Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Deja Vu por Akiko_y_Shizuka

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El sábado había sido un día fuera de lo común. Había olvidado como debía de ser para mostrarse como era y todo lo camuflaba con la excusa de la influencia que tenían aquellos dos pequeños sobre él.

En gran parte era cierto, pero también estaba allí Khris...

Hasta la hora en que llevó a un agotado Jei a la casa de la señora Crawford, la vecina, ellos se habían quedado en su casa, sin parar de jugar.

En silencio agradeció tener que trabajar, puesto que mantener cierta distancia con Khris se le había hecho realmente difícil...

Eric tocó sus labios, mientras caminaba distraído por los pasillos de la universidad sin dejar de pensar en aquel fin de semana. No pensó en la consecuencias de ese día hasta que pudo estar unos minutos en su solitario salón.

No reparó en la existencia de Dylan hasta aquel momento y se sintió sucio por no haber detenido aquel beso e incluso haber querido más de él.

¿Cómo podía haberle hecho eso a la persona con quien estaba?

No había vuelto ver a Khristofer desde que se despidieron en la tarde/noche del sábado, y esperaba no tener que verlo puesto que había recuperado... la manera de ser con que le conoció...

Eric miró al frente y las piernas le temblaron un poco al verlo, eso debería de ser el sentimiento de culpabilidad.

Allí estaba Dylan pasando páginas con suma rapidez, de seguramente intentando memorizarlo todo, para algún examen que no se habría preparado.

- ¿De nuevo sin estudiar? - preguntó con su acostumbrado tono helado, nada más acercarse hasta él.

El cabello moreno de Dylan se agitó al asentir y no apartar la vista del libro, aunque le regaló una fugaz sonrisa.

- Mi padre me hizo ayudarle en demasiados arreglos en la casa... - relató pasando otra página - Tanto que me levantaba al alba y me acostaba cuando anochecía con este maldito libro encima... estaba tan cansado que no pude estudiar.

Entonces abrió los ojos violáceos de par en par y miró a Eric.

- Lo siento, dije que te llamaría... - se disculpó con toda la pena posible.

Eric negó suavemente con la cabeza y apartó una de sus manos de las tapas del libro para ponerla en su cintura. Rodeó el cuello del alto joven y apretó su cuerpo contra el de él.

- Siempre que me regales... "algo" - insinuó con descaro.

- Pero... estamos en público... - indicó él, con cierto rubor.

- ¿Y qué?

Dylan podría saltar de la alegría. Si hubiese sabido antes que no llamarle provocaba aquel efecto lo habría hecho antes sin dudarlo. Acarició aquellos suaves labios con un dedo sin poder creer aun que le pidiera aquello y se inclinó para darle lo que quería.

Esta vez el movimiento de los labios sobre los suyos lo sintió cálido y verdadero... por fin.

Hermoso.

Tan hermoso que no se dio cuenta del momento en que la puerta se abrió y dejó ver a un muy impresionado Justín.

El chico abrió los labios, pero no pudo emitir sonido alguno y volvió a cerrarla. En vez de eso giró y volvió a cerrar la puerta con suavidad.

Y ni siquiera por el motivo de haber visto a Justin se detuvo hasta que Eric lo quiso.
Más bien fue hasta que el timbre sonó y Dylan quiso aire para respirar, aunque si fuese necesario se ahogaría.

- Te espera tu examen - recordó Eric, limpiando los labios de su chico con cuidado.
…l enarcó una ceja.

- ¿Crees que pueda pensar en eso justo ahora?

No cuando algo se acumulaba en el centro de su cuerpo y aumentó cuando escuchó una pequeña risita de Eric. Sintió el tener que irse por exigencia de él, pero le prometió recogerlo en su clase para ir a comer.

Un ultimo beso y Dylan entró en su clase, sintiéndose más observado de la cuenta. Seguro que la mayoría acababan de ver "eso".

-Tenemos reunión a la salida -se escuchó una fría voz, que por alguna razón parecía molesta.

- ¿A la hora de comer? - Dylan volvió a ver a Justin, rogando porque no fuera así.

-El campeonato esta a la vuelta de la esquina -el chico desvió la mirada -, no puedes dejarle toda la organización a Khristofer, aunque me parece que en las actuales "circunstancias" lo haría mejor... A menos que la fiesta pasada le halla afectado más de lo que pensamos.

Dylan gruñó viendo que Justin tenía toda la razón y abrió el libro con molestia.

- ¿No podemos cambiarla a una hora más tarde? Si hace falta me quedaré toda la noche en vela continuando la organización.

Justín enarcó una ceja.

-Pudiste proponer eso en la reunión pasada -dijo con malicia -Si quieres cambiar la hora de la de hoy tendrás que avisar a todos los integrantes... pero me parece que ese examen tiene prioridad.

Justo en ese momento entró un atareado Khristofer acomodando tres enormes libros en su lugar.

-El profesor va para tu aula, Justin -informó.

-Gracias -Justín se dispuso a regresar a su propia clase -Piénsalo, Dylan.

Dylan cerró las tapas del libro y lo dejó con brusquedad sobre la mesa, llamando aun más la atención.

- Maldición - masculló cruzándose de brazos.

Porque eso era lo único que podía hacer, cruzarse de brazos. Tenía que hacer ese examen costase lo que costase, y si lo hacía no podría avisarles y si no podía avisarles...

... no comería con Eric.

¡Que asco!

-¿Malas noticias? -preguntó Khris haciendo un último repaso y acomodándose los lentes a la vez.

- Sí, la mala noticia de que no podré recoger a Eric a la hora de la comida - refunfuñó - Justo cuando comienza a estar cariñoso conmigo, le dejaré tirado...

Un pinchazo en el corazón provocó que Khris frunciera el ceño y cerró el libro de golpe.

¿Celos?

Maldición. Eric no era nada de él. Un beso no tendría por que afectarle tanto.

-Ya veo -susurró al momento que entró el profesor -Yo avisaré si quieres -propuso sabiendo que necesitaba de tiempo antes de la reunión -... a menos que planees volver a faltar a la reunión del club.

Dylan le observó fijamente por unos intensos segundos.

- No, no voy a faltar - no seguiría abusando de Khris de aquella forma, y aun menos después de lo que le había ocurrido.

No podía sobrecargarle más y tentar a que sufriese más estrés y acabaran agrandándose sus problemas.

- Iré - aseguró Dylan - si puedes avisarle me harías un gran favor... incluso puedes saltarte la reunión si quieres... yo me encargaré de todo.

-Prefiero estar bajo miradas protectoras -Khris se levantó para hablar con el profesor e hizo un ademán dirigido a Dylan antes de salir del aula.

Dylan suspiró y se sentó volviendo a abrir el maltratado libro para enterrar la cabeza en él.

Al menos esperaba que Eric se lo perdonase y le diese la oportunidad de disculparse debidamente... otra vez.

Informar sobre una nueva hora no debería ser muy difícil. Acababa de retrasar un examen a pesar de saber que podría permitir a Dylan copiar una (o varias) respuestas. Pero la verdad es que la sola mención de un Eric cariñoso no le había mejorado el día y necesitaba salir del sitio antes de que se le escapara una monumental estupidez.

Y era lo que menos quería cometer ahora...

Así que el chico ignoró el cúmulo de emociones que amenazaban con volverlo loco en esos momentos y pasó a cada aula donde estuviese un alumno que integrase el club de tennis para informar.

Se detuvo en una de las aulas de biología y sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal. Los dedos de una de sus manos fueron directo a una parte semioculta del cuello y se posaron en el moretón que había conservado desde esa fiesta.

"Tienes que avisar" pensó recordando a uno de los miembros y tras suspirar interrumpió la clase abriendo tímidamente la puerta.

Hallam sintió un dolor de cabeza nada más verlo entrar en la clase y otro dolor en cierta parte del cuerpo.

Contrariamente a lo que pudiesen pensar todos el chico puso una sonrisa divertida y le saludó con la mano con un ligero movimiento de dedos, a la vez que le guiñaba un ojo descaradamente.

Khris lo ignoró con descaro tras fingir que no lo veía a pesar de que el muchacho al que buscaba estaba sentado detrás de él y dio el informe lo más rápido que pudo para agradecer al profesor y desaparecer.

La acción provocó una exclamación de burla por parte de la mayoría de los alumnos del salón que fue callada por el profesor para seguir con el examen.

* * *

Jane levantó la mirada y la posó sobre Eric. Hum, había que reconocer que estaba bastante bien, aunque con lo que había escuchado respecto a él lo mejor era no hacerse ilusiones. Además tenía cosas mejores en qué pensar... El material para la siguiente clase de las 10, por ejemplo.

Había quedado de acuerdo con Melanie para mandar a alguien por el material justo a esa hora, y no podía fallarle.

-El trabajo requerirá de varias reuniones -dijo a sus compañeros de equipo y sacó una hoja para hacer anotaciones -Propongo que hagamos una lista de materiales para ir por ellas y trabajar durante la clase de las 10.

Todos desviaron la vista hacia lados en que no estuviese la mirada de aquella mujer, intentando escaparse justamente de eso, de ir por los materiales.

Precisamente no era que la sala estuviese demasiado lejos, pero la vaguería era más profunda de lo que nadie pudiese llegara imaginarse nunca.

Sin embargo Eric fue el único en no hacer tal gesto... más bien como de costumbre no hacía ninguno.

Jane terminó de hacer una lista y miró a cada uno de los integrantes sin extrañarse de su gesto. Finalmente poso sus ojos en Eric y le tendió la lista de materiales.

-¿Podrías...?

- Sin problema - respondió.

Eric se levantó de la silla haciendo un pequeño ruido y varios no dejaron de observar aquellos movimientos que parecían ser el de una pantera. Antes de salir de clase echó un vistazo a la lista y se encaminó hasta el aula en donde deberían de estar.

Que pasillos más tranquilos a la hora de las clases, y pensó que le gustaban.

Unos pocos pasos más y llegó al sitio indicado, tirando del picaporte para abrir aquella habitación en la que solo encontró negrura.

Una densa oscuridad que se tragó su mano cuando intentó ubicar el interruptor de la luz palpando la pared, pero aun así fue imposible.

-Tengo cosas más importantes que hacer a estar buscando materiales -se escuchó un gruñido y los pasos de alguien más que entraba buscando la luz -¿De nuevo esta descompuesto el foco?

Eric se dio la vuelta justo en el momento en que la poca luz que entraba en aquel lugar desapareció.

Habían cerrado la puerta y así que estaba por completo a oscuras, provocándole un gran nudo en la garganta junto con una sensación de pánico.

Había escuchado una voz, ¿el mismo que había cerrado?

Pero lo olvidó en el mismo momento en que sus pies caminaron hasta donde debería estar la puerta y la aporreó con los puños con fuerza.

- ¡Abrid la maldita puerta! - gruñó Eric, con rabia y aprensión.

-¿Eric? -preguntó Khris tras sobarse el golpe que acababa de recibir -Diablos... ¿a dónde habrás aventado mis lentes?

Khris se arrodilló tanteando el suelo hasta que escuchó un crujido.

Imposible.

¿Eric había pisado sus lentes?

Y a todo eso, ¿quien había cerrado la puerta?

-Eric, cálmate.

Unos golpes más hasta percatarse de que alguien había hablado, pero no distinguió quién.

Solo se centraba en terror que crecía dentro de él y pegó la espalda a la madera sin dejar de clavar los ojos en lo único que veía: la oscuridad.

Después apretó los párpados con fuerza y allí continuaba.

- Abre la puerta... - gimió angustiado.

Khris se acercó para probar la puerta.

-No puedo -dijo y tocó la frente de Eric -¿Estas bien?

¿Bien?

Eric sintió el tacto y sintió que lo próximo que pudiese hacer era agarrar su cabello con fuerza.

- No lo hagas - casi rogó, y después apartó la mano de un golpe con la suya - No me toques, no...

Eric ahogó otro gemido dándose cuenta de que la oscuridad le estaba confundiendo. De que allí no había nadie más que él... y que Khris.

Y que se estaba comportando como un histérico.

Pero es que tampoco lo podía evitar.

- Lo siento yo... - tartamudeó, abrazando su cuerpo tembloroso - No me gustan los lugares oscuros... no... no los soporto...

-Lo siento -Khris se sentó a un lado de él sin tocarlo esta vez -No tienes nada que temer -susurró cómo lo hacía con Carter, uno de sus sobrinos -, aquí no hay nada que desee hacerte daño.

Eso creyó una vez, pero fue como el lobo disfrazado de oveja.

Eric agarró con fuerza la manga de la camisa y se acurrucó contra Khris en un mudo intento por disipar los espasmos incontrolados de su cuerpo.

Ni siquiera las palabras suaves de aquel muchacho hicieron efecto. Solo podía ver la oscuridad.

Y cada vez la veía más y más negra...

De alguna manera a Khris le pareció ser conciente de cada una de las emociones de Eric y lo estrechó con suavidad para disipar un poco sus temores.

-Tranquilo -susurró meciéndolo un poco y le besó el cabello -Yo cuidaré de ti.

El atemorizado muchacho rodeó el cuello de Khris con los brazos, situándose de tal forma que su cuerpo pudo quedar en perfecto contacto con él de él, y apoyó la mejilla entre el hueco del hombro y el cuello, sintiéndose sin duda más... protegido.

- ¿De verdad? - susurró con menos temor.

Sencillamente increíble lo que un abrazo podía hacer.

No.

Increíble era lo que su abrazo le otorgaba de manera tan deliciosa a todo su cuerpo, haciéndole olvidar que casi había estado a punto de morirse en aquel lugar.

-No tienes que preocuparte de nada -Khris acarició el hombro de manera circular uno de los hombros -Alguien vendrá a abrir la puerta en cualquier momento y podremos salir.

Su olor...

Su fragancia le atraía tanto que todo a su alrededor estaba desapareciendo, concentrándose nada más en aquellas manos sobre sus hombros, apretándole contra él.

Contra su cuerpo.

Eric enterró la nariz en el cabello cerrando los ojos y deleitándose con el roce.

La verdad es que si Eric esperaba que se comportara de manera "aceptable" con esos movimientos que le hacían conciente de cada parte de su cuerpo, se estaba equivocando mucho.

Khris lo apretó y buscó sus labios con un instinto primitivo para lamerlos y morderlos con suavidad.

Eric había pensado en que no volvería a caer... pero... es que le resultaba imposible no hacerlo.

Resultaba imposible no besar aquellos labios tan dulces; de buscar su lengua con la propia y luchar contra ella dentro de aquella caliente boca; de acariciar la nuca notando la suavidad de su piel, de rozar el pecho contra el suyo con ignorante descaro y de gemir al sentir que el deseo crecía dentro de él de forma desconocida.

Khris rompió el contacto y trazó una senda de besos por su mejilla hasta llegar al cuello y saborear su sabor. Sus manos se deslizaron por debajo de la camisa blanca del uniforme sin que pareciera que algo pudiera detenerlas y ascendió hasta que una de ellas chico contra una tetilla y comenzó a moverla con la punta del dedo índice.

* * *

Oh, ¿había escuchado bien?

Melanie pegó mas la oreja a la puerta si se podía y se ruborizó a la vez que sonrió de lado a lado.

- Un gemido, ¡un gemido más fuerte que el anterior! - meneó a Maguie, que permanecía a su lado con la misma cara que ellas - ¿De quién crees que sea?

-¿Importa? -Maguie pegó mas la cara aplastando su mejilla y se aguantó una carcajada -Santo cielo, ¿crees que hagan "algo"?

- No, hacen esos ruidos por puro hobby - ironizó la morena - No puedo imaginar donde tengan las manos... esto es... tan....

-Maldición -Maguie tronó los dedos -Debimos instalar una cámara.

- Podrías haberlo pensado antes - reprochó, intentando escuchar más. Y desde luego que escuchó más - Por Dios, ¡¡aun serán capaces de hacerlo ahí mismo!! ¿Le sorprendemos?

-Me gustaría verlo sin interrumpir "nada" -Maguie hizo un puchero.

-¿Interrumpir? -preguntó Justin logrando que ambas amigas dieran un saltito.

-Maldición, Justin -reprochó Maguie tras reponerse.

- No des esos sustos cuando estamos de misión importante - frunció Melanie el ceño en dirección a él.

-¿Misión? -Justín enarcó una ceja -¿Dentro del almacén?

Un gemido.

¿Justín se ruborizó entendiendo un poco y miró escandalizado a ambas chicas?

- Están ahí - señaló Mel - Los de nuestro plan - rió bajito - Y haciendo algo sin duda... que pena no poder presenciarlo...

-Están enfermas -dijo Justín molesto y se acercó para abrir la puerta.

Aunque en realidad le habría gustado no abrirla.

Khris había logrado tumbar al muchacho en la dura superficie del suelo, aunque eso no parecía importarle en absoluto, puesto que permanecía entre sus piernas acariciando su pecho con la lengua y los dedos de Eric enterrados en el cabello de él con los párpados apretados y mordiéndose el labio inferior con fuerza.

Eric sintió que podía habérselo dado todo si no hubiese sentido la débil luz sobre los ojos cerrados y al abrirlos, ver que tenían "espectadores".

Entonces vio a quien tenía encima y procurándole caricias que jamás habría podido imaginar.

Eric abrió los labios y esta vez no salió sonido alguno. Un rubor le cruzó las mejillas y logró reaccionar volviendo a empujar a Khris lejos de él para poder levantarse y arreglarse la camisa con helada actitud.

Con la misma frialdad irguió la cabeza y salió del almacén mandado al demonio los materiales e intentando desaparecer de allí lo más pronto posible.

Maldita sea, ¿cómo había podido ser tan descuidado?

Khris hizo lo propio y se levantó saliendo con toda la dignidad que le fue posible reunir.

-¿Eres o no eres virgen? -preguntó Melanie con maldad.

-No te incumbe -escupió Khris -Y ya dejen de molestarme.

Justín sonrió. Al parecer ahí había un "deseo insatisfecho".

-Es aquí donde yo puedo meter las manos -dijo para sí mismo.

Maguie miró a Justín sorprendida.

- ¿Qué tramas, Justin? - volvió a preguntar Melanie, con curiosidad.

-Como Kentz dijo: no les incumbe -dijo el chico con encanto -Adiós, par de locas.

* * *

Engel Hitze despidió la última cita de ese día y regresó a su consultorio para tomar la gabardina y ponérsela.

-Ninguna cita para pasado mañana, Dalia -dijo a su secretaria -El joven Kentz vendrá a las 6:00 p.m.

-Si, doctor -dijo la bella rubia haciendo anotaciones para lo que le restaba de horas laborales.

-Tómate el día de mañana, Dalia -dijo Engel con tranquilidad -El chico no causa problemas.

-Oh -la secretaria se ruborizó un poco. La verdad es que le gustaba conversar con el joven Khristofer debido a que le parecía interesante su carácter suave y la educación que mostraba. -Entendido, doctor.


* * *

Khristofer despertó por los pasos acelerados en el pasillo. Desvió la cara hacia el buró y descubrió que apenas eran las 6 de la mañana.

¿Qué diablos hacían sus tres hermanas despiertas a esa hora?

El muchacho gruñó. De cualquier manera tendría que ir a la Universidad, así que se levantó y salió vestido con la pijama y una toalla en la mano para bañarse. Habría sido buena idea hacerlo en su propio baño, pero recordó que había echado la ropa sucia en la tina y no tenía ganas de sacarla. Que lo hiciera una de sus hermanas, ya se encargaría de recibir su “justo castigo” por ello.

Pero al salir se encontró con más movimiento del que un chico pudiera esperar precisamente en un día como ese, en el que se suponía que sus hermanas tendrían una salida común a su trabajo.

-Prepara una maleta, nos vamos a California. -le dijo Emily tan sólo al pasar por un lado llevando a una llorosa Alison en brazos, sin duda a que Ballery la alimentara.

-¿California? -preguntó Khris al aire y bufó caminando a la habitación de Karla, donde estaban reunidas sus dos hermanas. Se sintió algo cohibido al ver a Ballery amamantando a su hija, pero volvió a preguntar: -¿A qué vamos a California?

-¿Ya se te olvido? -preguntó Karla, tenía una cuchara grande en las manos y parecía que en cualquier momento la usaría contra él - Gilberto se casa.

Oh, eso.

Khris enarcó una ceja haciendo una revisión mental de fechas y palideció.

Cierto. Su primo se casaba y la fecha estaba cerca.

-No puedo -murmuró temiendo por lo que sus hermanas dirían.

-¿Cómo que no puedes? -preguntó Ballery con el ceño fruncido -sabes de esto desde hace dos meses.

-Lo más seguro es que se le halla olvidado -señaló Emily resignada -Ay, hermanito... Eres un desastre sin nosotras.

-Se planearon tres reuniones para la semana que entra -explicó Khris apenado.

-Por eso odio que seas parte del consejo estudiantil -masculló Karla.

-El presidente -puntualizó Emily.

-Lo siento -se disculpó deseando escapar.

-Esta bien -intervino Ballery -Gilberto y tu jamás se llevaron bien de todas formas.

-…l me robaba mis juguetes -le recordó Khris.

-Y tu le mataste sus ratones -recordó Karla.

-Si.... bueno... Es que los roedores no me gustan -se disculpó el muchacho.

-¿Pero con quien te dejaremos? -preguntó Emily preocupada.

-Tengo 20, puedo cuidarme solo -gruñó Khris.

-¿Sofie podrá cuidarlo? -Karla miró a sus hermanas.

-Insisto en que puedo cuidarme -insistió Khris.

-Esta bien -Ballery terminó de alimentar a su hija y se la dio a Karla -Creo que podrá sobrevivir una semana sin supervisión... Mientras no queme la casa todo esta bien.

Khris bufó. ¿Qué sus hermanas jamás olvidaban los pequeños accidentes?

-Pero, Khristofer -Ballery lo miró con una seriedad que le provocó un escalofrío -Después de esa semana será mi presentación con mi futura familia. Agradecería que cancelaras todos tus compromisos para entonces.

Khris hizo un ademán afirmativo. Su hermana Ballery estaba prometida con el hijo de un amigo de su padre y habían programado que se conocieran en fechas próximas.

Khris no podría olvidarlo aunque quisiera... Al parecer él y el otro muchacho estaban por nacer cuando se hizo el compromiso, pero ambos resultaron hombres, así que Ballery tomó su lugar a pesar de ser un año mayor.

Y la verdad es que eso no tenía problema, pero a sus hermanas les gustaba hacer comentarios crueles al respecto.

-Bien -Emily sonrió -Voy a avisarle a mama y papá.

Una semana solo. Khris pensó que esa era una buena oportunidad para sacar sus nuevos lentes, los anteriores habían sufrido un penoso accidente y la verdad es que los necesitaba para leer.

* * *

Si lo que Khris quería era a Eric, Justín tenía una muy buena idea para ayudarle. Después de todo sacar a Eric del “camino” era uno de sus objetivos, aunque tenía que admitir que no esperaba que fuera a intervenir en sus planes.
Bueno, eso no tenía importancia.

El muchacho continuó caminando directo al aula del club de tennis y sonrió al ver a Khris caminar también hacia el sitio.

-Kentz -llamó acortando la distancia entre él y Khris -Te vez algo desanimado.

-¿Tienes que preguntar la razón? -murmuró Khris de mal humor. Después de todo Justín había sido testigo del penoso incidente en el almacén. Cosa que aun le tenía preocupado. Era la segunda vez que algo así sucedía y no podía ser algo que pudiera aceptar tan fácilmente.

-A ti te interesa mucho Eric, ¿verdad?

Esa era justa la pregunta que no debía responder aunque supiera a ciencia exacta la respuesta.

-Desde luego que no -dijo con brusquedad.

Justín sonrió.

-No puedes negarlo... Si algo malo le pasara te afectaría.

-¡Que locura dices!

-¿En ese caso no te afectaría saber que es un gigoló?

Khris palideció y miró a Justín con incredulidad.

-Eso que dices es muy delicado -dijo con seriedad.

-No miento -Justín le dio una tarjeta -Llama a este lugar y pregunta por él... Te confirmarán lo que te digo.

* * *

Joseph Falls hizo una mueca al cortar la comunicación.

En realidad no se esperaba tener a "ese" cliente en particular. Pero no era broma, acababa de hacer el trato hace apenas unos segundos.

-El mundo debe estar loco -susurró apoyando la barbilla en una de sus manos y accionó el intercomunicador -Quiero ver a Eric Wyndham.

Ojalá pudiera convencerlo.

Eric traspasó la puerta extrañado de que le hubiese mandado llamar. ¿Habría hecho algo mal?

Esperaba que no. No, sabía que no, pero... ¿entonces por qué?

- ¿Me mandó llamar? - preguntó educadamente, después de llegar frente a la mesa de su escritorio.

-Eric -Joseph lo miró con amabilidad -siéntate, deseo hablar contigo de algo muy importante.

Enarcaría una ceja si eso le fuese posible, pero al contrario se sentó y esperó a que hablase.

¿Habría ocurrido algo?

-Quizá no conozcas a Lyon Perry... Es uno de nuestros más jóvenes trabajadores.

Y el que más problemas había tenido para sacar adelante sus estudios. Jamás había querido trabajar de esa manera, pero estaba consciente de lo que necesitaba para cumplir su sueño.

- No... - susurró Eric, no conocía a demasiados del local y tampoco le interesaba - ¿Ocurre algo con él?

-No debería tener nada que ver contigo... -Joseph frunció el ceño. No lo estaba explicando bien... ¿Qué le importaba a Eric que Lyon tuviera una oportunidad en la escuela con una beca que el propio presidente del comité estaba por cederle? -Quiero que hagas un trabajo -dijo levantándose - el cliente es especial y ha pagado una cantidad muy fuerte específicamente por ti.

Eric abrió los ojos de manera desmesurada y se levantó de un golpe para encarar a su jefe.

- ¿Cómo ha dicho? - preguntó incrédulo - Eso no era lo que especificamos.
Si, era justa la reacción que esperaba.

-Ya te dije que el cliente es especial - dijo apoyando las caderas en la orilla del escritorio -Una de tus obligaciones es tener a la clientela a gusto.

Eric frunció el ceño en un gesto no demasiado agradable.

- Sí, en el local - espetó con fuerza - Pero no fuera de él, ¿o acaso olvida como aumentó su clientela desde que atiendo la barra, señor Falls?

Si le despedía le daba soberanamente igual.

Joseph tomó un papel y apuntó algo en él. Lo deslizó hasta Eric y suspiró.

-Es lo que ha pagado por tí... Aun restando el 30% que acepté recibir es demasiado dinero.

Eric lo tomó por sola curiosidad para ver cuando costaba su cuerpo.

El semblante quedó serio nada más la cifra, y por su mente había pasado que su jefe nada más estaba exagerando.

Pero no exageraba.

Con eso perfectamente podría vivir dos meses tranquilamente, sin agobios de facturas e incluso permitirle algún que otro capricho a Jei.

Jei...

Eric suspiró.

- Está bien - aceptó con desgana - Dígame dónde...

Pero solo lo haría por él, por su pequeño.

Joseph tomó una tarjeta, justo donde acaba de escribir el día y el lugar de la cita.

-Confirmaré la cita entonces -dijo con amabilidad - ¿Hay algún consejo que quieras?
- Sí, ¿cómo puedo librarme y cobrar? - sonrió Eric, cínicamente, tomando la tarjeta.

Echó un vistazo por encima a ésta y un dolor amenazó a su corazón casi provocándole un mareo.

No podía ser cierto, tenía que ser una broma pesada...

¿Por qué tendría él que...?

-Buena suerte -dijo Joseph.

* * *

"Gastas una fortuna en él y lo metes en casa, ¿qué clase de hijo ejemplar eres?"

Khristofer sonrió al tocar la última nota del teclado y levantó la mirada hacia el espejo de la vitrina de cristal.

-Tu jamás necesitaste pagar de nada, ¿no? -susurró con suavidad y se rió de si mismo.

Se estaba volviendo loco.

Pero...

Khris se levantó y apretó la bata de seda para sentarse en un sofá.

¿Por qué estaba haciendo eso?

No era algo que pudiera tomar así de simple ya que pertenecía a alguien más.

"¿Lo vale?"

El chico se mordió el labio inferior hasta lastimarlo.

Claro que lo valía.

Dejó de morderse el labio cuando el timbre sonó.

Miró el reloj advirtiendo que había sido extremadamente puntual y caminó para abrir la puerta.

Allí estaba, en verdad había acudido. Vestido en pantalones y camisa de un blanco cegador que hacía un exquisito contraste con su pelo negro y los ojos ambarinos.
Simplemente hermoso...

- Servicio a domicilio, señor Kentz - siseó Eric, con algo de tono venenoso.

Khris ignoró por completo el comentario y se hizo a un lado para que Eric entrara.

-¿Que te tomas? -preguntó viendo la manera con que caminaba al interior y cerró la puerta con seguro.

- Agua - dijo Eric, sin mirar atrás - Esta noche es una de las noches que prefiero tener... mis sentidos conmigo.

-Como quieras -Khris sirvió el líquido y lo acercó, a continuación se sentó en el sofá acomodándose los lentes -Soy el primer interesado en que conserves cada uno de tus sentidos.

Eric quería gritarle cuatro cosas a la cara y tirarle el agua encima para después marcharse de aquella maldita casa.

¿Cómo podía hacerle aquello?

Sin embargo apretó el vaso con fuerza y bebió su contenido de un solo trago.

- ¿Suelen durar mucho los protocolos iniciales? - formuló con frialdad.

-¿Tanta repulsión te causo? -preguntó Khris quitándose los lentes para colocarlos en la mesa de centro y levantó sus ojos -En ese caso puedes irte de una buena vez.

Eric cerró los ojos meditando aquella posibilidad.

No tenía otra salida...

No tenía... otra...

Sus pies le llevaron frente al y el color dorado se recreó en el verdeazul de él, y como si algo tirase de él hacia abajo, besó los labios con cuidado.

Las manos sostuvieron su cuerpo apoyándose en los mulos de Khris y pensó.

Pensó como lo llevaba haciendo todo el camino.

Sería fácil... ¿verdad?

Sería fácil el no dejarle ver lo que no quería que viese nadie...

-¿Por qué...? ¿Cómo logras este efecto en mi? -preguntó Khris antes de levantar los brazos y enterrarlos en el cabello negro para chupar el labio inferior con apremio -Algo dentro de mí te desea tanto como yo.

…l quiso decir algo parecido, pero lo reprimió.

Lo reprimió como tantas veces lo había hecho desde que él hubo aparecido en su campo de visión, cosa que había sabido ocultar perfectamente... hasta días atrás en que si Khris le tocaba perdía el control sobre ello.

- Sssh... - chistó Eric, besando por ultima vez aquellos labios y dejar un camino de suaves roces hasta el lóbulo de su oreja, donde mordió este con agonía suavidad.

Las manos recorrieron el cuerpo de Khris con descaro, amoldándolas a él, por encima de aquella fina bata que le separaba de su piel, hasta alcanzar el cuello y rozarlo con las suaves yemas de los dedos.

No había marcha atrás.

Khris estiró las manos para pasarlas alrededor de la estrecha cintura de Eric y lo apretó contra su cuerpo percibiendo el calor que emanaba. El chico se deslizó por debajo del cuerpo de Eric y comenzó a desabrochar la camisa para exponer la piel y lamerla.

Eric abrió los labios sintiendo que algo se derretía deliciosamente dentro de él al notar las caricias en su cuerpo.

Pero no estaba bien, tenía que ser quien "llevase el control", puesto que perderlo no le haría ningún beneficio.

Tenía que hacerlo, pero...

... ¿por cuanto le duraría?

Con suavidad le hizo recostar la espalda en el respaldo de aquel sofá y sin dejar de observarlo, con una pizca de lujuria abrió la parte superior de la bata para dejar el torso descubierto ante él.

Eric se movió alrededor de la orilla de su pecho chapándolo de manera que no tuviese el efecto de dejarle marcar alguna.

Lamía alrededor de la tetilla en círculos retrasando el momento en que la tomase entre sus labios y cuando lo tuvo al su alcance se la llevó dentro de la boca y suavemente la frotó con la lengua.

No era lo que Khristofer tenía pensado.

No cuando había tenido ese cuerpo a su disposición. Con un ágil movimiento enredó el brazo en la cintura de Eric y lo levantó hasta tenerlo contra el brazo del sofá. De manera un poco brusca sus manos desabrocharon el pantalón y por primera vez pudo tocar su miembro mientras lo besaba con ardor.

Eric gimió con sorpresa y placer contra su boca e instantes después correspondió al beso con la misma voracidad, e incluso profundizándolo un poco más, si es que se podía.

¿Había dicho algo de mantener el control?

Al diablo con eso.

Eric abrazó el cuello de Khris para intentar arrimarlo un poco más a él y a sus caderas que se movían levemente solas por la intima caricia recibida.

Le daría a Khris todo lo que quisiese... todo... aunque solamente fuese por esa noche...

Khristofer trazó una senda de besos desde el cuello hasta detenerse en una tetilla. La mordió con dulzura al mismo tiempo que una de sus manos acariciaba el miembro desde la punta hasta rozar cerca de esa fisura... la cual aun no deseaba tocar.

Quería amarlo con su cuerpo...

"¿Amarlo?"

Khris metió la lengua en el ombligo ignorando esa pregunta.

No. Sólo lo deseaba...

... ¿Verdad?...

Eric se mordió un dedo reprimiendo con ello algún sonido nacido de las entrañas y enterró la mano libre en el cabello fino de Khris tirando un poco de él.

¿Qué era aquello?

Podría volverse loco solo con el rozar de aquella lengua en alguna parte de su cuerpo.

Nunca había llegado a sentir de aquella manera.

Nunca había llegado a... nada como aquello...

Khris descendió y miró el precioso músculo entre sus manos.

Jamás lo había hecho.

Un rubor tiñó sus mejillas.

... jamás...

Sin embargo sentía que podría complacerlo.

Khris acarició la cabeza del miembro de Eric con la punta de la lengua y la rodó de manera circular. La mano que estaba acariciando los testículos se deslizó hasta la fisura y uno de los dedos comenzaron a tocar con delicadeza... adentrándose unos milímetros y saliendo de nuevo para solo frotar.

Eric lanzó un grito de satisfacción y los dedos de ambas manos se aferraron a la tela del sofá con fuerza. Su cuerpo entero se había arqueado de forma brusca ante sus caricias y también se había tensado demasiado en aquella parte donde Khris había acariciado con los dedos.

"Relájate, no es algo de lo te vayas a arrepentir"

Era difícil no hacerle caso a aquella voz que nacía en su cabeza y volvió a estremecerse ante lo que sentía en su cuerpo.

"Ámalo, es lo que has deseado por tanto tiempo"

Eric apretó los ojos sin querer ver esa realidad... la realidad en donde no solo deseaba a aquella persona sino que se había instalado en su corazón.

Y no sabía el motivo, lo desconocía.

- Khris... - rogó y jadeó Eric, por sentir algo más.

Khristofer deslizó las manos a través de los costados levantando la tela que cubría la piel caliente. Se aferró de él y le levantó la espalda apretando su miembro contra el de Eric. A continuación chupó la piel del cuello deslizando la lengua hasta la oreja para morderla con suavidad.

“Se siente bien... ¿no?”

Khris se separó un poco y besó los hombros de su acompañante al mismo tiempo que terminaba de quitarse la bata y la dejaba caer al suelo. Su lengua se deslizó por la parte trasera del cuello y levantó el cabello con una mano al mismo tiempo que la otra se deslizaba para tomar el miembro de nueva cuenta y masturbarlo con suavidad.

Santo Dios, ¿cuándo le había conseguido poner de espaldas?

Eric apoyó la frente en el brazo del sofá y estuvo apunto de morder la tela ante no poder reprimir aquellos gemidos.

Nunca había imaginado que se pudiese llegar a sentir tanto en un acto como aquel... Pero no podía dejarle seguir, tenía que detenerle en ese mismo instante, no quería que lo viese...

"No le detengas, él es todo lo que hemos deseado en nuestra vida, él puede curarte las heridas..."

Eric apretó los párpados con fuerza, no quería pensar más.

Khris sintió un doloroso pinchazo en el corazón al ver las marcas en la espalda de Eric. Unas suaves, casi imperceptibles, otras profundas.

Cicatrices en la piel hermosa de Eric.

"¿Quien puede ser tan cruel como para marcar tu bella piel, amor?"

Su lengua comenzó a lamer una de las marcas con suavidad... Un primitivo deseo le hizo pensar que eso sería suficiente para borrar la huella, pero al ver que no era así se limitó a seguir lamiendo cada herida con ternura.

Amar a Eric.

... si...

Lo estaba amando.

Eric gritó.

Gritó al recordar el dolor con el que fueron hechas las cicatrices contra el contraste del cuidado con que las acariciaban ahora.

Ese gesto superó a todo lo que había sentido durante tantos años y por ello le daría a Khris lo que quería... todo lo que quisiese... no le importaba que él fuese el primero... ya no...

Eric dejó de tensar el cuerpo cuando se incorporó un poco y sus dedos pudieron acariciar el muslo con torpeza hasta poder llegar a su entrepierna y masajear de una forma que le hizo sonrojarse.

Khris gruñó por el placer que esa caricia le produjo. Si antes había pensado no llegar tan lejos, ahora no podría evitar hacerlo. Una mano se deslizó hasta la boca de Eric y le acarició los labios de manera sugerente penetrando de vez en cuando en su boca.

Antes de que Eric le atrapara los dedos entre su boca los retiró y mordió uno de sus hombros con suavidad guiando la mano a través de la espalda hasta llegar a la pequeña entrada de su cuerpo y penetró con suavidad. Su dedo se abrió paso entre la carne apretada tanteando para acostumbrarlo a la invasión. Su otra mano continuó estimulando el miembro para que no perdiera su rigidez.

Cuando lo creyó conveniente agregó un dedo más y abrió suavemente la carne. Eric volteó y Khris aprovechó para besarlo de nuevo. Hacerle sentir bien se había convertido en algo vital.

Gimió y Eric le devolvió el beso con hambre. Khris le estaba matando de la espera y aun no podía entender cómo hacía conseguido "aguantar" tanto. Aun con aquellos dedos jugando dentro de él, apoyó la espalda en su pecho y rozó levemente su entrepierna con aquello donde Khris tenía su mano.

Los dedos de Khris fueron remplazados por su miembro y empujó suavemente hasta sentirse rodeado por la cálida carne. Sus dos manos le sujetaron las caderas y comenzó a moverse con lentitud.

Amarlo... Poseerlo...

Podrían ser diferentes si no fuera por el cúmulo de emociones que despertaron en él.

Escuchar sus gemidos mezclados con los propios era una música que apremiaba a la erótica danza que estaban compartiendo... Tan dulce... tan íntima.

Eric se derritió con el calor del cuerpo ajeno y deseó que ese momento se prologase todo lo posible. Notaba cada empuje al que contribuía con dureza y fuerza, tanto que nunca habría imaginado que algo a lo que le habían hecho tener miedo, pudiese ser tan... maravilloso.

Y aun lo era más siendo con él, aunque no quisiera aceptarlo. No aún...

Oyó un jadeo que no supo a quién podía pertenecer y algo delicioso se acumuló en su ingle sabiendo que lo mismo ocurría con él por la rapidez que tomaban sus movimientos.

El palpitar de su corazón se aceleró y terminó por estallar cada uno de sus sentidos, apenas notando como Khris se apretó contra él acentuándolo todo y emitiendo un ultimo grito de puro placer.

Khris se dejó caer sobre su cuerpo y besó la piel sudorosa.

-He regresado... Alex... Regresé para ti.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).