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En el fondo de una botella por moskafleur

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Notas del fanfic:

Spoiler. Law X Luffy, Zoro X Sanji, Franky X Robin (sé que no es pareja yaoi, pero sino la historia no tiene sentido). Tanto los personajes, como el anime del que se trata son propiedad de Eiichiro Oda.

Notas del capitulo:

Se que es muy largo, pero no encontraba otra manera de publicarlo y que tuviera sentido. Si usaba un capítulo por pareja, sería dificil enlazarlo mentalmente para el lector.

Es mi segundo fanfic, pero el primero fue hace mucho así que como si fuese el primero haha, espero que os guste!

(Aclaraciones: En el subtitulado castellano del anime, Luffy abrevia Trafalgar, que suena como Toraofarugaru, y lo deja como Torao, cosa que en el manga CREO que han escrito como Traffy. Básicamente es una forma de poner de los nervios a Law. // Los pensamientos se encuentran entre asteriscos, así * pensamiento *).

CAPITULO 1

 

Los Mugiwara, junto con Trafalgar Law, habían emprendido su viaje hacia Dressrosa. Law cada vez se arrepentía más de haber hecho aquella alianza con el ingenuo Mugiwara; era demasiado temerario, alborotador, alocado... pero... eso eran factores... ¡que casi le agradaban! Al principio no, al principio le ponía nerviosismo. Todo el día saltando de acá para allá, gritando que tenía hambre, no respetando acuerdos, instrucciones, etc... pero con el tiempo te acostumbrabas, y había acabado haciéndole gracia, le había cogido cariño a ese criajo inocente. Tan temido por todos... ¡si sólo era un crío haciendo el ganso las 24 horas!

El problema era que quizás le estaba cogiendo demasiado cariño... teniendo en cuenta que algún día tendría que derrotarlo.

 

Día 1. Desde la perspectiva de Nami (general).

 

-¡Nami-Swaaaaaaaan~~~~~! ¡Tenemos un GRAVE problema aquí en la cocina! - canturreó Sanji

-¡¿Qué problema?! - Respondió la pelirroja desde la barandilla de cubierta.

- ¡Qué Luffy se ha comido toda la jodida comida y agua potable que había en el jodido barco~~~~~~...!¡... Y perdona mi lenguaje, mi Namicilla~~~! - Contestó Sanji.

- ¿¿¿¿¡¡¡¡¡QUÉEEEEEE!!!!!!????¡Lo mato!¡¿Dónde está ese cabeza de melón?!- Nami se dirigió hecha una furia a la sala del acuario buscando a Luffy.

 

Al entrar, encontró a Robin leyendo, y a Franky durmiendo en el sofá.

 

- Shhh... Está dormido! - le dijo Nico Robin con una amable y dulce sonrisa, mientras hacía el gesto de guardar silencio.

- ¡Oh! - Bajó el tono de voz hasta hablar en susurros - ¿Has visto a Luffy?

- No, mira a ver en el camarote de los chicos, a lo mejor sigue durmiendo... ten en cuenta que aunque sean las 2 de la tarde, ayer se acostaron tarde tras la fiesta que hicimos – rió levemente – Mira a Franky, ha caído como un ceporro hace media hora – sonrió de nuevo.

- ¡Ese baka se ha comido y bebido todo lo que quedaba! - dijo la pelirroja alterada pero en un susurro – ¡Tendremos que buscar una isla cercana para conseguir comida!¡Pero ya! ¡Porque no queda nada y ya es la hora de comer! Esto sólo nos está retrasando del plan inicial... No sé que opinará Trafalgar-san cuando se entere de esto... ¡Bueno, voy a ver si encuentro a Luffy y le pateo el trasero! ¡Hasta luego!

- Hasta luego, navegante – se despidió la morena.

Nami cerró la puerta de la sala acuario lentamente para no hacer ruido y caminó por el pasillo hasta que llegó al cuarto de los chicos. Usopp, Luffy y Zoro estaban ahí, durmiendo despatarrados, cada uno en su hamaca. Bueno, Zoro no. Zoro estaba tirado justo debajo de la suya. Se habría caído mientras dormía y ni se había despertado. * Qué baka * pensó Nami.

Se aproximó hasta la hamaca de Luffy y con su cara siniestra lo agarró de la chaqueta y lo arrastró silenciosamente hasta la cubierta. Sus nakamas no tenían por qué pagar las fechorías del capitán.

- ¡Eres un inconsciente! - le gritó Nami mientras le despertaba de una patada en el culo - ¡Por tu culpa ahora tendremos que parar a recoger víveres antes de nuestro destino, y con mucha urgencia, porque podemos pasar un par de días sin comer, pero no sin agua!

Luffy se levantó sobresaltado – ¡¿Qué se ha acabado la comida!? - Gritó con desesperación.

- ¡No se ha acabado, te la has comido tú, so glotón! - Nami calló al cuelo de rodillas de pura desesperación – Ahora tendremos que comernos a Chopper... – lloriqueó.

- ¡A mi no me vais a comer! - Gritó Chopper escondiéndose (al revés) detrás de Trafalgar. Ambos habían salido a cubierta al escuchar los gritos de ambos camaradas – ¡Trafalgar-senpai, protégeme!

- Nadie va a comerle, doctor, se lo prometo – comentó con total tranquilidad Law – ¿Qué ocurre?

- Luffy se ha comido todo. Resumiendo, vaya. - contestó la navegante con la cara pegada a la cubierta, de pura depresión – Eso nos obliga a parar en una isla, ya mismo.

- Tss.. Es una putada, pero qué le vamos a hacer... - respondió tras respirar hondo. Ya no estaba en su barco. Toda la eficacia, profesionalidad, compañerismo, etc... no era igual aquí. * Ésta gente está loca * Pensó.

- Bien, pues sintiéndolo mucho chicos, hoy no hay desayuno, ni comida, si encontramos una isla, tendremos cena. - Dijo Sanji, asomándose desde la cocina mientras secaba un vaso con un trapo – ¡A no ser, que pesquéis algo, claro!

- ¡Eso es! ¡Se lo diré a Usopp! - Luffy corrió hacia la habitación.

Todos volvieron a sus actividades. Chopper y Law estaban en la enfermería, charlando. Luffy y Usopp intentaban pescar, sin ningún éxito. Franky seguía durmiendo, Robin leía, Zoro se ejercitaba en cubierta con una de esas macro-pesas de una tonelada, y Brook tomaba el sol (lo cual era bastante absurdo porque sus huesos no iban a broncearse, pero le hacía feliz). Sanji fumaba un cigarrillo apoyado ligeramente en la barandilla de cubierta, mientras intercambiaba charlas fugaces con Brook y algún pique con Zoro, aparentemente.

Nami mientras tanto buscaba en la lejanía una isla, algo, necesitaban desembarcar ya. No prestaba demasiada atención a sus nakamas.

 

 

¡Sí!¡Por fin! - Nami dio un brinco de alegría, había encontrado tierra firme. Había tardado 5 horas, pero había tierra firme a un par de millas -¡He encontrado tierra chicos! Calculo que llegaremos en una hora máximo. Tenemos el viento a favor.- Sonrió triunfal. Y sedienta. Muy sedienta.

Se giró y encontró un espectáculo patético. Luffy, Usopp, Brook, Sanji y Zoro, tirados en el suelo mientras emitían gemidos de auxilio.

- ¿¡Qué tripa se os ha roto ahora!? - preguntó la pelirroja.

- Tenemos sed... - contestaron todos a la vez.

- Es que sois idiotas. Os decimos que no hay agua potable y, os ponéis a pescar a pleno sol, seguro que os ha dado una insolación, ¡por imbéciles! ¡Brook, tú estás muerto, no puedes tener sed!

- Nami-san, yo me estoy solidarizando. Además, yo también quiero pasar sed, soy uno más, respeta mis sentimientos – dijo en tono teatral mientras Nami murmuraba algo ininteligible al respecto.

- Y tú Zoro, sin agua, no se te ocurre otra brillante idea que la de ponerte a hacer ejercicio durante 4 horas seguidas. Más tonto y no naces. - Añadió Nami con superioridad.

- Eh, usurera, a mi no me hables con ese tono – respondió el peliverde con mucho esfuerzo.

- ¡No te atrevas a meterte con mi Namicilla, que te arreo, marimo!

- ¡¿Tu y cuántos más, cara arroba?! - Ambos hicieron el amago de levantarse y comenzar a pelear pero no podían.

- Sanji, ¿y tú que has hecho, no te he visto haciendo ejercicio alguno, porqué estás ahí tirado? - preguntó la navegante confusa.

- El tabaco da sed. Y me he fumado una cajetilla en 4 horas.

- Estás enfermo – murmuró Zoro – eso te matará.

- ¿¡Desde cuándo te preocupa mi salud, marimo de mierda?!

Comenzaron a pelearse, así que Nami les dio la espalda. * Idiotas * pensó. Y se alejó de allí ignorando su absurda discusión.

- ¡¡¡¡EHHHHHH!!!! ¡Pero yo tengo sake, ¿no?! Hahahaha ¡Jódete, cocinerucho! - Rió Zoro a carcajadas.

- No, no hay, te lo acabaste anoche en la fiesta de bienvenida de Law... – respondió Sanji con una sonrisa arrogante, sabiendo que eso supondría un pique más entre ambos. Después se rió de él, mientras Zoro se golpeaba la frente con el suelo de la cubierta.

Nami se sentó en una tumbona a ver la puesta de sol. De repente Law y Chopper salieron, y al ver aquel espectáculo se sobresaltaron. Nami les explicó lo sucedido.

- Si tienen una insolación, tenemos que tratarlos ya, no es nada pero no hay que dejar que empeore – dijo Chopper, a lo que Law asintió. - Zoro, en cambio, sólo tiene sed. Le podemos dejar aquí. - Law rió discretamente al ver el descontento de Zoro ante tal trato.

Trafalgar hizo un “Room”, levantó del suelo a Usopp y a Luffy y se los llevó flotando a la enfermería, mientras Chopper iba a su lado entusiasmado con su poder.

 

Brook, al ver que no conseguía ningún tipo de atención estando ahí tirado, se levantó se sacudió el polvo con actitud noble, se acercó a Nami, le pidió disculpas por su comportamiento, pero antes de que pudiera pedirle que le enseñara las bragas, recibió una patada voladora de Sanji desde el suelo. Nami rió como gesto de gratitud y Sanji empezó a canturrear desde el suelo del barco mientras Zoro le hacía burla.

 

 

Una hora después, tal y como Nami había predicho, había llegado a aquella isla. Parecía un lugar agradable, pero nunca hay que fiarse, las apariencias engañan.

 

Desembarcaron todos menos Law, Usopp, Chopper y Luffy, que permanecieron en la enfermería, y Brook, que hacía guardia fuera.

- Bien chicos, Sanji y Robin, quiero que vayáis a por comida, lo principal es lo principal, y una vez la tengáis podéis comprar lo que queráis, pero no os salgáis del presupuesto - ordenó la navegante.

- A veces parece cómo si ella fuera la capitana realmente... – susurró Zoro a Franky.

- Sí, y a mí personalmente me da más miedo que Doflamingo... - Respondió el peliazul, y Zoro asintió seria y discretamente.

- Os he oído, idiotas – Zoro y Franky tragaron saliva – Y vosotros, junto conmigo, iréis a por agua, mucha agua.

- Y mucho sake – dijo Zoro con entusiasmo.

- Si te lo pagas tú no hay problema – los ojos de Nami cobraron forma de berry.

- Qué remedio... Dame dinero, entonces.

- ¡Si te doy dinero yo es como si te lo estuviera pagando yo, imbécil! - La pelirroja estaba que echaba humo, sus camaradas eran unos bakas.

- Nami-san, Zoro-kun... no discutáis – sonrió amablemente Robin, como siempre – vayamos a hacer lo que tenemos que hacer. ¡El tiempo apremia!

- ¿Nos veremos aquí en media hora, vale? No causéis problemas, no habléis con desconocidos, no robéis, no matéis, no luchéis, no arméis escándalo, no mostréis vuestras habilidades, no...-la pelirroja fue interrumpida por Franky.

- ¿..Básicamente que no nos movamos? - rió al terminar la frase.

- * Suspiró * Intentad ser buenos, por favor – respondió Nami, con agotamiento.

 

 

Cada uno fue a realizar la tarea encomendada. Nami decidió ir con Zoro y Franky porque Zoro tenía que ir con dos personas sí o sí. Entre dos personas es más fácil controlar a alguien y temían que Zoro se perdiese otra vez. ¿Y por qué con Franky, y no con Sanji o Robin? Porque si hubiera sido Sanji, habría estado peleándose todo el camino. Y ella quería que Robin fuera con Sanji por separado porque ella impone, y así Sanji no podría pararse a molestar a las muchachitas de la isla, porque pensarían que era un mujeriego y no le seguirían el juego, evitando que se retrasaran en su misión. Así se garantizaba no armar jaleo. Un plan perfecto. Salvo porque los planes nunca salen bien si los planeas pensando sólo en tus actos y en tu forma de actuar. Acabaron corriendo como alma que lleva el diablo hacia el barco, todo el pueblo les perseguía para entregarles a la marina por piratería. ¡¿Que cómo fue posible?! Pues Nami no estaba segura de qué había pasado con Sanji y Robin, pero sí que había vivido lo que había pasado junto a Franky y Zoro.

 

Nami se paró durante una milésima de segundo (más tiempo, es una forma de hablar) a mirar un collar de conchas en un puestecillo, y cuando se giró de nuevo, Zoro ya no estaba. ¿¡Cómo demonios era posible eso!? ¡¿Se había teletransportado o qué?!

 

Franky, por su parte, no hizo nada malo el pobre, pero digamos que ver a un ciborg de unos dos metros de altura, no pasa desapercibido. Los niños estaban entusiasmados con él, así que Nami le dejó con ellos mientras fue a buscar a Zoro. Tras andar durante 2 kilómetros solamente guiándose por su instinto y tras haber preguntado a un par de aldeanos, le encontró tirado a lado de una fuente con todo el cargamento de agua. Por lo menos había cumplido su misión. Consiguieron volver a donde Franky se encontraba, justo a tiempo de que unos aldeanos reconocieran sus caras en los carteles de wanted. Empezaron a perseguirles, y cuando llegaron al punto de encuentro vieron que desde la otra dirección venían Sanji y Robin corriendo, con el cargamento de comida, pero corriendo. * En el fondo son buena gente, siempre cumplen con su deber * pensó Nami.

 

Subieron al barco y zarparon antes de que pudieran detenerles.

Nami empezó a recuperar el aliento – Ahora me explicáis qué ha pasado, ¿acaso no os dije que pasarais desapercibidos?

- Tuvimos algunos problemillas... - comentó Sanji en voz baja

- Con mujeres - terminó Robin tajantemente.

- ¡Sanji-kun...! - Nami era aterradora cuando se enfadaba, parecía un demonio del abismo.

Franky se acercó a Robin y le dijo algo en voz baja – Oi, Nami, volvemos en un rato – comentó después.

- Vale, chicos - * ¿Qué les pasará? * pensó. * En fin * - Vale, Sanji, la cena. Zoro, vete a ducharte, apestas – Zoro la miró con desprecio – Y Brook... - Nami se tumbó, por fín, después de un día tan ajetreado, en la tumbona – tú tócame algo, por favor.

- Qué propuesta tan indecente, viniendo de una señorita, Nami-san... ¡Acepto! - pero antes de que Brook pudiera hacer nada Nami le golpeó.

- ¡Me refería a que tocaras alguna pieza musical, idiota! - Nami no tenía un sólo minuto de descanso.

 

 

Al cabo de un rato de relax, vio pasar a Zoro recién salido de la ducha con una toalla en la cintura como única prenda. * Este sólo quiere lucirse... creído desubicado * pensó.

Desde su tumbona sólo oía, el oleaje y la guitarra de Brook... era todo tan relajante a veces... hasta que empezó a oír los gritos de los de la enfermería, y algún tipo de pelea entre Sanji y Zoro en la cocina. - Malditos sean... - murmuró, y buscó unos tapones para las orejas y volvió a su tumbona.

 

 

-¡Ya está la cena! - gritó Sanji desde la cocina rato después.

Nami no lo había oído por culpa de los tapones, pero fue despertada de su siesta por Robin. - ¿Qué hablabais, Franky y tu, antes? - le dijo la pelirroja, curiosa.

- Nada importante - dijo con su amable y cerrada sonrisa.

*Qué misterioso todo... En fin * Me muero de hambre, ¿vamos? - y las dos se dirigieron hacia el bullicioso comedor. 

 

Desde luego las comidas, cenas y desayunos del Sunny Go eran vergonzosas. Zoro y Sanji lanzándose piques continuos sin sentido. Usopp disparando comida a la boca de Luffy, Robin aplaudiendo dicha hazaña como si de verdad le impresionase; Chopper parecía mantener una conversación normal con Franky, Brook comía, pero la comida caía a un cubo, previamente preparado, porque al no tener órganos no podía almacenarla. *Qué desperdicio de comida tenemos con este hombre...*. Nami no pudo contener la risa cuando vio la cara de Law que estaba sentado al lado de Luffy. Parecía aterrado, no sabía en dónde se había metido.

-¿Trafalgar.-san, quieres que te cambie el sitio? - dijo la pelirroja entre risas, intentando contenerse.

- No... no hace falta... - respondió Trafalgar con su semblante perturbado.

¿Tan mal lo estaba pasando? Todos sabemos que él es mucho más refinado pero estaba completamente ausente, lo que hacía aún más gracia a Nami. La cena transcurrió como una cena normal.

 

Al acabar, Zoro y Sanji se quedaron a fregar los platos. Robin se sentó en una butaca del acuario, Franky se fue a su cuarto; y Luffy, Brook, Usopp y Chopper jugaban en el camarote de los chicos.

Al salir del comedor, Nami vio a Law apoyado en la barandilla del barco - ¿Trafalgar-san, se ha hecho un poco tarde, no vas a irte a dormir aún?- le preguntó.

-No, gracias, no tengo sueño – respondió el moreno.

- Esas ojeras no dicen lo mismo – respondió ella divertida.

Él rió levemente - Estoy bien, son de nacimiento... no tengo sueño, acuéstate tú, si quieres me quedo a hacer guardia.

- Se supone que ya la iba a hacer Zoro, pero bueno, me parece bien. Dos mejor que uno. - con ésto, la pelirroja se despidió y se fue a dormir a su cuarto, no sin antes ponerse los tapones para los oídos. Esos mocosos del camarote masculino seguían armando jaleo. Finalmente consiguió dormir.

 

 

Día 1. Desde la perspectiva de Franky y Robin.

 

Acababa de despertarse. Seguía cansada, ya que la noche anterior se habían acostado muy tarde, salvo Brook, a quién le había tocado hacer guardia. Todo con motivo de que Trafalgar-san se hubiera unido a ellos, por un tiempo debido a la alianza entre Luffy y el susodicho. Realmente no importaba que hubiera o no un motivo, en ese barco estaban siempre de fiesta. * Irresponsables e inconscientes, nos llamó Trafalgar-san * pensó Robin mientras reía silenciosamente. Se vistió, se cepilló su larga cabellera negra azulada y salió de la habitación. No escuchó ningún ruido, y quiso cerciorarse de que todos estaban durmiendo bien. Se asomó al cuarto de los chicos. * Qué visión *. Robin rió para sus adentros. *Son como críos *. Luffy despatarrado en su hamaca en una postura casi imposible, ventajas de la gomu gomu no mi; Usopp dormía tranquilo, aunque roncaba como para despertar al Kraken, Chopper en cambio era un angelito, tan tierno. De repente Robin se percató de que Sanji no estaba en su hamaca. *¿Se habrá levantado ya...? Estará preparando el desayuno, qué eficiente es éste muchacho * pensó para sus adentros. Buscó la hamaca de Zoro con la mirada, pues era el último que quedaba por confirmar de los presentes en la sala, cuando les vio. Zoro y Sanji abrazados durmiendo en la hamaca de Zoro.

 

- No me lo puedo creer - susurró y rió - No se odian tanto después de todo – sonrió pícaramente y salió de allí aún riéndose, jactándose de su descubrimiento, cerrando la puerta tras de sí, esperando no haber hecho mucho ruido al cerrar.

 

Se dirigió a la habitación de Nami, y se asomó, estaba dormida. Fue hacia el camarote de invitados, donde se encontraba Law, y allí estaba, el cirujano de la muerte, dormido como un bebé. Por último, fue a la de Franky. Le pareció oír un ruido dentro, así que llamó.

 

- A- Adelante

- Buenos días... Franky, ¿cómo es que te has levantado tan temprano? - le preguntó la morena algo nerviosa.

- No me acosté... lo intenté, pero era incapaz de dormirme...Sólo he echado ligeras siestas de 30 min como mucho... menuda cogorza me pillé ayer...

- Doy fe – rió un poco, Robin, hasta que recordó lo que pasó aquella noche – … ¿Tienes lagunas? ¿Resaca?...

- Resaca. Mucha resaca. Y no es que tenga lagunas, es que a partir de un momento de la noche, no recuerdo nada más... recuerdo hasta que se llevaron a Nami a su camarote... ¿qué pasó? ¿Cuánto bebí? - respondió el peliazul.

- Pues... sí que te perdiste mucho... si... - comenzó la morena...

 

<<<<<<<<<<<<< COMIENZO DEL FLASHBACK>>>>>>>>>>>>

 

Eran las 8 de la tarde y por fin gozaban de un poco de relax tras Punk Hazard.

- ¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Fies-ta! - Repetía Luffy constantemente, mientras Usopp, Brook y Chopper se le unían canturreándolo en una conga.

- Mugiwara-ya, ¿estás seguro? Deberíamos estar en guardia – le repetía Law.

- No seas aburrido, Torao, ¡relájate y disfruta! ¡Además ahora estás en mi barco, mando yo! Haha – Luffy seguía riendo.

- En realidad, siempre has mandado tú... aunque se supone que es una alianza por igual... - murmuraba Trafalgar cabizbajo. - En fin, me uniré... un día es un día... ¿qué podría pasar que fuera tan terrible? - se unió a la celebración, dejando su nodachi apoyada en la pared de la cocina, y el abrigo y el sombrero, en el perchero.

- Trafalgar-san, trata de acostumbrarte, este barco es una locura constante, pero es divertido – comentó Robin con su adorable sonrisa, mientras se sentaba a la mesa de la cocina.

 

Poco a poco todos fueron llegando, y en pocos minutos la cocina era un caos, Sanji estaba dividido entre pelear con Zoro y tirarle los tejos a Nami. Chopper estaba hablándole a Law de los dos años que pasó separado de sus compañeros, pero Law no podía evitar reírse de las tonterías que hacía Luffy. Bueno, nadie podía evitarlo, Luffy llamaba demasiado la atención. Siempre.

- ¡Nico Robin, estás suuuuuppeeeeerrrr esta noche! - dijo Franky levantándose las gafas de sol y dedicándole una amplia sonrisa.

- Franky – sonrió ella – muchas gracias, tú también estás muy bien.

Mantuvieron una entretenida charla durante la cena. Tras ésta, Sanji apareció con varias botellas de sake, y empezó a servir a cada uno en su vaso, excepto a Zoro, quien bebía de la propia botella. Una cena alocada digna de un corral, había acabado como una velada agradable, llena de risas, música y charlas. Tras un par de botellas bien repartidas, el alcohol empezó a tener efecto en todos aquellos que estaban bebiendo. Robin y Chopper eran los únicos que se habían abstenido de beber aquella noche; Chopper porque era un niño, y Robin porque no le apetecía.

 

*Qué panorama... * pensaba Robin. Nami completamente borracha dormida sobre la mesa. Brook intentando verle las bragas cortosionándose por debajo de la mesa cual serpiente, pero recibía pisotones de Sanji de vez en cuando. Éste estaba demasiado ocupado hablando con Zoro. Por sus caras, supuso que estaban picándose otra vez.

 

Chopper, Usopp y Luffy intentando hacer reír a Trafalgar de cualquier modo, más estúpidos que de costumbre. Éste, con las mejillas sonrosadas y actitud calmada, intentando ignorarles.

- Uy... Qué mal le sienta el alcohol al Shichibukai... - le susurró Robin a Franky entre risas, y éste asintió.

Franky tampoco era el más indicado para hablar, llevaba una cogorza bastante notable. Se reía por cualquier cosa, y su peinado cambiaba sin avisar.

- Oi, Nami – Robin la despertó – estás muy cansada, deberías irte a dormir, ¿no crees?

- Tienes... razón... - intentó ponerse de pie, pero era imposible, se tambaleaba.

- ¡Nami-swannnn, yo te acompaño a tu camarote~~~~~! - Gritó Sanji levantándose de golpe de su silla.

- No, tú no, Sanji. No me fío de tí. - respondió Robin con cara asesina. Cosa que hizo a Sanji tener un escalofrío y volvió a sentarse cabizbajo. - Usopp, Chopper, id vosotros, sois los que mejor estáis. - continuó la morena.

 

Dicho y hecho, Chopper adoptó su forma “humana” y ambos ayudaron a Nami a ir andando hasta su camarote. No volvieron, así que se dio por hecho que se habían ido a dormir ya.

 

Luffy seguía pegando brincos alrededor de un Law inmóvil y pensativo. Sanji y Zoro mantenían su habitual discusión sin sentido, a la que ya nadie prestaba atención.

 

Brook interrumpió – Buenas noches chicos, voy a mi puesto, me toca hacer guardia, además estoy algo cansado... - Se acercó a Robin, le tomó la mano y se la “besó” - Robin-chan, un placer gozar de vuestra compañía en esta agradable velada. - Acto seguido, se fue, dejando en la sala a los seis restantes.

- Oi, Robin, ¿y si nos escabullimos? - le susurró Franky – estos están entretenidos – terminó soltando una leve risita. Robin Aceptó.

Salieron sin ser vistos, lo cual era todo un mérito teniendo en cuenta el tamaño de Franky.

Franky la cogió de la mano y se la llevó a la sala del acuario. Una vez allí, y durante aproximadamente 1 hora, estuvieron charlando. De nada en especial, pero siempre es más agradable mantener una conversación con tranquilidad que rodeada de alborotadores. Franky estaba borracho pero aún así podía mantener una conversación inteligente. Salvo por la cara de embobado que adquiría cuando Robin le hablaba con entusiasmo de algo. * Es tan jodidamente guapa * pensaba Franky.

En un determinado momento de la conversación, Franky dejó de escuchar lo que ésta le decía. Sólo podía mirar cómo el azul de sus ojos se volvía más intenso al recibir la luz de la luna que atravesaba la gran pecera. Robin terminó de hablar.

- Eh, ¿nos damos un baño en la pecera? No hay peces carnívoros, no nos harán nada. - sugirió el peliazul.

- Franky, es agua de mar, mi habilidad... ya sabes, no puedo – respondió la morena con una sonrisa triste.

- No seas boba, yo te sujeto. Te saqué del agua en la Isla Gyogin, ¿no? - Ella asintió – ¡Pues ya está! ¡Va a ser suuuuuupppeeeerrr!

Robin se quitó el vestido que llevaba, dejando al descubierto su ropa interior. Al verla, la cara de Franky se volvió completamente roja. Pero él hizo lo mismo, y se quitó la chaqueta, quedando únicamente con el bañador ajustado que le caracterizaba. La cogió en brazos y salieron con cuidado a cubierta, fueron a la compuerta del acuario, la abrieron y saltaron dentro.

 

Pasaron unos minutos riéndose y hablando allí, hasta que Franky la besó. Fue un beso corto, como una prueba. Se separó de ella y la miró, Robin tenía los ojos muy abiertos, parecía sorprendida. Lo que hizo que Franky dudara de si había hecho bien o mal. Nunca había sido muy bueno interpretando señales femeninas.

 

Robin cambió su expresión a una expresión dulce y le devolvió el beso. Éste segundo beso fue más intenso. Ambos se abrazaron. Franky tenía que hacer más esfuerzo pues tenía que mantenerlos a los dos con la cabeza fuera del agua, únicamente con la fuerza de sus piernas. Además, estaba muy borracho. Robin le acariciaba el rapado. Pero prefería el tupé que llevaba dos años antes, así que pulsó su nariz con su propia nariz y su peinado cambió. - Así mejor – rió Robin mientras le besaba de nuevo. Ambos se acariciaban y se besaban pasionalmente.

- ¿Qué ha sido eso...? - Robin se paró en silencio a escuchar.

- Yo no oigo nada - respondió Franky.

- Será mi imaginación, haha, me pareció oír algo... es igual - y continuaron besándose. Hasta que en un momento determinado Robin rozó con su rodilla la entrepierna de Franky sin querer. Éste, ante ese contacto perdió el control y se hundieron momentáneamente en el agua. Franky al darse cuenta volvió a impulsarse y la sacó de allí. Entre toses (de haber tragado agua) y risas, se sentaron en el bordillo de la pecera.

- Sabes Robin - comenzó - Creo que si no hubiera estado borracho, jamás habría hecho esto - y rió ligeramente al terminar la frase.

La expresión de Robin cambió súbitamente. - Buenas noches, Franky – Muy seria y con el cabello negro ocultando parte de su rostro, se marchó, dejando a Franky con la palabra en la boca.* ¿He hecho algo mal? * Franky no lo entendía. Aún borracho, fue al acuario, donde ya no estaba la ropa de Robin, recogió sus ropas, y se fue a su habitación. * ¿Qué le habrá molestado? *. No consiguió dormirse.

 

Robin, ya en su cuarto, se secó el cabello con una toalla, se puso el camisón y se acostó. * “ si no hubiera estado borracho, jamás habría hecho esto”... Supongo que soy algo que sólo haría borracho.* pensó con rabia contenida * Debería dormirme, mañana será un largo día...*.

<<<<<<<<<<<<< FIN DEL FLASHBACK>>>>>>>>>>>>

 

- Robin. Oi, Robin. - Franky intentaba sacarla de sus pensamientos.

- ¿Hm?

- ¿Estás bien? Te has quedado algo traspuesta... ibas a contarme qué pasó ayer.

- Oh... am... nada, nos quedamos hasta tarde y nos fuimos a dormir, nada más... Voy a leer un rato...

- ¿Al acuario? - Cuando dijo esa palabra, Robin sintió una punzada en el pecho. - Yo también voy, a lo mejor allí consigo conciliar el sueño de una vez.

Los dos se encaminaron a la habitación, Robin se puso a leer un libro y Franky se tumbó en el sofá. A los 5 minutos de estar allí se quedó dormido como un tronco. Robin le miró, y con una de sus manos artificiales, le acarició el tupé, que aún llevaba puesto.

 

 

Robin oyó unas voces en cubierta, pero no prestó mucha atención, seguidamente unos pasos firmes y rápidos, se acercaban por el pasillo hacia aquella habitación. De repente Nami entró por la puerta. Al parecer Luffy se había comido todo aquella noche. Luffy se había quedado con Sanji, Law y Zoro. Seguro que le dejaron solo en algún momento y en su estado de embriaguez se lo comió todo, aunque esto no influyera, pues su apetito era siempre insaciable. Robin le sugirió que mirara en el camarote de los chicos, porque la última vez lo había visto allí. Y le dedicó la sonrisa más amable que fue capaz de forzar. Nami ni se percató, cerró la puerta y despareció.

Unos minutos después se oían gritos en cubierta. * Son como niños * pensó Robin mientras reía.

Aquella tarde Nami divisó una isla. Llegaron dentro de un plazo razonable. Nami mandó a Sanji y a Robin ir a por comida. Robin se hacía una idea del por qué. Tendría que vigilar a Sanji, aunque fuera escurridizo. Eso sí, prefería eso a estar pendiente de que Zoro no se perdiera. * Ese peliverde es capaz de perderse en una habitación cerrada * pensó y rió.

 

Sanji y Robin comenzaron con su tarea. Caminaron hasta el pueblo, y una vez allí compraron toda la comida necesaria. Era mucho, pero Sanji era fuerte, podría con ello. Sanji parecía algo callado. No estaba adulándola como siempre lo hacía.

- Cocinero-kun, ¿estás bien, te noto algo ausente?

- ¿Ha? Oh, no, mi Robin-chwan, estoy bien, perfectamente, sólo pensativo... no veo muchas jovencitas por aquí... - respondió el rubiales.

- Deberías saber que si Nami me ha enviado contigo es precisamente para evitar que hables con mujeres y tengas problemas. - respondió Robin con autoridad.

- ¡Ey, Robinzeta mía, yo no causo problemas, las trato como princesas, tal y como se merecen! - respondió algo molesto.

- Ya, pero eso puede ocasionarte problemas - Rió para sí, ella.

 

Continuaron el camino, hacia el centro del pueblo. Cuando encontraron una biblioteca-librería. Robin decidió entrar pero el cocinero no podía con ese gran saco lleno de comida. Le dijo que le esperara fuera. Robin entró a la biblioteca y se dispuso a buscar algún libro interesante. De pronto un anciano la vio.

- ¿Desea usted algo en concreto, señorita ...?

- Llámeme Robin - dijo con una amable sonrisa.

- Señorita Robin... - su mirada pareció “despertar” - ¿Qué tipo de libro está buscando - continuó.

- Busco algún libro interesante... Quizás novela histórica, ¿tiene usted algo así? - respondió la morena.

- No aquí, pero quizás en la trastienda... si aguarda un momento le enseñaré unos cuantos - dijo el anciano mientras desaparecía tras una cortina que daba a una habitación. 

 

Robin estaba demasiado turbada como para darse cuenta de que algo iba mal. Se paseó por la habitación, acercándose al mostrador, y en una de las paredes, en una zona baja, había carteles de recompensa, uno de ellos con su cara. Reaccionó. Oyó un den den mushi siendo utilizado. Salió corriendo de allí, justo cuando el anciano volvía a la sala central del negocio. Era una trampa, acababa de avisar a los guardias del pueblo. La habían reconocido, maldita sea. Salió de la tienda con la esperanza de que Sanji hubiera permanecido en la entrada, pero no fue así. * Mierda, ¿por qué se me ocurrió dejarle solo 5 minutos? ¡Es peor que Zoro! * pensó. En ese instante, Sanji venía corriendo con un montón de hombres fornidos detrás de él, hacia donde ella se encontraba. * Desde que estuvo en Kamabaka... los gustos de Sanji han cambiado mucho... * pensó y rió ligeramente.

- ¡Sanji, corre, hay que salir de aquí!

- ¡¡¡Robin-Chwaaaannnn!!! ¡¡¡Te prometo que no ha sido con mala intención!!! ¡¡¡Una mujer necesitaba mi ayuda!!!

- ¡No es momento de disculpas, Sanji-kun, sólo corre! - le gritó la morena exhausta.

 

Corrieron hasta el punto de encuentro, con toda la horda de hombretones y guardias detrás de ellos. Vieron que Nami, Zoro y Franky venían corriendo de igual modo desde la dirección contraria y se imaginaron que estarían en igual situación. Llegaron al barco y zarparon en tiempo récord. ¿Que por qué no les atacaron siendo superiores tanto en técnica como en poder? Porque no estaban buscando problemas, no querían hacer daño a nadie.

 

Una vez navegando, Nami les pidió explicaciones. Robin dejó cargar las culpas a Sanji, porque si hubiera estado donde tenía que estar, habrían conseguido escapar más fácilmente.

Franky la miró pero ella desvió la mirada. Éste se dio cuenta de que algo tenía que haber pasado. Robin y él siempre se habían llevado muy bien, ya fuera por la cercanía de edad, por la diferencia de personalidades que hacía que se complementaran o porque ambos tenían un pasado doloroso y se apoyaban mutuamente. No era normal que estuviera comportándose así, algo tenía que haber pasado la noche anterior, algo que él no recordaba, pero era evidente que ella sí.

Se acercó a ella y le susurró - Robin, ¿qué te pasa? - a lo cual no obtuvo respuesta, salvo que ella apartó la mirada.

- Oi, Nami, volvemos en un rato – dijo Franky mientras cogía a Robin de la mano, casi a la fuerza y se la llevaba por el pasillo. Los demás seguían en cubierta.

Se la llevó a su habitación-taller, y cerró la puerta. Se apoyó en ésta y se quedó mirando a Robin. Ella se limitaba a estar de pie en medio de la habitación, seria y con la mirada perdida y triste.

- Robin, dime qué pasó ayer, no sé que hice pero tuve que hacer algo fatal para que estés así conmigo - dijo en tono triste mientras se acercaba a ella. Robin permanecía inmóvil y callada. - Por favor, Robin – levantó ligeramente su barbilla para verle la cara, y ella no pudo evitar mirarle a los ojos. Parecía triste.

- No puedes jugar con los sentimientos de los demás, no soy uno de tus inventos – se zafó de la mano de Franky, y salió corriendo de la habitación, encerrándose en la suya.

Abrió uno de sus libros y comenzó a leer. Eso la tranquilizaba, pero no pudo evitar soltar una lagrimilla. ¿Por qué jugaba así con ella? Siempre habían tenido esa “química” especial, siempre había creído que a Franky le gustaba pero ahora no entendía nada. Le había confesado borracho que ella era algo que sólo haría en esas condiciones, la había destrozado. ¿Y ahora venía con sus ojos azules a encandilarla? * Los hombres son unos imbéciles * pensó. Siguió leyendo, tenía que distraerse como fuera.

Mientras tanto Franky no hacía más que darle vueltas a qué pudo haber hecho la noche anterior. ¡No recordaba absolutamente nada! ¡Maldita sea! Se tumbó un rato a pensar. Y se quedó dormido.

 

 

La voz de Sanji indicando que la cena ya estaba preparada lo despertó de su letargo. Para su sorpresa, ¡lo recordaba todo! Tuvo una especie de revelación, durante una fase del sueño en la que recordaba lo que había pasado, algo distorsionado, pero era suficiente. ¡Ya sabía en que punto la había cagado con Robin! Aunque aún no entendía por qué, tenía que hablar con ella.

Robin no quería encontrarse con Franky a solas, así que salió corriendo hacia la cocina en cuanto oyó la voz de Sanji. Se encontró a Nami tirada en la tumbona durmiendo, y la despertó. Esta la siguió en dirección al comedor.

- ¿Qué hablabais, Franky y tu, antes? - le dijo la pelirroja, curiosa.

- Nada importante - dijo con su amable y cerrada sonrisa, aún forzada.

- Me muero de hambre, ¿vamos? - y las dos se dirigieron hacia el bullicioso comedor.

 

 

La cena fue de lo más normal... para ser el Sunny Go. Zoro y Sanji se peleaban. Brook “comía”. Y Robin, aún estando un poco triste, acabó sonriendo al ver las tonterías que hacían Luffy y Usopp. Franky entró en el comedor el último y se sentó junto a Chopper, con el cual mantuvo una conversación estándar mientras miraba a Robin. Ella evitaba cruzar la mirada con él, pero esperaba que nadie se diera cuenta. Y así parecía.

De repente Nami empezó a reírse a carcajadas de la cara de Law. Law tenía una cara de preocupación y temor absoluto. * Ya sé que el capitán es muy excéntrico... ¿pero tanto le está afectando a este pobre chico? * pensó ella.

 

Al acabar la cena, salió disparada como una flecha hacia el acuario y se sentó a leer. Temía que Franky viniera a buscarla, pero no fue así. En el fondo éso le decepcionó un poco.

Lo único que se oía en el barco eran las voces de algunos de los chicos en el camarote masculino. 

 

Horas después, Robin fue a buscar a Franky, ¡no aguantaba más! Primero le importa, luego no, luego sí, luego no, ¿¡qué demonios le pasa a éste hombre!? Justo cuando estaba apunto de llamar a su puerta, se detuvo. * Mejor no, Robin, es tarde, nada bueno ocurre después de las 2 de la mañana * pensó para sí. Se dio la vuelta, y justo cuando estaba a punto de dar el primer paso, la puerta que ya quedaba a sus espaldas se abrió.

- ¡Robin! - Robin podía notar su mirada clavándose en su nuca - ven aquí, tenemos que hablar – La cogió del brazo y la metió en su habitación antes de que pudiera decir nada.

- No puedes retener a la gente contra su voluntad, es secuestro, un delito – dijo ella mirando hacia otro lado.

- No se si te has dado cuenta, pero soy pirata - eso la hizo reír un poco, pero inmediatamente recuperó su expresión seria - Robin, dime por qué te fuiste así. Sí, ya me he acordado, pero no lo entiendo - se acercó a ella y la cogió de la mano.

- Dijistes que soy aquello que sólo harías borracho – murmuró.

- ¿¿¿¿¿¡¡¡Quéeeee!!!????? ¿¡Cuándo he dicho yo eso!? - Franky no entendía nada.

- Sabes muy bien cuándo fue... ¡pensé que te gustaba! ¡pensé que teníamos algo especial...! Ya somos adultos, ¡yo pensaba en algo serio! Cuando encontremos el One Piece y Luffy sea el Rey de los Piratas, no quiero seguir huyendo, quiero una vida tranquila, quiero formar esa familia que me arrebataron, quiero dar a un niño lo que yo no pude disfrutar. - Robin casi gritaba a estas alturas. * No me puedo creer que acabe de decir eso *.

* Dios mío... * pensaba Franky, mientras exteriormente su cara era de desconcierto total – ¡Robin lo has malinterpretado! - Con éstas palabras Robin sintió una punzada en el corazón, al parecer Franky sólo estaba jugando. Intentó irse pero él la retuvo entre sus brazos. Ella forcejeaba, creó unas manos que la ayudaron a soltarse. Llegó a la puerta, cuando estaba a punto de salir, Franky la habló...

- ¡Robin, estás equivocada! ¡Déjame explicarte! - le espetó Franky con mirada triste.

- Sí, llevó mucho tiempo equivocada. - Respondió sin ni siquiera girarse a mirarlo, salió y cerró la puerta tras de sí.

Fue a su cuarto y se acostó, se quedó dormida con lágrimas en los ojos.

 

 Día 1. Desde la perspectiva de Law.

 

Unos gritos en cubierta despertaron al cirujano. * ¿Por qué tienen que ser tan ruidosos estos mugiwara? Maldición * pensó, aún algo dormido. * Puff... qué resaca, ¡dios!... ¿pero cuánto bebí ayer? ¿qué pasó ayer?... por lo menos no me molesta la luz... sólo es un terrible dolor de cabeza... * pensaba. Se tomó un par de medicinas contra la resaca y fue a ver qué pasaba. Se encontró a Chopper saliendo de la enfermería; también parecía alertado por los gritos de la navegante y del Capitán. Al llegar a cubierta, lo primero que pudieron oir fue a Nami hablando de comerse a Chopper. Cosa que al propio doctor no le hizo ninguna gracia y se escondió (mal) detrás de Law.

 

 Nami le explicó el porqué de sus gritos; tenían que buscar una isla cuanto antes. Era un fastidio tener que parar, pero era mejor no correr riesgos, pararían en cuanto encontraran una isla donde comprar provisiones. Se sentía un poco culpable de que Luffy estuviera cargando con toda la culpa del problema de la comida... la culpa era en parte suya.

 

 <<<<<<<<<<<<< COMIENZO DEL FLASHBACK>>>>>>>>>>>>

 

Tras escapar de Punk Hazard, los excéntricos mugiwara ya estaban preparando una fiesta. *Qué poco sentido de la responsabilidad tiene ésta gente * pensaba Law para sí.

Luffy, seguido por algunos de su tripulación, hacían una conga, canturreando. Finalmente, se deshizo de sus bártulos y se unió a la fiesta. * Un día es un día... ¿qué podría pasar que fuera tan terrible? * pensó.

 

Tuvieron una velada... “interesante”, la cena no transcurrió diferente de lo que venía a ser el resto del tiempo, así que no le sorprendió demasiado. Chopper empezó a contarle acerca de los dos años que pasó separado de sus compañeros. Pero de vez en cuando Luffy reclamaba su atención y Law no podía evitar reír ante sus bromas. El criajo era tan carismático, adorable incluso. Le `producía un sentimiento... ¿paternal?

El resto de la tripulación estaba a sus cosas.

 

Tras la cena, sirvieron alcohol, el Shichibukai empezó a notar que el alcohol hacía efecto al beberse 3 vasos, parecía que tenía bastante graduación, seguro que era de la despensa personal de Zoro. Éste se limitaba a discutir con Sanji una vez más, quién sabe por qué. El resto eran un espectáculo de lo más triste por lo general.

 

Chopper y Usopp se unieron a Luffy y empezaron a intentar hacer reír al Shichibukai. Éste, estaba sonrojado por culpa del alcohol, lo cual hacía reír más aún a Usopp.

Oyó como Franky y Robin comentaban algo sobre él, pero no consiguió entender el qué, y no le importaba demasiado.

Acto seguido, Robin ordenó a Chopper y a Usopp que fueran a llevar a Nami a su camarote, al parecer no se fiaba de Sanji, y con razón. Éstos no volvieron, supuso que se fueron a dormir ya. Sólo quedaban Franky, Robin, Sanji, Zoro, Luffy y él en la habitación, Brook fue después, al parecer le tocaba hacer guardia... o algo así, no estaba seguro, no prestó mucha atención.

Luffy seguía reclamando su total atención, y él se mantenía inmóvil intentando contener la risa. No podía acabar como ellos, ellos eran... eran... no sabría expresarlo.

De repente, Franky y Robin desaparecieron de la sala. * Ni me he dado cuenta de que se hayan ido * pensó el ojigris.

 

- Oi, Mugiwara-ya... ¿tu no te cansas nunca? - le preguntó Law.

- ¡No! - Sonrió.

- ¿Tu no has... bebido nada? - continuó el supernova.

- Que va – respondió con su amplia y adorable sonrisa.

* ¿¡Desde cuando pienso que es adorable!? ¡Ay, dios, qué mal me sienta el alcohol! * se negó ese pensamiento a sí mismo.

 

De repente Sanji y Zoro empezaron a pelearse en voz cada vez más alta.

- Eh, tíos, si os vais a pelear hacedlo en cubierta, nosotros aún no hemos terminado de cenar... o lo que quiera que sea esto... una “pos-cena”, sí, eso. - dijo Law, que estaba visiblemente borracho. Podía pensar con relativa claridad, pero no hablar con total sentido. Hablaba como si pensara en voz alta.

- Tienes razón... buenas noches chicos - dijo Sanji, quien también estaba borracho, por no hablar del estado en el que se encontraba Zoro. Ambos salieron a cubierta con una botella cada uno.

 

Law y Luffy se quedaron solos. Luffy seguía sonriente, parecía que no pasase el tiempo para él. Llevaba con esa energía desde hacía por lo menos 4 horas. * Qué aguante tiene... me pregunto... * se dió cuenta de lo que acababa de pensar era demasiado tarde, su cara estaba completamente roja y su mente se repetía a si misma que borrara ese pensamiento ya mismo * ¿¡Qué demonios me pasa!?! Venga, Law, no te preocupes... es por el alcohol... no pasa nada... ¿o sí?*. Dudó durante unos instantes, pero al final... * Voy a arrepentirme de ésto, lo presiento, pero tengo que hacerlo *.

- Luffy, ¿quieres probar? Aún queda algo en esta botella, está bueno, es fuerte, pero está bueno. - dijo el ojigris.

- Mmmmm... ¡Vale! - respondió el Capitán con su amplia y característica sonrisa – Acto seguido, le dio un largo trago. De hecho, se bebió lo que quedaba, que era aproximadamente el volumen de un vaso de agua.

Law sintió cierta culpa, pero tenía curiosidad por ver al pequeño mugiwara en estado de embriaguez.

 

- Torao...

- No me llames, Torao, llámame Trafalgar.

- Torao, tengo hambre... - empezaba a notarse que el pequeño Mujiwara no estaba en plenas facultades, se balanceaba un poco.

Ignorando el hecho de que Luffy no le había escuchado, respondió - ¡¡pero si acabamos casi de terminar de cenar!!

- Pero tengo hambre...

- No tengo nada de comer, lo siento, Mugiwara-ya.... - el ojinegro puso cara triste y Law no se pudo resistir – Pero si quieres puedo quitar el candado que ha puesto Sanji en el frigorífico... - sonrió ligeramente al ver que la cara del Capitán se iluminaba.

quitó el candado sin ocasionarle ningún daño de forma que Sanji creyera que había olvidado ponerlo debido a su borrachera.

Luffy comía sin parar, y Law encontraba cierta satisfacción en verle disfrutar tanto con tan poca cosa. Era extraño, y eso le asustaba, ¿quizás se estaba encariñando? No podía permitirse algo así, era peligroso.

Law decidió irse a dormir, eso no iba a acabar bien, debía mantener la alianza con Luffy, pero no debía bajo ningún concepto considerar una amistad. ¡Eran piratas!¡Algún día tendrían que luchar uno contra el otro, ambos querían el One Piece!

 

Cuando Law iba a salir de la cocina, Luffy se le unió, él también iba a acostarse ya.

Llegaron a la puerta del camarote de los chicos.

- Buenas noches, Mugiwara-ya, duérmete, mañana será un largo día.

Luffy se lanzó sobre él y le abrazó por la cintura, quedando su cabeza a la altura del pecho el cirujano, lo que sobresaltó a éste último. - ¡Luffy... ¿qué?!...!

- Gracias, Torao, por ser mi nakama - respondió. Law no sabía que hacer, su pulso se disparó, y su cara enrojeció.

- Luffy, tu y yo no...

- Ya se que oficialmente no somos nakamas... pero me encantaría que te unieras a mi tripulación, que te unieras con toda tu tripulación si hace falta. - Se separó un poco del ojigris para mirarle, aunque seguía abrazado porque sino, probablemente se caería, estaba algo mareado por el alcohol– Siempre he querido tener un oso como amigo, ¿sabes?

- ¡Pero si tienes un reno, un ciborg y un esqueleto! - *mierda, me desvío del tema*- Tss... lo que quiero decir, Luffy, es... - En realidad no tenía ni idea de qué decir, y la mirada del ojinegro era muy penetrante, eso unido al alcohol que llevaba en sangre... no era bueno, no, no lo era.

*¿Sentimiento paternal...? ¿No considerar una amistad...? ¡Eso no tiene nada que ver con esto!*Law sin pensárselo dos veces, y sin estar siguiendo órdenes de su cerebro, besó a Luffy en los labios. Un beso intenso (sin lengua), porque fue sin previo aviso, ni siquiera él mismo sabía que iba a hacerlo, y mucho menos Luffy, que tenía los ojos como platos. Law cortó el beso y separó de él a Luffy.

- Bueno, Mugiwara-ya, es tarde, es hora de dormir~~~ - dijo terminando la frase con un poco de canturreo mientras lo empujaba dentro de su cuarto y cerraba la puerta.

Volvió al cuarto de invitados y se golpeó a si mismo en la frente con la palma de la mano repetidas veces. * ¿¡Qué cojones me pasa!? ¡¿He perdido el juicio o qué?! Ay dios...* se limitaba a pasearse de un lado a otro de la habitación, mientras respiraba acompasadamente intentando recuperar la tranquilidad. *Será mejor que me vaya a dormir, Luffy estaba borracho, seguro que al día siguiente no recordaría nada y todo estaría bien*. Se acostó y se durmió en seguida.

<<<<<<<<<<<<< FÍN DEL FLASHBACK>>>>>>>>>>>>

 

Chopper y Law se fueron a la enfermería, ya no eran necesarios en cubierta, y prefería estar cómodamente tumbado en una camilla mientras hablaba con Chopper, que seguir viendo a esa tripulación excéntrica hacer el tonto. Aunque habría preferido que Luffy estuviera con Chopper y con él.

 

Tras largo rato, Nami dio con tierra firme. Desembarcarían en poco tiempo. En cubierta se oían quejas de múltiples voces, así que Law y Chopper salieron a ver qué pasaba. Todos en un estado patético, muertos de sed, y dos de ellos con insolación. *Inconscientes* pensó para sí. Chopper decidió curarlos así que Trafalgar, intentando ser de ayuda, hizo un “Room”, levantó del suelo a Usopp y a Luffy y se los llevó flotando a la enfermería, mientras Chopper iba a su lado entusiasmado con su poder.

 

Una vez allí, en la gran enfermería, tumbó a Usopp en una camilla y a Luffy en la otra. Law se aseguró de encargarse él de Luffy y así Chopper se haría cargo de Usopp. Necesitaba saber si Luffy recordaba algo de lo que había pasado la noche anterior.

 

Chopper preparó unos paños con agua (de mar) fría para ponérselos en la frente.

- Chopper, ¿puedes ir a por mi abrigo? Creo que guardo algo importante en el bolsillo, está en la cocina - le comunicó Law a Chopper, con el fín de que le dejara “ a solas “ con Luffy. Chopper aceptó.

Usopp estaba allí pero estaba inconsciente, así que le daba igual. Se acercó a Luffy que si parecía consciente y le dio un toque en el hombro para despertarle.

- ¡Hola, Torao!

- Luffy, lo siento, no tengo mucho tiempo, ¿qué recuerdas de lo que pasó tras la cena de ayer? - el cirujano estaba nervioso, y eso era visible en sus ojos, iba a contrareloj.

- Pueeees.. comida... eso me recuerda que Nami está muy enfadada, pero tranquilo no te delataré hihi - le guiñó un ojo con complicidad, cosa que hizo estremecerse a Law - me diste a probar algo que estaba rico...

- Sí, sí, ¿¡y después de eso!? - interrumpió Trafalgar.

- ...Después... me acompañaste a la habitación - concluyó con una amplia sonrisa.

*Gracias a dios, no se acuerda.... Mmm ¿ por qué esta... ¡decepción!?...*

 

En ese momento Chopper entraba en la enfermería con el abrigo de Law. Quien fingía rebuscar en los bolsillos buscando algo. - Vaya, pues no está, no importa, no era importante, no se preocupe doctor. Continuemos con el tratamiento – comentó.

Pero fue difícil tratar con Luffy, en cuánto recuperó algo de vitalidad, se puso a hacer el tonto y Usopp, mejoró en seguida.

 

 

Finalmente, llegaron a la isla, y sus camaradas, excepto, Brook, Chopper, Usopp, Luffy y él mismo, desembarcaron y fueron a buscar provisiones.

Se pasó largo rato observando a Luffy mientras dormía, agotado por la insolación. Era una sensación tan... rara. *Supongo* . Inconscientemente acaricio uno de sus brazos. * Law, eres imbécil, es un hecho* se dijo a sí mismo.

 

 

El barco estaba en total tranquilidad hasta que notaron una maniobra rápida. Estaban en marcha de nuevo. 

 

 

Un par de horas después, Sanji les llamó para cenar. Law estaba completamente turbado. Las comidas eran jodidas batallas campales donde la comida volaba por los aires y si no tenías cuidado, una albóndiga podía dejarte ciego. Pero eso no era lo que le hacía estar así de ausente, era el hecho de que estaba empezando a sentir algo por Luffy, y no estaba bien, nada bien. Iba a tener serios problemas. Tenían que llegar a su destino lo antes posible, terminar el plan, terminar con la alianza y despedirse de Luffy hasta que volvieran a encostrarse, muy probablemente como último encuentro, para luchar.

De repente, Nami empezó a reírse de Law que estaba sentado al lado de Luffy. Trafalgar no entendía nada.

- ¿Trafalgar.-san, quieres que te cambie el sitio? - dijo la pelirroja entre risas, intentando contenerse.

- No... no hace falta... - respondió Trafalgar con su semblante perturbado. *Si fuera tan fácil*.

 

Al acabar, Zoro y Sanji se quedaron a fregar los platos, y los demás parecían estar en sus respectivos camarotes.

 

Al salir del comedor, Law se dirigió a la barandilla. Se quedó mirando al mar y a la luna. Era una luna creciente. *Mierda, me recuerda a la sonrisa del tonto éste* maldijo para sus adentros.

- ¿Trafalgar-san, - interrumpió la pelirroja desde detrás de él - se ha hecho un poco tarde, no vas a irte a dormir aún?

- No, gracias, no tengo sueño - respondió el moreno, aún pensativo.

- Esas ojeras no dicen lo mismo - respondió ella, divertida.

Él rió levemente - Estoy bien, son de nacimiento... no tengo sueño, acuéstate tú, si quieres me quedo a hacer guardia. - Nami accedió, y fue a acostarse.

 

Al parecer tendría que hacer guardia con Zoro, bueno, así no se aburriría tanto. Después de todo, era imposible que consiguiese conciliar el sueño.

Se recostó sobre la pared de la torre del barco, mirando hacia el mar, sentado en la hierba, con su nodachi a su lado. Unos minutos después Zoro llegó y se sentó a su lado.

 

- ¿A que no sabes quién me acaba de pedir que le entrene? - comentó con una sonrisa arrogante.

- ¿El cocinero? ¿Pero no se supone que os lleváis tan mal? - respondió el ojigris, que gracias a dios, consiguió distraerse de su principal problema.

- Así es, pero por lo visto, no tiene tanta fuerza en los brazos como quisiera... voy a meterle caña a ese cejas rizadas. No se va a poder mover en un mes.- respondió Zoro con la misma sonrisa arrogante.

- ¿ Cómo tengo que interpretar eso?

 

Día 1. Desde la perspectiva de Sanji y Zoro.

 

Sanji se despertó. Notaba un fuerte dolor de cabeza. La noche pasada había bebido. Mucho. Demasiado. Aún no sabía ni donde estaba. Abrió los ojos con dificultad, porque aún tenía sueño, pero algo le había despertado, una puerta al cerrarse, pensaba.

Notó bastante calor, no el suyo propio sino, calor humano. Se quedó paralizado cuando se dio cuenta de que estaba abrazado a alguien y deseó por todas las sirenas macizas del mundo que fuera Nami-San o Robin-chwan. * Si ésta es Nami-san... se le han endurecido y encogido los pechos...* pensó. No quería levantar la cabeza, porque sino vería quién era el dueño de ese cuerpo al que estaba abrazado, y que lo abrazaba de la misma forma. * Que no sea Zoro... que no sea Zoro... que no sea Zoro... * Levantó la cabeza y vio al peliverde durmiendo plácidamente. *¡Mierda! ¿¡Qué cojones ha pasado aquí?! * se sobresaltó, pero al notar que Zoro se movía, se quedó inmóvil. Si se despertaba ahora sería peor, tenía que desaparecer de allí cuando antes sin despertarle. No se lo pensó dos veces y se zafó de sus brazos en menos de un segundo. Fue un movimiento muy rápido, brusco y arriesgado; tan rápido, que las dos posibilidades eran que se despertara de golpe, lo cual no habría sido agradable, o que siguiera durmiendo al no haberse percatado. Funcionó, pero no tan bien como Sanji esperaba, porque al estar dos en la hamaca había estabilidad, pero cuando él se bajó, Zoro se quedó en el lado en el que estaba y la hamaca volcó. Zoro calló al suelo dándose un buen golpe y Sanji no sabía si reír o llorar, si se despertaba con eso tendría que inventarse una excusa... ¿Quizás empezar un nuevo pique sólo por que le “apeteció despertarle tirándolo de la cama”? Sonaba plausible teniendo en cuenta lo absurdo de sus discusiones habituales.

Pero no hizo falta, Zoro ni se enteró, seguía durmiendo como un lirón. * Maldito marimo, preocuparme para nada... *.

 

Seguidamente, se fue a la cocina, tenía que empezar a preparar el desayuno, cuando... ¡sorpresa, no hay comida!

- ¿¡Acaso olvidé poner el candado?! - lo encontró sobre la encimera, al lado del frigorífico - No está forzado... ¡Maldito Luffy, se lo ha comido todo! Aunque sí... debí olvidar ponerlo, porque sino él lo habría destrozado sin más... Tss... juraría que lo puse... pero con la borrachera que llevaba ayer... quién sabe... *Ajjj, qué dolor de cabeza*... ¡Espera, espera!¡No hay comida! - fue hacia la despensa - ¡Tampoco hay nada, esto lo gasté ayer en la cena, tss! Quizás no calculé bien... ¿Y agua..? - Buscó por toda la cocina, pero no había ni una sola gota de agua potable... ni sake!- *Lo del agua no creo que sea culpa de Luffy, creo que quedaba poca ya de por sí y ayer nos la acabamos... Ñe, pero le echaremos la culpa a Luffy, así Nami-Swan no se enfadará conmigo *

 

Se asomó a cubierta, y vio a Nami en la barandilla. Le comentó a gritos la situación y ésta fue a buscar a Luffy para darle una reprimenda. *En fin, está acostumbrado... Bueno, pues nada, no hay desayuno... *

 

Se sentó a la mesa y trató de recordar qué había pasado la noche anterior...

<<<<<<<<<<<<< COMIENZO DEL FLASHBACK>>>>>>>>>>>>

 

Con motivo de la alianza de Luffy y Law, y del triunfo en Punk Hazard, Luffy decidió hacer una fiesta (para variar). Parte de la tripulación, hacía una conga por el césped de la cubierta, todos tan contentos como siempre. Law, sin embargo, parecía no estar muy entusiasmado. *Tiene que acostumbrarse a que ésto es lo normal aquí * rió Sanji para sus adentros.

Preparó una suculenta y abundante cena, digna de una fiesta. Todo transcurrió con total normalidad. Y por normalidad, nos referimos a lo que es normal en éste barco.

Tras la cena, Sanji sirvió alcohol.

- Eh, marimo, ¿quieres sake? - dijo el rubio mostrando la botella que tenía en la mano.

- Sí – alargó la mano para cogerla

 

- Pues para tí no hay - Sanji atrajo la botella hacia sí y se sirvió un gran vaso.

- Estúpido cocinero, ¡dame mi botella!

- No, ésta es mía, vete a buscar una para ti – en realidad a Sanji le daba igual dársela, pero le gustaba picarle.

 

Continuaron el resto de la noche discutiendo sobre las cosas más simples que pueda haber. Ambos sabían que sólo era una excusa, les gustaba pelearse. Sanji ni siquiera estaba atento al resto de la tripulación, sólo oía un bullicio de fondo, que fue desapareciendo conforme aumentaba su embriaguez.

 

Nami-San estaba tirada encima de la mesa, parecía dormida. Brook intentaba verle las bragas por debajo de la mesa. *Éste tío tiene un problema* le dio una fuerte patada. Aunque Nami estaba borracha, y semiinconsciente, notaba que no sentía ningún interés, le parecía más entretenido discutir con Zoro. *Esto es raro... o no*. *No.. no es raro, es que es entretenido pelearnos, y no está bien aprovecharse de una dama. Eso es.* respiró hondo. Seguía discutiendo con Zoro, pero era él quién estaba hablando ahora. *Vaya, tiene los ojos verdes oscuros... ¡?¿Pero qué..?!¡Ésto sí es raro, tengo que salir de aquí!*

Le pareció oír algo sobre llevar a Nami-san a su camarote. Y se ofreció voluntario, era la oportunidad perfecta para llevarla, e irse a dormir. Pero Robin, con una expresión de lo más siniestra, se lo impidió. *No lo entiende, ¡tengo que salir de aquí sin levantar sospechas y a ser posible con una mujer que me distraiga!*

Robin encargó la comentada tarea a Chopper y a Usopp. Éstos no volvieron. Solo quedaban Franky, Robin, Sanji, Zoro, Luffy y él en la habitación, Brook fue después, al parecer le tocaba hacer guardia... o algo así, no estaba seguro, no prestó mucha atención.

 

Luffy estaba muy entretenido con Law, y Franky y Robin... en fin, ya se olía que entre ellos había algo casi desde Water Seven. De repente, desaparecieron de la sala. * Ni me he dado cuenta de que se hayan ido *.

 

Sanji había dejado de escuchar a Zoro, estaba absorto en sus pensamientos. De repente, Zoro le gritó - ¿¡Me estás escuchando, cara arroba!?-

Sanji se espabiló - ¿¡ A quién llamas tú cara arroba, cabeza de alga!? - cada vez gritaban más alto.

- ¡Nami, aún estando borracha, te habría rechazado, cejas rizadas!

Law les dijo que si iban a gritar que salieran fuera. Tenía razón, no había que amargarle la noche a nadie... ¡salvo al estúpido del espadachín!

- Tienes razón... buenas noches chicos - dijo Sanji. Ambos se levantaron mirándose con odio, cada uno con una botella en cada mano, y salieron a cubierta.

 

Se quedaron uno frente al otro, a unos 5 metros de distancia, mirándose con seriedad. O al menos eso intentaban, porque al estar tan borrachos, sus caras no eran las que ellos pensaban que tenían. Eran un intento de seriedad, intentaban poner la cara que ponen cuando pelean, pero era bastante más patético. Sanji había conseguido bastante estabilidad al poner las piernas abiertas en forma de triángulo, y se erguía recto, con la botella en la mano, preparado para pelear.

Zoro, desenvainó las katanas, e intentó hacer uno de sus ataques, pero perdió el equilibrio y cayó al suelo de bruces. Afortunadamente, no se las clavó. Sanji no pudo contener la risa y se tiró al suelo de rodillas mientras luchaba por no ahogarse entre cada carcajada. Zoro al ver reírse así a Sanji, y lo ridículo de la situación, comenzó a reírse también. Eran patéticos.

Sanji se arrastró a gatas hacia una pared del barco, y se recostó en ella mientras recuperaba el aliento y se le pasaba el ataque de risa. Zoro hizo lo mismo, dejando sus katanas en buen lugar, y recuperando su botella de sake. Se sentó junto a él.

- Marimo, qué vida tan triste... Trato a las mujeres como diosas, y ninguna me hace ningún caso... - Sanji había entrado en la fase depresiva de la borrachera.

- Puede que sea porque a todas las tratas igual - respondió el peliverde mirando hacia otro lado. Él aguantaba bien el alcohol, pero esa noche llevaba ya varias botellas y acababa de sobrepasar su límite.

- ¡Eso es bueno, las trato bien!

- Tss... Nunca te he visto realmente interesado en alguien, a todas ellas las tratas igual, no hay diferencia ¿no hay nadie especial para ti? - Zoro notó algo raro al terminar la frase. Una sensación.

- Ahora que lo dices... no lo sé... - Sanji dio un largo sorbo a la botella y se quedó cabizbajo. Pero no quería que la conversación acabara allí - ¿y tú? ¿No te gusta ninguna?

La pregunta pilló desprevenido a Zoro, con tan mala suerte, que el alcohol le actúo como suero de la verdad – No estoy... interesado en mujeres – respondió.

Sanji estaba atónito - ¿¡Eres gay!? - dijo en voz bastante alta, y Zoro hizo un gesto de guardar silencio. Venía alguien. En ese momento, Luffy y Law salieron de la cocina. Iban a acostarse ya. Ellos permanecieron inmóviles, conteniendo incluso la respiración con la esperanza de que no les vieran. Desaparecieron por el pasillo sin más. 

 

- Oi, no es nada malo, ni es para tanto, sólo que no lo voy diciendo por ahí, quiero privacidad, nada más – continuó Zoro.

- ¡No, no, tranquilo! No es malo, sólo que no me lo esperaba.... - Sanji notó algo raro, una sensación... había sentido lo mismo hacía un rato en el comedor, cuando se fijó en sus ojos verde oscuros. *Sanji, estás muy borracho, razón de más para no hacer ninguna tontería, vete a dormir. Nunca pasa nada bueno después de las 2 de la mañana* se dijo a sí mismo.

Zoro le miraba. La luna daba un tono blanco azulado a su pelo rubio, y sus ojos parecían más claros. Para ser sinceros, Zoro siempre había sentido algo por el cocinero, algo que ocultaba tras peleas absurdas, que venían muy bien para desahogarse y rebajar esa tensión sexual que lo mataba desde hacía tiempo. Pero en ningún momento pensó en decirle nada, después de todo, Sanji era el tío más ridículamente heterosexual que había conocido en su vida. Le ponía enfermo que tonteara con cada mujer que pasaba por delante, y ya no porque estuviera interesado en él, sino porque era cargante, era normal que todas le dieran calabazas.

Sanji notaba que le observaba, era tan... extraño. Quería mirarlo, pero sabía que si lo hacía no iba a pasar nada bueno. Sanji le miró, desobedeciendo a su heterosexual y borracho cerebro. Zoro vio en Sanji una expresión entre sorprendida, nerviosa, expectante y dudosa. Se quedaron en silencio durante... ¡quién sabe cuánto tiempo! A Sanji le parecía que el tiempo se hubiese detenido, era una eternidad, aunque apenas había pasado un segundo.

De repente, Sanji agarró a Zoro por la nuca y lo atrajo hacia sí, cerrando los escasos 20 cm que les separaban hasta ahora, y lo besó. Lo agarró autoritaria e impulsivamente, no aceptaba un no por respuesta; aunque no sabía por qué estaba haciendo eso.

Zoro no sabía que hacer, estaba en shock. Sanji introdujo su lengua en el interior de la boca de Zoro, y éste, se dejó llevar, ya que su cerebro parecía haberse fugado. Sanji lo besaba con lujuria, se aferraba al cabello de su nuca y lo apretaba contra sí mismo. *¡¿Qué demonios estoy haciendo?! ¡Joder, Sanji, que es Zoro!... pero... es tan agradable... ¡Al cuerno todo!* Sanji se sentó sobre las piernas de Zoro, aprisionándolo contra la pared, sin dejar de besarle.

Zoro no entendía nada, no sabía qué hacer, estaba entre la espada y la pared (literalmente hablando; la erección de Sanji empezaba a clavársele en el vientre) pero su cerebro parecía no responder debido a su borrachera, sólo se guiaba por sus sentidos, por el placer. Y éso que estaba haciendo ahora, era lo que el cuerpo le pedía. Empezó a besar el delgado cuello del rubio y éste se estremeció. Sanji le despojó de la prenda verde que vestía y comenzó a acariciar su cuerpo y a besarlo. Zoro empezaba a ponerse cachondo y lo abrazaba y lo besaba, succionaba la zona donde su cuello se unía al tronco, dejando unas marcas violáceas, y Sanji gemía de placer. No conseguían saciarse el uno del otro. Sanji mordía los pectorales y músculos de Zoro y los lamía, quería recordar ese sabor al día siguiente. *Espera,¡¿quieres recordar éste sabor mañana cuando se te pase la borrachera?! Sanji, ¿qué pasa contigo?, eres un gentleman, un ladiesman, ¿no?* se decía a sí mismo. *Lo soy, pero... ésto es distinto*. Zoro acariciaba los muslos de Sanji, desde las rodillas hasta la ingle, Sanji se estremecía al contacto con el espadachín. Su entrepierna ya rozaba con la de éste. Sanji comenzó a moverse de forma que se frotaran, y Zoro enloqueció, lo apretó contra sí y comenzó a realizar el mismo movimiento. Sanji gemía y eso encendía aún más a Zoro. *¿Y ahora qué?* pensaba Zoro *¡¿Me lo voy a follar?!*.

Sanji se separó un poco de él - ¿Has oído algo? - preguntó.

-No, ¿el qué? - contestó Zoro, intentando centrarse en la pregunta que acababa de hacerle su nakama.

- No importa - Sanji le besó, y comenzó a frotar con su mano el enorme bulto que había bajo el pantalón del peliverde. Éste seguía perplejo, pero excitado, muy excitado. Sanji se recostó sobre sus piernas y sacó el miembro de su compañero. Zoro se limitaba a mirarlo, no podía creerse que estuviera pasando. Acariciaba su pelo rubio, cuando, sin previo aviso, Sanji introdujo el miembro de Zoro en su boca, hasta el fondo. Ambos gimieron. Sanji lo lamía, succionaba, mordía, y Zoro sabía que no aguantaría mucho más. Tardó poco en correrse dentro de su boca, y éste se lo tragó.

- Ahora te toca a ti, cocinerucho - Zoro se levantó y le hizo levantarse, le empotró contra la pared, mirándole. Y empezó a besar su cuello, después bajó por su torso pálido y suave, definido y terso aunque no musculado. Cuando llegó a sus pezones, los lamió y succionó hasta que Sanji gimió tan alto que pensó que despertarían a alguien. Entonces, se puso de rodillas, a la altura de la erección del rubio, quien le miraba sonrojado y sudoroso, con la camisa y la chaqueta del traje abiertas. Lamió el miembro de su compañero, y después lo introdujo en su boca. Subía y bajaba a un ritmo desesperante para Sanji, quien le agarró del pelo y le hizo aumentar el ritmo, ayudado por su propio vaivén de caderas. Zoro se tragó la esencia de Sanji. Se puso de pié, a su altura, y lo miró a los ojos, agarrándole por la cintura, intentando no caerse, aún estaba bastante borracho.

- Con esto.... he liberado la tensión sexual de 2 años sin verte - le susurró con una media sonrisa arrogante.

Sanji, que seguía rojo, por el alcohol y por lo que acababa de pasar, lo besó. Se vistieron, y Zoro le cogió como si fuera un saco de patatas y se lo llevó a la habitación mientras Sanji reía en voz baja.

<<<<<<<<<<<<< FÍN DEL FLASHBACK>>>>>>>>>>>>

 

Al cabo de un rato, Chopper, Law, Nami, y Luffy estaban discutiendo algo sobre comerse a Chopper... o algo así.

Todos volvieron a sus actividades cotidianas.

*Madre mía... ¿¡qué hice anoche..!? Joder, joder, joder... Necesito un cigarrillo* Salió a cubierta y se apoyó en la barandilla. Se encendió un cigarrillo. *Mierda* Zoro estaba allí ejercitándose con una de esas macro-pesas de una tonelada, con su cuerpo musculado y sudoroso... *No sabía que el marimo iba a estar aquí... *. Mirar su torso desnudo, sólo empeoraba las cosas, la hacía recordar la noche anterior, que al parecer Zoro no recordaba... o al menos, nada había dicho al respecto, cosa que le ponía de los nervios. *¿Tan borracho estaba como para no acordarse? ¿O es que no le da importancia? Estúpido marimo* Se encendió otro cigarro, y apartó la vista de él.

Brook tomaba el sol.

- Brook, ¿qué haces tomando el sol? Si tu no puedes broncearte - le dijo el rubio entre risas.

- Sanji-kun, estás hiriendo mis sentimientos, yo también quiero broncearme. ¡Y querer es poder! - respondió muy ofendido el esqueleto.

 

Estuvieron charlando un rato, mientras Sanji se fundía la caja de cigarrillos en tiempo récord.

 

*Aún no me he peleado con Sanji en lo que va de mañana, qué raro...* - ¡Oi, cara diana! - Zoro no podía resistir la tentación.

No recordaba lo sucedido anoche, bueno, sólo hasta que se calló al intentar atacar a Sanji con las katanas aproximadamente. Pero algo había pasado, aunque no sabía con quién. Esa mañana se había despertado tirado en el suelo bajo su hamaca. Y tenía mordidas y chupetones por los hombros. Alguien se lo había pasado muy bien con él. Él era gay, así que descartó totalmente la posibilidad de que hubiera sido alguna de las dos chicas. Además, Robin se había largado con Franky antes de que el y Sanji se fueran, y era evidente que esos dos tenían algo. *Espera un momento, ¡¿fue Sanji?!* se quedó de piedra y casi se le cae la pesa de la impresión *No puede ser... Sanji es total y estúpidamente heterosexual... Pero espera, estábamos Law, Luffy, Sanji y yo en el comedor, anoche... puede haber sido cualquiera de esos, porque si hubiera sido antes de la “pelea” con Sanji, lo recordaría...* suspiró * Espero que fuera el cocinero*.

- ¿¡A quién llamas tú cara diana, cabeza de musgo!? - respondió Sanji con falsa normalidad. El marimo estaba actuando normal, quizás no lo recordaba realmente... *Mejor así, sí* se dijo, y continuaron con una discusión absurda de las suyas.

 

 

Hacía mucho calor, y Sanji ya se había fumado un paquete entero en pocas horas... tenía mucha sed. Cayó al suelo en busca de gotas de agua impregnadas en el césped, pero eran saladas *Maldito océano*.

Zoro también cayó. Estaba sediento y rendido, había hecho mucho ejercicio. Sanji veía a Zoro jadear, se sonrojó y se giró evitando que le viera.

Luffy y Usopp se les unieron, al parecer llevaban todo el tiempo intentando pescar algo, pero nada. Brook se levantó de la tumbona y se tiró con ellos.

- Brook, ¿qué haces? Si tu estás bien - dijo Zoro

- Yo me solidarizo, soy un miembro de la tripulación también, ¡hoy os dado a todos por marginarme! - respondió con convicción o ofendido.

Todos jadeaban y gemían pidiendo agua, pero Nami sólo les echó la bronca y les trató como a niños pequeños, como siempre. Zoro y Sanji tuvieron una riña de las suyas mientras permanecían allí tirados.

 

Después aparecieron Law y Chopper, a quienes Nami explicó todo. Se llevaron a Luffy y a Usopp.

Zoro mostraba su descontento, ¡él también quería atención médica, tenía sed!

Brook, intentó, una vez más ver las bragas de Nami, y Sanji le golpeó sin siquiera levantarse.

 

Una hora después, llegaron a la isla donde cogerían lo que necesitaban, y Nami comenzó a repartir tareas.

- A veces parece cómo si ella fuera la capitana realmente... - susurró Zoro a Franky.

- Sí, y a mí personalmente me da más miedo que Doflamingo... - Respondió el peliazul, y Zoro asintió seria y discretamente.

- Os he oído, idiotas - Zoro y Franky tragaron saliva - Y vosotros, junto conmigo, iréis a por agua, mucha agua.

Después, Nami y Zoro mantuvieron una discusión sobre comprar sake. Nami, Zoro y Franky emprendieron el camino. Zoro y Franky murmuraban cosas en contra de la “tirana”, como ellos mismos decían. Zoro aprovechó para escaparse por su cuenta en un momento en el que Nami se paró en un puestecillo. *Qué suerte que sea tan materialista* pensó.

Caminó callejeando y se perdió, para variar. Cuando de pronto se encontró con un mercado, era su día de suerte. Compró el agua e intentó volver al punto de encuentro, pero se perdió más aún y acabó en una plaza, al menos había una fuente. Bebió un poco de ella y se recostó allí un rato. *Ya me encontrarán, siempre lo hacen* y se echó una siesta.

 

Mientras tanto, Sanji y Robin habían iniciado también su camino. Sanji estaba un poco ausente, pensaba en Zoro. En lo agradable que había sido estar así con él la noche anterior, ¡a pesar de que él tenía muy clara su sexualidad! Pero Zoro era... la excepción. De hecho, lo era desde hacía más tiempo del que él quisiera.

Robin notó su preocupación, pero consiguió convencerla de que estaba bien.

En seguida, compraron la comida. Pasaron por una biblioteca-librería, y Robin se empeñó en entrar, y claro, Sanji es incapaz de decir que no a una hermosa mujer. Se supone que debía esperarla en la puerta, que sólo tardaría un momento.

 

Una muchacha joven se acercó a Sanji y le preguntó dónde estaba el mercado al que curiosamente acababan de ir ellos, y Sanji, sabiendo que estaba muy cerca, le propuso acompañarla cargado con todo el cargamento de comida a la espalda, porque no iba a dejarlo allí a que lo robaran. Una vez llegó, se encontró con un montón de amigas de la muchacha y ella les explicó lo fuerte que era Sanji, que cargando con todo ese peso de comida a la espalda la había acompañado para que no se perdiera, sin conocerla siquiera. Todas estaban entusiasmadas con él, y Sanji estaba al borde del colapso y de una hemorragia nasal masiva.

De repente, apareció el novio de una de las muchachas, celoso, muy celoso, y avisó al resto de novios de éstas. Empezaron a perseguirle, Sanji había recibido órdenes de Nami-San de no meterse en problemas, no iba a luchar, tenía que correr.

Mientras lo hacía, se dio cuenta de que le faltaba fuerza en los hombros, le empezaban a doler, eso era porque había centrado su entrenamiento en la fuerza de la piernas. Recogió a Robin que le esperaba delante del local algo nerviosa y corrieron hacia el punto de encuentro, hacia el que iban sus nakamas también. Subieron al barco y zarparon antes de que pudieran detenerles. 

 

Nami pidió explicaciones, y Robin le echó la culpa a Sanji, que en el fondo, era verdad.

Franky se acercó a Robin y le dijo algo en voz baja, después se fueron. Sanji se fue a preparar la cena por orden de Nami-San, y Zoro fue a ducharse con agua de verdad.

 

Cuando terminó de ducharse, se puso una toalla a la cintura y aún empapado, se dirigió a la cocina. Su idea era poner nervioso al cocinero, así sabría si había sido él el autor de las marcas que recorrían su cuerpo, las cuales no estaba ocultando para nada. Es más, casi presumía.

Entró, y encontró a Sanji cocinando.

- Marimo, la comida no está, así que lárgate.

- No vengo por eso... - murmuró en un tono sensual.

Sanji volteó para mirarlo y comenzar una pelea, pero no esperaba encontrárselo así - Zo-Zoro... ¿Qué...Qué haces así? ¡Vístete, exhibicionista! - y se giró a continuar con sus cosas.

Zoro se acercó a él y se puso justo detrás, lo que hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Sanji. Sanji pensó que lo iba a empalar allí mismo, pero no hizo falta. Zoro se quedó de piedra cuando vio parte de un chupetón en la nuca de Sanji. *¡Fue con él!*

Sanji se giró para mirarle, porque se estaba poniendo nervioso en ese situación.

- ¡Fuiste tú! - dijo Zoro sorprendido.

Se había acordado - ¿¡Qué!?¡¿Qué dices, marimo?!¿¡Por qué iba yo a hacer nada hentai contigo!? ¡¡¡Soy hetero!!! - respondió nervioso.

- Yo no he dicho nada de hacer cosas hentais - dijo el peliverde en voz baja mientras esbozaba una sonrisa tanto lasciva como arrogante.

*¡Mierda, Sanji, qué gilipollas estás últimamente!* - ¡Marimo, fuera de mi cocina! ¡YA! ¡Y TÁPATE DE UNA VEZ! -

Empezaron una de sus peleas de siempre. Zoro salió de la cocina y fue a vestirse.

 

 

-¡Ya está la cena! - gritó Sanji desde la cocina.

La cena transcurrió con normalidad. Sanji y Zoro discutían y se peleaban. Zoro no hacía más que hacer alusiones al tema sexual y Sanji se ponía muy nervioso y le mandaba callar. Pero nadie les prestaba atención.

Law parecía tener la cabeza en otro planeta.

 

 

Al acabar, Sanji le pidió a Zoro que se quedara a fregar los platos. Era sólo una excusa, quería hablar con él.

- Marimo, quiero que dejes el tema de antes – sonó muy tajante.

- ¿Te avergüenzas? - preguntó algo dolido el peliverde,

- No es eso, es que yo soy hetero, no gay, fue un desliz de borracho, y ya está. No va a volver a pasar. Y no quiero que vayas contándolo por ahí.

- No soy un genio pero juraría que eso se llama avergonzarse. - se hizo el silencio. Ellos seguían lavando y secando platos.

- Marimo

- ¿Qué? - respondió, algo irritado.

- Quiero que me entrenes - respondió Sanji algo avergonzado.

- ¿Qué? - Zoro no entendía.

- Hoy he descubierto que estoy en baja forma respecto a mis hombros, mi espalda y mis brazos. No pretendo que sean armas de combate, no pueden sufrir daño, los necesito para la cocina. Pero... necesito más fuerza, hoy me ha costado cargar corriendo con el cargamento de comida.

Zoro rió - Hahahaha, cara arroba, eres un caso hahahaha nenaza

Sanji empezaba a arrepentirse de haberle hecho esa propuesta.

- Vale, lo haré. Mañana por la mañana en la torre. A las 10, no faltes - respondió con seriedad.

Sanji sonrió para sí. Todo iba bien. “¿Todo... iba... bien?”

 

 

Terminaron lo que estaban haciendo y Sanji se fue a dormir. Zoro, en cambio, tenía que hacer guardia.

Se encontró a Law en cubierta, al parecer tenía que hacer guardia con él.

- ¿A que no sabes quién me acaba de pedir que le entrene? - comentó el peliverde con una sonrisa arrogante.

- ¿El cocinero? ¿Pero no se supone que os lleváis tan mal? - respondió el ojigris algo ausente aún.

- Así es, pero por lo visto, no tiene tanta fuerza en los brazos como quisiera... voy a meterle caña a ese cejas rizadas. No se va a poder mover en un mes.- respondió Zoro con la misma sonrisa arrogante.

- ¿Cómo tengo que interpretar eso?

 

 

 

EXTRA:

Día 0. (01:30 am) Perspectiva de Brook:

Salió del aún bullicioso comedor, sin saber que aquella guardia sería de lo más divertida.

A Brook le tocaba hacer guardia, una de las cosas más aburridas que podían hacerse en ese barco, pero no era nada comparado con pasar 50 años solo en un barco errante.

Se sentó en el peldaño más alto de la escalera que iba a la torre. Desde allí tenía una vista magnífica del océano y del barco.

De repente, vio a Franky y Robin saliendo del comedor con cuidado, escabulléndose entre risitas. *Qué romántico, Robin-chan y Franky* “sonrió” *Tocaría una canción, pero me he dejado el violín en el cuarto...*.

Los mencionados desaparecieron por el pasillo, para más tarde ir a bañarse al acuario. * Son demasiado empalagosos...* Brook agudizó la vista; y de repente, abrió mucho los “ojos” - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LAS BRAGAS DE ROBIN-CHAN!!!!!!!!!!!!!!!!! - gritó, y salió volando dejando un rastro de hemorragia nasal, para caer en el césped.

Volvió a subir a su puesto una vez se había recuperado de la impresión. Pero vio que ya no estaban allí *Se habrán ido a hacer cosas de adultos* - Yohohohohohohooooo~~~~~~

Poco después oyó salir a Sanji y Zoro, iban a pelearse, cómo no. Pero en lugar de eso acabaron haciendo cosas hentais. *¡Por las bragas de Cindry-chan! ¡Zoro y Sanji-kun! ¡Debemos de haber entrado en el Triángulo de las Bermudas porque esto es un suceso paranormal!*. Brook vio que estaban dándolo todo y deseó no estar allí en ese momento. -¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Qué no soy un mirón! ¡Iros a un motel!!!!!!!!!!!!!!!!!! - gritó desde su sitio, y luego se escondió.

Después, por una ventana vio a Law y Luffy que iban a dormir *Me pregunto si irán a dormir juntos o separados estos dos...* suspiró *Ésto parece la marina...*.

CONTINUARÁ...

 

 

Notas finales:

Bueno, espero que os haya gustado, a pesar de lo largo que es... :s


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