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Deja Vu por Akiko_y_Shizuka

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-El psicólogo esta enloqueciendo.

Maxwell levantó la mirada hacia su divertida hermana Karla y frunció el ceño.

-Tengo trabajo importante, cariño, ¿podrías...?

-¡Es en serio! -la gruesa mujer se sentó en el escritorio para completo horror de Maxwell -El psicólogo no sabe qué hacer con nuestro bebito.

-¡Santo cielo! El muchacho tiene 20, no puedes seguir llamándolo bebito.

-Es tan adorable como uno -justifico Karla y dejó un fólder en el escritorio de su hermano mayor. -Y aun no tiene 20 años, lo que me recuerda, Ballery quiere que le organicemos una fiesta.

-Debe estar bromeando -Max -la miró casi con horror -¿Una fiesta? ¿Una de esas cosas con payaso y globos como la que le organizó a Carter la semana pasada?
-Carter se divirtió -protestó la mujer.

-Tiene 6 años -gruñó Max -Khristofer cumplirá 20. ¿Ustedes hacen una competencia para ver quien lo avergüenza más?

-Estas celoso -acusó la mujer -Le diré a Ballery que organice la celebración y no te invitaremos.

Karla salió de la oficina dejando a un muy impresionado Maxwell. El hombre se recuperó bufando y tomó el fólder para revisando.

-No me extraña que este traumado -dijo sin leerlo siquiera y lo volvió a acomodar -, con hermanas así...

* * *

Tyler.

Claro que había escuchado el apellido. Pero no había tenido relación alguna con nadie llamado así. Y lo curioso es que lo había pronunciado con una mezcla de acidez y anhelo.

Bueno, no es que no lo hubiese oído ya. Pero jamás lo había usado tan de repente.
Khris suspiró apoyando la barbilla en los puños mientras sus compañeros comenzaban a correr hacia sus clases. Los lentes se le resbalaron hacia la punta de la nariz y se los acomodó con pereza mientras llegaba a la misma conclusión. Pensar en todo ello no lo llevaba a ningún lado. Sólo lo angustiaba por algo que en realidad no tenía.

Maldición.

Melanie suspiró elevándose casi a las nubes después de ver el adorable gesto de Khris poniendo las gafas en donde correspondían y cruzó una pierna intentando que no se notase mucho que le observaba desde la mesa de la esquina de la cafetería de la universidad.

- Está serio - afirmó ella - Aún no le hemos visto junto a Wyndham, ¿crees que será por eso, Maguie?

Maguie acomodó el popote de su soda y dirigió una mirada no tan discreta al muchacho hasta que una sonrisa apareció en sus labios.

-Cuando esta con Wyndham tiene otra expresión, cierto... Parece que no tiene tiempo para preocuparse como ahora. Lo que me recuerda -se acercó a su amiga -, me contó mi amiga de Económico, que la otra vez los vio platicando en un lugar muy solitario. Wyndham seguía serio, pero Khris se veía, diferente.

- Pues hay que averiguarlo - la noticia no le había hecho tan feliz aunque sonrió a pesar de todo - Molestemos a Wyndham, si Khris no acude como caballero a defender a su "dama", es que no tendrán nada, ¿no? - preguntó con cierto aire de ingenuidad.

-Eres tan perversa e inteligente -alabó Maguie y volvió a mirar al chico -Hagamos eso.

- Parece que la suerte está de nuestro lado - susurró Melanie, nada más ver como Eric tomaba asiento a dos mesas de ellas con un aire, como siempre, helado y misterioso - Es una pena que me interese otro, tiene un buen trasero...

Y aunque lo había dicho con un tono de voz normal, Eric tenía sus pensamientos puestos en otro tema completamente opuesto. …l enarcó una vez más su ceja derecha al ver, lo que en teoría era comida, en la bandeja y odió no tener tiempo libre para poder prepararse él mismo el almuerzo.

Intentó desechar la idea de comer y esperar a llegar a casa, pero su estómago pareció no estar de acuerdo avisándole con un gruñido.

- Aprende querida... - murmuró Melanie poniéndose de pie y tomando el frasco de la sal en su mano hasta acercarse a la mesa en donde se encontraba el solitario compañero y le sonrió abiertamente.

Eric solamente la observó de reojo sin darle demasiada importancia.

Khris se levantó dispuesto a comer algo cuando se dio cuenta de que Eric estaba en la cafetería. Antes de registrar siquiera el vuelco que sufrió, pudo ver a Maguie acercarse y la verdad es que eso no le dio muy buena espina. No con el extraño comportamiento que ambas chicas habían estado teniendo últimamente.

La muchacha casi se exasperó de la poca atención que le había prestado, pero cuando él posó aquella felina mirada sobre ella se sintió casi hipnotizada.

¿…se era el efecto que podría causar en Khris aquel chico?

"Válgame Dios, seguro que sí" pensó Melanie de inmediato y se obligó a seguir adelante.

- ¿Y bien? - preguntó Eric, con molesta frialdad.

- No es importante, nada más ando haciendo de buena samaritana repartiendo sal - enseñó el botecito como si se tratase de un anuncio de la televisión -, porque sinceramente el pollo del menú de hoy está insípido. Creo que el cocinero se le olvidó lo que es la sal.

Eric la observó como si acabase de decir una idiotez muy grande, pero ella siguió tan simpática y le dejó el frasco en la mesa para regresar a su mesa sin darle tiempo a que pudiese darle las gracias.

"Insoportable" fue lo que pensó Eric mientras probaba el pollo y le dirigía una mala mirada a la comida de nuevo.

Insoportable, pero aquella chica tenía toda la razón, estaba asqueroso, así que seguiría el consejo aunque le pesara y cogió aquel frasco.

Pequeñas risitas se escucharon cuando él terminó de servirse la sal en el pollo y Eric las escuchó tan claramente como lo que veía delante de él. Su plato de comida con más cantidad de sal que la deseada y el tapón junto a ella.

Había aflojado el tapón a propósito, ahí estaba lo que le había olido mal y Eric trató de guardar la compostura como le habían enseñado lo largo de tantos años.

-¿No tienen nada que hacer? -se escuchó la seria voz de Khristofer.

Maguie sonrió a su amiga victoriosa.

-¿A quien le importa? -retó Maguie enarcando una ceja.

Melanie intentó controlar la risa que aquello le había desatado. Es que era demasiado gracioso ver lo quieto que se había quedado cuando su comida se convirtió en salmuela.

Sin embargo Eric se levantó con la tranquilidad acostumbrada y buscó algo en la cafetería que estuviese lo bastante cerca de él y fue hacia una mesa cogiendo un frasco de ella y después se acercó hasta la de Khris para señalar a otro de los botes.

- No la vas a usar, ¿verdad? - preguntó, aunque no esperó respuesta y lo cogió hasta para acercarse a ellas - Tenías razón, la comida es un desastre, gracias por la advertencia - dijo con distante educación - Quizá pueda devolveros el favor dándole más sabor a ese característico humor vuestro.

Y sin darles oportunidad a decir palabra alguna Eric vació el contenido de los frascos que había tomado antes sobre las lindas cabelleras de sus compañeras sin variar su expresión.

Sal, les había devuelto la sal y Melanie gritó poniéndose en pie al instante para sacársela de encima.

Maguie imitó a su amiga, pero la interrumpió una risa. Automáticamente volteó al ver a Eric, pero vio con horror que no se trataba de él y apretó los labios para ver a Khris riendo a carcajada limpia.

-Santo cielo, se ve precioso -susurró con descaro y ayudó a su amiga a limpiarse la sal -Gracias, Wyndham, "eso" no se ve todos los días.

Eric metió las manos en los bolsillos del pantalón y giró a verlo sin darle importancia, pero su corazón tampoco pareció estar de acuerdo con su seriedad y latió con fuerza.

Eso quiso ignorarlo, al igual que su hambre.

- De nada, cuando queráis que os vuelva a vestir de sal, no dudéis en llamarme - ofreció él, caminando hacia la salida y resignarse en tomar un sandwich de la máquina.

- ¡Lo único que vale de ti, es tu aspecto! - gritó Melanie, notando que la sal le había calado hasta el sujetador y se puso aun más molesta.

Eric también ignoró su grito, aunque eso ya lo sabía.

-Pueden ser desagradables cuando se lo propone, ¿no? -Khris se levantó y cruzó los brazos acercándose -Eric Wyndham es mi responsabilidad, así que agradecería que no le hicieran bromas infantiles ni le gritaran cosas absurdas.

-Tu lo viste -susurró Maguie con encanto mientras se sacudía la sal -Es ácido y frío, ¿a quién le gusta un chico así por más atractivo que tenga?

- A nadie - contestó Melanie con tono mordaz - Excepto para un rato de cama, a no ser que sea eso lo que estés persiguiendo tú al defenderlo, ¿no, Khris?

Khristofer enrojeció.

-Por si lo olvidaron tengo un deber extra al académico -espetó molesto -El director me encomendó el cuidado de Wyndham por el bien de la escuela... Así que dejen de decir estupideces.

-Te tomas muy a pecho tu deber... académico -señaló Maguie.

- Te tomas muy a pecho el... darnos explicaciones - agregó Melanie, apoyándose en su amiga.

-Tienen razón -espetó Khris -No tengo que darles explicaciones ya que para eso soy el presidente del comité estudiantil... -se enderezó y giró caminando de tal manera que el que se encontrara en su paso no tendría un buen rato.

-Interesante -Maguie se sentó con lentitud cruzando una pierna -Necesitamos algo que se sobrepase un "poco".

Melanie suspiró.

- ¿Alguna idea?

-Eric parece ser inmune a Khris -dijo como si lo lamentara -, pero no estamos seguras... quizá halla que "molestar" del lado contrario... Aunque Molestar a Khris no es lo más inteligente que alguien haga.

- Oh, ya acabamos de cometer un "suicido", ¿por qué no cometer otro? - ironizó Melanie, desechando la idea de sentarse en su silla - Como dices, molestaremos del lado contrario y de paso comprobaremos si ese chico tiene sangre en las venas, aunque empiezo a dudarlo.

-Bien -Maguie sonrió -Sé de la persona indicada, ¿conoces a Hallam Lane, de Biología?

Mel negó con la cabeza.

- ¿Qué tiene que ver en todo esto?

-¿No conoces a Hallam? -Maguie se escandalizó -Casi toda la Universidad sabe que quiere meterle la mano a Khris. Apostó una cantidad muy fuerte a que era virgen... y hasta dijo que podría hacerle el favor de "quitarle" el problema.

- ¿De veras? - Melanie se frotó las manos contenta - Tendámosle una pequeña trampa, ¿eh? Después de todo creo que terminaré cambiando mi apuesta - rió.

-Perfecto -Maguie estrechó a su amiga -Hay que planear esto.

* * *

Si Khris tuviera que catalogar a sus hermanas por orden ascendente en lo que a "peligrosidad" se refería, empezaría por Emily.

Emily Kentz, con tan solo 23 años de edad (y la edad cronológica de una niña de 15) era callada. Pero no por que fuera seria en verdad. Khris mas bien pensaba que su hermana se mantenía en silencio hasta dar con el acto o frase más bochornoso y llevarlo a cabo sin consideración alguna.

Y era eso precisamente lo que hacía mientras hablaba hasta por los codos con su mejor amigo... y cinco chicos más, repartiendo... "algo".

- ¿Segura que Khris está de acuerdo con esto? - volvió a preguntar Dylan con toda la confianza del mundo a la hermana de su amigo, sin estar aun muy seguro de lo que ella hacía.

-¿Alguna ves he hecho algo que afecte a mi hermano menor? -preguntó la chica con su sonrisa más dulce.

- Podría enumerar varias cosas de la fiesta de cumpleaños del año pasado - murmuró Dylan con desconfianza y suspiró - Espero que este año a Khris no le vuelva a dar un ataque de nervios.

Uno de los chicos cercanos susurró algo con respecto a eso y Dylan prefirió ignorarlo antes de comenzar una pelea.

-Oh, es que la fiesta pasada tuvo algunos... desperfectos -se excusó la chica -, pero esta la esta organizando Ballery. ¡Carter se divirtió como loco!

- Pero Carter tiene seis años - replicó Dylan, comenzaba a darle escalofríos esa fiesta.

- ¿Quién tiene seis años?

Dylan reconoció la voz de Eric a su lado, ¿pero cómo demonios lo hacía para aparecer siempre de forma tan sigilosa?

Comenzaría a pensar que en vez de a la realeza, pertenecía a una familia de ninjas.

-Mi sobrinito Carter -respondió Emily con bastante orgullo -En estos momentos debe estar en clases... En cuanto reparta el resto de las invitaciones iré a verlo y le daré un abrazo.

Eric miró a Dylan con seriedad y éste alzó la suya metida en un pequeño sobre que aparentemente parecía normal.

- El cumpleaños de Khris, ella es su hermana, Emily - explicó y presentó el moreno, temiendo abrir la tarjeta... solo esperaba no ver un payaso.

Desde que vio "IT" de pequeño les cogió terror (y eso no fue muy sano cuando fue a la fiesta de Carter, rodeado de todos ellos...)

- Eric Wyndham - terminó de presentar Dylan, con un escalofrío en la espalda.

-Lo conozco, Dylan - Emily sonrió -Por cierto, Eric, también estas invitado... Los amigos de mi hermano son amigos de la familia.

"¿Lo conocía? ¿De qué?", pensó Dylan extrañado.

Aunque Eric más bien se preguntaba desde cuando él era amigo de Khristofer, él solo era su "guía" en aquella jungla de universidad.

- ¿Y qué pinto yo en la fiesta? - volvió a mirar a Dylan, buscando una respuesta.

Aunque ya lo sabía, nada, además, estaba demasiado ocupado como para una fiesta.

-Llevarás un bonito regalo y comerás pastel de fresas -dijo la chica con determinación antes de que un grito la interrumpiera.

-¡¡Emily Kentz!! -bramó Khristofer completamente rojo -¿Se puede saber qué haces aquí?

Emily dejó escapar una risita y dio a Dylan una bolsa de plástico.

-Reparte el resto -dijo mirándolo con advertencia antes de encarar a su hermano menor -Khris, cariño... me gustaría quedarme a charlar, pero Carter tiene una reunión y Susan no podrá ir, así que debo correr a la primaria... se me hizo tarde.
-Un momento... -Khris jamás había visto a su hermana caminar tan rápido -Diablos.
Dylan miró la bolsa con pesadez.

- Se te escapó, tu hermanita es muy hábil.

Eric aun seguía sin estar demasiado convencido.

-Debe ser herencia -Khris miró a sus compañeros... no le gustó nada la sonrisa de sus caras -¿Qué estaba haciendo aquí?

- Repartir invitaciones - respondió Eric, con total franqueza.

Por el contrario Dylan había apretado los ojos con fuerza esperándose la reacción de su amigo.

Khris palideció... enseguida se puso verdoso hasta que un color de un rojo intenso le cubrió la cara.

-¿O-otra vez? -murmuró son voz y arrebató la bolsa a Dylan para ver una de las invitaciones... con un oso adornado por un gorro de fiesta y un letrero alusivo al evento -Oh... -masculló entre dientes -"Una fiesta para alguien tan tierno como un oso"... A mis hermanas se les olvida que los osos atacan cuando se ven amenazados... -Khris gruñó y miró a Dylan -Vas a quemar esta bolsa con todo lo que tiene dentro... ¡Y ustedes! -apuntó a los chicos que empezaban a retirarse con disimulo -. Si sé que dijeron algo de esto me encargaré de ahogarlos y enterrar su cadáver en donde nadie lo encuentre... ¡Maldición con esta familia! -terminó y se retiró echando pestes.

- Creo que llega tarde a que esto no se sepa - comentó Dylan mirando el interior de la bolsa con culpabilidad - Ya había repartido como veinte antes de que llegase Khris...

Aunque no escuchó ningún comentario de Eric y entornó la mirada para verlo y la sangre se le congeló. Los suaves labios delineaban la sombra de una sonrisa, apenas perceptible, pero allí estaba, y los ojos dorados seguían perdidos en el lugar por donde había escapado Khris. Aunque después ésta se esfumó volviendo a ser su expresión como acostumbraba.

Pero allí había estado, y no le gustó en absoluto.

- Voy a quemar esto, nos vemos a la salida - dijo, arrebatando la invitación que él sostenía en su mano con fuerza.

Y Eric nada más asintió y tomó un camino distinto al de todos ellos.

* * *

Una fiesta de cumpleaños.

Justín rió al ver el colorido oso de la tarjeta y le dibujó dientes afilados y ojos demoníacos con una pluma.

-Así debe estar Khristofer ahora -murmuró de buena gana.

Bueno, Khris no tenía que molestarse mucho ya que Justín pensaba ir... Así averiguaría un poco respecto a ese... asunto.

El chico se tranquilizó y bebió de su refresco mirando cuidadosamente la dirección. Le resultó curioso que esta vez no fuera en un salón de fiesta de alquiler como la vez anterior, pero pensó que las hermanas del chico tendrían algo "especial" para la ocasión... después de todo "Cuántas veces cumple tu hermano menor 20 años", recordó las palabras de una de ellas.

El resplandor en sus ojos, el frotar de las manos y la sonrisa amplia en él solo podía significar una cosa: que alguien estaba por caer entre las sábanas de su cama.
Hallam Lane cruzó la puerta que separaba el interior de la cafetería con los pasillos exteriores y se acercó la barra con un andar alegre, mismo sentimiento que se reflejaba en su voz.

- Cerveza, y que sea con alcohol, tengo algo que celebrar - explicó con simpatía al camarero.

Claro que tenía que celebrar, aquello no ocurría todos los días.

Justín lo vio casi por accidente. Conocía perfectamente la expresión y lo que pedía cuando "celebraba", así que se acercó para averiguar de quién se trataba.

-Te ves muy feliz, Lane.

- Lo estoy - él bebió de su bebida casi hasta tragar medio vaso y después hizo un sonido de satisfacción pura - Dentro de poco tendré en mis manos a uno de los más deseados de esta universidad.

-¿De los más deseados? -Justín silbó -¿Alguien que conozca?

Los dientes de Hallam pudieron ser comparados con los que Justin había dibujado en la tarjeta momentos antes al regodearse en su suerte.

- Por supuesto, amigo - asintió él - Tu compañero de equipo y delegado Khristofer...
Justín se rió. Habría querido evitarlo, pero es que era tan absurdo.

- ¿Qué tiene de gracioso? - sin embargo, Hallam no se ofendió.

-Khristofer es muy selectivo cuando conversa de sexo -explicó Justín -Me imagino que debe serlo aun más tratándose de llevarlo a la práctica, Lane... Y la verdad, no eres de sus mas allegados amigos.

- ¿Y crees que me hará falta? - sonrió él - tenemos un plan para que ellas obtengan la información que quieren y yo para obtener lo que deseo, nada puede salir mal - y volvió a beber de su cerveza.

-Oh, un plan -Justín sonrió ante la información -Creo... que me gustaría ayudar un poco, pero ¿qué es lo que "ellas" quieren?

- Lo que quiere todo el mundo - movió la cabeza como decepcionado porque Justin no imaginase qué -, saber si ese niño bonito es virgen o no, apostaron grandes cantidades de dinero, como yo, así que vamos a asegurarlo bien... - murmuró y después sonrió - Aunque, también le han visto en actitud extraña con el nuevo estudiante... con Eric Wyndham... ellas dicen que tienen algo, y que quieren saberlo también presionando para que alguno de un paso en falso...

Hallam volvió a pedir más bebida con una gran sonrisa.

¿Con Eric Wyndham?

¿De qué se había perdido?

-Interesante -admitió Justín -Así que ellas se enteran de la relación que tienen y tu te encargas de quitarle la virginidad si es que la tiene, ¿no?.... ¿Sabes? Creo que los voy a ayudar...

Halam desvió la mirada hacia él.

- ¿Y tú qué quieres saber con esto? ¿O ayudas sin ánimo de lucro?

-Ayudo por que me da la gana hacerlo -Justín colocó unas monedas en la barra al levantarse -Yo invito.

- Cuanta más ayuda, mejor - Hallam levantó el vaso a su salud antes de comentarle el plan tramado.

* * *

Marsh pasó corriendo con un globo en las manos, detrás de él se vio a un desconsolado Carter, seguido por Adam, quien no paraba de gritar. "¡Atrápalo!"

En la mesa se veían muchos bocadillos, emparedados en su mayoría. Y al centro un pastel... al menos no tenía figura de osito.

Por supuesto había más invitados de los que se esperaba. Emily no había repartido todas las invitaciones, así que justificó eso con la popularidad de su hermano menor, quien, por cierto, no había aparecido aun.

Afortunadamente Ballery podía sostener una interesante charla con la mayoría de los chicos mientras su hermana Karla cuidaba de Alison, la bebe de Ballery, y de la pequeña Claire. A su vez, Susan, se encargaba de poner juegos a los pocos niños que habían asistido y miraba a Carter peleando con su primo esperando que no le pegara muy fuerte.

Un año más, pensó Dylan viendo la de gente que se había reunido en aquella casa, siendo más familiares que compañeros de universidad, ya que parecía que Khris había conseguido hacer desistir de la idea de acudir a aquel lugar a la mayoría, aunque algunos por curiosidad si que habían acabado asistiendo, como los integrantes del equipo.

El moreno miró su reloj y vio que tanto el homenajeado como su chico tardaban en aparecer en la fiesta, ¿dónde demonios estarían?

Sabía que Khris tendría que asistir por obligación, pero a lo largo del día Eric había reiterado que no quería asistir, y al despedirse de él le dijo que "tal vez" a la idea de ir al cumpleaños.

Que idiota, estaba seguro de que aquello terminaría agradándole y él podría ver aquello que tanto ansiaba para sí mismo.

-Dulce -una niña de enormes ojos verdes se acomodó con confianza en las piernas de Dylan -Dulce, tío Dylan.

- ¿Te dijo mamá que no debes comer mucho? - sonrió él, alcanzándole un caramelo - No le hagas caso Claire, hoy es un día de fiesta - le dijo a la pequeña con complicidad.

-Fiesta -la niña tomó el caramelo contenta -De tío, Kiss... no mía.

- Sí, de tu tío, pero sigue siendo fiesta así que puedes comer mucho - Dylan acarició el cabello de la pequeña.

- Y si toma un empacho de dulces, ya sabremos quién tendrá la culpa.

Como siempre, lograba sorprenderle. Eric había traspasado una puerta y ahora estaba a su lado con aquellos ojos dorados más brillantes que nunca y él sabía perfectamente el por qué.

- Mira Claire, él dice que no puedes comer muchos, ¿a que es malo?

-Malo -la niña rió y se aferró a la pierna de Eric -Mama dice que los malos son los ... los...mejores. Claire quiere uno.

Eric pasó las manos alrededor del cuerpecito de la niña y la alzó en brazos para tenerla cara a cara.

- Oh, ¿qué es lo que quieres? ¿Un dulce o un malo maloso para ti sola?

-Oso -dijo la niña -Oso Maloso -compuso y estiró las manitas intentando alcanzar el pastel.

- Me temo que no es hora aun - indicó Eric aferrándola más para asegurarse de que no sufriese alguna caída.

Eric inclinó la cabeza para hundir la nariz en los rizos suaves y oler su aroma infantil. En cuestión de segundos había dejado de ser aquel chico serio y frío para expresar en cada facción de su rostro ternura y placer al tener a la pequeña en sus brazos.
Y allí estaba lo que Dylan tanto adoraba, el verdadero Eric debajo de aquella capa de acero.

La niña rió encantada y estiró las manitas en otra dirección.

-¡Gobo! -exclamó viendo a Marsh elevando el globo para que su primo Carter no lo alcanzara mientras Adam se llenaba la boca con emparedados.

- ¿Quieres ir? - Eric dejó a la pequeña en el suelo y observó encantado como los niños se peleaban por aquel globo.

-Eres bueno con los niños -se escuchó la voz de Ballery, quien acababa de liberarse de toda atención masculina y le quitaba el globo a su sobrino -No quiero que esto se repita, Marsh.

-Si, tía -borboto el niño y corrió con su tía Susan.

-Pocos les aguantan el ritmo -dijo a Eric mientras abrazaba a Claire -Por eso invitamos a los amigos de Khris -susurró viendo a Dylan encantada.

- Me gustan los niños - admitió Eric casi recobrando por un segundo su aspecto normal.

- A mi ya me tenéis bien entrenado para aguantar a estos pequeños - aseguró Dylan con confianza - A veces es peor tratar a los más mayores.

Claro que se refería a Khris y se cayó al notar una mirada reprochadora de Eric ante lo que acababa de decir.

-Todos caen ante algo dulce al final de cuentas -Ballery acomodó el cabello rubio de su sobrina -¿No estas de acuerdo, Claire?

-¡Dulce! -rió la niña.

-¿Dónde esta el festejado? -se acercó Karla con la bebe dormida y miró a Dylan de manera significativa.

- Querrá hacernos esperar como todos los años - repuso Dylan - Tiene miedo de qué pueda haber ideado Emily esta vez..

Aunque nunca se retrazaba tanto, ¿dónde demonios estaría?

-Debe estar por ahí -Ballery no le dio importancia -Vocifera que colgaremos una piñata y llegará corriendo.

- ¿Habrá piñata? - preguntó Dyñan, como si fuese otro niño pequeño de los que había allí.

-La habrá si Khris no aparece para impedirlo -rió Karla y caminó hacia los aparatos de sonido.

- Entonces por mí que no aparezca, me encantan las piñatas - afirmó entusiasmado el moreno.

Eric arqueó las cejas y se echó la mano a la frente sin poder creer lo que veía.

-¿Te gustan las piñatas? -preguntó Marsh intentando disimular una malvada sonrisa (sin lograrlo mucho). -A mi primo Carter le hicieron una... ¿Por qué le habrán echado ese bicho? Se supone que lleva dulces.

- Y lleva dulces - explicó Dylan sonriente - Solo hay que golpearlo para que rompa y echará muchos.

- A veces me recuerdas a un niño pequeño - susurró Eric.

¿Sería eso lo que vio en él?, se preguntó el aludido.

No, con él no aparecía aquella adoración que tenía hacia los niños... pero se consolaría por el momento con la idea de una piñata.

-Oh -el niño ensanchó su sonrisa -Deberé arreglar eso.

Una manita jaló del pantalón de Eric al mismo momento que Marsh tomaba a su hermano diciendo algo de "arreglar la piñata".

Eric bajó la mirada y vio a la adorable pequeña.

- Así que vuelves, ¿eh?

-Maloso -susurró la niña en tono confidencial -Yo sé donde esta el oso.

Eric adoró la forma en que le llamó y se inclinó hacia ella con curiosidad.

- ¿Y quieres llevarme con el oso? - preguntó con cariño, habiendo descifrado al momento quién era ese oso.

Aunque por supuesto con la comparación de la hermana sobre la tarjeta no tuvo que pensar demasiado.

-Quiero pastel -dijo ella con mucha lógica -El oso debe darme, me lo dijo mama.

- Pero el oso no está aquí - indicó Eric, tocándole la punta de la nariz con un dedo - Así que antes habría que traerle, ¿no? No querrás quedarte sin pastel...

La niña se revolvió incómoda como si estuviese por traicionar a alguien, pero finalmente señaló hacia un pasillo de piedra por el jardín y caminó con pasitos apresurados.

Eric se levantó ignorando si alguien se daría cuenta de que abandonaba la sala y se apresuró a seguir a la pequeña, por el jardín, de cerca por evitar que sufriese algún daño.

¿En verdad le estaría llevando con el "oso" o solamente estaría jugando?

Aunque si estuviese jugando tampoco le importaba mucho ya que él se divertía.

Atravesaron una casa de madera, aparentemente de los niños, y llegaron hasta la orilla de la piscina, ahí Claire se sentó con cuidado a un lado de una ropa doblada con cuidado y aplaudió a la persona que estaba nadando en la fresca agua.

En efecto, le había conducido hasta él y se puso de rodillas al lado de la pequeña para señalar al que nadaba en aquella piscina.

- ¿Has visto alguna vez a un oso nadar tan bien? - puntualizó Eric, con cierto tono bromista hacia la entusiasta pequeña.

-El oso no nada -dijo la niña mirando a Eric -Julio le ayuda.

Las palabras flotaron en su mente como algo extraño, sintiendo un pequeño mareo casi a la vez que trataba de recuperarse de algo que sencillamente consideraba en aquellos momentos tanto de innecesario como de inexplicable.

¿Por qué un nombre le causa tal efecto?

- ¿Julio? - susurró Eric, con lejanía.

-Es el ángel guardián de mi tío -la niña agitó su manita -¿Tu no tienes uno?

Eric pareció relajarse casi al mismo instante y le hizo cosquillas a la niña en la barriguita de forma adorable.

- No - continuó con las cosquillas, adorando la risa infantil -, ¿quieres serlo tú?

-¿Puedo? -Claire sonrió encantada.

- Claro - Eric hizo un puchero que cualquiera que le conociese no diría que fuesen la misma persona. ¿Quizá Eric tuviese algún hermano gemelo que hubiese usurpado su lugar...? -, pero tendrás que cuidarme mucho, ¿sabrás?

-¡Claro! -ella se levantó y se abrazó a una pierna de Eric -Yo voy a cuidarte.

-No vayas a perderlo, Claire -se escuchó la voz de Khris -…l es muy querido en la Universidad, mi amigo me mataría si le pasa algo.

La voz se le atragantó cuando escuchó esa otra que emergió de entre el silencio y abrazó a Claire sobre sus piernas con cariño.

También lo hizo como una manera de protegerse de él interponiéndola entre los dos... Se le había olvidado totalmente que Khris estaba en la piscina y que él estaba ahí por hacerle volver a su fiesta...

- Si me ocurriese algo tú no tendrías la culpa - aseguró con un cierto apretón ligero en el corazón y creyó conveniente no seguir por ese camino.

Eric pudo notar como su voz casi volvía a la normalidad y dejaba atrás que usaba con los niños.

- Todos te esperan...

-Mis hermanas me esperan -corrigió Khris con suavidad y recogió su ropa para sentarse en una banca -¿Qué tal esta el ambiente allá?

- Maravilloso - respondió al instante Eric con excitación - Todo lleno de pequeños de un lado hacia a otro e intentando robar pastel y abrir tus regalos amontonados en una mesa - casi rió al ver a uno de ellos hurgar entre los paquetes y le hizo una monería a Claire.

-Así que mis regalos están en peligro -Khris se abrochó los pantalones sin darle importancia.

-¡Es cierto! -exclamó Claire -Maloso no te ha dado regalo.

¿Maloso? Khris frunció el ceño ¿Quién rayos era ese?

- Claire, se supone que tienes que cuidar de mí - reprochó Eric adorablemente -, ¡no delatarme!

-Oh -Khris sonrió -Claire, temo que tu protegido no trae regalo para tu tío.

-¡Si lo trae! -protestó la niña y abrazó a Eric de manera protectora -¿Verdad?

Eric dudó en contestar.

- Me temo que no, por eso se supone que no debías de decir nada, pequeñaja - suspiró estrechándola contra él y volvió la mirada hacia Khris - Lo siento, me temo que... no tuve demasiado tiempo para buscar alguno...

-¡Te dará lo que quieras! -insistió Claire.

Khris suspiró. La necedad también debía ser herencia femenina. Miró a Eric disculpándose.

-La calmaré -ofreció estirando los brazos para recibir a la niña.

- Y si no lo hago quedaré mal ante mi ángel - bromeó de nuevo, negándose a apartarla de su lado. Le gustaba tener los bracitos de la pequeña aferrados a él - Pide algo como regalo y te lo daré, aunque no me sea posible hoy.

¿Pedir algo?

La mirada de Khris se oscureció ante eso y no pudo evitar apretar los labios de exasperación.

¿Qué querría de Eric?

"¿Que tal un... ?"

-... beso.

Eric parpadeó sin haber creído escuchar bien.

- ¿Un beso? - repitió él, incrédulo.

-¡¡Beso!! -exclamó Claire aplaudiendo -Me gustan los besos.

Khris sintió que el rubor le inundaba las mejillas.

-Te puedo ceder mi regalo...

-¡No! -la niña miró a Eric -Tío quiere un beso.

Un beso.

¿No podía haber sido una agenda? No, tenía que ser un beso...

Eric movió su cuerpo lentamente poniéndose en pie y dejando a la niña en el suelo con ciertas reservas a que ella lo viese. No era partidario de algo así frente a un niño, aunque tampoco pensaba pasar a... "besos mayores".

- Uhm... Claire... ¿y si vigilas para que nadie vea que le doy su regalo? Seguro que a tu familia no le gustará ver como alguien se le adelanta a darle su regalo, ¿eh?

-¡Si! -dijo ella solicita y corrió hasta la esquina de la casa.

-No tienes que hacerlo -murmuró Khristofer completamente rojo -Ella no tiene que darse cuenta.

- ¿No lo quieres? - retó Eric, sintiendo un breve nerviosismo en todo el cuerpo.

"Claro que lo quieres, idiota"

Khris hizo un ademán afirmativo.

Un beso. Un beso que no le costaba darle a Dylan y sin embargo dárselo a Khris hacía que todo su cuerpo se estremeciese extrañamente.

¿Por qué?

"Deja de pensar hazlo, cuanto antes lo hagas antes acabarás"

Eric se acercó más a él, cerró los ojos y ladeó la cabeza hasta frotar aquellos labios con los propios sintiendo como el escalofrío aumentaba sin razón.

Un beso.

Khristofer sintió una descarga eléctrica y lo vio.

Vio a su amor perdido... vio la razón por la que había perdido y por la que no pudo seguir.

Y lloró.

Todo sus esfuerzos se derrumbaron a pesar de que logró salvarlo...

"¡Ya basta!", pensó "... ya no quiero verlo"

Khris empujó a Eric y corrió al interior de la casa.

Miedo. Todas esa emociones le daban miedo.

Eric zozobró ante el empujón y cayó al suelo parando sobre sus rodillas no entendiéndolo.

No lo entendía.

- Lo siento... - susurró Eric, con un leve castañeteo de dientes.

Se abrazó así mismo intentado quitarse el frío que le había invadido segundos después y el temblor no había remitido. Pero no era por el frío, era por aquel dolor que sentía en el fondo de su corazón y por el terror al volver un rostro que había intentando olvidar desde la ultima vez que lo vio.

¿Qué pasaba?

¿Qué demonios le estaba pasando?

Recuperó fuerzas para ponerse en pie a pesar de que se sentía agotado y huyó lejos de aquel jardín.

Aunque aquellos apasionados ojos cafés no dejaban de seguirle en su mente.


* * *

Claire regresó llorando balbuceando que había pedido algo.

Su madre no estaba por ningún lado, así que se sentó debajo de la mesa donde ninguna de sus tías la viera y continuó desahogándose.

Dylan frunció el ceño escuchando algo que en definitiva no encajaba allí, y decidió dejar de buscar con la mirada a Eric para intentar ubicar ese pequeño llanto desconsolado.

Agudizó el oído y caminó unos pasos dando vueltas sobre sí mismo, además de intentar no pisar a ninguno de los niños que corrían sin preocuparse qué tuviesen delante, hasta que el sonido se hizo más claro.

Dylan se agachó y levantó el mantel de la mesa y encontró a la pequeña Claire.
Si se había escondido allí era porque no quería que la viesen y decidió acompañarla bajo el mueble, aunque con la mala suerte se golpeó la cabeza al sentarse junto a ella y bajar de nuevo el mantel.

- ¿Qué ocurre, pequeña? - pasó la mano por los rizos, de modo tranquilizador.

-Perdí a Maloso -sollozó ella limpiándose la nariz -No soy buen ángel.

¿Ángel?

¿Qué se había perdido?

- ¿Eric? - él sonrió con candidez - Seguro que está por algún rincón de la casa, no tienes de qué preocuparte, eres un ángel muy bueno.

-Pero no vi a donde fue -murmuró la niña -Mi tío dice que su ángel sabe todo.

¿Khris con un ángel? ¿Qué cuento le habría contado a la niña?

- Pero estoy seguro que el ángel de Khris es mucho más mayor y más grande que tú, aun eres pequeñita...

-¿Cuando crezca seré mejor?

- Claro que sí, serás incluso mejor que el ángel de Khris - sonrió con firmeza -, así que lo que tienes que hacer es crecer rápido.

-¡Voy a crecer rápido! -prometió la niña sonriendo -Voy a ser ángel de todos.

Dylan rió asintiendo.

- Y ahora salimos para buscar al desastre de tu tío y retar a ese ángel suyo que tiene, ¿eh?

-Si.

Aunque no fue necesario buscar a Khristofer, justo en el momento en que Dylan salió con la niña escuchó que las 4 hermanas comenzaban a cantar las "Mañanitas" junto con los niños y los demás familiares e invitados.

Khris estaba bajo el abrazo de su hermano mayor con la cara colorada y los ojos en dirección del suelo como si deseara que se abriera y se lo tragara.

Esa era una de las cosas que hacían esos cumpleaños únicos. Ver aquella carita totalmente avergonzada le hacía reír hasta límites insospechados, aunque claro que al final Khris terminaba enfadándose con él, pero es que era todo un espectáculo.

- Creo que tu tío está en apuros - susurró a la pequeña que aun estaba con él - ¿Y si le ayudas?

-¡Voy a cantarle! -la niña se soltó de la mano de Dylan y se unió al coro de niños desafinados.

Dylan se rascó la cabeza mirando a la niña.

¿Eso era ayudarle? No sabía qué era peor...

Cuando por fin vio un hueco en que Khris estuvo libre se deslizó entre todos los familiares y lo atrapó con un brazo al cuello teniendo las intenciones de tirarle de las orejas las veinte veces acostumbradas por cada año que cumplía.

- Te hiciste de rogar, ¿eh? - bromeó él.

-Mi hermano me encontró -gruñó Khris girando los ojos -¿Tienen que acabar la canción? -preguntó a sus hermanas... quienes cantaron la última estrofa con mas ánimo.

Khris resopló esperando que eso le bajara un poco el calor de la cara.

- Tu fiesta y nos haces esperar, no es muy justo... - reprochó con una sonrisa - Y si sigues así, lo harán con más fuerza para seguir molestándote más.

Aunque Dylan se divertía como un crío.

Khristofer prefirió no responder a eso ya que captó la mirada brillante de su hermana Karla e intentó escabullirse de nuevo, pero tener invitados detrás no ayudó mucho y tuvo que "morder" una orilla del pastel... lo que le ganó más de la mitad de la cara llena de Betún.

-En serio no entiendo la necesidad de echar a perder un pastel así -dijo Max a Dylan mientras su hijo Marsh le jaloneaba de la mano para convencer a la tía Susan de colocar la piñata.

- ¿Alguien tiene cámara de fotos? - Dylan rió hasta casi no poder más viendo a Khris lleno de pastel en toda la cara.

Se limpió una pequeña lagrimita de los ojos a causa de la risa y paró en el momento justo en que recordó a Eric.

¿Habría decidido irse?

Y si fuera así... ¿por qué no le había avisado? Casi sintió un pequeño bajón de ánimo al pensarlo pero la idea de la piñata que acababa de pasearse ante sus ojos captó su atención.

Necesitaba que realmente aquello captase su atención...

-Mejor -Emily mostró con orgullo la cámara de video -Khris, cariño, sonríe a la cámara.

- Eso, sonríe a la cámara - secundó Dylan divertido - Emily, quiero una copia de esto, te daré lo que quieras, pero la quiero.

-Claro, Dylan -la chica gravó a Khris cargando a su sobrina Claire para que ésta le pasara el dedo por la cara para chuparselo. Su hermano podría negarlo, pero era en verdad adorable.

- Eh, Claire, ¿me das un poco? - se acercó Dylan hasta ellos.

La niña paso su dedico por otra parte de la cara de su tío y se lo ofreció a Dylan.

-Veo que te estas divirtiendo -susurró Khris con más ánimo.

- ¿A quién le dices? - parpadeó Dylan, hablando como le fuera posible ya que había atrapado el dedito de la niña entre sus dientes juguetonamente, sin llegar a hacerla daño, por supuesto.

-A mi otro mejor amigo -Khris le dio a la niña y atendió el llamado de su hermana Susan quien tenía en las manos el garrote para quebrar la piñata.

-Fiesta -exclamó Claire contenta saludando a la cámara con sus manitas llenas de dulce.

Dylan sonrió, ¿qué otra le quedaba?

- Dale fuerte - animó él a su amigo y acercó a Claire a la cámara a jugar a manchar a Emily.

Sí, tan fuerte como le había dado Eric a él.

Una fiesta de cumpleaños organizada por las hermanas de Khristofer simple tenían asegurado un payaso... Sin embargo no llegó esta vez. Quizá Khris rogó lo suficiente para que le hicieran caso esta vez. Eso si, tuvo que jugar con los niños e incluir a sus amigos mientras Emily gravaba contenta. Finalmente el chico vio con horror que sus amigos salían con una generosa dotación de dulces en una bolsa con un osito de decoración y suspiró resignado mientras se acercaba a su amigo Dylan y le daba dos de las bolsitas.

-Una para ti y una para tu chico -dijo intentando despegarse a Adam, quien quería capturar una lagartija.

- Gracias - susurró Dylan, intentando ocultar su tristeza con una amplia sonrisa a su amigo - Perdónale el no haberse quedado al final, habrá tenido alguna urgencia seguro.

Pero no le había dicho nada.

-No te preocupes -Khris le tocó el hombro con fraternidad -Ya te encargarás de averiguar lo que pasó.

…l asintió.

- Nos vemos mañana en clase, ¿eh? - Dylan se inclinó un poco y besó la frente de su amigo con cariño - Feliz cumpleaños, pequeñajo.

-Pagarás por eso, Dylan -prometió Khris.

- Soy como de la familia, seguro que me lo perdonarás - bromeó él, despidiéndose con una mano y tomando el camino fuera de la casa, ojeando la bolsa de los dulces con ojos brillantes.

…l se había llevado más que ninguno, en definitiva ser casi de la familia era algo bueno.

* * *

Había conseguido llegar a casa. Por fin lo había conseguido olvidando que existían autobuses a causa de no haber conducido en su pequeño deportivo hasta donde vivía de Khris.

Pero aunque hubiese manejado hasta allá, no se habría creído capaz de tomar el volante y regresar en el coche. Aun no sabía cómo había sido capaz de llegar a su casa andando.

Aun conservaba en su cuerpo todas las sensaciones que había experimentado antes, durante y después de haberle dado su regalo a Khris. Sobre todo las del después.

Eric recorrió la pequeña casa en busca de algún ápice de vida y por suerte no encontró nada, recordando con vagueza que no había nadie en casa, y que lo agradeció enormemente. Fue entonces cuando se dejó caer al suelo arrastrando la espalda por la pared de su habitación, y abrazarse las piernas al haber llegado a él en medio de la habitación iluminada.

Aun seguía temblando y albergando aquel dolor en el fondo de su corazón y seguía sin poder entenderlo.

Los ojos cafés que habían aparecido anteriormente en aquellas visiones los sentía fijos en él, escrutando en cada célula vida que le quedase y haciéndose sentir aun más incómodo.

Pero ya no solo fue aquel rostro, imágenes de situaciones desconocidas azotaban su mente con respecto a aquella cara y no podía ordenarlas que se detuviesen.

¿Qué era eso?

Eric sentía ganas de llorar, pero aun así no podía derramar lágrima alguna.

¿Por qué le estaba ocurriendo algo así?

Odiaba hacerse esas preguntas puesto que todos le calificaban de inteligente y, ahora, no podía ni siquiera responderse así mismo.

- Tranquilízate - se dijo así mismo en un susurro, y se levantó con pesadez hasta alcanzar la puerta del cuarto de baño.

Encendió la luz y odió su rostro reflejado en el espejo. Odiaba cada chispa brillante en aquellos ojos dorados y le hubiese gustado arrancárselos con la esperanza de dejar de ver cosas.

La noche anterior había soñado algo que no alcanzaba a recordar pero se despertó agitado y con el mismo dolor en su interior. Pero ahora no tenía nada que ver con lo que sentía, no tenía ni punto de comparación, no lo tenía...

Se inclinó sobre la pila y accionó el agua fría para lavarse la cara e intentar refrescarse un poco.

Sí, parecía que funcionaba.

... "Despierta"...

Los ojos claros se abrieron sorprendidos al escuchar una voz que le estremeció completamente.

Eric alzó el rostro para volver a mirarse en el espejo y no vio sus ojos dorados. No eran dorados, eran de un azul tan intenso que le resultaron demasiado preciosos y, porque no, tristes.

Aunque volvió a temblar al reaccionar ante lo que veía, tampoco era él. Cabello de un color demasiado peculiar y aquellos ojos que eran capaces de hipnotizar.

Eric abrió levemente los labios sin poder dejar escapar palabra alguna y contuvo tanto el aliento que sintió que los pulmones le quemaban.

Se tapó los ojos instantes después y se dio la vuelta dando la espalda al espejo.
No quería seguir viendo.

... "Tienes que despertar"...

- ¡Basta! - gritó Eric y avanzó hasta alcanzar el teléfono en la mesilla de noche y marcar el teléfono del celular de Dylan.

-¿Si? -contestaron por el otro lado de la línea -¿Eric?

Eric creyó que con oír su voz podría tranquilizarse... pero no fue así.

Quizá si...

-... ¿p-puedes venir? - tartamudeó él.

-Iba a verte -admitió Dylan -Estaré ahí en poco tiempo.

- Bien.. - susurró Eric y dejó caer el auricular al suelo escondiendo la cabeza entre las piernas abrazadas.

Sin dejar aun de tener miedo.

Algo estaba mal.

Algo que angustiaba a Eric y que de alguna manera tenía que ver con la fiesta de Khristofer. Algo que él no vio y, por lo tanto, no conocía. Pero lo sentía.

Ese algo aplastaba a su Eric de manera horrible y le había regalado esa llamada angustiada.

Dylan no podía pensar en otra cosa cuando se paró frente a la puerta y tocó el timbre con insistencia pensando en tumbar la puerta si es que no abría.
Maldición. Algo estaba pasando.

Pero no haría falta que la tirase abajo puesto que la puerta se abrió dejando ver a un desmejorado Eric. Increíble lo que podían hacer unas cuantas horas en una persona y en más en aquella que parecía ser de "acero".

La segunda vez que podía verlo tan temeroso de algo y Eric le dejó paso para que entrase.

- Gracias... por venir...

-Sabes que vendría -Dylan lo abrazó con suavidad -Te extrañé...

- Fuerte... - murmuró Eric, pasando los brazos tras su cuello y apoyando la mejilla en el hueco del cuello - Más fuerte...

Quería sentir que había algo más con él aquel sufrimiento que no conseguía calmar.

- Siento que estoy enloqueciendo...

¿Pero por qué en ese momento de su vida cuando había logrado dejarlo todo atrás? ¿Por qué no antes?

Dylan lo estrechó con fuerza y besó el sedoso cabello negro.

En definitiva algo estaba pasando.

-Tranquilo... estoy contigo.

- Veo... veo cosas - balbuceó Eric, aferrando los finos dedos a la camisa de él - Caras que no existen, que no conozco, situaciones que nunca he vivido y voces en mi cabeza - explicó con rapidez sintiendo que le quemaban en la garganta - Y no se detienen...

-Estás muy nervioso -justificó Dylan -No has dormido bien por el trabajo y la presión de la escuela.... Santo cielo, Eric, tranquilízate, yo estoy contigo y no voy a dejarte.

- ¿Seguro? - tembló su voz, intentando aceptar Eric las razones que Dylan le daba y agregó unas cuantas más.

Pero sentía que no era así. Lo sentía en las entrañas que no era por eso.

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