Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Shh, que no se entere. por BlackMoral_Inc

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un shot rápido y simple que se me ocurrió de pronto. Espero que se entretengan al menos.

Notas del capitulo:

Disculpen los posibles errores. Como no estoy en mi pc (porque aún no tengo .l.) no tuve tiempo de revisarlo.

 

 

La cena ha terminado. Me levanto de la silla y agradezco a uno de mis acompañantes por haber traído la cena ésta noche. Recojo los platos sucios y los llevo al fregadero para empezar a lavarlos; y mientras lo hago, escucho que una pequeña discusión se forma a mis espaldas.

Akira y Takashima son dos amigos míos a quienes conocí en la secundaria, y con quienes vivo desde hace siete meses; ellos son pareja. Estoy acostumbrado a ser espectador de sus muestras de cariño y sus peleas insoportables, como ahora.

Takashima está reclamándole a su novio sobre un asunto que desconozco…y que poco me importa, para ser sincero. Akira, impasible como siempre, se defiende de la histeria de Shima.

Yo sigo lavando los platos, prestando poca curiosidad al asunto que ocurre detrás de mí, pero poniendo total atención a la voz de uno de ellos, a la voz de Akira. Podría morir cien veces y revivir otras cien por esa maldita voz; me encanta, simple y llanamente me encanta.

Mientras la discusión de mis amigos comienza a subir de tono, pongo agua a calentar para hacer café. A ellos parece no molestarles mi presencia (quizás se deba a que he presenciado cientos de peleas más), y a mí tampoco me importa mucho. Tarareo una canción que hace días me viene rondando la cabeza y trato de adivinar el nombre de ella, pero mis esfuerzos son inútiles. Un pensamiento me lleva a otro, y luego a otro…y después a otro; y termino pensando en Akira Suzuki, ese rubio idiota que está sentado frente a Takashima, detrás de mí, con su rostro inexpresivo, pero tremendamente atractivo.

Ese tipo me encanta.

Lo sé, estoy hablando del novio de uno de mis mejores amigos, pero que sea su pareja no me quita el derecho de fijarme en él, ¿cierto? Y eso fue lo que pasó, dos meses después de haberme mudado con ellos, mi interés en Akira fue creciendo y creciendo, hasta llegar al día de hoy; hasta llegar a amarlo perdidamente. Lo mejor —o peor, según se quiera ver— es que no le soy indiferente.

Mis pensamientos se disipan y yo me sobresalto cuando oigo un golpe contra la mesa. Me giro y veo a Akira de pie, con el puño sobre la mesa y el señalando a Takashima con la otra mano. Le oigo murmurar un “suficiente” y acto seguido abandona la cocina. El pelinegro, quien se ha quedado de piedra en su lugar cuando el otro se ha marchado, lucha por mantenerse tranquilo porque sabe que lo he mirado y —supuestamente —oído  todo; pero, cuando ya no se aguanta más, comienza a hacer gestos y seguidamente suelta el llanto, como un bebé.

No sé qué hacer, siempre he sido malo para consolar. Así que mejor me doy la vuelta y preparo una taza de café. Me siento frente a él, en el lugar que antiguamente había ocupado Akira, y le acerco la taza. Él, mientras se limpia la nariz con la manga de su suéter, me agradece en un susurro y sorbe un trago pequeño del café; maldice por lo bajo porque se ha quemado la lengua y yo trato de no reír. Shima siempre es el que termina llorando como un niño, a veces me da lástima porque Akira es un poco tosco y frío con él. Pero sé que se quieren, a pesar de que pelean dos o tres veces por semana y de que terminan su relación por la más mínima estupidez.

—Ya se le pasará. —Es lo único que se me ocurre decir al ver que mi amigo el pelinegro no cesa su llanto, aunque es silencioso.

—No, Taka, es que Akira seguro que ya no me quiere. —Solloza, fijando la mirada en el café de la taza. Alza la cabeza y me mira, como si fuera un pequeño al que acaban de regañar—. ¿Tú crees que ya no le gusto?

—Yo creo que te quiere. —Contesto con simpleza, aunque le sonrío para tratar de transmitirle confianza.

—A veces creo que no, ¿sabes? Yo…yo le doy todo mi amor, Taka. ¿Estoy haciendo algo mal? —No le respondo de inmediato. Él bebe otro sorbo de café, ya habiéndose acostumbrado a la temperatura de este.

—No haces nada mal. Eres un buen novio, por lo que veo. —Digo sinceramente. La verdad es que Takashima es el tipo de hombre que toda mujer quiere; cariñoso, comprensivo, sensible, atento, inteligente… El caso es que Akira no es una mujer.

Nos quedamos callados. Se escucha el tic-tac insistente del reloj que pende de la pared y que ya marca las 11:40 de la noche, es tarde y mañana debo ir temprano a la universidad. Unos minutos más tarde, Takashima comienza a bostezar y a entrecerrar los ojos. Sonrío.

—Gracias, Ruki. —Me dice mientras se talla los ojos con el dorso de la mano diestra, y haciendo uso de un apodo que no había oído desde hacía tiempo y que Akira se tomó el derecho de adjudicarme cuando íbamos en el último grado de secundaria—. Mierda, qué sueño… —Masculla, poniéndose de pie luego. Lo imito y paso a su lado, dándole una palmada a su espalda en señal de apoyo.

— ¿Por qué no vas a descansar? Seguramente las cosas estarán mejor mañana.

—Eso haré. Buenas noches, Taka.

—Buenas noches, Shima.

Él se medio tambalea hacia la habitación que comparte con su novio, el sueño lo empieza a dejar medio idiota, así que seguramente caerá rendido en cuanto toque la cama. Y eso es gracias a mí.

Recojo de la mesa la taza en la que mi amigo el pelinegro había bebido el café. Vierto el resto del oscuro líquido que dejó en el fregadero y luego de lavar el vaso y mis manos, apago las luces y me voy a mi habitación.

En cuanto llego me deshago de mi ropa; mis jeans y mi camiseta quedan tirados en medio de la recámara y lanzo debajo de la cama mis zapatos con mis calcetines dentro. Me tumbo bocarriba en la cama y sin más preámbulos, comienzo a masturbarme.

Mientras mi mano sube y baja en torno de mi flácido pene pienso en Akira, en sus manos ásperas, en sus brazos fuertes y en sus labios rosas; quiero que esas manos me acaricien, que esos brazos me envuelvan  y que sus labios me devoren a besos. Lo quiero a él, lo deseo.

Cuando mi erección aumenta, tengo que obligarme a pensar en otra cosa. Dejo de estimularme y me pongo de pie, acomodándome el bóxer y yendo después hacia mi armario. Rebusco en una caja de cartón que tengo hasta el fondo y saco de ella una botellita de lubricante con sabor a cereza (mi favorito).

He planeado esto durante dos semanas, y no puedo esperar más porque he estado deseando como un loco el cuerpo del novio de Takashima. Por eso deshice las pastillas para dormir en su café.

Me costó bastante conseguir el somnífero ya que los de venta libre no iban a lograr el efecto que yo quería, pero gracias a que tengo…buenas amistades, conseguí una caja de Valium*. Así que solo tuve que esperar y ésta noche la ocasión se me había presentado más que perfecta; Akira se había largado a dormir, dejando a Takashima llorando como Magdalena, por lo que no iba a percatarse de mis acciones. Discretamente introduje varias pastillas (que días antes había molido y que tenía guardadas dentro de mi taza preferida, la que ellos nunca tocan) en el café que le entregué a mi compañero. Así que Takashima debía estar ya profundamente dormido…y no iba a despertar en toda la noche.

Salgo sigilosamente de mi habitación, aún sabiendo que nadie me está oyendo, y me dirijo hacia la del frente. Abro la puerta con el mismo cuidado e igualmente la cierro. Todo está en silencio. Takashima está acostado de perfil, con la cara hacia la puerta, donde estoy aún parado; y Akira, plácidamente dormido bocarriba. Está perfecto.

Camino hacia la cama. El piso se siente frío bajo mis pies descalzos. Agradezco al cielo que Akira duerma en bóxers porque me facilitará el trabajo y le retiro la sábana que cubre la mitad de su cuerpo; él ni se inmuta.

Sonrío de costado y ya con más confianza, me subo a la cama y me coloco sobre sus muslos, con las piernas abiertas. Dejo el lubricante por un lado y con ambas manos bajo el bóxer de mi rubia tentación lo suficiente como para descubrir su sexo en reposo. Mi entrepierna reacciona veloz y necesito aliviar mi necesidad. Akira comienza a removerse, se siente incómodo con mi peso encima; sin embargo, no me muevo. Tomo el lubricante y dejo caer un poco sobre el pene ajeno. Se ve tan tentador, tan excitante, tan delicioso…que deseo meterlo en mi boca.  Pero no hay tiempo para eso. Akira se despierta y se  queda quieto, creo que me reconoce. Claro que me reconoce…

Lo miro a través de la oscuridad a la que mis ojos ya se acostumbraron y, sin decir ni media palabra, comienzo a masturbarlo. Él está callado, calmado. Me pregunto si el sueño y el cansancio le hacen pensar que esto no es real, que es un sueño. Se le escapa un gemido cuando aprieto ligeramente su glande y gira la cabeza hacia donde permanece Takashima dormido. Entonces se da cuenta…

Salta de su lugar, incorporándose y moviendo toda la cama en el acto, cayendo en la cuenta de que soy yo, que tengo su pene entre mis manos y que su novio está junto a nosotros.

Me excita aun más cuando se mueve, intentando que lo suelte, pero mi agarre en torno a su virilidad se hace más fuerte y él se queja. Mira desesperado hacia Takashima, quien sigue perdido en sus sueños, sin inmutarse ni un poquito.

—Takanori, ¿qué diablos estás…? —No termina la pregunta. Le sonrío y bajo la mirada para señalar su miembro; está duro.

—Shhh, no pasa nada. —Me atrevo a decir, y sonrío de forma traviesa. Estoy sentado sobre él y tengo su rostro casi a la altura del mío, tan jodidamente cerca que puedo sentir el cálido aliento que se escapa de sus labios.

— ¿Estás loco? Takashima está… —Comienza su sermón, pero de inmediato lo interrumpo.

—Está sedado. —Digo, al tiempo que, sin preocupación alguna, vuelvo a masturbarlo. Él me detiene al sujetar mi mano.

— ¿Qué? —Puedo ver la confusión en su rostro. Su ceño está fruncido. ¡Dios! Me encanta.

—Cuando te viniste a dormir yo…bueno, le serví un café…

— ¿Y? —Me apresura. Se gira y atisba hacia su novio, este último sigue en la misma posición, profundamente dormido. La situación me está poniendo más cachondo.

— Y le di somníferos, pero…

—   Pero nada, ¿en serio te has vuelto loco, Takanori? ¡¿Cómo se te ocurre hacer esto…en mi cama…con mi novio a un lado?! —Ahora veo su molestia, aunque susurra, puedo notarla en el tono en el que me habla. Y mientras su enojo aumenta, su erección disminuye. Mierda.

—Akira, no te pongas así. Me moría de ganas de estar contigo y…todo esto lo hice por ti.

—Es una locura. —Insiste y trata de apartarme de él, pero me aferro a su cuello con los brazos y busco besar sus labios. Necesito un beso suyo, aunque sea uno, joder. Pero él me voltea la cara—. Takanori, detente…

—Por favor. —Le suplico y logro unir mí frente a la de él—. Sé que también quieres… ¿no lo dijiste la última vez? ¿No dijiste que querías estar conmigo?

—Pero no en la cama donde duermo con Takashima…y con él a un lado, Takanori.

—Está dormido, ya te dije. No se despertará sino hasta mañana muy tarde. —Nos quedamos callados y aprovecho para besarlo. Sus labios están tibios y, al principio, reacios a seguir el movimiento de los míos, pero termina cediendo.

Nos devoramos la boca en un solo beso, uno largo y lleno de necesidad y deseos escondidos. Ya cuando él está concentrado en solo besarme, aprovecho para acariciar su pecho y para moverme sobre su virilidad.

—No, Taka…—Murmura sobre mis labios. Su respiración está agitada y siento su piel erizarse debajo de la mía— Takashima está a nuestro lado, joder.

—Olvídate de él. —Es lo único que digo. Pensar en que el novio de mi amante está durmiendo —drogado, más bien— junto a nosotros me pone más caliente. Siempre me ha gustado sentir la adrenalina que  da el hacer algo incorrecto.

No le doy tiempo a Akira de protestar más, simplemente me entrego a él y trato de hacerlo mío en ese instante, sin importar otra cosa más. Sus labios se posicionan en mi cuello y lo recorre a base de húmedos y provocativos besos; sus manos comienzan a recorrer mi espalda y mis costados, moviéndose lenta, pero estratégicamente. Siempre sabe dónde tocar y cómo hacerlo. Es clase de amante que me hace perder la cabeza con solo caricias y besos.

Mi erección vuelve a erguirse, al igual que la de él. Sigo sobre su pelvis, así que me muevo sobre él para provocarlo. Los jadeos, aunque quedos, hacen acto de presencia. Mis ansias crecen, por lo que me levanto por un instante y me quito el bóxer; lo tiro por un lado y empujo a Akira hacia el colchón, haciendo que quede recostado. Me mira con curiosidad, con expectación mientras me inclino hacia él. Tomo la orilla de su bóxer con los dientes y lo deslizo por sus piernas hasta sus rodillas. Él me sigue mirando, con la excitación brillando en sus oscuros orbes. Quito la prenda y la arrojo hacia el piso.

Prácticamente me abalanzo sobre él y vuelvo a besarlo mientras froto mi trasero contra su pene. Se siente duro y eso me hace desearlo de una manera descomunal. Gimo entre besos y él muerde mi labio inferior para hacerme callar, pero eso logra que vuelva a gemir solamente. Lo veo girar la cabeza hacia donde reposa su pareja y yo frunzo el ceño. Sinceramente, había olvidado que estaba ahí.

Cuando Akira regresa su mirada hacia mí, yo le suelto una bofetada que resuena en la oscuridad.

—Si estás conmigo, piensa en mí…y mírame a mí. —Le espeto autoritariamente. Nos miramos unos segundos, en silencio. Estoy lo suficientemente a su alcance, así que me toma del cabello y hace que baje la cabeza para juntar nuestros rostros. Me quejo por la brusquedad del agarre e iba a protestar, pero él me besa… Me besa de manera demandante que me hace derretir al instante—. Nhh, Akira…

Nos enfrascamos en un caliente juego de besos, caricias y mordidas que elevan más nuestra temperatura corporal (si es que eso era posible), y que se prolonga durante al menos cinco minutos. Pero llega el momento en que eso ya no era suficiente, yo quiero más y sé que él comparte mi necesidad.

Puesto que su miembro está completamente lubricado, no tiene ningún problema en introducirse en mí. Me siento en el puto paraíso. De verdad, mi edén está en la verga de Akira.

No tardo mucho en sentirme cómodo con aquel caliente trozo de carne metido en mí, así que comienzo a moverme sobre él, primero lentamente. Me erguí sobre su entrepierna y, posando las manos en su pecho, comienzo a moverme de arriba hacia abajo, sintiendo como su erección se clava en mí…una y otra vez. Adentro, afuera y más adentro. Ahí, justo ahí donde me hace gritar.

—Hazlo más rápido. —Dice él. Sus manos están paseándose por mi vientre y eso me hace sentirme frágil, más sensible. Cierro los ojos y tiro la cabeza hacia atrás al tiempo que subo y bajo más rápido por ese perfecto falo—. Así…mh, así Taka. ¡Ahh, espera! —Le oigo decir cuando me dejo caer sobre él.

—Akira, no me detengas… —Mascullo entre dientes. Él me sujeta firmemente las caderas y sin más, me penetro como si no hubiera mañana. Si pudiera elegir la manera de morir, pediría que fuera esa; follando como animal con Akira Suzuki—. ¡A-ah! ¡Ahh, más adentro, Aki! ¡Más!

Él sigue mis jadeos, aunque es más discreto. Con su voz tan varonil pronuncia mi nombre varias veces y se mueve conmigo; baja cuando subo, sube cuando bajo. Nuestros cuerpos están en perfecta sincronía y siento que no puede ser más perfecto.

—Mh, Takanori, voy a…ah, mierda.

—Hazlo dentro. —Le corto, adivinando su aviso. Sigo moviéndome sobre él y justo cuando siento que voy a explotar de placer, él me masturba… Lo hace rápido, lo suficiente como para que no soporte más y termine eyaculando en su mano, justo como él lo hace dentro de mí casi simultáneamente.

Nos dejamos ir en un delicioso y agotador orgasmo que nos deja tumbados y exhaustos, uno sobre otro. Nos besamos intensamente luego de que nuestras respiraciones se normalizan y él sale de mí. Me doy el placer de jugar con sus orejas, las beso y las muerdo, a sabiendas de que es su punto débil y que no le gusta que lo haga. Está quieto y cuando alzo la mirada me doy cuenta que es porque está viendo a Takashima.

Mierda, Takashima. No me había acordado de él mientras estaba cogiendo con su novio.

— ¿Quieres que me vaya? —Le pregunto a Akira y este se vuelve hacia mí.

—Es lo mejor.

—Me gustó. —Digo y sin protestar, me levanto y busco mi bóxer. Él tarda en contestar, así que volteo a verlo, en busca de una respuesta porque ahora me siento mal… Después de haber obtenido lo que quería, me siento una basura, una mierda de persona.

—A mí también. —Admite, dirigiéndome una sonrisa. Sé que también se siente culpable, pero ambos lo disfrutamos y eso nada puede cambiarlo. Le sonrío de vuelta y me inclino hacia él, dándole un beso a sus labios. El último beso de la noche y el único en quién sabe cuánto tiempo más.

—Buenas noches, Aki.

—Buenas noches, Takanori. —Es lo último que le oigo decir antes de salir de la habitación. Culpable, pero satisfecho, regreso a mi habitación con la intención de poder conciliar el sueño. Pero, a pesar de estar cansado, no logro dormir. Suspiro pesadamente y cierro los ojos, recordando las recientes caricias de mi amigo en mi cuerpo…y sus besos, sus íntimos sonidos. Mierda, amo a ese hombre como un loco.

De pronto oigo la puerta de mi recámara abrirse. Me incorporo sobre la cama y fijo la mirada en la silueta masculina que viene entrando luego de cerrar la puerta.

—Dijiste que se despertará hasta mañana, ¿no? ¿Y si aprovechamos? —Las palabras de Akira me llenan de esperanza y de felicidad. Sonrío como una tonta colegiala enamorada mientras él se acerca a mi cama y lentamente se posiciona sobre mí—. Pero, shh, que no se entere…

Susurra antes de iniciar una intensa sesión de besos y caricias. Lo tengo para mí toda la noche y claro que lo voy a aprovechar, aunque el placer de ésta noche me haga sentir culpable en la mañana.

 

Notas finales:

*Valium: El diazepam, más conocido por su marca valium, es un fármaco ansiolítico. Está indicado para tratar la ansiedad, bien sea independientemente de otros síntomas, o bien asociado a otras alteraciones de carácter físico o psíquico. Otras afecciones paras las que está indicado el diazepam son el insomnio (cuando está asociado a la ansiedad), la epilepsia, el alcoholismo crónico, el espasmo muscular o la espasticidad cerebral.

 

 

 

Saludos a quienes se toman el tiempo de leer.

Hasta la próxima.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).