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Primera Letania por sugar-blood

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Notas del capitulo:

Cuanto tiempo... han pasado muchas cosas desde la última vez que actualice, pero ya estoy más centrada y puedo empezar a actualizar. 

Wow, me encanta que les encante(? estoy super emocionada por los siguientes capitulos, se viene el baile y unos capitulos que revelaran muchas cosas, espero que sean de su agrado.

Otra cosa más, deseo terminar esta primera letania a finales de año, contando con 23 o 24 capítulos. Así que estén pendientes. Gracias por sus comentarios, son lo mejor chic@s. 

 

Cap14. –  TNT.

See me ride out of the sunset[…]
´Cause I´m T.N.T., I´m dynamite
(T.N.T.) and I´ll win the fight
(T.N.T.)
I´m a power load
(T.N.T.) watch me explode
- AC/DC

 

—Creo que tendremos que ir al lado oeste del lago, Gustav. Puede que ahí encuentre la Wolffia Angusta

Magnus casi se muerde la lengua para no gruñir de exasperación a su colega de casa Neville y en cambio sonrió amistosamente.

—Claro Nevi…— Le dijo cariñosamente, logrando que el nombrado se sonrojara.

El primogénito de los Magnus caminaba hacia los estrados del campo de quidditch acompañado de Neville Longbottom. No era una compañía agradable pero tenía que guardar las apariencias.

— ¡Hagan sus apuestas! — Escuchó cuando llegaron a sus asientos con los demás Gryffindor’ s.

— ¡Vamos amigos ¿quién quiere apostar?! — Le secundó una segunda voz.

Los gemelos Weasley. Volvió a sonreír cuando le dirigieron la mirada. Traidores a la sangre…

—Vamos Magnus… ¿No quieres apostar? — Le dijo alguno de los dos.

— ¡Si Magnus, todos están  apostado a Krum! — Le secundó el otro, ¿Fred? ¿George? Quien sabe…

—No, gracias chicos. — Les despachó amigablemente.

Después de que Neville igualmente despidiera a los pelirrojos gemelos con una mirada de reproche volvió con su plática.

—Y debo conseguir unos guantes especiales para no lastimar la…—

Y se desconectó. Tenía tantas cosas en que pensar. El problema era solo uno, pero era muy grade, problemas familiares. Estar en buenos términos con su señor y su madre, que cada día estaba más insoportable. De verdad quería casarse con Draco Malfoy ¡Por favor! El hombre-o mujer- que se casara con el rubio, sería el ser más afortunado del mundo. Le encantaba. Desde que eran pequeños y en aquella época donde su padre vivía, visitaban varias veces la mansión Malfoy.

La primera vez que lo vio, pensó que era una niña; como una muñequita de porcelana y definitivamente pensó que cuando fuera grande quería que fuera su esposa. Pero sus sueños fueron rotos cuando descubrió que era un Él y no una Ella. Su padre decidió casarlo con su hermana, pero su madre estaba en desacuerdo y quería que él fuera quien se casara con el heredero Malfoy. Y su madre siempre obtenía lo que quería. Sus esperanzas fueron devueltas y regresaron con el odio de su hermana. Annika quería tanto como él ser quien se casara con Draco, pero su padre no tenía las fuerzas suficientes para darle una rotunda negación a su esposa.

—… ¿Crees que la profesora me preste esos guantes? — Fue lo único que escuchó de Longbottom.

—Claro. — Contestó seguro de lo que hablaban, aunque no haya prestado real atención. — Siempre y cuando los cuides bien. — Agregó para que no quedara en duda que sabía del tema que estaban tratando.

Suspiró cancinamente en su mente cuando vio la sonrisa en Longbottom.

*/*/*

— ¡Este es un gran día para todos…!—

“—No para mí. —“Se dijo internamente Harry por las palabras que decía el director de Hogwarts.

— ¡…En cada una de las tres pruebas se corre un gran riesgo! — Volvió a gritar Albus en los altavoces.

“— ¡Podría sólo callarse! —“La voz dentro de Harry sonó desesperada.

El morocho miraba de reojo por la carpa hacia afuera. Estaba terriblemente nervioso y las palabras ‘alentadoras’ del director come caramelos, le ponían un paso más cerca de la incertidumbre. No sabía en qué momento se puso a dar vueltas por la carpa que compartía con los demás campeones. Pero pasando por una esquina escuchó que susurraban su nombre y se acercó curioso.

— ¿Potter? ¿Me escuchas? — La voz de Draco le llegó como música a sus oídos.

— ¿Malfoy? Si, si te escucho. — Murmuró, agregando al final un suspiro tranquilizador.

—Tranquilo, Potty…— Le dijo con una risilla maliciosa el rubio. — Va a ser fácil. Ninguno de estos niños ha vencido al señor oscuro dos veces y mucho menos un basilisco… — Le animó.

Harry sonrió de medio lado amistosamente. Lo fue a buscar a él, no a Krum y menos al molesto de Diggory. Solo a él…

—Aunque haya hecho todas esas cosas asombrosas…— Le interrumpió con picardía, tal vez  estar todas las vacaciones con Sirius se le pegó algo de su ego. — no prometo salir ileso de aquí. — Para eso último utilizó un tono más cansino, casi desalentador.

—Vamos Potter, tu puedes. Hermione y Pansy creen que lo lograrás… y yo también. — Intentó subir el valor del elegido consiguiendo que Harry se sintiera bien por saber que su amiga estaba con él. — Hay algo que…— Carraspeó llamando la atención del otro. — ¿Hay algo que pueda hacer por ti? — Le ofreció sinceramente.

Harry sonrió socarronamente.

— ¿Qué tal un abrazo? — Le dijo en broma.

Escuchó a Malfoy bufar detrás de la carpa y de un momento a otro, y antes de que pudiera reír por la cara que seguro tendría el aristócrata heredero Malfoy, fue abrazado por este. Se impresionó mucho, pero correspondió rápidamente. Cuando la sorpresa lo abandonó, sonrió sobre el hombro del otro.

— ¡Jóvenes enamorados! — El flash de la cámara y la voz molesta de Rita Skeeter los sorprendió separándoles en el momento. — Que…tierno. — Sonrió mientras su pluma mágica empezaba a escribir.

Draco la vio entrecerrando sus ojos, que ahora parecían témpanos de hielo al ver a la ‘Periodista’. Harry también la vio con mala cara y se dio cuenta de que los demás campeones los miraban, también escuchó claramente el gruñido de Krum y los pasos de Diggory al acercarse, la risilla boba de Fleur la ignoró olímpicamente.

—Draco, ¿Qué haces aquí? — Susurró Cedric atrás de Draco tomándole de los hombros.

—Después hablamos…— Le dijo.

—Aunque pasara algo malo este día, de cualquier forma serán noticia. — Dijo la escritora de chismes más odiada.

—Puede meterse sus falsas noticias por el…— Le murmuró venenosamente el rubio, pero no pudo terminar.

—No vale la pena, Draco. — Interrumpió Krum, como siempre acentuando la ‘r’. —Usted no debe estar aquí, la tienda es solo para los campeones y sus amigos. — Pronunció en forma de advertencia el jugador búlgaro a Skeeter.

Rita miró con admiración y vergüenza al imponente Viktor Krum.

—Bueno… no importa. Ya tengo lo que quería. — Y descaradamente la mujer pasó la pluma por la barbilla al campeón.

Una última foto y la periodista caminó a la salida.

Draco suspiró, llamando de nuevo la atención de los competidores hombres.

—Esa maldita arpía de…—

—Draco. — Habló  Krum. — Ya no vale la pena. La mujer parlanchina se fue. —

Aquellas palabras hicieron que la ira de Draco mermara un poco, recordando que hizo anteriormente. Esa no era una buena forma de comportarse. Va a la tienda antes de la primera prueba, abraza a Potter y luego arma un escándalo- aunque no lo pareciera, para él era un escándalo pelear de esa forma.- con una periodista. Seguro mañana habría algo indecente de él en  ‘El Profeta’.

—También debería irme. — El rubio miró a los cuatro campeones. — Mucha suerte. —Les dijo.

Pero antes de que pudiera dar media vuelta un abrazo fue dado por Diggory, causando el enojo de Potter y Krum. Por su parte Draco sólo se quedó quieto. No le parecía hacer otro numerito apartando groseramente a Cedric.

—Gracias, Draco. — Le susurró cerca de su oído el Hufflepuff, agradeciendo, claro está, de la amabilidad del rubio por no apartarlo.

—Solo… no mueras Digorry. — Le respondió igualmente en un murmullo que solo ellos escucharon.

Cedric lo dejó libre del abrazo y miró a Krum, quien le sonrió altivo, como si no ocupara suertes ni nada de esas cosas. Draco también le regresó una sonrisa bastante Slytherin. Una última mirada a Harry también fue dada, aunque éste le mirara con el seño fruncido.

En cuanto Draco se hubo ido de la tienda entraron Bartemius Crouch junto a Dumbledore y los otros directores. El ministro traía consigo una bolsa negra y de apariencia rugosa y les explicó que tenían que meter la mano para sacar el dragón en miniatura que se encontraba dentro. Viktor Krum sacó un Bola de Fuego Chino, Fleur Delacour un Galés Verde Común, Cedric Diggory un Dragón Sueco de Hocico-Corto y a Harry el Colacuerno Húngaro.

Aunque Harry estaba de un pálido enfermizo, el ministro les explicó lo que tenían que hacer. Sólo era recoger el huevo que los dragones protegían, que contenían la clave para la siguiente prueba. Dumbledore les deseó suerte a todos y le comunicó a Cedric que era el primero en pasar.

El Hufflepuff aspiró hondo y todos escucharon los vítores que Hogwarts daba con su nombre mientras salía de la carpa bajo la atenta mirada de los otros campeones.

*/*/*

—Podrías dejar de mover tu pie, Black…—Gruñó el profesor de pociones, Severus Snape.

—No puedo evitarlo ¿Qué no vez que estoy nervioso, Quejicus? — Le respondió en el mismo tono cansino que le daba el otro.

Draco apretaba con fuerza su túnica escolar. Ya había pasado Cedric, Krum y Fleur, todos salieron victorioso, con unas pocas quemaduras y rasguños, pero consiguiendo el huevo dorado. Ahora saldría Potter y al igual que su tío, el también estaba nervioso.

Para poder distraerse mientras acomodaban todo de nuevo para el siguiente campeón, paso la mirada por los estrados buscando a sus compañeros Slytherin, pues él estaba en las gradas de los profesores acompañando a su padrino y a su histérico tío. Sonrió al ver un poco más abajo que él a Granger y Pansy hablando. Su mente viajó a la carpa donde ahora solo estaba Potter y se preguntó si estaba bien.

*/*/*

Estaba dando vueltas por la carpa. Sabía que era esa su elección, participar en aquel campeonato para poder estar más cerca de terminar con Voldemort. De tener por fin la oportunidad de volver a la normalidad, con su padrino y ahora Draco como nuevo integrante en su familia.

Sus pensamientos felices fueron interrumpidos por la voz del director que anunciaba al último participante. Se levantó mientras sus piernas temblaban. Tenía que recordar las recomendaciones de Snape y hacerlo todo al pie de la letra, sin embargo aún no confiaba en su profesor de pociones.

Salió de la carpa con los nervios a flor de piel, y su mente se puso en blanco cuando vio a toda la gente en los palcos. Muchos gritaban su nombre y otros pocos abucheaban.

Sus ojos voltearon al sentir el resplandor dorado del huevo, ahí, fácilmente desprotegido se encontraba su boleto para la victoria. Sin pensar si quiera corrió al encuentro del artefacto, pero antes de que pudiera dar cinco pasos la garra del dragón lo interceptó y la esquivó.

*/*/*

—Ese niño imprudente. — Murmuró Snape mientras veía como Harry esquivaba una ráfaga de fuego.

Black se encontraban parados en las rendijas del palco, como si estuviera esperando el momento en que Harry fuera alcanzado por el fuego infernal del dragón y saltar en su encuentro. En cambio Draco y él estaban sentados, pero su ahijado rubio estaba nervioso, lo notó por cómo apretaba su túnica y sus ojos que no pestañeaban ni por un segundo. Suspiró. Esperaba que Potter enserio usara ahora su cerebro.

El dragón alcanzó a Harry cuando intentaba llegar de nuevo al huevo y lo lanzó por los aires y entonces todos, incluyéndolos a Draco y a él, se levantaron de sus asientos.

—Usa tu varita, mocoso incauto. — Volvió a murmurar el pocionista.

—Tu varita Harry. Usa la varita. — Escuchó los gritos de Granger unos asientos más abajo.

*/*/*

Accio saeta de fuego. — Convocó Harry mientras se escondía de la furia del dragón.

Cuando estuvo seguro que su escoba estaba cerca, corrió hacia ella antes de que el fuego del dragón lo alcanzara; pero al tratar de alcanzar volando el huevo, el dragón se libero de sus cadenas.  Maldijo en voz baja su suerte.

Voló hacia arriba a gran velocidad y entonces se dirigió hacia afuera del campo de quidditch. Todo estaba nublado y no podía ver bien su camino, solo estaba seguro que el dragón le pisaba los talones. Una torre apareció en su mira de repente y la esquivó a tiempo, el dragón hizo lo mismo y casi muerde su escoba, pero lo único que hizo fue desestabilizarlo de su curso. Voló aun más alto encontrándose en los techos de Hogwarts pero no sintió el aleteo del dragón tras de sí, entonces decidió dar un vistazo. Mala decisión, pues el dragón lo encontró de frente y cayó en el tejado por tratar de evadirlo.

Caer en una saliente de una ventana fue su salvación y su escoba tuvo la misma suerte. Así que con el dragón aún persiguiéndole, torre por torre, él intentó bajar, salvándose de pura suerte, aunque pasándose de la ubicación de su escoba por poco. La bestia escupe fuego casi conseguía llegar a él, pero dio un gran salto y alcanzó su preciada escoba antes de que el dragón lograra darle una mordida.

Su carrear fue sin rumbo, pues la espesa neblina aún le prohibía ver. Con suerte vio un puente y se apresuró a las pequeñas rendijas y pasó rápidamente en ellas. El dragón, no muy listo, se encontró con ellas e intentó llegar a Harry, pero sólo logró estrellarse con el puente de concreto y caer al vacío.

Harry se apresuró al campo de quidditch y un poco cansado se encontró con todo el mundo en silencio, mirando hacia el cielo. Pero al ver que él se acercaba, dejando una estela de humo de su escoba, todos empezaron a aplaudir. Bajó bruscamente cerca del huevo, tomándolo en sus brazos felizmente.

Los gritos fueron más fuertes mientras alzaba en sus manos el artículo dorado. Se dio el lujo de mirar hacia las gradas y sonrió al ver a Sirius abrazar emocionado a Severus y éste último tratando de alejarlo, sus amigos gritaban y aplaudían, hasta Ron y Pansy lo hacían, pero su mirada se dirigió rápidamente a Draco que se tocaba el pecho aliviado y sonreía en su dirección.

Lo había logrado.


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