría si llegara a romper el pacto eterno que te une a mi ahora? Preguntaba el demonio con algo de duda mirando fijamente a Sebastian, quien se sorprendió al escuchar esa interrogante, además que el menor lo viera directamente algo que no era usual últimamente.

- ¿quiere que sea sincero? Preguntaba el demonio fijando su vista al menor sintiendo como una extraña sensación invadió su ser al ver la mirada altiva pero a la vez sumisa del demonio menor, era una mezcla extraña, sin duda Ciel no era un demonio normal pues su mirada a veces le brindaba cierta calidez y sus gestos tenían rastros de emociones como un humano, aunque destellaban por pocos segundos Sebastian lo percibía con claridad. El menor asintió con la cabeza, permitiéndole ser sincero al demonio mayor, aunque la respuesta tal vez sería algo desagradable, pero por primera en años estaban conversando abiertamente eso en parte le reconfortaba.

-Sin un pacto de por medio, mi respuesta seria que lo dejaría sin duda alguna, a menos que usted... Decía el demonio llegando a Londres donde la luna brillaba en su esplendor en la mitad de la noche, deteniéndose en un camino oscuro rodeado de árboles dos demonios estaban ahí mirándose fijamente, el menor lo miraba con intriga al ver que se había quedado callado y no terminó su frase el mayor.

-Yo ¿Qué? Exclamaba con algo de molestia el menor sintiendo como Sebastian lo bajaba dejándolo de pie frente a él.

-si usted me pidiera que me quedara a su lado… Sin trato alguno yo aceptaría acompañarlo en su vida demoniaca…  Respondió Sebastian con sinceridad en su mirada y una pequeña sonrisa, esa respuesta sorprendió al menor a quien un pequeño sonrojo se asomó en sus mejillas, con una pequeña tos disimuló que aquella respuesta le había removido en algo su frio corazón, en su interior parecía que algo que parecía dormido había cobrado vida, un pequeño fuego encendió su ser, desviando la mirada pensaba en la respuesta que daría a esa extraña confesión.

-No entiendo… eso me parece una declaración de amor… Confesaba el menor con una sonrisa sarcástica, desviando la mirada a un búho que los miraba en un árbol.

-¿Declaración de amor? Ahora yo no entiendo… Creo que sigue leyendo esas novelas románticas… ¿O me equivoco? Pensé que las había botado… Decía el demonio con sarcasmo quien también fijó su vista a ese búho que los veía fijamente como testigo de esa extraña conversación.

-No cambias el tema… ¿Qué quieres decir con eso de que me acompañaras aun sin existir un trato? Exclamaba el demonio menor un poco avergonzado por haber mencionado eso de declaración de amor, y ante la insinuación de su mayordomo pues sabía que a él le gustaba leer novelas románticas, pues le resultaban algo entretenidas, según él como la gente se ridiculizaba y humillaba ante ese sentimiento llamado amor pensaba Ciel.

-Pues sería un poco peligroso para usted quedarse sin mí, aunque puede subsistir  devorando pequeñas almas, no puede formar contrato con alguien pues usted es muy débil, además estaría al acecho de otros demonios más fuertes podrían lastimarlo, si me deja en libertad me quedaría a su lado pero como compañero demonio, algo así ¿Me entiende? Respondía el demonio caminando hacia la ciudad, el menor que lo escuchaba atentamente le seguía de cierta forma se sentía algo emocionado, esas palabras pronunciadas por su mayordomo le hicieron revivir algo de humanidad que mantenía oculta pero latente dentro de su ser.

-Puedo entender por tus palabras que de algún modo te preocupas o tal vez piensas que soy muy crédulo pues al decir eso te dejare ir, pero no te quedaras conmigo, aparte de un pacto que te une a mí, que más podría unirte a este prospecto de demonio. Contesto el menor caminando junto al demonio, con algo de recelo, no sabía si aquellas palabras eran ciertas o solo Sebastian quería engañarlo, el demonio vio por un segundo en la mirada de Ciel un destello de tristeza.

-No tengo que engañarte, de alguna forma me he acostumbrado a ti… Si rompes el pacto de que sea tu mayordomo por la eternidad como recompensa a eso me quedare a tu lado pero será por decisión propia, ¿Es cuestión tuya si me crees o no? Hablaba el demonio con certeza deteniendo su paso para mirar a los ojos a su amo, quien podía ver sinceridad en su mirada.

-Tendré que pensarlo… Respondió el demonio menor con una sonrisa, retomando el paso lento hacia la ciudad, al ver esa actitud Sebastian por un momento recordó a su Ciel humano del cual él se había enamorado, pero que al convertirse en demonio ese amor se transformó en decepción, humillación y obligación.

-¿Qué esperas te quedaras ahí parado como idiota? Exclamaba en tono de burla Ciel, deteniendo su paso para voltear y ver como se había quedado pensativo su demonio, dándose media siguió su camino esbozando una sonrisa, sentía que Sebastian comenzó a seguirlo. Ciel de algún modo se sentía feliz pues esa simple pregunta había roto las barreras que los habían mantenido distanciado por tantos años.

-¿Idiota? Como extrañaba ese insulto salir de tu boca… Hablaba con una sonrisa el demonio, pues hasta los insultos habían desaparecido en su contacto diario en el infierno, de alguna forma masoquista le gustaba como Ciel lo maltrataba, como lo hacía antes.

-Creo que estás enamorado de mí… Decía con burla Ciel mirando al demonio que ya caminaba  a su lado, dedicándole una sonrisa sarcástica.

-Sigues con eso, pues yo creo que eres tú el que ama con locura y lo comprobare… Refutaba el demonio mayor desafiando con una sonrisa a Ciel que lo miraba con el ceño fruncido.

-¿Cómo piensas comprobarlo? Decía con altivez Ciel ocultando con todas sus fuerzas que su ser sucumbía ante esas palabras.

-Con esto… Dijo Sebastian dándole un beso en la mejilla a Ciel en un lento pero firme contacto de un par de segundos, pero solo eso bastó para que el sorprendido Ciel se sonrojara y avergonzado lo empujara con fuerza.

-Lo ves… Me amas con locura… Decía Sebastian con una risa sonora al ver el rostro sonrojado de Ciel quien hace tiempo no sentía ese tipo de reacción y su rostro arder.

-Cállate… solo que me tomaste por sorpresa… Además eso comprueba que tú eres el que amas, pues no te resististe más y me besaste… Espérame idiota, no me dejes hablando solo… Gritaba enojado Ciel siguiendo a su demonio que caminaba deprisa delante de él, con fingida molestia lo seguía pero en el fondo se sentía emocionado, ese pequeño beso fue suficiente para entender lo que hace tiempo había mantenido guardado en lo más profundo de su ser, no sabía si ese sentimiento era amor pero era similar a lo que sentía cuando él era humano y Sebastian era su demonio mayordomo.

 

Dos demoniacas siluetas se dirigían rumbo a la ciudad cada cual con sus propios pensamientos y sentimientos que se suponía que como demonios no podían sentir, lo que era cierto es que muchos cambios ocurrirían a partir de esa noche de luna llena.

Notas finales:

arigato por leer, este nuevo fic espero no decepcionarl@s ya me han acostumbrado a tener mis fics con muchos comentarios, asi que ahora espero su opinion, sobre todo el primer capitulo es lo que impulsa al fic me alegraria saber su opinion... muchos besos nos leemos pronto :*


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