Cap16. – Throne.
So you can throw me to the wolves
Tomorrow I will come back
Leader of the whole pack
Beat me black and blue
Every wound will shape me
Every scar will build my throne
- Bring Me The Horizon
— ¿Pero que tenemos aquí? Al perro domesticado de Dumbledore. ¿Qué haces tan lejos de tu casita acogedora, pequeño animal? —
Remus miraba con rabia al hombre delante de él. ¿Cómo pudo ser tan imbécil y dejarse atrapar tan fácil? Una patada fue dada a su estómago, logrando que escupiera saliva y sangre, pero aun así trato de soltarse del agarre de los dos hombres de Greyback.
— Tranquilo... — la mano del hombre lobo mayor tomó sus cabellos y los jaló con fuerza para que lo mirara a la cara. — Aquí también te trataremos tan bien como si estuvieras en Hogwarts. — Varias risas se escucharon tras él. — Llévenselo con el otro. Es hora del espectáculo. — la sonrisa retorcida y sucia se dejó ver en todo su grotesco esplendor.
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—Entonces me pondré este vestido azul, con unos accesorios plateados, ¡oh no, necesito unos zapatos nuevos!
Hermione miraba con una sonrisa a Pansy pasearse por el dormitorio de Gryffindor ¿Qué cómo había entrado? Ella tenía sus formas… De un momento a otro, su amiga Slytherin se detuvo abruptamente y volteó a mirarla de forma mecánica.
— ¿Qué te pondrás tu Herm?
—Ah… ¿yo? — Se hizo la desentendida.
Pansy rodo los ojos divertida.
— ¡Obvio tú! — Se detuvo un momento antes de seguir. — ¡Ya lo sé! Ven, tenemos que ir por mis catálogos…
La pelinegra tomó a la desprevenida Hermione de la mano. Esta última se sonrojo levemente, sentía un cosquilleo extraño, pero no incómodo. Sonrió tontamente mientras era jalada por Pansy a sabrá Merlín donde.
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Le arrastraron de los brazos y pensó que se le desprenderían del tronco en cualquier instante. En el momento en que lo aventaron a una jaula sintió alivio en sus hombros, pero sus fuerzas se iban de a poco y cayó de agotamiento. Tantas horas sin dormir por esa misión en la que Dumbledore lo había enviado estaban haciendo más estragos de la que la misma transformación le hacía.
Transformación.
Luna llena.
¿Era esa semana?
Era esa semana.
Sus pensamientos le hicieron levantarse desesperado.
— Pensé que teníamos que levantarte. Bueno, aun así esto te despertara completamente. Ahora muchachos. — Escucho lejana la voz asquerosa de Greyback.
De pronto un chorro de agua fría fue lanzado a su cabeza. Haciéndole gemir de dolor. Su cuerpo golpeó la fría roca y estaba de nuevo aturdido por el golpe.
— Eh, no te vuelvas a desmayar. Vamos a jugar cachorro. Te vas a divertir ¿No recuerdas que día es hoy? — Su cabeza dejó de dar vueltas al escuchar lo que decía de forma divertida su captor. - Si. Luna llena. Y aquí nadie toma esos brebajes idiotas de los magos. — Lo último fue dicho con desprecio.
Su cuerpo comenzó a temblar casi en convulsiones. Greyback volvió a sonreír con arrogancia al ser él, el causante del miedo de Remus.
— Pero soy condescendiente y prometo que a cambio te daré una oportunidad de salir de aquí para que vuelvas a tu querido hogar. — La sonrisa apareció de nuevo, mostraba aquellos dientes amarillos en una sonrisilla burlona. — Mira la otra celda, chico. —
Remus levantó con trabajo su rostro. Su cuerpo se tensó y su cara se puso más pálida de lo normal. No se dio cuenta cuando Greyback entró a la otra celda y a se acercó al otro prisionero.
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Theodore Nott no era un adolecente alborotador de Hogwarts, como al principio se creyera por ser parte del sequito de Draco. En realidad, odiaba los problemas. Eran seres racionales, la naturaleza de la evolución así lo quiso.
Ahora que la familia Malfoy no estaba al lado del Señor Oscuro, sus problemas se incrementaron, todo porque su padre quería aprovechar la situación. Ahora mismo lo estaba ofreciendo en charola de plata. Estaba acabado…
Cerró sus ojos con cansancio, cerrando el libro en sus manos y dejándose llevar por la brisa que le daba al estar sentada en un árbol cerca del lago. Obligó a su mente el relajarse y dejar de pensar por un momento, creando un tipo de cuarto blanco y en silencio, un ejercicio que le ayudaba la mayoría del tiempo. Pero de un momento a otro algo apareció en su mundo tranquilo, o más bien alguien. La sonrisa boba de Neville Longbottom, instantáneamente frunció el ceño, pero algo extraño sucedió. De nueva cuenta su cuerpo se relajó al observar mentalmente las facciones un poco rellenas del joven Gryffindor… los ojos brillosos de felicidad, las mejillas sonrojadas y de nueva cuenta esa sonrisa tonta.
Y dejo de pelear para alejar aquella imagen, porque ahora le tranquilizaba más que su cuarto blanco.
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— Es como ver a un fantasma ¿no? - se burló Greyback mientras movía la cabeza del hombre inmóvil colgado de brazos a la pared, recibiendo un gruñido en respuesta.
Por las barbas de Merlín, ese era Lucius Malfoy, pensó Remus.
No podía equivocarse. Aquel cabello largo -más largo de lo que recordaba- y plateado. Se arrastró más cerca y pudo ver desde su ángulo la cabeza gacha con aquella nariz recta y esos ojos que ahora miraban a la nada.
El pecho se encontraba descubierto, mostrando unas marcas de las garras que supuso Greyback había hecho, ahora se encontraban cicatrizando y solo unas líneas rojas estaban en lugar del rojo en carne vivía que debió tener. Se sorprendido al ver que no se veía tan fatigado como un recién convertido hombre lobo.
— Fue un regalo de ese bastardo de Voldemort. Pero realmente, y ya que estamos en confianza, — Ironizó su captor. — este mugroso sangre pura está aguantando realmente la ponzoña de la bestia. Es su primera luna llena, trátalo bien. — con una última sonrisa sínica soltó los grilletes de Lucius y le dio una patada. —Su estúpido orgullo no lo ayudará esta noche. —
Pero cuando Greyback pensaba que Lucius no se levantaría, el rubio saltó directo a su brazo y lo mordió con fuerza.
Remus observó como la sangre empezaba a bajar de la barbilla de Lucius y tuvo ganas de arrastrarse fuera del lugar. Los ojos plateados de Malfoy estaban volviéndose de un dorado tenue pero brillante y se miraban salvajes.
— ¡Hijo de puta! — Gritó sorprendido el agredido.
Vio como Greyback intentaba despegar al pelo platino, pero realmente no lograba mucho. Todos los seguidores del líder hombre lobo se quedaron estáticos en su lugar. Nadie había lastimado a su líder desde hace bastante tiempo. Cuando al fin Greyback pudo quitarse a Lucius del brazo, salió de la celda y cerró muy bien.
— Te quiero conservar, pero eres un cachorro muy rebelde, Lucius. — Greyback miró la mordida con detenimiento. — Es hora, los colmillos están saliendo. — Miró a Lucius y Remus con emoción. —Vamos afuera un momento para convertirnos, luego entraremos para ver cómo se destrozan. —
Todos los seguidores de Greyback salieron en montón, detrás del susodicho. Dejando el frio calabozo en silencio.
*/*/*
— No, no Longbottom. Así no…—La voz irritada de Draco hizo reír a los presentes.
— ¡Perdón! Enserio hago mi mayor esfuerzo…—Susurró el susodicho.
Ron, Harry, Draco, Blaise y Neville estaban fuera en el patio después de la comida. Había sido un momento bastante extraño ya que el moreno heredero de los Zabini había llegado sonriente a la mesa de Gryffindor y se sentó de lo más cámpate a un lado de Draco y enfrente de Pansy que lo miraba con unos ojos brillosos de la emoción. Todo slytherin estuvo tenso tras este evento. En cambio, Draco sonrió feliz. Ahora sólo esperaba que Theodore no se sintiera mal en aquel lugar tan hostil…
—Pues no parece. Lo dejaremos hasta aquí. —
—Realmente tienes poca paciencia Draco. — La voz de Blaise se escuchaba realmente divertida.
El rubio miro enojado al morocho.
—Bueno, Longbottom de verdad es un caso perdido, hasta Potter es mejor bailarín. — Dijo cansado para sentarse a un lado de Weasley que estaba nervioso por la presencia de otro Slytherin.
— ¡Hey! —Contestó Harry parando de reír y con enojo actuado.
— Me voy muchachos. Gracias de todos modos Malfoy. —Dijo nervioso y reticente Neville.
—De nada. —Contestó indiferente el rubio.
Todos se despidieron de Neville y lo vieron marchar rumbo al castillo.
—Creo que nosotros también nos vamos ¿verdad, rojo? —Zabini se levantó y tomó el hombro del nervioso pelirrojo.
—Eh, si, si…—Respondió, recordando que tenían que practicar un poco el baile también, más por el que por el Slytherin.
Harry y Draco miraron la escena con extrañeza. Para Draco no era ajeno el comportamiento de Blaise, era como la de un depredador y Weasley se estaba comportando como una verdadera presa, todo nervioso y pasmado. En cambio, Harry se preguntaba cómo diablos había terminado su amigo pelirrojo como compañero de baile del slytherin.
—Bueno, creo que eso es todo. —Suspiró Draco mientras iba a recoger su mochila.
Harry miró a Draco mientras se agachaba para agarrar sus cosas y no pudo evitar mirar la silueta del Slytherin con detenimiento. Al momento se sonrojo, luego miro con admiración que realmente el rubio tenía un muy buen cuerpo. Miro al suelo, tratando de dejar todas esas cosas extrañas que pensaba ¿Qué diablos estaba diciendo?
—¿Estas bien Potter? —Draco le pregunto con la ceja alzada.
—Sí, yo sólo quería… quería preguntarte algo. —
“—No lo hagas…—“Pensó interiormente.
—Quería preguntar si tu tenías…—
“—¡Aún tienes tiempo! Retrocede. —”
—Bueno si tu querías, más bien. Si no quieres no hay problema, porque yo…—
—Vamos Potter, no tengo todo el día. —Le dijo Draco exasperado pero un poco divertido por el nerviosismo de Harry.
—Si tu quería ir, ya sabes, al baile ¿Conmigo? —
Salió, lo dijo. Lo dijo ¿Lo dijo? ¡oh dios, lo dijo! Una cachetada mental fue lo que sintió dentro de su cabeza.
—Bueno, veras Potter. —Ha Draco se le tiñeron las mejillas. —Yo iré al baile con Viktor Krum…—
Y en ese momento Harry pensó lo estúpido que había sido su pregunta. Claro que iría con un mago del nivel del jugador búlgaro.
—Pero eso no quiere decir que no podamos bailar. —Siguió Draco mientras daba la vuelta para irse. — Ha, por cierto, Potter, si me lo hubieras pedido antes, hubiera aceptado. —Dijo al irse a la entrada del castillo.
El niñoquevivio se quedó un momento estático. Todo en su cabeza era un desastre…
Y aun no tenía pareja.
*/*/*
— Draco... — Pronunció Lucius con una voz tensa y cavernosa.
A Remus le recorrió un escalofrío al escuchar la voz rasposa y firme de Lucius, pero entendió rápidamente que este quería saber de su hijo. Con la cabeza recostada en el frío suelo de piedra respondió.
—En el castillo, a salvo. —
Con trabajo levantó la mirada para ver la sonrisa melancólica del rubio. Algo se encogió en su pecho, pero antes de que pudiera pensar claramente un ardor le comenzó a picar en el cuerpo. La transformación era aún más dolorosa sin la poción matalobos. Sus huesos tronaban mientras se acomodaban y su piel ardió mientras el vello comenzaba a salir. Con sus garras intentaba desgarrar su piel y tal vez sentir un poco de alivio. Y como siempre le pasaba con la transformación sin la poción, perdió noción de lo que hacía. Todo su alrededor lo sentía lejano, como una tercera persona. Sintió como daba vueltas en el suelo con desesperación, sentía el dolor punzante y caliente.
Pero escucho un aullido potente y se detuvo en el acto. Era Lucius. Un gran lobo gris, grande e imponente frente a él.
Las orejas lobunas de los magos se movieron al escuchar un sonido. Por la puerta entraron a trote una manada de lobos. El más grande, tan grande como Lucius, la dirigía desde la cabeza. Un gruñido y luego ladridos desesperados se escucharon de los más grandes. Lucius se puso en posición de combate y todos los lobos secundarios, incluyendo Remus, se hicieron unos pasos hacia atrás.
Era una pelea de alfas.