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Aullando bajo la misma luna por sombra_larga

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Notas del capitulo:

Sobre las actualizaciones, estare subiendo capitulos en cuanto los acabe,ya tengo buena parte de la historia escrita, pero falta corregir.

abra veces que no suba capitulos tan  seguidos como ahorita. Pero los lunes es confirmado que subere un capitulo cada semana

Capítulo 3 “primer encuentro”

Lucian estaba a punto de romper su papel de hombre lobo rudo y serio, alguien que no se conmueve ni por la cara de un gatito chato y de ojos más grandes que su cara. De un ser de hielo que no tiene sentimientos a la hora de matar a su enemigo.

¿Por qué era esto? Pues resulta que conocer a su prometido en esas circunstancias era demasiado para el lobo de hielo, ver la carita sonrojada al máximo, la vergüenza de ver a la cara a su padre, en verdad quería soltar una carcajada.

 

Hacia solos unos cuantos minutos los dos alfas iban de un lado al otro preguntado por el hijo del rubio, los guardias se habían desplegado por toda la aldea en busca del travieso niño.

En una de esas una mujer aseguro a ver visto al niño junto a su inseparable amigo, ambos dirigiéndose a la cabaña de los recién casados.

 

Lucian ya estaba cansado de dar vueltas, cuando se casara con ese niño le daría una buena lección de lo que era la disciplina. Pasaron unas cuantas cabañas antes de llegar a una que era claramente nueva.

Y ahí lo encontraron con las manos en la masa, la verdad es que fue una verdadera sorpresa para el alfa, nunca hubiera pensado que su prometido fuera un pequeño pervertido.

 

Ahí estaba, de espaldas, mirando por la ventana de madera, seguramente cosas inapropiadas para su edad. No le podía ver la cara, pero lo que si se divisaba era un largo y hermoso cabello blanco y lacio. - ¡Claude!- fue el grito que le despertó de su ensoñación.

 

Vio la pequeña espalda ponerse tensa, al instante los gemidos pararon, obviamente sus sensibles orejas podían captar los ruidos provenientes, el cuerpecito se voltio lentamente.

 

Y entonces vio al ser más hermoso que sus pupilas pudieran observar. Una cara redonda, con mofletes rechonchos, dos ojos enormes y dorados rodeados de blancas y tupidas pestañas, la naricita recta y respingada, la piel de porcelana. Era tan pequeñito, con su forma humana seguramente le llegaría a la cadera.

 

Sintió un brinco en el corazón cuando los dorados ojos conectaron con los suyos, para enseguida apartar la mirada hacia su padre que comenzaba con un gran sermón.

 

Sintió ese ya conocido calor en el pecho, ese que hacía muchos años no sentía, no podía ser simplemente no podía…

Él se encargaría de desaparecer ese calor, ya que ese día el mismo se juró que nunca la olvidaría, no importaban los años, nunca la olvidaría…

 

 

 

Claude no sabía dónde meter la cabeza, quería que en ese mismo instante lo tragara la tierra, que alguien por favor me mate, pensaba el pobre peliblanco. Además, su muy valiente amigo lo había abandonado a merced del enojo de su padre.

A veces se olvidaba del talento de James para desaparecer.

 

-¡Claude, que se supone que haces!-

-padre yo no…-

 -¡¿en qué pensabas!?- le grito, para rematar las cosas en ese momento la pareja había decidido asomarse en ese instante. No creía poder sonrojarse más, sentía la cabeza caliente.

 

El hombre peludo, al que le había visto las nalgas, se encontraba asomado por la ventana, junto a una mujer con una sábana enrollada en el pecho.

 

-¡mis señores!-  el  hombre peludo se exalto- no sabía que se encontraban aquí, perdón por estar en estas fachas-

 

-no te preocupes, nosotros ya nos vamos- dicto su padre, con el semblante serio-vamos Claude- le empujo con el hocico.

-si padre -respondió en un susurro.

En ese momento tomo en cuenta al otro lobo, lo había visto de reojo, creyendo que era un soldado más. Pero ahora se daba cuenta de que no, ese lobo era inmenso, sin decir nada el lobo negro se voltio y empezó a caminar.

 

Claude quería preguntar a su padre, pero no era el mejor momento.

Caminaron en silencio, era un muy tenso silencio, los habitantes se apartaban del lobo grande, se detuvieron en un punto más o menos cerca del centro de la aldea.

Para la sorpresa de Claude el lobo dio un aullido, uno muy fuerte, el ruido le causo una extraña sensación en el cuerpo, una sensación de querer estar cerca del lobo negro.

 

De un segundo a otro todos los habitantes de la aldea estaban rodeando al trio. Claude incluso pudo ver a la hembra de su padre junto con sus hijos. Un montón de enormes hombres que nunca había visto.  El niño se sentía raro al verse rodeado y observado al parecer con curiosidad por otras personas.

 

-¡queridos habitantes!- llamo la atención su padre-¡nuestro señor les tiene una importante noticia!-

¿Señor? Se pregunto Claude, era muy raro, supuestamente su pare era el alfa de su aldea… esperen un segundo, no podía ser… ¿o sí? Le dio un rápido vistazo, era una maldita masa destructora con patas, sus patas eran del tamaño de su cabeza.

 

-les he reunido- empezó el lobo negro, Claude casi sale corriendo al oír la gruesa voz- ya que solo hace un momento he decidido comprometerme con el hijo de Diván Black alfa de la aldea del este-

 

Todo el mundo guardo silencio, eso era muy raro, antes su señor usaba los casamientos como motivo de alianzas, pero ahora que todos los lobos eran una aldea unida no veían el motivo.

-mi señor, podemos preguntar el por qué-pregunto temeroso uno de aldeanos.

 

-he decido que el cachorro que salga de esta unión será mi sucesor- declaro tranquilamente.

Enseguida la aldea completa estalló en murmullos. Mientras Lucian se dio la vuelta ignorando a todos.

 

El pobre Claude se quedó parado, congelado, sentía como toda a gente que antes lo miraba con rencor y deprecio ahora lo felicitaba. Sentía que todo era tan bizarro, que acaso no tomaban en cuenta que solo tenía diez años.

 

A su pequeña mente le llego el recuerdo de la escena antes vista. No quería sentir el aguijón del escorpión picarle para infectarle con su semilla.  Eso oyó de las hembras que platicaban con Maia, “como el aguijón de un escorpión, así recuerdo la noche de bodas”.

Pero en todo caso, ¿Qué acaso él no era un hombre? Él nunca había visto a un hombre barrigón como las hembras, así que debía de ser una equivocación, además ¿Quién se creía ese lobo para anunciar algo así sin decirle nada? por muy alfa que fuera.

 

 

Lucian ya había previsto la reacción que tendrían los demás hacia la noticia de su compromiso, por eso decidió que lo mejor era irse cuanto antes.

 

La verdad es que había tenido entusiasmo y curiosidad por conocer a su prometido, e incluso le había dejado sin aliento su innegable belleza, pero tenía un mal presentimiento.

Mientras recorría el pasillo subterráneo tomo una decisión.

 

No se involucraría con el chico, avisaría a sus hombres que partieran cuanto antes, no lo vería ni buscaría saber de él hasta el día de la boda. Se aseguraría que el día de la boda coincidiera con su celo, para hacerlo todo más fácil.

 

Esperaría que el crio creciera lo suficiente, sí; ya estaba decidido así todo sería mucho más fácil.

 

 

Entro al castillo casi vacío, toda la gente aprovecho para armar una buena fiesta, ellos sabían bien que nunca asistía así que no lo buscarían. La verdad quería estar solo. Quería tener un largo y buen sueño con esa persona.

 

Entro en la primera habitación que encontró con cama, cambio a su forma humana, para luego acostare sin molestar en vestirse. Le gustaba dormir desnudo.

 

 

Después de exitosamente escabullirse entre la gente, Claude corrió hacia el castillo. Tenía unas enormes ganas de llorar, había intentado hablar con su padre, pero este lo ignoro, al parecer su compromiso traía grandes beneficios.

 

No estaba acostumbrado a tener tanta gente alrededor, su vida dio una vuelta de 360° en segundos.

 

Entro corriendo, todo el lugar estaba vacío, dejo correr las calientes gotas por sus mejillas, estaba tan confundido, se sentía solo, ahora más que nunca ya que a su parecer su padre solo se interesaba por su compromiso y no se había molestado en saber de él.

 

Camino aun con las lágrimas fluyendo, en ese momento quería que alguien lo abrazara, quería a su madre, ¿Por qué lo abandono? ¿Hubiera sido un estrobo?

 

Con esas preguntas en la cabeza entro a su cuarto, se desnudó, para luego arrojarse a su cama, se sentía tan bien, tenía un extraño calorcito y olor, era tan cálido.

 

Se acomodo mejor, con los ojos cerrados intento jalar una sábana, busco a tientas cuando al fin la encontró para seguidamente jalarla.

En ese momento sintió algo extraño, toco un poco más la “sabana”, un momento, eso no era una sabana, era largo y grande.

 

-qué demonios- dijeron dos voces, al mismo tiempo.

 

Al instante abrió los ojos, solo para encontrarse a otros rojos.

-¡AAHH!- grito lo más que pudo, palpo desesperadamente la cama para buscar una sábana, al no encontrarla le empezó a arrojar lo que tenía a la mano-¡fuera! ¡Aléjate pervertido! -

 

El extraño se levantó tranquilamente, esquivando los objetos. Claude se quedó de piedra, aun mas al ver que estaba desnudo, siempre había  evitado ver a los adultos desnudos, ya que le daba mucha vergüenza, incluso ver a James.

 

-¿ya terminaste gritar?-

 

 Claude no puedo contestar, ese hombre era hermoso, cada poro de ese cuerpo era puro musculo y virilidad, moreno, espalda ancha, abdomen marcado, cara angulosa con una barba negra de candado, rizado cabello azabache, la mayoría del pecho cubierto por una capa de bellos.

 

Siguió su recorrido, y se detuvo, ¡dios, tenía un monstruo allá abajo. No es que hubiera visto muchos, pero estaba seguro de nunca volvería a ver un pene tan grande.

 

-ya acabaste tu recorrido- sintió su cara arder, más al recordar que estaba desnudo frente un extraño, sintió ganas de llorar otra vez.

 

Repentinamente una sábana lo cubrió, alzo el rostro para encarar al otro, y reconoció esos rojos ojos.

-tú eres…-

 

 

Lucian no podía creer su suerte, hace solo unos momentos había decidido no relacionarse con el mocoso, y hace solo un segundo estaba teniendo un delicioso sueño.

 

Para ser despertado abruptamente por un jalón de mano.

 

Ahora enfrente de él tenía a su pequeño prometido rojo como tomate, sintió su dorada mirada recorrerle, y vio como con asombro se detuvo en su miembro dormido.

 

Si no supiera la edad del mocoso le habría dicho “si te sorprende así deberías ver como esta cuando me excito” pero no, se hubiera sentido un pedófilo, más al tener a la vista el infantil y nada deseable cuerpo.

 

Lo tapo con una sábana al notar el repentino pudor del otro.

 Sus miradas otra vez conectaron –tu eres…- ¡oh! Al fin lo reconoció, ya se estaba cansando de la conducta irrespetuosa del otro.

 

-el jodido lobo que se comprometió conmigo sin mi consentimiento- aseguro el peliblanco con la mirada fiera y el ceñito fruncido.

 

Se quedo sin habla, simplemente no supo que decir, hacia miles de años que nadie le hablaba de ese modo.

 

-¿qué?- eso fue lo único que pudo decir.

-que tu- dijo apuntándole- te comprometiste conmigo y sin mi consentimiento, quiero saber porque ¡dímelo, quien coño eres para hacer eso sin preguntarme! -

 

-¿no sabes quién soy?-interrogo, no podía ser, ese mocoso, maldito crio.

-no lose por eso te pregunto idiota- ya le estaba empezado a molestar el tonito- quien jodido eres.

-maldito mocoso, ¿quién soy? Pues soy tu señor, el tuyo y el de todos los lobos-

 

Para su satisfacción pudo ver como el otro empalidecía.

 

-qu que e-so no puede ser- tartamudeo.

-si puede ser, así que deja de usar ese tonito, y empieza a tener más respeto con tu futuro marido y padre de tus crías-

-¡no me voy a casar contigo, no quiero y por si no te has dado cuenta soy hombre no puedo dar crías!-

-¿Qué acaso tu padre no te explico? Eres un doncel, un hombre que puede engendrar-

-¿qué?- murmuro. Se tapo con la sabana y pequeños temblores se vieron, junto con sollozos.

 

Lucian tuvo ganas de ir y destaparlo para luego estrecharlo en sus brazos. Pero enseguida cambio de idea, ya decidió no involucrarse más de lo suficiente y así seria.

 

-ahora solo el compromiso queda presente por tu edad- informo de manera fría- cuando estés en edad de engendrar te vendré a buscar para llevarte- al no recibir respuesta siguió- nos casaremos y llevaras a mis cachorros en el vientre- termino para luego transformarse y salir del cuarto.

 

 

Divan no podía creer la suerte que tenía, al lado de su hembra recibía las felicitaciones, se había armado una gran fiesta, ya había recibido propuestas de comercio con varios de los demás alfas.

 

Voltio a ver a su hembra, se encontraba feliz, estaba seguro de que la razón era que al fin se desharía de su “bastardo” como ella decía.

 

Sabía que había sido buena idea conservar a ese cachorro, aun cuando no sintiera mucho apego por el extraño olor que desprendía. Sabía que era suyo, pero su olor se entremezclaba con el del demonio, lo que lo hacía tener una sensación extraña con él.

 

Estaba más que ansioso por la espera del primer celo de su vástago. Estaba seguro de que no habría problema, había sellado su futuro, ya que el cachorro que naciera de aquella unión seria su nieto.

 

Era cierto que eran una manada unida, pero cada que moría un alfa se cambiaba por otro, de diferente familia, para prevenir roces entre la manada, ya que no era justo que solo una familia reinara siempre.

 

Supuestamente la manada debería estar junta, pero la ser tantos lo mejor era estar separados, como ahora, así su señor contaba con la ayuda de los demás alfas, era el mismo quien los eligiera cada generación, jamás se había dado el caso de que una familia repitiera.

 

Eso lo sabía Diván, pero ahora con la noticia de que el próximo soberano supremo seria el cachorro del suyo, estaba seguro que podría convencerlo de que lo dejara en el puesto de alfa, en el caso de que se volviera muy viejo que eligiera a su hijo mayor, futuro tío del rey de los lobos.

 

Esa era la razón de que, con cada búsqueda de esposa, todas las aldeas se conmocionaran.

 

Pero él ya estaba tranquilo, agradecía con toda su alma la visita y extraña violación de aquel demonio.

 

Muy lejos de ahí en un castillo victoriano se realizaba un baile de disfraces.

 

Todas las figuras se movían al compás de la música, con trajes de gala, hombres y mujeres. Daban la ilusión de flotar en la pista, nadie chocaba con nadie, solo se movían fluida y elegantemente.

 

No había bullicio solo se oía la música, todos los rostros tapados con máscaras de fina porcelana.

 

Parecían títeres que eran movidos a la voluntad de alguien.

La música paro, y a lo alto del segundo piso, en la escalera, apareció la figura alta de un hombre, ataviado con un traje completamente negro, el rostro cubierto por una blanca mascara, solo dejando escapar unos rubios mechones de pelo.

 

-mis queridos invitados, me alegro de su presencia en esta noche tan especial- sonó la fuerte y ronca voz- como sabrán les he invitado para celebrar el éxito nuestro plan, el jefe de las bestias ha actuado una vez más como yo planeaba- aplausos sonaron en todo el salón.

 

-dentro de muy poco tiempo tendremos lo que nosotros hemos querido hace mucho tiempo-continuo- solo esperen y yo me encargare de que nuestra raza llegue a la cima- más aplausos-ahora disfruten de este banquete que les ofrezco humildemente-

 

Las enormes puertas del salón se abrieron, para dar paso a un grupo de cuerpos temblorosos y con sacos en las cabezas.

Las máscaras se alzaron para mostrar las caras, todas con filosos colmillos.

Esa noche desde lejos, se escuchaban gritos de terror desde el hermoso castillo.

Notas finales:

Gracias por leer


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