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Primera Letania por sugar-blood

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Notas del capitulo:

Creo que no hay nota que agregar hoy. Pero nunca deben de faltar los agradecimientos por los comentarios. Gracias por el apoyo. 

Cap6. – Blue and yellow.

Should've done something but I've done it enough.
By the way your hands were shaking.
Rather waste some time with you .

- The Used

Después del incidente en el partido de quidditch Sirius esperaba la llamada del ministerio a testificar pero nada de eso pasó, ni el segundo ni el tercer día, así que solo dejó de esperar y se dedicó a su sobrino y a su ahijado. Faltaba una semana para entrar a Hogwarts y Severus tuvo que irse para preparar sus clases.

Por alguna extraña razón la falta del gran humor de Snape le hacía sentir vacío en las mañanas. Draco se sentía aun más raro sin su padrino cerca, Sirius le daba su espacio pero cuando los amigos de Potter venían de visita su tío acompañaba en la biblioteca en silencio y agradeció a Morgana por eso.

En ese pequeño lapso de tiempo Draco fue visitado de nuevo por sus familiares femeninas y los otros dos Gryffindor ‘s recibieron a Remus Lupin un par de días.

*/*/*

— ¿Dumbledore? — El tono de Harry fue dudoso

—Así es. Quiere verme lo antes posible. —Respondió Sirius mientras pasaba la carta a su ahijado.

Sirius suspiró mientras se levantaba del cómodo sillón.

—Tengo el permiso para pasar por vía flu, así que pienso que de verdad es importante. —

— ¿Me vas a dejar solo…con Malfoy? —Preguntó casi pujando el menor.

Draco estaba insoportable en esos días, Severus le había dicho a Sirius que era una etapa y que se le pasaría, Black se lo informó a Harry y le pidió que fuera un poco más tolerante. Harry no veía tal inconveniente.

Parecía que Draco no reconocía la existencia de Potter y raramente le dirigía la palabra, solo para decir cualquier comentario sarcástico, pero nada más. No había amenazas, ni bromas pesadas, ni maleficios, nada. Ron le había dicho que solo estaba guardando todo, preparando alguna súper broma o algo así. Hermione sentía cierta lástima por el muchacho rubio.

Volteo a ver a su padrino cuando se dirigía a la chimenea.

—No tardaré Harry. — Le dijo antes de arrojar los polvos. —Hogwarts…— murmuró y desapareció en llamas verdes.

*/*/*

Sirius miraba la sonrisa del anciano director mientras trataba de que su mente procesara el ofrecimiento que acababa de ofrecerle el director.

— ¿Quiere que trabaje aquí, en Hogwarts? — Preguntó pestañando varias veces.

—Así es muchacho. Estuve considerándolo varias veces y decidí que es lo mejor. Hogwarts es el lugar más seguro hasta ahora, no digo que sea el mejor pero es así. Harry necesitara aun más apoyo y ahora que has salido sin cargos no creo que haya impedimentos para tal cosa. — Le dijo el director mientras sus manos se juntaban arriba en el escritorio.

— ¿Profesor de Runas antiguas? Bueno… —

Sirius cabeceó un poco. Si lo veía superficialmente era perfecto y el aciano amador de los dulces de limón tenía toda la razón, podía estar cerca de Harry y Draco. Tendría una ocupación en vez de encerrarse en la mansión Black y hacer el vago. Además era una materia fácil para él aunque siempre estaba la posibilidad de volver a su trabajo de auror...

—En tus años de escuela eras muy bueno y la profesora Babbling necesita unas vacaciones. Serás de gran ayuda aquí. — Sonrió Dumbledore.

Sirius también sonrió.

*/*/*

Harry se levantó del sofá calmadamente. Hoy no venía ninguna visita y eso lo hizo sentir aburrido. Escuchó a Hermione hablar sobre la biblioteca Black la cual contenía unos libros muy interesantes, no estaría de más averiguar qué clase de libros se encontraban ahí. Si, estaba muy aburrido.

Subió las escaleras hasta llegar al pasillo donde se suponía-o recordaba- estaba la biblioteca. Un sonido llenó el aire. Abrió levemente los ojos y se acercó a una puerta que estaba contraria a la de la biblioteca. Estaba semi-abierta y se veía vieja pero no tan sucia, como si la hubieran limpiado hace poco. El sonido aun más cercano hizo que el corazón de Harry diera un brinco y se sintió hipnotizado, como si lo llamara como algo familiar.

Tomó el picaporte y empujó suavemente, la puerta cedió. Sus ojos miraron la silueta recta de Draco Malfoy, en toda su gloria. Harry no sabía de música pero le cautivó aquel sonido, y se avergonzó tanto, por el sonido que parecía tan personal, como si Malfoy le contara sus más oscuros secretos.

Las notas rápidas se mezclaban con otras suaves de momento y el rubio movía sus largos dedos de un lado a otro con sus ojos cerrados fuertemente, pero cuando sintió la presencia de alguien más,  paró en seco, con un ruido sordo y espantoso.

—Potter… ¿Qué diablos haces aquí? — Preguntó cansado el pianista.

—Amm yo…—Balbuceo un poco Harry mientras se ponía levemente sonrojado y se sintió estúpido al sentirse avergonzado— Pasaba… Iba a la biblioteca y escuche… escuché como tocabas. —

Draco levantó una ceja, preguntándose hasta que nivel de curiosidad llegaba Potter. Tal vez aquel dicho que su prima uso alguna vez era cierto "La curiosidad mató al gato".

—Bueno, ya que sabes de donde venía el sonido te puedes ir. — Le invitó cortante mientras se levantaba.

El cuarto donde se encontraba el piano era pequeño y en medio se encontraba aquel instrumento que Draco usaba tan frecuentemente.

—Tocas muy bien. —Halagó sin pensar Harry.

Draco bufó y dio una vuelta al lugar y quedándose atrás del piano.

—Claro, soy un Malfoy. —Dijo como si fuera lo más obvio del mundo, más por inercia que por petulancia.

Harry rodó los ojos, tal vez fue mala idea soltar aquello sabiendo lo vanidoso que seguiría siendo Malfoy. Potter pensó un momento en las palabras de Hermione.

"—Tal vez Malfoy te entienda más que todos nosotros. Perdió a sus padres también... Malfoy no parece del tipo que es malo, solo que así fue educado…—"

—Estuve pensando…— Dijo Harry, interrumpido por un bufido de Malfoy que ignoro. —Estuve pensando en que sería bueno hacer las paces adecuadamente…tratar de ser… ¿Amigos? Intentar llevarnos bien. —Harry levanto su mano esperando que el otro la tomara.

Draco fijo su mirada en el saludo de Potter y lo miró serio, su mirada se congeló y tomó un color gris apagado. Se dirigió a paso moderado hacia su némesis y lo escaneó con la mirada poniendo nervioso a Harry.

—Yo te ignoro y tú me ignoras, trato. — Draco levantó su mentón y pasó a un lado de Potter.

Harry escuchó la puerta cerrarse y se quedó un momento con su mano aún levantada. Todo le sonó un poco familiar pero su mente no pensó en eso pues todo se dirigía a que en realidad no entendía por qué trataba de hacer las pases con aquel rubio, inmediatamente se justificó por tratar de que Sirius no tuviera que aguantar sus peleas.

Suspiró quedamente y bajó su mano. Sería bueno salir de ahí y bajar a ver si Sirius había llegado.

*/*/*

Severus gruñó levemente. Ahora no solo tenía que aguantar a Black en casa y en vacaciones, sino que también sería su compañero de trabajo. Quería jalar de sus cabellos y gritar hacia los dioses que mal le había hecho al mundo para merecer todo aquello. Suspiró cansinamente y miró al hombre sentado frescamente en su escritorio.

—Bien, ya terminé, podemos irnos…—

—Oye, aún no me has dado la lista. —

Snape rodó los ojos.

—Bueno, supuse que ya te habías ido corriendo después de saber todas las responsabilidades que conlleva ser un maestro. — Dijo tranquilamente el pocionista.

— ¡Oh vamos! Somos adultos y estoy seguro que puedo ser un buen maestro. — Sirius repuso frunciendo el seño.

—Como sea. —Contestó quitándole importancia Severus mientras le aventaba una carpeta. —Esos son tus grupos. ¿Ya nos podemos ir? ¿Oh el "señor" desea que le prepare la clase también? — Murmuró Snape mientras guardaba sus cosas.

Sirius miró a Severus, quien le daba la espalda en ese momento. A veces no entendía por qué era tan arisco. Llevaban casi un mes en la misma casa y ninguno de los dos se había matado, ¡Hasta habían hablado civilizadamente! ¿Por qué Snape seguía con aquellos tonos? Dejó de pensar en aquello cuando el pocionista giró y lo miró señalando la chimenea para poder regresar a Grimmauld Place.

*/*/*

Una voz siseante en su sueño hizo que Harry despertara temprano esa mañana. Sudado y confundido el chico-que-vivió trató de calmar su respiración y guiarse hacia el baño si temblar. No recordaba bien aquel extraño sueño y pensó en decírselo a Sirius, pero no tenía ni pies ni cabeza su explicación. Se arregló sin muchas ganas. Regresaba a Hogwarts. No es como si no quisiera ver a sus amigos de Gryffindor, pero quería pasar más tiempo con Sirius. Su maleta estaba lista desde ayer y solo tenía que preocuparse por el desayuno.

De pronto recordó que Draco también regresaría con él. ¿Qué pasaría de ahora en adelante? Ya no eran enemigos, y ni siquiera sabía si podría ser algo más que eso.

Cuando puso fin a sus pensamientos, se dirigió abajo para encontrándose a Sirius en el pasillo cercano a la puerta acomodándose en cuello de una camisa muggle.

—Buenos días padrino. —Saludó feliz Harry.

Sirius miró a su ahijado con una sonrisa.

—Estamos de buenas, ¿eh? —

Antes de que Harry pudiera contestar algo Draco hizo aparición bajando las escaleras.

—Buenos días. — Saludó quedamente.

El mayor miró a su sobrino. Draco se veía más pálido de lo normal. No sabía si se debía a que la ropa oscura que llevaba el muchacho lo hacía verse así.

— ¿Te sientes bien Draco? —Preguntó Sirius acercándose al muchacho.

Malfoy trató de reponerse, pero después de que Severus se fuera no tenía poción para dormir y no había descansado bien, sumándole el hecho que no había comido adecuadamente esa semana.

—Sí, estoy bien…—Contestó.

Sirius miró preocupado al rubio, pero antes de que pudiera acercarse más el otro se fue directo al comedor. Suspiró y miró a Harry con una sonrisa forzada.

—Vamos a desayunar…—


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