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Inmortal. por alessa san

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Notas del capitulo:

Esta historia salió de un impulso por el All x Akashi, así que... de eso se trata este pequeño y corto one shot... realmente lo quería hacer más laaargoooo... pero solo me dio para eso y, sin más, me gusto.

A decir verdad, mientras trataba de ponerle un titulo se me ocurrió ese... lo cual me perturba un poco ya que, es demasiado o condenadamente parecido al nombre que le dan a uno de los multiples finales de "School Days" y que se llama "El Makoto de todas" (creo que así se llama, no recuerdo ya que solo me gustan los finales malos de la serie).

En fin, espero y lo disfruten tanto como yo de hacerlo y compratir a Akashi con todo aquel que no fuese tan... crack (por si mi fuera, terminaria hasta con el arbitro)

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El Akashi de todos.

Pareja: AllxAkashi

Porque la brusquedad del movimiento le gusta. Todo lo que su interior alberga le hace sentir satisfecho, complacido.

Cuando pasan sus manos por lo esbelto de su cuerpo, lamen su cuello y susurran cosas obscenas en su oído las cuales le hacen gemir y sentir cierto cosquilleo en el vientre.

Sabe como terminó siendo de esa manera. Después de aquel “fatídico” día en el que varios de sus compañeros en Teiko le hicieron probar el secreto placer del sexo. Aunque esa vez no fue como esperaba, pero aquel acontecimiento había terminado por marcar su vida. Y de sucumbir uno de sus caprichos primitivos.

Claro que no es un cualquiera que se abre de piernas a quien sea.  No. Él sabe perfectamente a quien ofrecerse, con quien buscar un momento de desliz.

Tiempo después de aquel día en que fue arrebatada su inocencia, busco a su primera presa. Por supuesto, supo con quien iniciar.

Nijimura fue uno de los primeros. El ex capitán entendió a la primera insinuación del pelirrojo, terminando ambos dentro de los vestidores del gimnasio con un Akashi de espaldas a la pared.

Otro en su lista fue Shintarou.  Era obvio que no se quedaban a jugar shogi por un largo rato, solos, en  uno de los salones más distantes del plantel.

Probó incluso la esencia de Shougo. Nada que no resuelva con lastimar el orgullo del chico, aunque claro, para el otro solo fue el demostrarle que tan hombre era.

Ryouta le hizo estremecer por completo. Aquel rubio sabía perfectamente lo que hacía en cada movimiento, en cada caricia y en cada estocada que daba en el pequeño cuerpo.

Llegó a intimar con Tetsuya, siendo solo un obsceno roce de genitales, sonidos viscosos y el líquido blancuzco escurriendo por ambos, manchando manos y miembros.

Le gusta ir directo al grano, sentir los labios paseándose por su pecho, los dientes morderle y la lengua serpentear y mojar su blanquecina piel.

Que las uñas le abran la piel y que cada embestida marque en su cuerpo una nueva oleada de placeres infinitos y esquicitos.

Gritó desgarradoramente ante la habilidad de Daiki. Duro, rápido, certero y salvaje. Justo como el juego del moreno, la sensación en su cuerpo fue una de las mejores que hasta entonces había probado.

Lloró como nunca entre los brazos de Atsushi. La forma inexperta, y la manera en la que lo tomaba. Él era como un niño que apenas aprendía y solo le importaba su propio placer, no el de Akashi. Aun así, sintió que fue bueno cuando el peli morado alcanzó lo más profundo de su ser, profanando todo lo que podía, abriéndose paso entre sus estrechas paredes y arrancándole gritos más placenteros que con el mismo Daiki.

También le gusta que le maltraten. Que encajen las uñas en su espalda, que le hagan gritar desesperadamente. Suplicar un poco… que le aplasten en su propio juego sexual.

Aunque también le gusta insinuarse. Ser él quien lama y chupe sensualmente partes del cuerpo contrario, acariciar y morder pero con más sutileza, excitando de esa manera a su compañero.

Incluso después de Teiko siguió con sus andadas. Y no, no es un adicto al sexo, un maldito ninfómano. Le gusta. Simplemente eso. Aunque odia que hayan comenzado rumores. Él no es una puta barata… ¡No lo es!

Porque le gusta cuando Reo le hace sentir hermoso, mientras el azabache le susurra cosas tiernas y discretas al oído mientras lo hacen de manera sutil y sincronizada.

Aunque Kotaro le hace reí por momentos, porque para él, el sexo se disfruta de otra manera, más entretenida y más divertida, entre sonrisas y cosas espontáneas.

Pero Eikichi es otro mundo. Duro y sin contenerse. Usando la fuerza brutal que tiene incluso para mover la cama en cada estocada y golpearla contra la pared.

Raro y extraño. Así es como describe el estar con Chihiro. Masoquista y sadista, es la única forma en que puede describirlo más exactamente. Un impulso extraño por amarrar al chico y montarle repetidas veces, aventurándose incluso a probar el interior del otro siendo una nueva experiencia. Pero nada como ser él quien  tenga el interior lleno.

El sexo le hace sentir deseado, querido, amado. Le gusta perderse y dejar su mente en blanco cuando llega al clímax del momento, cuando el orgasmo se hace presente y le hace vibrar hasta la más pequeña célula de todo su cuerpo y gritar a todo pulmón mientras ve estrellas inexistentes y toca un cielo imaginario.

Ha buscado incluso experiencias nuevas.

Como cuando el chico de cabello negro y curioso lunar capto su atención. Realmente era bueno, por no decir excelente. Le había hecho perder infinidad de veces la noción del tiempo, le obligo a aferrarse a las sábanas de la cama y rasgarlas una que otra vez. Jadear y gemir como si no hubiera un mañana, y terminar incontables ocasiones en fantásticos orgasmos, dejando su semilla esparcida en ambos.

Probó la intimidación. Le era fantástico ver gemir y llorar al mismo tiempo al chico castaño de Seirin mientras se mantenía amarrado completamente y él se daba el privilegio de robar la virginidad delantera del chico, cabalgándole expertamente. Aunque nunca grabo su nombre porque ese encuentro solo fue momentáneo.

Sintió en carne propia el tratar de ser domado, dejándose amarrar por la telaraña de aquel general destronado y perderse entre las oscuras experiencias del bondage.

También comprobó el porqué le apodaban Tiger. Su espalda terminó con numerosas marcas de uñas, mordidas y chupetones, sintiendo que incluso llegaría a comérselo en serio.

Le encanta escuchar cuando gruñen a su oído, victimas del placer que les está dando. Le gusta que lo hagan repetidas veces, eso provoca que su cuerpo se amolde a la persona en turno.

Porque cuando su cuerpo se retuerce sobre la cama, arrugando las sábanas y sosteniéndose del cabezal es porque realmente lo disfruta.

Cuando terminan en su interior y es llenado casi al completo, al tope de su límite.

Incluso cuando le hacen perder la conciencia después de varias rondas en la noche, después de que su capacidad haya traspasado he ido más allá de lo necesario.

Aquellos gruñidos, aquellos quejidos. Todos aquellos recuerdos de su pasado.

De nuevo alcanza el orgasmo, mojando casi por completo su mano. Ha usado todos esos recuerdos para complacerse a sí mismo, he probado lo suficiente por un tiempo.

Si, así es Akashi Seijuurou.

Le gusta estar con personas, pero más de la manera intima. Aunque haya reducido sus encuentros íntimos.

Pero… no le gustan las ataduras, no le gustan los noviazgos o aquello de amigos con derecho. Porque para Akashi él no es de nadie, pero todos son de él.

Pero aunque él no lo crea, se ha puesto una cadena al cuello después de todo aquello. Porque él, aunque no lo sepa es el Akashi de todos.

Notas finales:

Ya no tengo mucho que decir, solo un gracias por leer y otro gracias por comentar.

Tambien digo que mis ideas son demasiado efímeras y la inspiración ya no me golpea como antes (que mal)

pero bueno, nos vemos a la proxima.

YEI!!!


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