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Deja Vu por Akiko_y_Shizuka

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Acariciaba cada hoja con tan sumo cuidado que pareciese tener miedo de que ésta se quebrase bajo las yemas de los finos dedos.

Siempre comenzaba por el final, el final en donde estaban tres personas que le eran desconocidas pero que sentía muy cerca de su corazón.

Dean y Dayana Tyler y Alan Leclaire. Tres muchachos con rasgos heredados de sus antecesores y preciosos. Sus biznietos si aún estuviese vivo.

Un momento, lo estaba, aunque en una vida que ya no era suya y que pertenecía al pasado.

Al pasado en donde debería de dejar cada línea que releía en aquello que tenía entre las manos.

Eric acomodó su espalda contra el cabecero de su cama volviendo a pasar más hojas hacia el irremediable principio. Hojas y faxes impresos que recogió del suelo cuando en la casa de su abuela recordó todo y con ellos formó un dossier completo con lo que fue su anterior vida.

Pasó más páginas saltando a nietos e hijos y llegó a lo que fue su presente hace tanto tiempo y vio nuevamente en lo que se convirtieron: un gran médico, una gran artista y un gran jugador de básquet.

Nunca se casaron, pero tuvieron hijos con distintos apellidos.

Eric sonrió al recordar un pequeño fragmento de cuando nacieron y también el terror que Alex le tenía a los niños pequeños.

Sí que habían cambiado los gustos, sí.

Pasó algunas páginas más y un doloroso pinchazo recorrió su corazón como sus dedos acariciaron cada línea que componía aquel hermoso rostro que tanto amó y que tanto le dio.

Julio Summers descansaba en aquella escueta ficha comparada con las demás y gota de agua resbaló al papel haciendo que la tinta de las letras se corriese como intentando borrar esos recuerdos. Pero eso no sucedió, y Eric sonrió incrédulo por encontrarlo de nuevo en... otra clase de vida.

Entoces supo por qué cuando conoció a Dylan sintió que tenía que estar a su lado. Porque Dylan lo llevaría a él... Y lo llevó, sí, pero el futuro que se acercaba le asustaba.

- Basta - se dijo Eric - Eres otro. No le temo a nada.

"Mentira, temes perderlo como la otra vez. Temes haberlo perdido ya..."

Eric frunció el rostro en un gesto de dolor y lo hizo desaparecer cuando escuchó el ruido del abrir de la puerta de su cuarto y se apresuró a esconder el dossier bajo las almohadas y levantarse rápidamente.

Wallace había entrado sin tan siquiera llamar a la puerta o pedir permiso, porque, simplemente, aquella era su casa, y sus ojos dorados despedían llamaradas.

Cuando Eric vio que su padre ponía las manos en la cintura allí dónde descansaba un cinturón el cuerpo se le estremeció por el dolor anteriormente sufrido bajo aquellos latigazos. Pero aun así a aquello no le tenía miedo.

No le tenía miedo a las palizas de su padre.

Ni tampoco a la violenta bofetada que acababa de darle en la mejilla derecha, haciendo que su delgado cuerpo cayese al suelo con brusquedad.

Eric respiró hondo y pudo saborear el sabor metálico de su propia sangre al cortarse dentro de la boca con sus propios dientes.

- Ni se te ocurra echarlo a perder - advirtió el hombre - Si lo haces nunca más volverás a ver a Jei, y sabes perfectamente que cumpliré mi palabra, Eric.

Y escuchó el portazo de salida después de haber dejado su aviso.

Eric tumbó el cuerpo en la moqueta grisácea de su habitación escondiendo el rostro entre los brazos y cerró los ojos.

No quería pensar más, no quería sentir más...

Sólo quería aquel silencio...

* * *

-¡Santo Dios! ¡¡Jamás había estado más avergonzado!!

Khristofer se encogió aun más e ignoró que los lentes se le resbalaran hasta la punta de la nariz. Había estado intentando leer, pero su padre llegó a “hablar” con él bastante tarde. Lo cierto era que ya no estaba “hablando”, su padre elevaba cada vez más el volumen, pero Khris sabía que no lo suficiente para que alguien más oyera, así que no tenía necesidad de recordarle que estaban en una casa ajena... y de todas maneras se sentía avergonzado también.

-Lo siento.

-¿Lo sientes? ¿Es todo lo que puedes decir ante tal estupidez?

Lo que le quedaba claro es que su padre estaba muy alterado. Sin embargo no le había agradado en lo absoluto el comentario.

-No es una estupidez -replicó.

-Lo es -gruñó su padre -Hable con tu hermana y esta de acuerdo en seguir con el compromiso.

Khris palideció.

-Ella no haría eso.

-Ballery no quiere verte herido -explicó su padre -Y a mi parecer no le interesas a ese muchacho. Así que puedes irte sacando ese idea de la cabeza.

Glen salió de la habitación dejando a Khris en un pesado silencio.

En cierta manera todo tenía sentido. Quizá Eric aun no había recordado y prefería solucionar la situación con ese matrimonio.

Después de todo había accedido a tener sexo por dinero.

Pero...

Esa noche lo sintió tan real. Tan cerca.

Khris se acomodó en la cama. Su hermana había aceptado casarse. Tenía que respetar eso, después de todo ella merecía ser feliz... aun si era con la persona que él amaba.

De nada debía influenciar que él hubiese dado la vida por Alex en un pasado... No tenía derecho a exigirle nada por ello. Lo había hecho por amor a pesar de que eso los separaría... a pesar de que eso lo arrojaría a los brazos de otro.

-Si... que se case... -murmuró molesto. -Que me deje de una buena vez... ¡¡No quiero saber nada de él!!... ¡¡No quiero saber nada de mi!!

* * *

Ballery suspiró y revisó su reloj de pulsera. Ya era muy tarde, así que Jei estaría dormido. Con tranquilidad tocó la madera fina de la puerta y entrelazó las manos al frente.

¿Estaba bien hacer eso?

La muchacha apretó los labios y se decidió finalmente.

Eric se sobresaltó al escuchar los golpes en la entrada y volvió a mirarse al espejo odiando lo que veía.

Pero eso ya no tenía remedio... ya desaparecería.

Eric caminó hasta puerta y abrió frunciendo algo el ceño.

- Ballery... - susurró sorprendido de encontrarla a esa hora justo allí.

-¿Puedo pasar? -preguntó ella con amabilidad.

- Claro - Eric dejó bastante espacio para que la muchacha pasara al interior y después cerró.

¿Qué hacía a esas horas ahí?

- ¿Ocurre algo? - preguntó - Lo digo porque es... algo tarde...

-Necesitaba - ella se sentó en la cama con bastante confianza - ... conversar un poco... Después de todo seremos marido y mujer en poco tiempo, así que me pareció buena idea conocernos.

- Tienes razón.

Eric se sentó con tranquilidad en una silla cercana sin dejar de observarla y cruzó una pierna.

- Aunque... no estoy demasiado acostumbrado a hablar de mí...

-Entonces no hablemos -dijo ella con sensualidad y le miró directo a los ojos -Hay varias maneras para comunicarnos.

La manera en la que estaba sentada en la cama y las segundas intenciones que se podían sacar de sus frases pusieron alerta a Eric.

- ¿Estás segura?

-Yo siempre estoy segura -ella se acomodó en la cama -¿Puedes complacerme ese capricho, Eric? Soy una mujer muy exigente y a veces insoportable.

Sería un desastre.

Si cedía sería con completo desastre puesto que a él las mujeres nunca se le habían dado bien.

"Antes eras un experto en ellas, ¿no lo recuerdas?"

Eric mandó al cubo de la basura la voz de Alex.

- ¿No crees que sea algo pronto? Lo digo porque... apenas acabamos de formalizar el compromiso...

-Estamos comprometidos desde que nacimos -ella le sonrió -Bueno... Deberías estar comprometido con el último de nosotros, pero no fue posible y has dejado claro que no te interesa... ¿Puedes desearme, Eric o debo... "convencerte"?

¿Jugaba con él?

No. Jugaba con él.

Eric tenía la sensación de que Ballery le estaba tendiendo algún tipo de trampa en la que tenía que ver sus sentimientos hacia Khris. ¿Acaso pensaba que si no sucumbía ante su proposición era por eso mismo?

Eric se levantó de la silla y cubrió la distancia hasta la cama con seguridad para sentarse en ella. Con una mano rozó la mejilla femenina y su mirada se volvió felina.
¿En serio lo iba a hacer? Tarde o temprano tendría que pasar por aquello... después de todo iban a casarse.

- Convénceme - susurró contra los finos labios, de forma traviesa.

Ya no había vuelta atrás.

Ballery cerró los ojos y atrapó los labios masculinos chupando suavemente. Sus manos le atraparon la cintura y lo apretaron contra su cuerpo de manera descarada.
Bien, la parte "A" del plan había fallado, pero aun tenía la "B".

Eric Apoyó las manos en sus mejillas disfrutando de la caricia en sus labios y abrió su boca con los propios parar buscar su lengua y poder saborearla.

Ballery lo empujó y le sonrió de manera traviesa. Lo acostó y se colocó encima.
-Pido el primer turno -dijo bajando la cara al cuello y comenzó a besarlo y morderlo.
Sus manos comenzaron a acariciar el pecho masculino descendiendo hasta la cintura hasta que abrieron el pantalón y se deslizaron por el interior delineando el contorno fino de la costura del cinturón.

Eric trató de actuar como si no estuviese confundido.

Como si no quisiera negarse, así que cerró los ojos sin querer ver nada limitándose a sentir.

"Niégate, no deseas esto"

No podía, perdería demasiado si lo hacía.

"…l también perdió mucho al salvarte la última vez"

- Vas... por buen camino... - susurró Eric, negando la inoportuna voz.

Ballery dejó escapar una risita y trazó una senda de besos hasta hundir la lengua en el ombligo. Tendría que ser audaz... atreverse demasiado, pero estaba bien, ¿verdad?

La joven metió la mano bajo el pantalón buscando el miembro para estimularlo. No había escuchado de una mujer "decente" que hiciera semejante acto y sin embargo ella estaba ahí, abusando de su buena y escabrosa suerte.

La mano en su entrepierna y su lengua rodeando hundiéndose en el ombligo...

Eric sintió la caricia tanto como la vez que...

Oh Dios, no podía estar rememorando ese momento, pero es que no recordar la primera caricia de Khris en ese lugar era sumamente imposible.

Entonces gimió sin importarle si alguien en la casa acababa oyéndole.

-Te gusta que te amen, ¿verdad? -preguntó ella con sensualidad y extrajo ese tesoro para masajearlo de manera apremiante -Descuida... yo voy a amarte de manera especial.

- ¿Es... especial? - logró preguntar en otro gemido.

-Tan especial como nunca has sentido -prometió ella acomodándose entre sus piernas -Como nunca sentirás con una mujer ya que te juro que nadie te entenderá como yo.

Ballery mentiría si dijera que no le apenó la acción. Al momento de saborear la piel de ese miembro estuvo tentada a retirarse, pero no lo hizo y jugueteó con la lengua en la punta que sostenía con sus manos.

Notar el suave y húmedo músculo en aquel lugar tan íntimo hizo que el chico se mordiera el labio inferior hasta hacerse daño.

Eric hundió las caderas en el colchón sintiendo insoportable esa sensación que había vivido una vez.

Y rememorarla hizo que aumentase más las consecuencias.

- Khris... - gimió.

Pero no se dio cuenta de que lo había nombrado... No se dio cuenta de que lo había hecho como lo más natural del mundo...

Ballery, en cambio, si se dio cuenta. Con una sonrisa continuó excitando a Eric, esta vez con más confianza. Su mano se metió mas al fondo del pantalón y tocó cerca de esa fisura

-Dilo de nuevo -susurró con voz ronca... demasiado ronca.

Eric ladeó la cabeza arqueando la espalda al sentir los dedos cerca de aquel lugar. Se lamió los labios saboreando exquisitas caricias y su mente no podía distinguir entre quien las hacía y quien deseaba que las hiciera.

- Khris... Khristofer - rogó esta vez.

Ballery bajó los pantalones hasta las rodillas y hundió un dedo en ese pasaje mientras continuaba jugueteando con el miembro. No podría culminar con ese acto, pero podría satisfacerlo y eso pensaba hacer. Enterró más el dedo masajeando esa entrada y la otra mano masturbó con mayor rapidez con ayuda de su boca.
Ahí estaba de nuevo, esa dulce sensación que comenzaba en los pies e iba subiendo poco a poco por todo él para después arremolinarse todo en el centro de su cuerpo.

- .... ..... Khris... - gimió con más intensidad.

El cuello se arqueó, la espalda se arqueó y las uñas de Eric se clavaron en el colchón con violencia al sentir la descarga eléctrica recorriéndole sensualmente cada sentido y volvió a pronunciar aquel nombre adorando cada letra que lo componía.

Con anhelo... con desesperación...

Ballery se incorporó y miró a Eric con ternura.

Tanto amor... y todo tan desperdiciado. Con tranquilidad acomodó sus ropas y le besó la frente sin preocuparse por la humedad de sus labios.

-Hasta mañana -susurró y se levantó para marcharse.

Eric se movió lentamente sobre la cama hasta alcanzar una posición fetal que le hizo sentirse más seguro cuando escuchó el cerrar de la puerta, aun sumido en el estupor de lo que había ocurrido.

Quería creer que todo era un sueño y que cuanto despertase no habría ocurrido nada.

Pero eso mismo había deseado muchas largas noches sobre aquella misma cama y nunca pudo llegar a despertar...

Y sabía que tampoco podría despertar ahora...

... pero quería creerlo así.


* * *

Sentía pesadez en todo el cuerpo y los ojos hinchados por no haber podido dormir bien en toda la noche, a pesar deque su cuerpo se había quedado sumamente relajado.

Pero esa era la culpa de que su mente no se hubiese quedado como tal.
Eric caminó aun en pijama por los largos pasillos de la mansión frotándose un dolorido ojo y rezando porque nadie preguntase por el moretón que descansaba en su pómulo derecho.

Ballery no podía haberlo notado la noche anterior puesto que había sido reciente, pero ahora era de un horrible color amarillento.

Eric gruñó, quería ir a la cocina pero sin saber como había acabado en la biblioteca. A esas alturas y aun se perdía en su propia casa cuando pensaba en otras cosas.
O más bien en otras personas... aparte de no poder dejar de pensar en Khris, tampoco podía dejar de hacerlo con Ballery...

En cuanto llenase algo su estómago iría a verla de inmediato, tenía que... darle alguna clase de "explicación".

Aunque parecía ser que lo de saciar esa clase de hambre tendría que esperar un poco más, puesto que de nuevo acababa de terminar en un sitio que no era la cocina. Sino delante de la puerta de una de las habitaciones de invitados que le habían asignado a Ballery... Eric suspiró y se atrevió a llamar a la puerta.

Solo esperaba no despertarla a esas horas de la mañana.

-Adelante -se escuchó una voz clara -esta abierto.

Eric penetró a la habitación cerrando a sus espaldas. Pero al instante deseó no haberlo hecho.

Ballery estaba sentada en la cama con su bebe en los brazos. Uno de sus senos estaba descubierto, así que no era necesario preguntar lo que estaba haciendo.
Eric sintió que se le encogía el corazón y se acercó sin permiso alguno sin dejar de ver allí donde madre e hija estaban unidas. Se sentó en la orilla del colchón y observó más de cerca con los ojos rebosantes de brillante ternura.

En verdad estaba conmovido.

Eric acarició la cabecita de Alison con suavidad y sonrió olvidando los motivos que le habían llevado hasta allí.

En verdad era algo realmente hermoso...

-Imagino -susurró ella - que muchos padres tienen razón de más para envidiarte.

- No sé qué puedan envidiar... - respondió, aun absorto en aquella hermosura.

-Amas a tu hijo -señaló ella -, se puede ver fácilmente... Y me parece que podrás amar a Alison a pesar de que no lleva tu sangre... Es más de lo que puedo esperar de su padre.

- Es... fácil amar a quien no lleva tu sangre... - murmuró Eric con nostalgia - Siempre me han gustado los niños, también puedo ser... un buen padre para tu hija...

-Eso espero -ella terminó de darle de comer a Alison y le limpió la boca antes de cubrirse -, por que ten la seguridad de que lo serás.

- ¿Aún quieres seguir? - se extrañó él - Pensé que quizá... lo de anoche... ¿por qué?

-¿Lo de anoche? -ella lo miró con algo de confusión -No veo el problema... En mi muy humilde opinión respondes bastante bien a pesar de parecer tan frío cuando no hay un niño en tu campo visual.

¿Acaso se imaginó el haber gritado el nombre de su hermano?

Ya no solo sus recuerdos pasados sino que ahora sí que comenzaba a imaginar cosas.

Eric suspiró cansado.

- Me alegra ver que no te echaste atrás - dijo con toda la sinceridad del mundo.
Si no podría estar muerto unas cuantas horas después.

-Yo jamás me arrepiento -declaró ella y sonrió -Siempre sé lo que deseo y procuro obrar de la mejor manera para conseguirlo... -se levantó para buscar ropita en un cajón -Y no te preocupes... lo olvidarás a mi lado.

- ¿Olvidarlo?

¿Cómo hacerlo cuando había resucitado por y para él?

-Como pude mostrarte -Ballery colocó la ropita en la cama y se acercó para besarle la mejilla -cumplo perfectamente con tus... necesidades.

Eric carraspeó un poco y quiso rápidamente cambiar de tema.

- ¿Me dejas cargar a la niña? - ¿lo dejaría pasar así como así?

-Pensaba vestirla en este preciso momento -le dijo con dulzura -Podrías ayudarme y quedarte con ella hasta el desayuno, debo bajar a ver a alguien y me parece, me he retrazado.

Eric sonrió abiertamente encantado con la idea.

- No habrá problema.

Ballery besó la frente de su hija.

-Te veré pronto, amor -susurró a la bebe, quien comenzó a hacer burbujas con la saliva. La mujer se incorporó y caminó hacia la salida. -Hasta luego, Eric.

Eric la despidió con la mano y tomó a la niña en sus brazos con aspecto radiante, y la pequeña sonrió.

Tenerla así en sus brazos le recordó los días pasados cuando tuvo a Jei así de pequeñito.

Si el niño le salvó en aquellos tiempos... seguro que Alison también sería capaz de salvarle ahora...

* * *

Wallace disfrutaba del sol matutino que bañaba agradablemente el jardín, con la compañía de un té frío y del periódico del día.

Sonrió, las acciones de la compañía que había comprado unos meses atrás habían vuelto a subir y eso significaba llenar aun más sus acaudalados caudales.

-¿Me permite unas palabras, señor Wyndham? -se escuchó una fina voz femenina.

El hombre quitó la mirada del diario para girar y encontrarse con su futura nuera. Le sonrió asintiendo e indicándole que podía tomar asiento junto a él.

- ¿En qué puedo ayudarte, Ballery?

-Desde la comida de ayer me siento inquieta, señor -murmuró ella tras sentarse a su lado -Sé lo importante de la promesa entre usted y mi padre, pero no creo que sea cumplida del todo y quisiera sufrir un desprecio más... creo que no lo soportaría.

- ¿Un desprecio más? - si el que había hecho el desprecio fue su querido hermano...

-Probablemente mi padre no se lo halla informado aun, yo soy madre soltera... Mi pareja me dejó con una hija y pienso que debería asegurarse de que su hijo cumpla con este compromiso... -Ballery desvió la vista -Lo que mi hermano se atrevió a expresar no es para tomarse a la ligera, pero pienso que acudir a usted es lo más adecuado ya que se trata de su hijo.

- ¿De veras crees que tu hermano podría interferir? - tomó un sorbo del té frío con tranquilidad.

Ya le había dado el aviso a Eric de que "eso" no le estaba permitido.

-Mi hermano puede ser muy persuasivo, señor -dijo ella con seriedad -En todo caso, si Eric no quiere casarse conmigo, debería hablar claro y evitarme la humillación... Por que no estoy dispuesta a ser humillada de nuevo,

Wallace dobló el diario en dos partes y lo dejó con seriedad sobre la mesa para después juntar las manos en el regazo sin dejar de observar a la joven.

- Podemos... presionarlo con algo que sí que tendrá su efecto... -susurró con misterio -, y que le hará llegar hasta el final... siempre claro que sea lo que deseas, Ballery...

Ballery miró al hombre un tanto incrédula.

-Yo deseo llegar hasta el final, señor. Se lo debo a mi padre.

Wallace sonrió contento por la respuesta.

- La forma de hacer presión es a través de Jei, por supuesto... - dijo sin agregar nada más para servidse otro vaso de té.

-¿El hijo de Eric? -ella enarcó una ceja -Discúlpeme, pero no veo la "presión" ahí.
- Fácil, futura nuera - el hombre volvió a beber y una sombra de maldad se asomó a sus labios - Jei no es hijo de Eric, sino mío...

La chica no pudo evitar una expresión de sorpresa.

-Me parece que comprendo -susurró -Eric adora a ese niño.

- Lo crió desde que aun estaba en la barriga de su madre - informó sin demasiado sentimiento - La presión está en amenazarle de apartar a Jei de su lado por siempre sino lleva acabo la boda, puesto que nada más tiene derechos como hermano...

Ella guardó silencio analizando la idea. Sin duda era brillante, digna de alguien como el señor Wyndham. Pero...

-Disculpe, pero eso no une a Eric a mi...

Wallace enarcó una ceja.

- ¿No? La presión le haría no romper el compromiso...

-Quizá funcionaría sin existir otros "inconvenientes" -dijo ella refiriéndose a su hermano -Pero aquí tenemos bastantes factores. Si a su hijo no le intereso podría decidir enfrentarle pese a la presión... Créame, los hijos siempre encontramos la manera de evadir responsabilidades.

Wallace rodeó la barbilla con la mano pareciendo que pensaba en las palabras de la joven. Sin duda Eric había mostrado valor meses atrás y rebeldía en irse de la casa con el pequeño... así que aun haciendo esa presión podría revelarse de igual forma y amenazarlo con algo...

... con algo que para nada le haría bien alguno a la familia Wyndham.

- ¿Tienes alguna propuesta, Ballery? - preguntó, sabiendo que la chica era lista.

-Me parece que sería muy atrevido -ella se sonrojó -Pero se me ocurrió tener los derechos del niño... Eso ataría a Eric a mi y no se atrevería a dejarme.

* * *

Que todos estuvieran ocupados en las diversas tareas de la casa y atendiendo a los invitados, cuya estancia parecía hacerse eterna, le daba total libertad para sumergirse en el agua fría de la piscina sin que nadie pudiese molestarle con la mirada en sus cicatrices.

Porque aunque los sirvientes fuesen discretos, siempre notaba los ojos puestos en su espalda.

Eric salió del agua después de nadar un poco y descargar las tensiones de los últimos días con el ejercicio y tumbó su cuerpo al sol sintiendo ese agradable calor.
Unos pasos suaves se detuvieron a una distancia prudente.

Khris apretó los labios al ver que no era el único que estaba en el lugar y dejó caer la toalla para caminar a la piscina y clavarse para nadar de lado a lado.

El ruido del agua le hizo abrir los ojos a Eric y maldecir su suerte por que alguien hubiese decidido usar la piscina a la misma hora que él.

Aunque cuando vio la energía de las brazadas de él, se dijo que aun tenía más mala suerte.

Y con descaro se incorporó abrazando las rodillas y apoyando la barbilla entre ellas para seguir cada movimiento suyo.

Khris apoyó los brazos en la orilla del otro extremo de la piscina y se apoyó para salir y sentarse. Al levantar la mirada pudo notar que Eric ya no estaba descansando. Como si la visión le quemara desvió los ojos claros y frunció el ceño.

Bueno... Estaba claro que Eric no quería nada, pero eso no significaba que hablaran un poco, ¿verdad?

Además nadie humillaba a Khristofer Kentz y se quedaba tan tranquilo.

Así que Khris se acercó y cruzó los brazos al estar frente a él.

-Permíteme felicitarte... te llevas lo mejor de los Kentz.

- ¿Sí? - alzó la barbilla para verlo, entrecerrando los ojos para no dañarse con el sol - Supongo que tienes razón.

Eric se quedó examinándole con más profundidad, viendo como cada hilo de agua recorría su piel de un modo que le hipnotizaba...

Mentira, no se llevaba lo mejor de aquella familia... pero antes de que acabara todo de forma definitiva, egoístamente, quería un poco de él... aunque después le odiase.

Se inclinó un poco hacia adelante y lamió una de las gotas de agua que resbalaban por su muslo de manera provocadora.

Khris retrocedió de manera violenta ante ese acto. La acción le hizo tropezar y cayó irremediablemente emitiendo un gemido.

-Demonios -masculló.

- ¿Te hiciste daño? - preguntó Eric con un tono que no denotaba preocupación... sino algo más profundo y volvió a inclinarse un poco hasta quedar sentado sobre sus piernas cerca de las de Khris.

-¿Por qué? -preguntó él, pero frunció el ceño recordando que había recibido su respuesta -¿Qué es lo que quieres, Eric?

…l se movió de forma gatuna hasta que quedó con una de las piernas de Khris entre las suyas y recorrió ambas desde los tobillos hasta el filo de las bermudas.

- ¿No es... obvio? - susurró. Lo susurró al resbalar las manos por debajo de cada pierna del traje de baño y buscar su centro.

Otra gotita de agua llamó su atención y la bebió de su estómago.

Khris gimió por la sorpresa. Una parte de su mente le pedía alejarse... huir de esa locura; le recordaba que estaba en la piscina y que Eric lo había rechazado. Pero otra parte corporal (más baja) le hacía memorizar la deliciosa sensación erótica de cada movimiento... Y cabía mencionar que se deslizaba de manera rápida hasta opacar con efectividad la poca razón que comenzaba a aflorar.

-Si -susurró y metió los dedos entre el cabello negro para bajarle la cabeza un poco más -Es obvio.

Eric esbozó una pequeña sonrisa y masajeó con ambas manos el miembro frío por el agua que pronto comenzó a irradiar un apetecible calor. Su lengua dejó un rastro por la línea del abdomen de forma traviesa hasta alcanzar una de las tetillas para chuparla y morderla.

Khristofer le levantó la cara y lo besó en los labios... mordiendo y lamiendo. Saboreando cada milímetro de la suave piel.

-Déjate hacer -susurró entre los labios -... amarte sin límite... sin prejuicios...

Eric se deslizó hacia abajo a la vez que deslizaba la ropa para poder tener a su alcance aquello que lamió a lo largo y rodeó la punta con la lengua sin dejar de hacer caso a las demás partes.

Y al notarle estremecerse volvió a sus labios besándole como si en ello le fuera la vida sin dejar de estimular aquella parte e hizo un camino de besos hasta el lóbulo de la oreja para jugar con él dentro de la boca.

- Hazlo... - ronroneó con suavidad - ...ámame...

Khris empujó al muchacho y acarició la extensión de su piel. Trazó una senda de besos hasta llegar al abdomen y atrapó el elástico del traje de baño para retirarlo y lamer con la punta de la lengua.

Eric tembló ante él y tenía la certeza de que nunca nadie conseguiría hacerle sentir igual.

Hasta ahora no había dado con nadie a quien amase y desease tanto.

Enterró los dedos en el cabello tirando algo de ellos al dejar escapar un gemido por lo que él le hacía.

-¿Lo recuerdas? -Khris lamió la extensión del miembro y chupó -Cuando no querías hacer algo encontraba la manera de "convencerte".

- Tampoco tenías que... esforzarte demasiado - rió Eric levemente, a la vez que emitía otro gemido y recordaba lo que Khris le había dicho.

Fueron días tristes pero a la vez felices...

Khris sonrió y le levantó las piernas para enterrar la lengua húmeda en la estrecha cavidad.

-Estarás listo en unos instantes -dijo dejando escapar una risita.

Eric agarró con fuerza la hierba hasta arrancarla y volver a tomar otro manojo entre sus manos sin poder resistir mucho más.

- Khris... - gimió - Khris... - rezó.

Khris se deslizó hasta colocarse encima de él y le besó los labios.

-¿Hay algo que quieras, Eric? -preguntó en su oído y mordisqueó suavemente.
Eric levantó su cuerpo hasta amoldarlo al de Khris con impaciencia, rozando las caderas contra las suyas en un silencioso gemido.

- A ti... - susurró sintiendo que su mundo daba vueltas - ... en mí...

Escuchar a Eric hablar de esa manera resultaba ser el afrodisíaco más potente. Khris le tomó las caderas y empujó en su interior hasta estar en su interior por completo y volver a salir. Con las manos lo atrapó y lo levantó hasta que lo tuvo encima.

-Ya me tienes -susurró con un gruñido de placer -Haz conmigo lo que quieras, Eric...

Tentador, palabras tan tentadoras que desearía poder tomarse su tiempo y cavilar para decidir que era lo que quería hacer con él... junto a él...

Pero ninguno de los dos cuerpos podía esperar y se levanto un poco tomando el miembro de Khris para colocarlo allí donde lo quería.

Quería darle placer y también tomarlo. Estaba harto de las barreras.

Lentamente comenzó a caer sobre él.

Khris colocó los brazos alrededor de la cintura y comenzó a entrar y salir del cuerpo de Eric. Con la lengua lamía el sudor de su pecho y la deslizaba hasta su barbilla deleitándose con los sonidos que dejaba escapar. Presionaba el miembro de Eric contra su abdomen haciendo una deliciosa fricción a causa del movimiento.

Eric sufrió un espasmo y no quiso que acabara tan pronto...

... no cuando iba a ser la última vez que pudiera tenerle así. Completamente para él, solamente para él.

Eric entrelazó los dedos con los de Khris poniendo las manos a la altura de la cabeza de él sobre la suave hierba y se inclinó para morder su labio inferior juguetonamente.

- Despacio... - murmuró.

Realmente era enloquecedor sentir aquel calor y aquella dureza entrar cada vez más profundo en su cuerpo, y se recreó en el lento movimiento, centímetro a centímetro. Era una sensación tan exquisita, que se elevó despacio hasta casi salir del todo para volver a empezar.

Una y otra vez.

-Despacio -repitió Khristofer accediendo a morder también sus labios y deslizó la lengua hacia la mejilla, justo donde podía verse el golpe reciente -Lo suficiente para curarte, mi amor... -chupó hasta deslizarse en la barbilla -... lo suficiente para salvarte de nuevo...

¿Podría de nuevo? Eric apretó los ojos haciendo que las partículas de lágrimas se extinguieran.

Eric gimió en voz alta, notando que se aproximaba el orgasmo inexorablemente.

"Aún no", pensó apenas.

No quería separarse de él... y eso sucedería cuando todo aquello acabase...

Pero su cuerpo no parecía querer lo mismo y se movió con más apremio. Un gemido ahogado salió de sus labios, y con un movimiento convulsivo se hundió en las profundidades de aquel torbellino, abandonado al placer que lo inundaba.

Khris notó como el control que había ejercido hasta el momento se hizo añicos en el mismo instante que ocurrió y aferró las caderas, obligándole a bajar al tiempo que él elevaba las propias de golpe y se hundía en él. El orgasmo explotó en una potente oleada de espasmos y Eric quedó sin fuerzas sobre su pecho.

Con ternura lo abrazó acariciando la piel sudorosa.

-Cumpliré mi promesa -susurró apretando los ojos y obligándolo a mantener la cara enterrada en su cuello para que no viera las lágrimas que habían logrado escapar -... Te lo prometo, Eric... yo siempre abogaré por tu felicidad... Bastante te dañé al hacerte parte de mi desastroso pasado y al unirte a mi presente, pero ya no te lastimaré.

Khris se separó con gentileza y se levantó tomando la toalla tras haber recogido su traje de baño y caminó para alejarse. Ya no quería verlo. Ya no quería desearlo.

Ya no, por favor...

"Se acabó...", pensó.

Eric permaneció sin moverse sobre el pasto y colocó la mano junto a su pecho en donde debería de estar el corazón.

Pero éste no parecía emitir latido alguno.

Se había acabado...

... y algo en él acababa de morir.


* * *

Ballery suspiró para ahogar ese sollozo que intentó escapar por su garganta.
Había cosas que simplemente no deberían pasar... y una de ellas era que la muchacha estuviera recargada contra un pilar, camino a la piscina.

Todo estaba mal... desde un principio lo estuvo, pero...

... ella no pensaba echar marca atrás...

La muchacha apoyó su cuerpo contra el pilar y se limpió la cara. No podía detener el llanto, pero tenía que hacerlo. Tenia que ser fuerte... por ambos.

Avery acomodaba las rosas que recién acababa de cortar de los jardines para adornar los centros de la mesa a la hora de la comida y se detuvo al ver a lo lejos a la bonita muchacha, recargada en uno de los pilares cercanos a la piscina, así que decidió acercarse al ver que algo estaba mal.

- Querida... ¿estás bien? - preguntó la mujer en un susurro, nada más acercarse a unos metros de ella.

Ballery levantó la mirada hacia la que sería su suegra y enarcó una ceja.

-A usted no le importa, ¿no? -dijo levantando la barbilla y desviando sus ojos verdes -No le importa que su hijo no me ame.

- Según su padre, mi hijo nunca a sabido bien lo que quiere - contestó ella, de acuerdo con las ideas de su amado esposo - Y tenemos que ser quien dirija bien su futuro...

Ballery frunció el ceño, ahí no tenía un aliado seguro, sin embargo tenía que aprovechar.

-¿Lo dirigirá hacia mi? -preguntó con suavidad y levantó la mirada hacia la piscina de manera casual -Cada día lo veo más difícil.

- Hará lo que se diga - afirmó la mujer - Su padre tiene métodos muy eficaces para ello.

-Eso espero -Ballery hizo una educada inclinación hacia la mujer -Con permiso, señora.

La mujer sonrió enseñando la dentadura blanca perfecta y se dirigió hacia una de las puertas de la mansión.


* * *

Necesitaba desahogarse.

Khris penetró el consultorio y se sonrojó al ver a Dalia. Ella lo llenó de atenciones y hasta le hizo un espacio entre la gente que esperaba al doctor.

¿Tanto se le notaba la tensión?

El punto es que Khris entró al consultorio con las manos unidas y pálidas y aceptó sentarse en el diván sin robar dulces o saludar a su psicólogo.

Engel enarcó una ceja atento a los movimientos del muchacho y pensó que algo le preocupaba, o que algo le dolía...

- Parece que ha ocurrido algo... ¿me equivoco? - susurró el doctor, colocándose unos lentes para revisar unas notas.

-Mi hermana va a casarse -dijo él. La verdad es que no se le ocurría otra manera de empezar.

- ¿Y eso te preocupa?

-Me molesta -corrigió el muchacho desviando la vista. -No debería... …l no la ama.

…l descansó las manos sobre la mesa arrimándose un poco con la silla a ésta.

- Y... te molesta que engañe a tu hermana de esa manera... ¿no?

-Mi hermana tuvo que soportar una decepción muy grande -dijo bajando la cabeza, pero entonces se dio cuenta que la estaba justificando -¡Es un completo idiota! ¿Cómo puede hacer esto? ¿Cómo... se atreve?

Al llegar a ese punto sintió que se le formaba un nudo en la garganta y comenzó a temblar.

Estaba mal. Los dos estaban mal.

Engel vio algo que no le gustó. Las consecuencias de estudiar los misterios relacionados con las mentes y comportamientos humano era que llegabas a saber lo que les ocurría antes de que ellos los supiesen, o de que tratasen de ocultárselo.
Y sabía que Khris le ocultaba algo que nada más pensarlo le hacía hervir la sangre.

- Quizá sí la quiera y estés equivocado, Khris.

Khris negó con un movimiento de la cabeza.

-Creí que los compromisos eran cosa del pasado -susurró -Mi hermana aceptó gustosa, pero estaba seguro de que se negaría por... -se interrumpió -No la entiendo... No entiendo nada.

¿Se negaría por...? ¿Por qué?

"Maldita sea, dilo", pensó Hitze, y carraspeó para intentar controlarse.

- Entonces tu hermana sí que está enamorada si aceptó ese... compromiso tan gustosa - Engel se mojó los labios - Si ella puede ser feliz con eso, deberías de aceptarlo y de aceptar al hombre.

-¡Jamás! -exclamó molesto -Si supiera que eso le hará feliz podría aceptarlo, pero no sucederá de esa manera. ¡Lo sé!

Engel se levantó de su sitio y caminó con tranquilidad con las manos en los bolsillos del pantalón hasta colocarse en la cabecera del diván.

El doctor puso la palma en la frente del muchacho.

- Cálmate - susurró - Quizá deberías de hecha fuera realmente todo lo que pasa por tu cabeza y corazón, Khris.

-Mi corazón es un caos, doctor -el chico se alejó un poco y desvió la vista -Ya no quiero exponerlo a todo esto... es demasiado.

- ¿Exponer a quién?

-Lo he recordado -susurró -Julio murió por salvar a alguien más... La bala le atravesó el pulmón... Cada noche me parece sentir cada instante que transcurre hasta que ya no puede respirar... Debe entender que murió -sollozó -No puede vivir a través de mi, no es justo.

- ¿Y no recuerdas al que te salvó a ti? - murmuró Engel, apoyado sobre la pared.
Algo en esa pregunta angustió a Khris. Una angustia que parecía ahogarlo en desesperación al grado de desear escapar, pero logró controlarse.

-¿A mí? -preguntó -¿De qué habla?

…l se alejó de la superficie que le había sostenido y se acercó una silla para estar cerca de él cuando se sentara.

- Haremos una sesión ahora, me parece lo más adecuado - aconsejó sin responder a su pregunta - Túmbate y relájate, Khristofer.

Khris obedeció, después de todo él era el experto, ¿verdad?. Cerró los ojos e intentó relajarse, como le habían recomendado.

Indicaciones.

Khris escuchaba las indicaciones de Engel y no escuchaba más que la voz que le indicaba cada paso para entrar en un estado de relajación más profundo.
Tan profundo sería que sería capaz de ver aun más claramente todo lo que podía haber recordado hasta ese momento, como si lo estuviese volviendo a vivir de nuevo.

- Acabas... de llegar al instituto Star Line... - murmuró Engel al mismo tiempo que cruzaba una pierna y se acomodaba en la silla - ¿qué ves?

-El patio -susurró -Hay alguien ahí... alguien de mi edad... Tyler...

¿Tyler?

Engel hizo anotaciones con algo de tensión.

-¿Por qué te ha llamado la atención?

-Me... gusta.

- ¿No hay nadie más que te guste?

-No.

No. No era la respuesta que esperaba.

- Retrocede un poco más, hasta que encuentres un momento en que sientas algo especial.

Khris se sintió confuso.

¿Algo especial?

Forzó la memoria buscándolo, pero nada.

Y sin embargo se vio llorando... Había llorado por algo importante, pero no lo recordaba. No podía.

-No puedo -dijo con angustia aun bajo efecto de la hipnosis -He muerto... ¡He muerto! ¡¡No puedo recordar!!

Santo Dios.

- Escúchame solo a mí - dijo Engel, con firmeza tocándole el hombro - Aléjate de todo, aléjate y despierta poco a poco... estás a salvó, todo a acabado...

-¡¡Me mató!! Santo cielo... No he vuelto a llorar... ¡¡Ya no quiero!!

Engel frunció el ceño y zarandeó con fuerza a Khris, comenzando a ponerse tan nervioso que olvidó la profesionalidad.

- ¡¡Despierta!! - gritó con fuerza.

Khris abrió los ojos, los tenía llenos de lágrimas. Confundido abrazó al médico y comenzó a llorar.

-¿Por qué estoy llorando? -preguntó sin poder contenerse -Prometí no volver a hacerlo...

- Tranquilo, Khris... - susurró él, con una fina capa de sudor cubriéndole la frente y apretó al chico con fuerza contra su pecho - Nada más que hay algo que... te hace tanto daño que no quieres recordar...

Engel sintió pesadez.

- Se acabó por hoy, será mejor que vuelvas a casa, Khris...

El chico se limpió el llanto y miró al doctor.

-Si -susurró más tranquilo -Mejor volveré... gracias...

Khristofer caminó hacia la salida, pero se detuvo viendo su propio reflejo como si le resultase extraño.

-Khristofer Kentz -murmuró bajito y una sonrisa se delineó en sus labios -Gracias, doctor -dijo fuerte y salió.

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