Prov. Ichiru
Me solté de su abrazo y él me miró confundido, tomé su rostro por las mejillas y sin más lo besé sobre los labios y poco a poco intenté abrirme paso en su boca para encontrarme con su lengua. Zero no opuso resistencia ¡Por el contrario! Se acercó tanto como podía hacia mí y se aferró a mi cuerpo con una mano, tomándome por la cintura mientras con la otra sostenía mi rostro.
Con timidez introduje mis manos bajo su playera y comencé acariciar su torso desnudo sin dejar de besarlo; podía sentir su suave piel y como poco a poco su temperatura comenzaba a aumentar, además de su respiración que comenzaba a agitarse y su ritmo cardiaco que comenzaba a acelerarse.
Me separé de él y levantó mi camisa, acariciando suavemente mi piel con la yema de sus dedos, después contempló mi torso desnudo y después de unos minutos también se despidió de su playera y se acercó a mi , pegando su cadera a la mía, provocando que nuestros miembros, que ya habían despertado, se rozaron ligeramente.
-Me encantas, Ichiru...-susurró sensualmente a mi oído provocando queme estremeciera, mordió ligeramente el lóbulo de mi oreja y dibujó de besos y pequeñas mordidas mientras bajaba por mi cuello-Todo de ti lo amo: tu rostro, tus expresiones, tu cuerpo, tu forma de ser, tus defectos, tus obsesiones, tu indecisiones, tu inocencia... Todo, y quiero atesorarlo solo para mi...-fue dejando pequeñas marcas sobre cada parte que besaba como muestra de que le pertenecía-Déjame tomar todo de ti, solo eso necesito-con una de sus manos acarició mi rostro mientras besaba apasionadamente mi cuello y la mano que tenía libre se acercaba a mi pantalón, abriéndose camino entre la prenda y acercándose a mi miembro que imploraba atención.
Prov. Zero
Ichiru me alejo rápidamente de él con esa típica expresión de inocencia y enorme sonrojo tiñendo su rostro. Me acorraló contra la pared evitando encontrarse en mi mirada y lentamente desabrochó mi pantalón lo bajó tranquilamente y cuando solo quedaba mi ropa interior se colocó a la altura de mi miembro y por sobre la ropa comenzó a lamerlo con delicadeza.
No pasó mucho tiempo antes de que se deshiciera de la única prenda que cubría mi cuerpo e introdujera, de un solo golpe, mi miembro en su boca. Lo introducía y sacaba repetidas veces de forma tan lenta que casi parecía una tortura, sus labios rozando mi miembro con tanta insistencia y su lengua jugando con la punta de vez en cuando me estaba llevando al éxtasis y no podía contener mis gemidos.
-Ichiru... Ichiru...-gemía sonoramente con cada uno de sus movimientos mientras enredaba sus dedos en su cabello y lo observaba atentamente desde arriba intentando no perder detalle de lo que hacía para poder atesorarlo en mis recuerdos-Ichiru... Sigue...-mordí mi labio inferior intentando silenciar mis gemidos.
Cuando sentí que estaba apunto de correrme lo separé de mi y lo ayudé a levantarse, en cuanto su rostro y el mío quedaron a escasos centímetros de separación y sin dudarlo ni un segundo lo atraje de nuevo hacia mi y lo besé lleno de deseo. Necesitaba el sabor de sus labios y explorar nuevamente el interior de su boca; mientras disfrutaba del beso mis manos se colocaron en su pecho y ansiosas buscaron sus pezones, al encontrarlos jugué con ellos entre mis dedos, apretándolos suavemente y haciendo círculos alrededor de ellos.
Sin más que esperar hice que se sujetara de mi cuello y rodeara mi cintura con sus piernas, lo cargué y lo llevé hasta el sillón, donde lo recosté suavemente y atendí su miembro que estaba más que impaciente. Rodeé con mi dedo la punta, de forma que apenas y podía rozarla pero al parecer, para Ichiru eso era más que suficiente, pues comenzó a jadear ligeramente mientras buscaba a tientas algo a que aferrarse.
Con solo ver su expresión mi deseo aumentaba y hacía imposible resistir las ganas de poseerlo; introduje su miembro en mi boca y comencé a saborear toda su extensión lentamente, asegurándome de que cada movimiento resultara tan placentero tanto para él como para mí.
Lamí toda su extensión con descaro y de la forma más provocativa que podía con el fin de hacer que Ichiru se desinhibiera y únicamente se dejara llevar por el placer.
-Zero...-gimió con dificultad porque el aire comenzaba a faltarle-Es... Espera-pidió con todas sus fuerzas-Si continuas yo...-cubrí su boca con uno de mis dedos sin detener mi labor-De acuerdo, ya que así lo quieres por mi no hay problema-me dijo mientras tomaba mi mano y, justo el dedo que coloqué sobre su boca, comenzó a lamerlo con delicadeza, haciendo que mi excitación aumentara.
En cuanto lubricó de la misma manera dos de mis dedos, alejó mi mano de su boca, dándome a entender que estaba preparado para continuar; acerqué el primero a su entrada y lentamente lo introduje, esperando que se acostumbrara. Unos minutos después sus gemidos de placer indicaron que podía introducir fue un segundo dedo y fue exactamente lo que hice. En cuanto ambos estuvieron en su interior, comencé a moverlos en pequeños círculos y a introducirlos y sacarlos lentamente para conseguir dilatar su entrada.
Después de unos cuantos movimientos más, Ichiru no pudo contenerse y dijo mi nombre en un sonoro gemido, acompañado de su esencia virtiéndose en el interior de mi boca; la tomé toda y me dispuse a sustituir mis dedos por mi miembro que imploraba por estar en su interior pues había llegado a mi límite y no podía soportarlo ni un segundo más.
Prov. Ichiru
Zero tomó mis piernas y las colocó sobre sus hombros, acercó lentamente su miembro a mi entrada y la rozó suavemente con la punta, esperando que permitiera el acceso. Lancé un pequeño gemido, pues estaba bastante excitado y con ese simple movimiento había conseguido causarme más placer del que me imagine en un principio.
-N... No te quedes ahí-le grité avergonzado, con los ojos cerrados y mordiendo mi labio inferior para callar mis gemidos -No puedo aguantar más y... ¡Por favor, Zero! Sabes a que me refiero no me hagas decirlo...
-Eres tan adorable cuando actúas así-rió ligeramente y se relamió los labios de manera provocativa-No necesito que lo pidas-acarició con ternura mi rostro y sentí como su miembro comenzaba a invadir mi interior-Sé perfectamente que es lo que quieres , sólo relájate y disfruta...-susurró al tiempo que comenzaba a moverse de forma lenta.
Sus movimientos apenas eran perceptibles pero para mi eran más que suficientes para hacerme llegar al éxtasis. Una de sus manos se acercó lentamente a mi miembro, acariciando únicamente las partes más cercanas a él pero sin llegar a tocarlo. Estas caricias me estaban haciendo delirar de placer, deseaba mucho más de su parte y no podía hacer más que empezar a moverme yo también para que sus caricias llegaran a donde yo quería; moví mi cadera hacia arriba y hacia abajo, haciendo que su mano tocara una de mis zonas más erógenas y que su miembro se rozara de forma más placentera en mi interior.
-No tienes porqué ponerte ansioso, Ichiru-dio entre jadeos de manera provocativa-Ya te dije que sé que es lo que quieres pero te haré disfrutarlo-con la mano que tenía libre comenzó a jugar con mis pezones-Deja todo en mis manos porque sé como consentirte, relájate y disfruta-mordió su labio inferior.
-Zero... Z... Zero...-jadeé su nombre con todas mis fuerzas-Continúa... Por favor...-le pedí mientras mis movimientos, al igual que los de él, incrementaban su velocidad e iban en aumento.
Sujetó con fuerza mi cadera y me guió para seguir su ritmo y moverme en la forma que él deseaba mientras yo me dejaba llevar pos sus excitantes movimientos y los sonidos que de vez en vez emitía, cegado completamente por el placer.
Su mano por fin llegó hasta mi miembro y comenzó a jugar con él, acariciándolo lentamente en un principio para después aumentar la intensidad con que me masturbaba. Sus caricias me estaban llevando a mi límite y no pude evitar derramar un poco de mi esencia sobre la mano de Zero, quien al sentirla me miró de manera seductora y la lamió.
-Sólo resiste un poco, querido-mordió su labio inferior y relamió sus labios-Entiendo que lo disfrutes pero aún falta un poco...-se recargó sobre mi sin detenerse y me besó.
-Todo estará bien mientras no te detengas-susurré a su oído aferrándome a su espalda aprovechando la cercanía que tenía conmigo-Te amo Zero-arrastré mis palabras para que quedaran grabadas en su mente.
Sus movimientos eran cada vez más certeros,, mi cuerpo se retorcía de placer bajo el suyo y estaba siendo dominado por mis impulsos. Mis gemidos retumbaban en la habitación como los de Zero retumbaban en mis oídos, pues había permanecido recostado sobre mí y todo lo que emitía era más sonoro.
-Z... Zero... Z... Zero...-gemí mientras me aferraba con fuerza a su espalda-No creo... Poder resistirlo más...-mis jadeos aumentaron-Voy a... Correrme...-en un último gemido, y arqueando ligeramente mi espalda, liberé mi esencia.
Pude sentir como mi entrada se contraía y apresaba a Zero de manera brusca, haciendo que se viniera en mi interior. Cayó rendido sobre mi pecho, que aún subía y bajaba intentando recobrar mi respiración normal, sentí su respiración agitada sobre mi cuello y sus cálidas manos que recorrían cariñosamente mi espalda.
-Te amo Zero-le susurré al oído mientras acariciaba dulcemente su cabello.
-También te amo Ichiru...-se levantó de mi pecho y cuidadosamente quitó un mechón de cabello que cubría mi rostro-Siempre lo he hecho-tonó mi mano entrelazando nuestros dedos y la besó-Y nunca va a cambiar, lo sabes ¿No?-con su otra mano me tomó del mentón y depositó un apasionado beso sobre mis labios.
En ese momento, una sensación de tranquilidad, que surgió a la altura de mi vientre y que nunca antes había experimentado, invadió mi ser. No sabía a que se debía pero fue tan emotiva que entrelacé los dedos de mi otra mano con los de Zero y coloqué nuestras manos sobre mi vientre, instintivamente y sin saber porqué esa parte en particular, y una sonrisa se dibujo en mi rostro.
Era una sensación extraña pero muy agradable que no supe a que atribuir pero si de algo estoy seguro es de que, sin importar de que se trate, no podría sentirla con alguien que no fuera Zero.