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Sleep por JRokku

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Notas del fanfic:

Algo que tenía hace mucho tiempo guardado...

Notas del capitulo:

Hace tiempo que este shot estaba guardadito y recien un par de días atrás me dio por terminarlo, en lo personal amo esta canción así que me tomé el atrevimiento de crear esto. 

Ojalá les guste c: 

 

Nota: Lo que aparece entre comillas y cursiva son fragmentos mismos de la traducción de la canción c: !

Después de unas merecidas vacaciones en las cuales decidimos desconectarnos de todo y todos –incluyendo nosotros mismos-, volvimos a reencontrarnos en un café que era sin duda el lugar predilecto de los cuatro.

 

Fue extraño en un principio entender el ‘por qué’ convocarnos a una reunión extraordinaria si al fin de cuentas nos tendríamos que ver en el estudio al día siguiente, y más fue mi confusión aun cuando vi la cercanía con la cual se trataban ciertos personajes.


-¿Hay algún motivo en especial  que nos convoque el venir aquí? – Pregunté. A decir verdad tan sólo tiré la interrogante al aire mientras bebía un poco del cappuccino que había pedido previamente, esbozando una sonrisa cómplice tras lamer el ‘bigote’ de espuma que había quedado en mi labio superior.


-Pues.. la verdad es que sí Mao.. – Observé a mi interlocutor un tanto sorprendido. -.. el que Shinji nos convocara aquí tiene una razón de peso. – Finalizó Aki.

 

Como acto de reflejo todas las miradas recayeron en el guitarrista que se notaba bastante nervioso, esto ya no pintaba bien. Aclaró un poco su garganta tras beber algo de café y se dispuso a hablar.

 

-Como bien dijo Aki, hay algo que quiero.. Bueno, queremos decirles. –Sonrió observando al bajista mientras las manos que tenían sobre la mesa se entrelazaban. -..Aki y yo somos novios. -

 

Mis ojos se abrieron con exageración mientras que de mi corazón se apoderaba una leve taquicardia.. ¿Podría ser cierto? ¿Aki y Shinji..? No podía creerlo, no quería creerlo.

 

Yuuya no esperó más para felicitarlos, risas y bromas era todo lo que podía escuchar a lo lejos, sin quererlo había caído en una especie de laguna mental por todas las cosas que habían llegado a mi cabeza de forma tan repentina.

 

-¿No les dirás nada Mao-chan? – Inquirió mi hiperactivo novio mientras me movía un poco, sacándome así de mi ensimismamiento.


-Yo.. – Musité sin saber bien qué decir, observé a Yuuya y luego a la reciente pareja, todos estaban expectantes a mis palabras. Pasé un poco de saliva para intentar dispersar el nudo que tenía en la garganta y de esa forma dar paso a mi mejor sonrisa fingida-..Felicidades. –

++ // ++

 

Después de esa noticia para mí todo cambió, y de aquello ya hacían seis meses.

 

Hasta ese entonces tenía conocimiento de que en mi interior comenzaba a albergar ciertos sentimientos hacia aquel bajista, por ende, la noticia me había caído como un balde de agua fría. Y es que siempre había pensado en Aki de manera egoísta, lo admito; porque a pesar de todo me ‘tranquilizaba’ saber que él no tenía a nadie, -salvo sus conquistas de una noche- pero fuera de eso nada más.

 

De alguna u otra forma me hacía sentir importante puesto que tenía la certeza de que después de todo regresaría a mí, y así hacía. Cada vez que tenía algún dilema o simplemente  se sentía cansado lo veía parado a las afueras de mi departamento clamando por algo de atención.

 

El tiempo continuó pasando y por más que me esforzaba en hacer como si nada ocurriese me era imposible, los ensayos se habían vuelto mi peor pesadilla y como si eso fuera poco mi relación con Yuuya comenzó a decaer. ¿El culpable? Yo por supuesto.

 

Suena estúpido que esté consciente de que yo era el responsable de que las cosas no resultaran, y más aún, supiera que el motivo que me llevaba a estar de esa forma era que me había enamorado irremediablemente de Aki; más mi orgullo era grande, al igual que mi egoísmo puesto que no quería alejarme de Yuuya.


++ // ++

 

Un viernes por la tarde fue que todo dio un vuelco inesperado.

 

Estaba tendido a lo largo del sofá de la sala mientras Maro descansaba sobre mi regazo, mi mente divagaba en miles de cosas que me ayudarían a estructurar alguna composición futura  pero repentinamente el sonido del timbre interrumpió todo pensamiento. En un principio se me hizo extraño puesto que no esperaba a nadie, más luego tras haberme levantado para ver de quien se trataba no tuve más que abrir la puerta.

 

-Yuuya.. ¿Qué haces aquí? No te esperaba.-


-Tenemos que hablar Mao ¿Puedo pasar? – En su timbre de voz pude notar cierta tristeza y melancolía, algo bastante extraño con su histriónica personalidad, más con todo lo que le conocía estaba seguro que nada “casual” podría tenerlo así.

 

Me hice a un lado para dejarle entrar y luego cerré la puerta tras de mí, él se encaminó a la sala  y se sentó con total familiaridad en el sofá que anteriormente yo ocupaba, le ofrecí un café que no rechazó y al cabo de unos minutos ambos estábamos bebiendo aquel amargoso líquido mientras el silencio que nos envolvía era casi ensordecedor. Las manecillas del reloj marcaban los incansables segundos que transcurrían sin parar, apacibles, tal como la respiración de mi acompañante.  

 

-Siempre pensé que no era lo suficientemente bueno para ti ¿sabes? – Comenzó a hablar mientras sus palabras se enterraban como dagas en mi interior.- Que terminaste accediendo a mi petición de ser novios por lástima o algo por el estilo. – Continuó y por más que quería interrumpirle y decirle que todo aquello no era cierto no podía, el inmenso nudo que se había formado en mi garganta obstruía el posible paso de las palabras. – Es en cierto modo loco todo esto, ya han pasado tres años y no ha sido sino hasta hace un par de meses atrás que me di cuenta de que a mi lado no eres feliz. - 

 

Por primera vez en todo el tiempo que ambos nos mantuvimos en compañía del otro sobre el sofá nuestras miradas se encontraron, él era tan transparente como siempre, yo en cambio me oscurecía con el paso de las estaciones.

 

–Estaba tan cegado por la felicidad que me embargaba cada que despertaba y la fotografía de ambos que reposa sobre el buró me recordaba que eras mío, y a decir verdad no quería dejarte, no quería que te apartaras de mi lado pero fue inevitable.. – Bajó la mirada sonriendo melancólico y tras unos segundos de silencio soltó las palabras que me dejaron muerto en vida. – Te dejo libre Mao, ya no estás obligado a seguir a mi lado. – Dicho esto volvió su mirada hacia mí y mi corazón se detuvo al ver sus ojos empañados. Me atreví a enjugar la traviesa lágrima que surcó su mejilla izquierda y luego brindarle una caricia cálida como las que siempre solía regalarle.


-Mi pequeño loco…- Susurré por fin y no pude más que atraerlo hacia mí y aferrarlo contra mi pecho mientras sentía como la camisa que llevaba puesta se humedecía. Estaba llorando por mi culpa otra vez y yo no hacía más que aferrarme a él por miedo a la soledad. Mucho tiempo había estado siendo egoísta, sabía que era momento de dejarlo y hacerme cargo de mi propia persona, pero los miedos siempre fueron tan grandes que jamás me había permitido pensar en eso sino hasta ahora.

 

Minutos que luego se transformaron en horas estuvimos recostados en silencio sobre el mueble, brindándonos caricias castas y miradas cómplices. No me atreví a contradecir su decisión, tal vez porque en lo más recóndito de mi ser sabía que era lo correcto, no era justo tenerlo a mi lado y no contribuir a todo el amor que siempre me entregó, me sentía la basura más asquerosa del mundo.

 

A eso de las diez de la noche salió de mi apartamento con su sonrisa característica e incluso jugando bromas con respecto a mi apariencia deplorable por las pocas horas de sueño que cargaba, me atreví a rebatirle como siempre hacía y el abrazo que recibí en el umbral de la puerta fue su manera de decirme que todo estaba bien, que todo seguiría siendo igual que siempre y que continuaríamos siendo los mejores amigos. Empujé la madera esculpida hasta cerrarla no pudiendo evitar derrumbarme al saberme solo.

 

Si antes tenía miedo de enfrentarme a mis fantasmas, ahora estaba seguro de que éstos terminarían por acabarme irremediablemente. 


++ // ++

 

Con el correr de los meses llegaron los lanzamientos, las presentaciones y mi tiempo se resumía a nulo. Mi vida profesional era cada vez más enriquecedora pero era cuestión de que las luces se apagaran y la música cesara para que volviera a la nefasta y oscura vida que estaba llevando hacía meses, aquella en donde no era “Mao” sino Yamaguchi Masao...

 

¿Cuándo fue que permití que todo esto ocurriera?

 

Mi manera irresponsable de llevar las cosas me convirtieron en el juguete de la persona que adoro, aquella figura que idolatro tanto dentro como fuera del escenario, ese chico silencioso y casi misterioso que me había acompañado durante años en este sueño compartido, aquel que tarde o temprano acabará.


++ // ++

 

Una vez más estábamos allí, en mi cama.

 

Después de la celebración grupal que tuvimos con motivo de que el nuevo single había sido todo un éxito nos emborrachamos y caímos nuevamente en el ardid de revolcarnos como habíamos estado haciendo desde mucho antes que su relación con Shinji comenzara. Esa era mi única forma de aferrarme a él, de sentir que era únicamente mío siendo que al cruzar mi puerta retomaba la vida que había comenzado con aquel chico que aun suele llamarme amigo.

 

Ahora mismo siento sus besos ardientes marcar mi cuerpo cual artista lo hace trazando figuras sobre un blanco lienzo, quema, pero no me disgusta en lo absoluto. Sonrío al sentir como sus manos juegan bajo mi camisa, la cual no tardó en caer por mis hombros y posteriormente sucumbir en el suelo de la habitación.

 

-¿Qué pretendes? – Susurré lascivo mientras observaba cómo desabrochaba mi pantalón, volvió su mirada hacia mí y pude ver la lujuria en aquellos profundos y ojos oscuros.


-¿Qué no es obvio? – Dijo de soslayo. – Voy a hacerte mío mi querido gatito. – Aquello último me pareció más un ronroneo que palabras concretas.

 

No tardó en despojarme de las prendas restantes y de igual forma las suyas salieron con una rapidez impresionante, dejando ver la avidez de ambos por el cuerpo ajeno. 

 

No demoré en sentir el colchón bajo mi espalda mientras mis muñecas eran fijadas sobré éste de manera que me inmovilizaba completamente, los dientes de Aki marcaron la fina piel de mi cuello arrancándome un gemido desde lo más oculto de mi Ser. Continuó descendiendo sin soltar el agarre de mis ahora brazos regalándome el placer de sentir la humedad de su lengua en mis pezones, un tanto apenado observé como aquellos osados botoncitos oscuros eran delineados y luego devorados por la boca hambrienta del hombre que tenía sobre mí. 

 

-¿Por qué…mejor no utilizas esa boca para otra cosa..? – Propuse completamente extasiado.


-¿Y cómo para qué podría ser? – Preguntó él en falso tono inocente. Ante eso mordí mi labio inferior y moví las caderas de manera que mi hombría ya despierta rosara con su vientre;  maldita acción que me hizo estremecer de forma violenta.


-Oh… maldición Aki chúpamela! – Clamé.


-Así es como se piden las cosas bebé. – Dicho esto liberó el agarre que tenía sobre mí para centrarse en devorar mi hombría como solo él sabía hacer.

 

Lamía, succionaba e incluso solía rozarme con los dientes creándome aquel sentimiento de miedo y deseo puesto que no me sería extraño recibir una mordida por parte de él. Afortunadamente no lo hizo, más las caricias propinadas por mi amante no hicieron otra cosa que excitarme más y más hasta el punto de sentir aquella escalofriante sensación recorrer mi columna vertebral y luego agolparse en mi entrepierna, haciéndome derramar mi esencia en la boca de Aki.

 

Sin tiempo de poder calmar mi respiración el bajista fue hasta mis labios y me besó profundamente, haciéndome probar en el acto mi propia semilla.

 

-Me encantas.. – Susurró sonriendo entre mis labios, correspondí aquel gesto de la misma forma armándome de valor luego para tumbarlo sobre la cama y sentarme a horcajadas sobre él, me di el tiempo de acariciar su pecho y observar sus gestos mientras movía mis caderas de forma sugerente sobre las suyas, sintiendo como su hombría despierta y palpitante rozaba mi entrada.


-¿Juego previo o todo de una? – Pregunte travieso sabiendo de antemano la respuesta. No era como si fuese la primera vez haciendo esto con él.


-Vamos… Sabes que no resisto Mao. Quiero entrar en ti ahora. – Sentenció con voz grave que no hizo más que ponerme de una forma dominante puesto que sabía era yo el responsable de tenerlo así. A mi disposición.

 

Sin más preámbulos tomé su miembro y de una estocada hice que entrara, gran error supe después puesto que sentí me desgarraba por dentro. Cesé todo movimiento cerrando los ojos, olvidando todo tipo de actitud dominante y dejando ver a aquel gatito sumiso abatido por el dolor. Aki capturó aquello y en un acto de total benevolencia comenzó a masturbarme, le sonreí, era por cosas como esas que a veces dudaba de la situación misma, llevándome a pensar incluso que no teníamos sexo sino que hacíamos el amor.

 

Qué tontería…

 

Luego de hacerme olvidar aquella molestia en mi parte trasera comencé a moverme y en menos de lo esperado ya cabalgaba deseosa y frenéticamente sobre él, sentía sus dedos profundos en mi cadera los cuales marcaban el ritmo de las estocadas que cada vez eran más profundas y certeras.

 

-Ah… Mao… hnm… no pares…- Mordí mi labio inferior al sentir nuevamente su mano tocar mi sexo e ir al ritmo de las embestidas.


-Aki… ¡Te amo! – Exclamé no teniendo certeza de si me escuchó o no, después de todo podría atribuírselo sólo al momento y no al hecho de que estaba abriendo mi corazón una vez más a él.

 

No fue mucho lo que tuvimos que alardear o movernos para que ambos llegáramos al tan ansiado clímax, el cual nos absorbió las energías de tal manera que luego parecíamos dos trapos sudorosos y jadeantes tirados sobre el colchón.

 

-Así que me amas… - Escuché provenir de sus labios y no pude evitar abrir mis ojos como platos, aquello había sido claramente una afirmación y no una pregunta; entonces, ¿Me había escuchado? ¿Me estaba tomando en cuenta?

 

Volví mi rostro y posteriormente todo mi cuerpo hacia él para poder responderle, pero cuando lo vi por entre las penumbras me di cuenta de que ya se había dormido, su respiración era lenta y profunda. No pude evitar sonreír, aliviado tal vez.

 

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuánto más tendría que pasar? ¿Era esto lo que el destino quiso para mí? ¿Acaso hice algo tan malo en mi vida pasada para pagarlo de esta forma? Interrogantes sin sentido iban y venían en mi mente mientras observaba su rostro tranquilo e imperturbable a través de las penumbras.

 

“Siempre dormí a una distancia corta

para no dejar de escuchar siquiera

el sonido de tus labios al secarse...”

 

Me atreví a levantar la derecha llevando mis dedos temblorosos sobre la piel de su brazo expuesto, aquel que se encontraba sobre la sábana que nos cubría a ambos; anhelando tal vez de forma egoísta que todo aquello me perteneciera más de una noche, que fuese más que un sueño inalcanzable.

 

“…Cada vez aprendo más de ti,

tanto que olvido que hay una parte tuya

que aún no conozco…”

 

Cierto era que pedía demasiado, debería ser suficiente con tenerlo ahora conmigo en vez de que estuviera en donde de verdad debería estar, con Shinji.. Pero ¿Qué más podía hacer? Si estaba obligado a reprimir todo aquello que siempre había llevado conmigo, aquello que juraba mío y que nunca me perteneció y seguro estaba de que nunca me pertenecería.

 

 “…Porque la noche debe venir e irse, 

tengo un pedido que hacer.

Permítenos aferrarnos el uno al otro,

duremos tanto como nos sea posible.

No pediré nada más que eso…”

 

En un impulso me acerqué más a su cuerpo y me atreví a aferrarme a su pecho, me sorprendió un poco que correspondiera mi abrazo más no le di importancia alguna puesto que el calor que emanaba su ser me embriagaba, me sentía completo y a la vez tan vacío como siempre había estado.

 

- “..Soy aún más puro de lo que imaginas, aunque también soy mucho más cobarde de lo que crees…” - Musité en un hilo de voz citando las palabras que sabía jamás podría decirle a la cara. – “..Y lo único que se ahora es que cuando me recuesto a tu lado todo lo demás pierde su significado…” – Agregué dejando escapar lágrimas que humedecieron su piel.

 

Repentinamente sentí una mano sobre mi mejilla que comenzó a limpiar todo rastro de lágrimas, mi corazón se detuvo al darme cuenta de que Aki efectivamente había escuchado no sólo cuando le declaré en el acto mi amor por primera vez, sino también todo lo que había guardado tan recelosamente y cuidado de tal forma que ni siquiera mostrara un ápice de mis sentimientos.

 

-“No llores” – Susurró, más me fue imposible acatar, “..siendo así como se derramaron más lágrimas que aceleraron el final…”, aquel que sabía no estaba muy lejos.

 

Yo, quien cuidadosamente había ocultado todos mis anhelos y esperanzas me derrumbaba frente a las consecuencias de mis actos, había dicho la frase tabú en nuestra “relación” y supe que aquello ya no daría para más.

 

-Lo siento.. – Susurré aferrándome a él, sabiendo que esa sería la última vez que lo sentiría tan cómplice, tan mío.

 

Él no dijo nada, sólo me apretó fuertemente contra sí, tal vez sabiendo de mi dolor y queriendo de alguna forma disminuirlo. Al cabo de unos minutos volví a percibir su respiración lenta y profunda, yo había parado de llorar más sentía la necesidad de entregarme al sueño puesto que estaba viendo los fantasmas de mi soledad. Ahora solo me restaba aferrarme a los recuerdos tanto como fuera posible.

 

“Sabía que no podía pedir algo más,
así que me dormí.”

 

Amor unilateral, así era todo esto, así era mi vida y así continuaría siendo tal vez por lo que restaba de ella.

 

++ // ++

 

Una nueva mañana llegó y la luz del sol se filtró por entre las cortinas dando directamente en mi rostro, abrí los ojos de par en par dándome cuenta de que estaba llorando, sequé mis mejillas con pereza mientras un suspiro sonoro fue lo único que se escuchó en la habitación.

 

Me quedé por un par de minutos congelado observando el techo, aquel sueño había sido extraño y terriblemente desgarrador.

 

Todo el dolor lo había sentido tan real que incluso ahora mismo dudaba de que no fuese solo  que un engaño de mi imaginación, aunque fuera de toda psicosis aquello me había inspirado de una forma impresionante.

 

Me apronté a tomar mi libreta de composiciones y sin más preámbulos escribí y escribí hasta que la muñeca no me dio más, una vez listo lo leí en voz alta y supe que había construido una nueva “obra maestra”. Sonreí satisfecho. Ya en la noche le daría las gracias como debía ser a Aki, ya que de seguro el muy baka llegaría pronto a mi apartamento.

 


++//Fin//++

Notas finales:

 

Vale, si llegaste hasta aquí te envío un abrazo enorme y muchas gracias por leer ^^

 

¡Hasta la próxima! c: 


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