El ambiente era pesado. Sólo se olían las cenizas del pueblo quemado. Las llamas aún se reflejaban en sus ojos, mostrando su dolor. El humo lo asfixiaba, no podía respirar. Lloraba, pero cada lágrima que caía le quemaba la cara. Oía los gritos de sufrimiento de los suyos. Saboreaba la sangre que le caía de su boca.
Sentía el dolor con todos sus sentidos.
Abrió los ojos con espanto y se levantó gritando. Mierda, la misma pesadilla de siempre. Con la mano se secó el sudor de la frente y se apartó los mechones rubios que se le quedaban pegados en la cara. Su corazón aún latía a toda velocidad y su respiración no parecía calmarse. Agarró las sábanas blancas con fuerza para aliviar un poco el dolor que sentía.
Y así un día detrás de otro. Cloud se levantaba con los ánimos por los suelos. Dormía siempre en una habitación del hospital de Shinra. Nadie sabía el por qué excepto algunos doctores. Trabajaba como cadete bajo las órdenes de un soldado de primera clase, Zack Fair. No lo conocía en persona. Bueno, él no tenía amigos allí. No quería ser una molestia para nadie.
Se levantó y se tomó sus pastillas. Vio que ya le habían traído el desayuno. Comió sin muchos ánimos. Solo, como siempre. Se fue hacia el baño y se duchó con agua fría. Después se puso el uniforme.
Entonces apareció una chica de pelo castaño recogido en una trenza y ojos verdes risueños. Siempre aparecía en su habitación para procurar que se levantara y, tal vez, animarle un poco. Aerith se llamaba. Era lo más cercano a una amiga que tenía. Era la chica más agradable con la que había estado.
-¡Buenos díaaaas!-exclamó Aerith con su habitual buen humor- ¡Hoy te has levantado solo! Mejor, porque no tenía ganas de tirarte un cubo de agua helada.
Cloud sonrió. Le era imposible enfadarse con ella.
-Sí, bueno, yo tampoco tenía ganas de coger una pulmonía…
-Ajá, ese es el espíritu. No debes faltar al trabajo y menos por mi culpa. Entonces me pondría triste y lloraría y lloraría y mi novio se pondría hecho una fiera y no sé que podría pasarte.
Sabía que Zack era su novio. A veces le preguntaba por él ya que él no lo conocía. Lo admiraba mucho. Aerith lo pintaba como un chico optimista al que le gustaba mucho la buena vida. Eso le quitaba el miedo de ir bajo sus órdenes. No sabía qué podría pasarle si llegaba a ser un monstruo.
-Bueno, no te preocupes. Zack no tendrá que asesinarme aún-sonrió Cloud-. Y espero que hoy en el trabajo tampoco.
-Ah, no, no. Si te dice algo tú me lo cuentas y yo me lo cargo. ¿De acuerdo?
Cloud se rió ante el optimismo de Aerith. Ella siempre intentaba que se sintiera cómodo con el trabajo y con la gente. Y él se lo agradecía mucho. No sabría cómo hubiera sido su estancia en Shinra si no hubiera sido por ella.
-Bueno es hora de que te vayas. He oído que van a hacer una nueva misión con algunos soldados-le guiñó el ojo-. Ve o causarás mala impresión y no te cogerán.
Cloud asintió con entusiasmo. Cogió su máscara y se la puso. Se despidió de Aerith y se dirigió al encuentro de su equipo.
Su angustia ya se había ido.
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Papeleo y más papeleo. Tenía el trabajo hasta arriba. Y no sólo en la oficina. También tenía trabajo en las misiones. Era lo que tenía ser soldado de primera y dirigir una empresa.
Aunque sabía que la empresa no era suya.
Sabía muy bien que dentro de la empresa había una gran guerra entre dos bandos: los que estaban a su favor y los que estaban a favor del presidente. Muy pronto estallaría una guerra dentro de Shinra y el ganador sería quien tuviera más soldados de su parte. O quien quedara vivo.
Sephiroth suspiró. Demasiada presión. Ambos se estudiaban mutuamente para saber los puntos débiles del otro. Y ninguno iba a ceder. Ya claro. Quien tuvier el poder de Shinra governaría basicamente todo el mundo.
Sería de idiotas ceder ante el otro.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando alguien llamó a la puerta.
-Adelane.
Una muchacha joven y morena acababa de entrar con una carpeta entre sus manos.
-Señor-era Tifa, su secretaria-, le traigo el informe de la misión encabezada por el soldado Zack. Si usted está de acuerdo...
-Déjamelo y lárgate, por favor-la cortó Sephiroth.
Tifa le dejó la carpeta encima de su mesa y se retiró.
-A ver...-suspiró Sephiroth, abriendo la carpeta. Cogió las hojas grapadas que contenian la información de la misión-. Con que a las montañas del este... Creo que puedo encontrar algo allí.
Si el presidente quería a un equipo allí entonces es que tenía algo escondido. Interesante... Necesitaría a alguien de confianza, de su bando, para conseguir información. No se podía permitir dejar pasar nada, aunque no tuviera importancia.
Entonces empezó a buscar a alguien que le fuera útil. La principal persona que se le ocurría era Zack. Pero él no podía ser. Más bien porque era el jefe y sería el principal sospechoso. A parte no tenía bando. No se quería meter en asuntos políticos ni administrativos. Y menos si eran de su propia empresa. Aunque a veces le ayudaba, él no era el hombre que buscaba.
Necesitaba a alguien que pasase desapercibido.
Pero el presidente se había hecho cargo de ello. Básicamente había puesto un puñado de soldados de su parte.
Suspiró abatido lanzando los papeles. Debía aceptar la misión pero no sacaría na...
Espera un segundo...
Sephiroth cogió los papeles otra vez y se percató de un nombre que no había visto antes.
Cloud Strife...
¿Quién era ese chico? Nunca lo había oído...
Espera...
¿Podría ser...?
-Tifa, ven por favor.
La chica apareció segundos después.
-¿Qué desea, señor?
-Búscame el historial del cadete Cloud Strife.
-Enseguida, señor.
Unos minutos después Tifa apareció con un folder con un montón de hojas y una foto cogida con un clip y se marchó. Sephiroth miró la foto del rubio pálido y ojos azules. Se relamía al verle.
-Cloud... No está mal...
Siguió leyendo el historial.
Nombre: Cloud Strife
Edad: 17
Posición: cadete
Información: ingresado en cuidados intensivos. Inestable. Encontrado el 14 de mayo de 2111 en Nibelheim.
¿En cuidados intensivos? ¿Por qué? Bueno, él era el más indicado para la misión.
Y tal vez para él...
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Zack estaba sentado en el helicóptero, aburrido. Tenía que ir en una estúpida misión de reconocimiento. Total, ¿para qué? Para que el presi y Sephi se tocaran los huevos un poquito.
Algún día les arancará la cabeza a ambos y ya veremos si lo vuelven a meter en su pelea de gallos, joder. No podía con esos dos y a veces se había planteado irse.
Pero luego recordaba que en realidad amaba su trabajo y los mandaba a todos a tomar por saco.
En aquel avión viajaban él, Tseng y dos cadetes. Uno parecía fuerte y bastante seguro de sí mismo. Algún día lo ascenderán, pensó Zack. El otro era muchísimo más joven y parecía muy nervioso.
Recordó entonces que Aerith le había mencionado que trabajaría con su paciente y debía ser amable. Que lo admiraba mucho. Ningún problema, pensó, ya sabía cómo tratar a la gente.
¿Cómo dijo que se llamaba?
Ah, sí.
-Perdona-empezó el moreno, parecía que el rubio no se creía que hablara con él-. Hey, no te asustes, no muerdo-sonrió-. Tú debes de ser Cloud ¿cierto?
-S-Sí...
-Aerith me ha hablado mucho de tí. Tenía ganas de conocer al paciente de mi novia. Bueno yo soy Zack. Encantado.
Cloud sonrió y se estrecharon las manos.
-Bueeeno, otra aburrida misión de reconocimiento- Cloud no pudo evitr reírse ante la cara de Zack-. Me van a salir canas si sigo así.
-Chico, es lo que hay. Al menos aprovecha que tienes curro.-se quejó Tseng.
-No si ya... Pero tú quieres que me muera trabajando ¿no? Es que el personal de hoy en día...
-Bueno pero tienes a tu novia cerca- puntualizó Cloud.
Con eso Zack se rió y le puso la mano al hombro.
-¡Mira con el niño! Oye guárdame el secreto, que no quiero que se enteren de que me escaqueo del curro para ver a Aerith...
-Se supone que no dices un secreto si tienes a la persona que no debe oírlo delante-dijo Tseng.
-¿De qué me hablas?
-¡De que te escaqueas del curro, por el amor de...!
-¿QUIÉN HA DICHO ESO? ¡ES MENTIRA!
Cloud se reía a carcajadas mientras Tseng se ponía de todos los colores.
Casi había olvidado su encuentro con Sephiroh...
Cloud corría hacia el helipuerto dónde los demás lo estaban esperando.
Pero de pronto chocó con un hombre y cayó al suelo.
-L-lo siento...-se disculpó el chico.
Entonces miró al hombre contra el qual se había chocado...
...y se quedó de piedra al ver a un hombre pálido, con largo pelo plateado y ojos verdes vidriosos.
Ese era...
Sephiroth.