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Feliz aniversario, Santo Domingo por Akiko_y_Shizuka

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Parte 2: Logros inesperados
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Scot se permitió dejar escapar una sonora carcajada en cuanto pudo ver a Peter en la práctica. Por supuesto que Peter lo miró con muy mala cara, sin embargo estaba más preocupado en saber qué era lo que le causaba tanta gracia a romperle la nariz frente a todos.

Fue Ben quien lo puso en su lugar tras acercarse y ponerlo muy pálido después de tomarle la mano y murmurarle algo.

-No te me acerques - dijo Scot frunciendo el ceño y caminando hasta Peter. -Deberías deshacerte de ese tipo, le da mala reputación al equipo.

-Es mi mejor arma -dijo Peter con una sonrisa burlona. -No podría sacarlo del equipo.

-Tampoco puede sacarme de su habitación - Ben interponiéndose entre los chicos. -Oye Scot, hace tres días tuve la oportunidad de conocer a "tu monstruo" en persona... Es un individuo muy interesante.

-Por favor... dime que no trataste de seducirlo - pidió Scot pálido.

-¿Yo?... ¿A ese chico tan extraño?... ¡Ja! Tengo mejores cosas que hacer. Peter lo miró extrañado.
-Oh, perfecto... En fin, venía a platicar con Peter, ¿me permites?

-Te permito lo que quieras, cariño - dijo Ben alejándose con el resto del equipo.

-Algún día de estos voy a pensar que le gusto - dijo Scot sacudiendo la cabeza.

-¿Qué te hace pensar que no es así? - preguntó Peter pensativo. Scot frunció el ceño.
-Bueno, no venía a hablar de tu arma secreta... Quiero que hagamos una alianza para conseguir a Luis.

Los ojos cafés de Scot brillaron cuando él lo miró interesado. Sabía que el capitán de natación no se daría por vencido tan fácilmente, de hecho le había extrañado no verlo en el pasillo de los salones de primer grado.

-Ni siquiera sabemos si es tan bueno -dijo Peter.

-Hay una manera de averiguarlo -dijo Scot encogiendo los hombros. -Lo retaré a una competencia de natación...

-Yo pensaba hacer eso -dijo Peter enojado.

-El mejor para esto es el propio capitán de natación, ¿no te parece?

-Soy yo quien te superó el año anterior -replicó Peter.

-Suerte de principiante -gruñó Scot.

-En todo caso no creo que puedas convencerlo, ni siquiera quiso probar uno de los entrenamientos en la cancha de fútbol.

-El fútbol apesta -dijo Scot justificando a Luis -Lo mejor es poder nadar entre aguas cristalinas.

-Lo mismo piensa Ben. Scot palideció.
-El caso es que ambos queremos la participación de Luis en nuestros equipos, pero el problema es que él no quiere entrar.

-En dado caso de que se decida no creo que pueda entrar en los dos -murmuró Peter.

-Por supuesto que había pensado en eso... es por eso que quiero hacer una alianza... Ambos intentaremos convencer a Luis y respetaremos su decisión por cualquiera de los dos equipos.

-Me parece justo -dijo Peter.

-Tomaré eso por un sí -Scot sonrió.

* * *

-No fue mi culpa que Ben te tocara el trasero, tampoco fui yo quien le dijo que te tocara el pecho accidentalmente... Además, Luisa, Ben es homosexual.

-Eso no le da permiso a hacer lo que hizo - insistió la chica con terquedad. Luis suspiró.
-No creo que esté maravillado por tocarte. Yo no lo estaría.

-Tu eres mi hermano -gruñó ella -¿Por qué habría de maravillarte tocarme?

-Conozco a un buen numero de chicos que matarían por haber estado en el lugar de Ben - dijo pensativo. -De hecho serán más chicos de los que me imagino ahora si Ben ha dicho que el "monstruo" es una bella chica.

Luisa sonrió.

-No lo hizo.

-¿Cómo puedes estar tan segura?

-Si lo hubiera hecho todos te harían la burla... pero no veo a nadie que se te halla acercado con esa intención.

-¿Me estas vigilando de nuevo? -preguntó Luis con el ceño fruncido. La chica sonrió con inocencia.
-Digamos simplemente que... pasaba por aquí.

-Ahh...

-¿Por qué no te unes al equipo de fútbol? -pregunto ella.

-Sabes de sobra la razón.

-Oh, vamos... un chico tan fuerte como tu puede soportar el entrenamiento.

-No quiero arriesgarme.

Luisa miró largamente a su hermano hasta que por fin reconoció que podía aceptar que él se cuidara de su enfermedad. Nuevamente deseó ser ella quien padeciera la debilidad y
no él. Sin embargo se regañó a sí misma cuando comprendió que su deseo no se cumpliría por más que lo deseara.

-Bueno, tengo que irme -dijo mientras se acercaba al árbol que le había servido para trepar hasta la habitación de su hermano.

-¿Te das cuenta que es una locura que vengas a verme en plena luz del día?-preguntó Luis mirando cómo bajaba lentamente.

-Soy una mujer de riesgos -respondió su hermana gemela.

-Ah... Me da gusto que hayas venido de todas formas -admitió el joven.

-A mí también, pequeño.

Luisa terminó de descender y comenzó a correr en dirección de su colegio. En realidad no pasaría por muchas dificultades vestida de esa manera. Hasta el propio Luis podría confundirla con un chico con ese uniforme deportivo y la gorra en su cabeza.

Luis suspiró y regresó al interior de su habitación para estudiar un poco.

Luisa continuaba corriendo hasta que se encontró rodeada por un montón de muchachos sudorosos y fatigados. Pensó que era muy estúpido quedar atrapada entre hombres, sin embargo no podía hacer nada que causara una situación incomoda.

-¿Quién rayos es ese? -preguntó César a uno de sus compañeros, pero no esperó respuesta -¿Eres del equipo de fútbol?

Luisa maldijo en voz baja y negó con la cabeza corriendo un poco más lento para quedarse atrás.

Sin duda se trataba de una brillante idea, pero comprendió que no lo era tanto al sentir una mano en su trasero.

Furiosa se volteó para darle una potente bofetada al atrevido que... no era otro sino Ben. Ben parpadeó para después fruncir el ceño.
-¿Otra vez tú?

-¿Se puede saber por que me tocas el trasero?

-¿Qué rayos haces aquí? Y de día.

-Vine a visitar a mi hermano -respondió Luisa.

-¿Qué rayos haces ahí, Ben? -preguntó Peter cuando los alcanzó -Deberías estar corriendo... ¿Luis?

Luisa tragó en seco y se enderezó. Ben rió y le pasó un brazo por los hombros.

-Estaba platicando con Luis...Tal vez pueda convencerlo mientras continúas entrenando al equipo con ejercicios rigurosos.

Peter frunció el ceño.

-Yo mismo puedo hablar con Luis ya que yo soy el capitán -masculló Peter.

-Pero Luis no quiere hablar contigo... ¿verdad, querido?

Luisa apretó los puños y negó con la cabeza para ayudar a Ben.

Peter hizo un gesto realmente desagradable y continuó corriendo para alcanzar a su equipo.

-No llames querido a mi hermano -dijo Luisa cuando Peter estuvo lejos.

-Acabo de salvarte... deberías estar agradecida.

-Espero que mi deuda este saldada con el hecho de que tocaste de nuevo mi trasero. - Luisa se separó y cruzó los brazos -Estoy comenzando a pensar que lo haces a propósito.

-¡Por supuesto que no! Pensé que eras Luis.

-Si me entero de que tocas a mi hermano juro que no vivirás para contarlo -amenazó la chica.

-Mejor vete a tu colegio... alguien más podría saber que estas aquí. Luisa refunfuñó y comenzó a correr de nuevo.
Ben la miró divertido hasta que desapareció por entre unos árboles. Después se miró la mano con la que la había tocado y frunció el ceño. Estaba seguro de haber sentido un escalofrío al tacto a pesar de sentir una curva "sospechosa".

-Creo que me estoy volviendo loco -se dijo a sí mismo.

* * *

James resopló cuando un grupo de jóvenes se interpusieron en su camino y los miró largamente.

-No -dijo secamente.

-Pero, James... será divertido -dijo uno de los chicos extendiendo los brazos.

-Siempre dicen eso y termino bajo los interrogatorios de mi padre... ¡Estoy harto de eso!

-Pero siempre dices que quieres llamar la atención de tu padre -dijo otro.

-Esperaba poder hacer eso sin ayuda de nadie -replicó James muy digno.

-Pero no lo has logrado.

-De cualquier manera ustedes sólo me utilizan... eso no es divertido...

-Se trata del Monstruo -dijo uno de ellos ignorando la negativa -, queremos hacer una competencia para ver quien lo tumba primero.

-Sam no lo pudo vencer... ¿vieron como tenía la cara? -dijo otro muy animado.

-Sam me dijo que no habían sido golpes muy fuertes, pero cuando se levantó al siguiente día tenía moretones por donde quiera -comentó otro.

-¿Y que?... Sam es un completo estúpido -dijo James desesperado.

-Yo no diría eso de Sam.

-Hasta Sam recurre a mí cuando quiere un favor... puedo llamarlo como me venga en gana
-replicó James.

-Andrés quiere retar a ese chico -murmuró un muchacho que había estado distanciado del grupo.

James le miró con sorpresa y volvió a negar con la cabeza.

-No con mi ayuda... tendrá que hacerlo solo...

El griego Andriakos tenía una fama devastadora entre todos los jóvenes adictos a retar a otros. En el primer grado se enfrentó a un enorme alumno de tercero y lo venció sin ningún problema. Afortunadamente, desde entonces no ha querido pelear y cursa de una manera pacífica el segundo grado de la prepa. Lo cual demuestra que es una persona a la que le agrada estar en paz con todos y a pesar de que esa no es la razón por la que lo han dejado tranquilo (todos le tienen miedo), él se muestra amable con todos sus compañeros.

Era por eso que James no podía entender por qué quería pelear justo ahora... él lo conocía perfectamente y entendía que peleaba para defenderse, no para defender una fama estúpida.

-Tal vez deba venir a hablar contigo -dijo el mismo chico -Se le veía muy convencido de querer hacerlo.

-No pienso hacerlo... De cualquier manera no peleo con nadie de ustedes, ¿para que insistir en llevarme?

Todos sonrieron un poco incómodos.

-Piénsalo -dijo uno de ellos.

* * *

-Ese chico era muy atractivo.


Luisa miró a Brenda un poco confundida.

-El pelirrojo que te llevó cargando.

-¿Te refieres al estúpido que se divierte tocándome el trasero? -preguntó molesta.

-Pensaba que eras Luis -lo justificó Brenda.

-Luis dice que es homosexual.

-Ohh...

-Pero acá entre nos no me lo parece... Bueno, si filtrea con mi hermano, pero además hay algo...

-No te entiendo -dijo Brenda.

-Las manos le sudan un poco y tiembla cuando sabe lo que agarra -respondió Luisa con malicia.

-¿Se excita?

-¡Yo no dije eso! -protestó Luisa.

-Bueno... los síntomas se parecen...

-¿Desde cuando eres experta en eso? Brenda se sonrojó.
-Aunque tienes razón en eso -recapacitó. -Tal vez le gusten ambos.

-¿Estas loca? -preguntó Brenda -¿Es o no homosexual?

-Puede serlo... y no serlo...

-¿Cómo?

-¿Jamás le pones atención a las clases de psicología? -preguntó Luisa.

-¿Crees que sea uno de esos?

-Nadie nos dijo que no encontraríamos uno en nuestra vida. -murmuró Luisa -Pero aun no estoy segura...

-Debe haber una manera de probarlo -sugirió Brenda.

-Hay una... debes seducirlo.

-¿¡Estas loca?! -Brenda enrojeció.

-Hablo en serio...

-No lo haré.

-Entonces lo haré yo -amenazó Luisa.

-¿En serio? ¿Harías eso por mí?

Luisa frunció el ceño al ver la reacción de su amiga. Se supone que explotaría furiosa y la acusaría diciendo que era una mala amiga.

-Bueno... yo...

-Gracias, Luisa... eres una buena amiga...

-Cielos...

* * *

-Lo único que veo es a un chico asmático haciendo menos a todos los asmáticos de mundo.

-Eso no es cierto -dijo Luis.

-Lo es... no confías en tus capacidades... Tu te quejas de que Luisa te sobreprotege, pero yo creo que eres tú quien se sobreprotege.

Luis resopló fastidiado.

-Ya basta, Tony.

-¿Por qué no demuestras lo que eres? No tienes que ser un debilucho toda la vida.

-Basta.

-Tu me animaste a entrar al equipo en la secundaria, me dijiste que tenía que mostrar mis habilidades... me entrenaste...

-¡Suficiente!

Tony miró a su amigo con atención y supo que lo había hecho enfadar. Jamás le había gustado ver a Luis enfadado por que sabía que podía resultar hiriente, no físicamente, pero si mentalmente; cosa que le había dado la ventaja sobre chicos como él.

-No quiero que mi amigo sienta lástima de sí mismo... tú no tienes la culpa de estar enfermo, no pudiste evitarlo. Pero eso no te justifica, Luis.

-¿Tan importante es para ti?

-A mí me gusta el fútbol porque puedo jugar contigo, hacía mi mejor esfuerzo para estar contigo y poder apoyarte, el sólo hecho de verte en la cancha me alegra... si yo tuviera un hermano me gustaría que fueras tú, Luis.

Luis lo miró con sorpresa y movió la cabeza.

-No lo sabía.

-Nunca creí necesario decirlo...

-Comprendo... lo pensaré, Tony.

* * *

Andrés había escuchado con atención las razones de James. Después de un pesado silencio decidió que podía aceptarlas y agradeció que él fuera directo al respecto.

-No estas defendiéndolo, ¿cierto?

-Me es indiferente -dijo James simplemente. -Ya no quiero problemas con mi padre... si hago algo para llamar su atención lo haré con mis propios recursos, quiero que dejen de usarme.

-Les diré que lo dejen en paz -dijo Andrés.

-¿Lo harán?

-Claro... todos me tienen miedo.

* * *


-Si sigues haciendo que calienten de esa manera van a quemarse. Peter volteó para ver con sorpresa a Luis.
El chico se veía muy interesado viendo los movimientos que hacían los jugadores y
permanecía sentado plácidamente junto a Tony quien le hacía una señal de victoria.

-Luis... -Peter no pudo decir más. Luis sonrió y se levantó.
-Quiero jugar fútbol... creo que es interesante medir mis propias capacidades. Peter sintió una alegría notable y con el silbato llamó a todo su equipo.
-Hola, querido -Ben le saludó y se sentó en el pasto para recuperar el aliento -Peter, vamos a morir si nos sigues haciendo eso...

-Luis se unirá al equipo -dijo Peter ignorando a Ben. Ben los miró sorprendido.
-¿Le damos la bienvenida? -preguntaron algunos del equipo con malicia.

-¡No lo hagan! -gritó Tony alarmado -Se supone que el tiempo ha pasado.

-¿Bienvenida? -preguntó Luis a Tony.

-Te agarran entre todos y te bañan con agua fría en las regaderas después de bañarte de lodo. -explicó Tony.

-No tenemos tiempo para la bienvenida -apoyó Peter -El campeonato esta a la vuelta de la esquina y esta vez tenemos que ganar.

Ben suspiró desanimado.

-No es justo... yo quería bañarlo...

* * *

-Me parece un buen plan -aceptó Brenda.

-Pero él ni si quiera me gusta.


-Se supone que sólo averiguaras si... bueno, tú sabes... no tienes que hacer lo demás...

-Eso es asunto mío, Brenda...

-Como sea... tienes que saber si le gusta estar con una chica.

-Empiezo a creer que no te gusta.

-Por supuesto que no, pero no puedes dejarme con la duda.

-Me estas utilizando -protestó Luisa.

-Diviértete -dijo Brenda sin hacer caso al último comentario y cerrando la puerta detrás de sí.

-Si... claro.

Unos golpecitos en la ventana hicieron que se levantara para asomarse y frunció el ceño al ver que era Ben.

-¿Qué quieres?

-Luis aceptó entrar al equipo -dijo el chico.

-Ya lo sabía.

¿Quién te lo dijo?... bueno no importa... Tenemos que celebrar.

-¿Celebrar?

-¿Prefieres que lo lleve sin tu compañía?

-¡Por supuesto que no!

-Ven, Luisa.

* * *

-Ya supe que entraste al equipo de fútbol.

Luis y Tony miraron impresionado a Luisa que entraba por el balcón junto con un sonriente Ben.

-Eso tenemos que celebrarlo con un trago -susurró ella.

-Pero tengo que ayudar a Tony a estudiar -dijo Luis.

-Tony puede estudiar con cualquier otra persona -insistió Luisa -Tu tienes que venir conmigo a celebrar.

-Bueno... supongo que puedo estudiar con un amigo ya que tú estarás muy ocupado celebrando tu entrada al equipo -dijo Tony cargando unos libros y acercándose a la puerta. -Fue un placer verte, Luisa.

-Estudia mucho -dijo ella. Ben sonrió.
-Y supongo que tendré que llevarlos a un buen lugar.

-Me parece una buena idea -Luisa sonrió.

* * *

Peter miró el reloj de nuevo y se convenció de que Ben no llegaría. Eso le molestó realmente, era la primera vez que necesitaba hablar seriamente con él, pero al parecer había tenido cosas más importantes que hacer.

Estaba confundido... o lo estuvo al menos, pero todo cambió el día de hoy en que Luis aceptara entrar al equipo.

Peter no se había sentido feliz por tenerlo como jugador... estaba feliz por sí mismo y era de eso de lo que quería platicar con Ben.

Necesitaba un consejo. Necesitaba un amigo.
Bueno, al parecer tendría que ser su propio amigo ya que Ben no aparecía. Y si de algo estaba seguro es que no podía hablar del tema con nadie más.

Así que... ¿qué consejo le daba su "amigo"? "Díselo"
Peter frunció el ceño ante la idea y pensó en las reacciones... Todas eran dolorosas y contrarias a las que desearía, sin embargo la proposición continuaba en su cabeza.


"Díselo..."

* * *

-Estoy de verdad muy complacida de que mi hermano se integre a un equipo tan respetable dijo Luisa levantando su vaso al cielo en lo que parecía ser un ceremonioso brindis, sin embargo hasta el propio Luis había notado que su hermana acababa de propasar el nivel de alcohol para una jovencita que jamás en la vida había bebido. Era eso precisamente lo extraño... apenas había probado media cerveza.

-Créelo, no sólo te complace a ti -dijo Ben notablemente divertido.

-Pero sólo estaré de prueba -protestó Luis -A lo mejor no soy lo que el equipo espera.

-Hermano... tú eres lo que todo mundo espera -murmuró Luisa moviendo la cabeza de manera extraña. -¿O no, Ben?

-No lo dudes, querida -dijo el pelirrojo riendo escandalosamente. La gente volteó mirando con curiosidad.
Luis mentiría si dijera que se estaba divirtiendo.

-¿Podemos regresar a la escuela? -preguntó Luis bajando la cabeza apenado -No me siento cómodo en este lugar.

-Claro, precioso... Con gusto te llevaré -dijo Ben, pero en el momento en que comenzaba a levantarse, Luisa le agarró la manga del suéter.

-¿Y a mí quien me llevará?... ¿Piensas dejar a una dama sola por la calle? Luis miró a Ben con una suplica silenciosa.
Ben suspiró fastidiado y tomó la mano de Luisa para ayudarla a levantarse.

-Está bien, está bien, pero que no se vuelva a repetir.

-Gracias -dijo Luis -Yo volveré solo al colegio... por favor lleva a mi hermana.

-Claro, bombón... ella está a salvo conmigo...

Salieron del bar mirando con cuidado la calle y comenzaron a caminar. Todo el poblado lucía solitario y oscuro a excepción de los tres jóvenes que caminaban entonando una

alegre canción un tanto escandalosa. De vez en cuando se escuchaban las protestas de los vecinos y el silenció que era interrumpido por el paso de los perros en una persecución a un felino imprudente.

A la salida del poblado el grupo se separó.

Luisa besó a su hermano y comenzó a caminar hasta donde estaba San Rafael.
Luis sólo se despidió de su hermana rogándole de nueva cuenta a Ben que la cuidara. Finalmente Luis llegó hasta su habitación sin poder creer que hubiera accedido a los
deseos de su hermana de nuevo. Trepó por el balcón y abrió con cuidado la ventana para entrar. Fue entonces cuando pudo darse cuenta de que no estaba solo.

En la habitación había alguien más. y por alguna razón estaba seguro de que no era Tony.

* * *

Ben terminó de subir y le extendió la mano a Luisa para ayudarla. De una manera que no comprendió la chica tropezó y él tuvo que abrazarla para no dejarla caer.

-Parece que una personita bebió más de la cuenta -dijo Ben con burla.

-¿Te parece? -preguntó Luisa sin levantar la mirada.

Seguía apoyada contra el cuerpo de Ben y sus labios estaban muy cerca de su cuello. Ben frunció el ceño.
-Bueno...Te acostaré en tu cama y volveré a mi mundo donde los hombres abundan.

-¿Le temes a las mujeres? -preguntó Luisa con una risita y se separó de él para abrir con cuidado la puerta del balcón. -Yo no creo que seamos la gran cosa.

-Por lo menos coincidimos en eso -rió Ben.

Luisa dio un gran suspiro y miró largamente el interior de la habitación.

-¿Gustas un café? -ella volteó a mirarlo. Ben la miró extrañado.
-Tengo que volver a Santo Domingo... a los prefectos no les gusta que sus alumnos estén ausentes... Tú sabes... si tu compañero de cuarto te delata estas frito...


Luisa sonrió. Por alguna razón a Ben le pareció que no estaba pasada de copas, mas bien se veía... peligrosa.

-Por cierto... ¿dónde esta tu compañera de cuarto? -preguntó Ben asomándose un poco.

-Fue a dormir con unas amigas de la secundaria -Luisa encogió los hombros.

-¿Ah si?... ¿no caben en una sola habitación?

La pregunta era para que Luisa riera y lo corriera por meterse en lo que no le importaba, pero eso no ocurrió. Cuando Ben la miró ella lo veía con una intensidad alarmante mientras se echaba aire con los movimientos de su mano.

-Eres bisexual -dijo Luisa con tanta convicción que Ben tuvo que golpearse el pecho para impedir ahogarse con su propia saliva.

-¿Qué?

-Tú sabes... una de esas personas que son atraídas por ambos sexos.

-Eso no es cierto.

-Sí que lo es -Luisa se acercó. -Cuando me tocaste el pecho estaba furiosa, sin embargo debo admitir que el saber que... bueno, tú sabes... me tranquilizó un poco. Aunque últimamente he notado que tienes... ciertas reacciones a mí. Eso me tiene consternada.

-¿Te has vuelto loca?

-¿Te aterra saber que eres bisexual?

-Sólo soy un inocente hombre en busca de otro -aseguró Ben.

-Un inocente homosexual que se excita tocando a las mujeres... eso me lleva a la concusión de que te gustan ambos.

Ben parpadeó confundido.

-¿Tu compañera de cuarto?

-A ella no le gusta hacer tríos -dijo Luisa riendo bajito.

-¿Por qué juegas conmigo?

-Yo no juego con nadie... eres tú quien no ha aceptado lo que es... Además si fueras gay ya te habrías ido... está claro que intento seducirte.

-Ah... eso es lo que quieres...

-Me rompe el alma saber que eres homosexual, sin embargo hubo ocasiones que llegaste a confundirme... entonces pensé que podrías estar en una situación "intermedia" por lo que tuve que planear esta noche cuidadosamente... en fin, estas aquí y estoy aquí... lo que suceda dependerá de ti, Ben.

Ben tragó en seco y se acercó a la orilla del barandal mirando a lo lejos. Allá estaba Santo
Domingo.

* * *

-Peter, me asustaste.

Peter miró a Luis largamente hasta que una sonrisa llena de burla se dibujo en sus labios.

-Vine a hablar contigo desde temprano, pero no estabas... si esperaba afuera despertaría sospechas por lo que preferí esperas desde adentro.

-Lo siento, pero fuimos a celebrar mi ingreso al equipo.

-¿Fuimos?

-Ben, mi... quiero decir, fuimos juntos.

-¿Solos? -preguntó Peter con una mirada muy seria.

-Em... si.

Peter se levantó de la cama en que había estado esperando a Luis y se acercó un poco para cerrar la puerta del balcón y evitar que el aire frío continuara entrando.

-Necesito decirte algo -dijo Peter con voz seria.

-Claro -Luis se sentó en su cama y encendió la luz de mesa.

¿Cómo empezar?

¿Cómo decirle?

-Verás, Luis... En los últimos días me han ocurrido cosas poco comunes en lo que a ti se refiere... Al principio pensé que me había vuelto loco, pero finalmente lo he comprendido...

Luis lo miraba atentamente.

-Probablemente me haya equivocado... quiero decir... nada te obliga a ser como yo... Es sólo que necesito saberlo antes de darme por vencido -continuo Peter. -Lo que pasa es que yo... yo te...

-¿Si? -preguntó Luis al ver que se había callado.

-Yo... te amo, Luis... Me he enamorado de ti.

Como lo había esperado Luis lo miró boquiabierto sin parpadear si quiera. Peter tuvo la impresión de que a pesar de la luz todo empezaba a obscurecerse y la oscuridad amenazaba con quitarle a Luis. Desesperado se acercó con la intención de evitarlo. Sin embargo algo más real lo detuvo.

Luis estaba llorando.

Cuando Peter vio eso no pudo evitar sentir que algo dentro de su ser se había roto mientras se repetía una y otra vez que era un estúpido por no tener en cuenta sus sentimientos. Con miedo se acercó más y se sentó a su lado, colocó su mano sobre la de él esperando consolarlo simplemente.

-Vete -pidió Luis.

Peter levantó la vista para mirar el cielo oscuro por la ventana, pero sólo fue consciente de las palabras de su acompañante y del calor de su temblorosa mano.

-Me costó mucho trabajo aceptarlo -murmuró Peter -incluso llegué a pensar que había enloquecido o que sólo sería cuestión de tiempo para olvidar lo que me estaba pasando, pero no es así... Venir aquí implica mucho... no puedo irme... no si tú no me sacas de mi duda.

Silencio.

El joven pensó que esa era la peor de las respuestas. Un deseo repentino por escapar fue engendrándose en su interior y se mordió el labio inferior para no moverse de su sitio. El calor de esa mano lo retenía.

Por un momento deseó ser dueño de todo el calor que podía sentir. Algo más fuerte que él lo impulsó a mover la cabeza y levantar la barbilla de su acompañante con suavidad.


Ojalá pudiera perderse en esos ojos verdes que lo miraban casi con miedo.

Ojalá pudiera probar los labios temblorosos que permanecían entreabiertos como si desearan decir algo.

Ojalá...

Peter acercó su rostro cada vez más. Esperaba sentir resistencia, pero por alguna razón el cuerpo que iba aprisionando célula por célula sólo temblaba sin hacer algo por negar lo que estaba por ocurrir.

Un beso.

Las manos de Peter apretaron con más fuerza las de Luis, de un momento a otro se volvieron dóciles y trazaron un camino del brazo hasta los hombros. Los ágiles dedos relajaron el cuello con movimientos expertos hasta subir a la barbilla y a las mejillas en un ritual silencioso.

Mientras tanto los húmedos labios buscaban la respuesta a su pregunta. Con suavidad esperaban calmar el temblor que los recibía mientras la lengua contenía sus deseos de explorar con más profundidad.

Peter apretó el cuerpo de Luis cuando sintió el movimiento brusco que provocaba un sollozo. Con actitud conciliadora besó las mejillas hasta recorrerlas lentamente por donde resbalaban las saladas lágrimas hasta llegar a los ojos y besarlos una y otra vez con la esperanza de calmar el torrente salado de su alma.

Silencio.

No supo en que momento terminaron los dos contra las almohadas, de lo único que fue consciente era de esa mirada hinoptizante que sólo él podía ver. Acarició nuevamente la mejilla con sutil delicadeza mientras se recargaba en su otro brazo para verlo siempre.

El cabello negro de Luis estaba regado por la almohada, había dejado de llorar y se limitaba a verlo con cuidado... Ya no lloraba.

Silencio.

Una de sus manos se introdujo por debajo de la camisa arrancando un sonido que no pudo entender, lentamente fue ascendiendo mientras él miraba esos ojos que lo habían vuelto loco. De repente algo la detuvo. Cuando desvió la vista descubrió otra mano que lo retenía con fuerza.

-No lo hagas... -murmuró con voz quebrada.

-No me mientas -replicó Peter sin dejar de ver esos ojos. Sin dejar de ver la sensual mirada que se ocultaba tras las lagrimas acumuladas. -Te necesito...

Un impulso le hizo moverse con más audacia que tomó por sorpresa a Luis. Con cuidado comenzó a levantar la camisa para trazar una ruta de besos desde su abdomen. Sintió los escalofríos en el cuerpo invadido y continuó hasta llegar al pecho y recargar la mejilla para escuchar los acelerados latidos de su corazón.

-Te necesito -repitió mientras su mano descendía hasta meterse por entre la mezclilla. Luis suspiró y atrapó la cabeza de Peter con las manos para que él lo viera.
-De...ten...

-No quiero -interrumpió.

-No está bien -insistió Luis.

-Lo está para mí.

Luis se movió violentamente cuando la mano invasora tocó la piel desnuda debajo de la mezclilla. De nuevo miró a Peter y notó una ternura extrema en sus ojos. Movió sus brazos y aprisionó la cara de Peter contra su pecho para que escuchara con más atención lo que estaba ocurriendo en su interior. …l también pondría atención a la sensual confesión que estaba haciéndole su cuerpo.

-¿Puedes escucharlo? -preguntó Luis entrecerrando sus ojos.

Peter levantó la cara para besarlo nuevamente. Esta vez exploró con cuidado la fosa bucal y al terminar separó los labios para mirar sus ojos.

-¿Tienes miedo? -preguntó Peter cuando vio que tenía cerrados los ojos.

-Si...

-Yo cuidaré de ti, Luis...

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