Capitulo 1, Comienzo desde cero, una nueva vida...
¿...Qué pasó después... de aquello? Acababa de despertar de un sueño que parecía que nunca iba a acabar, no recordaba lo que pasó después de aquella avalancha. Me incorporé en la cama, sentándome y miré por la ventana; era un día soleado y se escuchaban a los niños jugar en la calle. Desvié mi mirada, para dirigirla a la televisión la cual estaba encendida, hablaban de un equipo de fútbol que consiguió ganar el “Torneo de Fútbol Internacional” que se suponía ser un mundial. Explicaban cosas de cada jugador del equipo, y cuando llegó a uno, me sorprendí demasiado, tanto que salté de la cama, poniéndome de rodillas frente al televisor.
–.¿¡Ese es Shirou?! -dije sobresaltado mirando fijamente la TV, empezaron a hablar mucho sobre él y demás.-
Noté que alguien abrió la puerta. Miré hacia la puerta, resultaba ser una enfermera que traía unos papeles en las manos y que sonrió bastante al notar que estaba ya “despierto”
–.¡Por fin despertó, Fubuki-kun! -dijo con una amplia y dulce sonrisa mientras me miraba de la misma manera. ¿Tanto ansiaba que me despertara? Bueno, yo también quería despertar de aquel sueño que se repetía una.. y otra, y otra vez... era muy repetitivo.. Pero al menos, sé que después de eso mi hermano se encuentra vivo, y estoy bastante feliz de eso.
–.¿Eh? ¿Y tú quién eres? -Al menos, quería saber el nombre de esa enfermera. A lo que esta me contestó.
–.¿Yo? ¡Soy Ran! Fui quién se encargó de ti todo este tiempo, mientras estabas en coma. -se acercó a mí, sujetando los papeles con ambas manos.- Qué bien que ya “despertaste”.. -suspiró aliviada.- Dijeron que si te despertabas, te harían un control para poder saber cuando darte el alta, aunque creo que te lo podrían dar ya, Fubuki-kun.
–.Me lo darán dentro de poco, lo doy por seguro. -sonreí con levedad mirándola.- Encantado, Ran.. -me puse de pie, y me estiré.- Me noto extraño... -dije, acercándome al baño para mirarme al espejo.
Había crecido bastante, y mi cabello también. Me acerqué mucho al espejo y me miraba a los ojos fijamente, no sabía qué hacer, tan solo pregunté desde el baño.
–.¿Cuánto tiempo ha pasado desde que llegué aquí? -no dejé de mirarme al espejo.-
–.Pues... unos.. nueve años.. -miró a otro lado.- Los médicos creían que no despertarías nunca.
–.¿Nueve años? ¿Tanto? Se supone que ahora tengo.. ¿Catorce años? -me asomé por la puerta mirándola, ella tan solo asintió.
–.Exactamente, iré a avisar al doctor de que has despertado para que te haga lo antes posible el control. -Me dedicó una tierna sonrisa y salió de la habitación. Tras esto, yo salí del baño y me senté en el borde de la cama mirando mis pies, no llegaban al suelo así que los moví un poco.
Parece que tendré una vida nueva, desde cero... tendré que ir al instituto... ¿Cómo será eso de estudiar? Nunca tuve que hacerlo... ¿Tendré amigos? Bah, tan poco me importa eso mucho, mientras que haya un equipo de fútbol al que poder unirme... No paré de pensar un montón de cosas, hasta que llegó la enfermera junto con un doctor, acto seguido, dijeron que me harían el control ese del que habló antes Ran. No era tan difícil ni nada, me pusieron un cartel a lo lejos que tenía que ir diciendo las letras; estas cada vez eran más pequeñas hasta el punto de ser casi invisibles. Conseguir decir todas menos las más pequeñas, que eran de un tamaño exageradamente pequeño. Tras esta, vieron si estaba bien de reflejos, y lo estaba. Tras muchas y varias pruebas, dijo que podría irme mañana por la mañana, antes de que empezara el instituto.
Me encontraba.. ¿nervioso? No creo que fuera posible, normalmente nunca me ponía nervioso ante tal cosa.
Pasé toda la tarde con Ran, ella me contó muchísimas cosas que pasaron mientras yo estaba en coma. Dijo que vinieron hasta unos extraterrestres a destruir el mundo jugando al fútbol, pero que los jugadores del instituto Raimon lo impidieron, junto con varios jugadores que fueron reuniendo de todas partes de Japón. Ella, también me dijo que me dejaría cosas para mi primer día de instituto, y que recogería el uniforme de este; terminando por preguntarrne donde viviría, no tenía ni idea así que ella dijo:
- ¿Por qué no vives conmigo? Vivo en un piso sola, cerca de tu instituto, te podría llevar todos los días, y demás. -sonrió con ternura, no pude resistir a decir que sí.
Anocheció, y al hacerlo, miré por la ventana justamente antes de acostarme. Susurré pensando en mi hermano..
–.Buenas noches, Shirou.... -sonreí y me tumbé en la cama, cerrando los ojos para conciliar el sueño.
Ya amaneció, noté como alguien me movía diciendo mi nombre con un tono muy dulce; abrí los ojos y la miré. Era Ran diciendo que me preparara para ir a clase, que dentro de poco comenzarían. Me levanté de la cama y fui al baño para cambiarme y ponerme el uniforme, era raro. Era negro, con una mancha morada en el brazo izquierdo. Al salir, ella me dió una maleta junto con un papel con una dirección.
–.Yo hoy no puedo acompañarte al instituto, pero mañana lo haré. En este papel pone la dirección del instituto y debajo está la dirección de mi casa para cuando termines. Que ve vaya bien. -me besó en la frente y se fue corriendo a una urgencia que había.
Comencé a caminar a la salida del hospital mirando al suelo, apretando con fuerza la maleta. Estaba nervioso y no sabía porqué. Caminando hacia el instituto pensaba varias cosas: ¿Cómo me irá? No tengo ni idea de como serán los profesores, será difícil.. ¿o no? No sé nada de las asignaturas ni nada ni de los alumnos.. Atsuya, deja de pensar en estas cosas y no te preocupes, que no pasará nada malo... creo.
No quería volver a pensar en eso. Entré en el instituto, llegaba tarde pero eso no me impedía nada, antes de dirigirme a mi clase, miré en el papel. Ran me puso “Clase 2ºC”. Iba de camino cuando un chico se chocó contra mí y ambos caímos al suelo.
–.¡Ah! -me quejé llevándome la mano a la cabeza y cerrando los ojos.- ¡Mira por donde vas, idiota! -le dije molesto.-
–.Lo siento. -me dijo un chico de cabello largo y rubio, le llegaba hasta la cintura o más. Su tez era algo pálida pero no demasiado, y sus ojos dorados que enamorarían a cualquiera... ¿¡pero por qué lo describo así?!.-
Lo miré y me sonrojé con levedad al verlo, se levantó y me tendió la mano.
–.Lo siento, como dijiste no miraba donde iba. -sonrió amablemente, agarré su mano para levantarme y tras esto dijo.- ¿Cómo te llamas?
–.F-fubuki Atsuya.. -no sabía porqué me encontraba tan nervioso, dirigí la mirada a otro lado con un leve rubor en mis mejillas soltando la mano de aquel chico.-
–.¡Encantado, Fubuki! Me tengo que ir, ¡adiós! ¡y lo siento! -salió corriendo hacia el baño, bueno, yo creía que era el baño, pero no sé con exactitud lo que es.
Sigo sin entender porqué me he comportado así con ese chico.. espera un momento, él sabe mi nombre.. pero.. yo.. ¡no sé el suyo!