La noche no era para nada agradable y menos para aquel chiquillo que algo asustado se revolvía entre las sabanas.
Su respiración era algo agitada, tenía su cabello húmedo debido a la transpiración
Después de estar luchando un largo rato por despertar al fin lo consiguió, escuchaba la gran tormenta que había afuera puso una mano en su pecho intentando calmarse.
- Choi Minho – dijo entrecortado y aun algo asustado por ese sueño… hacia un tiempo ya de eso
Tapo su boca y comenzó a llorar desconsolado por ese mal recuerdo, volteo su cara a la almohada para acallar un poco sus sollozos ya que no quería ser escuchado por sus padres.
Creyó haberlo superado… pensó que todo ese tiempo lejos le había ayudado a olvidar, pero estaba muy equivocado.
Yo ya no siento nada por el…
¿Ah no?
Y entonces… ¿Por qué le lloras?
¡Yo no lo sé!
Él no tenía una respuesta fija sobre eso, no lo sabía así de simple
Medio año había pasado, y no existía momento en el que no dejara de pensarlo, tenía una nueva vida que sentía vacía sin él, se estaba perdiendo el primer año de preparatoria por segur “clavado” con el alto.
¿Tanto drama para un amor de secundaria?
No… dios esto era más que eso, esos sentimientos eran muy fuertes
Se enamoró totalmente de él pasándose por el culo los dimes y diretes de la gente
Quería compartir su vida con ese chico, darle su amor, pero le dio más que eso…
Tenía su dignidad, su valor, la fuerza para afrontarlo todo, esa altanería tan típica de la diva, Choi Minho destruyo a la diva… Tan vanidoso, egoísta, arrogante.
Si, la diva desapareció dejando a la vista lo que en verdad era. Pero lo que más le dolía era recordar que se entregó de alma… pero de cuerpo también.
Tantas cosas, y él seguía ahí… rogándole atención, que obtenía después de besarle los pies por así decirlo.
Se vendió por un bajo precio, pero solo quería tenerlo con él.
Recordar el pasado era algo que le dolía y lo avergonzaba también porque jamás se dio cuenta de que vivía en una felicidad irreal… en un espejismo que reflejaba un Minho que no existía.
El chico se levantó de la cama y se apresuró a buscar algo en su cajonera… una carta
La que él le dejo antes de irse por siempre de su vida… la leyó despacio pensando todo lo que esa noche paso… y empezó a recordar cada detalle de la que juro era la mejor de su vida pero todo se esfumo al despertar en su realidad.
*Una noche como tantas otras, Minho llegaba a casa de Key, era de madrugada y el alto tocaba desesperadamente la puerta, sin respuesta alguna por parte del otro comenzó a gritarle que le abriera, al escuchar el alboroto Kibum se levantó y bajo corriendo las escaleras, casi haciéndolo tropezar, ni tiempo le dio de cubrirse con su bata ese pijama de Bob esponja que usaba.
Ese cabello castaño alborotado, los ojos entrecerrados y la piel de gallina debido al frio que le causo salir tan rápido de la cama, abrió la puerta apresurado y el otro entro con el ceño fruncido, este lo dejo pasar y cerro tras de sí viéndolo fijamente.
- ¿Sabes lo que harían si te ven llegar en ese estado?, No puedes andar haciendo tal escándalo en medio de la madrugada - el otro ni siquiera lo miro, tenía la cabeza baja y se rio sarcástico.
-¿Crees que vine hasta acá para que me trates como haría mi madre? – negó con la cabeza y se dirigió hacia él. – Eres un estúpido, Bummie –
Oh no…. El solo lo llamaba así cuando buscaba algo mas… las otras veces eran solo besos y caricias hasta que se quedaba dormido y con eso estaba satisfecho, pero hoy había algo más, algo en sus ojos le informo que no solo sería eso.
- Hoy te quiero a ti – se acercó a él y lo miro lascivo relamiéndose los labios, sin esperar respuesta alguna por parte del castaño, el pelinegro lo pego a él con fuerza haciendo que Kibum soltara un quejido, Minho lo tomo del cuello y lo beso, este no se negó y correspondió al instante haciendo que sus lenguas chocaran ansiosas de explorar más de la cavidad del otro, de besos en besos fue subiendo la temperatura, Kibum pego más su cadera contra la de Minho, restregándose sobre su miembro una y otra vez haciendo su deseo cada vez mayor.
Subieron las escaleras sin soltarse, el más bajo se detuvo en un escalón y Minho lo cargo, el otro rodeo con sus piernas la cadera del alto y cuando llegaron a su cuarto lo tiro al colchón algo brusco a decir verdad pero no le importó porque tenía al ser que más amaba en el mundo besándolo, tan ansioso y necesitado de él, que solo le importo corresponder como era debido.
Minho bajo lentamente los pantalones de pijama del otro colando su mano dentro de sus boxers tomando el miembro duro de key masturbándolo lentamente – Linda pijama , eres toda una nena Bummie - Sentía como su miembro se ponía cada vez más duro. Quería marcarlo de una vez, penetrarlo con fuerza hasta el amanecer, pero se contuvo… lo desvistió lentamente dejando de lado toda su ropa, cuando este intentaba desvestirse Key se lo impidió ya que nuevamente le devoraba la boca, en medio del beso le desabrochaba desesperado el pantalón, Minho se apartó brusco de él y se los quito el mismo.- Rápido Minho hazlo de una vez – gruño el mayor sintiendo como el otro se tiraba encima suyo.
Todo paso muy rápido… no se enfocó en nada más que estar con Minho, entre jadeos y gemidos, el alto dijo algo que Kibum jamás se esperó.
Te amo
Fue lo mejor que pudo haber escuchado por parte del otro, cansado y casi sin voz le respondió de igual manera haciendo sonreír al de ojos grandes, se acurrucaron y durmieron, Key con una felicidad interna que no cabía en sí.
Cuando el castaño despertó estaba solo en la cama, no era la primera vez que Minho se quedaba a dormir con él, así que pensó que tal vez le había querido hacer el desayuno, se levantó despacio entre bostezos y vio que en la almohada había una hoja… una nota, pensó el sin darse cuenta de lo que realmente pasaba, la tomo y comenzó a leerla en voz alta, sus ojos se llenaron de lágrimas.
Bummie… mi Kim Ki Bum
Soy terrible
Me levante y me atreví a dejarte
Me fui de tu lado.
Espero me perdones
Solo quería agradecerte por tantos momentos de felicidad
Y de igual manera disculparme por todo lo que te he hecho.
Sé que nada ahora va a tener sentido
Hace algunas semanas me di cuenta de que siento algo por ti
Me hiciste apreciar lo que realmente era ser amado por alguien más.
Me enoja que hasta ahora lo haya notado
Estuve tres años contigo, te vi convertirte en la persona maravillosa que hoy día eres
Me duele saber que hasta ahora caigo en cuenta de que siempre te amé
Pero ni yo mismo lo sabia
Y lo he descubierto muy tarde.
Esto que siento ahora ya no me sirve de nada
Te he lastimado tanto que ahora ya no soy capaz de quedarme a tu lado
Sabiendo que algún día te dañare más.
Es por eso que decidí alejarme de ti…
Me he ido muy lejos
No pierdas tu tiempo buscándome porque no me hallaras.
No olvides nunca nada de lo que hemos pasado juntos, Key.
Quiero que todo en tu vida este bien
Y si no estoy en ella será mejor
Espero me entiendas.
Sé que tuve la oportunidad de tenerte pero la cague perdóname enserio.
TE AMO KIBUM
Y mucho, nunca lo olvides.
No hago esto porque quiero, sino porque es lo mejor para los dos.
No es una despedida…
Es tal vez un “Hasta pronto”
O quizá un “Hasta nunca”
El tiempo lo dirá.
Cuídate Key
Choi Minho.-
No sabía cómo reaccionar, quería ponerse a llorar… pero no tenía tiempo, debía ir a buscar a Minho. Dios aun no era tan tarde… las 11:16 am, se vistió a toda velocidad y salió corriendo a casa del alto, corrió como nunca antes en su vida, por suerte Choi no vivía muy lejos de su casa.
Llego y lo que vio no le gustó nada… un camión de mudanzas, iba enserio se iría… pero ¿A dónde?
Se acercó a uno de los hombres que estaban ahí, por la cara que puso de seguro que Key no tenía una buena apariencia.
- Buenos días – hizo una reverencia y este le sonrió – Disculpe la molestia, pero ¿Podría decirme a donde se fueron los Choi?- El hombre se lo pensó unos momentos y negó.
- M-Muchas gracias – intento sonreír pero solo consiguió hacer una mueca se alejó caminando despacio, y de repente comenzó a buscar entre sus pantalones su móvil.
Cuando lo encontró marco el número de Minho, las manos le temblaban, estaba sudando, y sus ojos le pesaban.
Un tono… dos, tres, cuatro, nada…. Un tono… dos, tres, cuatro, nada…. La misma secuencia aproximadamente quince veces y la respuesta era la misma. Un mensaje… ¡Claro!
¿Por qué ahora que podíamos ser felices?
Me haces más daño si te vas de esta manera.
Deja de llamarme o cambiare el número.
No puedes irte así de fácil… solo te ganaras mi odio.
Prefiero mil veces que me odies por dejarte
A que me odies por lastimarte.
Nunca te he odiado por lastimarme… y no lo haría.
Solo piénsalo… cuando te sientas más mierda que nunca ya no estaré para ti,
Piénsalo y ve si puedes vivir con eso porque cuando te arrepientas será tarde.
Ya basta de todo esto… aléjate.
Y no… nunca me arrepentiré de haberte dejado.
Yo no sufriré nunca por ti ni por nadie.
Adiós.
Fue lo último que vio sobre el… todos los días intentaba llamarlo, pero Minho cambio su número.
Key le perdió el rastro… y se sentía mal, tan mal que todas las noches necesitaba leer la carta para recordar que al final… todo lo que quiso se cumplió. Pero no de la manera feliz que lo imagino.
Lloraba al grado de tener los ojos totalmente hinchados. No daba para más, no quería saber nada, se sumió en una depresión y sus padres no se daban cuenta por estar ausentes, estaba solo en el mundo… Porque todo las personas a las que tenía, se habían alejado de él. *
Volviendo al presente el pequeño seguía llorando… tan desconsoladamente por saber que aún lo amaba, por recordarse que cada noche soñaba con Minho.
Entre tanto llorar y recordar se quedó dormido… solo fueron unas horas de sueño, cuando se despertó le dolía mucho la cabeza, se vio al espejo y tenía toda la cara hinchada, parecía haber sido golpeado… sus padres se iban muy temprano y lo agradecía por que su madre lo mandaba a un hospital si lo viera así.
Toda la semana transcurrió como comúnmente era, ir al colegio, volver, hacer tarea, ducharse y dormir.
Al fin llego el bendito sábado… lo esperaba ansioso por que estaba solo todo el día, lloraba y gritaba cuanto quería pero esa mañana algo fue distinto, no sentía ganas de llorar, se sentía bien. – Que extraño – dijo a la nada, se arregló y peino… hacia mucho se arreglaba pero especialmente hoy tenía ganas, se sentó en el sofá y se preparó un tazón de palomitas, miraba una película de terror, estaba tan centrado en la escena… esa donde el asesino se acerca… y ¡PUM!
Sonó el timbre, logrando espantarlo, haciendo que tirara todas las palomitas, se levantó molesto y fue a abrir y cuando lo hizo… se quedó de piedra, no lo esperaba, no se lo imagino, solo se quedó sorprendido ante la presencia que estaba frente a él.
-Volví por ti… Bummie. –