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¿Enemigo? por Xerxes Uryu

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Notas del fanfic:

Hola *agita energéticamente la mano* tanto tiempo sin verlas que las extrañé HORRORES hasta el punto de lo insano.


Quiero decirles que mi lindo Quincy ha hecho que me vaya por el camino del mal y por eso estoy de nuevo aquí. ¡Díganle hola de nuevo a su pesadilla!


 

Notas del capitulo:

Dicalimer: ¿Han visto que haya mucho IchiIshi con sexo salvaje? ¿No? Pues eso significa que todo sigue siendo de Tite Kubo.

 

Aparte este one-shot esté inspirado en "todo menos la lluvia" de la gran Aphrodita o como se hace llamar hallá Hessefan.

Había irrumpido destruyendo la puerta del palacio de hielo y a cualquier desdichado que tratara de interponerse en su camino lo quitaba con un simple movimiento de cualquiera de sus dos Zangetsu.

— ¡Yhwach, sal de donde quiera que estés! —  exclamó cínico como si estuvieran jugando a las escondidas y el “buscado” no tuviera a donde ir más.

Pasado unos cuantos minutos, y con varios enemigos a los cuales vencer, llegó a una sala que parecía ser la estancia de un emperador. La alta y distinguida figura del antecesor de los Quincy’s se vislumbraba desde lo alto sentado en su trono. El Shinigami no pudo evitar sonreír satisfactorio.

—Con que aquí estabas. Bueno, será mejor que acabemos rápido con esto — dijo mientras apretaba con determinación sus zanpaku-tō.

El pelinegro simplemente amplio su sonrisa en un claro gesto de superioridad.

—Aun te queda mucho por superarme —habló al son en el que se ponía de pie —.Pero no te preocupes, te tengo un rival perfecto para ti.

—No importa con quien peleé, el resultado siempre será mi victoria —Ichigo le devolvió la misma sonrisa de autosuficiencia y le apuntó con una de sus armas.

—No quiero escuchar algo como eso viniendo de ti, Kurosaki.

Pero la voz que escuchó le borró cualquier rastro de seguridad dejándolo en la más plena perplejidad y con horror vio lo que su mente no quería creer: cabello negro azulado, mirada fría y penetrante, piel pálida y lentes de montura al aire. Pero lo peor era verlo con la misma ropa y la insignia del que debían de ser sus enemigos.

Su cara debió de ser un poema porque la maldita sonrisa de Yhwach ahora reflejaba burla.

—Con esto los dejo solos. Confío en que mi futuro sucesor pueda salir victorioso de esta insignificante pelea.

—Haré mi mejor esfuerzo Su Majestad.

Ante estas palabras el pelinegro se fue por otra puerta mientras les dedicaba una última mirada a los dos chicos.

Ichigo por su parte no sabía en qué creer. ¿Futuro sucesor? ¡Estaban de coña! No podía ser que Uryū los abandonase. El huraño y altanero Quincy no les podía dar la espalda a sus amigos ¡joder que así no era Ishida! Con esa idea en la cabeza una débil sonrisa de esperanza abarcó el rostro de Kurosaki.

—Es una broma, ¿cierto Ishida? —decía mientras la sonrisa de esperanza pasaba a ser de desesperación al ver como la cara del Quincy se ensombrecía — ¡Dime que esto es sólo una puta broma! —exclamó bravo al ver la imperturbabilidad del de ojos oscuros.

—No recuerdo haber dicho algo gracioso —hizo aparecer su arco, ahora sólido y temible, ante la mirada atónica del otro —. Pero quiero que quede algo muy claro: en esta pelea alguno de los dos morirá —tensó su arco y junto con él el cuerpo del Sustituto al ver que el arco apuntaba hacia su cabeza.

Simplemente esto era algo que superaba por mucho las capacidades del de cabellos naranja. Más que haber conseguido su bankai, más que las batallas contra Ulquiorra o Aizen. ¿Qué pasó con esos años de amistad? ¿Con todas las batallas libradas espalda con espalda? ¿Los momentos en el que ambos se molestaban: Uryū por su inteligencia e Ichigo por su impulsividad? Simplemente era algo que no lograba entender.

Salió del trance no porque quisiera. La primera flecha había sido lanzada y él, a duras penas, logró esquivarla.

— ¡¿Cómo puedes pelear a su lado?! —gritó furioso — ¡¿Qué no sabes que él mató a mi madre y también a la tuya?!

Hablaba ya sinsentido. Sentía que los ojos le ardían y un fuerte dolor en el pecho comenzaba a formarse por la impotencia que sentía al ver que Ishida ya no se molestaba con niñerías. Lo atacaba ya con una lluvia de flechas fieras y poderosas.

Sentía que la desesperación lo invadía. Abandonaba por completo su cordura y por un momento temió que su Zangetsu Hollow lo volviera a dominar para acabar así con el Quincy. Pero todo seguía igual. Él tratando de esquivar el torrente de flechas y el de ojos azules atacando en cada descuido del Shinigami que hasta estas alturas eran muchos.

Ya no importaba vencer a Yhwach y ayudar a la Sociedad de Almas con esta absurda guerra. Su único objetivo era lograr hacer que el testarudo de Ishida entrara en razón aún si era a la fuerza y lo lograría aunque fuera lo último que haga.

Con ese único pensamiento rondando en su mente se levantó empuñando fuertemente sus Zanpaku-tō’s como si con ese gesto le pidiera a Zangetsu que le diera la fuerza suficiente para lograr su cometido. Se alzó decidido y de un gran salto lanzó una poderosa Getsuga Tenshō que por poco impacta al Quincy.

Y así la batalla empezó entre dos oponentes que no tenían el mínimo interés en caer ante el otro.

 

 

 

Despertó con un fuerte dolor que recorría por todo su cuerpo. Se sintió completamente desorientado y en lo que primero que se dio cuenta fue que estaba en otra sala o que estaban en la misma del trono pero totalmente destruida. Intentó levantarse pero una mano sueva pero firme se lo impidió. Alzó la vista y se sorprendió de ver a Uryū. Su ropa blanca estaba arrugada y en una que otra parte teñida de rojo, unos moretones y rasguños abarcaban su hermoso rostro pero de ahí en más no parecía que sufriera de otra agresión peor.

Por lo menos estaba en mejores condiciones que en las que de seguro él estaba.

Intentó hablar pero el dolor se lo impidió y solo pudo poner una mueca que de seguro fue graciosa porque logró sacarle una efímera sonrisa en esos finos labios.

—Siempre tan imprudente, Kurosaki —sorprendió al mencionado debido a la calidez de sus palabras —. Recuerda que tienes que mantener la calma incluso en las peores situaciones porque si no tu enemigo se aprovechará de esto.

Al terminar de decir eso se levantó e hizo el ademán de irse ante la mirada suplicante y aterrada de Ichigo pero antes de irse dijo:

—Hazte más fuerte que este enemigo no es como los otros que has enfrentado. Si llegas a pensar que no podrás más sabes que cuentas con mi valiosa ayuda— le sonrió socarronamente mientras que el aludido se limitaba a fruncir ante altanero comentario —. Nos vemos.

Y se fue.

Dejando a Ichigo solo, quien no pudo evitar soltar un suspiro de alivio al ver que Uryū seguía siendo igual y que no planeaba traicionarlos en ningún momento. Que desde su manera rara y retorcida los estaba ayudando a todos con esta guerra aun si con eso sacrificara su vida. Ante ese pensamiento un escalofrío recorrió su cuerpo. Simplemente no podía soportar la idea de una vida sin Ishida.

Estaba decidido. Se haría más fuerte para que en esta ocasión fuera él quien protegiera al orgulloso Uryū.

Definitivamente estaba enamorado de la persona más rara e incomprensible que haya conocido. Pero ¿sabe qué? A él le importaba poco. Amaba a Uryū y eso nadie lo evitaría. 

Notas finales:

Si quieren saber qué más me depara el destino veanlo en mi profile.


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