Ufa- dije jadeando – A tafi por favor
El chofer me entrego el boleto y me dirigí a un asiento del colectivo.
Por poco y lo pierdo, tuve que correr pero el colectivero me vio y detuvo el vehículo, sobre que ya es tarde lo único que me faltaba es perderlo.
¿Ahh? Lo siento, no me presente, de cualquier manera, se que no les interesa mi nombre, ni mi historia, pero ya me acostumbre, a nadie le importo, por un momento creí que si… pero era solo una ilusión (que nunca debí haber tenido).
Bueno ¿por dónde comienzo? Me llamo Sebastián Flores, tengo 18 años… cumplo 19 el 23 de enero, vivo en argentina, en la provincia de Tucumán, en una pequeña ciudad llamada tafi viejo.
Vivo con mi “familia” si se le puede llamar así, comparto mi casa con mi hermano, tiene trece, casi catorce años (y me odia), con mi madre (que me odia) y con mi abuela (adivinen que… me odia).
¿Saben que es lo más gracioso? Que tuve la oportunidad de escapar a este infierno… pero cometí un error, es cierto que me ayudaron… pero fui un tonto, yo elegí esto, y lo merezco, hay veces que creo que sería mejor morir.
No conozco a mi padre, tengo un tío en santa fe que es el único familiar con el que me llevo bien.
Me gusta el futbol (para verlo, no para jugarlo) aunque tampoco soy fanático, juego… juge tenis (que me gusta jugarlo… pero no verlo).
Soy de leer mucho, no salgo a los boliches, y no, nunca tuve novia (solo un par de relaciones efímeras)
Ahh, antes que lo olvide, vengo de un psicólogo, va, psicóloga, llevo tratándome 3 meses… aunque mi familia aun no sabe nada)
Me puse de pie y le pedí parada al chofer, que como es costumbre paro a 140 metros de donde tenía que parar, así que me puse en camino hasta mi barrio, es una urbanización pequeña, a las afueras de tafi viejo, tiene una sola calle principal, con cinco calles paralelas que las cruzan, yo vivo (si se le puede llamar vida) en la primera cuadra, tomando como referencia la ruta, en la cual me acaba de dejar el bondi (perdón, colectivo), di vuelta a la cuadra llegando a mi cuadra, y ahí estaba mi casa, con el puto perro del vecino cagando en medio de la vereda y la puta que lo pario, así que por estar concentrado gritando y puteandolo al perro, no vi, hasta que corrí al animal, el camión que estaba descargando muebles en la casa que está al lado de la mía, cosa rara, ya que desde que vivo aquí, va, desde que vivo permanentemente aquí (larga historia) en la casa de al lado Vivian, una mujer rubia, su marido, y su hijo, un pendejo de unos 13 años que lo único que hace es romperme las pelotas, y que es el mejor amigo de mi hermano, por lo tanto no es raro verlo en casa, bueno, recapitulando, realmente no iba a extrañar demasiado a esa gente (no tengo relación con casi ningún chico del barrio, excepto por Javier que no es mi mejor amigo, pero si nos llevamos bien), era tarde y realmente tenía hambre, siendo que me levante a las 6 de la mañana y que solo tenía un desayuno en mi estomago, y que eran las 2 y media pasada… pero como dicen, la curiosidad mato al gato, entonces fui caminando por la calle, rodeando el camión, para ver quiénes eran mis nuevos vecinos, había una reno duster estacionada en el garaje de la casa, y en la vereda un hermoso mercedes del cual me quede enamorado, eso era medio raro de ver, si creo que en toda la ciudad solo habrán tres autos como ese.
Hola- escuche que dijeron atrás mío, a lo que me di vuelta para comprobar quien me había hablado, ya que no reconocí la voz.
Era un hombre alto, rubio, de ojos marrones, como los míos, de complexión delgada, vestido con unos jeans, camisa y un saco (estamos en septiembre pero aun hace frio)
Me quede realmente sorprendido de ver a una persona así en mi barrio.
-hola- respondí extendiendo mi mano- mucho gusto
-el gusto es mío-me saludo extendiendo su mano- ¿tu vives en esa casa?- pregunto señalando, efectivamente, mi casa.
-si, esa es mi casa ¿señor?...
-funes, Carlos funes- dijo con una amplia sonrisa
-yo soy Sebastián flores-
Mientras le respondía se abrió la puerta de la casa, de ella salieron, un hombre, que parecía de los que estaban descargando la mudanza, detrás del hombre salió la mujer más hermosa que vi en mi vida, una morocha espectacular, con unos hermosos ojos Verdi-azules, llevaba un vestido negro, muy elegante, como si estuviese por ir a una fiesta, su calzado eran unos tacones de punta, pero no estaba maquillada, y detrás de ella, la cosa más hermosa que vi en mi vida, detrás de la mujer, vino caminando un niño, de unos 11 años, tenía el pelo corto, de color rubio, como el señor funes, y unos ojos azules, vestía un traje, pantalón negro y camisa blanca, sin saco ni corbata, era simplemente hermoso, y no podía evitar pensar en cómo sería besarlo “¿Cómo puedes estar pensando esto, es un niño, y tu casi un hombre, y además los dos son hombres, ¿Qué es peor?” pensé,
-mi amor entra que se nos hace tarde- le dijo la mujer, pero se interrumpió al verme a mi
- el es Sebastián, nuestro nuevo vecino, ella es clara, mi esposa- dijo mirándome
-hola- respondí saludándola con un beso
-y el es Danny, nuestro hijo
-H-Hola- también lo salude con un beso… grave error, enseguida note como los colores subían por mis mejillas, sentía mis orejas calientes, seguro ya estaba todo rojo, cuando mire a Danny me di cuenta que le sucedió lo mismo, y bajo la cabeza para disimularlo.
Rápidamente me despedí del señor funes y su familia y, abriendo el portón que da a la calle, entre rápidamente a mi casa.
Mi corazón latía rápido, mi respiración estaba acelerada y sentía que no podía mantenerme en pie.
-hola- dije saludando a mi abuela, que estaba en el comedor
-se mudaron unos nuevos vecinos, nos invitaron a cenar hoy
Esa fue toda la conversación que tuve con la madre de mi progenitora, de verdad mi familia me odia
Mi madre no estaba, como de costumbre, había salido, junto con mi hermano, con Juan, que es su padre, habían estado separados 11 años, desde el incendio…, pero otra vez habían vuelto.
Prepare mi comida y me dirigi a almorzar a mi habitación, era pequeña, tenía mi cama, marinera, esas que tienen otra cama abajo por si vienen visitas, la uso a menudo cuando viene mi primo, un escritorio en el que esta mi computadora, una mesita de luz, en la que descansa mi netbook del gobierno, un pequeño chifonier, un placar t la tele puesta en un soporte en la pared.
Habíamos tenido problemas económicos en los últimos años, aunque lentamente empezábamos a salir de ellos, por ejemplo, observe mi nuevo aire acondicionado, es cierto que es mío, yo lo pago, no no tengo trabajo, mis ingresos vienen de otro lado, aunque preferiría no tenerlos, porque significarían que yo no tendría esta vida…
El resto del día me paso lento, no hice gran cosa (como vengo haciendo los últimos 7 meses) salvo algunos ejercicios necesarios para mantener mi estado físico, estaba nervioso por la cena de la noche, no sé porque, pero ansiaba ver de vuelta a Danny, sé que no debo tener estos pensamientos, por dios, tengo 18 años y el es solo un niño.
PERO QUE MIERDA DIGO, los dos somos hombres, esto no está bien, oh por dios, que estoy diciendo, no me malinterpreten, no tengo mucha experiencia, pero tampoco soy un pelotudo, si sé que me pasa, solo que me parece imposible, no, no puedo estar enamorado de un niño por dios… ¿o sí?... ¿seré homosexual?... no, no me gustan los hombres, pero Danny…, es como si… como si… como si lo amara, aunque no lo conozco
Paso el tiempo muy lentamente, pero por fin llego la hora de ir a casa de la familia funes, estaba nervioso, no me gusta conocer gente nueva, es verdad, pero estaba transpirando en frio de los nervios que tenia.
Yo me vestí con unos jaens, unos borceguíes de cuero de color marrón, una camisa mangas cortas y un chaleco del mismo material que el pantalón.
Me había tomado mi tiempo para vestirme (jeje, Leonardo dice que parezco metrosexual) yo no lo veo tan así, solo que me gusta ir bien presentable.
Me afeite, me peine, mi pelo, aunque corto, es bastante rebelde y lleva su tiempo.
Salimos de casa camino a la de los nuevos vecinos, fuimos solo mi abuela y yo, mi madre y mis hermanos aun no habían vuelto, eso no me preocupaba, es normal que se ausente un día o dos… lo que me desanimaba es que ya sabía lo que pasaría cuando regrese.
Yo llevaba una coca cola que había comprado unas horas antes, y my abuela una torta que había preparado.
Tocamos la puerta (la casa no tenia portero) y nos atendió el señor Carlos
-hola, bienvenidos, pasen, pasen por favor- dijo abriéndonos la puerta
-gracias, buenas noches- respondió mi abuela
-hola- salude yo
-permítanme- dijo el señor funes tomando la gaseosa que llevaba yo en una mano y la torta de mi abuela con la otra
-por aquí por favor- pidió Carlos dirigiéndose a mi abuela
-Sebastián ¿verdad?- pregunto mirándome
-si señor-respondí
-jajá, solo dime Carlos, Danny está en su cuarto arriba, sube si quieres, mi esposa todavía no llego, mira- dijo señalándome unas escaleras- por ahí, la segunda puerta a la derecha-
-S-Si, gracias- respondí yo nervioso
Lentamente subí la escalera hasta que llegue al piso de arriba, la puerta estaba cerrada, me acerque titubeando y toque la puerta…