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Deja Vu por Akiko_y_Shizuka

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Notas del fanfic:

CONTINUACION DE BEAUTIFUL LOVE

Para leer ésta es preciso leer antes las historias anteriores.

- Lovers
- Consecuencias
- Edén
- Beautiful Love

- No, hoy no puedo ir al club - rechazó en tono casual el muchacho que se encontraba sentado en una de las sillas de la clase - Tengo cosas que hacer.

Dylan aprovechó la pausa para tirar la goma de mascar a la papelera que tenía cerca. Sabía que tendría que empezar a dar explicaciones de por qué no podía ir con él.

-Si hicieras tus cosas a tiempo no tendrías que posponer tus reuniones del Club, Dylan -recriminó el muchacho con mal humor -Siempre haces lo mismo.

- Esto es más importante que una tonta reunión del Club, Khris - replicó sin alterarse - …l es algo que no se puede dejar de lado...

-¿…l? -Khristofer arrugó la nariz -¿Vas a dejar la organización de un campeonato por un "él"? ¿Te has vuelto loco?

- Puede que sí - concedió el muchacho - …l es más importante que ese estúpido campeonato, además, ya te tienen a ti, no hago falta.

El muchacho frunció el ceño.

-Desde luego no necesitamos al capitán -ironizó -Espero que a los chicos les baste con el "capitán suplente"... ¡pero qué digo!... ¡¡Ya deberían estar acostumbrados!!

Dylan se levantó alborotando el cabello de su amigo con una sonrisa de lado a lado.

- Gracias, gracias - dijo con énfasis - Sabía que lo comprenderías aunque refunfuñes tanto - y después rió - Para compensártelo te invito a comer mañana.

-¡Claro! -exclamó indignado -Ahora intentas contentar a tu "capitán suplente" con comida... Esto te va a costar Dylan -amenazó -Y con más que alimento.

- Lo que quieras - dijo sin importancia - Claro que mi estupendo cuerpo está fuera de servicio para todo el mundo.

Dylan se recreó en su físico sabiendo que quizá eso le hiciese enfadar aun más.

-Ya quisieras... -escupió Khristofer con algo muy semejante al desprecio -Tengo cosas más importantes que hacer a revolcarme con la persona equivocada.

Ahora lo que debía hacer era inventar un magnifico discurso para justificar la ausencia del capitán... Uno que no hubiera usado ya... cosa que era difícil... ¿Los muchachos creerían si les decía que Dylan había ido a visitar de nuevo a su abuela (ya fallecida)?

Por su parte el capitán estaba muy tranquilo con respecto a los temores de Khris y solo deseaba que llegase la tarde para poder ver a su pequeño una vez más.

- ¿Qué tienes que hacer de importante? Aparte de seguir con la nariz arrugada - entretanto tenía que matar el tiempo como fuese. Las horas se le estaban haciendo demasiado largas y eso que aún no había transcurrido ni dos horas desde que empezasen las clases.

Qué tortura...

-Hacer tu trabajo -masculló Khris con tono venenoso -Después de ver el éxito que tengo he pensado en ser capitán del equipo, después de todo he estado ocupando el puesto... Aunque me quitaría el tiempo en la silla presidencial y me lo tengo que pensar.

- Oh, sí, tu papel como representante de este curso, qué aburrido... - Dylan hizo un gesto de cansancio nada más al pensarlo - Creo que este fin de semana te sacaré de paseo, que entre el club y tu puesto…

Dejó caer el doble sentido que se le pudiera dar a ello.

-Tengo mis propias ocupaciones -manifestó el chico -No compartirlas es una de ellas... Así que ve a ver a tu... "muchacho" y deja que los demás sigan con sus vidas.

- Te levantaste con el pie izquierdo hoy, ¿verdad?

-Mas o menos... Y déjame decirte que gran parte de ello es culpa tuya.

- Será la última vez - ¿Cuántas veces había dicho eso ya? Tantas que había perdido la cuenta - Antes creí verte hablando con el decano, ¿no?

-Llegará un alumno nuevo -dijo Khris sin importancia -Seré yo quien lo reciba y le lleve a su aula... Así que tendré trabajo de niñera por lo menos la semana completa... depende de qué tan listo sea.

- Si te tiene que aguantar con ese humor, me da mucha pena - comentó y miró el reloj. ¡Qué manillas tan lentas! - Imagino entonces que no te veré en toda la mañana, ¿no? Tráete a tu victima y así almorzamos en la cafetería...

-Tu pagas -el chico tomó su raqueta y avanzó hacia el aula donde el equipo se reunía -Es lo menos que puedes hacer por mí.

- A tus órdenes - Dylan hizo la despedida con la mano a su amigo como se tratase de un general viéndole marchar.

* * *

El director estaba sumamente complacido con el nuevo ingreso en la universidad. Cuando hubo recibido la solicitud de traspaso de universidad desde una que poseía más estatus social que la propia, sus ojos no dieron crédito.

Y menos lo dieron cuando conoció el apellido del muchacho.

Seguía sin creerlo aun teniendo su magnífico expediente en las manos y al chico sentado de manera correcta en la silla frente a él.

El hombre conversaba de manera casual y el recién admitido asentía y respondía con palabras breves.

- Es un honor tenerle con nosotros - cerró por fin su expediente. Alguien con su categoría le daría más prestigio a aquel lugar sin duda alguna - Me permití darle instrucciones al delegado del curso de que le ayude a adaptarse.

- No era necesario, señor Kraft - respondió escuetamente, callando al escuchar el ruido de la puerta al llamar.

-Oh, por fin llegó -un muchacho de su edad se asomó a la oficina y entró con familiaridad -El Club de tennis esta tocando fondo -bromeó sentándose en una silla -¿Listo para conocer la Universidad?

El chico descruzó la pierna y apoyó las manos cerradas con tranquilidad sobre las rodillas para mirar al muchacho que tenía a su lado.

- No es necesario que se moleste - respondió con seria educación al buen humor del muchacho.

-¿Molestia? -Khris le sonrió con encantó -El día que yo me moleste este cacharro se hunde, así que mueve el trasero que el director ya me mira de esa menara que a todos hace temblar.

El director comenzaba a replantearse si dejar a alguien tan importante en manos de Khristofer sería lo más recomendable... pero ya no había vuelta atrás.

- Espero que disfrute de las instalaciones - el hombre se levantó a la par que el chico de cabellos negros y estrechó su mano.

- Lo haré - se despidió y esperó a que su compañero le mostrase el lugar por donde debería de seguirlo.

-Ahora el director se quedará mordiéndose las uñas preguntándose lo que haré con su nuevo estudiante -Khris sonrió empujando al chico por los pasillos -Encontrarás este lugar encantador una vez que no te pierdas por sus múltiples aulas.

…l procuró ignorar que le había tocado e intentar estudiar aquel lugar nuevo para él.

- ¿Acaso sueles torturar a cada estudiante del cual te conceden responsabilidad? - preguntó sin ánimo alguno y de la misma forma siguió hablando - Estoy acostumbrado a los lugares grandes, no será un problema.

-Torturo tanto como me es posible -susurró el muchacho con encanto -Dicen que me hace ver interesante, lo cual aun no creo... Y de cualquier manera al director se le olvidó presentarnos debidamente, claro que yo sé su nombre, joven Wyndham.

- Eric - corrigió al escuchar su apellido, y por fin posó aquellos ojos claros sobre los del extrovertido muchacho - ¿Y usted es...?

-Khristofer Kentz -le dedicó una sonrisa -Tu guía personal.

Eric volvió la vista al frente con las manos en los bolsillos y pase lento. La espalda recta y aun examinando el lugar metro a metro.

- Solo hará falta que sepa donde se encuentra el aula de informática y mis clases, no te entretendré demasiado - pidió con tranquilidad y notó como el brazo de Khris rozó con el suyo en un movimiento.

-Soy una interesante fuente de información -susurró Khris alejándose un poco y señaló hacia un pasillo -Ahí está el camino a tu aula, te llevaré.
- Gracias - dijo, y volvió a seguirle.

Eric se cobijó bajo el pensamiento de que sólo serían pocos meses los que tendría que permanecer en aquel lugar en donde seguía encontrándose como si fuese un mundo aparte.

- Infórmame entonces, ¿qué deportes se pueden practicar?

Aunque para alguien como él practicar un deporte de riesgo podría desmejorarle en vez de beneficiarle.

-Tennis, fútbol, natación, atletismo, voleibol y atletismo extremo -claro que ese último sólo lo practicaba él cada que se saltaba las clases.

- Interesante - respondió, valga la redundancia, sin interés alguno. Ninguno que se ajustase a lo que él buscaba. De todas formas, tampoco tenía tiempo para practicar alguno de ellos.

Eric deslizó aquellos ojos amielados capaces de confundirse con oro sobre cada superficie de las mesas que constituían su nueva clase.

- Es pequeña - comparada con la que había tenido antes aquello era la mitad de su antigua aula - Pero es agradable.

Por eso había elegido aquel lugar, por lo acogedor de lo que le había contado.

-Es el objetivo -Khris se detuvo frente al aula -Aquí esta tu clase... Estaré al pendiente para mostrarte lo que resta de la escuela.

"Gran contraste entre los dos", pensó el nuevo estudiante.

Eric se sentó e hizo un ademán que tendría que ser interpretado como un "hasta luego".

* * *

Eric Wyndham.

No era la belleza de sus facciones, ni lo armonioso que resultaba cada línea que dibujaba su cara. No era la suavidad que podía percibirse a simple vista de sus labios o la frialdad atrayente de sus ojos...

Era algo más.

Algo que se escapaba de toda comprensión y que, a pesar de todo, necesitaba entender.

... Algo... especial...

¿Tan especial, quizá, como su pasado enterrado?

Khristofer carraspeó. Jamás habría pensado en hacer semejante relación aunque se tratase de la última opción. Su pasado era sagrado para estar relacionándolo con la primer cara atractiva que se le atravesara en el camino.

Pero es que resultaba extraño haberlo pensado de esa manera.

-Resulta extraño pensar en Eric Wyndham cuando podría estar arreglando el campeonato del Club de Tennis -se dijo con seguridad y frunció el ceño recordando que su capitán volvería a faltar.

"Piensa en el club" se dijo molesto, sin embargo no pudo.

¿Por qué?

¿Qué tenía Eric Wyndham de especial para que no pudiera sacárselo de la cabeza?
Y asegurando que su capitán iba a saltarse aquella reunión, allí estaba tan tranquilo en la barra de la cafetería.

Lo extraño no era ver como sonreía a la camarera pidiendo una pequeña botella de agua. Lo extraño no era que bebiese de ella un trago largo para saciar la sed.

Sino en como resbalaba las irises violetas por cada rasgo del muchacho que le acompañaba con cierto descaro. En como aquel chico le arrebataba la botella para beber de ella, rozando los fuertes dedos del jugador de tennis. En como Dylan colocaba un mechón de cabello negro sin que éste necesitase ser colocado sin dejar de ser escrutado por aquellos ojos felinos de talante tan serio.

Junto a su capitán estaba él...

... Eric Wyndham

Khris se revolvió incomodo en el asiento.

Si bien era cierto que su capitán le dijo que tendría un asunto más importante que el equipo... y que ese asunto era un chico... no esperaba que se tratara de Eric precisamente.

Aunque eso era lo más molesto del asunto.

¿Por que tenía que sentirse molesto por que el alumno nuevo resultara ser el "chico" de su capitán?

¡Santo Dios!

Ni siquiera lo conocía.

Khris giró los ojos con un gesto claramente exasperado.

Estaba... molesto.

No. Estaba muy molesto.

En definitiva tenía que apurarse a caminar con los demás integrantes del club.

- Se supone que habíamos quedado para comer, ¿no?

La voz de Dylan.

Khris no pudo dar un paso más hacia donde pretendía dirigirse. Los dedos en que había podido fijarse antes le tenían atrapado por la orilla del cuello de la camisa y tiraba de él en pos de no dejarle caminar.

-¿Ahora? -preguntó Khris con tono exasperado intentando liberarse -Tengo a todo un club esperando, por si se te ha olvidado... "capitán".

- ¿De nuevo?

Dylan enmudeció al escuchar como Eric se había colocado tras él y escuchado lo que su amigo había dicho. Con cierta lentitud puso una gran sonrisa en sus labios para volverse hacia él, quien no tenía la misma expresión en su rostro, y asentir esta vez con más firmeza.

- ¿Por que estoy yo aquí?

…l volvió a asentir y pareció que los dorados ojos se rasgaron un poco más.

- No eludas responsabilidades conmigo de excusa, ya hablamos de esto, así que ve...

- Pero... - intentó hablar Dylan.

-Por fin alguien que conserva la cordura -Khris se soltó y se acomodó el cuello con toda la elegancia que le fue capaz reunir al sentirse absolutamente en problemas - Wyndham -se despidió con respeto e intentó volver a... escapar de las manos de su capitán. Con un poco de suerte se entretendría con su... chico.

Pero no pareció tener tanta. A los pocos segundos tuvo a su lado caminando con él a un triste Dylan.

- Ya no tendrás que inventar ninguna excusa - repuso el joven, mordiéndose el labio inferior con fuerza - Maldita sea...

-Cuanta pena me da -ironizó Khris -A los integrantes del equipo les dará un ataque... Creerán que eres una aparición.

- Claro, claro. Te quitaré protagonismo en esa reunión - dijo de igual manera y pasó la mano por el cabello café despeinándolo - A la próxima mantén la boca cerrada, Khris...

-Para la próxima -Khris lo miró molesto -no me detengas cuando me escabullo...

Dylan abrió la puerta de donde debía celebrarse la reunión y miró con curiosidad al chico que iba con él antes de dejarle entrar.

- Me encantan los días en que sacas todo tu "encanto"...

-No fastidies, Dylan -bufó Khris empujando la puerta del aula de club -Tengo mas "encanto" oculto y no te gustará ser el receptor principal.

- Esperemos que algo te alegre el día... si no me mantendré bien alejado para que eso no pase.

Una nube de comentarios había nublado el lugar nada más ver como el capitán entraba, justo como había dicho Khris, y eso en verdad no le importó demasiado a Dylan, que saludó con una sonrisa.

En realidad las conversaciones del Club de Tennis no eran recomendables cuando estaba de mal humor. Y Khris así lo hizo saber tras el primer gruñido que debía interpretarse como una respuesta afirmativa a una propuesta de entrenamiento.

Y la causa era de lo más ridícula, que ni el propio Khris se atrevía a analizarlo mucho: Eric Wyndham.

Maldición, ¿por qué tenía que darle importancia a un completo desconocido?

¡Que idiotez!

Dylan por su parte había decidido ignorar los sonidos del joven y tratar de sacarse el mal sabor de boca con la orden de acudir a aquella patética reunión, en vez de dejarle estar con él.

Comenzaba a odiar ese sentido de la responsabilidad tan arraigado que tenía su chico, pero aun así n podía dejar de derretirse ante él.

"Todo para planear un entrenamiento" se dijo con pesadez y frunció los labios aumentando su frustración al escuchar otro gruñido proveniente de la esquina en donde sabía quien ya estaba sentado.

- Déjalo ya, ¿quieres? - preguntó en su dirección.

-Esta bien -Khris tomó sus cosas -Ya que tu eres el capitán, debes quedarte a arreglar esto... Me lo debes, Dylan.

- Bien - espetó él, dándole alas a la idea de que se marchase de la reunión - En un par de horas a ver si cambian.

-¡Bien! -exclamó Khris dando un portazo.

-No deberías hacerlo enfadar, Dylan -murmuró Justín Falls, el más callado del equipo de Tennis y el más alto también. No era llamativo por su apariencia tosca a pesar de poseer ese cuerpo delgado. Se trataba más bien de su callado carácter y la fría mirada que dedicaba a casi todos sus compañeros.

- "No deberías de hacerlo enfadar" - repitió Dylan con desdén hacia el entrometido - Ni que fuese mi meta en la vida - ironizó - Cuando se pone en ese plan no hay quien lo aguante...

-Deberías reconsiderarlo -Justín sonrió con burla -, eres tu quien lo verá el resto de la tarde para estudiar para el examen de mañana.

- Dime que te lo estás inventando... - rogó hacia Justín implorando porque no fuese así.

-El maestro de programación esta preocupado por ti, así que te asignó un tutor competente -susurró Justín con frialdad -Y ya que no van a hacer algo útil en esta reunión me retiro a estudiar también.

- Sí claro... - murmuró Dylan con una forzada sonrisa - Gracias por darme el toque de muerte que me faltaba, compañero.

Genial, las esperanzas de estar unos momentos en compañía de Eric se acababan de esfumar de todo... Ya podría haber elegido otro día ese profesor del demonio para poner el examen.

* * *

Una charla sobre cálculo diferencial era justo lo que necesitaba.

Nada de emociones implicadas... Nada de estudiantes nuevos ni estupideces sociales que no entendía.

-Sólo cálculo y números -susurró acomodándose sobre el césped.

Aunque no había calculado que sentarse sobre el verde tuviese tal efecto como un golpe en la cabeza. La causa había sido... ¿una piña?

Claro, de los árboles podían caer piñas, así que frunció un poco más el ceño sin darle importancia... hasta que volvió a caerle otra, esta vez en el hombro.

¿Dos seguidas?

No hacía viento alguno... así que escrutó entre las ramas y puedo ver algo en la copa del gran árbol.

Dos piernas que colgaban de una fina rama se balanceaban y desde aquella considerable altura se podía distinguir una mata de cabellos negros que descansaban en el tronco.

-Oh, tu -Khris frunció el ceño -¿Tienes tendencias suicidas?

…l abrió un ojo y miró hacia abajo sin darle importancia a su pregunta.

- No.

Khris gruñó y movió su cuerpo para alejarse del alcance de alguna otra piña.

-¿Herencia de simio o algún similar? -preguntó con tranquilidad.

- Quizá. - respondió en un tono en que pudiese escuchar y miró al frente divisando lo que tenía ante sus ojos - Perdón por la... lo que se haya caído.

-Claro -bufó el chico -Te perdono por casi matarme.

- ¿Matarte? Fue un golpe insignificante.

Pero había sido una voz muy diferente la que había pronunciado las mismas palabras que Eric.

Una voz lejana cuyas palabras hicieron eco en su mente... y le trajeron el recuerdo de una pelota de baloncesto golpeándole la cabeza de igual forma que aquella piña.
Khris parpadeó.

¿Ese recuerdo era suyo?

"Claro idiota, ¿de quién más?"

Por instinto cerró los ojos para ver más como en aquellas veces... pero no paso nada... Nada excepto esa mirada furiosa de color azul...

Tan hermoso.

Khris suspiró desalentado.

-Al menos tienes puntería en algo -susurró con desprecio antes de poder detener las palabras. Maldición, lo había hecho de nuevo.

Eric dejó de balancear las piernas en el mismo instante que pudo oírle. Algo dentro de él acababa de encogerse y, sin saber el por qué, no le agradó.

En absoluto no le gustó, pero le había puesto la carne de gallina y el corazón agitado.

- No la tiré yo, se cayó de la rama del árbol - el cuerpo delgado se puso rígido ante aquella sensación tan extraña - ¿Quieres que te enseñe para que hables con conocimiento de causa, Kentz?

-No -Khris se levantó -No quiero que me enseñes nada, Wyndham... Y... disculpa lo de hace un momento.

Lo mejor era huir con la dignidad intacta aunque el orgullo se estaba retorciendo. Khris se burló de sí mismo ante ese pensamiento ya que era lo que contradecía a esa persona.

Bueno, pues que se aguante.

El chico caminó hacia la biblioteca, por lo menos esperaba que Dylan no le arruinara más el día y se dedicara a estudiar.

- Estás en otro mundo, ¿eh? - Dylan acababa de colgar su celular y puesto la mano en el hombro de su amigo justo a la entrada del edificio - Llevo llamándote desde antes que llegases hasta aquí.

-Dejé el móvil en el club -gruñó Khris y miró a su amigo -¿En serio no puedes con los temas de programación? No me siento de humor, ¿sabes?

- ¿Qué ocurre, Khris? - se preocupó él, no era muy propio verle todo el día en aquel estado.

-Toque fondo -ironizó el chico -Y no se trata de algo agradable, de trata de una parte parapsicológica que ni siquiera entiendo, pero que me tiene molesto... Así que por bienestar de tu calificación lo mejor será que posponga tu examen... El maestro tendrá que hacerme caso.

- Y si no te lo hace, ya tendré tiempo en la recuperación - intentó quitarle importancia al asunto con una sonrisa - No pasa nada, mejor descansa de lo que te preocupe... ¿ok?

-Esfúmate de una buena vez -masculló Khris nada agradecido con la interpretación que su amigo había hecho ante la idea de ayudarle a no presentar ese examen.

- Vale, vale.

Dylan hizo caso y prefirió no decir nada más. Hizo un gesto con la mano en señal de despedida y la sonrisa se acrecentó. Un poco de suerte y lograría encontrar a Eric en el campus antes de que ya se hubiese marchado a casa.

Aunque la actitud de Khris le preocupaba a pesar no de haber entendido una palabra de lo que había mencionado.

Khris se tumbó en una banca a la entrada de la biblioteca.

Un recuerdo.

No como los anteriores que se notaban nítidos e incomprensibles... Esto era... más... claro.

Y precisamente con una frase de Wyndham.

¿Por qué?

* * *

¿Por qué?

El dolor del brazo y del trasero, al haberse caído del árbol al bajar, no fue algo que disipase aquella pregunta de su cabeza.

La sensación que Khris le había despertado le había hecho querer huir con tanta intensidad que no calculó bien donde ponía el pie y terminó cayendo, cosa que no solía ocurrir nunca.

Y sin embargo ese querer distancia se contradecía con el caminar de sus pasos hacia donde sabía que estaría.

"Vas porque allí está Dylan" se regañó, y pensó en sacarle de la sesión de estudios...

Sacarle para que rodease su cuerpo con los grandes brazos y le hiciese sentirse protegido como siempre lo había conseguido.

Khris apoyó un pie en la banca para abrazar su rodilla con una mano mientras la otra revolvía sus cosas hasta dar con los lentes y colocárselos con cuidado.

"Así es, muchacho, ahora heredas ceguera" se burló de sí mismo hasta que tuvo fuera unas notas de cálculo que le habían estado dando problemas. "Lo que necesitas es olvidarte que esto ocurrió, ya tendrás tiempo de hacerme ver que me porto como imbécil" se dijo y comenzó a revisar el problema que le había estado dando dificultades.

Sin embargo cuando Eric llegó a casi a las inmediaciones de la biblioteca y pudo verle allí sentado, no pudo dar un paso más en dirección a aquel lugar.

Eric no se preguntó porque no estaba Dylan allí, sino por qué quería decir algo y no encontraba palabra adecuada que pudiese... expresar... ¿lo que no entendía que estaba sintiendo?

- Ese golpe si que me afectó... - susurró apartando la mirada de Khristofer para mirar a una absurda piedra, ignorando absolutamente todo.

- ¿Qué golpe? - la voz hizo que el chico diese un respingo y le quemase con la mirada al darse la vuelta.

Pero no le regañó por el susto, contrario a lo que el jugador hubiese esperado Eric se había abrazado a su cuello y lanzado a sus labios con una urgencia que no reconocía en él.

Dylan agradeció en silencio aquel acto y le rodeó con los brazos correspondiéndole.

- Vámonos...

Eric asintió y le siguió en silencio fuera del campus. …l era lo que necesitaba... aunque... lo que sintió al conocer a Dylan... ese día acababa de desaparecer y eso también trató de ignorarlo.

* * *

Nada más acababa de comenzar en esa universidad y ya sentía que llevaba allí por años. Realmente estaba muy cansado y le seguía doliendo el brazo aunque Dylan le hubiese dado un masaje para que le quitase la molestia.

Aunque más que un masaje en el hombro fue por todo...

Eric carraspeó sintiéndose algo incómodo aunque estuviese a solas por la calle a esas horas de la noche. Su pareja le había insistido en que no tenía por qué ir al trabajo, pero sí tenía que hacerlo. No podía perder el puesto aunque tuviese buenos contactos en él.

Qué demonios, buenos contactos no, los mejores, según palabras de Dylan.

Eric suspiró.

Faltaba menos de media hora para su turno y le quedaban aun muchas horas por delante.

-¿Has visto a Joseph? -preguntó un chico que se detuvo en la puerta -Maldición, ¿dónde se mete ese tonto?

- Quizá este... ocupado - respondió Eric ultimando las últimas bocanadas de aire antes de entrar en aquel lugar.

-¿De qué te sirve trabajar aquí si no sabes donde esta el jefe? -preguntó el muchacho exasperado... aunque se le quedó viendo -¿Te conozco?

…l negó con su acostumbrada seriedad y le observó de reojo.

- Trabajo aquí hace menos de una semana - se limitó a informar.

Por algo no sabía ni donde estaba el jefe, aunque seguro que estaba haciendo cuentas de lo que pudiese embolsarse esa noche con las ganancias del local.

-Principiantes -masculló el chico con frialdad -Me llamo Justín Falls, y la única razón por la que estoy en este basurero es para ver a Joseph... Así que, ¿podrías preguntar su paradero?

¿Pretendía darle órdenes después de un comentario como aquel?

Eric miró su reloj con pasmosa tranquilidad y después volvió a meter la mano en el bolsillo de su pantalón recargando la espalda sobre la pared y mirar al frente sin importarle mucho la compañía.

- Aun no es mi hora de entrada - repuso con la misma frialdad - Si quieres que yo pregunte, tendrás que esperar.

No quería pisar aquel lugar más de lo necesario.

Justin hizo un mohín de disgusto y acomodó sus manos en las estrechas caderas. Mirando con cuidado al chico no era la gran cosa... Bajo de estatura (al menos comparado con él), muy bonito y de carácter difícil para trabajar ahí.

Y la verdad le habría gustado decirle unas cuantas verdades, pero algo se lo impidió.

-Deja de pelearte con los trabajadores, Justín.

Su hermano mayor, Joseph.

-Hum -Justín entró al lugar haciendo un gesto despectivo.

- ¿Eric Wyndham? -preguntó Joseph con amabilidad.

- Sí - asintió él sin darle importancia al chico llamado Justín, y sin dejar de observar a Joseph.

-Bien, te diré lo que hay que hacer ya que no harás lo "común" -el chico sonrió con gracia.

"Ni loco haría lo común" pensó Eric, dispuesto a seguir al hombre.

- Gracias... - susurró Eric, más que nada por aceptar a contratarle de aquella forma y no obligarme más que a servir copas.

Con tu aspecto serás un buen reclamo, recordó haberle oído decir a Dylan y sinceramente con lo poco que había podido ver no lo dudó un segundo.

-Aquí esta el almacén -Joseph se detuvo ante una puerta de buena apariencia y sacó una juego de llaves -Tienes entrada a las pocas habitaciones que tenemos, pero te recomiendo que mires si tiene "advertencias" antes de entrar. -el chico volvió a reír con humor.

- No creo que se percatasen mucho si me llego a equivocar - quizá debería de haber puesto alguna nota de humor a aquella frase, pero el humor era algo que no iba con él, o era totalmente sarcástico.

Eric tomó las llaves en su mano y las estudió al detalle. Solo esperaba no tener algún problema en aquel lugar.

Lugar que a su gusto tenía buena presencia y era "acogedor". Joseph tenía buen gusto al elegir la decoración para un sitio como aquel.

-Podría pasar así -concedió Joseph -, pero prefiero dar "comodidad" a la clientela. Tu trabajo entra en eso, Eric, hay que mantener los refrigeradores con hielo y vino y sacar todo lo que haga ver al sitio inadecuado a su "fin". Lo que menos me gusta es un cliente que se arrepiente adentro y no afuera del lugar.

- Me... encargaré de que así sea, señor - aseguró con firmeza, y un mechó de cabello se posó delante de uno de sus ojos claros, afirmando que cualquiera que entrase por aquella puerta, después de encontrarlo detrás de aquella barra, no querría abandonar el lugar - No habrá problema alguno...

-Perfecto, chico... por que de ser lo contrario tendrás problemas -Joseph le palmeó el hombro con fraternidad -Ahora debo deshacerme de mi hermano y sus discursos moralistas, en serio que no entiendo por qué les enseñan eso en la Universidad "Ateneo"... Deberían prepararlos para ganar dinero y no para discutirles a sus mayores.

¿Ateneo?


¿En serio había dicho ese nombre?

Eric asintió con normalidad hasta verle desaparecer y comenzar a encargarse de su trabajo mientras pensaba en su bonita situación.

Genial, el hermano del dueño acudía a la misma universidad que él, así que podría perfectamente decir que trabajaba allí y comenzar a correr rumores sobre él.

Un momento, ¿y a él que más le daba?

Seguro que saber que un Wyndham trabajaba en un lugar como aquel levantaría expectación en las clases altas.

Sí, desde luego eso sí que le haría reír, y daría lo que fuese por ver la cara de cierta persona en particular.

No pasaron ni quince minutos cuando un particularmente molesto Justín atravesó los pasillos y se detuvo buscando cigarrillos en los cajones del almacén.

-Maldito lugar -bufó -Nunca tienen nada cuando "realmente" se necesita.

- ¿Puedo ayudarte en algo? - ofreció sin interés Eric.

Tenía que hacerles sentirse cómodos, ¿cierto?

Aunque aun no sabía cómo hacerlo exactamente.

-Si -Justín lo miró -Cuando mi hermano esté dormido tirale una silla encima, quizá eso le haga recapacitar -volvió a buscar -¿No hay cigarros?

¿Tabaco?

- Uhmm... hacerle eso a mi jefe no es algo que me haga demasiada ilusión - Eric dio media vuelta y pudo divisar en un rincón una cajetilla que antes había podido ver. La tomó entre sus dedos y la alzó para fuese a tomarlos y dejase de revolver el almacén o no sabría en donde estaba cada cosa.

-Te la hará una vez que lo conozcas más -aseguró Justín tomando la cajetilla -Suerte en el trabajo, mi hermano acaba de defenderte ante mis malos y pervertidos pensamientos.

- Censurado por tu hermano mayor - ironizó Eric, sin escandalizarse demasiado ante la sinceridad de aquel muchacho - Estos familiares... tendré que darle también las gracias a eso...

-De paso dile que lo siento -Justín encendió el cigarrillo dándole una gran fumada -Te veo después.

- Seguro - despidió con cierto misterio Eric a su compañero de universidad e intentó mentalizarse para seguir trabajando aquella noche.

* * *

Cabello café claro.

No del tono común ya que no era ni rubio, ni podría ser considerado como oscuro... más bien parecía tratarse de un capricho genético que se había encargado de mezclar ambos tonos de cabellos de sus padres y le matizaba el cabello con mechas más claras haciéndolo ver... un tanto vanidoso.

Y se había cansado de corregir a los que pensaban que se pintaba las mechas. Simplemente ya no le importaba. No desde que comprendió que extrañaba el tono oscuro que jamás tuvo, pero que recordaba.

Ojos claros... verdeazules... Alguien no podía decidirse, ¿verdad?

¿O era simplemente que tenía que mezclarse en él lo que no tuvo jamás.

Maldición.

Menos mal que no parecía muy... bonito.

No mucho.

Al menos no el único.

Y la verdad es que esa era la parte más difícil de aceptar. Nadie creía que fuera capaz de ser tan voluble teniendo esa apariencia... Y para colmo no tenía buena estatura a pesar de que seguía creciendo, era muy delgado y con bastantes ganas de auto criticarse.

-Soy la cosa más bonita que he visto -ironizó guardando su uniforme deportivo y rogó por que nadie más del club de atletismo entrara gusto para escuchar esa frase, aunque eso dejó de importar al ver que de nuevo se le había hecho tarde.

Demonios, se supone que tenía una reunión hace... 5 minutos.

Khristofer maldijo entre dientes y terminó de arreglarse para tomar una libreta de notas y salir corriendo a la sala de juntas.

Le gustaba lo que hacía. De alguna manera le hacía sentir en casa.

Arreglar problemas políticos en el interior de la Universidad, preparar movimientos estudiantiles junto con otras instituciones, dar discursos respecto a gastos, ser consejero... ser (de alguna manera) jefe.

No le parecía en absoluto que fuera por los motivos pasados, pero sentía que estaba ahí por lo mismo.

A veces se sentía el mismo a pesar de que no se parecía en lo absoluto.
Y ese era el problema.

Guardaba recuerdos de un amor que le destrozó el corazón y de otro por el que perdió mucho.

Recuerdos borrosos... Mentiras ahora, pero recuerdos al fin y al cabo.

Cosas que le dañaban, pero le alentaban a no cometer los mismos errores.

-Y no es que no tenga con quien cometerlos -susurró con cinismo notando la mirada de compañeros suyos (hombres y mujeres).

Pero.

Esta vez debía encontrar a la persona adecuada.

Y de todas maneras...

¿Quién se halla con la misma piedra en otra vida?

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