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Falta amor por NeSLY

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Notas del fanfic:

 

BAP y sus integrantes, no me pertenecen. Solo los utilizo para crear un pequeño mundo aparte, donde jamás harán nada de lo que mi loca cabeza imagina xD

 

Falta Amor

Capítulo Único

 

 

Esa canción está sonando otra vez, le duele la cabeza de nuevo, y sus párpados pesan igual que las últimas mañanas desde que ella se alejó, el anillo de metal, que aún tiene grabado su nombre, parece más pesado cada día. Himchan ya no recuerda la última vez que comió, ni la fecha que es hoy, tiene los labios resecos una vez más, y su cuerpo más delgado de lo habitual se encoje sobre la cama sin restricción.

 

Tiene la mente muy lejos,  los ojos hinchados y el pecho inflamado, ya no puede respirar con normalidad porque su nariz roja se lo impide, quiere explicarse lo que sucede, quiere entenderlo y no puede, anhela dejar de pensar y volver atrás. Quiere esos ojos hermosos mirándolo de nuevo, desea dejarlo todo y olvidar esa asfixia mortal que lo acosa.

 

Tiene esa tonta corbata rosa que un día usó por ella. Tiene ese secreto guardado en la cabeza, sus palabras suaves y su mirada menuda mientras le deseaba suerte, recuerda su tonta sonrisa brillante, la sensación estratosférica en su pecho. Lo completo que se sentía y todo lo que hubiera sido capaz de alcanzar por ella.

 

Tiene también en un pequeño cajón sus cartas cortas, sus palabras de aliento y su amor mal disfrazado, guarda bajo sus pestañas su rostro sonrojado y la inocencia con la que alguna vez lo miró. Guarda todavía incluso esa foto boba en su celular, sus rostros sonrientes que parecían verse tan bien juntos.

 

Himchan tiene muchos recuerdos que no quiere soltar, le pesa el alma y el anillo que ella dejó en sus manos antes de irse lo tienen aprisionado a ese lugar, el frío metal sobre la palma de su mano fue como grilletes, mientras él, inmóvil la veía marchar. Su corazón hubiera corrido tras ella, pero sus piernas se quedaron ahí.  Su alma no lo comprendió.

 

¿Por qué se iba si él todavía la amaba?

 

Jamás podrá entender el egoísmo del amor, que vuela de un lado a otro como el malhechor más grande de la historia, la voz de ella aun suena en su cabeza, parece recitarle poemas, lo sumerge en un paraíso bello y fantasioso donde ella todavía espera por él y él cuenta las horas de grabaciones para volverla a ver.

 

Pero pronto despierta de las fantasías, de ese cerebro que parece día a día trabajar en su contra, sus ojos miran el lugar, la habitación ordenada y los suspiros de sus labios, esos cansados y vacíos que le indican que está cansado, a pesar de no tener motivos, está muy cansado.

 

Y camina hasta la cocina, porque de pronto se le antoja robarles un poco de alegría a los demás, quiere que lo contagien con el brillo de sus ojos, con las ilusiones y alegrías que él ya no encuentra en su camino. Daehyun y Junhong están ahí, pelean entre los platillos, sus delantales sucios y sus rostros también.

 

Himchan recuerda que él solía cocinar, que su voz solía ser la que más se escuchaba por ese lugar, y últimamente el departamento se ha vuelto silencioso. La ausencia de ella se siente en él. Tiene la mala suerte de recordar que sus manos delicadas cocinaban el mejor postre de todos, que Himchan se sentía afortunado y se cansaba de reafirmarlo cada que tenía la oportunidad. Ella sonreía, y él pensaba que era amado en igual forma.

 

Que ella lo amaba tanto como a él.

 

—¡Hyung! Pronto tendremos listo un delicioso almuerzo para ti.

 

Si hay algo a lo que se ha acostumbrado es a dejar su cabeza en blanco, porque es mejor no pensar. Porque los recuerdos no vienen y él no siente esa ausencia que acampa en su pecho cada día, que parece no cansarse de él y de hacerlo sentir miserable.

 

—Ve a ver algo de televisión con Jongup, pronto estará listo todo.

 

Jongup aparece de la nada y jala de su brazo, con esa sonrisa pequeña en su rostro mientras lo guía al sillón. Jongup resplandece igual que los demás, no sabe del amor ni sus consecuencias, Himchan incluso está seguro que ninguno de los menores  a su cargo se ha enamorado de verdad alguna vez.

 

—Vamos a ver el nuevo programa de los hyung, escuché que es muy divertido.

 

Himchan no necesita asentir, porque Jongup ya está junto a él y le habla. Le habla de cosas sin sentido y experiencias vividas, como si él hubiera pasado mucho tiempo fuera. Himchan encuentra enternecedor el esfuerzo del menor, él que rara vez suele hablar seguido por más de dos minutos. ¿Tanto se ha preocupado por él?

 

 

Finalmente nueve minutos después las caras de culpabilidad de Daehyun y Junhong son encantadoras, el arroz un poco quemado, y la carne salada lo hace sonreír.

 

—Lo sentimos…

 

Es un murmuro ahogado que Himchan no menosprecia, mientras el resto de los miembros observa con recelo la comida, Kim solo toma  los palillos y empieza a comer, en silencio y con tranquilidad. Está acostumbrado, porque ella era excelente con los postres, pero los platillos en general nunca se le dieron bien. Himchan está acostumbrado a este tipo de sacrificios, puede comerlo por ellos.

 

Porque ellos en verdad parecían ilusionados nueve minutos atrás.

 

—Bien, supongo que si Himchan no ha muerto todavía, entonces esto aún es comestible.

 

Bang habla despacio con esa sonrisa amable de sus labios y Junhong baja la cabeza más avergonzado todavía. Youngjae solo palmea la espalda de Daehyun y Jongup no parece muy dispuesto a moverse. Himchan piensa que si no lo impulsa, Jongup no va a comer, así que toma con sus palillos un poco de carne y la pone en el plato de Moon. Sabe que Daehyun y Junhong se han esforzado.

 

Himchan aprendió con ella, a valorar todo tipo de esfuerzos.

 

 

Luego del almuerzo parece ser el turno de Youngjae, porque extrañamente se ha sentado con él, con una expresión extraña, que no puede ser seria, pero tampoco contenta. Solo está ahí y suspira, lo mira a los ojos y parece tomar algo de valor.

 

—Vamos a ver una película.

—No, gracias. No me siento de humor.

 

Sin embargo Youngjae sonríe, y Himchan entiende el punto.

 

—No te estaba preguntando hyung.

 

Finalmente se siente como una marioneta, vestido y arreglado en menos de media hora y con Yoo conduciendo tranquilamente por la ciudad, Himchan no recuerda haberse enterado que el menor ya podía conducir, pero suspira despacio, porque hoy llueve igual que ayer, igual que todo el maldito invierno frío y oscuro que no parece dispuesto a dejarlo en paz.

 

 

 

 

—Yongguk hyung iba a venir, pero al final se le ha complicado un poco.

 

Himchan asiente, haciendo la cola junto a Youngjae, su mirada regresa al piso por instinto y ese rostro suyo que se ha acostumbrado a la indiferencia parece atacar el buen entusiasmo de Yoo, porque el menor suspira y rasca un poco su nuca.

 

—Yo… en verdad no sé cómo manejar estas cosas, nunca he sido bueno consolando a las personas, pero hyung si ella era importante nunca lo va a dejar de ser. Creo que lo debes hacer para sentirte bien de nuevo es solo asumir que se acabó y aceptar que puedes seguir aunque duela.

 

Himchan está vacío, suspirando mientras ve ese rostro de niño bonito que Youngjae tiene, parece nervioso y confundido. Cuando luce cansado es debido a que esforzarse a diario cansa y nadie puede entender. Porque pocas personas se llegan a sentir tan enamorado como él.

 

Youngjae es una de ellas…

 

—Está bien —murmura despacio— Yo voy a estar bien.

 

Miente con todas sus fuerzas, él todavía no entiende porque no está junto a ella en ese preciso lugar. Él no lo va a superar, porque ella no contestó a sus preguntas, porque solo se fue y no dijo nada más que adiós. Himchan no la va a olvidar, porque su corazón no deja de llorar y él es tan débil que solo se atreva a recordar.

 

—Iré al baño, ¿puedes comprar tú las entradas?

—Sí, no hay problema.

 

Himchan camina lejos de él, con sus pensamientos arrastrados durante todo su camino hacia los baños que se encuentran un poco lejos. Se mira al espejo un par de veces, lava su rostro y sonríe, practica la mejor de sus sonrisas, pero eso ha dejado de funcionar hace tanto.

 

Luego de cinco minutos se da cuenta que es inútil, aún no puede fingir que está bien.

 

Su expresión vacía regresa, se apoya en las piernas cansadas de caminar, y logra salir, aunque sus pasos se detienen y el perfil de ella a unos metros lo paraliza, su cabello largo y su piel blanca lo detienen. Su pequeño vestido blanco, su cartera a un lado. Himchan siente felicidad solo con verla una vez más, y no lo duda, no le importa le gente, no le importa lo que ella vaya a decir.

 

—¿Himchan?

 

Su voz es baja, abre mucho los ojos y Himchan se muere por abrazarla, sigue tan hermosa como siempre, mientras él seguramente parece un despojo. Ella reluciente y hermosa, encantadora y perfecta. Se suponía que era su mujer ideal. Himchan hizo castillos en el aire por culpa de ella.

 

¿Por qué tuvo que dejarlo de amar?

 

—Hola —no es capaz de hablar adecuadamente, porque recuerda lo delgado que está y no quiere preocuparla— ¿cómo has estado?

—Trabajando, ya sabes, con poco tiempo para pensar.

 

Himchan asiente, la mirada de ella lo recorre. Odia como se ve ahora, odia su rostro pálido, la ropa que le queda más grande  de lo habitual y su cabello más largo de lo normal.

 

—Himchan… te ves…

—Es el trabajo —la interrumpe— pronto vamos a sacar un nuevo tema y hemos practicado a más no poder.

 

Le miente, Himchan nunca le había mentido antes, pero ahora vale la pena. Ella no debe saber de sus penas, no se debe preocupar más por él. Himchan no le quiere rogar más. Quiere ese fantasma en el que ella se ha convertido lo más lejos posible de su demacrada existencia.

 

—Oh, ya veo. Me alegro que les esté yendo tan bien.

 

Un par de chicas pasan junto a ellos, los miran lentamente y asiente entre todos, como un reconocimiento breve. Himchan de pronto siente que le falta el aire. No necesitaba verlas a ellas también.

 

—Estoy con unas amigas. Creo que ya debería…

 

Ellas se alejan. Y ella parece dispuesta a irse también, pero Himchan habla para encadenarla a ese espacio.

 

—¿Por qué decidiste terminar?

 

Se siente incómoda, la conoce bien. Pero a Himchan ya no le importa, quiere un poco de empatía de su parte. Ella se mueve un poco, lo mira de nuevo. Y Himchan recuerda sus ojeras. Odia su rostro justo ahora.

 

—Himchan…

—Solo quiero una razón.

 

—El mundo no se acaba porque alguien haya terminado contigo, Himchan.

 

Tú no eres cualquier persona…

 

—Sabes que no es por eso que me siento así.

—Una persona como tú no tendrá problemas en encontrar a alguien incluso mejor que yo.

 

Himchan entonces se arrepiente de haber preguntado. Ella solo está evadiendo.

 

—¿Me dejaste de querer?

 

—Yo te quiero de la misma forma en que te quería desde el principio… —ella calla un instante y él siente que esta es una equivocación más. Tal vez solo está buscando que le rompan el corazón, ¿cuánto más puede aguantar? —El problema es que tú me quieres más de lo que yo a ti, y era injusto para ti. No podría quererte igual, y tú mereces cosas mejores Himchan… Lo siento, ya me debo ir.

 

Es rápido, esos pasos pequeños que se pierden entre los pasillos, no huye, porque lo ha mirado a los ojos, porque ha destrozado sus esperanzas de nuevo, porque ha pisoteado su corazón sin mala intención y duele. Por eso ella no quería hablar, por eso no quería justificarse y Himchan solo es un tonto, una que busca explicaciones que solo logran lastimarlo más.

 

Y él si huye, huye lejos de ese lugar, a pesar de que llueve y se siente como un adolescente torpe.

Como si el mundo fuera tan pequeño, igual que él.

 

 

 

 

Himchan recuerda las primeras lluvias de ese año, recuerda la primera vez que Junhong llegó empapado al departamento y él lo regañó por más de una hora por no cuidar su salud. Sonríe mientras piensa en Youngjae y lo mucho que odia la lluvia porque arruina su ropa. Incluso piensa en Jongup, que es como un niño pequeño junto a Daehyun cuando se trata de correr bajo a la lluvia, la única cosa en que Youngjae no sigue a Jung como las estrellas a la luna.

 

Y está Bang, parado bajo un lugar rescatándose de la lluvia, observando a los menores jugar, con ese instinto de protección que es tan varonil en él mientras cuida de esos tres que no parecen tener problemas entre el choque de edades y sus rutinas divertidas de juegos, mientras él y Youngjae se quejan del estado de su ropa.

 

Bang siempre ha sido fuerte, Himchan envidia muchas cosas de él, cuando la relación de Yongguk con Jieun terminó, meses atrás, Bang estuvo afectado, un poco deprimido pero luego volvió a encerrarse en el estudio, a escribir canciones en la sala, a consentir a Junhong y fastidiar a Youngjae mientras corregía el impetuoso carácter de Daehyun, volvió a conversar con él y salieron a beber muchas noche.

 

Yongguk lo manejó bien. Y a Yongguk le gustaba mucho Jieun.

 

A veces piensa que es solo su corazón afectado, su dramatismo latente el que lo tiene en ese estado de no sentir nada y haber olvidado como vivir. Tan solo olvidó como sonreír sinceramente y luce cansado la mayoría del tiempo, pero es su estancia en aquel lugar lo que hace más llevadero estos días de lluvias que casi parecen eternos.

 

—¡¿Cómo que se te perdió?! ¡No es un niño Youngjae!

 

Cuando abre la puerta, la voz grave y molesta de Bang es lo primero que logra escuchar, la sala llena por completo, incluso sus representantes están ahí.

 

—¡Lo sé! ¡Dijo que iría al baño, y luego nunca volvió!

—¡Hyung!

 

Junhong es el primero en llegar hasta él, ese cuerpo alto y delgado lo abraza con fuerza, Daehyun suspira mirando el techo y Jongup aprieta su brazo con fuerza, ese niño poco afectivo mostrando su fuerza como afecto. A Bang parece no habérsele bajado el enojo mientras Youngjae lo mira con resentimiento.

 

Y sonríe un poco, porque incluso uno de sus representantes parece haber recuperado el color en su rostro.

 

 

—Eres un inconsciente.

—Lo sé…

 

Himchan tiene una toalla sobre la cabeza, luego de esa corta ducha. Bang da vueltas frente a él, Himchan encuentra gracioso ser regañado por el mayor, y sonríe brevemente con la cabeza baja, Yongguk por fin se detiene y parece mirarlo de reojo.

 

—¿Debo deducir que estoy diciendo algo gracioso?

—Te estás portando como yo cuando regaño a los chicos.

 

Cuando sube su mirada, Yongguk lo mira indescifrablemente, sus ojos están conectados brevemente antes de que el mayor se siente junto a él en la cama e inesperadamente empiece a mover la toalla sobre su cabeza. Está secando su cabello y Himchan no entiende muy bien lo que sucede.

 

¿Acaso se ha convertido en un niño pequeño al que hay que cuidar?

 

Puede que Bang lo piense así, él siempre ha sido demasiado maduro para su edad. Himchan tiene la vida complicada desde hace mucho y ese acto por parte de Yongguk logra hacerlo sentir tan pequeño e indefenso.

 

—Siento no haber podido estar estos días contigo, debí dejar el trabajo de lado cuando me dijeron que estabas saltándote las comidas y durmiendo demasiado.

—No soy tu hijo Yongguk.

 

—Para mí es como si lo fueras. Parece que en vez de compañeros de grupo me hubieran ganado cinco niños molestos a los que hay que criar y cuidar.

—¡Hey! Son solo cuatro. Yo soy la madre ¿recuerdas? Es una responsabilidad compartida.

 

Yongguk sonríe y Himchan no sabe si el mayor se ha dado cuenta o no, pero es la primera vez en mucho tiempo que logra hacer uno de esos comentarios tontos que Bang tanto odia. Suspira despacio, el trabajo de Yongguk parece interminable y a él no le molesta sentirse cuidado por Bang unos minutos más.

 

—Háblame sobre ella.

—¿Qué quieres que te diga? —Murmura despacio—, siempre me decías que estabas cansado de oírme hablar de ella.

 

—¿Cómo es ella ahora?

—¿Ahora que terminó conmigo?

 

Bang asiente y Himchan se ve repentinamente apretando la sábana bajo sus piernas flexionadas, ya no siente al mayor secando su cabello y la toalla tapa su rostro, su voz es baja y parece incluso un susurro.

 

—Es igual.

—Háblame de ella —insiste—, te hará bien sacar todo eso que tienes dentro.

 

—Ella no es tan hermosa como Sunhwa, o cualquier idol que conozcamos, pero me quería por ser quien era, no le interesaba el Himchan de BAP, si yo estaba con ella. Cocinaba muy mal, aunque los postres que hacía eran deliciosos, era dulce y silenciosa, yo pensé que haría una vida con ella…

 

Se odió más que nunca cuando la lágrima cayó sobre la palma de su mano y agradeció por la toalla que lo abrigaba de la vergüenza que le producía que Bang lo viera así. Él tan fuerte e invulnerable. Himchan a veces era solo un niño más frente a Bang.

 

Pero contrario a lo que esperaba como si fuera la noche de las sorpresas, Yongguk lo abrazó.

 

—¿No has llorado por ella aún?

—Lo hago, pero sin que nadie… tú sabes…

—Lo sé.

 

El pecho del mayor se alzó un poco, respirando profundo. Y Himchan cerró los ojos un instante. Ella va a dejar de doler, empieza a creer en eso, así que respiró profundo por primera vez en mucho tiempo, y se atrevió a sonreír porque repentinamente, si era el amor de su vida o no, dejó de importar.

 

Piensa que si el hilo rojo que los unía se rompió, en un futuro él podría unir los extremos de su lado, al de alguien más. Y haría un nudo pequeño y resistente, lleno de nuevas promesas y miradas que hablen más que sus bocas. No está seguro si fue hablar con ella, las horas bajo la lluvia o el hecho de que Bang lo esté protegiendo como si de un niño se tratara. Pero ha dejado de martillarle la cabeza y suspira de nuevo.

 

Y tal vez, si Himchan se hubiera podido fijar un poco más, hubiera notado que meses atrás, lo que irritaba a Bang no eran sus charlas incesantes, era ella como un vocabulario más en su boca. Quizá si Himchan se hubiera dado cuenta hubiera podido notar los latidos acelerados de Yongguk mientras lo abrazaba y cerraba los ojos preocupado por ser descubierto.

 

En alguna ocasión hubiera notado que el mayor lo evitaba, que el trabajo era excusa, que consolarlo hubiera sido herirse, porque Himchan la amaba tanto que dolía y repercutía en su amor escaso hacía Jieun. Bang siempre pensó que de equivocarse en el amor, nunca sería fijándose en la persona adecuada.

 

Sin embargo, consolarlo dolía en la misma medida que había esperado, pero Himchan reaccionaba favorablemente ante su presencia. Y entonces Bang se resignaba, porque si el corazón de Himchan empezaba a sanar, el suyo podía sangrar un rato más, aunque él jamás diera seña alguna de querer hablar o siquiera intentar algo.

 

Porque Himchan estaba todavía tan enamorado.

Que era difícil mirarlo, sin que doliera cada día un poco más.

 

 

 

 

Himchan despertó temprano esa mañana. Cerca de las siete, su cuerpo permanecía abrigado en la cama que solía ocupar y no había señas de Bang en la habitación, despertó confundido y el anillo que ella le había devuelto fue lo primero que le dio los buenos días, había dormido más de nueve horas y su cuerpo parecía más despierto y hábil de lo habitual.

 

Caminó tranquilamente hasta el pequeño artilugio de metal que parecía esperar por él, por primera vez, lo apretó con fuerza y suspiró, abriendo un pequeño cajón y guardándolo junto a otras pertenencias más que solía guardar ahí, como un objeto más que tenía su nombre.

 

—Te quedarás ahí, y tienes prohibido volver a salir.

 

Habló juguetonamente, como si el anillo pudiera siquiera escuchar sus palabras carente de sentido, luego salió de la habitación y a diferencia de los otros días había más bulla de lo habitual, aún estaba oscuro, porque para variar llovía como casi todos los días, pero dentro el lugar estaba lleno de risas y chistes tontos.

 

—¡No le pongas tanta miel Junhong!

—A Himchan hyung le gusta así.

—¡No es cierto!

 

Daehyun empezaba a quitarle la miel de las manos al más alto, pero este solo lo había alzado lo suficiente como para que Jung ni saltando lo alcanzara. Mientras se burlaba de él.

 

—¡Yah! Mocoso irrespetuoso, ¿qué es eso de hacerle bulling a tus mayores?

 

Himchan le quitó hábilmente de las manos la miel y Daehyun abrió mucho los ojos al oírlo hablar asi, apenas tomo la miel entre sus manos y Junhong fue el primero en reaccionar, con una gran sonrisa entre los labios.

 

—Buen día hyung.

 

Pero Kim solo despeinó los cabellos del menor y avanzó hasta el mesón donde Youngjae colocaba meticulosamente el agua caliente en las tazas, seguramente para el café de esa mañana.

 

—Lo lamento. No debí irme así.

 

Youngjae casi suelta el agua caliente. Pero aun así asintió. Mirándolo directamente a la cara y esa sonrisa que Himchan había decidido llevar desde que despertara esa mañana.

 

—Solo no lo vuelvas a hacer.

 

—Recuerda que soy tu mayor Yoo, así que tampoco me des órdenes. —Esta vez Youngjae sonrió en cuanto vio al mayor correr a abrazar a Jongup que iba saliendo de la cocina con un par de platos entre las manos—.  ¡Moon! ¿Cómo amaneció el miembro más encantador de todo BAP?

 

—¡Hyung! Ya te he dicho que no me andes abrazando —Jongup se removió de inmediato, pero aun así Kim no lo soltó y sonrió incluso un poco más—. ¿Ah? ¿Hyung?

 

Los ojos sorprendidos de Jongup hicieron a Himchan reír un poco, así que solo despeinó al menor y continuó caminando hasta la cocina, donde Bang de espaldas parecía servir unos huevos revueltos en algún plato que tenia entre las manos.

 

—¡Otro plato!

 

Himchan se apresuró a tomar uno de los platos y pararse junto a Bang, que evidentemente no esperaba verlo ahí.

 

—¿Tú has cocinado?

 

Sin embargo Bang solo se dedicó a seguir sirviendo el último plato y Himchan encontró divertido ver al mayor con aquel tonto delantal con caricaturas de besos puesto.

 

—Créeme Yongguk si tuviera mi celular a las manos ya te hubiera tomado una foto y la hubiera subido a todas las redes sociales. Te ves adorable~

—Lo haces y te mato.

 

Himchan solo rodó los ojos, llevando uno de los platos y caminando junto a Yongguk, ya los demás se encontraban esperando en la mesa, había un suave ambiente durante el desayuno, nadie sabía lo que los dos mayores habrían hablado la noche anterior, pero si Himchan poco a poco volvía a ser el mismo entonces poco podía importar.

 

Hubo un instante breve y silencioso en el que Himchan encontró a Yongguk observándolo fijamente y por ende, Kim llevó de inmediato las manos a su mejilla.

 

—¿Me he manchado?

 

Pero Bang solo negó de inmediato, regresando su mirada a la comida, y volviendo a meter una cucharada grande de comida a su boca. Que Himchan no escuchara, el latido rápido de su corazón, que Himchan no se enterara, que si por él fuera amarraría el hilo de su vida junto al de Himchan para que nunca más se le volviera a escapar. Que Himchan no supiera, que algún día su abuelo le enseñó a hacer los mejores nudos que había logrado aprender.

 

Mientras ese corazón no estuviera sano otra vez. Himchan no debía saber.

 

 

¿Fin?

 

Notas finales:

 

 

Insipirado en el MV de Nothing's over de Infinite.


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