Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Chico Sonriente por StalkerSwagGirl

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, les traigo un Chenmin :D

espero que les guste aunque siento que van a querer matarme.

Les pido que no me maten jajaja se escribió solo(?), yo no quería que temrinara así.

La verdad lo escribí hace tiempo, hoy lo releí, lo editéy arreglé un poquito y decidí subirlo.

A Leer! :D

En la tienda… Allí fue donde lo vi por primera vez.

Se encontraba alimentado a unos conejitos, los sostenía entre sus dedos y los acariciaba cuidadosamente.

No sé qué fue lo que sentí en ese momento, pero algo se removió dentro de mí, comencé a sentirme cansado, algo acelerado y me costaba respirar.

Con cada caricia que le proporcionaba al conejito, con cada toque y movimiento de su mano, yo sentía que este extraño sentimiento crecía y crecía en mi interior.

“¿En qué puede ayudarlos?”, nos preguntó con una sonrisa en su rostro, sin dejar de acariciar suavemente a uno de los conejitos.

Yo había llegado allí acompañando a LuHan, quería comprar un cachorrito y eso era exactamente lo que le estaba pidiendo en ese momento al “chico sonriente”.

El Chico no me había dirigido la mirada en ningún momento, él y LuHan estaban demasiado sumergidos en sus conocimientos de cachorritos y yo no tenía nada para decir, solo me limité a seguirlo, escuchando todas y cada una de las palabras de ese chico, palabras salidas de una voz tan armoniosa, que sonaba como música para mis oídos.

¿Lo que estaba sintiendo es amor?, realmente no lo sé, ¿cómo podría saberlo? Si nunca antes lo había experimentado, además no tiene sentido enamorarse en tan poco tiempo, ¿cuánto tiempo llevaba en la tienda? ¿30 minutos?

“Me llevaré al marrón”, escuché decir a mi amigo, recibiendo una agradable, sincera y suave sonrisa desde los labios de ese chico.

Yo no recibí ni una sola amable sonrisa de su parte, ni siquiera una mirada, salí de la tienda sin siquiera haber sido notado y llevaba bolsas en las manos que no supe ni cuando las tomé, pero me encontraba llevándolas hacia el auto de LuHan.

“Has estado muy callado, ¿te pasa algo?”, preguntó LuHan, con sus grandes ojos puestos en mí. LuHan no lo había notado, no había notado que fue ese chico el que me dejó en silencio, sólo notó mi mudez una vez que el chico no se encontraba cerca.

“No, Estoy bien”, respondí entrando al auto, dejándome caer en el asiento del copiloto, esperando a que mi amigo asegurara a su nuevo cachorrito y pusiera el motor en marcha.

“El Chico de la tienda era muy lindo ¿no crees?”, asentí a su pregunta algo inseguro, “pero parecía que coqueteaba conmigo”…, LuHan miraba hacia el frente, concentrado en el camino, sin notar que las palabras que había dicho provocaron un gran dolor en mí.

¿Coquetear?, ¿era eso lo que el “chico sonriente” estaba haciendo?, ¿esa era la razón por la cual el sonreía a LuHan y no a mí?, ¿El chico coqueteaba con mi mejor amigo?

No respondí, no podía, el sentimiento que había experimentado, se convertía poco a poco en dolor, sentía una presión en el pecho, como si trataran de traspasar mi piel con una espada y no lo lograban, por eso presionaban y presionaban hasta que traspasó mi piel y se incrustó directo en mi corazón.

Pero lo superé… el dolor se fue calmando y conforme a que pasaban los días, no volver a escuchar hablar a mi mejor amigo sobre ese chico era lo más reconfortante que podía querer.

o quizás no lo superé del todo, porque no pude controlar mis ganas de volver a ver a ese chico y sin dudarlo, me dirigí a la tienda, sólo a observarlo.

Llevaba días, semanas o tal vez meses observándolo a diario y los días que no podía dirigirme hacia la tienda, sentía un gran vacío en mi interior, como si solo observarlo llenara mi alma y me hiciera feliz…

Hoy… se encontraba acariciando a los conejitos, me fijé que solo quedaban 2 de ellos, los cuales se encontraban en su “jaula”, que era abierta por arriba, lo que le permitía al chico acariciarlos todo el tiempo y en especial, al conejito negro de ojos rojos, parecía ser el conejito al que le tenía más cariño.

Me atreví a entrar, viendo como movía su mano de arriba a abajo reiteradas veces, mientras se acercaba al conejito y depositaba unos cuantos besos en sus orejas. Luego dirigió su mirada directamente hacia mis ojos, congelándome y haciéndome sentir frágil e indefenso.

“¿En qué puedo ayudarte?”, me preguntó serio, no había ninguna sonrisa en su rostro.

“Quisiera llevarme a ese conejito”, apunté directamente hacia sus manos que acariciaban al animal peludo, no sé por qué lo hice, quizás fue porque no se me ocurrió nada más que decir. Sólo lo dije sin pensar en ninguna consecuencia, como que no llevaba dinero conmigo y que no iba a poder cuidar de un conejito.

“¿este?”, preguntó mirándome de forma extraña, ¿Qué a caso hay algo mal conmigo que me mira de esa manera?. Asentí suavemente pero su mirada no dejaba de inspeccionarme. “espera… tu viniste con LuHan una vez…”

¿Me recordaba?, ¿él me recordaba?

“si, ¿cómo recuerdas eso?”, traté de preguntar lo más natural posible.

“ah pues desde ese día siempre hablo con LuHan”, confesó el chico soltando una pequeña sonrisa.

Quería creer que esa sonrisa iba dirigida hacia a mí, pero no lo era, lo sabía porque en ese momento el chico hablaba de LuHan y miraba al conejito negro que yo había pedido.

Pero… ¿por qué yo no sabía que mi mejor amigo seguía en contacto con el “chico sonriente”?, ¿por qué no me lo dijo?

“¿En efectivo o tarjeta?”, preguntó sacándome de mis pensamientos, y traté de buscar una solución rápida a todo esto.

“Tarjeta”, oh por dios, por favor, que la tarjeta esté en mi bolsillo, por favor. Metí la mano en mi bolsillo y sentí algo rectangular y duro, como plástico. Era exactamente eso lo que quería encontrar, la saqué cuidadosamente asegurándome de que fuera mi tarjeta de crédito y se la entregué.

“Este conejito es mi favorito, así que debes cuidarlo mucho”, dijo sin mirarme, mientras realizaba la compra.

“si quieres lo puedo traer para que lo veas, se nota que quieres mucho a ese conejito”, levantó su mirada confundido, otra vez me miraba de forma extraña, ¿había dicho algo malo?

“No te preocupes, estoy seguro de que estará en buenas manos, y si le pasa algo, LuHan me avisará”, dijo con seguridad volviendo a mirar la pantalla de la caja.

¿Desde cuando era tan cercano a LuHan? ¿Por qué yo no podía ser así de cercano con él?

 

Ese día salí de la tienda con un conejito en la mano y una presión horrible en el pecho cerca del corazón, sintiendo que pronto vendría algo peor, lo presentía, muy interiormente lo sabía, pues esa cercanía que el chico tenía con mi mejor amigo no era nada bueno, no para mí.

 

Jongdae era su nombre… lo descubrí en el mismo momento en que LuHan me confesó que eran novios. Me gustaría saber cuándo ocurrió, cómo pasó y por qué no me di cuenta, pero escuchar esa explicación era demasiado dolorosa.

Así que corrí, corrí y simplemente corrí, hasta que mis piernas no pudieron sostenerse por sí solas, mis rodillas se azotaron contra el asfalto y sentí caer todas las lágrimas que había reprimido.

¿Dónde me encontraba?¿en el centro de la ciudad?, realmente no lo sabía, pero había mucha gente cerca, que ni siquiera me miraba, no solo era invisible para Jongdae, también era invisible para todos.

Una vez que tuve fuerzas para levantarme, sin pensar ni razonar, lancé mi celular a un basurero cercano, sintiendo como mi Ringtone se reproducía una y otra vez. Tomé un pedazo de vidrio que se encontraba al lado del basurero, lo acerqué a mi cuello y dejé que el dolor se propagara desde mi garganta hacia todo mi cuerpo llevándose mi alma y todo mi ser con él.

 

Notas finales:

Les gustó? -se esconde nerviosa-

No me maten por favooor! -suplica de rodillas-

si les pareció muy triste y quieren una continuación mas feliz, podría hacerle una segunda parte, de hecho en mi cabeza ya se está creando un segundo capítulo jajajaja pero solo si ustedes quieren o si no lo dejo hasta aquí :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).