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Aullando bajo la misma luna por sombra_larga

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Notas del capitulo:

¡hola de nuevo, muchisisimas gracias a todo el que ha dejado un comentario!

Por favor diganme si voy muy rapido con la historia o si algo no les gusta. Sus  comentarios me ayudan a seguir.

Espero que les guste el cap, veremos el regreso de Kira.

La mañana del festival llego, acompañado  con todo un caos.

Cada persona en la aldea preparaba sus mejores galas para asistir, después de todo no todos los días se abren las puertas del castillo. Además muchos estaban emocionados por la presencia del alfa y su consorte, sin contar la próxima llegada de los herederos.

Sin duda esta noche seria especial.

Los guardias intentaban controlar a la gente que entraba a la aldea, los puestos se preparaban, los cachorros corrían emocionados.

Dentro del castillo los preparativos no se quedaban cortos, la comida se condimentaba y cocinaba, farolas de colores se colgaban de todos lados, mesas se dispersaban por el patio, los músicos afinaban sus instrumentos y los artistas ensayaban sus números.

Por muy en lo contrario, un Claude nada feliz se encontraba de brazos cruzados mirando el atardecer por la ventana, tumbado en la cama y con una bata abierta hasta el final de la redonda panza.

Las manos de Kira recorrían la redondez con agilidad y destreza.  Presionaba a los costados causándole muecas de molestia a Claude.

-bien parece estar todo bien, al ser más de uno pueden nacer antes- informo en su ya acostumbrado tono seco y hostil-no pases mucho tiempo de pie esta noche- después de decir eso, la mujer se levantó y empezó a caminar hacia la salida, sin decir más.

Claude frunció el ceño, ya debía haber acostumbrado a la frialdad de la mujer, pero seguía molestándole.

Tomando esfuerzo se logró levantar de la cama, hasta sentarse, con pesadez se amarro la bata para cubrir la piel expuesta.

Hizo un puchero al ver los vestidos regados por el suelo, frunció el ceño al recordar la cara de burla de Kira, es maldita perra se fue contoneando sus perfectas caderas, seguramente luciría perfecta a aquella noche, con sus malditos vestidos de encaje.

No tenía ni idea de que ponerse.

Estaba seguro de que su estómago había vuelto a crecer durante esa noche, nada le cabía, con cualquier cosa se veía enorme y los vestidos le apretaban el pecho.

Sintió la lagrimas bordear sus ojos, sollozo mientras se tallaba con furia la cara.

-¿va algo mal?- la voz de Lucian le hizo saltar. Con rapidez se terminó de secar los ojos.

-no, todo está perfecto, solo no debo de estar mucho rato de pie- informo con enfado.

-entonces  porque…-                                                                          

-¡todo es tu culpa! ¡Maldito idiota!- grito,  antes de encerrarse en el baño, dejando tras de sí a un pasmado Lucian. Que con cautela se acercó a la puerta, si existía algo a lo que temiera el gran alfa de los lobos, era a su histérico doncel.

Los sollozos del doncel le llegaban a través de la madera.

-¿Qué es lo que pasa Claude, te sientes mal?-

-¡ya te dije que todo está bien!-chillo el menor.

-entonces porque lloras-

-¡me duele la espalda, me veo gordo y  no me cierran los vestido…otra vez!-

-oh, que tragedia-exclamo el hombre sarcásticamente, causando que la puerta se abriera y un muy enojado Claude saliera furibundo.

-¡¡cállate, por tu culpa estoy así!!- el menor comenzó a golpear el fuerte pecho del mayor intentado hacerle algún daño-¡ni creas que te acompañare esta noche, iras tu solo!- tajo el menor yéndose a sentar a la cama.

Donde libero todos los sollozos contenidos. Unos segundos después la cama se hundió debido al peso del mayor que le rodeo con los brazos instándole a que se recargara en su pecho.

-pero si este hermoso doncel no va a acompañarme que are con este vestido-dijo dulce el ojirrojo en la oreja del menor.

Claude volteo sorprendido, sonrió aun entre lágrimas.

En la cama se extendía un bello vestido.

-pero… ¿estás seguro de que me queda?- pregunto dudoso.

-estoy seguro, ahora será mejor que te empieces a arreglar-

-eeehh, pero no haz recibido tu recompensa- el menor se colgó del cuello del Lucian, dando besos en su cuello.

El hombre lanzo una carcajada ronca antes de jalar al menor a su regazo, subió sus manos de sus caderas a los pechitos, los apretó sintiendo como los pezones empezaban a ponerse erectos metió una mano dentro de la bata para entrar en contacto con esa delicada piel.

Claude no resistió más y jalo la cabeza del mayor para unir sus lenguas en una poderosa batalla. Movió todo lo que pudo sus caderas, untándose contra el erecto miembro del hombre, que solo gruño como respuesta.

-espera Claude- el hombre se separó del confundido doncel.

-¿Qué…?-

-es que…-no pudo seguir por que Claude ataco nuevamente, esta vez empujando al hombre a base de besos.

Una vez acostado el doncel tomo asiento en sus piernas, descendió sus manos disfrutando el recorrido por el marcado estómago, desanudo los pantalones dejando salir un poco de ese vello negro rizado, solo un poco más…y el portazo mato toda la bruma erótica.

-chiflando y aplaudiendo niños- la cantarina voz de Maureen hizo que los dirigieran la vista hacia la puerta, donde Nico y Maureen tenían una espeluznante sonrisa en la cara.

-Lucian me llamo como refuerzo- explico Nico-y me traje a Maureen como ayuda-

-al parecer tú esposo ha obtenido la capacidad para prevenir tus crisis emocionales- Maureen dirigió una pícara sonrisa a los esposos- yo que tu amarraría esos pantalones Lucian-

Para sorpresa de todos un leve, pero muy leve rubor apareció en las mejillas de Lucian. Claude más sonrojado que nunca se levantó del regazo de su esposo acomodando su bata y dejando que su esposo amarrara su pantalón.

Nico se acercó al único hombre en la habitación y tomándolo del brazo lo saco de su propio cuarto.

-ahora tú tienes que irte, tus invitados te esperan y te está prohibido ver a Claude durante las próximas cuatro horas- ordeno el pelirrojo, para seguidamente cerrarle la puerta en la cara.

-¿Qué se supone que es esto?- Claude miro desconfiado a los donceles.

-esto es una intervención- dijo Maureen, al cual no había visto desde hace ya un día, donde después de una larga cena le otorgo una segunda oportunidad que el mayor acepto feliz.

-es obvio que ibas a rechazar la idea asistir esta noche después de pensar un montón de delirios excusas para no ir- Nico se acercó gatunamente a el- nosotros cuatro vamos a encargarnos de dejarte como un dios y asegurarnos que no huyas-

-¿nosotros cuatro?- Claude sintió sus ojos llenarse de lágrimas cuando por la puerta entraron dos caras muy conocidas.

-Clara, Bonelli-

-es un gusto volver a verlo señor- saludo Bonelli con una de su dulces sonrisas.

-como siempre llorando niño- Clara le regalo una sonrisa muy a su estilo.

-bien, ahora que todo el equipo está reunido será mejor que empecemos a trabajar- dijo Maureen  con una sonrisa divertida-esas perras van a acojonarse cuando vean a mi cachorro-

 

 

Lucian se sobo las sienes intentando controlar el estrés que le causaba todo ese festival. Después de varios días de trabajo, ya todo estaba terminado, las familias de cada clan ya estaban acomodadas en el castillo, en el patio del castillo ya estaba todo en su lugar y los guardias preparados para controlar al mar de gente que entraría.

Controlando  el estrés que bullía en su interior, entro en el cuarto de Arthur, ya que había sido echado del suyo propio, para darse una merecida ducha.

Una vez bañado se miró seriamente en el espejo, el pelo negro estaba un poco más largo al igual que su barba, dio un chasquido, aún era pasable, todavía no alcanzaba el aspecto de un pordiosero.

Se puso unos pantalones de cuero negro y se los anudo, abrocho la camisa color vino y se calzo la botas. Dio un suspiro resignado viendo la luna entrar por la ventana, era hora de enfrentar a la trifulca.

Sonrió de lado al pensar en su seguramente nervioso consorte, que odiaba casi tanto como el las fiestas. Por al menos tendría la recompensa de tenerlo junto a él toda la noche, intentando tranquilizarlo, quien sabe tal vez utilizara “métodos extremos”.

 

Después de horas de trabajo, al fin habían terminado, ya todos se encontraban vestidos y preparados para la noche, las dos mujeres emocionada no habían dejado abrazar a Claude y lo donceles no se midieron en cuanto a preparar a Claude.

-ya estás listo-declaro Clara, asintiendo con su cabeza a la vez que repasaba de pies a cabeza al doncel. La mujer llevaba un sencillo vestido largo color crema con el cabello café atado en un chongo alto.

-quedo bellísimo- Bonelli le dio un abrazo, a la vez que se acercaba a su oído-le dije que todo iría bien con esos pequeños-  

-gracias Bonelli- Claude la miro sonrojado asintiendo. Le devolvió el abrazo- tu también estas hermosa- la joven le murmuro un gracias alisando el vestido rojo que le caia hasta las rodilla y acomodando su cabello negro que traía trenzado.

-esperen todavía falta –reclamo Maureen entrando al cuarto con algo en manos, el doncel llevaba un vestido pegado al cuerpo, de color verde botella y con aberturas a los costados de sus caderas, el cabello blanco caía suelto sobre su espalda- cierra los ojos Claude- el doncel obedeció- ábrelos-

Todos en el cuarto dieron un alarido de sorpresa.

Una gargantilla rodeaba el cuello de Claude, tenía forma de cuerno, era lizo y de color perla pero se combinaba con un poco de dorado a los lados y se abrochaba por medio de una rosa roja de diamante al frente del cuello.

-es hermoso Maureen- exclamo Nico, asiendo revolotear su vestido corto negro que se abrochaba por detrás con un hilo de botones-¿eso es un cuerno?-

-sí, y no uno cualquiera es un cuerno de demonio- todos miraron pasmados el collar.

-¿y es…tuyo?-pregunto tímido y con algo de miedo Claude.

-¡oh, claro que no!- el peliblanco suspiro aliviado, no es que no le gustara el collar, este era hermoso, pero llevar una extremidad de su madre en el cuello no le parecía buena idea- es de un ex novio, fue su regalo de despedida-

-bueno, ahora sabemos que no es buena idea salir contigo Maureen- Nico le envió una dulce sonrisa.

-oh vamos Nico, no le darías una oportunidad a este pobre diablo- Maureen rodeo la cintura del pelirrojo.

-no creo que al señor Arthur este de acuerdo- Bonelli, tímida, se unió a la broma-

-tienes razón Bonelli- Nico asintió- mi marido no estaría de acuerdo, si no encantado de un trio con Mauree-

-quien sabe tal vez se cumple esta noche- la quijada de Claude se desencajo al ver a su madre darle un pequeño beso a Nico que solo sonrió cómplice.

-ya basta niños, ya se está haciendo tarde es hora de bajar, el señor Lucian quería estar con Claude a la hora de abrir las puertas- Clara puso orden apurando a todos, ya había llegado la hora.

 

 

 

Lucían sintió su respiración  cortarse cuando su consorte salió a la luz de la luna y las farolas.

Claude traía un vestido holgado con cola, del pecho a los pies al pecho era aguamarina, las mangas eran del más delicado encaje con perlas bordadas, las mangas rodeaban las delgadas muñecas cubriéndolas de pequeños rubíes rojos.

La cascada blanca de cabello caía por la espalda desnuda, algunas perlas y rubíes se entrelazaban entre las hebras. Claude resplandecía esa noche, con la curva del vientre perfectamente marcada, sus ojos dorados parecían dos jemas y sus mejillas sonrojadas daban el toque perfecto.

El hombre se acero hipnotizado al doncel y tomándole de la cintura estampo un beso contra los dulces labios que lo recibieron con energía.

Claude sintió su corazón latir, su esposo lucia muy guapo esa noche, la camisa de seda dejaba entrever ese fuerte y marcado pecho, y le encantaba acariciar esa picosa barba de varios días.

-¿listo?-la gruesa de Lucian voz le hizo estremecerse.

-listo- aseguro el doncel.

 

 

 

En otro lado del castillo,  mas precisamente en las mazmorras dos figuras se encontraron en la oscuridad.

-así que tú eres Kira- la voz masculina resonó en un eco-mucho gusto-

-igualmente, espero que estés preparado para hacer esto- Kira recorrió el cuerpo del hombre- una vez que esto inicia ya no habrá vuelta atrás- advirtió la peli azul.

-he estado esperando esto por años-

-bien, ya casi es hora de que inicie el festival, no veremos aquí a media noche-

La mujer se dio vuelta y desapareció entre las sombras.

-fue un gusto conocerte James- la voz de la mujer sonó divertida y era verdad, por primera vez en años se sentía así, con diversión, quería ver la cara de ese asqueroso doncel cuando viera quien era el causante de su sufrimiento.

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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