Hace ya 20 minutos o más que, para Kyungsoo, las luces de las calles de Seúl no iluminaban lo suficiente. A cada paso que daba se le hacía más difícil el camino. Más oscuro. Más eterno. Con la mirada fija hacia delante, la gran luna llena siguiéndolo e iluminándolo. El peso de su mochila se hacía presente, el sonido de su respiración cada vez más fuerte y el inquietante sentimiento de miedo, lo invadía por completo.
‘’Dudo que alguien me siga por tanto tiempo’’
Con estas palabras se intentaba calmar, aunque no lograban del todo su objetivo. Alguien lo seguía, eso estaba claro. Pero ¿Quién?, ¿Por qué? Son cosas que su mente no lograba entender.
Cada vez los pasos de aquella persona se escuchaban más cerca de Kyungsoo e incluso podía escuchar como este susurraba frases las cuales, Kyungsoo, no podía entender a causa del miedo.
Solo faltaban 2 cuadras para llegar a su departamento. El miedo seguía consumiéndolo, pero de repente, aquella aterradora persona se detuvo. Kyungsoo creyó escuchar como aquella persona se reía. Su risa era ronca. Era un hombre. Se decidió a darse vuelta para descubrir quien era esta persona. Pero no alcanzó a hacerlo, esta persona pasó por su lado con una sonrisa en su rostro. No era una sonrisa maliciosa o burlona, más divertida e incluso inocente. El tipo se alejó cada vez más de donde estaba Kyungsoo y dobló en una esquina contraria a la dirección del departamento de Kyungsoo.
Por fin consiguió llegar a casa, nunca antes había sentido tan enorme paz al entrar en ella. Se fijó en la hora, 1:36 am, e inmediatamente se dirigió a su habitación y tomo un pequeño diario que estaba sobre una mesa de noche. En una línea del cuaderno anotó:
Sábado 13 de Abril, 2013. 1:36: Llegué a casa luego de que un tipo me persiguiera por casi media hora.
A continuación guardó el cuaderno en uno de los cajones de la mesa de noche y se puso su pijama, pues ya no le quedaban fuerzas para seguir en pie. Ni siquiera se cepilló los dientes antes de acostarse. El cansancio y el sueño se notaban en sus ojos.
A pesar del sueño, no logró dormir. Pensó en todo lo que le había pasado aquella noche. En aquel tipo. Recordó que era alto, más alto que él. Usaba una chaqueta negra, jeans negros también y un Jockey de color azul marino en su cabeza.
Notó algunos rasguños en las manos de este. Frescas. Quizá una pelea reciente. Quizá era un tipo de mala leche que solo quiso asustarlo un poco. Sabía que juzgar a una persona de tal manera no era muy lindo de su parte. Pero probablemente nunca más volviera a ver a aquel tipo, así que poco le importó el hecho de haber estado juzgando a una persona que solo había visto una vez.
Quizá nunca volvería a ver a este tipo. Quizá toda esta infernal caminata solo había sido una falsa alarma. Quizá olvidaría esta historia en unos días. Quizá.