—NARUTO’S POV—
Se escuchó el sonido del timbre. Me levanté del sofá y fui a abrir la puerta. Afuera se encontraba un chico con una gorra y uniforme de trabajo. Era un chico de cabello negro y ojos del mismo color. Era un poco más bajo que yo. Siempre traía las cosas raras que Deidara conseguía por Internet. Lo miré y le sonreí, pero el rápidamente miró para otro lado.
—Traigo un paquete para el señor Deidara —dijo al instante. Arriba de la caja que cargaba había un papel y un bolígrafo—. Tienes que firmar ahí —señaló con la mirada. ¿Qué habría comprado ésta vez Deidara? Firmé y le devolví el papel. Él me dio la caja que estaba cargando.
—Gracias —respondí sonriendo. Rápidamente desvió la mirada.
—… ¿Ya estás bien? —preguntó el chico.
—¿Eh? ¿Por qué lo dices? ¿Parezco enfermo? —respondí curioso. Que yo recordara sólo había visto a ese chico cuando traía los paquetes y Deidara siempre era quien le abría la puerta.
—Olvídalo… —dijo saliendo de ahí rápidamente.
—Qué extraño… —susurré al ver cómo salía casi corriendo de ahí.
—¿Ya llegó mi cafetera con cámara de fotos? —Deidara apareció detrás de mí y casi me dio un infarto.
—¿Una cafetera con cámara? —pregunté riendo. ¿Para qué necesitaría una cámara en una cafetera?
—Claro, es para sacar fotos al café —habló si fuera obvio.
—Perdona mi ignorancia —dije sarcásticamente para darle el paquete. Deidara era rubio y tenía ojos celestes como yo, lógico, éramos hermanos. Tenía el cabello un poco más largo que yo y era más alto.
—Sakura llamó recién, dijo que viene en camino —informó Deidara sosteniendo el paquete con máximo cuidado y dirigiéndose a la cocina.
—Sakura… —susurré. Realmente no sabía que sentía por ella, después del accidente, ni siquiera recordaba su existencia…
-FLASHBACK-
Abrí los ojos. Lo primero que vi fue un techo blanco. Luego me giré. Deidara estaba ahí. Tenía cara preocupada.
—Al fin despertaste, Naruto —sonrió Deidara mientras lágrimas caían por sus mejillas. ¿De qué estaba hablando?
—¿Qué me pasó? ¿Dónde estoy? —pregunté. Parecía un hospital.
—Es normal que no lo recuerdes, los doctores dijeron que la amnesia podía durar algunas semanas, o incluso años… —dijo algo triste. Yo no entendía qué estaba pasando. En ese momento la puerta se abrió y entro una chica con el pelo rosa. Parecía que había llorado.
—¡Naruto! ¡Despertaste! —gritó mientras corría hacía mí y para luego abrazarme. Realmente, no entendía nada. Miré a Deidara, él asentía con la cabeza.
—Sakura, necesito hablar contigo un momento —habló Deidara. Así que se llamaba Sakura, creo que ya había escuchado su nombre antes… Sakura se levantó y miró a Deidara algo asustada. Luego me miró a mí—. Sígueme —Deidara salió de la habitación. Sakura lo siguió. Por las ventanas de la habitación se podía ver a Deidara diciéndole algo a Sakura. Sakura comenzó a llorar y Deidara la abrazó. ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso me iba a morir? Luego Sakura se giró y me miró con una sonrisa. Después se dio media vuelta y se fue. Deidara volvió a la habitación.
—¿Me vas a explicar qué está pasando Deidara? Estoy comenzando a asustarme —protesté. ¿Cómo es que ellos dos sabían lo que estaba pasando y yo no?
—Escucha, no sé cómo reaccionarás a esto. Hace un mes tuviste en accidente, según dicen los que estaban allí, había un chico tirado en la calle porque lo habían golpeado y no se podía levantar, y un camión estaba a punto de atropellarlo. Tú corriste a salvarlo pero no pudiste salvarte tú… Luego de eso caíste en coma y de milagro te despertaste. Tenía tanto miedo de que te fueras Naruto… —parecía que iba a llorar de nuevo. Me quedé petrificado unos minutos. Lo último que recordaba era que volvía del instituto y estaba muy cansado, así que me había echado a dormir.
—Pero… no recuerdo nada… —dije ahora mirando a Deidara confundido.
—Eso es porque olvidaste los últimos 3 años de tu vida. Tienes 20 años ahora, te faltaba 1 año para terminar tu carrera en la universidad, pero después de esto no pudiste seguir yendo… —aclaró Deidara.
—Y… ¿quién era la chica de hace un momento?
—Sakura, tu novia —dijo como si nada.
—¡¿Qué?! —¿cómo es que no recordaba siquiera su nombre?
—Ella estaba muy preocupada por ti, sé que probablemente ni sabías que tenías novia, pero… te recomiendo que hables con ella. Te aprecia mucho —sugirió Deidara.
—Entiendo… —acepté. No sabía cómo debería actuar con ella. No quería herir sus sentimientos, pero no recordaba nada de ella. Espero recuperar pronto la memoria…
—Bien… por ahora descansa. Luego iremos a casa, vivirás conmigo a partir de ahora —habló Deidara—. Estaba tan inmerso en mi trabajo que casi no pensaba en ti, así que vas a vivir conmigo ahora —dijo sonriendo. Yo le devolví la sonrisa. Sentí mucho cansancio, así que decidí volver a dormir.
-FIN DE FLASHBACK-
—¿Cómo vas con ella? ¿Recuerdas algo? —preguntó Deidara desde la cocina.
—Ni un poco —confesé algo decepcionado yendo a la cocina. Y era verdad, desde que desperté, lo poco que sabía de Sakura era lo que me dijo Deidara, y lo que me dijo ella.
—Escucha Naruto, no tienes la obligación de estar con ella si no quieres —habló Deidara serio.
—Esperaré un poco más, tal vez los recuerdos vuelvan. Si no sucede, hablaré con ella de esto —aunque Deidara lo dijera, sentía la obligación de estar con Sakura. No podía dejarla sola, y tenía la esperanza de que mis recuerdos volvieran algún día. Después de todo, sólo había pasado una semana desde que desperté.
—Bien, sabes que cuentas conmigo para todo. Ahora, ¿quieres café? Así verás cómo funciona esta preciosidad —dijo dándole unas palmaditas a la cafetera.
—Claro —respondí riendo. No le veía sentido a esa cosa.
Luego de un rato Deidara me sirvió café y apretó el botón que tenía la cafetera.
—¡¿Qué pasa?! —gritó viendo que la cámara no sacaba fotos.
—Tal vez salió defectuosa —planteé.
—¡No puede ser! ¡Si la trajeron hace media hora! —exclamó tomándose la cabeza con las manos—. ¡Quiero un reembolso! ¡Necesito otra cafetera con cámara! —parecía frustrado. Yo trataba de no llorar de la risa porque sabía que se enfadaría. Deidara sacó su celular y llamó a la empresa de envíos—. ¿Hola? Mi cafecámara 3000 vino defectuosa, ¡la cámara no funciona! Acaban de traerla a mi casa —dijo para echarle una mirada a la "cafecámara"—. ¿Qué? ¡No voy a esperar hasta mañana! ¡Los voy a denunciar si no me traen una en buen estado! —gritó—. Escúcheme señorita, o esa cafetera aparece en mi casa en 15 minutos, o su empresa entera se derrumbará —dijo tratando de parecer amenazador. Obviamente, nunca demandaría a nadie, ni siquiera sabía cómo hacerlo—. Muchas gracias, la estaré esperando —dijo cambiando completamente de tono. Parece que al final habían cedido.
—No te rindes fácil ¿eh? —dije aguantando la risa.
—Claro que no, necesito esas fotos del café —respondió sonando serio. En ese instante alguien tocó el timbre. Fui a atender. Era Sakura.
—Hol…
—¡Naruto! ¡Mi amor! —me interrumpió besándome. No quería herir sus sentimientos, pero esto ya me estaba pareciendo demasiado—. ¡Te extrañé tanto! —dijo abrazándome.
—Pero si nos vimos ayer…
—Tú mismo lo dijiste, ¡no te veo desde ayer! —exclamó sonriendo. En ese momento me di cuenta que aún estábamos en el pasillo del apartamento.
—¿Entramos? —sugerí.
—Siento interrumpir, traigo el repuesto de la cafetera —dijo el chico de antes apareciendo detrás de mí. Me dio un susto de muerte.
—¿Quién es ese? —preguntó Sakura aferrándose a mi brazo. El chico levantó una ceja.
—Es el repartidor que trae los paquetes para Deidara… —aclaré mirando a Sakura aferrada a mi brazo.
—Escucha, me hicieron volver después de media hora y tengo otra entrega, así que toma la cafetera, firma y me voy —habló. Parecía apurado.
—No le hables así a mi novio, niño —dijo Sakura despectivamente. Obviamente, la diferencia de altura entre él y Sakura era más notoria, ya que Sakura llevaba zapatos con plataforma.
—Tranquila Sakura… —dije tratando de calmarla.
—¿Qué dijiste? —preguntó el chico dirigiéndose a Sakura.
—Oigan, no hay por qué pelearse, todo está bien —dije poniéndome entre medio de ellos dos.
—No tengo tiempo para esto… —susurró el chico dándose la vuelta para irse.
—¡Espera! —creo que grité muy fuerte—. Es que… mi hermano quiere eso. Voy a firmar, ¿bien? Sakura, entra al apartamento ¿quieres? —le pedí.
—Claro, adiós, niño —dijo mirando al chico con desprecio.
—Disculpa por las molestias —me disculpé apenado.
—No importa, tengo clientes peores —suspiró dándome el papel para firmar.
—Oye, ¿cómo te llamas? —pregunté mientras firmaba el papel. El chico me miró extrañado. Abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró. Finalmente habló de nuevo.
—¿Por qué?
—Ah, es que… —realmente no sabía por qué había preguntado eso.
—Naruto, ¿ya llegó mi cafetera? —dijo Deidara apareciendo de atrás. Salté del susto. Parece que a todos les gustaba asustarme.
—Ajá —afirmé mientras Deidara se acercaba.
—Ah, hola. ¿Cómo has estado? —saludó Deidara mirando al chico.
—Ahmm, debo irme, tome el paquete por favor —dijo de pronto el chico. Deidara tomó el paquete y el chico me sacó el papel de las manos y se fue.
—¿Lo conoces? —le pregunté curioso.
—¿Que si lo conozco? Claro, y tú también —dijo como si nada.
—¿Yo lo conozco? —pregunté. Sólo había visto a ese chico cuando trajo los paquetes para Deidara.
—Seguramente no lo recuerdas, después te cuento, ve a hablar con Sakura —dijo cerrando la puerta del apartamento.