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Momentos. por Bitter

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Notas del capitulo:

JongKey 

Un mal día…

 

Si, eso es lo que he tenido hasta ahora, yo sabía, sabía que hoy no debía salir de mi cama por la mañana, de partida por que tuve una pesadilla horrible, horrible, en donde era gordo y  se me caía el cabello,  sentí alivio que al despertar y mirarme en el espejo  que siempre mantengo en la mesita de noche, seguía siendo tan perfecto como siempre, luego, en cuanto me levanté de la cama mi dedo pequeño del pie fue a dar con la punta del escritorio,  me queje dramáticamente por unos minutos, luego intenté continuar mi día, en teoría a las 15.00 tenía que reunirme con mi madre y el tiempo comenzaba a escasear. Cuando organice mis tiempos mentalmente, decidí que lo mejor sería comenzar con un baño, cuando entré y comencé a tomar la ducha, que ilusamente creí me mejoraría el día, noté que el gas del calefón se había acabado ¡Genial! Obviamente, no me bañaría con agua fría ¿Qué clase de bestia podría bañarse en invierno con agua fría? Llame al operador quien me “ilusiono” con que tardarían quince minutos en llegar,  quince minutos… llevo más de una maldita hora esperando y el mal parido ni luces… miro la hora, luego la ducha… luego ellas me miran… y nos desafiamos intensamente… 

No sé en que momento me llené de valor, pero ya estoy  tiritando como polluelo recién salido del huevo bajo esa helada agua ¡Mierda! De seguro y agarro un fuerte resfriado. Cuando al fin salgo de esa tortura y comienzo a maquillarme frente a mi amado (y a veces odiado) espejo, las descubro… un horrible par de ojeras… y un horrible grano que amenaza con salir. ¿Qué carajo es todo esto? ¿Alguien me estará haciendo brujería? Corro por toda la casa en busca de una cinta roja para atar en mi muñeca, si, si sé que eso es sólo funciona con los bebés… pero ¿Quién sabe? En fin, luego de todos los malditos percances de la mañana, logro reunirme con mi madre, claro, llegué un poquitin tarde… (Entiéndase  más de media hora…)

 

Luego del clásico regaño de mi madre de por como me visto, que es demasiado color para un chico, que el rosado me deja más ambiguo, que debería buscar una novia bonita, que ando muy desabrigado, que va a llover y bla, bla, bla… asiento sin pronunciar palabras, sólo rodeo los ojos, no vale la pena pelear con ella una vez más por mis preferencias, es mejor dejarla hablar y hablar… en fin.

 

Me despido de ella luego de una hora y media de torturas y me entrega un sin fin de paquetes y bolsas "para que te alimentes bien, cielo” dice sonriendo, aunque estoy seguro que debió haber dicho "Para que te quiebres los brazos cielo” Esas endemoniadas bolsas, de seguro hay como 20 kilos ahí, salgo con pesar del café, y adivinen… como mi suerte es tan maravillosa, nótese la ironía, esta lloviendo, si, mi madre es bruja y presagio la lluvia, la muy desgraciada ya se fue, calentita en su auto,  bueno, yo decidí vivir solo,  tengo que ser responsable, tomo las bolsas, y miro con desprecio el cielo, que sólo me devuelve la mirada con miles de gotitas que hacen mierda mi perfecto maquillaje, suspiro, ya no hay nada que hacer… camino hasta la parada del bus, que con este horrible peso se siente lejísimos.

 

Creo que los taxis desaparecieron el día de hoy, sólo pasan buses, uno tras otro y ni si quiera me sirven, hasta que al fin y veo la luz al final del túnel, ok, no tanto como eso, pero si, viene el bus, lo haga parar con mi mejor sonrisa, y recibo a cambio un baño de lluvia… No paro, ni si quiera bajo la velocidad, es más la aumento, y creo que hasta la intensifico cuando paso junto a mi, dejando todo mojado con esa horrible mezcla de lluvia y barro que corría por la pavimentada calle.

 

Es oficial, en lo que va de año, este ha sido el peor día. Me resigno totalmente, nada puede ser peor, mi maquillaje estropeado, mi cabello sucio y sin volumen, mi carísima ropa arruinada, mis brazos muertos, mi nariz sorbetea a causa del frío. Y si, las cosas pueden ser peor, llega una pareja al mismo paradero que yo, una melosa pareja, los miro diciéndose palabras de amor, besándose escandalosamente, el protegiéndola del frío bajo el lindo paraguas que comparten y yo aquí, solo, quizás todo hubiera sido más fácil si hubiera nacido chica, pero no, era un chico, era gay, y estaba solo en el mundo baja esa horrible lluvia y nadie cargaba esas pesadas bolsas por mi. Ya, quizás estoy siendo muy dramático, pero esto es lo que siempre provoca la lluvia en mi, todo, todo es más gris.

 

Al fin subo el bus llega y para, aunque lo melosa parejita sube conmigo, genial, seguiré siendo espectador de su adorable felicidad, pff, la gente me mira con lastima al pasar, ¿Y quien no? Hasta yo me miraría con lastima, me veo fatal. Me siento en lo último. Y noto que la chica de la pareja postal no era chica, era un chico, uno muy bonito y con cabello largo por cierto, y su novio con cara de idiota no dejaba de mirarlo con una estúpida sonrisa de idiota. Eso me hizo sentir más mal aún, ahora lo envidiaba, envidiaba su suerte,  mordí mi labio intentando no llorar, esto me estaba resultando muy frustrante. Todo parecía ir en mí contra el día de hoy. Además hay un idiota sentado de frente a mí que no deja de mirarme, debe estar sintiendo lastima de lo patético que me veo, infeliz.

 

Al fin y llego al paradero de mi casa, el bus abre sus puertas y yo bajo veloz, tan veloz que sin querer golpeo una de las bolsas con el peldaño, lo ignoro y camino un poco, hasta que veo como todos los tarros de conserva comienzan a rodar calle abajo, los miro alejarse, miro las gotas de lluvia que se hacen más intensas y todo el estrés y la frustración del día parecen resumirse en ese minuto. Me importa un carajo la lluvia, los paquetes, el que sólo me falte una cuadra para llegar, ahí mismo, me despido de lo último que me quedaba de orgullo o dignidad y comienzo a llorar a mares, escandalosamente, dejando las bolsas que aún sostenía en mis manos caer a mis costados, al tiempo en que yo caía de cunclillas también.

 

¿Un mal día? – Y una vocecita me saca de mi sufrimiento. Miro hacia arriba y un aburrido paraguas negro me protegía de la lluvia – Te resfriaras si sigues ahí.

 

¿Y a ti que te importa? –Si, soy grosero, pero no pueden esperar mayor amabilidad el día de hoy. Por única respuesta se encogió de hombros. No lograba ver su rostro y la idea de que fuera un delincuente me comenzaba a asustar- ¿De donde diablos saliste?

 

Te veías realmente mal en el bus y cuando noté que tu bolsa se rompió y no traías paraguas pensé que quizás necesitaras algo de ayuda. – Resuelto, y un con un molesto sonido de optimismo o algo parecido en su voz.

 

¿En el bus? – Se inclino a mi altura y noté que era el chico de antes, ese que me miraba con lastima, genial, ahora causaba compasión en un idiota con ojos de cachorro.

 

Soy Kim Jonghyun – Su molesta sonrisa ¿Es que había algo para sonreír el día de hoy? No espero que le contestara con mi nombre. Simplemente, tomo mis bolsas, me entrego su paraguas y comenzamos a caminar. – Cierto, no se donde vives. – Y una molesta (pero agradable) risa salio de sus labios.

 

Tonto, es por aquí – Me apego un poco a él, no se piensen mal, es sólo que el tonto ojos de puppy se iba mojando por cargar mis bolsas y bueno me sentí culpable.

 

¡Oye! No soy tonto –dijo inflando las mejillas – Bueno quizás si, pero un tonto lindo. –Y el descarado acompaño eso de un guiño.

 

Yo también soy lindo ¿sabes? Bueno, realmente lindo es poco, sólo que hoy la naturaleza ha sido tan envidiosa conmigo que ya vez… soy un desastre. – Si, me estaba justificando, pero es que no quería que pensará que era una cosita fea cubierta de barro.

 

No creo que seas un desastre, creo que tienes los ojos más interesantes y astutos que he visto en mi vida – Mis mejillas ardieron ¿Eso era un cumplido?

 

Bueno, llegamos – Dije indicándole mi casa, entro las bolsas y  ahora se despedía de mi.

 

Espera…- me sentía tonto, ni se por que lo hacia. – ¿Quieres beber un café? Tengo torta también, digo, como agradecimiento.

 

Claro que si – Y sus ojos brillaron, yo sólo sonreí cortés, claro. (Y me sentí feliz de que quisiera quedarse un momento).

 

Aún mojados por la lluvia, sin desabrigarnos nos sentamos a la mesa, al parecer tenía hambre, yo comí lento, creo en parte por que me dedique a analizarlo, era lindo,  era fuerte, pero lejos, su mejor característica eran sus ojos, sus lindos ojos lleno de brillo, de alegría, de curiosidad…

 

¿Ocurre algo? –dijo sonriéndome, me sentí torpe al verme descubierto.

 

No, no, nada- 

 

No me dijiste tu nombre-

 

Kim Kibum, puedes decirme Key –

 

¡Bummie! –

 

¿Eh? –

 

Bummie, te llamare Bummie –

 

Eso suena a nombre de mascota, además el que tiene cara de perrito en busca de cariño eres tu “Puppy” –

 

¡Dios! que malo eres, luego de que hasta te ayude – Se veía tan condenadamente lindo cuando inflaba sus mejillas – Aunque no me molestaría ser tu puppy.

 

Bobo –

 

Hmm~  Ya es tarde, será mejor que me vaya o ya no encontraré bus. –

 

Pero esta lloviendo mucho. –

 

Si… -

 

Recién te conocí –

 

Si… -

 

Hmmm ¿Quieres pasar la noche aquí? – A penas dije eso, sentí mis mejillas arder y tus mejillas enrojecer. –

 

¡Que rápido eres Bummie! – Y ambos nos largamos a reír, me sentí realmente aliviado de cómo relajaste esa situación tan incomoda.

 

Digo, que duermas aquí, o que te quedes aquí, podemos jugar o platicar. – Repuse aún con algo nervioso. Y un estornudo salio de mí.

 

¿Te resfriaste? –

 

Hmmm creo –

 

Deberías ir a bañarte y ponerte ropa seca –

 

Si, tienes razón, quedas como en casa, no robes nada, grabe tan bien tu cara en mi mente que con una descripción mía y te encuentran –dije entre broma y verdad.

 

Aigoo, a poco y parezco delincuente. –repuso sonriendo.

 

Me duche con agua tibia, no como en la mañana. Me puse mi pijama rosa, calentito, ahora por fin me veía bien otra vez, mi cabello bien acomodado, era yo. Aunque dada la hora que era no me puse maquillaje. Hasta que recordé que tenía visita y que llevaba más de una hora en la ducha ¿Y si se fue? Salí de prisa y lo busque. Pero ya no estaba.

 

Me senté junto la salamandra, y suspire, por que aunque sólo lo había conocido un par de horas atrás, su presencia me daba una sensación de bienestar y felicidad. Realmente me hubiera encantado conocerlo más, pero recordé que era un mal día y que aunque ese fuera el amor de mi vida (Ya, lo sé otra vez exagero) No podía terminar bien.

 

Aigoo… realmente te gusta llorar ¿cierto? – Me sobresalte al verlo junto a mí.

 

Yo, yo –

 

Ya Bummie, tranquilo – Y con una suavidad inesperada de él, me abrazo, muy, muy tierno.

 

Pensé que te habías ido –

 

¿Entonces llorabas por mí? ¿Ya te conquiste llavecita linda? –

 

Tonto, en tus sueños ¿O crees que sigo en edad de creer en el amor a primera viste? –

Yo aún creo, es más lo puedo confirmar –y estampo un sonoro beso en mi perpleja mejilla. – Toma –dijo entregándome un vaso de limonada caliente. –Estaba en tu cocina, preparando esto, aunque me temo que quedo muy ácida, es primera vez que preparo una. –Bebí un poco, estaba perfecta ¿Así que estaba en la cocina? ¿Cómo no pensé en eso antes? Sentí su mirada sobre mi, no sonreía pero sus ojos si.

 

¿Ocurre algo? ¿O tanta belleza te enceguece? –

 

Humilde –sonrió- realmente, lindo es poco…

 

Un silencio incomodo nos rodeo… Sabía que era lindo, bello, perfecto, todo mundo me lo decía, pero que él me lo dijera me causaba una ¿horrible? Sensación de nuditos (o mariposas para los más románticos) en mi vientre. Lo mande a tomar un baño y deje ropa, la que me quedaba un poco más suelta, claro. Se veía muy bien, aunque los pantalones le quedan algo largos, sonrío aún con el cabello húmedo. Creo que más que bien, se veía sexy, me sonroje por mis propios pensamientos.

 

Platicamos hasta mediada noche, la lluvia caía insistente afuera, hasta que la luz del mal se corto, sólo nos iluminaba la suave luz de la salamandra. El viento soplaba, así como un fantasma buscando una casa, o eso siempre había pensado.

 

Odio la lluvia – comente.

 

A mi me encanta –

 

Estas loco –

 

Quizás me entiendas luego. –

 

Y nos quedamos otra vez en silencio, viendo como las llamitas bailaban de vez en cuando. Quiero mirarte, lo intento, de reojo, veo que tu también estas mirándome…

 

Tus labios son tan…. Dulces, perfectos, adictivos… No me canso de besarlos, no sé en que momento fui a parar bajo tú cuerpo, a decir verdad  tampoco me importa, lo único realmente necesario para mí en este momento, es este divino contacto… ¿Quién dijo que la suerte se acaba a media noche? Estúpidas princesas, lo mejor viene después…

 

No soy un chico fácil, no, es sólo que Jonghyun tiene algo… o hay algo que me dice que tendré la vida entera para conocerlo luego y que hacerlo ahora o mañana, es sólo cuestión de tiempo… se que hoy es la primera de muchas más noches… madrugadas, lo que sea.

 

Con dificultad, entres besos y caricias desvergonzadas nos levantamos de la suave alfombra de la sala, dejando atrás la salamandra acogedora que nos acorralo hasta ese momento. Llegamos a mi cuarto, y mientras te abrazo le enseño la lengua al escritorio que vaticinó mi horrible comienzo de día.

 

Tú dulzura en el trato que tienes conmigo es un contraste con tu apariencia fuerte, con tu espalda ancha y tus brazos de infarto… Termino de sacar con dificultad la playera que antes te preste y sospecho que mis ojos delatan la emoción que siento al tocarte, al admirarte… Haces lo mismo conmigo, y a pesar de estar desnudo para ti, no siento pizca de frío. Tú calor me envuelve y me llena, mis gemidos se mezclan con la fuerte lluvia que cae fuera y tu respiración acelerada chocando contra mi oído me hacen perder la noción. Sacas con rapidez mi bóxer y cuanto te siento apoderarte de mi entrepierna, no aguanto mucho sin acabar en tu deliciosa boca. Comienzas a prepararme, casi podría decir que con amor, pero para quien se conoce en una noche amor es una palabra muy grande, aunque quizás tengas razón en lo del amor a primera vista… Introduces otro dedo más en mi, provocando que vuelva a excitarme más  si es que eso es posible, pero con tanta humedad que ha dejado mi resiente acabada y la de nuestros cuerpos sudados no se te hace para nada difícil., naturalmente esta es no es mi primera vez, pero se siente diferente… te necesito… y te lo haga saber, te introduces lento en mi, sonríes y yo te correspondo… pero no puedo esperar más y me siento sobre ti… y un “Te quiero completo ya, Kim Jonghyun” escapa de mis labios… Sonríes y aceleras… cada embestida es un delirio… Entierros mis uñas en tus hombros y devoro tu cuello sin compasión, tomas mi miembro y lo comienzas a masturbar con fuerzas… acabo por segunda vez, otra vez antes que tú. Mi tibia esencia entre nuestros vientres. Un poco más y acabas tú también… Aún sentado sobre tus piedras, contigo dentro de mi, llenándome, me besas, cerrando el pacto de amor que nuestros cuerpos acaban de firmar. Recargo mi cabeza contra tú hombro… Y suspiro feliz… con suavidad te recargas hacia atrás, llevándome contigo, saliendo de mi, me tomas con fuerte con una de tus manos y con las otras nos cubres con las gruesas frazadas… “El que ahora no sientas frió no quiere decir que luego no lo sentirás” dices sonriendo, besas mi frente y yo me aferro a ti, quedándome dormido.

 

Realmente no fue un mal día… Había conocido al perfecto desconocido que cambio mi día… y quizás cambiaría también mi aburrida vida.


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