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Feliz aniversario, Santo Domingo por Akiko_y_Shizuka

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Introducción
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Santo Domingo es una institución privada para hombres en el nivel medio superior (preparatoria), se caracteriza por la alta disciplina y la cultura de sus alumnos. Educa a los jóvenes con excelentes resultados académicos.

La escuela se encuentra ubicada a las afueras de la cuidad, a una distancia adecuada al bosque para hacer excursiones y perderse en la bella naturaleza que rodea el enigmático edificio.

La escuela esta integrada por dos edificios, el nuevo y el viejo.

En el edificio viejo se pueden encontrar todas las habitaciones de los estudiantes La elegancia rústica del diseño arquitectónico da la bienvenida a 50 nuevos alumnos cada año y es testigo mudo de las visitas paternas y los escapes nocturnos de sus inquietos "inquilinos".

El edificio nuevo es mucho más moderno, se ubica a un kilómetro de distancia del edificio viejo y cuenta con excelentes instalaciones y aulas, así como lugares para la practica de los deportes.

Cada fin de cursos es costumbre organizar una gran fiesta para celebrar el aniversario del colegio y se aprovecha para premiar a los grandes atletas que participaron en los juegos celebrados solo días anteriores, hallan ganado o no. Aquí los alumnos tienen la oportunidad de convivir y pasar una divertida velada. Debido a que se trata de un evento especial, los directivos de este colegio se reúnen con los del colegio vecino ("San Rafael"), de la misma manera todo el alumnado de éste colegio tiene oportunidad de disfrutar de la celebración de "Santo Domingo". "San Rafael" es considerado como un colegio tan importante como Santo Domingo, la diferencia entre ambas instituciones es que San Rafael ofrece sus estudios a señoritas en el nivel medio superior. …ste cuenta sólo con un edificio que incluye todos los servicios necesarios para sus alumnas, cosa que implica un gran tamaño.

Otra costumbre en Santo Domingo es dar la bienvenida a los jóvenes que ingresan a la institución con una gran fiesta que los alumnos han denominado como el gran antifaz...un
nombre un tanto ridículo para algunos, pero apropiado para otros, ya que aquí se hace uso de una pequeña mascara para hacer mas interesante el descubrimiento de sus nuevos compañeros.

Es en la fiesta de fin de cursos cuando se dejan escuchar rumores sobre los posibles candidatos de la nueva generación en Santo Domingo, especialmente por aquellos que tienen la oportunidad de ojear las solicitudes a escondidas de las autoridades.
En esta ocasión se ha dejado oír muy fuerte un rumor que a todos parece interesarles. Se trata de un alumno de nuevo ingreso que estará presente en la próxima fiesta de bienvenida a los jóvenes que entraran a primer grado.
Según el rumor este joven, apodado como el "Monstruo", es capaz de romper cualquier record deportivo humillando a la persona que lo implantó. También tiene fama de intocable, ya que varios chicos intentaron darle una golpiza y los golpeados resultan ser ellos.

La fama del monstruo ha llegado a los oídos del capitán de fútbol, Peter Rowberry, él ha implantado un increíble record en natación y además ha mejorado la calidad del equipo en la institución.

Los pensamientos de Peter no se dirigen a ser el mejor, sino a tener un buen jugador en el equipo que ayude a ganar el próximo campeonato, y esta dispuesto a encontrarlo aunque eso signifique perder su preciado record.

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Parte Uno: El monstruo de los ojos verdes
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Oh sí...Seguramente debe tratarse de una persona notable...alguien capaz de llamar la atención con la sola razón de ser una "eminencia" durante toda la secundaria en varias instituciones. No sólo eso, también se trata de alguien a quien nadie se ha molestado en delatar ante los directivos por el respeto que se ha ganado, un respeto muy doloroso, según la opinión de Peter.

El joven Rowberry también es respetado, pero por otros medios. Ha tenido que hacer avanzar a un equipo de fracasados a través de un campeonato tras otro con resultados sorprendentes. Por supuesto que no ha logrado la excelencia aún, pero no es a él a quien debería culparse, existen muchas más razones de peso.

El dilema, ahora, es: "¿cómo encontrar a la leyenda si no había sido él quien, a escondidas, se había escabullido a la dirección para revisar los datos de los nuevos solicitantes?". Es justo en momentos como esos cuando Peter desearía haber puesto más atención a los rumores que corrían por la institución. Aunque no podían culparlo, estaba demasiado ocupado al intentar ocultarse de ese estúpido de Ben que había tenido la brillante idea de intoxicarse con su propia medicina y comenzaba a delirar. Afortunadamente no le ocurrió nada, sólo tuvo que ser sometido por tres profesores para ser llevado al hospital más cercano.

Otra cosa que lo tenía molesto era ese incómodo antifaz que tenía en la cara y le causaba comezón desde hace un buen rato. No sólo su antifaz era lo malo, todos los alumnos tenían uno y se reían de los locos diseños que los alumnos de grados superiores habían decidido llevar.

Vaya cosa. Encima de que no conocía a su enigmático héroe no podría verle la cara. Y aunque de cualquier manera no lo reconocería esperaba por lo menos ver el peligro reflejado en la expresión de su rostro. Pero no...lo único que podría ver es un ridículo antifaz tras otro.

-Yo sé quien es...

Peter sintió que un escalofrío le recorría la espalda cuando escuchó el tono de voz que Ben había escogido utilizar para hablarle al oído.

Ben era un tipo alto y delgado, todos se habían burlado de él porque era el típico pelirrojo de cara blanca, pero habían cambiado la burla por la simpatía ya que Ben era realmente gracioso y optimista, en especial cuando lograba desconcentrar a algún jugador del equipo contrario cuando claramente flirteaba con él. Tenía los ojos de color gris con tonos azulados y generalmente se le podía encontrar en la piscina persiguiendo "sueños".

-Ben... no me molestes –dijo Peter volteando para verlo.
Su amigo sonrió de una manera extraña y separó su rostro solo para acomodarse su antifaz...¿rojo?

-Sé algo que tú no sabes –dijo Ben con tono travieso. –Apuesto a que puedo encontrar a ese chico entes que tú...

-No, gracias... –replicó Peter sin querer pensar en una apuesta con su amigo –prefiero dejarme llevar por la intuición.

-Tu intuición puede ser muy peligrosa –dijo Ben mirando la puerta con mucho cuidado –Además solo quiero pasar un examen, ¿es eso mucho pedir?
-En la biblioteca antes de cada entrenamiento –dijo Peter sin vacilar.

Ben sonrió.

-Está bien, pero sólo será por esta vez.

Peter vio cómo Ben se metía entre un grupo de jóvenes, vio también que tres de ellos se marchaban con una expresión de burla en sus rostros y pudo adivinar que se habían encargado de presentar a su amigo, en especial James que había salido pálido e intentaba disimularlo mientras era empujado por los otros dos. Entonces pudo adivinar que los alumnos que quedaron con Ben eran de nuevo ingreso y obviamente no tenían idea de los gustos de su amigo.

Ben hacía toda clase de movimientos con los brazos mientras los jóvenes reían con ganas, Peter frunció el ceño al comprender que les estaba contando chistes. En cierta forma era eso lo que todos amaban de Ben, pero no era tiempo de contarles chistes.

De repente Ben se alejó del grupo con alguien a su lado y se acercó a Peter.

-Oh, "Pete", tienes que conocer a Tony, en verdad es tan simpático.

El tal Tony era un chico de lo más común que Peter hubiera visto. Bajo de estatura, delgado, su cabello era castaño oscuro y los ojos negros. Nadie con la apariencia de un atleta.

Peter deseó matar a su amigo.

-Hola –dijo Tony con tono amigable –Ben dice que eres el capitán del equipo en la escuela...tal vez yo considere entrar...

¿Será posible?

-Considerate bienvenido –dijo Peter –¿Has practicado fútbol?

-Claro...Solo espero que aquí sí me dejen jugar.
Ben estalló en carcajadas al igual que Tony.

-Tony fue reserva en la secundaria –explicó Ben.

-Es que los demás eran muy buenos –se disculpó Tony –En especial un chico que es mi amigo...no había persona que pudiera pararlo...

-¿Tu amigo? –preguntó Peter interesado.

-Luis McAllister, él me enseñó todo lo que sé...aunque la verdad no soy buen alumno.

-Dime, Tony, ¿tu amigo era un "monstruo" en el fútbol? –preguntó Ben con tono casual intentando que pareciera una broma.

-Luis es un monstruo en todo –aseguró Tony orgulloso –Una vez me defendió de unos tipos abusivos.

-Ahh –dijeron Peter y Ben al mismo tiempo con expresión seria.

-¡Voy a presentárselos! –dijo Tony entusiasmado –Por suerte ha entrado a esta escuela.

Tony se alejó.

-¿Cómo rayos lo lograste? –preguntó Peter.

-No te emociones, Pete querido, aun no estoy seguro si es el "monstruo" que estas buscando...

-No me llames, "Pete querido"... –protestó el chico.

-Verás –dijo Ben ignorando sus palabras –hay un chico proveniente de la secundaria "Scalibur" al que le llaman el monstruo, pero no lo he visto. Tony es de la secundaria "Progresa" (que nombrecito) donde precisamente hay un chico al que llaman monstruo...

-Ah...o sea que no sabes quien es el que busco...

-Pero sé más que tú –insistió Ben.

Peter iba a decir algo más, pero en ese momento vio que Tony regresaba.

-Lo siento, parece que a mi amigo se lo ha tragado la tierra.

-Oh, es una lástima –dijo Ben –Dime Tony... ¿será posible que nos presentes a tu amigo en cuanto lo encuentres?

-Por supuesto –dijo Tony.

Al otro extremo de la sala, oculto bajo las escaleras, estaba James acompañado de sus dos amigos. En realidad estaba furioso por ser usado nuevamente, especialmente por que Ben

casi lo amenazó para presentarlo con los alumnos de nuevo ingreso. Cierto, no lo había amenazado directamente, pero con sólo ver su mirada maliciosa le bastaba.
Sus otros dos amigos habían tomado eso como un juego, seguramente pensando que era divertido que Ben buscara nuevas víctimas, pero ese no era el caso, a quien habían amenazado era a él.
-Voy por refresco –dijo James enfadado de ver a sus amigos con esa revista en sus manos.
-No puedes irte –protestó uno –apenas vamos en la pagina siete.
-Me importa un demonio que vayan en esa página...ni siquiera me dejan ver la revista...
-Es que no cabes entre nosotros –dijo el otro sin dejar de ver la imagen –Tráenos un refresco...¿si?
-Al diablo –exclamó James y salió de la escondite.
-Hola, chico guapo, apuesto a que estas solito...
-Esfúmate, Ben –dijo James de mal humor.
-¿Conoces a alguien de la secundaria "Scalibur", querido? –preguntó Ben caminando a su lado.
-Conozco a casi todos los estúpidos que vienen de nuevo ingreso –replicó James tomando un baso con refresco. -¿Alguno de esos tipos es "amigo" tuyo?
-Todo depende –dijo Ben con mirada traviesa.
-Hay un chico de 16 años por allá –dijo James señalando a un joven de cabellera rubia que estaba sentado en las escaleras –Estoy seguro que es de "Scalibur".
-Gracias...Eres un amor.
-Sólo desaparece –dijo James.
Ben le guiñó un ojo y se dirigió hasta las escaleras. James sólo lo miró hasta que decidió que podría sobrevivir con eso.
Más arriba, en las mismas escaleras, había un joven que miraba aburrido a todos los alumnos en esa fiesta. Suspiró metiéndose el dedo entre el antifaz con la esperanza de calmar un poco la comezón y maldijo para sus adentros por tener que estar justo ahí en vez de ir y arreglar las cosas en su nueva habitación. De repente vio que alguien se
acercaba, afortunadamente parecía estar más interesado en el rubio de abajo que en él. Así que para no escuchar lo que no le importaba se levantó y pasó por un lado de ambos para perderse entre los demás chicos.
-No pensé que fuera a ser tan aburrido –dijo el joven cuando pudo llegar a una de las mesas y tomar un vaso con refresco.
-Aún no has visto lo peor –dijo alguien más –Todavía falta que hagan una estúpida presentación de los chicos nuevos y los de los grados superiores se dispongan a bañarlos con agua de sabor.
-Hoy no me toca baño –rió el chico.
-Peter Rowberry –dijo el joven y extendió la mano para saludar al otro.
-Luis McAllister –respondió el otro.
Peter parpadeó para ver al chico con más cuidado mientras estrechaba la mano pequeña. Se trataba de un individuó mucho más bajo de estatura que él, tenía el cabello un poco largo de color negro y aun con el antifaz podía ver que sus ojos eran de color verde. Otra cosa que notó es que no tenía el aspecto de ser un gran atleta y eso realmente no le gustó.
-¿En serio piensan bañarnos con agua de sabor? –preguntó Luis con una extraña sonrisa.
-Ese es el plan –confesó Peter. –Y... ¿qué tal te sientes aquí?
-Como un idiota más en espera a triunfar en la vida –dijo Luis y se rascó la frente -¡Maldición! ¡Odio este antifaz!
-La mayoría de nosotros lo odia...
-¡Oye, Pete, querido!... Quiero que conozcas a alguien.
Peter suspiró al escuchar a Ben. Miró de nuevo a Luis y notó un poco de burla en su sonrisa.
-No es el momento, Ben.
-Su nombre es Dany... es un tipo tan encantador –Ben lo ignoró como era de costumbre. –Viene de "Scalubir".
-Peter Rowberry –dijo éste –Este es Luis McAllister.
Ben miró al chico con curiosidad y con una gran sonrisa le tendió la mano mientras Peter hacía lo mismo con Dany.
-Es un placer –dijo Ben –No todos los días se ven individuos tan... "notables" como tú.
-Espero no ser demasiado "notable" para ti –dijo Luis entendiendo la indirecta y estrechó la mano de Dany.
Ben rió con ganas y se abrazó de Peter quien palideció notablemente.
-Este niño sí que es especial, apuesto a que no te aguantabas en la secundaria, ¿eh?
-Quienes no me aguantaban eran mis compañeros –dijo Luis.
-Oye Dany, apuesto a que tu tampoco soportarías que alguien fuera más simpático que tu –Ben miró al rubio.
-Depende –dijo Dany –A lo mejor ese chico simpático puede hacerme mis tareas.
-A lo mejor te rompe la nariz en cuanto su fama te descubra –murmuró Luis casi para sí, pero Peter lo escuchó claramente.
-Bueno, Dany...creo que Ben puede mostrarte algo de este...interesante salón antes de que los de segundo y tercero les demos su sorpresa –dijo Peter con una gran sonrisa.
-¿Eh? –dijeron Ben y Dany a la vez.
-Oh... si... ¡claro! –Ben reaccionó –Dany, apuesto a que querrás ver a dos tontos en problemas en cuanto las autoridades los descubra con una revista "porno".
-Eso suena interesante.
-Lo es, querido...Nosotros mismos los vamos a delatar –Ben guió a su "nuevo amigo" por el salón.
-Parece que no te simpatizó Dany –dijo Peter cuando los dos estuvieron lejos.
-Me es indiferente...por ahora...Lo único que quiero es llevar las cosas con "calma".
Lo que significaba que no quería problemas. Peter sonrió.
-¿Has jugado fútbol?
-Te sorprendería saber las cosas que he tenido que practicar...Es por eso que pienso darme un buen descanso –dijo Luis mordiendo un emparedado que acababa de descubrir.

-Gimnasia, natación, frontón...¿En qué otro deporte puedo colocarte?

La expresión de Luis realmente cambió al escuchar eso. Tragó el bocado que tenía en la boca y levantó la mirada para después guiar su mano derecha al antifaz y quitárselo lentamente.

-Puedes colocarme en cuanto deporte quieras, pero definitivamente no participaré en ninguno...ya no. –replicó Luis. –Suficiente tengo al tener que lidiar con idiotas fracasados cuando me amenazan después de cada encuentro o con abusivos que piensan que es divertido tirarle un diente a alguien.

-Pero...

-Acabo de rechazar al capitán de natación –Luis se acomodó de nuevo el antifaz. –No jugaré fútbol...pero gracias por la oferta.

Luis tomó un emparedado más junto con su refresco y caminó hasta la salida. Antes de que Peter pudiera reaccionar alguien lo detuvo, volteó y vio a Ben con una expresión seria.

-Por Dios, Ben...deja de hacerme esto.

-En realidad es un tipo difícil de olvidar –dijo Ben. -¿Le preguntaste si era homosexual?

-El único homosexual aquí eres tú –Peter se soltó y corrió detrás de Luis, aunque dudaba que pudiera encontrarlo ya que lo había perdido de vista.

-Eso es malo –murmuró Ben cruzando los brazos -¿Qué va a ser de mí?

Lo que siguió fue un regalo que los nuevos estudiantes jamás olvidarían, Ben prefirió no participar y Peter no había aparecido por ningún lado junto con Luis. El pelirrojo pensó que lo había encontrado, pero cuando lo vio entrar a su habitación totalmente furioso por la noche supo que no había sido así.

-Puedo buscarlo por ti –dijo Ben metiéndose en la cama.

Peter lo ignoró y después de meterse en su cama se giró para darle la espalda.

Ben lo miró con curiosidad y encogió los hombros.

-Solo quería ayudar...

* * *

Luisa mordió su lápiz una vez más mientras leía de nueva cuenta el problema que tenía en frente. Estaba segura de que no era tan difícil, pero por alguna razón no le era posible darle solución. Suspiró y después de un rato lo volvió a leer, esta ves estaba decidida a darle solución, fue entonces cuando por fin pudo ver ese detalle que le hacía falta y con cuidado comenzó a contestar.

Cuando terminó se levantó y entregó la hoja para salir del salón no sin antes mirar con pena a Brenda quien había sido sentada tres lugares de distancia suya y a quien, por consecuencia, no podía ayudar.

Al estar afuera miró con más cuidado el pasillo, en realidad no era el lugar más maravilloso que hubiera visto en su vida, de hecho pensaba que "Progresa" tenía mejor apariencia. Pero claro no podían decirle eso a su padre sin escuchar el sermón de "esa institución es mejor que las demás". El caso es que estaba ahí y tenía que salir adelante. Lo único que agradecía profundamente era estar a una distancia aceptable de Santo Domingo para visitar de vez en cuando a su hermano menor y "meter las manos al fuego" por él de vez en cuando.

Luisa era una joven de estatura media. Tenía los cabellos cortos de un color negro un poco ondulados, cosa por la que se le revolvían casi todo el día. Sus ojos eran verdes y su nariz recta. Generalmente no gustaba de presumir que fuera una chica con una figura prodigiosa, pero ese uniforme que usaba no le daba otra opción. Le gustaba toda clase de deportes, pero sus favoritos eran aquellos donde tenía que poner a prueba sus habilidades. En especial la gimnasia y la natación. Otra cosa que había tenido que practicar era la resistencia y la velocidad, pero no específicamente por deporte.

Había sido inscrita en San Rafael por ser una institución de buen prestigio, pero estaba destinada a otro colegio...un o por lo menos a 180 kilómetros de distancia de Santo Domingo. Pero ella no quería eso. Tenía que estar cerca de Santo Domingo para poder ver a su hermano y convencer a su padre le había costado realmente.

Pero estaba ahí.

Luisa caminó por el pasillo hasta salir del edificio y miró la enorme extensión de bosque que le separaba de Santo Domingo. En realidad no podían ser más de 15 kilómetros. Distancia que podría recorrer en un buen tiempo considerando su condición física.

La chica miró hacia todos lados y sonrió con un poco de picardía. Sólo tenía que averiguar cuál era la habitación de su hermano y listo. Sin embargo eso sería un poco más difícil. En especial si su hermano le había advertido que no se metiera con nadie que intentara golpearlo.

¿No defender a su hermano?

Eso estaba por verse.

* * *

Peter estaba de muy mal humor.

Eso fue lo primero que el equipo de fútbol notó en cuanto comenzaron a hacer los primeros movimientos de calentamiento. Generalmente estaba dispuesto a soportar cierto mal comportamiento en los integrantes del equipo, pero esta vez se le veía con la expresión más sombría en toda la historia.

El único que le reñía era Ben.

El joven pelirrojo insistía en que tenía un humor de perros para sólo empeorar las cosas, pero eso no lo desanimaba y decía chistes de muy mal gusto para que todos estallaran en carcajadas mientras los gruñidos de Peter eran más notorios aun. Por supuesto quienes salían más perjudicados eran ellos, mientras que Ben y Peter se encargaban en elevar la cifra de los ejercicios de calentamiento en una continua pelea que no se decidía a favor de ninguno.

-Ya basta, por favor... –dijo César. Uno de los integrantes más pequeños que estaba resintiendo notablemente el entrenamiento.

Ben y Peter lo miraron para después volver su atención entre ellos.

-Te estas portando de manera ridícula y lo sabes –insistió Ben.

-El capitán aquí soy yo –replicó Peter.

-No necesitamos de un capitán descerebrado... ¿por qué no te vas a descansar?

-¡No!

Ben sonrió.

-Con un masaje puedes tranquilizarte –dijo con tono seductor.

Peter palideció y los demás sonrieron.

-El arma secreta se revela a su creador –dijo César con ironía.

-Esta bien... Dirige el entrenamiento por hoy –dijo Peter y se marchó ante la mirada atónita de los demás.

-Me debe una, chicos –dijo Ben guiñándoles un ojo.

Esta vez todos palidecieron.

No era la primera vez que rechazaban estar en el equipo de fútbol, pero si la primera que le molestaba. Y eso era realmente desconcertante para él.

Ni siquiera sabía si Luis era lo suficientemente hábil para tener un puesto entre los jugadores, pero tan solo la manera en que lo rechazó le había marcado profundamente. ¿qué tal si era el idiota más grande de todo el mundo?

No.

Por alguna extraña razón estaba seguro de que valía la pena tener el apoyo de Luis. Sin embargo eso era uno de los asuntos que no podía entender. En especial por que sólo habían intercambiado apenas unas cuantas palabras. La mayoría de ellas tontas y sin sentido.

No.

Tenía que ser algo más.

Peter se sentó a la sombra de un árbol y recapacitó un poco. Habían pasado dos semanas desde que Luis se había rehusado a entrar al equipo, pero eso no le quitaba oportunidad de subir a los salones de los primeros grados para verlo "accidentalmente". El plan era muy sencillo: pedir, rogar, suplicar a Luis que lo pensara. Pero cada vez que lo miraba salir de su salón de clases acompañado de sus amigos se decía que no valía la pena y se limitaba a mirarlo con cierta decepción mientras Luis parpadeaba confundido.

Lo cierto es que hasta el propio Peter pensaba que no podía hacer a un lado su orgullo y rogar por que ese joven entrara, sin embargo siempre se preguntaba el alcance de la habilidad del chico.

-Sam va a golpearlo.

Peter levantó la mirada y vio a Ben.


-¿Qué?
-Parece que Luis le tiró el desayuno "accidentalmente", Sam estuvo a punto de tirarle un golpe, pero el prefecto entró... Así que le dijo "Nos vemos hoy en la noche, estúpido"

-No me importa –dijo Peter.

-Sabes que sí...

-Luis me dijo que no quería entrar al equipo de fútbol, ¿por qué habría de importarme?

-Por que puedo convencerlo de lo contrario –dijo Ben. –Tony ya ha empezado a hablar con él y yo me estoy "acercando" estratégicamente.

¿Por qué le molestaba eso?

-¿Puedes conseguir a Luis? –preguntó Peter.

-Claro... déjamelo a mí, querido.

-No me llames, querido –insistió Peter. -¿Qué le has hecho al equipo?

-No te preocupes por ellos... le dije que si no hacían ejercicio me metería a su habitación cada noche hasta completar el equipo.

-Eso es horrible –dijo Peter.

-Lo es para ellos –murmuró Ben con una de sus traviesas sonrisas. –bueno... vas a ayudar a Luis... o prefieres que sigamos discutiendo de lo que me gustaría hacerle al equipo de fútbol.

Peter desvió la vista.

-Sam es un tipo muy grande –recapacitó.

-Lo sé...

-No tendría oportunidad de razonar con él...

-Perderías el tiempo, es un idiota.

-¿Tienes alguna idea? –pregunto Peter.

-Se me ocurren muchas ideas –dijo Ben, pero Peter sospechó que no estaban hablando de las mismas cosas.

-¿Y bien?

-¡Oye, Ben!... Ya terminamos con los ejercicios... ¿podemos jugar ahora? –preguntó uno de los jugadores acercándose un poco.

-¡Claro! –dijo Ben y se levantó para marcharse -¿Vienes, capitán?

-Seguro...

* * *

-Parece que habrá pleito en Santo Domingo.

El comentario de Brenda llamó la atención de Luisa. La chica levantó la mirada del libro que estaba leyendo y miró a su amiga interesada.

-¿Alguien quiere golpear a mi hermanito?

-Su nombre es Sam, va en segundo grado y el rumor corre por todo el colegio... seguro que a la mañana siguiente todo mundo se enterara de los resultados.

-Oh... Ese tipo, Sam, ¿es muy grande? –preguntó Luisa cerrando el libro.

-Ya sabes lo que dicen...

-Entre mas grandes... mas pesado caen –dijeron las dos a coro con una malvada sonrisa.
-Bueno... en ese caso no tendré inconvenientes...

-Y... como yo soy la única que sabe donde será en encuentro –comenzó a decir Brenda con inocencia.
-Esta bien... esta bien... te llevaré conmigo.

* * *

-Pero no quiero problemas –refunfuñó Luis aferrándose a la libreta de notas como si ésta le fuera a librar de la pelea.

Tony lo miró compasivo y se acercó para darle unas palmaditas en el hombro.

-No puedes permitir que un tipo te llame de la manera en que te llamaron frente a casi media comunidad estudiantil... además no creo que sea tan hábil... puedes ponerlo en su lugar en cuestión de minutos...

-O puedo acabar con tantos golpes que nadie me reconocerá al siguiente día –dijo Luis con ironía. –Sabes perfectamente que no puedo arriesgarme.

Tony cedió.

-Supongo que podrás soportar que le llamen cobarde durante el resto de la preparatoria y que Sam se aproveche de ti por no asistir.

-Eso no pasará.

Tony lo miró confundido.

-Estoy seguro que para este entonces ya le habrás pasado la "información" a Brenda de esto... y por supuesto que Luisa también tendrá que enterarse.

-Pero, Luis... no puedes vivir a la sombra de Luisa...

-El único que sabe al respecto eres tu, Tony... ¿piensas decírselo a media escuela?

-No... pero ella...

-¡Lo sé!... Pero entiende que va a hacerlo de todas maneras.

* * *

Peter estaba jugando con una pelota de plástico mientas pensaba detenidamente lo que tenía que hacer.
Ben se había ido al jardín para evitar que Luis saliera lastimado, pero por alguna razón no podía quitarse de la cabeza que tenía que ser él quien fuera a defenderlo y no Ben.

¿Por qué?

Peter resopló irritado y arrojó la pelota por la ventana abierta por la que había salido Ben. Entonces fue consciente de algo realmente extraño.

Le molestaba que Ben fuera a defender a Luis.

* * *

Sam bostezó de nuevo y miró el lugar oscuro con fastidio. Ya llevaba más de quince minutos esperando y ese chico no llegaba. Pensó que lo mejor era regresar y decirle a todo el mundo que el tal "monstruo" era un mito. Sin embargo un ruido no muy lejos lo convenció de no hacerlo.

Una figura apareció de entre los arbustos y se detuvo frente a Sam con firmeza.

-Creí que no vendrías.

El chico que estaba frente a Sam estaba vestido con un conjunto deportivo realmente grande para él. En la cabeza tenía puesta una gorra negra con una "L" en la frente. Y por alguna razón a Sam le pareció que se veía más pequeño.

El chico le resto importancia a todos esos detalles. Lo cierto es que en cuento tiró el primer golpe comprobó que ese muchacho no tenía que ser tomado a la ligera, en especial cuando hizo ese extraño movimiento con el que logró alejarse de él y volver a acercarse tan rápido que Sam sólo pudo esquivar un poco el pequeño puño de su rostro hacia su abdomen. Cosa que no le resto fuerza.

Lo que siguió fueron movimientos sin importancia. O al menos eso pensó Sam. Ya que los simples "golpecitos" que Luis lograba darle le dolían considerablemente. Cansado de la situación lanzó un puñetazo que, gracias al cielo, había ido a aterrizar contra el abdomen del otro chico.

Luis se apretó la parte lastimada con ambos brazos y dijo algo que Sam no fue capaz de entender del todo.
Justo cuando Sam estaba a punto de reiniciar su ataque, llegó Ben (quien sabe de donde) a taparle el camino.
-Ya basta –dijo Ben con un tono de voz que Sam jamás había escuchado en él.

-Este no es tu asunto –dijo Sam.

-Un grupo de prefectos se está acercando hacia acá... no puedo creer que hallas olvidado que su lugar favorito para revisar es este... Así que podemos quedarnos a esperarlos o podemos irnos juntos –Ben sonrió de manera maliciosa.

Sam maldijo en voz baja. Por supuesto que sabía que los prefectos revisaban ese lugar todas las noches. El plan era que encontraran sólo a Luis y lo castigaran, así nadie dudaría de que él había ganado la pelea.
Luis se levantó y se enderezó. No dijo nada, pero comenzó a caminar en dirección contraria. Sam se habría lanzado a detenerlo pero además de que Ben se lo impidió, Luis se ladeó pasos más adelante y tuvo que detenerse de un árbol para no caer.

-Yo me llevaré a Luis –dijo Ben cuando vio que Sam se había tranquilizado. El chico se acercó a Luis y lo tomó del pecho no sin antes fruncir el ceño al sentir que algo no era normal.

-Está bien, pero... ¿quién ganó?

-Yo diría que él –dijo Ben tras mirar la furia reflejada en los ojos verdes de Luis y sostenerlo por la cintura. –Mejor vete... esos prefectos no tardarán en pasar.

Cuando ambos chicos comenzaron a caminar una chica se asomó detrás de un árbol y miró preocupada a Ben con el otro muchacho en brazos.

-Luisa...

* * *

-¿Podrías hacerme el favor de soltarme?

Ben no hizo caso y continuó avanzando hasta llegar a un árbol considerablemente grande. Sin problema alguno colocó a Luis en uno de sus hombros y se preparó para trepar.

-¿Qué demonios haces? ¡Suéltame!

-Cállate –dijo Ben agarrándose de las ramas y comenzó a subir. Cuando estuvo en el balcón tocó varias veces al cristal de la ventana, Tony se asomó y abrió sin comprender lo que estaba ocurriendo.

-¡Hola, Tony! –saludó Ben con una traviesa sonrisa.

Tony miró confundido al chico que forcejeaba en el hombro de Ben, cabe mencionar que sólo podía ver su trasero, después de un rato enrojeció y se volteó apenado.

-¿Qué ocurre? –preguntó Ben.

-Bájame –dijo Luis en voz baja.

-¿Por qué le has traído aquí? –preguntó Tony –Sabes que si le descubren pueden expulsarnos.

-Antes de eso voy a golpearlos a los dos y nadie los reconocerá al día siguiente –amenazó Luis.

-¿Por qué hacen tanto escándalo? –preguntó alguien más desde adentro.

-Hola tesoro –dijo Ben contento al ver a Luis asomándose adormilado al balcón.

-¡No llames tesoro a mi hermano! –dijo el chico que Ben tenía en el hombro.

Luis parpadeó confundido y se acercó con precaución. Se asomó para ver la cara del chico al que Ben aprisionaba y frunció el ceño con algo de resignación.

-¿Por qué la has traído aquí? –preguntó Luis.

-Creí que era lo correcto –dijo Ben bajando a su prisionero. En el movimiento se le cayó la gorra y se vio a... una persona idéntica a Luis, pero totalmente furiosa.

-…ste idiota me agarró del pecho –dijo el ofendido con voz femenina.

-No sabía que era una chica –se defendió Ben sacudiéndose la mano con algo de repulsión.

-¿Le agarraste el pecho a mi hermana? –preguntó Luis con el ceño fruncido.

-Ya te dije que fue sin querer –dijo Ben.

-No hagan mucho ruido, podrían descubrirla –dijo Tony asustado.

-¿Luisa? –pregunto Luis.

-La verdad es que no podía sostenerme en pie –dijo ella avergonzada –Ese Sam me sacó el aire.
Luisa se sobó el abdomen haciendo un gesto de dolor.

-Fue por eso que la traje aquí –dijo Ben.

Tanto Luis como Tony se frotaron la barbilla pensando en lo que deberían hacer. Ambos se miraban de vez en cuando negando las posibles ideas hasta que Luisa cruzó los brazos enfadada y dijo:

-No se preocupen por mí... puedo regresar sola...

-Ya lo sabemos –dijeron los dos chicos.

-Lo que estábamos pensando es cómo lograr que Ben no diga que el gran "monstruo" es una chica –murmuró Tony.

-Hey... eso no me importa –protestó Luis –Yo estaba pensando cómo lograr que mi hermana ya no se metiera en éstos líos.

Luisa frunció el ceño para mirar a Ben.

-¿Piensas decirle esto a alguien?

-Podría hacer un trato con ustedes –murmuró Ben.

-¿Qué tal si Luis entra al equipo de Fútbol? –Tony sonrió.

-¿Qué? –Luis miró a su amigo con enojo.

-Nada te cuesta hacer eso –dijo Luisa reflexiva. –aunque eso es chantaje.

-Además no quiero hacerlo –Luis cruzó los brazos.

-¿Prefieres que toda la escuela sepa que tu hermana te defiende? –preguntó Tony.

-Eso no me importa –recalcó Luis –En lo que a mí respecta es un asunto sin importancia.

Ben suspiró. Convencer a Luis de entrar al equipo iba a ser más difícil de lo que había pensado.

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