CAPITULO 1 – NUEVO COMIENZO
Creo que nunca había visto esa expresión en la cara de mis padres...
- No - me dijo rápidamente mi padre, cruzando los brazos en muestra de rechazo.
- N-Naruto...amor mío... - de verdad pienso que mi mama no pensaba de una forma mala...de hecho tenía en su cara la misma sonrisa dulce, pero...mi padre jamás, pero jamás me dejaría concretar este sueño.
Escuche un estruendo en la puerta de entrada de mi casa, empecé a rezar...si... ¡lo hice! Mágicamente me vino la reza a la cabeza...rezaba para que no fuera mi hermano que hubiera entrado a los besos con su novio, Sasori...
Me pregunté si ese día podría ver una nueva expresión en mis padres, bien peor a la que me regalaban en esos momentos...
Mi padre se levantó del sofá donde se hallaba sentado y se dirigió a la gran puerta de la salida del salón.
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El sonido de una bofetada se escuchó, haciendo que mi mama corriera hasta la entrada de la casa, la misma acción que yo hice, no es que quisiera ver la desgracia de mi hermano pero...la curiosidad me corroía el miedo.
Llegue y no podía creer lo que vía, mi papa con la mano ligeramente levantada, mi hermano en el suelo con los ojos aguados y con la mano izquierda en la mejilla roja siendo abrazado cariñosamente por su novio, y mi madre intentando controlar la situación.
- ¿¡Primero un hijo que quiere tener una Pastelería y ahora un fenómeno?!
- Mi-Minato... - mi madre le llamo a mi padre, que la miro con molestia.
- ¡Kushina esto es todo culpa tuya! ¡Los mimas demasiado! ¡Para tener hijos así, adoptaba para que no fueran de mi sangre! - tal vez mi papa estaba con la cabeza caliente...pero enserio que dolía... - ¡No quiero fenómenos en mi casa! - «¿Qué...? ¿Espera...? Papa está... ¿abandonando mi hermano...?»
- ¡No! - grité con desesperación, mi hermano era todo para mi... ¡siempre me estuvo cuidando!
- S-Si lo abandonas, ¡¡yo igual salgo de casa!! - dije en un impulso, sin pensarlo dos veces.... «Bueno, pensar no es mi punto fuerte...?»
- ¡Pues vayan se los dos! Ya no puedo soportar más desilusiones - «¿Somos desilusiones...? ¿Cómo puede ser tan frío...?»
- ¡Minato! - le llamó mi mama - ¡Estas tomando decisiones de cabeza caliente! ¡Son tus hijos!
- Infelizmente solo de apariencia. - nos dio la espalda y se fue siendo seguida de nuestra madre después de se disculpar por nuestro padre.
- ¿Naru...? - me llamó mi hermano, levantándose del suelo con la ayuda de su novio.
- Nii-san, ¡quiero abrir una Pastelería...! - le mire a los ojos azules de mi hermano, que sonrió ofreciendo la mano a su novio igual sonriente...por lo menos ellos...no me juzgaban...
Después de hablar por un tiempo, decidimos viajar...viajar para bien lejos! Lejos de papa, lejos de obligaciones... ¡En algún lugar donde podríamos ser felices!
- Dejaremos de ser Namikaze... - dijo mi hermano con algo de tristeza...aunque lo estemos dejando todo, fue con esta familia, esta casa y todo lo demás que crecimos....
- Nii-san... ¿que seremos? - le pregunté.
- Uzumaki... Uzumaki Naruto y Uzumaki Deidara. Utilizaremos el apellido de mama, que no es tan conocido, además… Papa nunca nos autorizaría a utilizar el apellido Namikaze de esta forma, y mama nos dijo que podríamos utilizar el de su familia que no es muy conocido…
Papa nos dio un día para que saliéramos de casa, en ese tiempo que paso no nos dirigió ni una palabra, me dejo algo triste...
- ¿Lo tenéis todo...? – nos pregunto mi mama, con tristeza y cariño en su mirada.
- S-Si… - me limite a responder, no soy un cobarde pero…tenía muchas ganas de llorar y no quería dejar mi mama preocupada.
- Madre… gracias por todo… ¡te queremos! – veía como mi hermano abrazaba fuertemente el cuerpo esbelto de mi mama, esta sonriendo levemente y derramando lagrimas de sus orbes anilles.
- Dei… nunca escuches lo que las personas hablan… eres quien eres y eso no cambia… eres lindo, amable… - le beso la frente - Apoya a Naru… - le susurró.
- Si… - sentí la voz de mi hermano temblar.
- Naru… - me llamó mi mama al ver mi cara… «¿E-Estoy…llorando? No yo… yo no era para…»
- N-no yo… bueno… etto… - el llanto empezó y mi mama me abrazo con sus cálidos brazos, los extrañaría…demasiado…
- Amor mío… Por favor… nunca desistas de tu sueño… se feliz… - me beso igual la frente y se alejo agitando la mano en forma de despedida… ¡una despedida que tendría un reencuentro!
Nos dispusimos a abandonar esa casa, llevando una porción de dinero ahorrada por Deidara y Sasori, y otra porción regalada por nuestra madre…
- ¿El chico es menor de edad no es verdad? - nos pregunto la señora del aeropuerto, haciendo que mi cabeza asintiera sin realmente pensarlo.
- Así es, yo tengo 24, mi hermanito 17 y mi novio 26 - dijo Deidara sonriendo tomado de la mano de su novio.
Deidara estaba por hacer los 25 años y yo solo haría 18 en Octubre, siendo aun menor de edad.
- Oh...podéis embarcar señorita - dijo la señora, haciendo salir una vena de mi hermano.
- ¡Soy un chico!! - grito golpeando con el puño en el balcón.
- ¡N-nii-san!! - le agarre del brazo, intentando llevarlo de allá para que no nos miraran más de lo que ya lo hacían.
- Ya ya - dijo con molestia, empezando a caminar.
Nunca había andado de avión, así que tuve demasiados ataques de alegría...demasiados... Siiii... Bueno...mi hermano tuvo que taparme la boca para que parara de hablar...y me dejó algo puto...
- Tierraaaaaaaaa - grite al salir del avión.
- Solo falta que beses el piso - río Sasori.
- ¡¡En eso estaba pensando!! - dije bajándome para besar el tan amado piso.
- ¡NARUTO! - me gritó mi hermano agarrando me de los cabellos.
- ¡¡AH AH AH!! - «¿Acaso el loco se olvida que tiene una fuerza de los demonios?? ¡¡ME DUELEEEEE!!! ¡¡Y Sasori-san se rieeeee!!!»
- Sasori no te rías - le golpeó la cabeza y me soltó de los cabellos haciéndome caer.
- Oh! Una araña... – «¿¿Q-q-que?? ¿¿Donde??»
- ¡¿¡DONDE!?!
- Ahí mismo, en tu cabello – me señaló mi cabellera rubia.
- ¡KYAAAAAA!
- ¡CALLAOS! ¡¡Todos nos miran!! - dijo mi hermano nos golpeando, mientras yo sacudía todo mi cabello rubio.
- Ja ja ja ja!!! - Sasori lloraba de tanto reír... «¿¿De qué demonios se ríe??»
- Ja ja ja - mi hermano se empezó a reír igual que Sasori... «¿Pero qué demonios? Ah.....¡¡¡ahhhh!!! ¡¡Mi cabello!! ¡¡Parece los pelos de la cabeza de los leones!! ¡¡Noooo mi reputación!!»
- Señoritos… por favor guarden silencio – dijo un señor apuesto después de acercarse a nosotros – Están haciendo mucho ruido. – se alejo dos pasos, formando una sonrisa en su cara.
- Disculpe – se disculpo Sasori, llevándonos hacia afuera.
Nos dirigimos hacia afuera y sentí mi boca abrir por la sorpresa.
- Nii-san… ¿donde es esto? – pregunte muy sorprendido, al ver la gran ciudad donde estábamos.
- ¡Francia! – gritó, ganándose la atención de todos en la calle.
- ¿¡Francia?! – me sentí desmayar… de verdad… ¡de verdad estaba a un paso de concretar mi sueño…!