JongDae no sabe cuántas horas lleva exactamente ahí de pie, no comprende como sucedió, solo sabe que siente un intenso dolor de cabeza, una opresión tan dolorosa en el pecho, se siente inmensamente triste.
Justo ahora está ahí frente a su habitación, observando como su esposo se pone el pijama, pero no está dispuesto a entrar ahí, por lo que decide marcharse. Sin tomar nada se dirige a su oficina en el colegio. JongDae intenta olvidar lo que presencio hace días, pero no puede, simplemente no puede olvidar lo sucedido. Sus ojos arden, las lágrimas se agolpan en sus parpados, su respiración se vuelve dificultosa, su vista se nubla, su pecho duele intensamente.
Golpea el volante con sus manos, pero esto no calma su ansiedad, su angustia, su dolor, su desesperación. Comienza a conducir, suelta libremente sus emociones, volviéndose un torrente nebuloso, desgarrando su ser. Se llena de melancolía y llora en silencio, tiembla y reprime un grito, ahogándolo en su garganta; se siente tan miserable, tan estúpido e ingenuo.
Quizás solo debería darle el divorcio a Yixing, quizás y solo quizás así pueda dejar de sentir esas inmensas ganas de llorar, golpearse contra la pared, quizás así logre olvidar, quizás así sea capaz de dejarlo de amar. Aunque eso sea poco probable, puesto que lo ama más que a nada en el mundo, antes de conocerlo solo amaba a Dios, a su familia, a nadie que no compartiera un lazo de sangre con él, pero todo cambio cuando Yixing apareció, cuando lo observo de lejos, cayendo rendido ante su personalidad indomable, su carácter firme y arrogante, su sonrisa, su piel tersa y suave, su cabello sedoso, sus ojos negros intensos.
Porque conocer a Zhang Yixing fue su perdición, pero también lo mejor que le paso en la vida. Conocer a Yixing fue desastroso para JongDae, siendo el hijo perfecto, dedicado, correcto, honesto, decente, educado, culto, amable, inteligente, atlético, siendo todo y nada a la vez; cosa que cambio medianamente cuando se enamoró de aquel ser tan hermoso pero destructivo de nombre Zhang Yixing.
Peleas, humillaciones, discusiones, lagrimas, sangre, ahora su mundo giraba en torno a este joven. Distanciamiento de sus padres, batallas intensas con sus compañeros y amigos, conservando solo a unos cuantos. Se conocieron en la universidad, después tardo años en conquistarlo, convencerlo, envolverlo y volverlo su pareja, pasaron otros cuantos años más para que le propusiera matrimonio, pero el otro se negaba, más JongDae no desistió, siguió luchando, hasta que unos cuantos meses después lograra desposarlo.
Solo que JongDae nunca noto su error, quizás nunca lo hubiera hecho si no hubiera aparecido Kris.
Ahora JongDae se siente miserable, roto y acomplejado, llora en silencio, escondido en su oficina, ya no duerme en su cama, ni siquiera llega a casa a dormir, solo observa unos cuantos minutos incluso horas a Yixing, torturándose, dándose lastima, compadeciéndose de sí mismo por haber caído a los pies de aquel hermoso joven.
Solo una semana bastó para que Do KyungSoo lo notara, su mejor amigo entrara en acción, una semana en la cual quiso desaparecer, pero ahora ahí estaba llegando a su oficina, su lugar de resguardo, su fortaleza. Llego hecho añicos, con el alma hecha pedazos, solo estaciono el auto, su lugar habitual, después fue a resguardarse de nueva cuenta, como lo venía haciendo desde aquel día. Esperando a que el dolor por fin cesara.
Llego y todo estaba a obscuras, pero no se molestó en encender la luz, no era como si alguien lo esperara, pero en esta ocasión sí. Ahí estaba KyungSoo sentado en su silla de cuero, con una copa de vino blanco, esperando impaciente a su mejor amigo, casi hermano. Tan solo escuchar el sonido de la puerta se puso en pie, caminando entre la obscuridad hacia su amigo.
-JongDae- Le llamo mientras lo tomaba en brazos, este se tensó al escuchar su voz, pero inmediatamente se dejó hacer. Esto asusto a KyungSoo, pues JongDae no era de las personas que muestran sus emociones con facilidad, es alguien reservado que jamás se muestra vulnerable.
Llorando en silencio se aferró a su amigo, sacando su dolor, temblando y jadeando entre sollozos, mojando el saco negro del contrario. KyungSoo estaba preocupado, sentir a su mejor amigo, casi hermano llorar desconsolado, sufriendo, porque JongDae le estaba transmitiendo su dolor con aquel llanto, simplemente se mostró fiero, sosteniéndolo fuertemente, reconfortándolo o intentándolo.
Después de minutos en esa posición, que para ambos fueron como horas, JongDae se calmó, sintiéndose menos vulnerable, antes hubiese pensado que no tenía a nadie en quien confiar, pero él sabe que el hombre frente a él es completamente la persona en la que más confía. Quien tiene todo su respeto, siendo su ejemplo a seguir; se limpió las lágrimas y camino hasta el sillón de dos plazas en el que solía sentarse con Yixing sobre su regazo, todo en ese lugar le recordaba a su esposo.
KyungSoo fue a prender la luz, quería observar a JongDae, pero cuando lo hiso, noto un portarretratos hacia abajo, por lo que lo acomodo, encontrándose con una foto de JongDae y Yixing abrazados, mostrando una sonrisa y su anillo de bodas. JongDae al observar la imagen se sintió de nuevo triste, melancólico y aquella opresión en su pecho volvió.
-Soo, lo extraño.-
-¿A quién?-
-A Yixing.-
-¿Por qué?, digo si viven juntos, siempre están juntos hasta en el trabajo, no hay porque extrañarlo.-
-Extraño al Yixing de la foto, al joven del que me enamore.-
-JongDae, ¿Qué sucedió?-
-Soo serias capaz de dejar a JongIn por su bien, para su felicidad, si a tu lado nunca fue feliz.-
-¿Por qué preguntas eso?-
-Solo contesta por favor.-
-Si eso lo hará feliz, sí. Por su bien y felicidad sería capaz de dejarlo en libertad, sería lo correcto.-
-Lo sabía, entonces eso debo hacer.-
-¿Qué está sucediendo JongDae?-
-¿Qué sentirías si JongIn te engañara?-
-JongDae comienzas a asustarme, dime que te sucede.-
-¿Cómo te sentirías si JongIn nunca te dijera te amo?-
-Yo, JongDae ¿de qué va todo esto?-
-Solo contesta.-
-Me sentiría desecho, no sé, no puedo expresarlo, pero sé que me sentiría miserable.-
-Por último, ¿Cómo te sentirías si cuando le dices te amo, él se volteara y cambiara de tema?-
-Yo no sabría qué hacer, pero ahora tú contéstame algo a mí.-
-Adelante.-
-¿Qué está sucediendo?-
-Mi peor pesadilla, Soo, él está aquí, me robo lo más importante para mí, me está destruyendo y tengo miedo, dime cómo hacer para curar esta sensación de mi ser, el dolor.-
-JongDae explícate por favor.-
-Yixing y Kris…-
Solo basto que pronunciara el segundo nombre para que el otro comprendiera de qué iba la cosa, rápidamente se acercó a JongDae, abrazándolo fuertemente, trasmitiéndole su calor.
Mientras tanto en el departamento de JongDae y Yixing.
Yixing estaba recostado en la cama, sintiéndose vacío, observo a su lado en la cama, recordando a un JongDae sonriéndole dulcemente, pero ahora no había nadie en ese sitio.
Sentía frio y no había quien lo abrazara para trasmitirle su calor, no podía dormir, estaba esperando que esta noche JongDae si llegue a dormir, si vuelva a casa, a sus brazos, que le bese la frente y le diga te amo, para después dormir abrazados. Pero no todo lo que esperas sucede.
Su celular comenzó a vibrar y sonar, situado en su mesita de noche, justo a su lado, lo tomo y reviso en espera de que fuera su marido, pero en cambio se encontró con un número desconocido, dudo de si contestar pero al final si lo hiso.
-Diga.-
-Yixing, amor ¿estas como estas?-
No era que no deseara escuchar la voz del otro lado del auricular, simplemente se desilusiono de que no fuera JongDae, en cambio era él.
-Kris, ¿Cómo conseguiste mi número?-
-Digamos que soy un buen detective, lo conseguí de tu teléfono amor, aquel día en la enfermería.-
-No digas eso, además de que te dije que aquello no volvería a suceder.-
-Te extraño, tengo tantas ganas de poseerte como aquella vez, de besar tus labios y escucharte decir mi nombre una y otra vez.-
-No digas tonterías.-
-Te amo Yixing, admite que tú a mí, como cuando íbamos en la preparatoria, yo no me quería ir, pero fue necesario amor, entiéndeme, pero ahora estoy de vuelta, dispuesto a recuperarte.-
-Ya te dije que no digas tonterías.-
-Eso no dijiste el día del concurso cuando en la enfermería te hice mío.-
Yixing se quedó sin palabras, como refutar a eso, si era la verdad, aquella noche a pesar de las advertencias y palabras de LuHan lo hiso, fue y engaño a JongDae, se metió de nuevo con Kris.
Yixing caminaba rumbo a la enfermería después de que terminara la competencia, ya habían elegido un ganador, todo estaba terminado, ahora solo quería tomar un descanso en su oficina, mejor conocida como la enfermería.
Cuando entro comenzó por quitarse la chaqueta, pronto y sin darse cuenta alguien entro tras él, dejando la puerta entre abierta, lo tomo de los brazos y comenzó a acariciarlo.
Su mente se desconectó de su cerebro, al sentir aquellas conocidas manos recorrer su cuerpo, aquella sensación abrazarle el alma, sentir aquellos labios rozar su cuello y detrás de su oreja, sentir aquellas caricias y eso besos furtivos sobre su blanquecina y sensible piel.
Pronto se vio Gimiendo el nombre de aquel sujeto, abrazado a su cuerpo, siendo presa del placer y el deseo. Olvidando por completo todo lo que ha vivido después de él, enfocado en sentir y aferrarse a aquel hombre, que lo puso contra el escritorio y comenzó a embestirlo con fuerza, tirando todo en este.
Pero lo que Yixing no sabía era que tenían un espectador, que hay detrás de la puerta llorando esta Kim JongDae, viendo como aquel sujeto y su esposo se divertía libremente, jugando a ser amantes. Destrozando su corazón en el acto.
Yixing nunca se sintió culpable, se sentía en una nube, una especia de burbuja que lo hacía tocar el cielo, la felicidad. Gemir el nombre de Kris parecía haberse vuelto completamente necesario en aquel momento, dejándose llevar por aquellas caricias, besos y embestidas. Mientras el otro le besaba, acariciaba, penetraba y gemía su nombre. Un día que sin duda ninguno de los tres olvidaría.
-Eso no sucederá de nuevo, así que no me busques-
Solo eso atino a decir antes de dar por terminada aquella llamada, apagando su teléfono en el proceso, sintiéndose extrañamente triste por sus palabras, no explicándose porque extrañaba aquellas manos, aquellos besos, aquel hombre, teniendo a JongDae. Pero en este momento JongDae no está.