Minhyun supo que era algo especial cuando se dio cuenta que no solo le gustaban las mujeres sino que también los chicos, y que jamás lo vio como algo raro ni se cuestionó ni odió, solo descubrió a lo largo de su vida que aquello no era muy bien visto por el resto del mundo, por lo que calló y guardó aquello en su corazón.
Gustó de muchos chicos y chicas, pero jamás fue lo suficientemente valiente para ir y confesarse porque no creía que era una persona muy atractiva para otros. Había escuchado varias veces que los chicos hablaban a sus espaldas sin siquiera conocerlo, y las chicas parecían demasiado tímidas para acercase y entablar una conversación. Con eso en mente, fue una persona muy solitaria.
Su sueño era la música, siempre amó ver cómo otros cantaban o tocaban instrumentos. Cuando era muy pequeño aprendió a tocar el piano, pero como aquello no fue algo constante, lo olvidó con el tiempo. Aunque aquello no pareció perdurar en el tiempo, sí lo hizo su pasión por el canto, y cuando se dio cuenta que tenía talento para ello, no dudó en soñar que algún día sería un cantante famoso.
Cuando cumplió los quince años ya no era una persona solitaria sino que se había vuelto bastante popular. Los profesores lo querían, tenía amigos, las chicas se le acercaban, por lo que no todo fue una vida solitaria...aunque poco gozó ese momento de su vida porque un día sus amigos le dijeron que formara parte de un casting, y su vida estudiantil se vio frustrada por algo que realmente quería hacer, por su verdadero sueño.
No todo fue feliz, su primer día como trainee fue confuso porque lo único que sentía era miedo en vez de esa emoción que creyó que sentiría. Al ver a sus compañeros su nervio aumentó, viendo que todos eran muy atractivos. Una mezcla de miedo, emoción, ansias, nervio, se presentó al verlos. El chico Ren lucía como un muñeco de porcelana; luego cuando vio a JR su vista no pudo apartarse de esa hermosa sonrisa; y finalmente, Baekho, quien hizo que su nuca se calentara. Amaba a los hombres extremadamente masculinos y que lucían fuertes, por lo que su impresión de Baekho fue una definitivamente buena. Al resto de los chicos los conoció luego, pero el CEO cuando llegó ya tenía planeado quiénes debutarían, que serían esos tres chicos y él.
Minhyun suspiró. Los chicos eran agradables, pero en esos dos meses de estar ahí se había dado cuenta que entre los tres ya había una conexión poderosa. JR, que se había enterado que era el que llevaba más tiempo ahí, era el más sociable de los tres, al menos con él, porque no creía que los otros no lo fueran en general, solo que con él aún no había esa complicidad. Luego de enterarse que los chicos llevaban más de dos años conociéndose, parecía una tarea perdida, por lo cual comenzó a relacionarse un poco más con el resto, pese a que de vez en cuando el CEO le recordaba con quiénes debía formar más vínculo.
Un mes más tarde llegó un nuevo trainee, ese momento creyó que su corazón se detendría por completo. Si bien el chico no cumplía con ninguno de sus estándares: no era musculoso, ni tan masculino, definitivamente el modo en el que miraba, como un tanto asustado, confundido, le hizo recordarse a sí mismo algún tiempo atrás. Su carita de cachorro era algo que te invitaba a acariciar su cabeza...aunque aquello tendría que quedar tan solo en un pensamiento porque imaginaba que el otro saldría corriendo si hacía algo así.
El chico, que se presentó como Aron, lo hizo en un pobre coreano, lo que intrigó más aún a Minhyun, que luego de algo de atención, oyó que Aron no era coreano sino que de estado unidense, lo que le hizo tener sentimientos encontrados al darse cuenta que sería una misión imposible acercarse a él para iniciar una conversación.
Un mes estuvo mirándolo a la distancia, hasta que un día reunió el valor para intentar algo, lo que fuera. Lo primero que salió de su boca fue "puedo ayudarte", a lo que Aron levantó la vista como intentando procesar lo que había dicho, y esta vez Minhyun lo repitió un poco más lento, lo que hizo que Aron ladeara el rostro y por primera vez Minhyun vio esa sonrisa que lo hacía lucir como un cachorro torpe, un cachorro que él quería para él.
Minhyun cada día iba enamorándose más de Aron, porque cada cosa que hacía lo hacía ver divertido, torpe, especial, distinto al resto de los chicos. Darse cuenta de que todos tenían mucha personalidad menos Aron le dio una oportunidad para acercarse más y más, ya que lo que Aron parecía necesitar era confianza y ayuda. Con esto, Minhyun se sintió seguro que podría conquistar su corazón.
Los meses pasaron y ambos eran cercanos. Aron había estado aprendiendo coreano mucho más rápido gracias a Minhyun, por lo que Minhyun se dio cuenta que Aron lo buscaba más y más, no porque estuviera enamorado de él, pero porque necesitaba ayuda y estaba agradecido de él.
Cerca de su debut, Minhyun decidió confesarse. Era extraño que en tan poco tiempo de conocer al otro sintiera esto, pero era algo inevitable, eso era lo que se había recordado muchas veces al mirar al otro y darse cuenta que solo al observarlo sonreía. Era amor, y el amor era inexplicable.
Esa Minhyun no reunió el valor suficiente para decir lo que su corazón escondía, pero pronto lo haría...definitivamente lo haría.