Era un espléndido día de primavera en Tokio, pero dos amigos se enfrentaban a una tragedia más allá de sus pesadillas… comenzaba un nuevo ciclo de clases en la facultad estatal de ciencias. Caminando hombro con hombro como solían hacerlo desde el jardín de infantes avanzaban lentamente entre la multitud retrasando todo lo que podían su regreso a las aulas.
-nee haru
-mhuumm
-¿te gusta alguna chica de nuestro grupo?
Haruka Tamaki hasta ese momento concentrado en mover sus pies sin tropezar se detuvo abruptamente para mirar a su acompañante
-a que viene esa pregunta yuu?
-es que estaba pensando…
-vaya, el mundo no deja de sorprenderme. Tú, pensando-dijo intentando distraer al voluble Yuuki
-hey! No digas tonterías, sabes que mis resultados en los exámenes son siempre superiores a los tuyos… pero lo que quería decir es que desde hace tiempo que no me presentas a nadie, siempre salías con las chicas más guapas en secundaria y preparatoria y te encargabas de restregarlas por mi cara, ¿no hay nadie que llene tus expectativas?
Haruka miro de reojo a su mejor amigo, si tan solo el supiera que había alguien que había alguien que mantenía cautivo a su corazón desde hace mucho. Se quedó pensando en cómo había descubierto por qué aunque saliera con las mujeres más hermosas jamás estaba satisfecho. Recordaba perfectamente aquella tarde donde después de salir juntos de aquella fiesta se habían peleado Yuuki Otome evitaba siempre que podía la compañía de más de tres seres humanos, de por si era una persona bastante inquietante, lo había arrastrado a la fiesta de cumpleaños de una de sus noviecitas y con tanto alcohol en la sangre Haruka se había acostado con la mejor amiga de la chica, la verdad no sentía nada especial por ninguna de las dos, así que realmente no entendía la reacción de Yuu. Los encontró en la azotea del edificio, contra una muralla de concreto, molesto por la interrupción Tamaki le había gritado que lo dejara en paz… pero la expresión de Yuuki lo dejo helado, no era sorpresa, sino algo más, creyó ver furia, desilusión y también deseo en sus ojos.
-Eres una mierda Haruka- dijo su mejor amigo y lentamente se dio la vuelta y los dejo a solas en techo con su nueva adquisición.
Termino lo más rápido que pudo y fue a buscarlo, pero no lo encontró por ningún lado del edificio. Salió a la calle y lo llamó, bien sabia el que Otome enfadado era peligroso consigo mismo, su móvil estaba apagado y no le quedó más remedio que buscar por la cuidad, no estaba en su departamento ni en el propio, tampoco donde sus familiares, ni en sus lugares favoritos, otra cosa que no entendía de él, ¿cómo alguien podía pasársela de maravillas en la biblioteca pública, el museo de arte contemporáneo, librerías de manga, cafés de jazz llenos de humo de puro?, bueno si él fuera normal seguro no sería tan interesante ser su amigo, busco en el centro y en bares pero no lo halló. Cuando ya se asomaba el sol por cayó en la cuenta de que desde que eran pequeños que Yuu se arrancaba de casa para ver el amanecer desde el parque de Sakura. Lo vio sentado en la baranda de un pequeño puente dándole la cara al sol naciente, se veía tan sereno mientras el viento arremolinaba su cabello y hacia flotar pequeños pétalos a su alrededor. Se apoyó a su lado y guardo silencio. Fue el propio Yuuki quien rompió el silencio después de unos minutos.
-¿Ya acabaste?
-¿Por qué te fuiste?
-¿Por qué me contestas con preguntas?
-idiota, estás haciendo lo mismo- el silencio se extendió nuevamente pero Haruka no sabía que decir.
-te gusta vivir así verdad- Tamaki sólo lo observo animándole a seguir- todo impersonal, no dejas entrar a nadie en tu corazón y usas a las personas para satisfacerte, eso es lo que buscas, a alguien que siempre espere y jamás cuestione o pregunte.
-eso no es así Yoki.
-Yoki… hace años que no me llamabas así
-sólo no he encontrado a nadie salvo a ti que me interese mantener a mi lado.
La mirada de Yuuki se fijó en la de Haruka, solo él tenía la capacidad de hacerle perder los estribos, le hacía ser vulnerable, hace años que ya había comprendido que las chicas no eran lo suyo y sintió mucho miedo cuando se encontró a si mismo observando a su amigo de la infancia como algo más.
-volvamos a casa sensual idiota- dijo saltando de la baranda
-¿idiota? Sé que soy sensual pero la idiotez es nueva- eso genero una pequeña carcajada por parte de Yuuki
-eso está mejor Yoki, le sienta bien a tus ojos marrones sonreír.
Caminaban en silencio por calles casi desiertas a esas horas, cuando de pronto sintió el rugido de un motor, Yuuki que tenía un sentido del oído muy agudo se percató de inmediato que el automóvil estaba acelerando en su dirección, dio una rápida mirada y vio al volante al hermano de la novia de Haruka, en una fracción de segundo envolvió a Haru con su propio cuerpo y se preparó para el inevitable impacto. Sintió un ruido sordo luego como sus cuerpos volaban y giraban, todo era negro, solo el pánico de sentir el cuerpo de Haruka soltarse de sus brazos persistía pero al impactar con el concreto todo pensamiento racional desapareció.
Llegaron a su salón de clases donde reinaba el típico alboroto de estudiantes intentando impresionar a otros por sus vacaciones, se sentaron en silencio y la mente de Haruka siguió vagando por sus recuerdos.
Sintió los brazos de Yuuki rodeándolo fuertemente y luego los faros del coche lo segaron, el sonido… ese sonido sordo siempre se presentaba en sus pesadillas, el impacto lo recibió su mejor amigo que lo cubrió como una manta, volaron por los aires y sintió como los brazos de su mejor amigo perdían su fuerza y lo soltaban lentamente, con pánico intento sujetarlo pero se le escapó de entre los dedos, lo vio caer en el concreto, sin ser consciente de que el mismo se dirigía en picada hacia la acera, recuerda perfectamente el chasquido que hizo su cabella al impactar un pilar luego el dolor punzante de sus huesos rotos, giro su cabeza para ver a Yuuki que se encontraba a varios metro de él sangrando por la frente, estiro su mano en un Angulo que parecía amorfo, mientras su visión desaparecía.
Luego eran sólo fragmentos de conciencia, el sonido de la ambulancia, la voz de un paramédico que lo alentaba a despertar, el dolor que sentía cuando movían su cuerpo, recuerda que en la ambulancia abrió los ojos y vio en otra camilla a su lado a Yuu parecía estar durmiendo plácidamente, luego se abandonó a la oscuridad. Durante el tiempo que durmió experimento la famosa experiencia de ver tu vida pasar frente a sus ojos, era como estar otra vez ahí pero en modo automático, en cada recuerdo estaba Yuu, todos sus recuerdos eran de Yuu…
Ahí estaba el presentándonos en el jardín de niños, compartiendo con él su comida, ayudándole a limpiar las heridas de sus rodillas después de una tarde de juegos. En primaria leyendo para el los libros de la escuela, dándole obsequios para navidad y cumpleaños. En secundaria jugando juntos en su habitación algún videojuego, la cena, los fines de semana. En preparatoria siempre a su lado por más que lo molestara… y ahora repetía una y otra vez el que lo rodeara con su cuerpo para protegerlo. Siempre había sido Yuuki, y ahora lo sabía.
-hey! Despierta, ¿cuándo te dignarás a abrir esos estúpidos ojos negros que tienes? Ya me aburro de tanto hablar solo, además te estas poniendo flaco… despierta por favor.
Oía como la voz de Yuuki se quebraba y se hacía más irregular ¿estaba llorando? ¡Joder! Jamás lo había visto llorar, Otome el señor de acero, quien siempre lo regañaba por llorar cuando eran pequeños y se caía mientras jugaba, quien hasta el día de hoy lo golpeaba por llorar con las series de anime y películas. ¿por qué lloraba?, solo se había dormido por unas horas, pero entonces… ¿Por qué no podía despertar?
-Yuuki… ¡Yuuki!- gritaba en su interior, sólo en ese momento se había dado cuenta que su cuerpo no respondía a lo que su mente ordenaba- ¡Yuuki! Ayúdame… por favor… Yuuki- concentró todas sus fuerzas para poder mover sus manos. Todo parecía inútil. Sentía nuevamente como se alejaba la voz de su amado Otome-¡maldito idiota! Deja de llorar estoy aquí…- entonces sintió algo muy suave rozando sus labios, ¿es que acaso él…? Luego sintió cálidas gotas de agua en su rostro, no, lágrimas, lágrimas que brotaban de esos ojos color caramelo, seguro el flequillo siempre demasiado largo caía por su rostro pálido y suave. ¿Por qué no lo tocaba más seguido? Entonces sin hacer ningún esfuerzo sintió como la luz le quemaba los ojos.
-¡Haruka! ¡Enfermera! ¡¡Enfermera, joder, mueva el trasero!!
Una risilla se le soltó en medio de la clase al recordar la primera vez q había oído a Yuuki hablarle así a una mujer. Le miro concentrarse nuevamente en un grueso libro de biología
-nee, Yoki…
-déjame leer, un momento-dijo alzando solo un poco la voz- ¿yoki?
-te amo
-¿qué? ¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?
-¡Señor Otome si no está interesado en el funcionamiento del PCR por favor retírese!-dijo el profesor.
-si… lo siento mucho. ¡Sígueme bastardo!- dijo Yuuki y se levantó para salir del aula
Haruka lo siguió por el campus sin decir nada para detenerlo, caminaron a través de la zona de fumadores, el gimnasio y las primeras áreas verdes, llego al linde del bosque y siguió caminando, se detuvo abruptamente haciéndolo chocar contra su espalda.
-auch! Avísame cuando te detengas
-¡¿Por qué dijiste algo como eso?!-dijo con los puños a los lados de la cadera, rojo como una fresa.
-jajaja, espera un momento déjame verte así, no es algo de todos los días ver al hombre con temple de acero descontrolarse de ese modo.
-¡deja de joder conmigo! Eso no es algo para tomar a la ligera
-no hago ninguna de esas dos cosas. Ese, amigo mío, es el punto.
-¡eres un idiota!-Haruka cayó en la cuenta sólo ahora, que quizás Otome nunca lo había visto de esa manera, sintió miedo, miedo de ser rechazado.
-Yuuki, escúchame por favor…
-¡no! ¡No lo haré! Seré nada más que otro trofeo para ti, será como aquella vez con esa chica, ¡te acostarás conmigo pero te iras cuando encuentres un culo mejor! ¡No! ¡No estoy dispuesto a eso aunque te amé desde hace años!
-espera, no será así, yo te amo, no te haría eso.
-¿de verdad lo crees? Piensa la respuesta por favor, serás capaz de dejar de un día para otro lo que has venido haciendo desde hace años, ayer, mierda ayer estabas jodiendo con una puta que encontraste en un bar…
Entonces Haruka vio como la realdad lo golpeaba en el rostro. Yuuki tenía razón, que debía cambiar y ser mejor para merecer su amor.
-respóndeme Haruka- no hubo más que silencio y eso fue una respuesta más que suficiente para Yuuki- mientras no seas capaz de cambiar no te vuelvas a acercar a mí- entonces Yuu unió sus bocas sólo por un momento se permitió gozarlo, enredaron sus lenguas. Cuando se les acabo el aire Yuuki dio media vuelta y se fue.
-Yuuki… espera…- intento seguirlo pero sus piernas eran gelatina y su mente le decía que Yuuki Otome tenía razón.