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Suicide club por Andorea

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Notas del capitulo:

Hola~! Es mi primer fic aquí, espero que les agrade, Inazuma Eleven no me pertenece le corresponde a Leven-5. Espero que les guste me esmeré en este capítulo, prometo un capítulo más largo para la próxima. Sin más que decir, gracias por darle click~ 

~Suicide club~


Capitulo uno.


Entre el tocar y sentir


Iba cruzando la calle, estaba discutiendo con alguien, no lograba identificarle ya que su rostro estaba iluminado por los rayos solares, no escuchaba ninguna palabra, el silencio reinaba en ese lugar, solo él podía oír a lo lejos el sonido de las llantas a gran velocidad.


Solo él.


Miró como un tráiler azul se les acercaba a gran velocidad, estaba fuera de control, la otra persona no parecía notarlo, así que en un simple movimiento la empujó, el sonido regresó.


Él había sido arrollado.


Los gritos, los vehículos, cada sonido se dignó a regresar, exceptuando la voz de la dichosa persona que ahora lo recostaba en su regazo, pudo ver su rostro por un momento, sonrió, la desesperación y el miedo plasmado en un solo lugar, su sangre estaba esparcida por todos lados, incluso en la persona que ahora estaba adelante suyo, cerró los ojos.


-¡Hiroto!-


Y despertó.


La alarma sonaba por toda su habitación, en un simple movimiento la apagó. Se sentó en el borde de su cama con bastante pereza, no tenía ganas de nada, solo quería regresar a su cómoda cama que parecía que le pedía a gritos que se volviera a recostar y seguir durmiendo, pero no. Debía ir a clases, había puesto la alarma por ello, sabía que no se podría levantar por sí solo esa mañana, habían acabado las vacaciones de verano y había tenido la maña de despertar tarde cada día de descanso, pero hoy no. Miró su reloj de mesa 5:32 am, suspiró, no tenía de otra, ya resignado se levantó y se fue a la ducha.


Ya adentro, sintió como el agua caía sobre su piel, se daba cuenta que había vuelta a su antigua rutina, tan aburrida… En que en vacaciones también había creado una rutina menos reñida que la que hoy usaba. Si, el vivía en el pequeño ciclo de la monotonía, en que tratará de cambiar en que sea algo pequeño, se volvía rutina y eso a él le aburría.


Sólo a él.


Nadie se daba cuenta, todos pensaba que el disfrutaba cada segundo de su maravillosa vida…Error. Qué equivocados estaban, -y lo estaban bastante.- Los momentos que llegaba a disfrutar de su vida eran efímeros, como si les importara, solo esperaba que su vida llegara a su fin y terminar esa obra.


Como deseaba morir.


Pero para él, no era una opción morir, no, él aún no podía, él aún anhelaba como cualquier colegiala ilusionada por su futuro conocer el amor.


¿Eso existe? No estén bromeando, eso era más falso que el billete de tres dólares, puff patrañas.


Sí, el quería salir de su pequeño ciclo.


Cerró la llave, tomó una toalla y salió.


Se miró en el espejo del baño, había dejado los rastros de vapor en él. Con su mano apartó un pocoy se miró. Miserable, sí, así se sentía, empezó a secarse con la toalla que tenía en mano, se empezó a secar sus cabellos rojos, un color tan profundo y tan brillante una combinación tan extraña, agradecía a sus genes por ello, últimamente los peli rojos eran los que más atraían a las chicas, pero él… ¿quería una chica? No, no exactamente, no quería arpías en cada brazo por que él sabía que solo lo querían por su apellido.


Kira, muerte en japonés, como la tenía tan cerca pero tan lejos…


Tampoco amigos hipócritas. Si despejaba a todos con las características que él quería, él estaba solo, no tenía a nadie la única persona que le quería era su hermana adoptiva, pero el sabía por qué le quería, solo era el reflejo de su hermano menor fallecido - su consuelo. - Pero ser querido por esa razón era mejor que lo demás, definitivamente era mejor o eso creía.


Todo lo que deseaba era imposible.


Él en verdad estaba solo. Muy solo.


Terminando la rutina de todas las mañanas –o al menos en esta, que la sentía tan igual como todas- Fue a fuera con sus cosas en orden. No sabía por qué había preferido ir a pie que en su vehículo, solo era un capricho estar así ese día. Ya que, bueno…el era independiente así que podía hacer lo que se le diese la gana.


Cuando iba de esa manera, pareciera que era como los demás, nadie le juzgaba como era, de hecho a todos les valía una mierda lo que hiciese, se topó con un semáforo en verde, espero un poco para luego continuar su muy "divertido" paseo hacía la escuela.


Muchos alumnos de su misma escuela –ahora nueva, ya que había solicitado un cambio- pasaban, se limitó a seguir la bola de estudiantes; que estaba seguro que no había otra escuela con el mismo gafete de datos y misma dirección de ubicación.


Sacó de su maletín su gafete, debía tenerlo para poder entrar, le agradaba la idea de no llevar un uniforme pero no le agradaba que muchos aprovecharan esa oportunidad para joder a los demás en que a él le valía una patata, la contaminación visual era demasiado peligrosa, bueno…eso pasaba en su antigua escuela quién sabe en esta…


Pudo divisar como la masa estudiantil era más poblaba, sí ahí era, ya la había visto antes así que no apresuró el paso, no iba atrasado y no tenía una razón para hacerlo, miraba como algunos venían en grupos, suspiró, no tenía caso seguir pensar en ello.


Ya en la entrada, recibió muchos panfletos y folletos por parte de los clubes. Fútbol, básquet, literatura, caligrafía ¿Qué clase de club era ese? No se imaginaba a nadie de fangirl en ese club o una animadora o una chica, ok parecía desesperado. Definitivamente debía dejar de pensar como un necesitado en sexo o algo similar.


Divisó como una sombra se le acercaba y volteó, una ¿chica? Eso parecía, bajó un poco su vista en que tuviera esos taconcitos, él era más alto que a lo que tenía delante suyo, ¿Qué persona iba vestida así en su sano juicio a la escuela media? Un vestido negro de holanes y mucho encaje, casi como una muñequita de porcelana, sus ojos de un profundo negro pero tan brillantes, su cabello verde sujeto en una coleta alta y su tez de un dulce canela. Llevaba un sombrero pequeño que de cierta manera era curioso.


-Toma- "La chica" extendió su mano dándole un panfleto, el peli rojo lo tomó y se sorprendió un poco ¿qué clases de clubes había en este instituto?-


-Pero yo…-


-Lo veo en tus ojos, lo deseas- Se vio interrumpido por el peli verde, que por su voz ahora le hacía dudar de su género.- También hay gente que lo desea, te sorprenderías de las personas que te podrías encontrar ahí, gente como tú, como nosotros…- Una sonrisa gatuna enmarcaba esa piel morena.


Se quedó estático, vio de nueva cuenta ese papel; Club suicida.


-Te espero ahí, después de clases, en la azotea- Terminó de decir el peli verde para retirarse con movimientos elegantes.


Nadie miraba raro al chico, seguro creían que era la manera de atraer gente a su club, pero él sentía que no era así, sólo él lo creía.


Lo veo en tus ojos…


-.-*-.-*-.-


-Esto será interesante…- Una figura misteriosa descansaba en una esquina oscura apenas iluminada, solo se podía ver un pequeño brillo cada vez que jugueteaba con un cuchillo, arriba, abajo para después tomarlo del mango, sencillo.


- Deja eso que te cortarás idiota- Habló una segunda voz una ligeramente más profunda.


- No le veo nada de malo, si el destino quiere que me corte será por qué él lo quiere, deja que ese delgado hilo te guíe, Suzuno- La sombra salió, haciendo de aparición un rubio de largos cabellos, su rostro portaban una sonrisa juguetona. El otro solo suspiró.


-No tiene sentido discutir contigo así que me voy, por cierto ¿no vino Midorikawa?-


-Sí, esta afuera trayendo nuevos al club, no puedo esperar qué clase de locos traerá- Se re-lambió un poco sus labios, todo esto le llamaba la atención.


-Solo espero que no halla más locos como Genda, ese tipo me estresa- Se toco su sien, recordarle le daba jaqueca, ese tipo en verdad podría ser estresante si se lo proponía.


-No puedo prometerte nada pero si a que este año si será muy diferente-


Ambos salieron de esa habitación, su salvación a la realidad, su razón…


-.-*-.-*-.-


Las típicas presentaciones, los típicos alumnos, las clases que le había tocado eran… tan aburridas… Solo esperaba que las clases acabaran y…


Te espero ahí.


Aún pensaba en ello, si pero… ¿qué se hará en un club como ese?


-Seguro se juntaban a hornear galletitas, tomaban té y hablaban sobre la importancia de la lactosa… ¡Claro qué no Hiroto, no seas idiota! Tú muy bien sabes que no es un simple club- Pensamientos bizarros pasaban por la cabeza del chico, pobre.


Muerte. Sí esa palabra de seis letras tenía un valor de muchas más.


Lo deseas.


Sí, sí lo hacía no lo podía negar su vida era una manzana que poco a poco se pudre.


Bien si alguien oyera cada uno de sus pensamientos creyera que era un enfermo demente, en que no estaba muy fuera de la realidad, aún así…


No era normal. Nada de esto era normal.


Continuaron las clases, los mismos métodos, todo igual. Después de unas horas sonó la campana que indicaba la salida. Ya él después de tomar sus cosas, se dirigió a la entrada personal, iba a irse pero algo lo detenía.


¿Él iría…? ¿Su curiosidad era tan grande…?


Sí, al parecer sí.


No sabía que le había atraído tanto de él tema, pero era como si un imán lo atrajese o una colección completa de toda la saga de Star Wars lo llamara, sí, así de fuerte era. Dio media vuelta y regresó por donde antes había caminado.


Camino con el semblante indiferente, miraba como pasaba la gente, sonriente…Qué hipócrita. Más pensamientos similares pasaban por su cabeza.


Pasó por los pasillos, la iluminación iba perdiendo su nitidez, se detuvo un momento, escuchaba algo.


-Veintitrés cuchillas se divertían, atravesando mi garganta, como sentían que resistía fueron a llamar otra cuchilla…- Esa vocecita infantil junto ese tipo de letra no era buena combinación, para nada. Sentía como el escalofrío que sintió pasó por toda su espina dorsal. Volteó y una pequeña figura de cabellos rubios se acercaba en brincoteos. ¿Ese chico iba en la escuela? Era muy pequeño o mejor dicho bajito tomando en cuenta la altura promedio de los demás para ir a la escuela media. ¿Desde cuándo comparaba?


Sintió un pequeño golpe, el chico bajito parecía muy concentrado en su tonada que no vio al otro.


-Auch- Se quejó el rubio- te diría lo siento pero en verdad no lo sentí- ¿Qué clase de respuesta era esa? ¿Acaso él estaba usando un doble sentido?


-No te preocupes- trató de ser lo más amable posible.


- Ok.- La mirada del rubio estaba en todo menos con él- Sí tu vas en esta dirección es que vas a "eso" ¿verdad?-


-¿"eso"?-


-Ya sabes "eso", el club- ¿Acaso él…?


- Sí, también voy para allá- De pronto sintió toda esa mirada del cielo en él, una gran sonrisa se postraba.


-Entonces, bienvenido - Con eso se despidió, continúo su sendero tal y como empezó dejando algo incomodo al peli rojo.- Veinticuatro cuchillas se divertían…~-


Observo por donde entro el rubio, una puerta que tenía una cinta amarilla


-precaución - Leyó para sí, se encamino hacía allá, un cosquilleo se presentó en su estómago.


¿Cómo serían las demás personas? ¿Qué haría una vez ahí? Preguntas similares pasaban por su mente. Estaba ahí adelante, tomó valor y la abrió.


-Bienvenido- Escuchó una voz que bien ya la había oído ya, la persona de la mañana. Le miró, su sonrisa gatuna aún permanecía ahí, solo para él.


Solo para él.


[Fin del capítulo uno]

Notas finales:

Gracias por leer, toda sugerencia es muy bien recibida. Nos leemos para la próxima.


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