Claro como el agua.
Enrollados entre las sábanas se encontraban dos cuerpos, la noche había sido agitada y muy placentera. Dos personas que creyeron odiarse habían compartido el mismo lecho y algo mucho más profundo.
Siempre creyó que jamás podría olvidar ese par de ojos verdes, que nunca habría nadie que le hiciera sentir como aquella mujer de rojos cabellos y dulce mirada había hecho. Pensó en ella desde que se levantó esa mañana, cuando por fin raciono qué había hecho la noche anterior y más aún con quién, no sintió vergüenza, un sentimiento mucho mayor se adueñó de él, la decepción, todos esos años se había mantenido fiel a su gran amor, y aunque sabía era tonto de su parte, ya que nunca había sido correspondido, sintió que se había traicionado y peor aún, que la había traicionado a ella.
-Perdóname…-Susurro al aire.
Tan pronto como su cuerpo pudo moverse se esfumo de la habitación, cuando estuvo refugiado en el agua de su tina se limpió a fondo, quiso arrancarse la piel, los recuerdos y los sentimientos. Se había angustiado cuando en sus sueños los brillantes ojos verdes pasaron a ser unos tan grises como el plomo, con una chispa de incertidumbre que simplemente le hacía pasar noches de desvelo.
Cuando estuvo listo y resignado a no poder retrasar más el tiempo, se encamino al gran comedor donde cierto animago lo esperaba impacientemente. Su expresión se endureció y parecían decir claramente "matare al primer idiota que se me cruce".
El día avanzo lento, en el tercer periodo le tocaba dar clase a los Griffindor y Hufflepuff de último año, lo primero que hizo al estar frente a los alumnos fue regañar y avergonzar a Potter públicamente, lo sentó hasta en frente y cada tanto tiempo y con mucho disimulo observo sus ojos, esos ojos... los ojos de Lily.
Acabo la clase antes de tiempo y casi saco a patadas a todos, un enorme malestar se impuso en su estómago, no había sentido absolutamente nada especial, esos ojos que en anteriores ocasiones le había hecho sonreír a espaldas de sus alumnos no le había producido nada mayor que el cariño que se expresa a un hermano o hermana.
Todo era culpa de su ahijado, si él no le hubiera insinuado que el animago le atraía y Dumbledore no le hubiese mandado indirectas no habría pasado semanas con tremendo dolor de cabeza dándole vueltas al asunto.
Finalmente una clase de paz, le tocaba Slytherin y Ravenclaw de último año, su ahijado no le veía a los ojos, parecía como avergonzado, ya luego le sacaría qué había pasado.
***
Harry había sonreído de oreja a oreja durante todo el día exceptuando la clase de pociones, se encontraba eufórico, les rezo a todos los grandes magos para que Draco quedara preñado.
Draco le había comentado que era un mago fértil, aunque aseguro no quedaría en estado ya que desde que habían empezado a salir su padrino le hacía beber una poción anticonceptiva diaria. Aun así albergaba esperanzas de que su rubio llevara en su vientre a un hijo de ambos.
Ange Le Brun era una gran molestia, lo aborrecía con cada gramo de su ser. No entendía por qué su rubio aseguraba que éste no sentía nada por él más allá de una amistad cuando era obvio que ese castaño estaba interesado en su dragón.
-Un knut por tus pensamientos-Murmuro Draco en su oído.
Harry simplemente sonrió para voltearse y plantarle un dulce y casto beso-Estoy pensando en la mejor manera para deshacerme de tu amigito ese.
-No puedes hacerlo-suspiro con desgano-Te lo repetiré una vez más. Ange va a pedir la mano de su novia, con quien lleva casi cinco años de estar juntos. Quiso practicar antes de hacerlo y me pregunto si podía ayudarlo.
Harry abrió la boca para protestar
-El día en que me pregunto por la cita, no se refería a una cita amorosa entre nosotros, se refería a una cita de algún poema, salió en busca de inspiración al lago y al verme recordó que yo leo poesía. Por eso le sugerí encontrarnos para decidir cuál era la más ideal para ese asunto-beso su mejilla-No estés celoso, ¿sí?.
Un silencio se hizo entre ambos.
-Ojala se apure a casar-murmuro al fin. Draco simplemente sonrió y luego de ver si McGonagall no estaba deposito un dulce beso en los labios de su morocho.
Harry hizo espacio entre sus piernas para que Draco se acomodará allí, estaban bajo el mismo árbol donde su serpiente le dijo que lo amaba, llenando de gozo su corazón.
Acarició el vientre plano de Draco, quien sonrió al saber cuánta ilusión le causaba a Harry la idea de tener un hijo juntos. Todavía no era el momento, y Draco sabía que no estaba embarazado. Aun así ronroneaba muy feliz ante los mimos de Harry.
***
La noche entro muy rápido, los dormitorios de Slytherin estaban bastante cálidos para estar en las mazmorras.
-¿Cómo vas con aquello?-Pregunto Blase.
-Bastante bien, ya envié las cartas indicadas, a las personas indicadas, con las palabras indicadas en el momento indicado-murmuro Draco, si todo salía como había planificado, su plan se llevaría a cabo al final de las vacaciones.
-Tu mente solo puede ser comparada a la de Nicolás Maquiavelo-Draco bufo y levanto en alto el rostro con superioridad-Y tu ego, solo se compara al de Narciso.
Como respuesta solo recibió un golpe en la cabeza.
Regresaron al dormitorio donde Theo obligo a Blase a estudiar, la mañana siguiente tendrían los exámenes de Transformaciones y Runas, Draco se puso a revisar unas cuentas que necesitaba para así poder completar el informe.
Ange estaba hundido hasta el cuello de diversos poemas, .
Draco levanto la vista y observo a sus tres amigos, se detuvo al contemplar el infinito amor que expresaban los ojos de su castaño amigo al pensar en su novia, luego se rió pensando en los celos explosivos de Harry, volvió a dirigir la vista a los papeles y se dispuso a terminarlos.
La mañana resplandeció con fuerza, por segunda vez desde que finalizo la guerra no había tenido pesadillas al dormir, se levantó muy tranquilo y se alisto, despertó a sus compañeros y le pasó una ojeada a sus apuntes. Era el primer trimestre, y ya se sentía agotado.
Ya en el comedor luego de desayunar el director hizo aparecer distintos pasteles de distintos sabores, con la intención de darle ánimo a los estudiantes para los respectivos exámenes del día.
***
Hermione había entrado en etapa de mamá gallina, detrás de los dos para estudiar, este año sin un loco detrás de ellos sin duda les iría muy bien. los E.X.T.A.S.I.S estaban muy cerca, su ambición era llegar a una S. Luego de devorar su pastel, se dispuso a estudiar.
Desde su mesa veía a su rubia serpiente, vestido pulcramente, sin duda perfumado y bien arreglado. No veía ningún glamour que escondiera ojeras, por lo visto había podido descansar bien. Lanzo un suspiro al aire y se dedico a contemplarlo. Sintió una patada en su espinilla y supo que mamá gallina noto su distracción.
Una lechuza paso por sobre su cabeza y dejo caer una carta en sus manos. la observo con intriga. El remitente era de nuevo NB, llevaba ya un tiempo recibiendo esas cartas, aunque aún no sabía de quién se trataba.
Se apresuró a guardar sus apuntes, los exámenes estaban por empezar y sin tiempo de leerla la metió en el bolsillo de su túnica, corrió para alcanzar a su rubia serpiente, beso sus labios y se encamino junto a sus amigos. Ya luego revisaría el contenido de la carta.
Durante el día paso dándole vueltas a la carta, no había tenido el tiempo para leerla y parecía ser que no podría hacerlo hasta el anochecer sino había nada que se lo impidiera, y ya que tenía una cita con cierto Sly esa noche seguro no podría abrirla hasta el siguiente día.
Había encontrado el momento adecuado para poder leer la carta, pero justo antes de siquiera sacarla de su bolsillo, una mano le jalo a un aula vacía, cuando vio quién era su secuestrante suspiro, los favores no eran gratis, de hecho nada lo era, y por lo visto le tocaba pagar.
-¿Qué crees que pueda hacer?-Harry soltó un suspiro-No pongas esa cara, estoy desesperado.
-¿…l no muestra señales de querer algo contigo?-Sirius abrió la boca para responder-Si la respuesta es no, podrías hacerle beber una poción afrodisíaca y encerrarse juntos en una habitación.
-¡Yo no haría algo tan bajo!-Harry levanto una ceja-Bueno, tal vez lo haría pero no fue necesario. Ayer tuvimos sexo, y déjame decirte que fue buen sexo, de hecho fue estupendo…
-Ya entendí, no necesito detalles-Corto Harry-Si todo va tan bien ¿Por qué me estás pidiendo ayuda?.
-No todo va bien, él no me acepta-susurro-¿Sabes?, esto es muy irónico, yo siempre tuve a quién yo quisiera a mis pies, rechace a muchísimas personas, él en cambio siempre se mantuvo alejado de todo contacto físico. Nunca supe de que tuviera alguna pareja, y ahora yo estoy mendigando su atención y él me está mandando por un tubo.
Harry se compadeció, cuando Sirius le comento que el pocionista le atraía, su primera reacción fue burlase de su padrino, por un instante pensó en que lo tendría fácil ya que Snape había pasado muchos años solo, y tal vez anhelara compañía, se le olvido pensar en que tal vez no le urgía tener ninguna pareja.
-Y… ¿A parte de mi madre… no ha habido nadie que haya conseguido acercase a Snape?-Tentó el terreno.
-Solo conozco a una persona que ha podido acercarse a Snape derribando todas sus barreras-Murmuro, por un instante su ceño se frunció-La única persona aparte de Lily que ha podido acercaste a Severus es… Lucius Malfoy.
***
Lentamente empezó abrir los ojos, estaba muy cansado y al mismo tiempo tan relajado. Harry y él se habían encontrado la noche anterior tal como venían haciendo desde hace tres semanas, aunque luego de aquella primera vez juntos, no habían vuelto a pasar de los besos y una que otra caricia.
Se desperezo lentamente, estiro primero un brazo, luego el otro, luego las piernas y finalmente se levantó. Avanzo tranquilo por la habitación, su plan ya estaba en marcha y solo esperaba que todo resultara como quería. Alisto su ropa y se detuvo a pensar en su padrino, si había alguien más terco que él, era Severus Snape, ¿Cuánto más tardaría en notar que su tío le gustaba?, era demasiado obvio. Aunque también era obvio que solo un Slytherin podría notarlo.
Era sábado, por lo cuál podría pasar su día junto a su morocho. Dentro de poco llegarían las vacaciones y al regresar estarían muy cerca de los E.X.T.A.S.I.S, sacaría una E a como diera lugar, aunque aún no había decidido qué carrera seguiría. Camino en dirección del despacho de su padrino, ya se había enterado por ciertas fuentes lo que había sucedido la noche en que... bueno en esa noche con su padrino y su tío, no creyó que éste último pudiera avanzar tan rápido.
Entro en el despacho y se sentó a esperar su dosis diaria de poción anticonceptiva, rió al recordar a su Harry acariciándole el vientre y pensando en nombres, lo había hecho hacerse la prueba seis veces, el resultado era el mismo, no estaba en estado.
No pudo evitar pensar en que estaba yendo muy a prisa, solo llevaban unos meses de noviazgo, y ya estaba pensando en vivir juntos y comprar cosas para bebés que aún no tendrían.
El amargo sabor se deslizo por su garganta, no pudo evitar hacer arcadas. Esa poción en especial sabía asquerosa, aunque el sabor era bien recibido ya que luego su padrino le daría un delicioso chocolate relleno de cajeta.
-No entiendo cómo te pueden gustar esas cosas-habló Severus.
-Yo no entiendo como no te gusta el chocolate-Una sonrisa maliciosa se mostró en su rostro-Tal vez si quien te lo ofreciera fuera un castaño animago, y te lo ofreciera de otra manera sería diferente.
Unos minutos después estaba tirado fuera del despacho de su padrino, al menos había valido la pena.
El dolor es inevitable, el sufrimiento... ese es opcional.
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