-recuerda, eres mi sol- dijo el niño pelo rojo que con sus pequeñas manitas acariciaba mis mejillas, el niño se veía lejano, por más que lo persiguiera no podía alcanzarlo pronto me caí y grite a todo pulmón
- NO TE VALLAS DE MI LADOS, POR FAVOR- me desperté de golpe de ese sueño que se veía tan real, sudaba frio y espesas lágrimas se deslizaban por mis mejillas sin poder parar.
-¿está bien señor?- dijo una dulce voz a mi lado mientras tomaba mi mano dulcemente. Era una azafata de pelo café y ojos del mismo color, la única palabra en ese momento que se me venía a la cabeza era: hermosa. Después de esas palabras mire a mi alrededor y vi que todos en el avión me veían curiosos y no pude esconder mi sonrojo bajo el gorro que llevaba.
-sí, gracias- le di una sonrisa nerviosa a lo que ella respondió a una sonrisa de…de miedo… y se fue caminando rápido a la cabina de azafatas -…ahh… seguro que con este aspecto rompo hasta los espejos- no pude sostener mis palabras eran ciertas- voy al baño vuelvo ahora-.
Literalmente corría por el único y estrecho pasillo del avión hacia los baños, me saqué mi gorro de lana gris y mis lentes violeta, empecé a lavarme la cara con el agua fría del lavamanos y me mire al espejo para ver si mis ojos rojos y mi sonrojo habían desaparecido tras el efecto del agua, cosa que funcionó con efectividad. Luego escuchaba la voz de la hermosa y amable azafata resonar detrás de la pared, no quería ser entrometido pero aun así puse mi oreja al lado de la pared donde se escuchaba su dulce voz, definitivamente no me gusto lo que dijo:
-oyeron el grito de ese niño, fue horrible, aparte él era feo, al principio pensé que era un bebé o algo así- se estaba burlando de mi era verdad pero era un disfraz, me veo como se dice actualmente ser un ‘nerd‘, mi pelo y ojos azabache, mi cara color porcelana y mi cara de niña, siempre a primera vista se les escapa una sola palabra: ángel. Ese es yo Nemuhara Sunako, nieto de Nemuhara Tanaka.- me dio miedo ver su horrenda cara, jajaja,-. Agh… eso tocó un punto nervioso en mí. No lo pensé dos veces y Salí sin ponerme mi ‘disfraz’ y fui a la cabina y dije detrás de la cortina, que separa a los pasajeros de ese lugar.
-me darían un vaso con agua, por favor- aunque estaba enojado puse la voz lo más normal que pude, escuche las terrible y podridas palabras de la hermosa azafata.
-waah hablando del rey de roma, ahí está el patito feo jajaja- aunque lo dijo en voz baja, lo escuche alto y claro.- toma niño, tu agu…- no pudo terminar la oración de lo sorprendida que estaba y se le cayó el vaso de plástico con el agua. Satisfecho con su reacción dije humilde
-gracias, pero se me ha quitado la sed- me di la media vuelta y comencé a caminar satisfecho con el resultado de mi acto. Volví al baño cogí mis cosas, me las puse y me dispuse a caminar a mi asiento con una sonrisa en la cara.
-Has tardado tu tiempo, Nemuhara-san – dijo mi acompañante, quien se me desperezaba y luego me miro con sus característicos y profundos ojos verdes- que has hecho que te has tardado, sabes que es peligroso que te quites el disfraz- su voz era tranquila pero sus ojos me comían vivo- se lo ha quitado, ¿verdad?- me mordí el labio inferior que me empezaba a temblar.
-deja de mirarme así, Lois-kun, no hice nada- él sabía que no podía resistirme a esos ojos que, literalmente, me comían, me azotaban…- está bien, si me lo quité…me enoje…- bajé la cabeza e infle mis mejillas, a pesar de todo me sentía avergonzado por una acción tan infantil.
-enojado, ¿Por qué?- los ojos de Lois-kun se suavizaron y en cambio me miro preocupado.
-la azafata que me atendió- mi voz tembló, aun no podía creer que ella fuera tan tierna y bonita en el exterior pero que por dentro este podrida- me dijo que era feo y… que daba miedo…. ¿Are? ¿Eh?!¡Rayos! LO QUE MENOS QUERIA ERA LLORAR- trataba de no mostrar mi debilidad ante los demás pero por alguna razón Lois-kun era diferente, sentía que con él podía llorar un mar y el me confortaría, me abrazaría no importa la tontería que fuera- lo siento, tener que llorar de esta manera por una cosa así; ni siquiera la conozco jajaja- trataba de parar las lágrimas pero cada vez eran más las que se habrían paso por mis grandes ojos azabaches- soy pate…!!!- no pude terminar mis palabras, en cambio me encontraba en los cálidos brazos de mí querido guardia: un hombre de 20 años rubio, ojos verdes profundos; un hombre alto y es más hermoso que cualquier mujer u hombre que haya visto en mi vida.
-no te preocupes- dijo mientras me ponía en su regazo y acariciaba mi pelo; yo recogí mi piernas y las pegue a mi pecho, luego sus manos bajaron a mis ojos, me quito la gorra y los lentes, seco mis lágrimas y cerró mis gentilmente- aún quedan seis horas para aterrizar en Japón duerme un poco-
-okey – le dije ya tranquilizado, ya que cada vez que lloro me da sueño- pero despiértame en dos horas, ¿está claro?-.
-quedo en claro, Nemuhara-san- dijo dulcemente a mi oído, lo que me hizo esbozar una placentera sonrisa, y minutos después dormirme en los brazos de Morfeo, que con los brazos abiertos me daba la bienvenida a su ciudad mágica de esperanzas y sueños que desbordan la imaginación humana.
Soñé… soñé con un campo de flores hermosas, con unas mariposas que revoloteaban a mi alrededor dándome la bienvenida, después a la distancia escuchaba pasos que se acercaban; mire detrás de mí y estaba aquel niño de pelo rojizo que paso a paso se volvía más grande que yo, parecía de mi misma edad. Me tomó la cara con sus manos y acerco su cara a la mía despacio como si estuviera disfrutando cada centímetro, desesperándome para conseguir comer sus hermosos labios. No podía ver sus ojos estaban escondidos en la sombre de su flequillo; justo a centímetros de sus labios…