Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ese demonio, mi amante. por SebbyPhantomhive

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

hola, si nuevamente yo... bueno es una idea que vino de repente a mi mente, y bueno aqui esta no sera un fic largo, solo maximo 4 o 5 capitulos, la historia no esta basada en el anime pues aqui segun no se ha cumplido la venganza de Ciel, espero les guste y ya los dejo leer... 

Notas del capitulo:

bueno un capitulo medio cursi, pero amo la cursileria jejeje aunque diga que no pero es lo que mejor me sale, espero les guste y me dejen saber su opinion :*

En una fría noche de diciembre estaba el joven conde Ciel Phantomhive sentado al pie de su cama, cuando un leve sonrojo se asomó en sus delicadas mejillas.

-Joven amo, ¿acaso esta con fiebre? Advirtió un poco preocupado Sebastian, viendo ese sonrojo en su joven amo cuando entraba en la habitación con una charola en mano en que llevaba un trozo de pastel y una taza de té caliente.

-No, creo… Decía desviando la mirada el joven mirando los pies de su mayordomo que estaba frente a él dispuesto a servirle.

-Pero dijo que se sentía mal, por eso interrumpió su pequeña fiesta de cumpleaños. Hablaba Sebastian quien veía fijamente a su amo, quien no le dirigía la mirada.

-Estaba cansado de Lizzy y sus empalagosas muestras de afecto, se ha olvidado que no soy un niño ahora. Exclamado algo hastiado el conde, quien se sentaba al espaldar de la cama para comer lo que Sebastian le brindaba.

-Creo que siempre lo verá como un niño, aunque ahora sea todo un jovencito, acaba de cumplir 17 años. Hablaba Sebastian viendo a su hermoso amo que con los años se había convertido en un joven galante de finas facciones no muy diferente cuando tenía 13 años era casi igual solo había crecido y su infantil rostro era ahora juvenil pero no dejaba de ser hermoso, cuando vio como la mirada azulina de su amo se posó para él, haciéndolo salir de su pensamiento anterior sobresaltando un poco al demonio que desvió la mirada y se dirigía con prisa a traer la pijama a su amo.

-Tsk… Chasqueó la lengua el conde con molestia viendo como su mayordomo se alejaba a buscar su pijama, la razón era sencilla hace ya varios meses estaba confundido con como sentirse cerca de Sebastian, y el motivo de su sonrojo anterior era él, últimamente esos sonrojos eran más notorios y casi impredecibles antes podía controlarlos pero ahora era un aspecto que se estaba saliendo de su control y eso le molestaba en gran manera, sentirse fuertemente atraído a su mayordomo, además demonio quien lo ha acompañado durante 7 años, en quien más confiaba a la vez con quien más seguro se sentía, era su refugio su frustración era no tenerlo cerca cuando se alejaba sentía que parte de su ser sino era todo su ser sentía desfallecer, ¿Acaso estaba enamorado? ¿Quién no? Sebastian era un caballero galante, varonil, hermoso, sarcástico, hábil, y muchas virtudes y defectos más se cruzaban por su mente, cuanto le fascinaba ese demonio. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la voz de su mayordomo le llamó.

-Joven amo, hoy a estado más pensativo y despistado de lo acostumbrado, últimamente parece estar en las nubes. Hablaba Sebastian con una sonrisa esa sonrisa característica de él, Ciel solo se sonrojó y lanzó un bufido molesto, aquello se estaba volviendo una tortura una dulce y tentadora tortura pensaba el conde.

-No sé de qué hablas, Exclamó haciendo un gesto de disgusto mientras veía a su mayordomo dejar la pijama en la cama.

-Pues no se ve muy apetecible el puré que ha hecho. Sebastian hablaba con una enorme sonrisa al ver como su amo por estar pensando había estado jugando con el pequeño tenedor en el postre, haciendo una mezcla de ello, aquello solo hizo avergonzar al joven que solo agachó la mirada. El demonio vio esa actitud la cual le cautivo y procedió a quitar el plato sin hacer más burla de ello, intuía que le pasaba a su amo pues él estaba pasando por lo mismo.

-Supongo pensara en todas sus responsabilidades, ahora es casi un adulto tendrá muchas más. Dijo Sebastian tratando de iniciar conversación mientras cambiaba de ropa a su joven que a pesar de sus años seguía tan dependiente de él como siempre lo había sido, aun para cambiarse aunque ya no lo dejaba bañarlo ni ver su cuerpo desnudo, bien podía cambiarse de ropa solo pero la costumbre era mucho más fuerte.

-Sí, eso pienso… Pero te tengo a ti a mi lado, así que no debo preocuparme. Dijo el joven sin darle mucha importancia pero para Sebastian esas simples palabras tenían mucho valor para él. Ser tan valioso para Ciel hacia que su frio corazón cobrara calidez, eso lo hizo sonreír,  esa sonrisa que notó el joven pues tenía a su demonio arrodillado frente a él, lo hizo sonreír también inconscientemente. Ambos sonreían tratando de disimular, cada cual con la cabeza agachada  ocultaban su evidente y casi secreto enamoramiento.

-Siempre estaré a su lado, siempre… Dijo Sebastian en un susurro acariciando levemente la mano de su amo, mirándose los dos fijamente, Ciel no acertaba que pensar, ni que sentir, se quedó ahí perplejo ante esa dulce frase, sin duda estaba enamorado, del demonio que sonriente lo miraba con devoción frente a él, pero un frio le invadió en solo pensar porque estaban juntos, un contrato, aquello no tenía futuro, además no sabía que sentía su demonio ¿Acaso los demonios sienten amor? ¿Era el quien ya imaginaba amor donde no había? Cerrando los ojos se apartó de Sebastian ya que este le había terminado de vestir, caminó al baño para cepillar sus dientes y disponerse a dormir, dejando con una pequeña desilusión a su mayordomo quien resignado solo le seguía. Después de unos minutos se veía a Ciel recostado en la cama, el silencio acechaba la habitación y una fuerte tensión se sentía en el ambiente, no era así como pretendía terminar su cumpleaños 17 el conde Phantomhive, por algo que aún no tenía claro en  su mente, había decidido terminar su reunión de cumpleaños antes de lo previsto para estar a solas con su demonio, pero no quería estar en ese incomodo ambiente donde veía a su demonio recoger la charola y en unos segundos se marcharía.

-Sebastian… Le llamó el conde con un murmullo al demonio, aun no sabía que diría pero algo se le ocurriría.

-Dígame. Dijo con una mirada de expectativa el demonio viendo fijamente a su amo.

-¿Comiste pastel? Preguntó el conde quien al terminar de decir eso se sentía por demás estúpido, ¿pastel? ¿No podía decir algo mejor? Es un demonio, no come pastel, Sebastian trató de disimular su sonrisa para no hacer sentir mal a su amo.

-No comí… se veía delicioso pero usted sabe que no le encuentro sabor a eso. Respondió amablemente el demonio pero se moría de risa por dentro al ver ese tonto intento para iniciar conversación pero era adorable, el ánimo del demonio volvió, sabiendo que su amo no quería que se fuera aun.

-Ah ya veo…  dijo Ciel muy avergonzado, era un ridículo intento se sentía un verdadero tonto.

-Puedo probar el pastel del puré que hizo hace un momento. Respondía con una sonrisa burlona tomando el tenedor para comer un bocado del pastel desecho por Ciel minutos atrás quien se sentaba.

-Idiota, búrlate todo lo que quieras… Dijo algo sonrojado el conde pero con fingida soberbia veía a  su demonio sentarse a su lado para comer, aquello sobresaltó y emocionó a Ciel.

-Disculpe pero es de mala educación comer de pie, Dijo el demonio con una sonrisa que comía el pastel. Ciel solo lo veía y sentía el corazón latir con frenesí y un sonrojo se asomó en sus mejillas. Sebastian comía del mismo tenedor suyo, lo hizo poner nervioso.

-Esta delicioso… ¿Debe ser alguien muy especialy habilidoso el que hizo este delicioso pastel? Exclamaba con una sonrisa Sebastian mientras terminaba de saborear el postre, Ciel solo sonrió al escuchar lo jactancioso de su demonio.

-Presumido… Exclamó divertido el conde dedicándole una hermosa sonrisa al demonio que se emocionó al verla, en toda la dichosa fiesta no lo había visto sonreír ante estaba de mal humor y muy serio, ahora lo veía sonreír alegremente  solo para él, se  sentía privilegiado. Cuando el demonio sintió crema del postre en el rostro y Ciel con su dedo manchado sonreía malicioso a la vez divertido frente a él.

-¿Quieres jugar? Advirtió Sebastian con una mirada y sonrisa traviesa antes de que Ciel reaccionara ya tenía un enorme punto de crema sobre la nariz.

-Idiota… Exclamó con el ceño fruncido el joven, tratando de contener la risa pues veía a su demonio todo embarrado de crema algo raro en su intachable posición de mayordomo.

-Lo limpiare enseguida, Dijo Sebastian sacando un pañuelo limpiando la nariz sucia del conde que se veía adorable así, terminando de limpiarlo se disponía a limpiarse pero una mano lo detuvo.

-Yo lo hago… Dijo con un notorio sonrojo Ciel ya no podía seguir conteniéndose si algo debía pasar esa noche que pasara, estaba dispuesto a los actuales acontecimientos, tomando el pañuelo comenzó a limpiar el rostro del mayor con delicadeza y lentamente ambos no bajaban la mirada uno del otro.

-Creo que está coqueteando conmigo, joven amo. Dijo Sebastian con una sonrisa acortando poco a poco la distancia de  sus rostros.

-Eso es de niñas… Bufó con fingida molestia el conde.

-No, precisamente… Dijo el mayordomo con una sonrisa mientras con su mano tomaba el rostro de su amo, acariciándolo tiernamente, Ciel se estremeció  ante esa caricia.

-Ahora tú estás coqueteando conmigo… Dijo con una sonrisa Ciel sintiendo como sus rostros estaban a escasos centímetros de distancia que podían sentir sus alientos chocarse en un momento de auténtico romanticismo como nunca habían experimentados esos dos seres.

-Joven amo… Susurró con ternura Sebastian ambas miradas se cruzaban y no dejaban de sonreír, cuando sintieron que sus labios se unían por primera vez en un  dulce beso, sus fríos corazones parecían cobrar vida, sus labios rozaban con nerviosismo pero a la vez con amor, esa fuerza que los había unido y que tan celosamente habían tratado de reprimir, pero al final fueron vencidos por ese fuerte sentimiento que los unía, inconscientemente sus brazos se rodearon entre sí, haciendo que ese beso se volviera más intenso. Luego de unos segundos se separaron lentamente abriendo poco a poco sus ojos, se veían entre sí, no pudieron evitar sentirse algo avergonzados por el hecho reciente agachando la cabeza. Pero casi al instante con una sonrisa se vieron nuevamente tomándose de las manos se acercaban, el mayordomo besaba el bello rostro de su amado conde y contratista con tal devoción que solo hacían apenar al menor que no había sido tratado así por nadie, tal vez sus padres lo besaban en el rostro pero esto era diferente, una diferente hermosa sensación que lo hacía vibrar en cuerpo y alma, al igual que su demonio podía notarlo por cómo le apretaba la mano.

-Feliz cumpleaños… Susurró sobre los labios de Ciel rompiendo el silencio nada incomodo que inundaba la habitación, Ciel solo se abrazó a él viéndose fijamente juntando sus labios se brindaban el más dulce y amoroso beso, una pequeña brisa sopló en la habitación apagando las luces de la habitación dejando a esos dos seres en la casi cálida oscuridad mostrándose las primicias de su amor.

 

Notas finales:

espero les haya complacido, ya deben estar hartos de mi... pero bueno una idea llega y aunque me resista no puedo evitar escribirla pues ronda y ronda mi cabeza... espero sus comentarios :* besos :*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).