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In Time por Watson

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Notas del fanfic:

Espero que les guste, es una de mis peliculas favoritas 

No tengo tiempo.

No tengo tiempo para preocuparme como paso…así son las cosas. 

Estamos diseñados genéticamente para dejar de envejecer a los 25, el problema es que solo vivimos un año más.

A menos que consigamos más tiempo.

Ahora el tiempo es la moneda.

Lo ganamos y lo gastamos.

Los ricos viven para siempre

¿Y los demás?

Quiero despertar con más tiempo en mis manos que horas en el día.

 

23 horas, 48 minutos, 34, 33, 32, 31, 30, 29 segundo…era el tiempo que se marcaba en el brazo de Seunghyun, un chico de buen parecer, alto y guapo, demasiado para ser verdad, su desgracia, haber nacido en el ghetto y tener que vivir no al día, si no a las horas.

Un día más para conseguir horas, se levanto de la cama pues ya era hora de trabajar, además del ruido que había afuera ya no lo dejaban dormir, abriendo las cortinas de su cuarto un día un tanto nublado se colaba por los barrotes de seguridad de su ventana, en los barrios bajos siempre se vivía con el miedo de que alguien pudiera entrar en tu cuarto durante la noche mientras dormías y te robara tu tiempo.

 

-Hola mamá –una joven mujer de 25 años estaba en la cocina mientras tomaba una caliente taza de café

 

-Llegaste tarde anoche –las preocupaciones de una madre nunca terminan cuando se tratan de los hijos, haciendo que Seunghyun sonriera un poco por ello

 

-Trabaje horas extras –no tardaba en entrar a trabajar, pero eso no le impido hacer aquello

 

-¿Dónde está? –la madre miro preocupado a su hijo, pues a pesar de haber ganado horas extras en su reloj no se veía la diferencia de horas, incluso eran menos

 

- Aquí, bebida de Greenwich ¡Felices 50! –de encima del refrigerador saco una costosa botella de vino, aquella que solo los millonarios con trece dígitos en sus relojes biológicos, podían tomar

 

-¿Cincuenta?...es cierto – Seung no pudo evitar reír ante el tierno puchero que su progenitora había hecho al escuchar su edad

 

-Veinticinco por ventigésimo quito otras ves –tomo a la mujer entre sus brazos mientras le daba un cálido y fuerte abrazo

 

-Creí que ya para este momento ya tendría nietos –le reclamo la señora a su hijo, pues a pesar de ser exteriormente joven, los años seguían pasando y el tiempo seguía siendo aun mas difícil de conseguir, aunque uno no quisiera un día de estos su tiempo se acabaría; y ella férvidamente deseaba tener nietos, verlos correr de allá para acá, sin preocupación alguna, o hasta los 25 años cuando aquel reloj de dígitos verdes que tenían en el brazo comenzara a funcionar

 

-Otras ves –el castaño solo pudo suspirar de forma pesada, desde que su reloj había comenzado a funcionar su mamá había estado insistiendo con lo de tener nietos, no importa si venían de un hombre o de una mujer, ella quería nietos.-La hija de Bela pregunta por ti…y también el hijo de Tom

 

-¿Quién tiene tiempo para tener novia o novio? ¿Cuál es la prisa? –supo que a su madre no le había gustado mucho esa respuesta por el ceño fruncido que había aparecido en su rostro, así que mejor decidió cambiar de tema- ¿Cuanto tienes?

 

- Tres días apenas….La mitad es para renta, ocho de luz y nos atrasamos con el préstamo –hablaba la madre del chico desde su cuarto, mientras rápidamente se cambiaba, así era la vida de los que vivían el hora a hora, todo tiene que ser rápido, cada segundo es vital

 

-Creo que yo puedo ganar algo extra…sabes podría…-muchas veces había aparecido ese pensamiento en su mente, hacer lo mismo que en un pasado su padre había hecho, pero sabía de antemano que su madre se negaría

 

-¿Combatiendo?....nadie gana – tan suspicaz su madre, en lugar de hacerla feliz por su cumpleaños, solo le estaba causando más preocupaciones- Sí…-contesto, un poco, temeroso Seung, por la respuesta de su madre -No vendré esta noche, trabajare dos días en la maquiladora

 

-Lo sé –sonrió un tanto complacido el chico por el cambio de humor de su madre  

 

-Ve por mí al autobús…después de pagar  tendré poco tiempo

 

-Te veré allá –le aseguro Seung, pues sabía que tenían demasiadas deudas  y que después de que su madre las pagara quizá no le quedaría más de dos horas y el estaría ahí para darle un poco de su tiempo - Seung…de verdad no se qué haría sin ti –la mujer tomo a su preciado y único hijo del cuello, dándole un cálido abrazo

 

Le gustaba y a la vez odiaba que su madre hiciera eso, pues solo lo hacía cuando la nostalgia le entraba y lo que menos quería era tener a su madre triste un día especial como ese - Ya es tarde

 

-Te doy treinta minutos para que almuerces –tomo la mano derecha del chico, haciendo que sus muñecas se tocaran, pasándole así treinta minutos para que pudiera comprarse algo para el almuerzo  -Te quiero. Feliz cumpleaños mamá –le dio un sonoro beso en la mejilla, sacándole una amplia sonrisa a la mujer - Cuando vuelvas hay que celebrar

  

*********************

 

-¡Seunghyun oppa!¡Oppa!...¿Tienes un minuto? –una pequeña niña de unos 7 u 8 años, se acerco al alto con un pequeño recipiente plateado, aquellos recipientes que guardaban el tiempo que se daba en los bancos con la diferente cantidad que el cliente pidiera como préstamo

 

-De que hablas Mya, tienes todo un año –una suave risa escapo de los labios de Seung, esas sonrisas un tanto cautivadoras

 

-Aun no puedo usar ese año…por favor oppa, tengo cuentas que pagar  -hizo un pequeño puchero al cual Seung no se pudo resistir, tomando el plateado aparato y poniendo la curvatura en su muñeca - Ten cinco minutos –le entrego el recibiendo que ahora mostraban 0000:00:0:00:05:00 -Largo de aquí –movió con la cabeza hacía un lado, recibiendo una sonrisa de la pequeña niña, viendo como esta salía corriendo y se metía en un local de comida.

 

La gente en el ghetto siempre iba aprisa, ellos no caminaban, no sabían lo que era caminar, pues no podían gastar tiempo en eso, mejor trotaban o corrían, eso les ahorraba tiempo y así podían pagar todas sus deudas, la gente a su alrededor comenzó a correr más rápido de lo que solían hacerlo, “¡Rayos! Ya voy tarde”, no le quedo de otra a Seunghyun más que apurar el paso para poder llegar a tiempo.

 

**********************

Café…4mins

Café expreso…5min

Café x…5min

Te negro…3:45 min

Agua…2min

 

-¿Cuatro minutos por una taza de café? –un sorprendido y un tanto enojado Seunghyun le reclamaba al chico que atendían

 

-Ayer estaba a tres –su rubio y ebrio mejor amigo le reclamaban un tanto enojados al pobre, era muy difícil conseguir tiempo y con los precios de las cosas subiendo a cada momento, el hora a hora se hacían cada vez más difícil - ¿Quiere un café o quieren rememorar? –ya un poco harto el chico decidió encarar a los otros dos, que solo hicieron una mueca de desagrado.

 

- Dos cafés –dijo al final el alto castaño, mientras colocaba su muñeca derecha el pequeño círculo plateado para que le quitaran a su reloj los 8 minutos del café - ¿Cuántos turnos tienes hoy?

 

-Solo dos…estoy muy entusiasmado –dijo el rubio mientras le echaba, whisky o ron, a su taza de café, caminando rumbo a su lugar de trabajo.

 

**************

 

-Ahí hay otro…en pleno día –susurraba Daesung a un desconcertado Seunghyun, que observaba detenidamente al cuerpo inerte de un  trabajador de la maquiladora, tirado en plena entrada a la fabrica, sintiendo la mirada fría y penetrante de un trabajador social, empujando a Daesung del hombro para que entrara y ya no sentir esa horrible mirada.

 

 

Como todo en ese lugar, todo tenía que ser rápido, un apurado Seungyun juntaba piezas plateadas para después ponerlas debajo de la máquina para que esta hiciera el trabajo de pegarlas en una sola, mientras cada cinco segundos volteaba a ver el reloj en su brazo.

 

 

 

Al fin había terminado el turno de ese día, así que solo tenía que ir por su paga, miraba como las personas que estaban delante de él en la fila, ponían su muñeca derecha en aquel plateado aparato para recibir su paga de la jornada, que consistía en un día y medio más para su reloj y para las deudas.

Cuando llego el turno de Seung hizo el procedimiento de siempre, poner el brazo, recibir su tiempo y revisar su reloj, pero esta vez había algo diferente, no había recibido la cantidad correcta -Oye, oye… ¿Qué es esto? ¿Dónde está el resto?

 

-No cumpliste con la cuota

 

-Mis unidades aumentaron esta semana –le reclamaba un molesto, pero no furioso Seung, al chico en traje detrás del escritorio 

 

- Igual que la cuota. Siguiente

 

-Estas bromeando ¿Verdad?

 

-Siguiente

 

-Camina, tardas años –no le quedo de otra más que avanzar pues los de la fila ya comenzaban a molestarse, no es como si a todos de los de la fila les quedara tiempo suficiente, algunas veces le había tocado ver como en la misma fila caían muertos por no alcanzar a tomar su pagar

 

 

************************

 

- ¿Juegas Seung? –preguntaba un chico de la misma estatura que Seunghyun, con cabello un tanto largo y café

 

- No tengo tiempo que apostar –se encogió de hombros, pues aunque realmente quería jugar un poco de poker con sus amigos, no tenía tiempo que apostar y aun no había pagado la renta, prefería abstenerse de jugar a quedarse sin donde dormir  

 

- ¡Ja! que suerte…porque desde que dejaste de apostar yo comencé a ganar- alardeaba aquel chico, restregando las cartas en su cara

 

- Aun me debes una hora –toma el brazo de Seven juntando sus muñecas derechas, un apodo que entre todos le habían puesto, pues siempre que jugaban y apostaban, solo se quedaba con 7 minutos en su brazo - ¿Vieron a Dae? – Soltó el brazo del mayor mientras los dos revisaban al mismo tiempo el reloj en sus brazos 

 

- ¡Seung! –escucho a lo lejos que alguien lo llamaba, sabiendo de inmediato que era Daesung

 - ¡Hermano! Tu esposa te está buscando –la esposa de su amigo lo había mandado buscar, no es que realmente quisiera estar en ese bar, pues ni siquiera tenía tiempo para poder comprarse una bebida

 

-No lo vas a creer, este demente a invitado tragos toda la noche ¡Tiene un siglo! –gritaba una emocionado y ebrio rubio, mientras señalaba a un tipo bien vestido, que además de eso, descaradamente mostraba su reloj

 

-Te llevare a casa –el castaño tomo al rubio del brazo para poder sacarlo del lugar, desde que había entrado al lugar había observado aquel chico de 25 años pero que solo este sabría su verdadera edad, y la descarada manera que mostraba doce de sus trece dígitos llenos de números, solo traerían problemas -En cuanto termine este trago –se soltó el rubio del agarre del castaño para poder terminar su trago

 

-¡Oye, tú! ¡Tú! ¡Otra ronda! –llamaba aquel chico, que a leguas se notaba que no era de ahí -¿Quieres ir a casa conmigo? –le susurraba una rubia despampánate de un lado - Puedes llevarnos a ambas contigo –dijo ahora una chica morena llena de curvas del otro lado.

 

 

Lo sabía, sabía perfectamente que la presencia de aquel tipo traería problemas, justo en ese momento entro una de las mafias más peligrosas del ghetto, tomo mundo se comenzó a dispersar, y para la no tan mala suerte de aquella chica, Seungri, el jefe de la mafia, la había tomado de la cintura plantándole un apasionado beso, para después dejarla ir, con un “Nos vemos más tarde” susurrado sobre los labios.

 

-Seung ¡Seung! –jalaba un desesperado Daseung a su mejor amigo para poder abandonar el lugar - Son minuteros ¡Minuteros!...Sal de aquí Seung , estos no vienen a jugar –con un poco de esfuerzo logro sacar a Seunghyun de en medio de todo el alboroto, mientras todos los clientes salían por la parte trasera del lugar

-Alto, alto –intentaba soltarse del rubio, Seunghyun es alguien de un cálido y gentil corazón y aun en situaciones tan peligrosas como esta, no puede evitar serlo

 

-El se lo busco, ven. No es de los nuestros ¿Tú crees que él nos salvaría? –vanamente Daesung intentaba hacer reaccionar a su mejor amigo para que dejara eso por la paz y abandonaran junto el bar

- Descuida, no hare una estupidez … Sal –después de mucho forcejeo logro convencer a Daesung para que se fuera, prometiéndole que al siguiente día ira a visitarlo para que viera que se encontraba bien

 

 

 

- Me llamo Seungri- mientras tanto en la otra parte del bar, un chico de estatura promedio, cabello corto y negro, con perforaciones en las orejas, y unas enormes pero bien ocultas ojeras debajo de sus ojos, y con buena ropa, miraba atento al desconocido millonario, era raro ver ese tipo de gente en el ghetto - …Y ese es un preciado reloj, ¿me lo puedo probar?-señalo el brazo descubierto del desconocido, donde los segundos se hacían cada vez menos, pero no por eso dejaba de tener doce dígitos llenos de números-  Creo que me quedaría… te diré algo, lucharemos por el –se quito su negra y cara gabardina dejándola de lado, mientras se arremangaba las mangas- ¿Qué esperas vamos? –si o si ese tiempo tenía que ser de Seungri, aunque para él no era difícil conseguir tiempo, podía conseguir más que el que tenía el desconocido ese, pero cuando las cosas llegan solas hay que aprovecharlas ¿No? - Soy un hombre viejo, recién cumplí los 75

 

- Un momento –por fin el desconocido hablo, por un momento pensó que era mudo, con pasos desiguales camino hacia los baños, se notaba que en cualquier momento devolvería hasta la primera papilla, y a Seungri no le quedo de otra más que esperar, pero por si las dudas mando a uno de sus trabajadores para que lo vigilara

- ¿Estás listo? –un desesperado chico apuraba al pobre hombre que vomitaba con la cabeza casi dentro del retrete, solo quería que terminara para poder quitarle todo ese tiempo

 

- Estoy listo – el “pobre” millonario apenas y podía estar en pie, pero lo siguiente ninguno de los dos los vio venir, la puerta se movió de manera violente, revelando detrás de esta a Seunghyun que intencionalmente había movido de esa manera la puerta, golpeando al tipo en la cara dejándolo desmayado

- Vamos, vamos –tomo al desconocido del brazo, ayudándolo a levantar mientras salían del lugar

 

- Lo que me faltaba –Seungri se levanto de su lugar, tomando de nuevo su saco, y con un gesto todos sus trabajadores salieron corriendo detrás de ellos.

 

 

 

Por suerte Seunghyun tenía ventaja sobre ellos, mientras corría a lo lejos diviso los viejos edificios donde solía estar la maquiladora en la que trabaja, obligando al tipo a saltar una reja, entrando así los dos al edifico.

 

 

- Ugh mierda, mierda, mierda-decía un desesperado Seunghyun, mientras se agarraba el cabello en señal de desesperación mientras veía a través de la ventana de lo que antes, supuso, era una oficina, pues había unos sillones en el lugar-  ¿Qué es lo que estás haciendo aquí, exhibiendo eso? –señalo el reloj en el brazo izquierdo del millonarios- ¿Estás loco?

 

-Yang Hyun Suk –decía tranquilo el millonario mientras le ofrecía a Seunghyun su licorera

 

-Choi Seunghyun –tomo la licorera, aceptando el trago, realmente lo necesitaba, y más que nada necesitaba tranquilizarse,  aunque no pudo evitar hace una mueca al sentir el licor pasar por su garganta, no sabía que era pero realmente estaba fuerte- ¡Wow!

 

-Si tomas mas mejora – le dijo Yang al castaño, riendo un poco al ver que al dar otro trago, hacía de nuevo una mueca de disgusto

 

- No mejoro mucho –dijo Seung mientras le devolvía la licorera, no quería probar mas por el momento  -Estas a salvo a hasta mañana –miro de arriba abajo a Yang, como se había hecho conocer aquel millonario, terminando por sentarse en el sillón que estaba frente al tipo- Te sacare de aquí, eres de New Greenwich  -aseguro, era más que obvio si alguien tenía esa cantidad de tiempo

 

- ¿Se nota? –se miraba el otro chico de arriba abajo mientras una sutil risa escapaba de sus labios, “Demasiado elegante” pensó Seung

- No  –el sarcasmo era más que presente en su voz, miro su reloj viendo como el tiempo se había hecho menos, 0000:00:0:18:58:23 era lo que se mostraba ahora en su brazo, era lo malo de ponerse en situaciones peligrosas, tu tiempo disminuía, quizá por la rápida manera en que tu corazón latía, no lo sabía bien, pero ahora tenía que hacer menos si no su tiempo se acabaría pronto

 

- ¿Qué edad tienes? En tiempo real –pregunto el curioso hombre a un pensativo Seunghyun, había notado como a cada momento revisaba su reloj.

 

- 28 años

 

- yo 105 –sonrió amplio, haciendo que Seunghyun se molestara un poco por aquella acción, no era necesario que le restregara en la cara todo el tiempo que tenía

 - Felicidades, no tendrás 106 si tienes más noches como esta –dijo con sarcasmo, era una forma de defenderse, según Seunghyun

 

-Tienes razón…pero llega un día en el que te hartas, tu mente se desgasta aunque no tu cuerpo- él hombre hablaba con tanta nostalgia que hizo preocupar un poco al castaño, haciendo que le pusiera atención a sus palabras-….Dejar de existir, es necesario

 

- ¿Ese es tu problema? ¿Has vivido demasiado? ¿Has conocido a alguien que haya muerto?-un colérico Seunghyun se levanto de su lugar tratando de calmarse, pero como hacerlo, si el otro tipo hablaba como si nada, definitivamente ese sujeto no sabía lo que era vivir el hora a hora  

 

-Para ser inmortal muchos deben morir –aquellas palabras descolocaron un poco a Seunghyun quien volteo a ver al viejo frente a él, porque si, no cualquiera tenía 105 años como ese tal Yang, o bueno no en su mundo

 

- ¿Qué significa eso?- no pudo evitar dedicarle una mirada de duda y de espera, quería saber más

 

-  En serio no lo sabes ¿O sí?...Si todos vivieran para siempre ¿Dónde los pondríamos? –una sutil sonrisa se coloca en sus labios al ver la confundida cara del chico de 28 años frente a él, era simplemente un niño a su parecer - ¿Por qué crees que hay zonas horarias? ¿Por qué crees que los precios e impuestos suben el mismo día en el ghetto? –una sonrisa más amplia se vio en sus labios al ver como Seung comprendía poco a poco - El costo de la vida aumenta para que las personas sigan muriendo….hombres con un millón de años mientras que la mayoría vive al día…La verdad es que hay ... más que suficiente –soltó un fuerte suspiro antes de continuar, nunca había hablado con alguien de ese pensamiento, mas bien no había tenido con quien, pues estaba rodeado de personas que tenían años para vivir y aquello no les importaba, en cambio ahorita hablaba con alguien que vivía al día, se sentía bien consigo mismo-…Nadie tienes que morir antes de tiempo….Si tuvieras tanto tiempo como yo en ese reloj… ¿Qué harías con él?

 

Seunghyun inevitablemente levanto la manga se su chaqueta mostrando su tiempo 0000:00:0:18:56:12 - ….Dejaría de mirarlo  -volvió a tapar el reloj, no es como si le gustara verlo y mirar como cada digito se hacía más pequeño-… te diré una cosa, si tuviera todo ese tiempo  no lo desperdiciaría… Descansa un poco  

 

Ahora el que miraba atento su reloj eran Yang mostrando sus doce dígitos 0116:39:3:23:42:53 que para él no significaban gran cosa - Descuida no te lo quitare en la noche –aviso Seunghyun antes de acomodarse bien en aquel diminuto sillón, no pensaba hacerle algo, él no era ese tipo de persona

 

- Ni yo el tuyo

 

***********************

 

Un nuevo día se mostraba por las rotas ventanas del edifico, mostrando a un chico guapo y alto encogido de una manera incomoda en ese sillón mientras dormía a pierna suelta, mostrando también a otro tipo, de estatura mediana, que observaba detenidamente del chico que dormía frente a él, de hecho no había dormido en toda la noche por pensar en lo que haría, sin hacer ruido se levanto del gastado sillón acercándose al castaño que seguramente pasaba por el quinto sueño, pegando su muñeca derecha con la de Seunghyun tratando de no despertarlo, transfiriendo su tiempo , para después salir del lugar, no tenía mucho tiempo antes de que el chico se diera cuenta.

 

 

 

Se levanto casi de golpe, había tenido un extraño sueño, observo toda la habitación no encontrando a Yang, lo cual se le hizo extraño, y como de costumbre, levanto su manga para revisar su reloj sorprendiéndose bastante al ver en el doce dígitos 0116: 39:4:04:26:11 y no cuatro como solía ver todos los días

 

“No desperdicies mi tiempo”. Aquello se encontraba escrito en uno de los sucios cristales de la ventana, pero al asomarse por está logro a ver a Yang sentado en la orilla del puente

 

 

 

18…17…16…15…14…- Un hombre de 25 años aparentes pero con 105 en realidad miraba a la nada, quizá recordando todo lo que vivió, y como poco a poco todo se fue haciendo monótono, pues aunque tomara litros y litros de licor, o fumara más de una cajetilla de cigarros al día, no moriría, todo lo controlaba aquel reloj de dígitos color verde marcado en ambos brazos- 3…2…1…0 –sintió una fuerte presión en el pecho y después todo fue negro, al fin se sentía libre.  

 

Por más que Seunghyun haya corrido no logro llegar a tiempo, no pudo tomar su cuerpo y darle tiempo antes de este cayera inerte en el río. Miro a todos lado, no había nadie, así que abandono el lugar, no podía quedarse ahí, no traería buenas cosas si duraba más tiempo ahí.

 

*****************************

 

- Hola Seung –una hermosa chica de cabello corto y negro, que cargaba a un lindo bebé recién nacido saludo al apurado chico castaño

 

- Hola Minzy… ¿Está Daesung? –se podía notar la desesperación en su voz

 

- Sí esta –le sonrió mientras gritaba hacia donde estaba la puerta llamando a su marido-  Daesung...

 

- Mira eso –tomo el brazo de su pequeña bebe donde se mostraba aquel reloj que aun seguía congelado- Lastima que falten 25 años, nos vendría bien ese año … Daesung –volvió a gritar-

 

- Ya vine –del pequeño departamento salió un Daesung recién levantado, acercándose a su espoda dándole un beso en la boca, que ella felizmente correspondió, teniendo que separarse al recordar la presencia de Seunghyun- ….mejor llévala adentro Minzy –le dijo a su esposa quien solo asintió y entro al departamento, la mirada que su mejor amigo le había dedicado solo significaba que era algo verdaderamente importante

 

Antes de mostrarle aquello a su mejor amigo, volteo a todos lados, esperando a que nadie los viera- Mira esto…-levanto la manga de su brazo izquierdo mostrando su reloj- 0116:39:3:23:20:10

 

- ¿De dónde lo sacaste? –un sorprendido rubio platinado miraba a todos lados esperando a que nadie los haya visto, no podía creer aquello

 

- El sujeto del bar… Lo iban a matar, el me lo dio Dae…me dio su tiempo y no pude evitarlo

 

- Nadie le da ningún hombre cien años –Daesung aun no podía creer aquello, es que simplemente era imposible-  No es lo único que me dio - continua hablando Seung-…me hizo tomar conciencia de esto

 

- No dejes que nadie lo vea –no había comprendido muy bien lo otro que el mayor había dicho, pero era peligroso para ambos- … Oye…ese tiempo harán que te mate

 

- ¿Cuánto llevamos de amigos? –un feliz castaño le preguntaba a un confundido rubio

 

- Diez años

 

-Ten –tomo el brazo derecho de Daesung, juntando sus muñecas, pasándole un poco de su tiempo

 

-Una década –Daesung no podía creer que al fin tenía dígitos en la parte de los años, 0010:00:0:12:20:01 se mostraba ahora en su brazo-

 

- Fuimos como hermanos

 

- ¿A dónde iras? –seguía sorprendido viendo su reloj, pero sabía que aquello era peligroso, así que de inmediato volvió a bajar la manga de su camisa

 

- A donde esto sea normal, al fin tengo el tiempo para llevar a mama a New Greenwich –ambos sabían que aquello era la despedida, así que no dudaron en darse un gran abrazo, de hermanos, amigos, confidentes.

 

*************************************

 

 

Ya era tarde, al fin su mamá saldría de trabajar, habían quedado de celebrar su cumpleaños cuando saliera de trabajar, así que un bien arreglado Seunghyun esperaba a su querida madre en la parada del autobús con un lindo ramo de flores, aquel que sabía perfectamente eran las favoritas de ellas, pero al no tener tanto tiempo no podía comprarlas.

 

Ese era el último camión así que estaba ansioso de ver a su madre bajar, haciéndosele demasiado extraño al no verla bajar, un inmenso miedo comenzó a invadirlo “¿Y si no alcanzo de tiempo?...Que estupideces dices Seung”, sin pensarlo dos veces salió corriendo rumbo a la fabrica en que la su mamá trabajaba, estaba desesperado, tenía que llegar a tiempo.

 

-¡Seunghyun!

 

-¿Mamá? –aumento la velocidad, si definitivamente esa era su mamá, y por lo rápido que venía corriendo y como veía su reloj a cada momento, quería decir solo una cosa, en cualquier momento se acabaría su momento, aumento la velocidad, tenía que llegar, ese era su único pensamiento

 

- ¡Seung hijo! –fue lo último que la mujer dijo, cayendo inerte en los brazos de su primogénito

 

-  No, no, no, no, mamá, no, no, no, no –había sido demasiado tarde…

Notas finales:

Dején su RW's y haganme saber si es de su agrado.

Gracias 


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