Una canción, las de las pequeñas cajas musicales sonaba. En ese lugar un niño preparaba unos riscos pastelitos de manzanas. Este niño, que a simple vista parecía normal, cayó en una maldicíon. La fruta especial el probo y su vida no sera para siempre.
¿Pero porque no vivir para siempre es una maldición? La razon es que en este mundo, perdido en algún lugar, su gente era inmortal.
Pero al niño eso no le importaba, el dolo quería que todos prueben esa rica fruta, llamada manzana.
-Ahora todos verán lo delicioso que estan- dijo feliz
Al gran pueblo se dirigió, se ubico en el centro de la ciudad frente a una torre de reloj. A esa hora las calles estaban llenas y el niño desde su lugar intentaba vender sus manzanas.
-¿Alguien quiere un pastelito? Los prepare yo
Y como siempre todos lo ignoraron, hasta algunos atrevidos hablaron mal de el sin importarle que se econtrara ahí.
Ignorando todo eso, el se quedo hasta el atardecir. Y muy triste, camino despacio a casa, dejando un caminito de lágrimas tras el.
Al otro día, con una gran sonrisa, volvio a preparar unos ricos pastelitos. Volvió a esa ciudad, en el mismo lugar se ubico. Pero esta vez la gente paso ignorandolo hasta que una persona lo empujo desde atras. El niño cayo y con el sus pasteles.
El comenzó a llorar mientras miserablemente se disponía a recogerlos, pero otra mano aparecío y no solo eso, también comió uno.
-Esto sabe muy bien- dijo ese niño con el cabello blanco resplandeciente y unos ojos iguales a los del cielo.
Esas palabras re animaron el corazón del niño, como si le diera una razón para existir. Pero luego se preocupo por lo que ocurria al comer esa gruta dulce.
-¿N-no te importa que te haya maldecido?
-No, ya que siempre quise poder estar a tu lado
Asi comenzó su historia, donde solo ellos pueden vivir.
Marcharon muy felices, tomados de la mano, a la casa del niño.
El día siguiente fue diferente, en vez de estar solo estaba con alguien. Al fin pudo prepara y comer esos pastelitos felices.
Asi pasaron los días, ellos cada vez eran más unidos, inseparables se podria decir (ya saben que hicieron en todo este tiempo XD). Pero la paz se imterrumpió, ya que el pueblo tuvieron que visitar por comida.
Mientras caminaban a la tienda un hombre, bastante reconocido por ser un sacerdote, les dijo
-Todos nosotros sentimos lastima por ustedes y por todos los que cayeron en esta maldición. Ya que no vivirán por siempre y algún día tendrán que morir. Es una forma de vivir tan lamentable
Pero ambos rieron, asi es ellos rieron. Y tan felices dijieron -Es una bonita maldicíon, sabe. Ya que asi siempre podemos atesorar el ahora, gracias por preocuparse en nosotros-
Siguieron caminando, sin mirar atras.
Pero el niño vendedor de manzana suponía que seguiría sintiéndose invisible en aquel mundo, ya que se sentía diferente, sin capazdehablar. Aunque todos siguieron ignorandolos pero no porque yo comí la manzana, si no porque el mundo estaba maldito.
Con ese pensamiento, después de amarse mutuamente por toda sus vidas, el final se les acerco. Muy felices, ya que llograron conseguir su ansiada libertad. Esa que le hacia tanta falta de pequeños.
La última hoja del árbol de manzanos cayo, con el unas lágrimas y un beso sus vidas terminaron.
Fue una vida con mucha la la lu la lucky *comentario final cantado ewe*