-¡NO DEJARE QUE TE LLEVES A MI SANJI TAN FACILMENTE!-grito un encolerado pelirrojo mientras le hacía frente al espadachín de la tripulación-
Todo había empezado desde que Zoro les había anunciado a la tripulación su relación con el cocinero, un par de días más tarde luego de que se le hubiese declarado. Entendía los motivos de Sanji para pedirle un poco de tiempo para hablar con Chibuki ya que, a pesar de todo, ambos habían crecido juntos y era lo mínimo que merecía.
Por más que le pesara, el peli verde sabia que de estar en su lugar estaría tanto o más destrozado y si se hubiera enterado de que el amor de su vida tenía una relación con otro unas horas después de haber terminado, lo habría matado. O eso, había pensado hasta hace un par de horas…
Luego de que el espadachín le hubiese revelado a los demás sus sentimientos por el rubio el pelirrojo, quien estaba a tan solo unas mesas de distancia de la suya, se paro y se encamino hasta donde estaba Zoro, pegándole un puñetazo que lo pillo desprevenido y lo mando a volar unos metros más allá.
Ninguno de los chicos entendía la reacción de Chibuki, inclusive Sanji quien, asumiendo toda la culpa de aquel asunto, había hablado con el mucho antes de que ellos lo hicieran con su tripulación. El oji verde tomo con algo de fuerza el brazo del rubio, arrastrándolo hacia la salida a pesar de las protestas de todos los presentes.
Sanji gimió por el dolor cuando sintió que Chibuki hacia más presión en su muñeca, sintiendo como un sonido más que desagradable se hacía sentir. Al parecer, su hueso había acabado roto…
El rubio intento detener a su amigo quien, ignorándolo monumentalmente, siguió empujándolo hacia la salida del hotel hasta que fue el propio Zoro que se interpuso entre ambos. Sanji escondió su mirada bajo su flequillo, intentando ocultar las furtivas lágrimas que escapaban de sus ojos por el dolor que le provocaba aquella herida y la tristeza de verse tratado de esa forma, como un muñeco, por quien siempre había considerado como un hermano mayor…un chico que había sido su modelo y lo había protegido en sus peores años, pero que ahora lo había herido de la forma mas vil y dolorosa que nunca había sentido…
…dañando sus manos y su corazón, sus sueños y su alma…y para peor, no podía defenderse…
Su corazón no permitía herir a aquellos que tanto quería, ni siquiera conseguía pelear con Zoro desde que este se le había declaro y, justamente aquello, ahora le había pasado la factura…
-¡SUELTALO, MALDITO BASTARDO! ¡NO LO TRATES COMO SI FUERA UN JUGUETE!-le había respondió el peli verde completamente enfurecido, logrando separar a Sanji del pelirrojo con una certera estocada que le había hecho un tajo bastante profundo en su brazo-¡SANJI!-exclamo asustado al ver que este caía al suelo, intentando frenar sus lagrimas mientras la zona de su muñeca izquierda se amorataba y se hinchaba cada vez más a cada segundo-
-Du…duele Zo-Zoro…-susurro este entre sollozos, dejando que su novio lo cargara y lo dejase con Chopper para que lo revisara-
El peli verde frunció el ceño mientras envainaba su katana, poniéndose en posición de pelea sin ninguna arma más que sus propios puños. Sabía que tanto Sanji como Chibuki habían sido alumnos de Zeff, pero que ambos se habían perfeccionado en distintos ámbitos del combate cuerpo a cuerpo.
El rubio había aprendido a pelear solo con las piernas, mientras que el pelirrojo luchaba solamente con sus brazos. Ambos lograban hacer una dupla estupenda a la hora de un combate, pero no se comparaban con el poder que lograba alcanzar cuando peleaba él con el cocinero…
-¡¿ACASO TUS CELOS TE CIEGAN TANTO QUE NI SIQUIERA TE HAS DADO CUENTA DEL DAÑO QUE LE HAS HECHO A SANJI?!-le grito mientras le golpeaba en pleno rostro, mandándolo esta vez a volar- ¡NO DEJARE QUE NI TU NI NADIE VUELVA A HACERLO LLORAR, ANTES TE MATARE YO A TI!- siguió golpeándole repetidamente, recibiendo uno que otro golpe del pelirrojo sin inmutarse- porque Sanji es mi damisela en apuros, y yo soy el príncipe que la rescatara. Mientras que tu eres tan solo el malo de la historia que muere al final…-le dijo con convicción, logrando sonrojar al rubio al recordar la conversación que habían tenido en su cuarto días atrás-
Siguieron golpeándose, recibiendo y esquivando los puñetazos a velocidad vertiginosa. Chibuki logro conectar un poderoso golpe en la frente de Zoro mas este, sin llegar a moverse, recibió el impacto de lleno que creó un cráter de unos diez metros de diámetro, lamiendo la sangre que bajaba de su herida por todo su rostro.
-será mejor que te rindas, Roronoa…-le dijo este al moreno, golpeando fuertemente su estomago y logrando que casi callera al suelo-en el combate cuerpo a cuerpo no tienes ninguna posibilidad ante mí, y no parare hasta acabar contigo y llevarme a Sanji luego de que te mate-susurro con arrogancia, pateando la espalda del chico y estrellándolo contra el suelo-
-te dije que Sanji no era ningún trofeo, cabrón-le escupió sangre en el rostro, mientras se levantaba lentamente-quizás tengas razón y en combate cuerpo a cuerpo no sea precisamente bueno. Pero cierto cocinero me enseño que la fuerza no lo es todo y me ayudo a mejorar…-sonrió levemente al recordar aquellas tardes en que Sanji se la había pasado entrenándole en combate cuerpo a cuerpo, mientras que el mismo fortalecía sus brazos con las pesas del peli verde. Ambos se habían ayudado mutuamente a mejorar en sus falencias y, gracias a eso, junto con Luffy se habían ganado el apodo del ahora “Trío Del Infierno”- ¡NINGUN HOMBRE QUE ESTE ENAMORADO SERIA CAPAZ DE DAÑAR A LA PERSONA QUE MAS QUIERE!-
Todos los presentes abrieron los ojos ante tal verdad, sin poder creer que aquellas palabras tan llenas de convicción y realidad habían salido de la boca del peli verde; de aquel hombre tan tosco y rudo que hasta hacia tan solo un par de semanas se reía irónicamente de la palabra amor.
Sin dudarlo un segundo mas, el peli verde le propino a Chibuki el golpe más fuerte que pudo, dejándolo inconsciente casi al instante y arrancándole un par de dientes en el proceso. Jadeo unos segundos mientras respiraba con dificultad, acercándose hasta donde se encontraba Sanji y le abrazaba con fuerza.
El rubio correspondió aquel contacto con dulzura, limpiando con un borde de su camisa la sangre seca que permanecía en su rostro. Cerró los ojos, dejando que Zoro lo acunara en sus brazos mientras tomaba su brazo izquierdo y besaba la zona herida con delicadeza.
-¿Qué tan grave es, Chopper?-le pregunto al renito, con un tono más que preocupado en su voz-
-solo es una pequeña fisura en el hueso, pero esa zona es muy sensible y provoca bastante dolor-le respondió este, mientras limpiaba y vendaba la cabeza del peli verde- en una semana estará como nuevo, no te preocupes-
Zoro suspiro aliviado, mientras cargaba al dormido rubio hasta su habitación del hotel lo más rápido que podía, escapando de la peli naranja y de sus gritos de molestia ante el desastre que había causado y que, seguramente, tendría que terminar pagando. Recostó al rubio en su cama, sonriendo al ver que este despertaba poco a poco y le daba un suave apretón con su brazo bueno, pidiéndole silenciosamente que se quedara.
-¿Cómo te sientes?-le pregunto en voz baja, sentándose a su lado y acariciando su cabello con delicadeza-
-bien, no es nada Zoro-respondió en un susurro, relajándose ante aquellas caricias-¿y el…?-
-Chibuki está vivo, pero si vuelve a venir a molestar dudo que vuelva a contenerme-le contesto entre risas, recordando el estado en que le había dejado-aunque claro, con los dientes que le volé no creo que pueda seguir presumiendo de guapo jajajaj-
Ambos rieron unos minutos ante el comentario del peli verde, mientras que este se acostaba al lado del rubio y lo abrazaba de forma protectora. Se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía del otro hasta que el rubio decidió hacer una pregunta que le traía dando vueltas en la cabeza desde hacia tiempo.
-¿con que tu damisela, eh?-rio levemente, recordando las palabras que había dicho el peli verde durante su combate-
-sí, tu eres la damisela en apuros que este príncipe verde siempre protegerá-respondió solemnemente, sin poder evitar acompañar la risa del cocinero- ¿algun problema con eso, mi dulce princesa?-
-claro que lo tengo, sabes que no soy una chica-inflo las mejillas, pegándose al pecho del moreno- me costara acostúmbrame a esto…-
-pues acostúmbrate-rio entre dientes, correspondiendo el abrazo-Te amo, Sanji…-
-yo también te amo, mi príncipe verde…-susurro el cocinero con cariño, volviendo a dejarse llevar en un nuevo y apasionado beso-
¿The End?