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Deja Vu por Akiko_y_Shizuka

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Algunas veces las cosas no salían como uno las planeaba. Eso fue lo que Khris aprendió al día siguiente en la escuela, donde se dio cuenta que Eric faltó a la primera clase... y al resto.

Estaba sentado a la salida de la biblioteca mirando de manera pensativa el cheque que había hecho especialmente para él y de vez en cuando se abanicaba con él para calmar el calor.

Finalmente rompió el cheque y tiró los trozos en el bote de basura.

Pero el papel no era lo único que tenía roto. Su corazón de había roto también desde el momento en que despertó y no lo encontró a su lado... Le dolía todo al pensar que pudo ser el causante de su partida... Le dolía recordar.

Khris frunció el ceño ignorando olímpicamente la mirada penetrante de Justín y caminó al interior de la biblioteca, donde nadie pudiera molestarlo.

Justín sonrió al notar esa acción y cruzó las piernas sobre la banca. Al parecer habían pasado mas cosas de las que él mismo esperaba. Después de todo Eric había faltado a la escuela y ahora notaba a Khris más deprimido.

No sería el único deprimido... No en cuanto viera a Dylan aparecer.

Y como si su deseo hubiera sido escuchado, aquellos ojos violáceos cargados de preocupación se encontraron con los suyos nada más salir Dylan por una de las puertas a donde estaba él.

Pero Dylan vio que ahí tampoco estaba y fue cuando supo que Eric no había asistido a clases definitivamente. Nadie le había visto en ninguna de sus clases y tampoco en el campus.

- Sé que me dirás que no - comenzó Dylan llegando frente a Justin -, pero no habrás visto a Wyndham, ¿verdad?

-Ya sabes la respuesta -murmuró Justín -En tu lugar haría otro tipo de pregunta "¿Por qué no vino?", por ejemplo.

Dylan le miró extrañado y guardó las manos en los bolsillos del pantalón para enderezarse.

- ¿Acaso sabes algo que yo no sepa? - preguntó con algo de seriedad

-Yo sé en qué trabaja tu "amigo" Dylan. -dijo con seriedad -Anoche fue contratado por alguien especial... Aunque no esperaba que ninguno se atreviera. -admitió.

Que supiera en qué trabajaba no le sorprendía pero... con respecto a lo otro...

Bromeaba, ¿verdad?

- Eric no es de esa clase de personas - se atrevió a asegurar.

El mismo Eric le había dicho que nunca haría algo así.

-¿Has visto a tu amigo hoy, Dylan? ¿No te parece extraño que el propio presidente estudiantil se vea inseguro y distraído? ... Es simple... Acepto pensar que Eric no es una de esas personas... pero acepto también que Khristofer es alguien muy especial como para convencer a cualquiera.

- Khristofer no... - pero no puedo acabar la frase, viendo el esquema tan claro que acababa de proporcionarle Justin.

Y su rostro se encogió de tal forma que era claramente evidente aquello le dolía.

Le dolía demasiado.

Y no desconfiaba de Justin porque no tendría razón alguna para mentirle... incluso sabía que lo hacía por abrirle los ojos.

Pero la verdad es que hubiera preferido tenerlos cerrados por el resto de su vida.

-Quizá no lo creas aun -murmuró Justín -Khristofer no te mentirá... después de todo te aprecia, eres el único amigo que le conozco después de todo.

- Bonita forma de demostrar amistad... - espetó Dylan, pasando la mano por el rostro hasta despeinar su cabello.

Tenía que hablar con él, oírlo de su boca...

- ¿Sabes dónde fue?

Justín señaló la biblioteca.

-¿Dónde más podría estar? -ironizó.

Claro, dónde más si no... Dylan se despidió con una sonrisa forzada y caminó hacia el edificio arrastrando los pies, deseando nunca llegar.

Pero tenía que saberlo... y después no tenía idea de qué podría suceder.

No sabía como reaccionaría ante golpe como aquel.

Dylan localizó a su amigo en su sección preferida, ojeando libros de estantería en estantería y se aproximó a él hasta estar lo suficientemente cerca para que pudiese percatarse de su presencia.

¿Qué le diría nada más verle?

Khris volteó al instante de sentir una presencia más y se sintió aun más mal al ver a Dylan.

-Me perdí... -susurró sin quitar la mirada de su amigo -Vienes a que te lo diga, ¿Verdad?

- Así que es cierto...

Dylan seguía sin creer y atrapó los hombros de Khris para empujarlo contra la pared. No quería reaccionar así, pero su cuerpo no le obedecía...

- ¿Cómo has podido hacerle eso? - …l era en lo primero que siempre pensaba... si Eric aceptó, seguro que solamente fue por el dinero... - ¿Cómo pudiste hacérmelo a mí?

-Podría preguntarme lo mismo -Khris frunció el ceño -Pero las respuestas siguen siendo confusas...

Dylan puso una sonrisa jocosa en sus labios con un brillo en la mirada que no le gustaría a nadie lo siguiente que pudiese decir.

- Una respuesta clara es que pudiste conseguirlo gracias a tu dinero... - murmuró - Quizá después de todo tenga que hacer igual...

¿Dinero?

Khris se rió. ¿En verdad Dylan tenía que ser tan ciego como lo fue él al pagarle a Eric?

-Así que dinero -susurró molesto -¿No pudiste llegarle al precio, Dylan?

- Hay personas que prefieren conquistar con lo que es, y no con un fajo de billetes, Khristofer... - siseó - Pero no parece ser lo suficiente...

-Así que solo te molesta que me halla adelantado, ¿no? -khris torció los labios. ¿Y si lo hacía por Eric? -Esta bien Dylan... no necesitas un ... fajo de billetes para tener sexo ya que yo te lo daré.

Dylan hizo una mofa al escuchar eso.

- Muy bien - aceptó sin importancia, nada más para ver que tan lejos llegaría...
Además, quería hacerle lo mismo que le hubiese hecho a Eric...

Khris reconoció el peligro de lo que acababa de proponer, pero no se atrevió a retractarse.

-No hay nadie en mi casa -dijo girando para ir a alguna clase -Llega a la hora que quieras.

- No Khris, llega tú a mi casa en la tarde, tampoco habrá nadie - dijo Dylan con voz tajante y emprendió camino hacia algún lugar, que por supuesto, no eran las clases.

"Genial. Acabas de perder a tu mejor amigo" pensó Khristofer con cinismo.

"... pero acabas de recuperar a tu amor..."

-Vete al diablo, Summers -gruñó Khris y dio la vuelta para ir a casa. Había prometido llamar a sus hermanos para saber de la boda de su primo.

* * *

Dalia no estaba.

Khris suspiró ante eso y penetró en la oficina preguntándose por qué era el único cliente al que le daban una cita donde nadie más estaba presente.

Bueno, no tenía importancia. Estaba bastante nervioso ya como para agregar algo más a ese estado.

La verdad es que no se comparaba con lo que había sentido al saber que Eric estaría a su lado. Esto era diferente, ¡¡Santo cielo!!, Dylan era su amigo... Todo eso era como si le pidiera a su hermana Ballery que tuvieran sexo.

El chico se sonrojó. No, era una comparación muy extremista.

Tenía que calmarse y dejar que el día terminara.

Una puerta se abrió dejando ver a un hombre bien vestido con aspecto imponente.

- Puedes pasar - indicó a su paciente, abriendo aun más la puerta para que se adentrase en su despacho.

Khris penetró la oficina y se sentó en el lugar que siempre había preferido usar... No le gustaba el diván ya que le hacía sentir demasiado... expuesto.

-Buenas tardes, doctor, Hitze -saludó con educación y robó un dulce como lo hacía siempre.

Hitze tomó asiento tras su escritorio y tomó la carpeta en donde guardaba su caso.
- ¿Cómo te encuentras en esta semana?

-Lo mismo de siempre -Khris restó importancia -Juntas académicas, diplomacia, comidas familiares... Mi familia salió a una boda, esta semana estuve abandonado en casa.

El doctor cogió un lápiz del escritorio y se fijó en las notas.

- ¿Por qué no fuiste a esa boda con tus familiares?

-Tenía una reunión para organizar un evento deportivo -Khris deseó no asistir a ese compromiso, así habría evitado todo lo que le pasó - Me costó mucho trabajo convencer a mis hermanas para que me dejaran solo en casa.

- ¿Y has estado bien solo en casa? - hizo algún garabato en su historial - Me refiero a esas "visiones"...

-Creo que fui un verdadero estúpido en mi vida pasada -declaró Khristofer torciendo los labios -A veces me parece que me habla... pero no lo entiendo... -miró al doctor -Usted dijo que no debía preguntarme mi identidad, pero cada vez me siento más confundido... Esa persona esta tomando control de mi vida... ¡Por su culpa tengo este problema!

Hitze se movió un poco en la silla giratoria sin dejar de observar al muchacho.

- ¿Te refieres al problema de que eso te confunda?

-Estoy a punto de revolcarme con mi mejor amigo por un estúpido impulso "marca Summers" -dijo con burla y desvió la mirada -Alguien debió enseñarle.

Hitze se aclaró la garganta y volvió a escribir algo más extenso con respecto a aquello.

- Veo que eso te afecta, siempre puedes echarte atrás, Khris - comentó el hombre - ¿Qué fue lo que te causó ésta situación?

-…l esta celoso -Khris suspiró -De cualquier manera no pienso echarme para atrás... Alguno de los dos debe entrar en razón y esa persona debe ser Dylan... Estoy harto de arreglarle los problemas... Se supone que el mimado soy yo, no él.

- Deberías de intentar de hablarle sobre lo que él tenga celos - aconsejó Hitze - No veo que eso vaya a solucionar nada, después de todo él es tu mejor amigo, tendrá que escucharte.

-¿Cree que esa persona se hubiera echado para atrás?

- ¿No acabas de decir que sientes como él toma el control? Piensa si eso te gusta o te disgusta... ahí puedes encontrar tu respuesta - indicó Hitze haciendo más apuntes todavía.

-Solo quiero que este día termine -Khris sonrió con algo de pena a su doctor -No importa cómo... Debe terminar.

- Bien o "mal", sólo depende de ti...

* * *

No tenía por qué preocuparse.

Si actuaba con cautela todo saldría bien.

Con ese pensamiento Khris tocó la puerta y esperó a que Dylan abriera. Sentía los nervios de punta, pero estaba confiado en su amistad. Después de todo habían sido amigos desde la infancia y se habían confiado cosas importantes.

La puerta se abrió y dejó ver a un Dylan de ojos cansados que le observó de reojo sin atreverse a más. Le dejó espacio para que entrase al salón y después cerró tras de él.

- Siéntate, ¿quieres algo de beber?

-¿Tienes jugo? -preguntó con amabilidad tras sentarse en el sofá y esperó.

…l asintió y desapareció del salón casi lo más rápido que pudo. Como si la presencia de Khris le quemase y quisiera apartarse de él. Claro que eso no podía ser por siempre y tuvo que regresar con lo que él había pedido tomar.

Dylan le dio el vaso y se sentó en la otra punta del sofá encarándole antes de inspirar profundamente.

- Olvidémoslo, Khris...

-¿Olvidar? -preguntó el muchacho con suavidad -¿Olvidar qué? ¿Lo que vine a hacer aquí o lo que lo provocó?

- Olvidar el por qué de que estés aquí - apuntó Dylan, tragando el nudo que tenía en la garganta - No lo pensé demasiado bien antes de contestar ante tal idiotez de proposición... a veces te luces, amigo...

-Hablaba en serio -susurró Khris jugando con el vaso -Aunque no lo parezca... no era mi intención hacerte daño... Eres... muy importante para mi... Mi amigo.

- Eso lo sé - asintió Dylan. Toda la vida siempre se habían protegido uno al otro y aquello que había ocurrido era posiblemente por el efecto que Eric producía en las personas. Siendo como era lo hacía más atractivo a los ojos de algunos... - ¿Y él?

-No te lo he dicho -Khris desvió la mirada -No claramente, al menos. Mis visiones no son ningún juego... Jamás había creído en las vidas pasadas o esas bobadas, pero... -¿sería correcto decirlo? Khris apretó los puños indeciso hasta que el dolor que le produjo morderse el labio inferior le hizo decidirse -Eric y yo ya habíamos estado juntos... no con estos cuerpos ni con estos nombres... Lo supe ayer...

- ¿Qué? ¿Una vida pasada? - repitió Dylan con una incrédula calma y reparó en algo - Un momento, esa es la causa de que vayas a un matasanos de esos, ¿no?

-A mis hermanas les preocupó que tuviera pesadillas con recuerdos pasados que no entendía, así que me pagaron un psicólogo -dijo él apenado -Aun hay cosas que no entiendo bien, pero voy avanzando lentamente.

Dylan suspiró y se movió inquieto en el sofá.

- Por eso Eric también veía cosas... - una vida pasada, eso solo ocurren en las películas malas de la sobremesa - ¿Lo sabe? ¿O no tiene la menor idea...?

-No lo sé -admitió Khris -No me dio tiempo para platicar sobre eso... -entonces sonrió con tristeza -Temo que fui abandonado.

- Después de que le humillases con dinero, ¿quién no huye? - preguntó Dylan y prefirió habérselo callado - En vez de quedarte ahí parado, yo que tú le buscaría, Khris... si es algo tan importante que ha superado barreras tan desconocidas no es lógico decir "me abandonó" y quedarse tan tranquilo.

-Bueno -Khris miró a su amigo con algo de humor -A comparación tuya yo no sé mucho de Eric... Quizá conozca algo de su persona pasada, pero la actual me resulta desconocida...

- Tampoco creas que sé demasiado - sonrió con algo de tristeza - Quizá unos cuantos detalles, pero no le gusta hablar mucho de lo que le ha rodeado hasta ahora y de sí mismo... ¿quieres saber uno de esos detalles?

-¿Puedo? -preguntó sonrojado.

Dylan rió encantado y buscó una libreta para apuntar algo en ella.

- Su paraíso - le entregó la nota - Si quieres encontrarle, seguro que ahí estará.
-Gracias -Khris guardó el papel tras leerlo y fingió estar un poco ofendido -Ganarás fama en la Universidad. No cualquiera puede decir que tuvo oportunidad de estar con Khristofer Kentz y lo rechazó.

- ¿Quién les dirá? - le guiñó un ojo - No me interesa la fama... solo... que ambos estén bien...

-Gracias -susurró el chico.

* * *

Aun estando tumbado en la cama bajo el acogedor abrigo de la colcha no podía dormir. Algo se agitaba de forma brusca en su mente llenándola de información que no alcanzaba a organizar de forma adecuada y le hizo gritar en medio de la noche incorporándose con sudores fríos.

Eric se tomó la cabeza con las dos manos abriendo los ojos desmesuradamente a todo aquello que le estaba golpeando tan repentinamente. No era como las otras veces, no eran esas imágenes danzando delante de sus ojos de forma lenta. Esta vez era como si voces y recuerdos no vividos le bombardearan la cabeza causándole un dolor en la nuca.

Era como si realmente pudiera volverse loco con todo aquello.

Los pies descalzos cruzaron los pasillos avanzando por la fría losa hasta que abrió de par en par las dos puertas de otra habitación.

Allí todo el castillo perdía su calidez para convertirse en profesionalidad.

El despacho de su abuela, que había utilizado para dirigir todos los importantes negocios hasta que pudo hacerlo, guardaba toda clase de avanzadas tecnologías que no iba a dudar en usar.

Quería saber si todo eso era verdad o debería de ir reservando plaza en algún manicomio.

Así que se sentó en el gran sillón que su padre esperaba que ocupase algún día y prendió el ordenador para comenzar a buscar por Internet.

Lo que le despertó fue nuevamente el ruido del fax y despegó la cara de la mesa del escritorio para deslizarla por lo que debería de ser el despacho. La luz del amanecer le hizo ver que estaba todo regado de papeles con caras que extrañaba, nombres grabados en su mente y demasiada información que había podido estar leyendo a lo largo de toda la noche.

Era increíble lo que los contactos familiares podían hacer en ocasiones como esa e Internet era otra cosa aparte.

- Que hambre - se dijo así mismo y caminó con lentitud hasta la cocina.

Pero se detuvo ante un gran espejo para mirarse y extrañarse ante lo que veía.

Eric posó una mano en espejo recorriendo cada línea que formaba su rostro sobre la hoja fría, con lejanía.

Pelo negro y ojos tan rasgados y dorados como los de un felino.

- ¿Quién eres?

Se recordaba así mismo con cabello grisáceo y ojos grandes azulados... Eric recorrió su cuerpo con las manos...

Eso también lo recordaba más grande y con más músculo.

"Es tu nuevo yo"

- Claro... soy un Wyndham...

"Eres un Tyler"

- Soy alguien que tiene demasiada hambre - ironizó y apartó la vista para correr hacia a aquel lugar.

Se le hizo extraño encender la cocina y comenzar a preparar el desayuno para los dos. Cada vez que tomaba un huevo para prepararlo era como si lo hiciese por primera vez y Eric meneó la cabeza para disipar aquello.

- ¿Cómo lo ves, Alex? - preguntó cocinando una tortilla - ¿Te gustan los cambios? Antes no sabías cocinar y ahora eres capaz de preparar cualquier clase de alimento, se te daban mal los estudios y ahora sacas matrícula, e incluso odiabas a los niños.

Eric hizo que la tortilla diese una vuelta perfecta al lanzarla al aire y cayese de nuevo a la sartén.

"Que eres idiota"

- No te lo discuto...

- ¿Con quién hablas, papá?

Eric volteó y vio a Jei restregarse un ojito somnoliento y tomar asiento en una de las sillas de madera.

- Son notas mentales.

- Ah - dijo el niño, aunque no supiera que era eso, aún tenía demasiado sueño como para comenzar a hacer preguntas.

Eric siguió con los preparativos y cuando estuvo listo lo dejó en la mesa sentándose él también para comer.

- ¿Te gustaría venir a vivir aquí?

El niño negó con la cabeza.

- Me gusta la otra casa, allí está la abuela Crawford, y mis amigos del parvulario, y Dylan, y... - el niño comió un trozo de tortilla intentando encontrar más personas - y claro, Claire y mi papá Khris.

Su papá Khris...

Eric sintió como el corazón se le encogía volviendo a pensar en lo que no quería.
Khristofer... su Khristofer...

Aquel al que había amado en su vida anterior y que tenía la desgracia de hacerlo también en esta...

Aquel que le había contratado solo por desear nada más que su cuerpo...

Sólo eso...

- ¡Señor Wyndham...!

Eric emitió un pequeño grito de sorpresa y se giró molesto hacia la puerta a ver a un hombre de buen aspecto que tenía un gran manojo de llaves en la mano derecha.

- Por Dios, Brad, no me des esos sustos si es que quieres que llegue a los setenta años.

El hombre sonrió con agrado y miró que el muchacho había estado cocinando.

- Hoy en la mañana el de la tienda de comestibles me mencionó a un extranjero de ojos dorados y pensé en que alguno de ustedes había regresado a la casa. Ciertamente solo pensé en usted, es el único que no me avisa de su llegada.

- Soy el único que sabe valerse por sí mismo sin necesitar a un criado.

- No lo pongo en duda - sonrió el hombre.

Bradley Johnson pertenecía a la familia que toda la vida había servido en MoonVille, aunque al estar deshabitado prácticamente no era indispensable que hubiese sirvientes, así que vivían en el pueblo y cada semana se acercaban al castillo para ver que todo estaba en su sitio, hacer un poco de limpieza y hacer que todo estuviese en su sitio para cuando el joven Eric quisiera disponer de su propiedad.
Brad comenzó a limpiar lo que Eric había ensuciado y él suspiró con pesadez.

- Sé hacerlo yo, Bradley...

- Pero me paga por hacer esto - indicó - Y si no me deja hará que me sienta mal.

El ruido de un vaso de hojalata al caer al suelo le disparó el corazón a cien por hora y lo apretó produciéndole dolor.

Había sonado como...

... el ruido de un disparo...

Eric sintió que se ahogaba, que le faltaba el aire y salió de la cocina lo más rápido que pudo sin que nadie notase que huía.

Se apoyó en una de las paredes hasta lograr abrir una de las habitaciones y cerrar tras él para caer al suelo de rodillas y tratar de respirar.

Un disparo.

Cerró los ojos con fuerza, allí estaba lo que sentía que no había recordado.

El dolor de lo que provocó que él se fuese de su lado.

Una maldita bala del hombre al que su otro yo atrajo a sus vidas.

…l nada más era el culpable de que Julio hubiese muerto y Eric lloró.

Después de tanto tiempo de querer hacerlo y con solo recordar la muerte de un amor pudo hacerlo.

Las lágrimas le quemaban los ojos y abrasaban allí por dónde pasaban y se dejó caer al suelo como lo hubo hecho una vez, con la diferencia de que en esta no se desmayó, sino que seguía reviviendo una y otra vez aquel angustioso momento.
No podía...

... volver a admitir a Julio... a Khris en su vida...

De nuevo era tan complicada y no quería volver a ser el causante de que algo que ocurriese.

Su nuevo yo no cometía errores.

Y no los iba a cometer.

No con él.

Cuando se recuperó se limpió las lágrimas y con una voz le encargó a Bradley de que vigilase a Jei.

Iba a pasear por los jardines, aunque prefirió otra cosa.

En la diana. Justo en el centro. Su puntería no había desmejorado ni un ápice a pesar de que hacía lo menos cuatro meses que no practicaba.

Desde que dejó la casa.

Y el tiro con arco siempre había sido su deporte favorito, incluso llegando a participar el algún campeonato y ganando títulos.

Por supuesto, a su padre no le gustó ese deporte.

Hubiera preferido que se hubiese decantado por la equitación.

Tensó de nuevo la cuerda y dejó escapar la flecha que partió la anterior por la mitad, dando de nuevo en el blanco.

Descargó toda la rabia, la culpabilidad y el dolor en aquellas flechas...

... pero eso no hizo que desaparecieran.

- Señorito, tiene una llamada - Brad apareció con el teléfono inalámbrico.

¿Una llamada? ¿Quién sabía que estaba allí?

Eric apoyó el arco en el suelo y tomó el auricular. La voz de su padre le tensó todo el cuerpo.

- Ya te he concedido cuatro meses de rebeldía, Eric, ha llegado el momento en que te ciñas a mis deseos...

* * *

-¿Esta seguro de que es aquí? -preguntó Khristofer totalmente apenado mientras revisaba el papel que Dylan le había entregado.

-Lo dice en su papel, joven -contestó el hombre que había aceptado guiarlo hasta el lugar en cuestión en cuando escuchó que estaba buscando ayuda con eso en el bar al que fue a dar.

Khris jamás había entrado a un bar y sospechó muy seriamente que había hecho un bonito ridículo rechazando la bebida para pedir un vaso con leche... Si, en definitiva lo había hecho... Y a lo mejor hasta a Summers le habría causado grave gracia.

Pero ahora estaba parado frente una puerta imponente tras caminar por un sendero de piedra y ver monumentales bardas cubiertas de enredaderas con bellas flores.
Alguien le estaba jugando una broma, ¿no?

-¿Esto es MoonVille? -preguntó en voz baja.

-Hermoso, ¿no? -el hombre sonrió -Bueno, lo dejo aquí. Mucha suerte.

Claro, que fácil era decirlo.

Khris apretó los labios deseando que Eric fuera un trabajador del lugar... aunque...
Brad divisó al extraño a través de una de las ventanas descuidadas que limpiaba y dejó el paño en el cubo con agua para acudir a la entrada.

Una de las puertas se abrió y el chico examinó mejor al que tenía a unos metros de él.

- ¿Desea algo?

-Oh, Buenas tardes- Khris odió el rubor que sintió en sus mejillas -Yo venía buscando a una persona... Eric Wyndham.

El hombre puso cara de consecuencias y abrió más la puerta sintiendo la corriente de aire que esto producía.

- El señorito Wyndham abandonó la casa hará como dos horas - informó - No me avisó que tendría visita... ¿quiere pasar?

Khris enrojeció aun más.

¿Señorito?

Un momento, ¿no estaba?

-Oh... salió -susurró decepcionado -No es necesario que entre.

- No salió, regresó a la ciudad - el hombre rodeó con la vista buscando algo - Esperaba encontrarle, ¿cierto? por eso no veo coche alguno. Pase, puedo llevarle al pueblo si lo desea en cuanto termine de hacer algunas cosas.

-Muchas gracias... -Khris estaba cansado. La verdad es que no veía al atleta que llegó a ser. -¿Puedo ayudarle?

El hombre abrió los ojos.

- ¿Le apetece recoger juguetes? - rió mientras le dejaba entrar - El pequeño Jei es un tornado y lo deja todo revuelto, es lo que ocurren cuando crecen, aunque cuando tenía un año tiraba los biberones...

Khris sonrió con ternura. Si pudiera ver a Eric intentaría convencerlo de compartir la responsabilidad con el pequeño Jei...

... de compartirlo todo...

* * *

-Demasiado ostentoso.

Max miró a su hermana menor, esta vez no hizo comentario alguno ya que comprendía a la perfección sus sentimientos.

-Debo ir a conversar con alguien -dijo a Ballery.

-Pierde cuidado -susurró ella y le sonrió -Salúdame a mis hermanas y diles que cuiden de mi hija.

-Claro.

Ballery perdió la sonrisa en cuanto su hermano desapareció y de nuevo se preguntó la razón por la que había aceptado todo eso.

Era cierto que la idea de estar prometida le ilusionaba, pero aun no había sacado a tema el hecho de tener una hija de tan solo unos cuantos meses o la posibilidad de que al importante hijo de esa familia no le interesara cumplir con la promesa que ambos padres hicieron.

Glen Kentz no era tan adinerado como su joven amigo... Tenía más edad y ahora Ballery sabía que también había decidido tener más hijos... muchos más. Hasta ahora no sabía cómo era que se hicieron amigos... lo que si supo fue que comprometieron a sus hijos. El último del señor Kentz y el primero del señor Wyndham.

... solo que...

El último del señor Kentz resultó ser niño... Y el primero del señor Wyndham... niño.
Así que para cumplir con el compromiso se pasó esa responsabilidad a ella a pesar de ser un año mayor que el muchacho en cuestión.

Pero no se quejaba, haría eso por su padre ya que no representaba ningún sacrificio... Además, en verdad le emocionaba la idea.

Pero a Eric no.

Se movió inquieto en los sillones recubiertos de cuero de la limusina que le llevaba hacia aquella casa que parecía tirar de él con fuerza, cualquiera que fuera la causa.
Nada más regresar a la mansión recibió las órdenes directas de su padre por parte de su mayordomo de que se vistiese con el traje elegante que le había dejado en su habitación.

Y así lo hizo... pero no por que quisiera, sino porque no tenía otra opción.

"Si no me obedeces, te quitaré eso que tanto amas"

Eric apretó los puños dentro del coche recordándolo. Su padre le quitaría a Jei y no podía permitirlo... y sabía que si no hacía lo que él quería era capaz de cumplir su amenaza.

Nada se le interponía a Wallace Wyndham en sus planes.

Y su plan ahora era casarlo.

Nada más llegar a la casa un criado, seguramente contratado especialmente para esa fiesta, le abrió la puerta con una inclinación y otro le guió al interior de la casa hasta el salón en donde estaban todos reunidos.

Todos excepto una persona... Eric le agradeció al cielo que no estuviese allí.
Pero él sí lo estaba.

Su padre hablaba con otro hombre al que no conocía y quiso que la tierra se le tragase cuando vio que hubo llegado.

Wallace frunció un poco el ceño, Eric había ignorado el traje negro que le dejó y vestía uno gris perla igual de elegante.

"Al menos eligió uno de acuerdo con la ocasión", pensó Wallace.

-¿Tu hijo? -preguntó el hombre mayor con amabilidad -Los genes Wyndham siguen impresionándome, Wallace.

- Eric, te presento a Glen Kentz - sonrió Wallace, cuando su hijo hubo llegado a la altura de ellos - Es el padre de Ballery.

"Y de Khris", siseó en su mente Eric, al tiempo que tenía la mano para estrechar la del hombre.

- Es un placer conocer a un viejo amigo de mi padre - comentó Eric, con fría educación.

-No seas tan reservado, hijo -Glen rompió todo protocolo y lo abrazó con cariño -, después de todo seremos familia.

- Tendrás que disculparle - rió Wallace -, es cosa de la educación que recibió, "ser siempre correcto".

Eric quiso fulminarle con la mirada pero permaneció impasible ante lo que su padre había dicho.

- Cierto, esa es la primera regla que se encargan de que la aprendas incluso a golpes si hace falta - sonrió Eric, cínicamente - pero las reglas están a veces para romperlas, ¿verdad, futuro suegro?

Eric palmeó la espalda del hombre con confianza y notó como su padre en esos momentos tendría que estar hirviendo por dentro.

-Desde luego -dijo Glen correspondiendo al gesto y miró hacia todos lados -Vaya, mi hija debe estar perdida entre tanta gente distinguida. No debiste molestarte, Wallace. Sabes que no estamos acostumbrados a tanta categoría junta.

- Es un evento especial - indicó el hombre tomando una copa de champaña que un mozo le ofreció, y le acercó otra a su hijo -, no todos los días se celebran compromisos de tal magnitud.

-Muy cierto -concedió Glen -Oh, ahí esta mi pequeña.

Ballery se acercó con pasos suaves y miró de manera discreta a Eric. Se detuvo frente a ambos hombres e hizo un educado ademán.

-Eric Wyndham -susurró con educación -Es un placer volver a verlo.

Una de las hermanas de Khristofer.

Santo Dios, que retorcida era la vida a veces cuando se enteró de los planes de su padre escasamente hace unas horas.

- Igualmente, Ballery - concedió Eric, haciendo el respetuoso saludo a una dama. El beso en la mano que le enseñaron sus profesores particulares de educación.

Wallace se enorgulleció de lo bien que Eric acataba las órdenes.

- ¿Se conocían? - preguntó el padre de Eric.

-Alguien tan encantador como su hijo es muy notable -dijo Ballery con educación - Casi tanto como mi hermano.

-Ballery, no creo que Khristofer llegue a ser tan cuidadoso como el joven Wyndham -señaló Glen con una sonrisa y miró a su amigo -Mi hijo menor sale de toda categoría... Vino al mundo rompiendo todas nuestras expectativas después de todo.
Ballery frunció un poco el ceño por ese comentario.

- Pero gracias a que las rompiera fue su hijo el que me guió cuando me trasladé de universidad... - puntualizó Eric, y miró a su padre.

"Ah, papá, también me acuesto con él, y no precisamente para dormir, ¿a que no te importa?" pensó en decirle también, pero se lo dijo a si mismo con cinismo.

Aunque Wallace pareció captar algo de eso en los bonitos ojos de su hijo.

- Al fin ya cabo ustedes solo se llevan un año, no es tan importante - quitó seriedad al asunto Wallace - Hablando de Khristofer, ¿dónde está? Aun no tengo el placer de conocerlo.

-A mi hermano no le gustan las fiestas -dijo la joven con amabilidad -Lo llamé para que viniera -miró a su padre -, pero me dijo que tenía algo muy importante que hacer... Los deberes del presidente del Comité estudiantil son muy cansados a veces... Sin embargo, señor Wyndham, Khris manda sus disculpas. De haber venido ya habría arreglado su problema.

Ballery miró a Eric de manera significativa.

Eric reparó en esa mirada... pero... ¿cómo iba a saber Ballery lo que había entre ellos?

"Lo que ha habido" recordó Eric, y se rascó debajo del cuello de la camisa bebiendo a la vez algo de champaña.

- Oh, espero entonces que en la comida de mañana no esté tan atareado - Wallace miró a Glen - Aún sigue en pie el comer en mi casa, ¿verdad? Avery siente mucho el no haber podido asistir, su migraña estaba acentuada hoy, así que le causaría un gran desconsuelo que no viniesen mañana.

-No decepcionaremos a Avery -dijo a Wallace sonriendo -Khristofer estará también aquí. Ya he mandado por él... Pero dejemos que nuestros hijos conversen -murmuró con tono cómplice -Me gusta que los jóvenes se diviertan.

Eric esbozó una pequeña sonrisa agradeciéndole enormemente a Glen la excusa para separarse de ellos y tomó del brazo a la bonita muchacha para ir a un lugar más alejado.

Aunque sentía como las miradas de los invitados les seguían curiosos.

- Odio a tanta gente en las fiestas - comentó con tono casual.

-En lo personal prefiero a los niños -Ballery rió -Son más manejables y conversan temas más fáciles.

- O te dan con los juguetes en la cabeza - Eric también rió - Parece que tenemos algo en común, aparte de conocer a Khris... nos gustan los niños.

-Lo cual resulta muy conveniente -dijo ella con suavidad -Tu padre no parece saber de la existencia de Alison, me pregunto cuando pensará decírselo... Mi papá es un caos a veces.

- ¿Alison? - Eric creyó haber escuchado ese nombre antes - ¿La pequeña que había en la fiesta de cumpleaños?

-Mi hija de cinco meses -le chica sonrió con orgullo -Troya arderá de nuevo... a menos que a tu padre no le importe que estés por casarte con una madre soltera... Aunque -ella miró a Eric - tu no has dicho nada al respecto.

Eric sonrió de forma tranquilizadora. Como siempre que la palabra "niños" estuviese de por medio.

Era algo que no podía evitar.

- A mi padre no le importa casar a su hijo soltero con un pequeño a cuestas - ironizó - Yo... también tengo uno, de cuatro años, así que no tendría por qué decir nada, Ballery...

Ballery lo miró e hizo un ademán negativo.

-A mi no me importa -dijo con una sonrisa -, pero me parece que necesitaremos más que amor por los niños para hacer funcionar un matrimonio, ¿no te parece?
Eric recobró algo de frialdad en sus ojos

- Un matrimonio arreglado así de buenas a primeras no es algo que haga surgir algo más dentro de mí tan repentinamente, Ballery - Eric se engañaba así mismo, no habría nadie que pudiese superar lo que ya sentía...

-Es lo que veo -ella le tocó el hombro -Y parece que tampoco tienes muchas ganas de cumplir con la palabra de tu padre...

- Hacerle feliz a él no es mi máxima prioridad - espetó - Pero todo tiene que ser por el "bien" de nuestra sangre real... ¿Acaso tú si quieres cumplir la palabra del tuyo?

-Me parece que nuestros padres nos han dado oportunidades diferentes -susurró ella con amabilidad -Mi padre pudo repudiar a su hija por haberse embarazado de la persona equivocada, pero no lo hizo... Yo acepto cumplir con la palabra de mi padre ya que confío en él...

- Me gusta tu padre - confesó - Me alegra ves que tendré una familia más normal que la que tuve hasta ahora.

-Si -ella suspiró -Mi hermano dijo algo parecido... "Me gusta tener un padre permisivo como en mi vida pasada, eso me da una familia normal"... ¿Sabes lo molesto que puede ser tener un hermano menor tan... conciente de tantas cosas a corta edad?

- ¿Tanto te molesta? Yo lo encuentro útil, si sabes más evitas cometer errores....

-¿Eso crees? ... Bueno... Yo respeto todas las ideologías -le tocó la mano con confianza -Después de todo soy la penúltima de seis.

Eric se sintió extraño. Deseaba que esa mano fuese la de alguien muy diferente a ella pero era algo que no se podía realizar.

Evitó un suspiró y delineó una escueta sonrisa tomando aquella mano en la de él.

- Creo que nos llevaremos bien...

Wallace apuró el contenido de su copra bastante satisfecho por el gesto que acababa de hacer. Sí, cooperaba, y por qué no, quizá ella fuese la solución para quitarle aquellas absurdas ideas sobre los hombres de la cabeza a su hijo.

* * *

Dylan se veía más tranquilo. Quizá había platicado con Khris después de todo y ahora estaban bien de nuevo.

Que bueno, la verdad es que Justín no había querido causar estragos en una amistad como esa... Quizá si en una relación amorosa, pero ahora estaba seguro que eso no había ocurrido.

De cualquier manera Justín no estaba presente. Su padre había mandado por él para asistir a una comida con su futuro cuñado y el equipo de Tennis se veía algo extraño sin recibir sus instrucciones.

Más raro era ver como Dylan las daba. Parecía haber recobrado las responsabilidades que conlleva ser capitán de un equipo y todo estaban animados por el pequeño cambio del muchacho.

Dylan hizo un perfecto smash que trataba de enseñar a uno de sus compañeros para el campeonato, y que también le servía a él de entrenamiento.
Paró un segundo, necesitaba agua...

Justín se levantó y se acercó a Dylan. De manera solicita le sirvió agua y se permitió sonreír.

-Tu cambio ha maravillado a todos... la verdad es que ahora veo que no soy tan inmune.

- ¿Al cambio o a mis encantos? - Dylan aceptó el agua y la bebió de un trago, calmando algo su sed. Aunque estiró el vaso de nuevo queriendo más.

El muchacho rió con gracia y volvió a servir.

-Ambas cosas me maravillan...

- Hace unos meses creí haber entendido lo mismo que ahora... - susurró con cautela, mencionando cierta insinuación que Dylan cortó con una frase no muy amable aquella vez - ¿Tanto dejaron de maravillarte entonces?

-Quería sacar a Khristofer de en medio, pero jamás comprendí su relación... Creo que aun no la entiendo, pero veo que Khris no significa nada en ese aspecto.

- Es... mi mejor amigo - sonrió Dylan - Ya no tendrás que sacar a nadie más, vuelvo a estar libre como un pájaro - bromeó el muchacho con algo de pesar y se sentó en una banca cercana.

Justín tuvo la delicadeza de parecer avergonzado y se sentó a un lado de Dylan.
-Me interesas de forma especial -dijo con amabilidad -Comentó tonterías a veces, pero mis sentimientos no han cambiado.

Dylan pareció suspirar y cerró los ojos.

- Parece que tenía que haberme centrado más en los que sí sentían algo por mí y no en los que no...

Esta vez sí que el suspiro fue notorio.

- ¿Podrás... darme algo de tiempo...? Eric me ha dejado algo hecho polvo - sonrió con humor.

-Yo -Justín ser acercó y susurró en su oído - puedo esperar el tiempo que tu quieras, Dylan.

- Gracias... - Dylan apoyó la cabeza en su frente de gesto simpático y esbozó una pequeña sonrisa sincera.

* * *

¿Así que ese era el mundo al que su hermana estaba por entrar?

Khris hizo un ademán al sirviente que le recibió y se acomodó en la sala. De acuerdo con la información su padre no tardaría en bajar a recibirlo, así que solo restaba esperar.

Una sirvienta le trajo soda y Khris sonrió maravillado al ver las galletas.

-Las ventajas de ser invitado -dijo tomando una y comenzó a comer. Ojalá sus hermanas no llegaran para evitar que siguiera comiendo.

Wallace irrumpió en la sala con aspecto imponente, el traje inmaculado y su cabello castaño con cada hilo en su sitio.

El hombre leía alguna correspondencia que dejó en una bandejita que portaba la criada y ésta se retiró después.

- Me alegra conocerle por fin, señor Kentz - saludó Wallace con una sonrisa al chico que tenía migas de galletas en la camisa escolar.

Khris se levantó rápidamente. De pronto se dio cuenta que había estado mirando fijamente al hombre y desvió la vista sonrojado.

-Es un placer conocerlo, señor -dijo cuando se recuperó -Muchas gracias por recibirnos en su bella casa.

- No hay de qué, la idea fue de mi esposa - él se sentó y le invitó a que hiciese lo mismo - Quería algo menos formal que una fiesta de compromiso y quiso arreglar una comida, espero que no haya interferido en su trabajo como presidente estudiantil...

-El trabajo casi esta organizado -dijo él con amabilidad -Papa dice que ustedes son grandes amigos... A veces se enfada por que no pude cumplir con su promesa, eso me hace comprender que ustedes tienen una amistad muy valiosa.

Wallace se acomodó en el sofá para mirar al muchacho.

- Tenemos que asegurarnos de que la sangre familiar se conserve... junto con lo mejor - indicó el hombre - No hay problema en que salieses hombre, por suerte tu padre tuvo demasiadas mujeres - bromeó Wallace.

-No lo agradezco la mayoría de las veces -Khris siguió la broma -Mi hermana no me ha comentado mucho -dijo con más confianza.

La verdad es que el asunto no le había importado mucho de todas maneras.

Wallace rió.

- Mi único hijo... es el que se casará con ella - informó mejor.

Khris palideció. Eso ya no se escuchaba bien.

-¿Sólo un hijo? -murmuró -¿Eric?

- Sí - asintió él - Tengo entendido que le ayudaste mucho cuando Eric se incorporó a la universidad, gracias...

-N- no -tartamudeó No tiene nada que agradecer... Es mi deber.

Khris sintió que el corazón se le encogía.

¿Su hermana y Eric?

Dios.

¡Dolía mucho!

Wallace arqueó una ceja ante lo sorprendido que Khris parecía haberse quedado.

- No creo que su familia tarde en llegar... ¿quieres tomar algo más que esa soda?

-No se moleste -el chico volvió a sentarse y bajó la mirada -Estoy bien.

Una voz conocida resonó en las paredes de la mansión haciendo eco, cortando aquel silencio que se había producido de pronto entre los dos.

- ¡¿Jei?!

Eric llamaba al pequeño mientras bajaba las escaleras y al tocar el suelo de la planta baja buscó detrás de unas plantas y unos muebles decorativos.

Allí tampoco estaba.

Eric gruñó por no encontrarle y decidió que quizás estuviese en la sala escondido tras el sillón, pero al traspasar el umbral se quedó paralizado al encontrar otra cosa.
Pero se repuso con rapidez y saludó a Khris con la mano y una escasa sonrisa.

- ¿Habéis visto a Jei? Aun tengo que vestirle para la comida...

Wallace suspiró.

- Debería de estar listo hace rato, ten más control sobre tu hijo, Eric - espetó el hombre.

Eric apretó los puños.

- Claro, que los niños tengan necesidad de jugar a ti no te importa, ¿verdad padre?

- No en momentos como éste.

-Podría ayudar a buscarlo -dijo Khris sin preocuparse por interrumpir la discusión, después de todo había "estado" en disputas semejantes en el lugar de su otro "yo".

- Claro - aceptó el padre -, así podré darme una vuelta por la cocina... Encuentra a Jei rápido.

Wallace se levantó y salió de la sala con paso tranquilo.

Eric le observó con el corazón en la garganta e hizo además de darse la vuelta para continuar la búsqueda.

-Niégate -dijo Khris con un nudo en la garganta.

- ¿A qué exactamente debo negarme? - respondió Eric, parando en seco.

Khris apretó los puños sobre sus rodillas.

-Sé que no soy interesante ahora... Sé que no tengo ni la mitad de lo que llegue a tener... pero... ¡No soportaría perderte de esta manera! -palideció -... A menos que... -levantó la mirada -... que tu quieras...

Eric se odiaría el resto de su vida y Alex le mortificaría por ello durante toda la eternidad por lo que estaba apunto de hacer.

- ¿De lo que llegaste a tener? - preguntó sin saber de qué iba aquel discurso - Sólo fue sexo Khris, justo lo que implica una contratación... - dijo sin mayor importancia aunque por dentro se le estuviera desgarrando el corazón - Me casaré con Ballery, es lo mejor para todos...

Khris lloró.

¿Cuantas veces se había permitido hacerlo?

Ninguna en su vida pasada... aunque recordaba haberlo hecho una vez... pero no la razón.

Furioso se secó la cara y se levantó murmurando algo de buscar el baño.

Eric bajó la mirada y cubrió los ojos con una mano.

No podía permitirse hacerlo allí, no con la servidumbre y con el riesgo de que la familia le viese...

No estaba seguro de que si Khris encontraría uno de los baños pero él sí puesto que era su casa, así que caminó deprisa hacia uno de ellos evitando ser visto por las atareadas personas y cerró con pestillo cuando estuvo dentro, arrastrando la espalda por la madera hasta estar sentado en el suelo.

Y metiendo la cabeza entre las piernas también lloró.

- ¿Papá?

La voz del niño le alertó pero no pudo parar el agua salada y Jei salió de la bañera para ir hasta él.

- ¿Estás triste?

Eric se lo acercó y le abrazó con fuerza.

Lo hacía todo por ambos, no tenía otro remedio...

No tenía más opción...

* * *

El ambiente estaba bastante tenso.

Ballery levantó la copa de jugo y bebió de manera delicada mientras miraba a su hermano con disimulo. Estaba segura de que lo hinchado de sus ojos era por que había estado llorando. Sin embargo lo disimulaba haciendo comentarios que parecían agradar al padre de Eric, pero no al propio Eric.

Cosa curiosa, Khris siempre buscaba hacer comentarios que agradasen a todos, después de todo había logrado convencer a una mayoría para que lo hicieran presidente.

Eric también estaba extraño. Y apostaría toda la fortuna de los Wyndham a que era de llorar también. No había hecho mucho caso a los comentarios hasta que era uno de Khris y fruncía su bonita nariz, pero lo ignoraba y seguía alimentando al pequeño.

Si. Todo estaba bastante raro.

-Supe por accidente que ustedes tuvieron alguna clase de problema -comentó Ballery colocando la copa en su lugar y miró encantadoramente a Eric y a su hermano -¿Ya se arreglaron?

Eric detuvo en seco la cuchara y si no fuese porque la sujetaba tan fuertemente que los dedos se le ponían más blancos aun, se habría caído al suelo.
Menuda pregunta.

¿En serio iba a casarse con ella?

- Si te refieres al día en que le cayó una piña por accidente en la cabeza: sí, está arreglado.

No le iba a decir que también estaba "arreglado" el asunto de una larga noche... entre sábanas...

-Oh -Ballery sonrió aun más -¿Sólo eso?

Khris se atragantó y comenzó a toser con la mayor educación que le fue posible reunir.

- ¿Decepcionada? - cortó Eric, con frialdad.

-Interesada -corrigió ella y se llevó un trozo de comida a la boca para dejar zanjada la discusión... por el momento.

Eric trató de no desviar la vista hacia él, de no mirarle, en serio que lo trató, pero no pudo y terminó por hacerlo.

Wallace rió encantado ante la actitud que se había tomado en la mesa y alzó una copa de vino en señal de brindis.

- Interesante pareja, no puedo esperar a ver como serán los pequeños que tengan...

-No lo hagas.

Una voz.... Quebrada y adolorida.

Ballery miró a su hermano y bajó la copa para no brindar.

-¿De que hablas Khristofer? -preguntó Glen.

Wallace bajó también su copa y la mano apretó con fuerza la de su bella mujer que hasta ahora no había abierto apenas la boca nada más que para sonreír.

El hombre frunció un poco el ceño ante aquello y desvió la mirada a su "desinteresado" hijo, que seguía ocupándose de Jei...

- ¿Ocurre algo, joven Kentz? - Avery le habló con dulzura,

-No los obligue.

Ballery parpadeó al entender. Vaya, era una autentica sorpresa.

Eric apretó los ojos unos segundos para tratar de disipar las lágrimas a la vez que disimulaba limpiar una mancha en la camisa de Jei.

- ¿Cuál es tu razón, Khris? - preguntó Wallace sin ninguna delicadeza - ¿Quizá no consideres a Eric buen marido para tu hermana?

-Ahora que lo menciona no -dijo él con una seguridad que no creyó poseer justo cuando tenía el corazón partido -Mi hermana merece algo mejor que Eric Wyndham ya que él no es la persona adecuada para ella.

No era el adecuado para nadie.

- Es bonito ver el instinto sobreprotector de los hermanos para con sus hermanas - concedió Wallace, con humor - Pero muchos matrimonios han funcionado aun en contra de las expectativas de los hermanos, Khris...

-No se trata sólo de eso -gruñó el chico -Mi hermana no es la persona que toma lo que es de los demás.

Khris miró a sus padres. Tenían esa expresión paciente en espera a escucharlo todo antes de opinar.

-¿De quién es Eric, Khristofer? -preguntó Ballery ajena a la tensión.

¿De quién? Khris miró a su hermana y torció los labios.

-Hermana...

-Esta bien -ella sonrió con algo de maldad -¿Qué interés tienes en que no se case conmigo?

-Lo... amo...

Eric abrió los ojos desorbitados y giró hacia él con llamas en los ojos.

- ¡¡Khristofer!! - amonestó con rudeza, y enseguida miró a su padre.

Wallace permanecía visiblemente sereno bebiendo un poco de su vino era lo que Eric más temía.

Le tenía terror a esa tranquilidad.

Le comprendía, él gritaría lo mismo, pero Khristofer no sabía en qué le acababa de meter tremenda confesión.

- ¿Eric? - su padre le habló - ¿Le correspondes?

- No - respondió con rapidez.

"Sí"

"Cállate". ordenó Eric a Alex.

- Entonces no veo problema alguno - dijo Wallace sin ninguna emoción - a No ser que, Ballery querida, eso te sea un impedimento...

-¡Lo es! -exclamó Khristofer levantándose.

-Puedo responder sola, Khris, gracias -intervino ella sin perder la serenidad.

De pronto Khris se sintió atrapado. Sin saber cómo reaccionar empujó la silla y salió del comedor.

Jei parpadeó sin saber que ocurría pero no veía mal que papá Khris quisiera a papá Eric. …l también le quería y a nadie le parecía mal, así que se lo iba a decir.

Jei bajó de la silla y corrió tan rápido que Eric no pudo llegar a alcanzarle y maldijo por lo bajo. El pequeño fue hasta la salida y alcanzó a Khris para tirar de su pantalón.

- ¿Te vas? - preguntó apenado el niño.

Khris sintió que se le hundía el corazón al detenerse. Volteó y acarició la cabeza del niño.

-Sólo por un tiempo -susurró para que el niño lo oyera -Ahora debo... arreglar un pendiente.

- Papá se pondrá triste... - hizo un puchero.

- Jei - le llamó con severidad Eric, y el pequeño se dio la vuelta yendo con él - Regresa a la mesa.

- Pero papá... se marcha...

- Haz lo que te digo.

Jei hizo un gesto revoltoso negándose.

- No quiero, eres malo - le dijo, y después desapareció por unos pasillos.

Eric suspiró, comenzaba a sentirse demasiado cansado, y vio a Khris en la entrada.

¿Por qué tuvo que recordar?

Estaba mejor dormido, estaba mejor ignorante...

-Arréglalo -dijo con una mirada firme y enarcó una ceja con maldad -... por mí...
Khris salió.


... Arréglalo....
... Arréglalo....
... Arréglalo....
.... Por mí ....
.... Por mí ....
.... Por mí ....


- ¿Señorito?

Eric pareció salir de aquel recuerdo que le había atrapado de la forma más posesiva sin dejarle volver a su realidad.

Desvió la mirada hacia la sirvienta de toda la vida como si estuviese perdido y las piernas le fallaron teniéndose que aferrarse al brazo de la mujer.

- ¡¡Señorito Wyndham!! - exclamó alarmada la mujer, mientras intentaba sostenerle.
Eric se tocó la frente caliente, comenzaba a sentir una debilidad que nunca sufrió. Demasiadas cosas en tan pocos días y consiguió enderezar el cuerpo tras unos segundos.

- Angela... acompáñame a mi habitación, ¿sí? - le pidió Eric, con una suave sonrisa.

La mujer asintió preocupada y sirvió de apoyo a su amo. El joven Wydham siempre había sido amable con ella, con todos los de la casa, no como el tirano de su padre... por eso le tenía aprecio al muchacho.

Eric mandó disculpas a los Kentz con Angela de ausentarse, puesto que no se encontraba bien, y quiso dormir.

No sabía dónde estaría Jei en ese momento pero...

... quería dormir.

Ballery acomodó la servilleta a un lado del plato y sonrió con tranquilidad.

-Con su permiso iré a ver a Alison -dijo con educación e hizo un ademán a su futuro suegro -Les ruego, me disculpen.

Avery vio a su marido relajado y eso le daba muestras de que en su interior ocurría todo lo contrario. Y es que siempre Eric tenía que estar envuelto en la rabia de su padre, y para más males había abandonado la comida con la excusa de encontrarse mal.

- ¿Todas las formalizaciones de compromisos serán así? - aunque contrariamente a lo que pensara Avery, Wallace parecía estar de buen humor.

-Espero que no -murmuró Glen notando la preocupada mirada de su esposa y desvió los ojos verdes hacia su amigo - Desde luego mi hijo ha adquirido un oscuro humor.

Mary miró a su esposo boquiabierta, pero no hizo comentario y se entretuvo bebiendo un poco de jugo.

- Los hijos siempre suele ser... "impredecibles" - la mirada clara de Wallace pareció implicar mucho en aquella frase. Después pareció suspirar - ¿Qué pensáis hacer con respecto a lo que ha ocurrido?

-Ballery ha aceptado cumplir con el compromiso -señaló con tranquilidad -Hablaré con ella.

Entonces fue cuando Wallace pareció estar más relajado y pidió otra clase de licor para celebrar la buena noticia.

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