Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Horóscopo Sexual por amorosa

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!!

Después de mucho tiempo continuo este fic.

Sin más, espero les guste.

 

Aquella noche tuve un sueño muy extraño donde veía a un hermoso hombre de tez blanca, cuerpo perfecto, labios apetecibles, manos delicadas, figura perfecta, cabellos largos y celestes… en resumen toda una belleza!!... Lo más extraño de todo es que nunca en mi vida había vista a ese ser tan perfecto y estaba cien por ciento seguro que jamás vería a alguien como él; si más parecía un ángel que otra cosa… en esas estaba cuando un repentino golpe en la cara me despertó de improvisto. De un salto y ya me encontraba de pie fuera de la cama.

 

-argh… quien se atrevió a despertarme así??!!-exclamo sumamente furioso. No sé quién se habrá creído lo suficientemente valiente como para despertarme a mí, el Gran Minos de Griffon.

 

-Buenos días Minos, dormiste bien??-me preguntó Asmita con un cinismo inigualable… ¿COMO ESPERA QUE HAYA DORMIDO BIEN??  SI ESE, NO SE QUE HABRÁ TENIDO QUE ES SUMAMENTE INSACIABLE, CREO QUE DESPUÉS DE HACERLO UNAS 15 VECES RECIEN ME DEJÓ DORMIR LO POCO QUE QUEDABA ANTES DEL AMANECER…es un maldito!!... aunque de verdad me divertí con ese deseable cuerpo.

 

-Sí, bien… dormí taaaaan cómodamente que estaba justo por levantarme hasta que sentí un golpe… acaso fuiste tú???-pregunté maliciosamente, un dejo de sorna, burla sarcástica adornaba mi rostro.

 

-Jajaajaaja… no te molestes. Te veías tan adorable así dormidito en mi cama que no pude resistir la tentación de tirarte un almohadazo… de verdad que me dejaste agotado!!

 

*Maldito cínico, como es capaz de ser tan desvergonzado…??*

 

-Bueno, no te negaré que me has sorprendido; jamás pensé que fueses taaaaan fogoso e insaciable…

 

-Eso querido es para que te des cuenta que no todo es lo que parece, además dicen que los más tranquilos son los mejores en la cama… ¿qué opinas??

 

-Efectivamente. Ahora si me disculpas…tengo que irme a seguir con mi recorrido por las doce casas!!-dije fríamente, en un tono que no admitía réplica alguna.

 

-…-No me dijo nada pero noté en su cosmo cierto grado de ¿tristeza? Sí, era eso, soy tan deseable que hasta dejo una hilera de corazones rotos.

 

Sin pensarlo más me dirigí a la cocina, cogí mi ropa un poco rota pero igual servía para tapar mi escultural cuerpo, me vestí lo más rápido que pude. Recién eran las siete de la mañana pero no podía perder el tiempo. Ya me faltaban solo seis casas, calculando un poco unas siete u ocho horas, tiempo suficiente antes de que el día acabara y ahí sí sin que Hades me descubra.

 

-Antes que te vayas dame un último beso…-susurró quedamente. No me negué, después de todo, le debía un gran favor: el que me haya dejado dormir en su templo.

 

Sonreí para mis adentros dándome cuenta de lo muy necesitado que estaba Virgo por el cariño de alguien. De seguro no le había ido nada bien en el amor por lo cual su único refugio era quedarse entre los brazos de un desconocido aunque sea solo por una noche. Después de cumplir con una última petición lo dejé solo, abrazándose así mismo. Para ser franco un aura de tristeza lo envolvía y entonces, por un momento, tuve deseos de regresar en mis pasos y abrazarlo; sin embargo, haciendo gala de la más pura insensibilidad que pude albergar en esos momentos, corrí como desesperado hacia la siguiente casa, olvidándome de los extraños sentimientos humanos que me asaltaron por unos nanosegundos.

 

Nuevamente odié las malditas escalinatas que separaban la sexta casa con la de Libra. No entendía cómo era posible que el santuario fuese tan difícil de atravesar… Claro, que tonto… si esto es una fortaleza custodiada por la diosa Athena, era obvio que el acceso debía ser complicado, no por nada habían semejantes escaleras, custodios atractivos y en fin, un maldito cosmos mitológico que evitaba de cualquier forma el usar la telequinesia.

 

Por un momento me vi invadido por una repentina sensación de cansancio. Mi cuerpo me pasaba factura de todos los encuentros sexuales que había tenido el día anterior. Sonreí maliciosamente, nada me detendría, cumpliría mi recorrido por las doce casas a como dé lugar. Largo rato estuve corriendo, debía llegar rápido, mis hormonas hormigueaban, quemaban mi interior pidiéndome, indicándome que follara ahí mismo con cualquiera. Como motivado por esta calcinante sensación llegué finalmente a la entrada de la séptima casa del zodiaco. Sin darme siquiera un minuto de descanso por el ascenso, ingresé, corrí a toda velocidad, encontré fácilmente la recámara privada… Tremenda sorpresa que me llevé al abrir la puerta… el guardián de aquella casa follando placenteramente con un atractivo hombre de cabello largo, color azul, de cuerpo perfectamente entrenado, voz muy varonil… ¿Quién sería aquel? ¿Otro caballero dorado? o ¿Acaso un hombre del pueblo podría poseer un cuerpo así de entrenado?? No. Estaba completamente seguro de que no. El que se encontraba justamente frente a mí cogiendo como bestia en celo con el santo de Libra era nada más y nada menos que otro doradito.

 

Ahora podía verlos en otra posición; justo en este preciso momento recién acabo de darme cuenta de un impresionante tomo de Kama-Sutra que yacía impecable al lado de los amantes.

 

Conforme pasaba el tiempo, poco a poco, muy lentamente me iba excitando. Esos dos desvergonzados no se detenían por nada ni por nadie por lo que estaba viviendo una película XXX en vivo…Jajaajaaja… esto sí que era divertido… Tuve que esperar una hora antes de poder unirme a la “fiesta”. Apenas terminaron su pasional y arrebatado encuentro, me uní a ellos, sin tomarme la molestia de preguntar por sus nombres.

 

Sin inmutarse siquiera comenzaron a desnudarme con furia, como animales salvajes en periodo de celo, con una sensualidad y pasión inigualables Un poco sorprendido por el salvajismo intenté separarme de ellos; sin embargo, antes de que pudiera hacerlo me jalaron hacia la cama, dejándome debajo de ellos. Esta posición era muy vergonzosa para mí puesto que nunca nadie me había…bueno, ustedes ya saben…, la cuestión es que seguía siendo virgen por detrás y así permanecería hasta el día que encontrase al verdadero amor de mi vida.

 

Aprovechando mi desconcierto se ocuparon de relajarme, para que me dejase llevar, besando ambos ávidamente mi cuerpo, gozando con mí ser, viéndome disfrutar cada una de sus atenciones prodigadas y repartidas por toda mi humanidad. Completamente excitado observaba con la vista semi-nublada como uno de ellos, de cabello marrón, tragaba una y otra vez mi miembro por entero, pasando rápida y a veces lentamente su lengua por el tronco, la base, torturándome con el ir y venir de su majestuosa cavidad que atrapaba y llenaba mi entrepierna de dulce calidez líquida.

 

Mientras tanto el otro, un poco más arrebatado y atrevido, osaba besar mi espalda aprovechando que estaba sentado, con las piernas abiertas mientras su amigo succionaba mi pedazo. Todo era placentero, todo me agradaba cuando de pronto sentí un escalofrío que empezaba por mi espina dorsal, pasando por toda mi espalda esparciéndose por todo mi cuerpo… Un explorador intruso acariciaba en violentos círculos las paredes internas de mi  entrada, causándome un dolor inmenso por lo estrecho que estaba. No podía evitar de ningún modo ese maldito temblor que azotaba mi cuerpo. Deseaba detenerlo, protestar al menos, ya que siendo yo un gran juez del inframundo no podía permitirme ser tratado de esa manera sin mi entero consentimiento; sin embargo, cada vez que lo intentaba, ellos encontraban una forma de acallarme, dejándome turbado a la par que excitado.

 

-shhh… tranquilo; no haremos nada que tú no quieras… solo deseo darte un poco de placer a sabiendas que esta deliciosa estrechez que posees tienta a cualquiera…una profunda voz maliciosa y varonil se dejó escuchar en mis oídos, tan cargada de verdades que no tuve más remedio que intentar, como me dijeron, relajarme…

 

No fue fácil ni sencillo conseguir aquella tarea, a ambos les tomó algo de tiempo conseguir que yo me relajara y les dejara hacer. Para estos omentos, mi cuerpo ya no temblaba, sino que disfrutaba enormemente las sensaciones que a flor de piel electrizaban mis sentidos, nublándome hasta el pensamiento.

 

El dedo invasor había logrado ser acompañado por dos más, los cuales se movía a un ritmo impresionante dentro de mí, entrando y saliendo, tocando un punto interno que me hizo ver estrellas, los planetas y satélites de todo el universo. Al mismo tiempo, mi cuello era apasionadamente marcado con pequeñas mordidas que posteriormente dejarían un morado que duraría por uno o dos días…

 

Después de dos fabulosos orgasmos seguí mi camino hacia Escorpio, consciente de que al guardián ya me lo había follado en Libra al igual que al custodio de aquel recinto. De la nada a mi mente vinieron los recuerdos de las sensaciones tan vívidamente sentidas, de todos los besos, las caricias, el atrevimiento de Kardia de Escorpio (ya me sabía sus nombres)al penetrar mi parte más sensible con sus dedos, y sobre todo, las rápidas y feroces arremetidas contra ambos (primero a Dokho y luego a Kardia).

 

*Esos dos sí que eran insaciables; cosa que me encanta…*

 

Una vez que llegué a Escorpio, atravesé la casa con rapidez y en menos de lo que el cosmos tarda en recorrer todo el planeta, ya me encontraba exactamente en la entrada al templo de Sagitario.

 

Ingresé lentamente, con un poco de resguardo porsiacaso. No sabía por qué pero una extraña sensación como de alerta ocasionaba que mis sentidos se agudizaran. Todo era quietud en ese lugar, no había rastro alguno de cosmos o gente viviente, nada de nada. Profundamente furioso por la falta de un caballero dorado para mi dirección estuve a punto de gritar mil maldiciones y encender todo mi poderoso cosmos para destruir esa maldita casa cuando de la nada algo llamó mi atención. Era como una especie de música hot que alguna vez había oído cuando el señor Hades le bailaba a Kagaho en su recámara privada, mientras que a mí me tocaba vigilar la entrada principal hacia su habitación, oía perfectamente todo lo que pasaba ahí dentro, imaginándome todo con detalle en mi pervertida mente.

 

Aquello era ya demasiado extraño. Hace unos momentos no se encontraba ni una triste alma en pena ahí y ahora, sin embargo, se escuchaba más claramente como alguien cantaba esa sexy canción como para un “baile caliente”… Por los dioses, esa era mi oportunidad perfecta para otro encuentro sexual!! No supe como pero fue como si una fuerza rara me empujase hasta el sitio de dónde provenía aquella cautivadora melodía. Mis pasos me llevaron a un cuarto grande, algo lujoso por los adornos, con un equipo de música fabulosísimo, grande, magnífico, de esos de última tecnología. Al centro del lugar, con la vista fija hacia el centro de la cama, un hombre de aparentemente 20 años, de cabellos medios marrones, de ojos casi del mismo color, vestido con un traje enteramente de cuero negro, con el cabello salvajemente alborotado que le daba un aspecto muy sensual; se encontraba parado, moviendo de un lado a otro sus caderas como si le estuviese bailando a alguien invisible, o al menos eso fue lo que pude ver.

 

-¿Quién eres tú que tan fijamente me miras?-me preguntó sin dirigirme la mirada.

 

-Soy Minos, un estudiante de Astrología y tú?

 

-Soy Sisiphus de Sagitario y… quieres que te de un bailecito??-me propuso con un tono sexy.

 

-mmm…pues…-hice como que dudaba para instarlo a suplicar.

 

-Por favor, tengo ganas de hacerlo con alguien pese a que sea mi primera vez…-susurró en un tono de súplica melancólica.

 

-Está bien-respondí emocionado con la idea de desflorar a un virgen.

 

Rápidamente me condujo a la cama, sensualmente me arrojó sobre ella, quedando en medio de esta, con la vista al frente.

 

-Ponte cómodo, relájate que yo te daré un buen espectáculo, ya lo veras!!-dijo mientras puso nuevamente la misma canción, comenzando con movimientos muy prometedores, contoneando sus caderas, girando sobre su propio eje, mostrando descaradamente sus redondeados glúteos, encendiéndome más  de lo que ya estaba.

 

Esa delirante vista provocaba que cada vez más, mi parte baja se acrecentara; provocándome una erección que hacía que mi ropa interior ajustase mi miembro causándome un inmenso dolor por la presión que esto ejercía. Sin poder evitarlo solté un gemido bajo, uno lastimero pese al placer que aquel espectáculo me brindaba.

 

-Oh pequeño…no te preocupes que yo me apiadaré de tu “amiguito”…-susurró con un dejo extremadamente sensual al mismo tiempo que se terminaba de quitar la estorbosa vestimenta por completo, dejando a relucir esas torneadas piernas, ese perfecto torso trabajado al igual que el mío, esa apetecible, embriagante piel bronceada, ese suculento trasero, ese cuello de cisne; sus bellas pero finas facciones enloquecían a cualquiera. Lástima que aún nadie lo había tomado… y, afortunadamente, yo sería el primero.

 

Sin prisa pero tampoco sin perder el tiempo se colocó sobre mí con las piernas abiertas, dejándolas a ambos costados de mis piernas. Debo admitir que esta pose me encantaba pues podía observarlo con el rostro un poco desesperado por atención, su cuerpo moviéndose cual serpiente y su dulce boca que solo pronunciaba palabras muy pero muy atrevidas.

 

Durante un prolongado periodo de tiempo solo se dedicó a recorrer con su boca mi piel, besando aunque de forma inocente mi cuerpo. Pese a todo disfrutaba de las inocentonas caricias. Llegado el momento era mi turno. En lentos besos, mordiscos y caricias expertas que sabía a la perfección regar a un cuerpo ajeno, recorrí por entero su ser, ocasionándole un sinfín de estremecimientos.

 

Una vez degustada toda su anatomía, me dispuse a voltearlo de espaldas a mí para poder ver mejor su redondo trasero. Con mis manos masajeé aquella zona tan íntima y delicada que se escondía entre sus dos carnosidades; y sí, efectivamente, era VIRGEN!!.

 

*Dioses!! Esto lo gozaré al máximo… Nada mejor que desflorar a un virgen!*

 

-Ten… cuidado por-favor…-suplicó en medio de su proceso de relajación. Pese a que era lo más delicado posible él se quejaba de dolor. La estrechez que poseía me estaba tentando a penetrarlo de una sola estocada y envestirlo con fuerza, sin embargo, sabía que si hacía lo lastimaría, se enojaría mucho conmigo y quizás hasta terminase echándome a “patadas” de su casa.

 

Una vez que conseguí dilatarlo por completo, coloqué mi miembro en su entrada y sujetándolo con algo de fuerza pero sin lastimarlo, fui introduciéndome de a pocos en su cuerpo. Él se removía inquieto, sus piernas temblaban, su boca solo liberaba gemidos de dolor, sus ojos dejaron caer dos lágrimas que, consolador, besé con mi lengua, secándola, borrándola de su varonil rostro. Si me preguntasen la razón por la que ese caballero estaba entregándose a mí, para serles franco no podía responderla a ciencia cierta pues ni yo mismo conozco el motivo y en ese momento no me atreví a preguntárselo o arruinaba MI momento.

 

Poco a poco comencé a envestirlo pausado pero con fuerza; su estrecho interior abrazaba con fuerza mi entrepierna. Estaba tan caliente por dentro que un agradable cosquilleo ya empezaba a recorrerme, empezando por la punta de mi verga para terminar en el centro de mi cerebro. Sus gemidos de dolor de un momento a otro cambiaron radicalmente de tono, pasando del primero a unos de puritito placer. Sus ahora constantes movimientos de cadera me incitaban más y más a aumentar la ferocidad de mis estocadas, convirtiéndolas en un irrefrenable vaivén mucho más rápidas que la velocidad luz del cosmo de todos estos santos.

 

-ahhh…mmm…ky-a… más, HA, HA…

 

¡Qué melodiosos gemidos!! Dioses!!... Realmente hubiese deseado tener una grabadora en esos momentos y mostrarles a mis queridos idiotas en el inframundo lo que es un caballero virgen en la intimidad. Debo decir que de  todos los que hasta ahora he probado, el mejor es este.

 

Al ritmo de mis estocadas masturbaba su miembro. Lo sentía tan duro, caliente; la textura de su entrepierna me maravillaba. Como saben, todo lo que uno empieza tarde o temprano termina, nada es para siempre y así como hubiese querido prolongar este momento, un repentino pero poderoso orgasmo me asaltó, provocando que me derramara en el interior de aquel bello ser, mientras sentía mi mano mancharse de la esencia de aquel a quien acababa de quitar la virginidad… ¡Qué agradable sensación recorría mi cuerpo al saberme poseedor de la pureza del custodio de la novena casa del zodiaco!!...Jajaja, uno más para mi amplia colección de marionetas!!

 

Pese a que no siento nada por este hombre, le estoy muy, pero muy agradecido por semejante “regalo”.  Después de salir de su interior, me vestí indiferente a su mirada, como rehuyendo la responsabilidad que ahora tendría por haberlo desvirgado… pero, de todos modos, no era culpa mía que él anduviera de regalado y fácil por ahí, verdad?? Así que por lo tanto, no tenía responsabilidad alguna de lo que acaba de suceder en este lugar.

 

Finalmente vestido, le dirigí una última mirada, lo besé para luego correr (pese a estar un poco cansado) hacia la salida y dirigirme hacia la casa de Capricornio.

 

 

Continuará…

Notas finales:

ojalá haya sido de su agrado.

cuidense

un besote

P.D. Ya el siguiente capítulo es el final.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).