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Primera Letania por sugar-blood

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Cap11. – Lisztomania.

Distant from other interests
On your favorite weekend ending
This love's for gentlemen only[…]
I'm not easily offende
It's not hard to let it go
From a mess to the masses

- Phoenix

El flash de la cámara mágica encegueció por un momento a Harry. Lo que más detestaba de toda la porquería de ser el niño que vivió era…

—Que carismático cuarteto… ¡Hola! Soy Rita Skeeter, escribo para el diario El Profeta…—

Los medios de comunicación.

¡La mujer era tan falsa! Con su cabello rubio, rizado, extrañamente rígido-¿Bajo un hechizo tal vez?-, tenía una gran quijada, cejas delineadas, tres dientes de oro, largas y masculinas manos con las uñas pintadas de rojo y con unos anteojos incrustados en diamante falso.

Ahora se encontraban en la misma habitación a la que habían sido llevados el día anterior, por órdenes del ministro, y eran saludados por aquella mujer, con esas enormes y frías manos.  Todos estaban nerviosos. Claro que unos lo ocultaban tan bien, como era el caso de Fleur Delacour y Viktor Krum, y los que soltaban nerviosismo hasta por los poros, dícese Harry Potter y Cedric Diggory.

— ¡Pero bueno, eso ustedes ya lo sabían! Pero nosotros aún no los conocemos… ustedes son la noticia…— Dijo con una voz que rozaba el sarcasmo. —Que rarezas se esconden tras esas rosadas mejillas…— Se acercó a  la representante de Beauxbatons y apretó la mejilla de la rubia muy fuerte. —Que misterios enmascaran esos músculos, ¿La valentía se esconde bajo esos risos? ¿Que motiva a un campeón así? —Ahora era el turno de los representantes de Hogwarts para ser acosado por la “dama”, quien los apretujo contra ella. —Porque yo…quiero saberlo. Y también mis lectores. — Les sonrió.

Por un instante Harry pensó en lo que haría Draco en ese momento. Lo más seguro es que le respondería, con aquel lenguaje que usan los grandes aristócratas, que se fuera a la mierda.

— ¿Y? ¿Quién será el primero? — Preguntó la reportera. — ¿Qué sea el más joven? ¡Perfecto!— Esta vez no esperó respuesta.

La mujer jaló a Harry Potter cual muñeco de trapo y lo metió al cuarto que se le había asignado para las entrevistas, un cuarto sofocante lleno de escobas para la limpieza. La mujer lo empujó tan rápido que le asustó un poco ver una pluma flotante.

Rita estaba muy cerca de él y estaba dudando si entrar más al pequeño lugar ese.

—Aquí es más íntimo. — Le dijo risueña la mujer.

—Pero es un cuarto de limpieza…—Le dijo confundido.

—Ya verás que te sentirás como en casa. — Le hizo callar mientras le guiñaba un ojo.

Lo hizo pasar y lo sentó bruscamente, ella se sentó igualmente delante de él. La vuela pluma se dirigió cerca de ella con un cuadernillo flotante.

— ¿Te molesta que use una vuela pluma? — Le preguntó.

—N... No. —Le contestó confundido.

Skeeter se acercó un poco más si se podía y él se puso nervioso, se sentía casi sin oxígeno.

—Bueno, Harry. —Le llamó con confianza. —Aquí estás. Un muchacho de doce años…—

—Tengo catorce…— Le rectificó.

La mujer pareció pasar de él y la vuela pluma ni se detuvo para corregir el error.

—A punto de competir contra tres estudiantes que no solo son emocionalmente más maduros que tu, si no que tienen más habilidades y experiencia de la que tú te podrías imaginar. ¿No te preocupa?  —Le dijo frescamente, hasta parecía que lo hacía a propósito para meterle miedo.

—Pues… no lo sé. —Respondió, pero en realidad sin pensarlo, pues estaba viendo por el rabo del ojo lo que escribía la pluma mágica.

—Ignora a la pluma. —Le dijo Rita despreocupada. — Entonces… no eres un chico de doce años muy común…—

—De catorce…—Volvió a corregir Harry un poco desesperado.

—…Eres una leyenda. —Rita volvió a ignorar la corrección. — ¿Crees que estar viviendo con un huérfano hijo de mortífagos haya tenido algo que ver con querer participar en un torneo tan arriesgado? —

— ¿Qué esta dicie…?—Medio preguntó Harry enojado ¿Por qué metía a Draco en eso?

 — ¿Él te influencio para poder entrar a este torneo? Es un chico malo y puesto que acaba de perder a sus padres, podría estar en una etapa rebelde. — La entrevistadora le guiñó un ojo. —Después de todos los chicos de doce años son muy influenciables…—

—Yo no… ni siquiera quería ser parte de esto. — La cara de Harry era confusión extrema.

—Estás en una edad difícil, Harry. Está bien ser rebelde…— Le contestó la mujer sonriéndole falsamente con cariño. Pero su cara cambio drásticamente a una de exasperación y vio a su vuela pluma. — Tacha eso. — Le ordenó. —Si tus padres estuvieran vivos, ¿Creen que aceptarían esta amistad y la clase de decisiones que estás tomando? ¿Crees que se sentirían orgullosos o preocupados? —

Harry frunció el ceño. De que se metieran con su pasado, eso lo podía ignorar, pero que se pusieran a juzgar ahora sus amistades, eso no lo aceptaba. Miró de nuevo la vuela pluma y no pudo creer lo que leía.

— ¡Oiga! Mis ojos no se humedecen con el fantasma de mi pasado. — Y eso era todo lo que podía aguantar.

*/*/*

Después de la desagradable entrevista fue al lechucero, no quería ver a nadie. Y no es como si alguien lo quisiera ver a él. Ron estaba con la “ley de hielo” y parecía que todos los chicos dudaban entre acercarse a Harry o a Ron, les quería ahorrar tener que elegir. A Hermione no la había visto pero quería esperar para verla también, además ahora parecía ser amiga inseparable de Pansy Parkinson.

Subió la escalera con cuidado y tratando de olvidar todo, dejando su mente en blanco. Al llegar le sorprendió al ver la espalda recta y el familiar cabello rubio, el dueño de aquellas características se encontraba sentado en una de las ventanas del lugar, mirando hacia afuera.

—Draco…— Nombró con un susurro y sonrió sin darse cuenta.

Draco volteó rápidamente. Casi escucha el blanco y largo cuello hacer clic.

—Potter…— respondió aliviado. — Me has dado un susto de muerte…— Le murmuró de vuelta.

Harry se extraño.

— ¿Por qué tan susceptible? — Le preguntó acercándose y sentándose a un lado del otro.

—Estaba tratando de perder a Diggory hace un momento. — Le contestó. — Desde ayer ha querido hablar conmigo. Hasta tuvo el descaro de ir a buscarme a las puertas de Slytherin, pero nadie le dirigió la palabra. No sé si por ser un Hufflepuff o por haber preguntado por mí. — Le dijo mientras una lechuza se acercaba para ser acariciada por el hablante.

—Y porque no…— Carraspeó mientras acercaba su mano también al ave, pero esta le mordió de vuelta. — ¡Ouch!— Se quejó mientras escuchaba la cristalina risa sincera de Draco y no pudo evitar sonreír por escucharla. — ¿Por qué no vas a ver lo que quiere? —Le preguntó.

Aunque le hubiera cuestionado aquello, la verdad es que no quería que Diggory acaparara a Draco. Ahora que se sentía tan solo y Draco no era el mismo hijo de puta, y hasta le creía más que su mejor amigo, no quería que alguien más le tuviera también. Era su amigo ahora.

— ¿Estás loco, Potter? — Le volteó a mirar. —Yo sé lo que quiere…— Le susurró. — Quiere salir conmigo. — Le contestó finalmente un poco abochornado.

Y Harry no pudo contemplar tan adorable escena. Draco sonrojado, con el cabello revuelto por el viento,  los ojos un poco brillosos y la piel blanca por el frío. Esa imagen le puso feliz.

— ¿Por qué no quieres salir con él? — Le preguntó. — ¿A ti no te gustan los hombres? ¿O en el mundo mágico hay prejuicio…?—No terminó su pregunta.

—Potter… ¿Te olvidas que estuve comprometido con un hombre? — Le recordó Draco con una risa siniestra.

—Tienes razón…— Le contestó y escuchó un “—Siempre tengo razón. —“murmurante de Malfoy.

Se quedaron un rato mas así hasta que recordaron la hora de la comida y se dirigieron juntos al comedor.

*/*/*

Todos tenían las miradas puestas en Harry y Draco en toda la hora de la comida. Habían llegado juntos, todos se habían preguntado ¿En donde habían estado esos dos? Se sentó a un lado de Hermione y vio a Ron a lo lejos junto a Seamus y Dean.

—…Y entonces Pansy me regaló este brazalete, ¿No es genial Harry? — Preguntó Hermione.

Harry regresó de sus pensamientos bruscamente y le volteó a mirar.

—Sí, es muy bonito. — Le dijo con una sonrisa.

Hermione se dio cuenta de que en realidad no le estaba prestando atención, pero no le importó.

— ¡Harry! Dile algo ¿Qué tal si esa cosa esta hechizada? — Le pidió Lavender horrorizada.

La castaña le hizo mala cara. Harry miró hacia el frente, hacia la mesa de Slytherin y frunció el ceño. Krum estaba sentado a un lado de Draco, en vez de estar en su mesa de Durmstrang y hablaba con Draco.  Algo dentro de él se revolvió y pensó que tal vez la comida estaba mala.

— ¿Por quién me tomas Lavender? —Preguntó Hermione enojada.

—Has tenido tantas molestias por esa serpiente…— Contestó la chica y Granger vio a varias chicas de su curso asentir en aceptación. — Es una Slytherin, Hermione, trae algo entre manos. — Terminó la chica volviendo a su comida.

— ¿Y tú que sabes? — Levantó la voz la castaña. — ¡Tu no la conoces! En vez de empezar con tus prejuicios, deberías empezar a callarte la boca Brown…— Le dijo mientras se levantaba y salía del lugar furiosa.

Todos en el comedor la habían escuchado y no se la creían. Una pelea entre los leones estaba fuera de la imaginación. Pansy se levantó de su mesa y fue tras Hermione, luego le siguió un desconfiado Ron.

El pelirrojo siguió por el pasillo principal al comedor hasta encontrar a las chicas, cerca de unos salones. Parkinson abrazaba a Hermione mientras la castaña lloraba a mares. Su ceño se frunció y estaba a punto de ir a separarlas pero una mano se puso en su boca y lo tomó para arrastrarlo a un salón en desuso. En cuanto lo soltaron adentro sacó su varita y miró a su captor.

— ¿Zabini? — Preguntó. — ¿Qué diablos? — Dijo un confundido Ron.

—Tranquilo Weasley. Déjalas en paz. Es su problema, no debemos interrumpirlas. — Le dijo mientras se sentaba en el escritorio principal.

Ron Weasley no podía estar más confundido. El mundo se estaba volviendo loco. ¿Desde cuándo estos Slytherin se metían en sus vidas y separó al trió dorado? Todo había pasado por culpa de Malfoy. Él lo empezó todo. Llegando al comedor con su mejor amigo y haciéndose la víctima, luego Parkinson quitándole el tiempo con Hermione y limpiándole la cabeza. Y ahora el estaba ahí encerrado con Zabini.

— ¿Crees que les voy a creer, sucias serpientes? — Preguntó a la defensiva.

Blaise Zabini bufó y puso sus ojos en blanco.

—No me importa lo que pienses. Solo no las interrumpas. Tienes un don para cagarla…—Le dijo sin terminar pues el pelirrojo lo interrumpió.

— ¿Y a ti que te importa? La amistad con Parkinson solo le está dando problemas a Hermione… ¿Y tú que sabes de mi?— Dijo ofendido.

—Más de lo que crees Weasley. — Le dijo Blaise mientras lo observaba de cerca. — Al enemigo hay que conocerle…— Sonrío ladinamente.

Se quedaron en silencio cuando escucharon pasos cerca y la voz de Hermione hablando a Parkinson.

—No me importa... — Decía la castaña. — Siempre pensé que los Slytherin estaban todos llenos de prejuicios… Nunca había estado tan equivocada…— Se lamentaba.

—No pasa nada Herm… Solo ignóralas, ¿Si? Nadie merece tus lágrimas. — Le decía la pelinegra.

Zabini sonrió mientras se escuchaban los pasos a lo lejos. Se bajó del escritorio y caminó hacia la puerta, poniendo a Ron en posición defensiva.

—Deberías de aprender un poco de Granger, rojo…—Le dijo el moreno, haciendo enojar a Ron por el apodo. — No todo es lo que parece…— Y salió del lugar.

Ron se quedó un momento viendo la puerta. ¿Qué diablos les pasaba a los estúpidos Slytherin?

*/*/*

Harry caminó hacia las habitaciones de Sirius. Le había mandado llamar después de la comida y la verdad no tenía muchas ganas. Después de ver a Krum comiendo cerca de Draco y verlo caminar hace un momento con él en los pasillos, algo dentro de él estaba mal. Sentía algo arder en su estómago y eso le molestaba.

— ¡Oh Harry! Qué bueno que estas aquí. Perdón por llegar después que tu, pero tuve que entregar unas cosas a McGonagall…— Le dijo Sirius mientras le decía la contraseña a su cuadro y este se abría. — Pasa, pasa. — Le pidió.

— ¿De qué querías hablar Sirius? — Le preguntó, sin querer, con un tono enojado.

— ¿Estamos de mal humor? — Preguntó Sirius mientras se acercaba al comedorcito que estaba en su habitación e invitaba a Harry a sentarse delante de él.

— ¡Ron no quiere saber nada de mí! — Le mintió Harry. En realidad estaba triste por eso, lo que le tenía enojado era lo de Krum.

— ¿Quieres que hable con él…?— Preguntó Sirius pero Harry le cortó.

— ¡No! Si él no quiere creerme sobre lo del cáliz, que se dé cuenta por el mismo…— Contestó.

—Harry, por lo que te mandé hablar es por otra cosa…— Dijo un poco incómodo su padrino. — ¿Has tenido otros…sueños? — Le preguntó.

Harry se sorprendió el haber olvidado su sueño antes de entrar a Hogwarts y se golpeó mentalmente la cabeza por eso.

—S…Si. Una. —

— ¿Puedes contarme un poco de ella? — Le pidió Sirius mientras serbia té con galletas.

—Bueno….Estaba Wormtail y Voldemort. Había otro hombre, pero no estoy seguro quien era, no lo había visto nunca. Voldemort estaba ordenándole algo a Wormtail, algo sobre hacer algo sin mí, el decía que era importante, el otro hombre decía que no lo iba a decepcionar. Iban a reunir a sus camaradas… mortífagos. Luego descubrieron al viejo muggle y… lo mataron. — Le contó resumiendo.

— ¿No dijeron el nombre del extraño? — Le preguntó.

—No.  Solo le pidió hacer algo importante. —

—Te… quería a ti. — Se respondió Sirius mirando hacia otro lugar pensativo. —Ahora entiendo lo del cáliz…— Se susurró para el mismo de nuevo, pero Harry no lo escuchó.

—Pero esto es solo un sueño ¿No? — Preguntó un poco nervioso Harry.

—Claro. — Sirius volvió en sí y le sonrió. — Pero tu nombre en el cáliz y los mortífagos en el campeonato, no son coincidencias… Parece que Hogwarts no es tan segura. Igor Karkaroff fue un mortífago…Y nadie, nadie, deja de ser un mortífago. Crouch que tiene un corazón de piedra, mando a su hijo a Azkaban. — Le informó Sirius.

— ¿Crees que alguno de ellos puso mi nombre en el copa? —

—No lo sé, pero quien lo haya puesto, te aseguro que no es tu amigo. Muchos han muerto en este torneo. —

—No tengo miedo, Sirius. — Le dijo firmemente Harry.

—Lo sé. —Le sonrió tristemente Sirius.

Después de tomar un par de tazas de té y que Sirius cambiara de tema por las historias de cuando él y sus padres iban a Hogwarts, se sintió aliviado.

Era cierto. No tenía miedo. Ahora sabía que tenía oportunidad de ganar contra Voldemort, tenía A Sirius, a Remus y ahora a Draco para apoyarle. Ya no se sentía solo.

Notas finales:

¿Que tal? ¿Como han estado todos? ¿Como va avanzado la historia? Espero que sea de su agrado hasta ahora.

Ya hice mi primer examen para la universidad estas vacaciones, solo me falta uno mas. Espero que me vaya bien. En cuanto he regresado de ahí me e puesto a escribir, se lo di a mi beta para corregirlo y aquí esta este hermoso capitulo que me encanto escribir.

Bueno, regresare mas pronto de lo que creen. Gracias por leer. Besos y abrazos. Sugar-blood fuera.


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