Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Qué te hace Reita en la cama? por Gazettencia

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

LEL.

Notas del capitulo:

Gazettencia reportándose.


Sé que no he actualizado Gracias a Internet (Publicidadmode:on(?)

Pero tenía que darle su fic a koru */3*/
Eres tan uke e_e9

Espero que les guste .3. En especial a tu koru x3

¡A leer!:3


-Disculpa, ¿podrías darle un poco más de brillo a mi zapato izquierdo?- pregunto un viejo de mala gana de unos 45 años a un joven, que lustraba sus zapatos.

-Claro.- contesto esbozando una falsa sonrisa. Obedeciendo la orden de aquel desagradable viejo canoso.

-Ya está.- aviso, retirando el cepillo del empeine del zapato. 

-Gracias. Ahí tienes.- dijo el viejo, tirándole unos cuantos yenes a la pequeña caja que el castaño tenía a su costado.

-Vallase a la mierda.- susurro entre dientes. -¡No me alcanza ni para una tanga!-grito. Viéndolo alejarse del lugar.

-¡Ey! ¿Que son esos gritos?

-Ah nada. Ya sabes, lo de siempre.- comento Ruki. Mostrándole al pelinegro el par de monedas que le había dado su cliente.

-¡Oi! No seas malagradecido. Además, ¿quién te manda a trabajar en esto? Apuesto a que si mi abuelo se prostituyera ganaría más plata que tu.- aseguro Aoi, burlándose del más bajo.

-Perdería esa apuesta. Creo que es eso lo que necesito, en vez de estar limpiando zapatos...-el pequeño cruzo sus brazos, fingiendo un puchero.

-He he. Chibi...

-¿Qué quieres? 

-¿Qué pasaría si Reita te hubiese escuchado decir eso?

-¿Ah?

-Sabes a lo que me refiero...

-N-no… ¿de qué hablas?- Ruki tenía la cara toda roja y se notaba algo nervioso. 

Aoi ensancho su sonrisa. -¿Se molestaría?

-¿De qué hablas?- pregunto un poco más firme Ruki, al notar que Aoi no diría nada si continuaba viéndose nervioso. 

En respuesta, Aoi metió una mano a su bolsillo y saco su celular. Sin apretar ningún botón comenzó a hablar.

-¿Has oído lo que ha dicho? Hasta niega lo que haces con el cuándo te molestas.- comento. Puso el alta voz.

-Oh sí. Definitivamente hoy se hace. Gracias por tu ayuda, Aoi.- ¿El que estaba en la otra línea era…?

-¡Reita y Aoi!, serán hijos de puta… Dame ese maldito celular.- Ruki, furioso, le arrebato el celular de las manos a Aoi. 

-¡¿Cómo se te puede ocurrir comentarle a “este” lo que me haces hacer cuando te molestas!?- grito. Viendo de frente la pantalla del móvil y estrujándolo como si fuese el cuello de su pareja.

-Vamos, no te molestes. Aoi es de confianza. La culpa de todo esto es de él. Todo estaba planeado, yo le comente lo que te hacia hacer y él se ofreció para tenderte una trampa. No podía dejar pasar otra oportunidad de verte vestido de… 

-¡Ah, cállate! Estamos hablando en la calle.- interrumpió el más bajito al de la otra línea. –Y tu… ¿Por qué mierda te ofreciste a hacer tal cosa?

Cuando Ruki se dio cuenta Aoi ya no estaba ahí. ¡Había corrido como un cobarde! Pensó. Ahora se desquitaría con Reita. 

-Te veré en 30 minutos.- canturreo Reita. Colgando.

-Serán hijos de puta….- susurro Ruki. También colgando. 

-¿Qué maneras son esas de tratar a tus amigos, eh?- Ruki enfoco su mirada en Aoi, quien se encontraba escondido detrás de un árbol.

-¡Aahh! Contigo me desquitare después, ahora vendrá Reita. Vete de aquí. No quiero que estés presente cuando venga.

-¿Pero porqueee?- pregunto de manera infantil el pelinegro.

-Porque no quiero que quedes con un trauma psicológico después de lo que me diga o haga. Así que, anda. Vete.- estaba exagerando, eso era seguro. Pero tal vez así lograría que su “amigo” se fuera. 

-¡Yo quiero escuchar!

-No. Vete a enrollar con un perro, anda.- Y finalmente Aoi se largó de ahí. Mostrándole el dedo corazón a Ruki. Esbozando una risilla burlona mientras se alejaba del lugar. 

En unos 20 minutos aproximadamente Reita apareció.

-¡¿Por qué le dijiste a Aoi “eso”?!- Ruki se tiró sobre Reita. Dándole golpecitos en el pecho repetidas veces.

-En vez de que me saludes con un “Hola, cariño. ¿Cómo te fue en el trabajo? ¿Llegaste cansado? Podría darte de cenar o bañarme contigo para que no hagas esfuerzos.” Te tiras sobre mí y me golpeas…. ¿Qué clase de novio eres?- dramatizo Reita. 

-¡Te matare!- Ahí Ruki exploto. Oh, le cortare la polla, pensó. Lo tomo por la cintura, intentando atraerlo hacia a él, ya que este intentaba huir. Reita se enredó con el pie de Ruki y tropezó. Ambos cayeron. El de la bandita sobre el más bajito. Aún seguían en la calle, todas las personas que pasaban no despegaban su vista del show de esos hombres. 

-Reita, ¿podrías levantarte?- Ruki se sentía incómodo, Reita dejaba caer todo su peso sobre él. Intencionalmente, claro. 

-No quiero.- se quejó de forma infantil. 

-Por favor, me harás tortilla. Gordo.- intento empujarlo en repetidas ocasiones, pero no funcionaba. El mayor estaba más “gordo” que el menor.

-¿Eh? Está bien, me levantare. Pero con una condición.- Reita, esta noche será muy linda, pensó.

-No me pondré ese estúpido disfraz.- se negó Ruki.

-Entonces disfruta convertirte en tortilla.- dijo Reita. Empujando más fuerte su cuerpo contra el de Ruki.

-A-ah...- gimió Ruki. ¡¿Qué demonios te pasa Takanori?! ¡No gimas! Tal vez no te arrimo “eso” en “ahí” a propósito… ¿o sí? Pensó. 

-¿Has gemido?- pregunto un curioso Reita.

-N-no, es que, me aplastas… y no puedo respirar.- se excusó Ruki. Muerto de la vergüenza por que el mayor haya escuchado su gemidito. Solo esperaba que creyera que así fue. 

-Entonces, si no quieres que te siga aplastando, acepta mi condición.- estupendo, Reita es más idiota de lo que pensaba. En ocasiones daba gracias porque lo fuera. Ahora tenía que aceptar sus condiciones.

-Está bien. ¿Cuándo?- se resignó. 

-A las nueve de la noche. Dile a tu abuela que te quedaras a dormir en casa de Aoi. Ya lo arregle todo.- encima lo había planeado todo con Aoi, que cabrones.

-E-está bien. Ahora leván-tate.- ordeno Ruki. Ahora sí que se estaba quedando sin aire.

-Te veo a las nueve, cariño.- Reita se levantó. Se inclinó y le dio un beso en los labios. Fue hacia la cajita que Ruki tenía en su puesto y le tiro ahí un par de condones.

Ruki se encontraba frente a la puerta del rubio mal teñido, tocando la puerta.

-Al fin apareces. Pasa.- Reita dio paso a Ruki.

-¿Me podrías explicar por qué estoy aquí?- pregunto Ruki, sentándose en el sofá.

-Uno: pensaste en prostituirte, y eso no me gusto. Dos: Me llamaste gordo. Tres: Aceptaste venir para que te dejara de aplastar.- razones demasiado estúpidas para el pequeño. Así era su novio… buscaba cualquier pretexto para tenerlo a su disposición.

-Eso es estúpido…- se quejó Ruki.

-Lo harás.- ordeno Reita.

-¿Tengo que?- pregunto fastidiado.

-Si.- respondió.

-¿Dónde está?- 

-En el closet de la esquina de mi habitación. 

-Demonios…-susurro Ruki. Se dirigió al closet, sacando una ajustada trusa negra, unas orejas y un pequeño collar con un cascabel colgando de él.

-¿A dónde vas?- pregunto Reita, viendo como el rubio se dirigía al baño.

-Al baño.-respondió.

-¿A qué?

-A cambiarme.

-Hazlo frente a mí.-ordeno el de la bandita.

-No.- 

Reita se dirigió a un pequeño cajón. Saco de el un pequeño látigo.

-Hazlo.- volvió a ordenar. Golpeando el látigo contra su mano, de arriba abajo.

Ruki, en silencio, comenzó a desvestirte. Comenzó por la camiseta. Desabrochando cada botón con parsimonia. Dejo las mangas sobre sus codos, mientras se ponía el collar y las orejas. 

Reita observaba a Ruki, relamiéndose los labios. Ese pequeño era extremadamente sexy.

Cuando Ruki se quitó completamente la camisa, desabotono su pantalón. Dudando un poco, se detuvo.

-Rápido.- exigió el de la bandita.

La atenta mirada de Reita lo prendía. No quitaba sus ojos de su entrepierna. Y eso lo excitaba de sobremanera. Al parecer los dos habían comenzado a disfrutar el jueguito. Fue deslizando sus pantalones, hasta quedar solo en bóxer. Su miembro se marcaba exquisitamente en la fina tela. Para Ruki era doloroso, el bóxer era algo flojo, y aun así dolía. Ahora tener que ponerse esa trusa ajustadísima no era la mejor recompensa del mundo. Decidió disfrutar el tiempo que le quedaba a su entrepierna antes de ser encerrada. Lentamente fue bajándolos, hasta que quedaron bajo sus rodillas, los saco. Estuvo a punto de colocarse la prisión negra cuando Reita hablo:

-Detente. Ven, recuéstate sobre la cama.

Ruki obedeció. Sintiendo como su miembro temblaba al no estar cubierto con nada. Un pequeño sonrojo cubrió sus mejillas. 

-¿Sabes? Te ves muy lindo. Pero estas un poco sucio de la carita y del pecho…. ¿Estuviste jugando en la tierra, pequeño?- Ruki asintió levemente. Reita acaricio dulcemente una de sus sonrojadas mejillas.

-¿Quieres que te limpie como lo hacen tus amiguitos de la calle?- Ruki volvió a asentir. Sonrojándose aún más. 

La lengua de Reita se hizo presente. Comenzó lamiendo la frente del pequeño. Bajo hasta su nariz, mordiéndola levemente. Recorrió sus mejillas, hasta llegar a sus labios. Los mordió y chupo, introduciendo su lengua descaradamente en ellos. Siguió bajando. Llego a su cuello. Hizo lo mismo que con los labios de Ruki. Después de atender el cuello de su pareja, Reita bajo por su pecho, llegando hasta sus pezones.

-Ahh.- gimió Ruki. Mientras Reita lamia y tironeaba uno de sus pezones. Con el látigo que sostenía una de sus manos comenzó a rozar el miembro de Ruki.

-¿Te gusta, pequeño?- pregunto sensualmente el mayor.

-Amhh, si amo… Mucho.- respondió a duras penas el pequeño. El calor lo asfixiaba.

-¿Qué te parece si limpiamos esta parte?- Cuando Reita menciono “esta parte” Ruki sintió un apretón en su miembro. 

-Aahh. Porfavor, amo.- imploro el menor.

Reita recorrió el abdomen de Ruki, hasta llegar a su entrepierna. Lo lamio desde la base hasta la punta.

-N-yaahh.- a Reita le enloqueció ese gemido, o más bien maullido.

Este se encargó de lamer la punta, como si fuese una paleta. 

-¡Aahh! Amo, yo… también quiero.- suplico Ruki.

-¿Qué quieres?- Reita se detuvo, viendo de frente a Ruki. 

-Umm, chupártela.- aclaro.

-Pequeño, si lo haces me correré. Solo con escuchar tus gemidos y ver tu cara me harás explotar la polla.- ¿Eso es un cumplido? Se preguntó Ruki. –Mejor pasemos a lo siguiente.- propuso Reita. 

-¿Qué quieres que haga, amo?- Oh como le encantaba a Reita cuando Ruki actuaba de esa manera. Claro que le encantaba el Ruki de siempre. Pero este solo un poco más.

-Ponte de rodillas.- ordeno.

-Mete 3 dedos a tu boca.- ¿Qué no se supone que el debería meter los suyos? Se preguntó Ruki.

Aun así obedeció. Se llevó 3 dedos a la boca. Comenzó a lamerlos, enredando su lengua entre cada uno. Cuando los sintió bien lubricados los sacó. 

-¿Ahora qué hago?- al parecer el pequeño no se percató que entre sus dedos y sus labios quedo un muy delgado hilito de saliva que los unía. Reita se dio cuenta. Se acercó hasta los labios de Ruki y lo rompió. Aprovecho para enredar su lengua con la de Ruki, en un beso corto y húmedo. 

-Ahora, follate.- una respuesta muy clara de parte del de la bandita.

-¿Qué dices, amo?- Ruki trataba de no perder la cabeza. ¿Yo follarme? Nunca lo había hecho…

-Primero mete un dedo a tu entrada. Así hasta que tengas los 3 adentro. Dilátala, ya verás que lo disfrutaras.- explico Reita.

Ruki no respondió. Bueno, lo intentaría. Pego su pego al colchón. Quiso introducir su dedo índice, pero de verdad que tenía problemas. Dolía, y mucho. Estaba tardando… no podía ni introducir el primero... Reita observaba en silencio como Ruki intentaba hacer lo que le pidió. Le daría una pequeña ayudita…

-Amo, trato de hacerlo. No puedo por mí mismo, hazlo tú. Por favor.- suplico el menor.

-Si puedes.- Reita se colocó atrás de Ruki y lo tomo por las caderas. 

-Duele mu… Ahhh.- Ruki tuvo que interrumpir su oración. Reita comenzó a masturbarle.

-Esto de distraerá del dolor. Te guiare con el primer dedo, después tu meterás los otros dos ¿De acuerdo?- propuso Reita, tomando el dedo ensalivado de Ruki, haciendo círculos con él a su entrada.

-N-no creo... ahh, poder.- Reita comenzó a masturbar más ferozmente a Ruki. Ya había introducido parte del primer dedo. Su estrategia estaba funcionando, su pareja había comenzado a acostumbrarse a la intromisión. 

-Ahora te dejare solo. Ya está el primero.- Reita sostenia la cadera de Ruki, cuando este lo solto, las rodillas del menor se fueron hacia atrás, haciendo que quedara totalmente recostado sobre el colchón. Era cierto, el primer dedo ya estaba totalmente dentro. Ruki pensó como podría introducir los otros dos. No podría estar en la misma posición de antes, sus piernas no se lo permitirían.

-Abre las piernas y siéntate sobre tus dedos.- sugirió Reita. 

En efecto, así lo hizo. Se sentó en el segundo. Estaba lo suficientemente dilatada su entrada para entrar sin problemas. Comenzó a dar pequeños brinquitos sobre ellos. Cuando se dio cuenta, el tercero ya estaba dentro. 

-¡Ahh! Amo, esto se siente tan…. bien.... ¡Aahh!

Reita observaba como Ruki se follaba. Se veía tan sensual, pequeños hilitos de saliva escurrían de su boca. Estaba tan cegado por el placer que hasta tragar su saliva se le había olvidado. 

-Para.

Ruki no podía escuchar a Reita. El placer era demasiado. Estaba tan concentrado en su tarea hasta que….

-Te dije que pararas.- una bofetada que le hizo girar la cabeza. Se detuvo en el instante.

-L-lo siento amo…- Cuando acabemos con esto le meteré el poste de luz por el culo… ya verás Reita…

-Es mi turno. Vuelve a tu posición inicial.- ordeno Reita. Vaya, pues solo con observar a Ruki se le había puesto más dura. 

Ruki se colocó como al principio. De rodillas con el pecho en el colchón. Reita dirigió su erección a la entrada de Ruki. 

-Métela ya, amo.- suplico el menor.

Reita no se hizo de rogar. Lo tomo por las caderas. Y de una sola entro en Ruki. 

-¡Aaaah!- grito. Desde la primera penetración Reita había dado con su próstata. 

-Pequeño…. Adentro sí que aprietas.- Reita se sentía en el puto cielo. Estar dentro de Ruki lo era.

-¡Ahh! Más… fuerte, amo.- imploraba el menor. La polla de Reita no se comparaba con sus dedos.

Por estar jugueteando, ambos no aguantarían mucho. Pronto se correrían.

-¡Ah!, me corro.- las embestidas de Reita cada vez eran más fuertes. Más salvajes. 

-Y yo… Mnhh ¡Aki!- Al final Ruki se salió del papel. Ya no lo soportaba. Tenía que correrse.

Primero se corrió Ruki. Solo bastaron unas cuantas embestidas de Reita para que él se corriera dentro de su pareja. El orgasmo fue glorioso. Ambos exhaustos, se dejaron caer en el colchón. Mirándose el uno al otro.

-Me llamaste “Aki” cuando no debias, Taka.- comento Reita. 

-¿Ah?- pregunto un confundido Ruki.

-Eso me molesto. Tendrás que hacerlo de nuevo.- canturreo el mayor.

-¡¿OTRA VEZ?!

Notas finales:


Si se dan cuenta, Reita y Ruki no utilizaron los condones(?

El final no fue el mejor… ¿nee? :c

Al final se me fue la maldita inspiración D’: Si les gusto, me alegro mucho *-* Si no, perdonen por escribir esta mierda 7u7.
¿Review? */u*/

¡Koru! *-* Espero que te la hayas pasado bien bonisbonis (?)
Feliz cumpleaños. 8D

Gazettencia se retira.

Bye bye o3o/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).