Jonghyun caminaba tranquilamente en dirección a su casa una noche del 19 de julio de 2207. No tenía ninguna preocupación. Había salido de la casa de Yonghwa ya que habían hecho un “trabajo”. Su casa no quedaba muy lejos, sólo era cuestión de caminar unas cinco cuadras. Para mala suerte de Jonghyun, las calles estaba desoladas y habían mucho riesgos, podrían asaltarlo o podría haber algún pervertido por ahí. Pero eso no iba a ser lo que causara su muerte esa misma noche. Jonghyun sintió que su celular vibraba y contestó.
-¿Hola? ¿Yonghwa?
-¿Jonghyun? Quería saber cómo estabas…
-Bien, aunque todavía no he llegado a casa. Creo que sería mejor que cuelgue, pueden robarme.
-Bueno, te veo mañana.
-Te amo.
-Y yo a ti.
Jonghyun colgó su teléfono. Yonghwa estaba equivocado, no se verían mañana, en realidad… no se volverían a ver.
Minhyuk veía como su enemigo caminaba de lo más tranquilo por esas calles tan peligrosas. Se distrajo por unos segundos y lo último que escuchó fue un “te amo”. Esa fue la gota que derramó el vaso. Se acercó más a Jonghyun. Desde hace mucho había estado planeando en como matarlo, tenía que ser de la forma más dolorosa que se pudiese. Tomó un pañuelo de su bolsillo, tenía cloroformo. El tenía muy en claro lo que iba a hacer. Corrió hacia él y colocó el pañuelo con brusquedad sobre su nariz. A los pocos segundos, Jonghyun se hallaba inconsciente en el suelo.
Jonghyun despertó lentamente. Se hallaba en un callejón, a pesar de que muchos callejones de esa zona se parecían, sabía que no era el mismo en el cual había estado unos minutos antes. Vio una sombra, era alguien que conocía, o al menos eso creía él.
-¿Minhyuk? ¿Eres tú? -comenzó a ver con más claridad y notó el cuchillo en sus manos- ¿Qué vas a hacer con eso? –tembló de los nervios.
-Algo que debí hace mucho: matarte.
-¡No! ¡Por favor no lo hagas! Se supone que somos amigos ¿no?
-Tus súplicas no cambian nada.
-¿Por qué haces esto?
-Te tengo envidia. Estoy enamorado de Yonghwa… pero desgraciadamente tú eres su novio. Eres un estorbo.
-¡Te doy a Yonghwa! Haré lo que sea con tal de seguir con vida…
-¡¿Qué?! ¡¿Estás loco maldito?!
Minhyuk enfureció y clavó su cuchillo en el estómago de Jonghyun y luego lo retiró. Jonghyun sintió su propia sangre salir de su estómago. Lo sabía, esa misma noche moriría, no importaba cuanto suplicase.
-¿Puedes hacerlo de una forma menos dolorosa?
-¡No!
El cuchillo volvió a introducirse en su estómago. Jonghyun gritó de dolor. Minhyuk quería aguantar la risa pero no pudo.
-¿No tendrás ni el más mínimo cargo de conciencia?
-Pues… no es la primera vez. ¿Recuerdas a ese profesor que desapareció mágicamente sin dejar rastro? Pues, yo lo maté. El me reprobó en su curso, lo cual arruinaba todas mis buenas notas así que hice lo correcto. Lo maté.
-¿Todo lo solucionas con cuchillos?
-Sí. Es una forma interesante de deshacerte de las personas.
-¿Por qué… -Jonghyun comenzó a tartamudear-… de todas las personas… tenías que… enamorarte… de Yonghwa?
-Es demasiado lindo, siempre veo que te trata bien y que te da regalos… me gustaría que él me tratase así…
-Crees que… cuando yo muera… ¿Podrás tenerlo?
-No. Pero por lo menos ya no te tendrá a ti.
-Das… miedo…
-Lo lamento Jonghyun, yo también creía que eras mi amigo…
Otra puñalada en su estómago. Jonghyun simplemente quería que todo acabase. Era el dolor más grande que hubiese podido sentir en su vida.
-Ya… acaba de una vez por todas… por favor…
-No, no me agradas, por eso te tiene que doler.
Y así fue una puñalada tras otra. Minhyuk no tendría ni un solo cargo de consciencia la mañana siguiente.
-¿Sigues vivo? -Minhyuk esperó una respuesta durante unos diez segundos.
-Desgraciadamente… -a Minhyuk le sorprendió que aún pudiese pronunciar una palabra tan larga.
-Eres un idiota, pudiste haberte hecho el muerto. –Minhyuk tomó su cuchillo por última vez y le dio un pequeño corte a la yugular. – Bueno, adiós Lee Jonghyun, supongo que tu muerte fue bastante fea.
Minhyuk se puso de pie y comenzó a caminar en dirección a su casa. Tomó su pañuelo y limpio el cuchillo, no lo iba a dejar tirado por ahí ya que era su cuchillo “de la suerte”.
En otro lado de la ciudad nacía un pequeño niño. Un niño que recordaría claramente que fue asesinado de una manera muy cruel en su anterior vida. Este niño se propondría la meta de matar a su propio asesino, a pesar de que esto no tuviese ningún sentido, y no descansaría hasta encontrar al que había sido el amor de su vida para volver a vivir ese lindo amor que habían tenido. Pero claro… igual surgiría uno que otro inconveniente.