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Primera Letania por sugar-blood

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Cap21. – Empire.

The wolves are at my door
But I can see the writing on the walls
The wolves are at my door
Waiting for my empire to fall
[…]Surrender the throne
The blood on my hands covered the holes
We've been surrounded by vicious cycles
and we're truly alone[…]
We've been surrounded

- Bring Me The Horizon

Harry se levantó tan rápido que su cabeza dolió el doble. Algo malo estaba pasando con su mente, de nuevo había soñado con Voldemort ¿Era una pesadilla? Era el, estaba seguro, había alguien más pero no lo reconocía, se veía salvaje y fiero, hasta dudaba de su humanidad. Había escuchado claramente la conversación:

“—Un trabajo fácil. Eso es lo que te di. — había dicho Voldemort.”

El otro aguardo calmado, o eso era lo que trataba de aparentar, pues en sus ojos podía ver el temblor que sentía, y su frente comenzaba a perlarse por el sudor.

“—Pensaba que no aguantaría. La ponzoña era suficiente para que cualquier mago la aguantara…— quiso explicarse, pero el señor oscuro no lo permitió.”

“—Bien, creo que entonces…—La voz amenazante del mago oscuro se detuvo de repente y una sonrisa se curvo en su rostro. —Tenemos un invitado. — Dijo jocoso, pero con tintes de una cólera dispuesta a salir en cualquier momento.”

Antes de que pudiera pensar alguna otra cosa, un dolor en su frente lo hizo despertar. Ahora estaba sudoroso y muy despierto, un escalofrió le recorrió el cuerpo y pensó que iba a comenzar a hiperventilar.

—¿Harry? ¿Estas bien? — Neville le saco de su ataque de nervios.

—Sí, sólo… sólo fue un mal sueño. —Le dijo mientras se tocaba la frente y le echaba una mirada a su amigo. —¿Te desperté? — Le pregunto.

—No, estaba por irme a desayunar, Ron se fue hace unos minutos. — Le respondió dudando de la respuesta de Harry. — ¿Seguro que estas bien?

—Sí, seguro. — Le contesto de nuevo calmado tirándose a la cama. —En un momento los alcanzo.

Neville no insistió más, pero se fue con la desconfianza de la respuesta de Harry. En cambio, el niño que vivió, respiro hondo y espero unos momentos antes de levantarse. ¿Tendría que decirle a su padrino lo que había pasado?

*/*/*

Lucius sabía mucho de criaturas oscuras y de los hombres lobos aún más. Era descendiente de una familia totalmente francesa, y que dominaban las artes oscuras. El sabia cosas que la bola de ignorantes que eran los ingleses (pues, a decir verdad, su padre era como el típico francés de mitad del siglo XVI) no tenían ni la mitad de los conocimientos de las criaturas mágicas que los magos franceses tenían.

Así que cuando entró en la primera etapa de transformación había controlado casi a la perfección a la bestia, claro que la parte sangre pura le gritaba que era una abominación ahora, su sangre estaba impura, un desperdicio. Pero el conocimiento de las criaturas mágicas era para controlarlas, para tomar partido de ellas. Se necesitaba gran potencial en magia mental (un poco oclumancia y legerimancia) y física para lograr un resultado a la primera transformación.

Todo esto pensando en pelear con Gayback y poder llevárselo con él a la tumba. Pero eso había pensado hace un tiempo atrás cuando había sido capturado. Pero cuando apareció Lupin y le dijo que Draco estaba a salvo, ese pensamiento se esfumo muy rápido. Podía proteger a su familia un poco más después de todo. Y tenía que luchar, para mantener vivo a su hijo. Narcissa lo hubiera querido así. En su cabeza todo estaba pasando muy rápido. Miro a Lupin y decidió que tenían que salir de ese lugar. Regresar a Hogwarts sin ser descubiertos y entregarse a Dumblendore, así podía ver de nuevo a su hijo, a su Dragón.

Preparo sus patas traseras, su pelo se erizo, mostró sus caninos y miro amenazadoramente a su captor. Greyback poseía la misma mirada psicópata de siempre, era un punto a su favor. El imbécil no prestaba resistencia a la bestia y esta le dominaba por completo, haciéndolo torpe pero peligroso. Pero él era el doble de peligroso, él tenía un poco de razonamiento de su parte.

De un momento a otro los gruñidos de los dos Alfas pararon para acercarse a gran velocidad. Parecía que chocarían y comenzarían a tirar mordidas y zarpazos. Pero Lucius fue más rápido y salto encima de la manada para salir por la puerta del calabozo.

Todos se quedaron estáticos en el lugar mientras Lucius soltaba un estridente aullido y se iba detrás de Remus Lupin, que ya llevaba algo de camino hacia el bosque.

*/*/*

Era una mierda ¿Realmente pensaba que su padre lo dejaría ir así como así? Claro que no. Él era su llave para la grandeza, su pase par aun lugar alto en aquella jerarquía oscura, a la cual obviamente no quería pertenecer.

No había pasado ni una semana después del incidente con su profesor de pociones cuando había recibido una carta de su padre. Naturalmente, no estaba en claro el hecho de que no aceptaba su negación (pero si estaba implícito) para unirse a los mortíferos. Él le dejo claro su rechazo al apellido, si eso significaba ser el muñeco de trapo del señor oscuro. Y ahora miraba como el agua se mecía en el lago cada que una hoja caía y flotaba por un rato sobre la superficie.

—Sabía que estarías aquí…—Una voz suave le despertó de su trance.

—Longbottom. —respondió como saludo.

—¡Oh vamos! Es Neville, inténtalo por una vez Theo. —Le reprochó el león.

Nott miro dubitativo a Neville. No era que el no pudiera llamarlo por su nombre de pila, es que lo que significaba que le llamara “Neville” significaba algo más… personal. Pensó de nueva cuenta en la carta de su padre, aunque muy ambigua, sabía que significaba una negación a su renuncia familiar. Él podía vivir realmente sin su padre, podría pedir una emancipación y pedir la herencia que su madre le dejo cuando murió. Pero eso requerirá muchos trabajos en el ámbito judicial mágico…

—Neville…—Le contestó, parando un momento.

—¿Si?

—¿Me acompañarías a la biblioteca?

Vio la sonrisa de Neville cuando se levantó del sucio suelo.

—¡Claro! Vamos. — Le contesto sonriente el gryffindor.

Después de todo, era uno de los alumnos más inteligentes de su generación, podría averiguar que estaba pasando y emanciparse. Y sobre todo, pensó mientras miraba al sonriente león, tenía al mejor ayudante de todos.

*/*/*

Remus estaba consiente, desde el día que entendió de su maldición, que nunca sería igual que los demás. Aun así, siempre se mantenía positivo, extrañamente para la mirada de algunos. También sabía que las cosas que hacía en su estado nunca las recordaría, aunque ciertamente había una parte de él que se forzaba en tomar el control de su transformación y sus actos, entre más se esforzaba, mas furioso se ponía. Pero en ese instante… en el que corría de una manada de lobos, aun lado de otro alfa, le hacía sentirse en control.

Momentos antes, cuando la lucha entre Lucius y Greyback había comenzado se dio cuenta de la fuerza de sus patas, comenzando a gruñir, caminando alrededor de la pelea. No despego su mirada ni un momento del gran lobo blanco, ni siquiera cuando vio el pelaje llenarse de color carmesí. Pero maravillado se dio cuenta que la mayoría de esa sangre salía del hocico de Lucius, que le daba mordidas graves al otro alfa.

La pelea dentro no duro mucho, su captor claramente no aguantaría más y vio cómo se empujaba hacia la salida. La manada de Greyback se hicieron a un lado, ladrando frenéticos. A pesar de lo barbaros que eran, tenían reglas y claramente, la prueba de fuerza entre dos alfas era algo que no se realizaba con trampas, podrían romper las leyes mágicas, pero nunca las de la manada. Así que el salió rápidamente de igual manera.

Fuera el viento soplaba y caían algunos copos de nieve en prado virgen, había un bosque cerca y se dio cuenta que podía escapar, que estaba consciente de su situación y podría lograrlo. Pero dio una mirada a la pelea, algo dentro de él lo empujaba ahí. No a la pelea en sí, sino en el lobo alfa albino. Tenía que estar aún lado de él, no podía dejarlo con toda la manada de Greyback ahí.

No paso mucho tiempo cuando las miradas de Malfoy y el mismo se encontraron. Su mente comenzó a trabajar con el brillo dorado de aquellos ojos, lo transformó en un lenguaje que claramente le decía “corre hacia el bosque”. Él no estaba seguro que esa era la interpretación, su razonamiento de mago lo engañaba, pero sus patas, su naturaleza le hizo correr a toda velocidad. No miro hacia atrás, estaba preocupado por Lucius, pero no miro a otro lado que no fuera hacia enfrente. Su corazón casi se sale cuando escucho las pisadas y jadeos de un lobo aun lado, temiendo lo peor y sin detenerse volteo, para encontrase suspirando internamente al ver a su alfa…

Su alfa.

Su pensamiento fue un caos por tal declaración, la parte consciente obviamente. Pero no le dio mucho tiempo en reflexionar las tonterías que estaba pensando, pues sus orejas se agudizaron al escuchar a la manada de Greyback acercarse.

*/*/*

Hermione nunca pensó que se sentiría tan relajada al estudiar en los brazos de otras personas, siempre tenía en mente que el camino del conocimiento era solitario, pero los brazos de Pansy le decían lo contrario.

— ¿Herm? —Escucho suavemente tras ella.

— ¿Si? — Contesto sin quitar la vista de la lectura.

—Tú… vas a regresar en vacaciones de verano a tu casa ¿cierto?

Escuchaba el miedo en la voz de la serpiente. Las vacaciones estaban aún lejanas para ellos, pero Pansy no podía dejar de pensar y darle vueltas a eso. No sólo a las vacaciones, sino en donde se quedaría. Regresar a su casa no estaba en sus planes, menos aun con la carta que le había llegado esa mañana de su padre, donde básicamente le desheredaba y la advertencia de no regresar a su casa, obviamente todo implícito, ahora sólo esperaba ansiosa la carta de su madre.

—Supongo que sí, tendré que regresar a mi casa en verano. —Hermione dejo de leer por un rato, pero sin quitar la mirada del libro. —¿Tu…regresaras a tu casa? — La leona estaba insegura cuando hizo la pregunta.

Una parte de ella había olvidado ese pequeño detalle. Pansy tendría que regresar a su casa, con sus padres, sus padres leales al señor oscuro. ¿Y si no regresaba? ¿Y si algo pasaba mientras estaba lejos?

—¿Puedes… si quieres puedes venir a mi casa? Estoy segura que sí presionamos un poco, tus padres… Digo, si quieres. Mi casa está en un barrio muggle y no es…— La pelirisada hablo deprisa con algunas pautas, pues no había tocado el tema de su “condición familiar” desde que se comenzaron a tratar.

Lo único que recibió fue un abrazo de la pelinegra.

—¡Me encantaría ir contigo Herm! Le enviare una carta a mi madre, sé que ella me dará permiso.

Las dos se miraron con una sonrisa. Donde estaría una, la otro también estaría ahí.

*/*/*

¿Tenía un plan para escapar? No. Estando encerrado en aquella prisión su mente trabajaba en la resignación. Había salvado a su hijo… era suficiente para él. Sólo lamentaba no poder salvar a Narcissa, pero los dos sabían que darían todo para salvar a su preciado hijo. Si tan sólo hubiera hecho las cosas bien…

Borro esos pensamientos rápidamente de su mente mientras seguía corriendo, teniendo presente de que Lupin le seguía… tenía que sacarlos de ahí. Y esta vez se salvarían los dos.

*/*/*

—¡Draco!

Siguió caminando, no miró hacia atrás.

—¡Draco, espera!

No pudo seguir ignorándolo cuando toda la gente comenzó a murmurar a su espalda.

—Cedric, buenos días. —Le saludo cortes, pero cortantemente.

Una parte de él se arrepintió por el tono que había usado, aunque fuera así con él, esa sonrisilla boba no se quitaba de su rostro. Realmente no quería meterse más en problemas… no después de todo lo que la prensa y el baile de navidad había provocado. Ahora que su padrino estaba calmado y los hermanos Magnus habían regresado, no quería que lo distrajeran de su salud mental y claramente Cedric era un problema, porque poco a poco ese… hufflepuff de pacotilla se estaba volviendo una importante ecuación en su vida.

—Buenos días para ti también. Te ves radiante, como siempre.

Volteo los ojos cansinamente, pero realmente le sorprendió que esta vez fuera tan directo en sus atenciones.

—Bueno, tú no te ves tan mal para tener una misión con un huevo mágico que es imposible de descifrar sino quieres quedar sordo en el intento. Bueno, si eso es todo, me voy, con permiso.

—¡No! Espera…—Cedric lo tomo de la mano suavemente. —De eso es justamente de lo que quiero hablar… sé que vas a ayudar a potter con eso, los he visto ir a la biblioteca con el huevo. —Los recelos afloraron en Diggory sin que este pudiera evitarlo, tampoco es que lo quisiera esconder.

Eso sí que sonrojo al rubio. Le había dicho al cararajada que investigaran por separado, pero no había querido separarse de él, sabía que lo hacía para que no fuera a volar con Krum, pues Sirius le había prohibido a Harry volar, es obvio que no quería que el volara, estaba celoso de que el si pudiera volar.

Sin que se diera cuenta Cedric estaba pegado a su oreja, y le dijo:

—Tú me ayudaste con lo del dragón y quisiera regresarte el favor. El huevo, si llenas la tina del baño de prefectos, podrás escuchar más que sólo gritos.

El susurro hizo que su piel se enchinara y no pudo sentirse más que avergonzado.

—Yo… gracias. Nos vemos después.

Fue todo lo que dijo antes de dar media vuelta y caminar lo más lejos del hufflepuff. Este último sólo quedo con una sonrisa ladina en su rostro.

*/*/*

Correr es un sin sentido, era lo que pensaba. Nunca pudo huir de sus problemas, como sus amigos. Y hasta podía decir que ellos tampoco encontraron como huir al final del día. ¿Qué le hacía pensar que Lucius, un recién convertido, lo iba a sacar de ahí? ¿Por qué lo seguía en primer lugar?

Pensó en que tal vez le hubiera gustado tener una familia. Pero el miedo… el miedo a que no funcionara por su… maldición, no lo dejaba ver más allá de lo que le podía ofrecer a alguien. Siempre pensó que con los hijos de sus amigos bastaría, podría ser un gran tío. Pero no pudo proteger a Harry, y la respuesta para eso iba correctamente a ser un hombre lobo.

Esto podía acabar, si se rendía.

*/*/*

—¿Qué tan seguro estas de esto Draco?

—Vamos, vale la pena intentarlo.

Harry miraba como el rubio giraba las llaves del agua de la bañera de prefectos. No sabía cómo había conseguido que los dejaran entrar, pero ahí estaban. Cuando el rubio lo había citado cerca de los baños de prefectos y le había pedido que trajera el huevo nunca pensó que fuera para esto.

—No confió en Cedric, digo, básicamente estoy usurpando su lugar y tú sabes que el intenta salir contigo, no estoy…

—¿Podrías confiar en mí? —Le miro enojado el slytherin. —No te pido que lo hagas por Cedric, ni siquiera por mí, hazlo para salir vivo de esta Potter…Llevamos semanas pensándolo y nada. Sólo, metámonos en la bañera. —Termino cansado.

Harry estaba a punto de preguntar qué significaba el “metámonos” cuando vio como Draco comenzaba a desvestirse.

—¡Espera! — Se acercó a él y detuvo sus manos que quitaban su camisa.

—Vamos Potter, nos quedaremos en ropa interior. No te iba a mostrar las joyas nobles de mi familia, por favor. — Le dijo en tono cómico el rubio.

Harry se ruborizo, peor a la vez se enojó porque sabía que se estaba burlando de él. Al final termino cediendo y cuando Draco ya estuvo dentro de la bañera, él estaba quitándose los pantalones. Mientras lo hacía, observo como Draco comenzó a nadar por todo lo ancho de la gran tina, la piel de su espalda se veía brillante por la espuma y las sales de baño, los prefectos sí que se daban la gran vida. Se metió con cuidado y se acercó a Draco quien descansaba su cabeza en una de las esquinas con los ojos cerrados.

Este final de año si fue muy cansado, pasaron muchas cosas. ¿Cuándo descansaría de toda la tensión? Una espinilla se clavó en su pecho al pensar que estaba arrastrando a muchas personas al caos de su vida como el “elegido”. Sin querer asustarlo le toco suavemente el blanco hombro al rubio y se maravilló por lo suave que era. Eso hizo que Draco saltara de la impresión.

—Me asustaste Potter. — Le dijo enojado el otro. —Bueno, trae la baratija para acá.

El obedeció con una sonrisilla. Antes de llevarlo para con Draco, intento abrirlo, pero los gritos que daba el huevo eran insoportables aun, así que lo cerro rápidamente de nuevo.

—Creo que tu amiguito se equivocó. —Le dijo mientras le entregaba el huevo cerrado.

Bueno, por lo menos estaba a solas con Draco… en la bañera, semidesnudos. Trato de alejar ese pensamiento, nada bueno podría pasar. Observo a su acompañante, que a su vez observaba con interés el huevo. Sus cabellos rubios caían con el peso del agua, y daban un toque plateado. Quiso acariciar su cabello mojado, pero su mano se detuvo cuando Draco hablo.

—No creo que fuera así de fácil. ¿Abrirlo sólo en el baño de prefectos? No… eso es muy sencillo, como si el lugar tuviera un hechizo o algo. —Razono mirando el cuarto y sus alrededores. —Tal vez habría que…

Draco sumergió el huevo y rápidamente cuando no escucharon el ruido infernal, los dos se sumergieron juntos.

Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos,
que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos.
Nos hemos llevado lo que más valoras,
y para encontrarlo tienes una hora.

Los dos subieron cuando termino la canción, tosiendo y limpiándose los ojos y los lentes respectivamente.

—Espero que te gusten las criaturas mágicas del lago Potter. —Dijo Draco mientras se salía de la enorme tina. — Porque te acompañaran por una hora.

*/*/*

Lucius empujo con el hocico a Lupin cuando este parecía querer rendirse. El espeso bosque parecía no tener fin y el olor a agua salada comenzaba a llenar sus fosas nasales. Cerca había una ensenada, no parecía que fuera una simple bahía, por la elevación y el lugar en el que estaban diría que un acantilado ¿Hacia dónde correr?

Los pensamientos borrosos y salvajes los concentraba en energía para su patas y salir corriendo. Recordó a su familia materna de la que agradecía, porque lo poco que había aprendido de ellos, les estaba salvando la vida. Su madre era una bruja inigualable, poderosa, dulce e inteligente, solo tenía un defecto, su esposo. Abraxas Malfoy en cambio, era un hombre severo, perfeccionista y su poder igualaba la de su amada esposa. La familia de su madre era especialista en criaturas mágicas, hasta había rumores que eran mitad velas, pero la verdad era que sólo eran muy inteligentes en controlar no sólo criaturas mágicas, sino a las personas también.

Tenía un tío muy excéntrico, lo conoció antes de ir a Hogwarts, cuando fue un mes de vacaciones a Francia con su madre, pues su padre estaba tratando negocios en Inglaterra. Édouard era tal vez el más extraño de sus familiares. Ese mes había sido de todo, menos vacaciones. El recuerda verse encerrado en la biblioteca de su tío lleno de libros y criaturas mágicas. Había tantos libros escritos por sus antepasados en aquella biblioteca que nadie más aparte de ellos había visto.

Los gruñidos de la manada de Greyback se escucharon próximas, iban a matar.

“Las personas somos más cercanos a los animales de lo que crees Lucius…”

Por fin el bosque llego a su fin. El acantilado estaba ahí enfrente, como había predicho.

“Hay dos caminos en esta vida: Luchar o huir. Los animales no necesitan elegir, ellos sólo actúan.”

Lupin se detuvo junto a él, con las patas muy pegadas al final del camino, a punto de caer.

“Los humanos en cambio, razonamos. Un inconveniente para sobrevivir en momentos de desesperación.”

Miró como comenzaron a rodearlos, Grayback por detrás, listo para saltar a su yugular.

“¿Tu que eres Lucius? ¿Luchar o huir?”

En ese entonces no sabía que contestarle a su tío. Pero en ese momento estaba consiente.

“—Sobrevivir.”

Y con un aullido estridente que desoriento a los lobos enemigos, empujo a Lupin y así mismo del acantilado. 

Notas finales:

Bueno, algunas explicaciones respecto al capítulo. No tome en cuenta que para 1996 Abraxas muere, así que aquí ya se murió el señor. También tengo entendido que la familia Malfoy en sí, se mudó a Inglaterra en 1066 o algo así, so… aquí fue Abraxas el que decidió mudarse porque su esposa quería que Lucius asistiera a Hogwarts. Creo que eso es todo, si hay alguna cosita que se les haga rara avísenme por favor, que soy muy despistada. Nos leemos pronto (espero). 


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