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Big Brother: Teen Challenge por SinnaeGrell

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Notas del fanfic:

Bueeno, este es un fic que estoy escribiendo para una pagina de facebook que administro c: (https://www.facebook.com/CorazonDeMelonYaoi

La modalidad del fic será así: Cada capítulo en el que se nominen a 3 participantes para que elija quién se va, yo preguntaré en la página que dije (en un álbum donde están los capítulos) quién quieren que se vaya. Los fans de esa página simularán ser el público (Teóricamente lo son xD) Y quien elijan, será eliminado :) Si gustan participar en las eliminatorias, pueden revisar los capítulos en la página (Los subiré al mismo tiempo aquí y en la página) El álbum se llama “Fanfic: “Big Brother: Teen Challenge”  Gracias n.n ¡

[Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, sino a Beemoov y a ChinoMiko, de la páagina Corazon de Melón/ Corazón de Bombón o Amour Sucré.]

Notas del capitulo:

Bueeno, este seria mas bien como el prologo ewe ~ Se presentan las razones y asi uwu A partir del 3er capitulo se comienza a elegir eliminados c:



   A veces uno no se imagina siquiera lo que puede suceder en su futuro. Mucho menos cuando tus decisiones son tomadas en base a otra persona; proteger a alguien a veces te lleva a tomar caminos arriesgados o dolorosos. No es que esté del todo mal, sin embargo, ¿está bien dejar que el destino de uno mismo sea encaminado por tus caprichos de satisfacer a otra persona? Esos eran los pensamientos de Kentin. Un chico meramente atractivo tanto interna como externamente. Se le atribuían los halagos por doquier luego  de salir de la escuela militar, hacía dos años. Había cumplido ya diecinueve de edad, lo suficiente para darse cuenta que a veces los caminos que uno elige no son los mejores, pero que nos hacen sentirnos felices aunque sea un poco. ¿Que por qué? Era una respuesta que se respondía con un nombre: Lynn. Con una palabra: ella. Y con un sentimiento… el cual ya se había quemado, dejando atrás cenizas. Quizá la metáfora está algo oxidada, pero describía perfectamente lo que el chico pensaba y sentía.
   Lynn era su mejor amiga; la chica que hacía tres años, era el amor de su vida, o así pensaba él. Pero a veces las personas no terminan de conocerse hasta poco después de haberse encontrado atrapado en una situación que los obliga a ver en su interior. Sin embargo, Ly, como solía llamarla de cariño, se había encontrado con su verdadera naturaleza al enamorarse de su mejor amiga, Iris Müller. Ella también era una buena amiga de Kentin, sin embargo, él nunca sospechó ni siquiera imaginó lo que en verdad sucedía en el interior de ellas dos. Habían comenzado una relación bastante discreta y saludable, por lo que Kentin, al notar a la que antes había considerado el amor de su vida, feliz, se sintió bien, se sintió realizado… pero destruido por dentro. Por no ser esa persona que lo era todo para ella, la persona que le hiciera sonreír de esa manera especial… La persona a la que su mejor amiga, su pasado amor de su vida… amara.
   Pero, dejando de lado los desamores, se sentía en la obligación de cuidarla, de protegerla de cualquier cosa. A pesar de haber superado el fallido sueño de estar con ella, seguía queriéndola como su mejor amiga y se sentía en deuda con ella por no haber podido hacerla feliz en un pasado. Había entendido que era algo que no podía evitarse  y que, a pesar de sentirse derrumbado por dentro, quería seguir por el sendero junto a ella, aunque fuese sólo un soporte, un amigo y un protector. Pero el amor que antes sentía ya no existía y eso era lo que lo mantenía fuerte y firme en su decisión.
   Por todo esto, fue que no dudó un segundo en inscribirse en ese concurso. Iris necesitaba la cantidad de dinero que el primer premio aportaba para estudiar en el extranjero, así que Lynn, a pesar de saber lo que eso conllevaría, no lo pensó dos veces para ayudarla a ganar ese concurso. Era “Big Brother: Teen Challenge”. Un concurso donde catorce participantes vivían bajo el mismo techo, sin comunicación con el mundo exterior y tratando de convivir con los demás. Sin embargo, era inevitable (además de parte del show) que se engendraran enemigos y alianzas, bromas, mentiras y deslealtades, por lo que lo hacía uno de los reality shows más populares del país. Ese show se organizaba por ciudades; la primera temporada fue en la capital, reclutando participantes de entre 18 y 23 años provenientes de tal ciudad. Y así con cinco ciudades hasta que, por fin, se decidió que la sexta y muy esperada temporada se haría en su ciudad; Amoris. Realmente no tenía mucho sentido que se llamase “Teen Challenge” pues tenían más de dieciocho… bueno, algunas personas decían que se seguía siendo adolescente aún después de los veinte y tantos.
   Así que, sin muchos rollos, se inscribieron los tres. Iris en busca de pagarse sus estudios fuera del país, Lynn para intentar hacer feliz a Iris y Kentin para proteger a Lynn de cualquier cosa que pudiese suceder porque, sí, un pequeño detalle era que… los participantes eran tanto hombres como mujeres.

 

   Sin embargo, él no era el único que estaba en las mismas condiciones… Entre los vecindarios decentes al norte de la ciudad, se encontraba la casa de un joven rubio; Nathaniel Rousseau. Un tipo agradable, amable, servicial, dulce, caballeroso y muy responsable, además de atractivo físicamente, pues su cabello y ojos dorados lo hacían destacar en conjunto con sus facciones masculinas, pero finas. Era, a simple vista, un pez gordo; todas iban a por él. Sin embargo, cuando lograban conocer a fondo su personalidad, se iban a por otro chico más… insensible. Suelen decir por ahí que la perfección no existe y es cierto. Se podría denominar a Nathaniel como el chico perfecto, pero, vamos… que las chicas de ahora no buscan a un caballero en armadura ni a un príncipe azul. Ahora se van por el que sea eso en público, pero se torne un salvaje en la cama. ¿O me equivoco? Claro que no me equivoco. Y Nathaniel, definitivamente, no era esa clase de chico, lo cual lo transformaba en un aburrido y sensiblón para cada chica que se interesaba en él; y eso mismo le quitaba esa perfección. Y es que, a los veinte años, no tener una experiencia sexual, por lo menos mínima, era motivo de asombro. Pero sí había tenido sus novias; aquellas chicas dulces y sensibles, reservadas y propias… Las besaba y en alguna que otra ocasión alguna quería avanzar a algo más fuerte, pero, como ya dije antes, Nathaniel era muy rezagado en ese tema y prefería evitar cosas más allá de un simple y tierno beso. Con la chica con quien más duró fue Melody; una dulce joven de su misma edad, con los mismos gustos y el mismo carácter conservador. Pero ella se mudó con su familia al extranjero, luego de que su padre muriera, para defenderse de la crisis económica que había atacado al país. Y así, se fueron dos años de relación a la basura. Y Nathaniel no había sentido más interés en las mujeres desde el día de su partida. Prefería mil veces estar solo de nuevo.
   Pero, bueno, el grano al que queremos llegar es sencillo: Nathaniel se inscribió al concurso por petición de su madre… y no porque ella quisiese que él participara por gusto, sino porque su hermana, Amber, entraría por mero capricho. Amber era, ¿cómo decirlo…? Bueno, una arpía. Y Nathaniel la conocía perfectamente; era el tipo de chica que usa sus encantos físicos (cabello rubio, ojos aquamarina, facciones finas, cuerpo escultural y voz cautivadora) para conseguir lo que buscaba y/o deseaba. Y sabía también que podría meterse en muchos problemas, tanto ella como su padre, el cual comenzaba a adentrarse en la política, con un puesto de menor grado. Si Amber hacía algo fuera de lugar, su padre estaría en aprietos. ¿Que por qué no se lo negaron? Amber Rousseau, como mencioné antes, es el tipo de chica que consigue lo que quiere por las buenas… o por las malas. Supo manipular a su padre para que la dejase participar; si no se lo permitía, se iría de casa y no volvería a dirigirle la palabra. Y como su padre la tenía más que consentida, dio su brazo a torcer fácilmente. Así que, por mero capricho de su hermana y petición de su madre, Nathaniel se vio obligado moralmente a participar en aquel concurso, el cual le parecía demasiado indecoroso. Pero, qué más remedio. De cierta forma, él también sentía la necesidad de cuidar de su hermana menor, la cual era sólo dos años menor que él, ya que de pequeño, él no había sido lo suficientemente bueno como para poder llamarse a sí mismo “hermano mayor”. Con el peso moral, una decisión a veces es más fácil de tomar.
 
   Al otro lado de la ciudad, en el sur, cerca de la zona de los bares populares de Amoris, se encontraba la casa de cierto rockero rebelde que gustaba de perderse en su música. Castiel Leblanc; de padres siempre ocupados y fuera de la ciudad e incluso del país, emancipado y con el suficiente dinero y astucia para valerse por sí mismo y satisfacer sus necesidades básicas. Y con básicas, también me refiero al alcohol y los cigarrillos, los cuales se habían vuelto parte de su día a día. Normalmente, fuera de la universidad, porque sí la estudiaba, se la pasaba ensayando con su grupo de dos personas. Él y su amigo Lysandro Ainsworth; también era algo peculiar, por no decir que mucho. Eran dos personas completamente diferentes; mientras Lysandro gustaba de la época vitoriana, las historias melancólicas y poesía fúnebre, Castiel se debatía entre si el grunge o el alternativo quedaba mejor con su personalidad, además de que solía cambiar de marca de cigarrillos a menudo porque se aburría del sabor; le gustaba lo nuevo y, por consiguiente, odiaba la rutina.
   Otra muy notoria diferencia, era que Castiel era un chico con grandes aires sarcásticos, era frío, poco organizado y, muchas veces, grosero, mientras Lysandro era demasiado tranquilo, relajado, amable, aunque algo distante; usualmente era despistado y muy olvidadizo. Pero esos dos se llevaban bastante bien; Lysandro solía tenerle demasiada paciencia a Castiel, además que comprendía su actitud; incluso lo divertía a veces. Por otro lado, a Castiel le parecía interesante y entretenida la personalidad de Lysandro, así que podían convivir fácil y llevaderamente.
   Hacía apenas unos días, por un escandaloso accidente con la electricidad de la cochera de Castiel, los amplificadores, el teclado y la guitarra eléctrica se quemaron, dejando de funcionar. Pero, a lo que iba. Ellos dos habían decidido inscribirse en el concurso que habían escuchado por parte de Rosalya De Meilhan, la novia del hermano mayor de Lysandro, Leigh.  Rosalya era una chica muy mona, de ojos ambarinos y cabello albino, de buenas y llamativas proporciones, personalidad dulce y divertida, además de una brillante mente. En resumen, lo que cualquiera denominaría como la “chica perfecta”… claro, si no fuese porque solía ser un imán de problemas y circunstancias completamente fuera de lo normal, así que, apenas escuchó sobre el reclutamiento de participantes, no dudó ni medio segundo en llamar por informes. Y cuando le comentó a Lysandro, se le iluminó el rostro y se lo planteó a Castiel, el cual se negó rotundamente… luego reconsideró la propuesta y, al final, terminó cediendo, no muy convencido.

   Mientras tanto, dos gemelos se encontraban debatiendo en plena cocina; Alexy, de ojos violetas y cabello azul artificial, insistía en participar en el dichoso concurso como si en eso se le jugara la vida. Mientras tanto, Armin, de ojos cerúleos y cabello negro al natural, permanecía diciendo un rotundo “no”. Y así se les fue el día entero. Las razones del peliazul no eran las mejores del mundo, pero tampoco era una idea tan descabellada; después de todo, vivían solos, tenían que mantenerse por sí mismos y, además, conociendo perfectamente a su gemelo, sabía que el dinero lo era todo… Por lo que le propuso un trato. Si ambos se inscribían y alguno ganaba, se repartirían el dinero a la mitad; tentó a Armin a imaginarse un centro de entretenimiento personal en su habitación, con las consolas que le faltaban y los juegos que tenía enlistados para su futura compra. Al escuchar eso, se le iluminaron los azulados ojos. Y, como si de un niño se tratase, aceptó fingiendo molestia, aunque la verdad, Alexy lo conocía lo suficientemente bien como para darse cuenta que se había entusiasmado. Alexy, por su parte, lo único que buscaba al conseguir el dinero, era irse de compras al centro comercial de la capital o de Amoris, lo que fuese mejor. Ambos tenían sus pequeños lujos, por lo que no les faltaba el dinero, aunque, si tenían la posibilidad de ganar una considerable suma de dinero, ¿por qué no intentarlo?

  

   En el centro de la ciudad, dentro de la cabina de la estación de radio más escuchada de Amoris, se encontraba Peggy Bouffard, una chica de recién cumplidos 20 años, con un increíble talento para el periodismo y la comunicación en general. Llevaba tiempo trabajando en esa radio un par de meses, porque lo que realmente buscaba era conseguir un puesto de columnista en el periódico Surcé, el más leído y vendido en la ciudad; pero para eso necesitaba experiencia y contactos, los cuales podía conseguir fácilmente en aquella radiodifusora. Sabía a la perfección que lo que más se leía en el periódico, era la sección de Sociales y Entretenimiento… Así que, cuando se enteró del supuesto concurso, se le vino la idea a la mente de participar para crear disturbios y, al terminar el concurso, escribir todo lo que ahí sucedió; ya fuese verídico o no. Si daba de qué hablar, entonces mejor que mejor. Para lo que ella servía mejor que cualquiera, era para crear noticias que llamasen la atención del público… y lo haría de nuevo, con noticias sobre el más esperado Reality show del país.


   Por otro lado, Kim Blanken, una atleta y excursionista con mucha energía y poco dinero, estaba atravesando una ligera  crisis económica. Tenía el suficiente dinero para pagar las cuentas de agua, luz y gas por otros dos meses y, aumentando su salario, tendría para arréglaselas perfectamente bien otros dos meses, si no es que menos. En un mes se le depositaría su sueldo por guiar una excursión de montañismo; a eso se dedicaba, aunque últimamente la gente ya no se sentía atraída por la naturaleza y el deporte, lo cual le apasionaba a ella. Pero a pesar de lo mucho que le gustaba ser guía de excursionismo, tendría que conseguirse otro trabajo o ganar un buen pago para continuar con su hobby y alcanzar un nivel más profesional, fuera del país. Por voz de una amiga suya, se enteró del reality show que se llevaría a cabo en la ciudad, por lo que, después de darle muchas vueltas al asunto, decidió que no perdía nada con intentarlo. Además, así no tendría que pagar el agua, la luz, el gas y teléfono durante 3 meses. Era como un regalo, ¿no? Habría que arriesgarse para poder ganar.


   A pesar de que los motivos de ellas últimas dos fuesen algo egoístas, eran razones bastante válidas; e incluso de admirar. Nada a comparación de Dakota Glassmond, quien lo único que buscaba era una experiencia divertida.
   Dake, como él mismo y todos los demás le llamaban, tenía la fama de ser un joven excesivamente despreocupado. Su piel bronceada causada por el sol, ya que pasaba muchas horas surfeando, estaba decorada por oscuros tatuajes que cubrían su hombro y brazo derecha, además de parte de su pecho y abdomen. Sus llamativos ojos turquesa contrastaban con su rubio cabello artificial que dejaba ver mechones marrones, su color natural, en la parte de la nuca. Además de ser un surfista relajado, se le conocía por casanova. Lo único que le interesaba además de domar grandes olas, era pasar un buen rato con alguna chica linda. Y precisamente por ser buscador de situaciones de ese calibre, decidió que sería interesante inscribirse en el dichoso concurso del que todos estaban hablando.

   Por último, podríamos mencionar a Debrah Ross. Una chica claramente pancista. Tenía una increíble belleza, aunque bastante común; cabello castaño, ojos azules y brillantes, tez clara y tersa, cuerpo bastante bien proporcionado y una voz hermosa, pues se dedicaba al canto desde hacía años… pero una personalidad completamente detestable. La primera impresión que uno tiene sobre Debrah Ross, es que es alguien dulce, amable, caritativa, espontánea y sensible; y así muchos la conocían. Sin embargo, en su interior, todo era completamente diferente; sus pensamientos eran egoístas, narcisistas, oportunistas… Era un carbón con coraza de diamante falso. Pero, bueno, muy en el fondo, tenía sentimientos muy reales y fuertes. Pero esos mismos se nublaban por sus deseos egoístas y no la dejaban actuar como su corazón le decía. Quizá si su vida no se hubiera encaminado al mundo del espectáculo, sus actitudes  habrían sido más verdaderas, más de ella… Pero así es la vida; uno cambia dependiendo del camino que recorre. En fin, el punto es ¿cómo una chica con una personalidad tan contrastada y con una vida adentrándose al espectáculo, deseaba participar en un concurso tan escandaloso? Bien, precisamente era por eso mismo; por ser escandaloso, más podrían conocerla y a su música. Ese era precisamente el motivo principal. Fingiría ser la chica más adorable, amable y simpática de todo el mundo para que todos se quedasen cautivados por su encanto falso. Eso sin duda subiría las ventas de sus discos. Y a su mánager le agradó bastante la idea; definitivamente haría que aceptasen a Debrah en el concurso, aunque conociendo su verdadera personalidad, le daba algo de miedo… Pero había que arriesgarse.


   Esas fueron las razones de 14 jóvenes que decidieron participar en el dichoso concurso. Hubo varias decenas de chicos, si no es que centenas, que decidieron participar. A cada uno de esos chicos y chicas se les hizo una pequeña entrevista para saber por qué querían participar y para conocer un poco su personalidad y si aportaría drama al show. La mayoría de todo ellos eran porque querían el dinero por gusto propio o para poder independizarse… Nada realmente interesante o motivador. Por eso mismo, Lysandro Ainsworth, Castiel Leblanc, Nathaniel Rousseau, Kentin Visalli, Alexy y Armin Lassere, Dake Glassmond, Lynn Darcy, Iris Müller, Rosalya de Meilhan, Kim Blanken, Peggy Bouffard, Amber Rousseau y Debrah Ross, fueron los elegidos para poder concursar; las personalidades de todos eran tan diferentes y tan complementarias que harían un show bastante interesante, además que tenían motivos con los cuales los espectadores se podrían sentir identificados. Pero no se imaginarían que ese show crearía estragos en su vida; todo un caos para ellos comenzaría en una semana. 

Notas finales:

Soooooo? QUe tal? Les gusto? n.n !

Espero que si porque a csm me tarde mucho haciendo este capitulo xD ! 

Eeeen fin, cualqueir comentario es bien recibido c:

Nos leemos en el proximo capitulooo!


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