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Primera Letania por sugar-blood

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Notas del capitulo:

Hola gente ¿Qué tal? Aquí con un nuevo capítulo. Esto fluye de mi mente tan rápido que a veces no puedo acomodar las ideas por completo. ¡Necesito a mi beta! Bueno, los dejo leyendo. Disfruten

Cap3. – The Day I left The Womb.

Mother, where are youtoday?
Youtook a piece of me thedayyouwentaway,
No recollectionnorthesmell of your perfume,
I took a piece of youtheday I leftthewomb.

- Escape The Fate

El primero en despertar fue Harry. Más temprano de lo normal, tal vez por los nervios de tener a Malfoy a unos pocos pasos de él. Después de asearse bajó para tomar el desayuno, eran apenas las nueve y estaba enterado que todos se reunirían a las once de la mañana. Al llegar al comedor se sorprendió al ver a Snape y Draco sentados con una taza de algo caliente, aunque no sabía si era café o té.

—Buenos días. — Dijo en tono bajo. 

—Buenos días. — Respondieron los dos Slytherin al mismo tiempo cortante.

Un aura de presión se sentía en el ambiente, pero como siempre, el tan oportuno Sirius Black hizo aparición para forzar aún más.

—Buenos días Harry, Draco y… Snape— Saludó el pelinegro entrando al comedor.

Harry se preguntó a qué horas se habrán despertado los otros y si no estaban planeando alguna cosa extraña. Sirius bostezó sonoramente.

—Buenos días, Tío. — Respondió el rubio mientras llevaba la taza a sus labios.

—Buenos días, Black. — Fue la respuesta de Severus, arrastrando el apellido por costumbre.

Sirius gruñó un poco y tomó asiento lo más retirado que pudiera de Snape. Harry también hizo lo que su padrino y desayunaron en un completo y tortuoso silencio. Harry aún resentía un poco tener que compartir casa con dos personas que no tragaba para nada y Sirius no quería presionar a su ahijado.

Los elfos sirvieron el desayuno y cuando hubieron terminado, Snape había acabado de leer el periódico y Draco su taza de té.

—Bien, falta media hora para que empiecen a llegar los demás. — Bostezó Sirius. — Solo queríamos agregar algunas cosas…— Miró significativamente a Snape.

—Nada de peleas, ni insultos o cualquier tipo de violencia. — La voz de Snape se escuchaba autoritaria, como la mayoría del tiempo.

Draco miró a su padrino y de reojo miró a Sirius.

— ¿Sugieren un tipo de tregua? — El rubio levantó una ceja hacia Sirius. — Yo me quedaré callado si ellos lo hacen…—

—No es como si nosotros empezáramos las peleas. — Susurró Harry, pero Draco alcanzó a escuchar.

Sus cejas rubias se juntaron formando un ceño fruncido.

—Oh bueno Potter, si tu amigo Weasley no fuera tan bocazas…— Expuso Malfoy arrastrando su nombre como si fuera basura.

Harry estaba a punto de salir en defensa de su amigo pero Sirius le puso una mano en su hombro.

—Ese no es el punto. Hagan un paro a las agresiones. Vamos a estar conviviendo por lo que queda de las vacaciones y las que vengan. — Sirius les dijo calmado pero con un tono un poco pesado

Los dos adolescentes se miraron por un corto momento.

—Está bien. — Harry fue el primero en responder.

—Claro. — Dijo murmurando Draco.

Sirius suspiró un poco aliviado. Eso ya era avanzar un gran trecho.

*/*/*

Los primeros en llegar fueron Nymphadora, Alastor Moody y Kingsley. La primera saludó efusivamente a su primo y le dijo las ganas de su madre de verlo. Draco estaba un poco en shock por la forma de ser de su familiar femenina y se dijo que todos los Black 's estaban locos-excluyendo a su madre y el, claro-, Alastor solo se la pasó observándolo con su único ojo y lo hacía sentirse incómodo. Su prima le hacía preguntas extrañas de vez en cuando, pero no pasó mucho tiempo para que los señores Weasley 's, que no venían con sus hijos llegarán. Draco se mantuvo lo más lejos de ellos, aunque las miradas de lástima de la señora Weasley eran insoportables y quería salir corriendo.

Quince minutos más y alguien entró por la chimenea.

—Buenos días…—Saludó la figura cansada y pequeña de Remus Lupin.

— ¡Remus! — se levantaron nombrándolo Harry y Sirius.

Dos pares de brazos envolvieron al licántropo.

—Pero si hace dos semanas que nos vimos…— Sonrió Remus.

—Ya te extrañábamos…— Dijo Sirius en cuanto soltó al otro hombre y se dirigió al comedor seguido de los demás.

—Bueno, empecemos la reunión. —Suspiró Kingsley mientras tomaba asiento. —Creo que lo primero es hablar sobre el juramento del señor Malfoy. Todos están enterados del inconveniente y si no me equivoco, cooperará, ¿Verdad? — El hombre de color miró al rubio.

Draco asintió sin decir palabras y sin chistar realizaron el conjuro. Nada de lo que escuchara de ahora en adelante saldría de los labios del joven Malfoy.

— ¿Cómo están las cosas en el ministerio Moody? — Preguntó Sirius.

Alastor bufó sonoramente y volteó su ojo en forma cansina.

— Fudge está levantando falsos a diestra y siniestra. Aun con las pruebas enfrente de sus narices no quiere prestar atención. — Contestó el hombre con un solo ojo.

Todos empezaron a dar su opinión y a citar el periódico donde el ministerio estaba tratando de calmar un poco la situación en el mundo mágico negando la resurrección del señor tenebroso.

—El señor oscuro no atacará este año…— Dijo de repente Draco.

Todos callaron rápidamente y fijaron sus vistas en el rubio con mirada perdida en la mesa.

—La mansión era su lugar de reunión, aunque a veces cambiaba de territorio por precaución. Fue hace dos meses que eligió la mansión Malfoy como guarida. Después de que llegara de vacaciones él ya estaba metido ahí…— Miró a su padrino.

— ¿Y cómo estas tan seguro niñito, que no atacará este año? — Preguntó Moody con desprecio.

—Mi padre me lo contó. Nadie trabajará para el señor Tenebroso si él sigue tan débil. —Draco ignoró el tono que uso el mayor.

— ¿Y qué espera? ¿Digo… que espera para levantar su ejército de nuevo? — Remus preguntó.

Draco empezaba a hiperventilar, pero no lo demostró. Estaba ansioso y Snape lo notó.

—El necesita algo… aún no sabemos que. Estoy en una investigación para averiguarlo, pero mientras él no me llame no puedo adelantarme a los hechos. — Contestó Severus por su ahijado.

—El ejército…— murmuró Draco. — ¡Greyback! — Levantó la cabeza con los ojos abiertos de par en par hacia Severus.

— ¡¿Está juntando criaturas mágicas de nuevo?! — La mirada de Sirius fue la misma y su desesperación por no hacer nada creció.

—Hombres lobo…— Remus masculló.

Greyback era el hombre lobo que le había dado la maldición. Todo por una estúpida venganza. Remus empezó a pensar rápidamente. Tal vez su maldición podría servir para buscar a Greyback.

Lo demás que se vió en la junta fue pura estrategia y noticias que podían ser ciertas o no y que podían hacer mientras todo eso ocurría. Moody y Kingsley fueron los primeros en irse para informarle a Dumbledore lo que habían hablado. Unos minutos después fueron los Weasley 's.

—Oh Harry, casi lo olvidaba. Pronto será el campeonato mundial de quidditch y queríamos invitarlos. —Dijo el señor Weasley. — A todos. —su mirada se dirigió a Draco y Snape.

Los observados solo observaron dubitativos y se inclinaron levemente en agradecimiento aunque sus miradas era más de hastío e indiferencia.

—Gracias señor, lo tendremos en cuanta. — Sonrió Harry. — Mándele saludos a Ron y a todos. — Se despidió mientras los veía desaparecer en llamas verdes.

*/*/*

Draco estuvo pensando en que ese día llegaría tarde o temprano, hasta se podría decir que se habían tardado. El ministerio había terminado de revisar la mansión Malfoy. Era hora de pensar que haría. Su padrino le informó que encontraron el cuerpo de su madre y dieron por muerto a su padre a pesar de no haber cuerpo; sumándole que a pesar de que el presentó cargos contra el señor tenebroso lo tomaron como un juego o cualquier otra cosa y el ataque fue tomado como viejas rencillas por los negocioso de su padre y tomarían cartas en el asunto. Vaya mierda de ministerio.

Ahora estaba delante de su espejo, vestido con una túnica oscura. Se sentía asqueado y sus ansias crecían y pensó si sería bueno avisarle a su padrino sobre eso.

Alguien tocó suavemente a su puerta. El dio un suave entra aun sabiendo quien era.

— ¿Estás listo? — Preguntó su padrino entrando con pasos lentos.

—No. Uno nunca está preparado para estas cosas, solo hay que hacerlas. —Contestó Draco sin quitar su mirada del espejo.

Severus deslizó un frasco por el bolsillo de la túnica de su ahijado.

—Si te sientes mal y la poción no te sirve, házmelo saber. — Severus apretó suavemente su hombro.

Cuando el hombre salió de la habitación suspiró y apretó la poción suavemente y se dio la vuelta para seguir a su padrino. Al bajar las escaleras se encontró a los dos Gryffindor’s y a Severus.

¿Enserio? ¿Potter pensaba ir?

Todos vestían su túnica negra, hasta Potter. Sirius y Severus tenía el cabello agarrado en una coleta baja, uno más acomodado que el otro. Y Potter… Potter tenía su mismo vomito de gato en el cabello, parecía que intentó arreglarlo pero fracasó en el intento.

Suspiró cansado. Era la hora.

*/*/*

La ceremonia había terminado y en menos de media hora se llevarían el cuerpo de su madre a cremar. No invitó a las "amigas" de su madre y ningún mortífago se apareció. Agradeció internamente por ello. Pero Sirius invitó a Nymphadora y a su tía Andrómeda. Al verla se paralizó. Era tan parecida a Bellatrix que pensó que se echaría a llorar ahí mismo. Su padrino se puso atrás de él y se sintió un poco mejor. Sus parientes se acercaron y le abrazaron.

—Oh Draco. Es una lástima que nos tengamos que conocer en estas circunstancias. Pero quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que ocupes. — Le informó su tía mientras le sonreía cálidamente y la imagen de Bellatrix se disipó.

—Si necesitas algo nosotros estaremos cerca. Solo tienes que decirle a Sirius y nos comunicará. — terminó de decir su prima.

—Gracias. — Contestó más por caballerosidad que por otra cosa.

Después de que su tía se fuera, Severus se fue con la poción calmante para prepárala con un té. Sirius y Harry estaban atrás mientras Draco estaba en los asientos de enfrente esperando a su padrino, un poco ansioso.

—Yo las invité. Espero que tomes en cuenta lo que ofrecieron. Es la única familia que nos queda y es bueno apoyarnos entre nosotros. — Le dijo Sirius mientras se sentaba a un lado de él.

Draco pensó que el mayor había escogido un mal momento para abordarlo. Estaba nervioso y frustrado; no creía conveniente hacer todo un monólogo en el velorio de su madre.

—Ustedes no son mi familia…— Murmuró Draco respirando hondamente. — Yo no les intereso, yo represento todo lo que odian. Un verdadero sangre pura. — Le dijo irguiéndose un poco más.

Sirius frunció el ceño. Enserio quería ayudar a Draco, a que encontrara el buen camino, o lo que pensaba el que era el buen camino, pero el muchacho no quería cooperar.

— ¿Seguir a un loco psicópata es ser un verdadero sangre pura? Entonces no, preferí no serlo. — Respondió Sirius con un tono un poco alterado; pareciese que el mal humor era un rasgo Black en ese momento.

—"Cuando tu familia está bajo amenaza eres capaz de cualquier cosa."— El rubio citó las palabras de su padre.

Antes de que Sirius agregara cualquier cosa, Snape llegó con una taza de té entregándosela a Draco. Este cambio su semblante por uno más calmado mientras tomaba la bebida. Sirius se levantó suspirando frustrado y se dirigió afuera.

Severus lo vio por el rabillo del ojo y lo siguió poco después.

—No lo presiones Black. Parece que quieres hacerlo cambiar de la noche a la mañana. — Severus hablaba con un tono sabio y por primera vez no lanzaba su apellido con odio.

— ¿Y tú que vas a saber Snivellus? — Sirius se recargó en la valla del portón.

—Soy un buen padrino. —Se mofó el pelinegro. —Eh estado con el todo este tiempo. — Severus se cruzó de brazos. — El confiaba ciegamente en sus padres y lo que ellos le tenía planeado para el futuro. Ahora ya no tiene nada. Dale tiempo, Black. — Le dijo mientras se volteaba para regresar con su ahijado.

Sirius suspiró y pensó en dejarlo todo. Dejar que Snape se ocupara de él difícil adolescente sangre pura. Él ya estaba un poco mayor para encargarse de dos jóvenes que querían encontrar su camino. Pero algo cruzó su mente y la idea se disipó como humo.

Había hablado con odio hacia su familia. Repudió su sangre por muchos años. Negó lo que era. ¿Estaba enojado porque vio en Draco lo que él pudo ser? El fantasma de su familia le perseguía… Tal vez sería bueno hacer las paces con ellos también.

Se alejó del portón y regresó con pasos lentos. Lo haría, se encargaría de Draco y Harry. Un Black no rompía sus promesas.

 


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