Muévete conmigo
Capítulo I
Near
Tu apacible respiración… nuestras manos entrelazadas… mi cuerpo tomado por ti… tu alma tomada por mí… solo ahora somos iguales… ¿Pero, por qué pretender ser iguales…?
Mello
La monotonía de lo que siempre va a la par es demasiado vana… En cambio, tú me descontrolas… Como una caricia, confundo tu cuerpo con el mío, saboreando la esencia del placer en cada poro de mi piel…
Near
Mi refugio se derrite, el tiempo se desliza, sedoso sobre mis dedos, me deja a tu merced… Hazme temblar como solo tú conoces la clave…
Mello
Me desquicia y me confunde… me enternece y me enamora… ¡¡¡Qué la mañana jamás llegue!!!
Near y Mello
Me hace adicto y adicción… Víctima, traidor y cómplice de esta fantasía para dos.
Mello
¿Cuántas veces caímos en el mismo juego…? Compartimos el deseo, las horas, la luz que nos rodea en esta utopía que quisiera jamás terminara… Atarte a mí, cortar tu escape, atraparte con las manos… poco a poco mi mente vuela y añora lo imposible… Todo es tu culpa, pero estoy tan feliz de que lo sea… Me desarmas con ese par de orbes… Aahh… esa mirada…
Near
Cuantas veces me doy el lujo de nadar en los manantiales cristalinos que rodean tus pupilas, llevándome como un océano en la espera de ahogarme en ti…
Mello
Ahora soy transparente, me atraviesas, invades mis sentidos… Y te adueñas de ellos… Estando así contigo, la tentación del paraíso sobre tu piel se abre ante mí…
Near
Derribas mis muros, abusas de cada escondite en mi pensamiento, dejando marcas por doquier… Sí Mello, lo quiero todo, jamás me saciaré de ti.
Mello
Con esos posos negros en tus ojos conquistas el mundo, tocas mi pecho, mis deseos… mi fuerza.
Mello y Near
¿Y la cordura…?
La fiel acompañante, plasmada en nuestro carácter, se desprendió como una hoja seca de nosotros, cuando nos llevó la extraña gravedad que se empeña en encontrarnos una y otra vez, como un rayo predice el trueno, como tus labios claman los míos…
Orgullo… ¿Para qué lo quiero…? Si ahora juré que te pertenezco…
Por dónde empezar, si ni siquiera fue planeado por los dos… Como la danza de las cuerdas de un violín, suavemente… amantes de pronto.
Solo se el final, mi completa rendición, el fin de la guerra… Todo resumido a ese intercambio de sílabas…
Oportunidad única… Tu, yo, en mi cama…. Ya veremos quién supera al otro. Solo comenzar sentí mis músculos volverse mantequilla, guiado por mis deseos exploré todo tu cuerpo como si de la joya más hermosa y ardiente se tratara… Definitivamente…
Capítulo II
Mello
Mi cuerpo enredado en el tuyo, la ropa jamás fue tan pesada… Y tu inocencia jamás lució tan sensual, terciopelo bajo mis manos. Encuentro mi camino hacia tu cintura, ese vientre delicado y provocador como el chocolate derretido.
Near
Sentía mi cuerpo responder al mínimo roce de tus dedos, explorando partes que apenas percibía normalmente. Esa sonrisa retadora y satisfecha incrementaba su tamaño con mis jadeos en tu hombro. No me quedaré atrás, también quiero tocarte. Ambos somos genios, este juego lo jugamos los dos Mello.
Mello
Mi espalda se estremecía con los movimientos de tu cadera frotando la mía, atrapada entre tus muslos. Tus finas y blancas manos se paseaban por toda mi espalda, erizando a su paso cada pedazo de piel que tocaran. Mi cordura se va con mi chaleco de piel, lejos, hacia algún punto de la habitación. Lamí y mordí tu lóbulo para distraerme un poco. La melodía más hermosa, un adorable gemido.
Near
Muy bien, tu cinturón parece apretado. Mis manos fueron más allá, lentamente, quiero verte retorcer de placer. Bajo el pantalón usando mis piernas, frotándolas con las tuyas, sintiendo mi propio juicio desaparecer. El elástico del bóxer esta tan desesperado como tú por dejar libre lo que nos dará tanta diversión esta noche.
Mello
Te arrebato la camisa, casi no puedo controlarme. Tu pecho es increíblemente sensible, quiero devorarte, consumirte y arrastrarte en el fuego. Me encanta ese cabello albino pegado a tu frente por el sudor y esa boca entreabierta, tu cintura curvilínea y estrecha. Levanto un poco tu espalda, pegándola de nuevo a mi cuerpo.
Near
Me desnudas con parsimonia, mirándome fijamente a los ojos. Me analizas, el escrutinio de uno al otro es total. Encuentro tanto deseo en los tuyos, no podría negarme a la increíble promesa inscrita en cada trazo de tu perfecta anatomía.
Mello
Cuelo mis dedos en tu cabello, y te beso con toda la pasión que me permite expresar el aire de mis pulmones. Un gemido gutural se escapa de mi garganta, no puedo evitarlo, jamás me había sentido así. Acaricio con lascivia tu paladar, mi lengua empuja la tuya probando cada sabor en tu boca. Tus labios inexpertos bailan sobre los míos, ahora soy tu maestro, completamente dispuesto a monopolizarte.
Near
Siento mi cuerpo vibrar al compás del tuyo, como estimulas mi miembro y el tuyo al mismo tiempo, y tu otra mano aprisiona mi nuca, concentrado en asfixiarme en medio del beso más salvaje de mi vida. Tu palma aumenta el ritmo, mi aliento se funde con el tuyo en un ligero vaho que roza mis mejillas. Mis brazos rodean con desesperación tu cuello, revolviendo las doradas hebras de tu cabellera.
Mello
Siento mi límite llegar, pero no quiero que acabe tan pronto. Con el poco autocontrol que me queda, te pongo boca abajo. Mis manos pasan a acariciar tus muslos, sin llegar a tocar el centro del placer. Te revuelves impaciente debajo de mí, aun así eres muy sensible Near, la erótica curva de tu espalda se estremece bajo mi boca, tersa y suave, delicada con cada roce de piel. Mi cadera se mueve contra tus glúteos, estoy más desesperado que tú.
Near
¿Piensas volverme loco? Ya no estoy para preliminares… Jamás pensé necesitar algo con tanta urgencia como ahora. Tus manos se sienten a gloria, pero justo cuando se acercan al paraíso, se desvían hacia abajo. Siento algo realmente grande presionar mi trasero con insistencia. Sin pensarlo dos veces, muevo en círculos mi cadera, sintiendo más y más duro tu miembro detrás de mí.
Mello
Ya fue suficiente…Subo mi mano hasta sus labios, sin dejarse de mover contra mí, los lame como si fuera un experto en castigarme, pasando su lengua entre ellos, lamiendo solo uno, o introduciendo ambos por completo. Mientras pensaba en cómo se sentiría esa boquita ocupada en otra cosa, le voltee hacia mí. Espasmos involuntarios recorrían todo mi cuerpo. De nuevo besé todo su torso, pasándome por sus pequeñas tetillas, bajando y bajando… Justo en su abdomen, levanté la mirada, sus ojos me observaban con la urgencia plasmada en ellos.
Near
Mi respiración había perdido toda capacidad de regresar a la normalidad, aprisioné la cabeza de Mello contra mi pecho, sus dientes mordían cada extensión de piel que se encontraran. De pronto, paró en seco. Bajé la vista para encontrarme con sus inquietantes ojos, sin despegar su mirada de mí comenzó a lamer la otra mano provocativamente, la que yo no había lubricado. Después la llevó hasta mi entrepierna, y sentí toda la excitación concentrarse en su mano contra mi cuerpo, arqueándome contra ella.
Mello
Masajeé su miembro, pero bajé la cabeza y usé mi lengua. Near se retorcía por completo. Colé mi mano entre sus muslos hasta llegar a su entrada, acariciándola un poco, introduciendo lentamente un dedo. Su estreches me atrapó de inmediato, cerrándose deliciosamente.
Near
Su índice hurgó en mi interior, era algo incómodo, pero su boca se encargaba de remediarlo casi por completo. Pronto se le unieron otros dos dedos, dilatando poco a poco. De pronto sus dígitos tocaron un punto que casi me hace llegar al orgasmo de golpe. De nuevo esa sonrisa enloquecedora atravesó sus facciones, mientras tocaba repetidas veces ese mismo lugar en mi interior.
Mello
Lo había encontrado, y ya estaba listo. Alejé mi mano de su entrada, para sujetar sus piernas sobre mis hombros. Lo besé con suavidad, tratando de calmar su inquietud. Introduje la punta de mi falo, costaría trabajo. Near era demasiado angosto. Empujé un poco más, metiendo hasta la mitad. Volví a masajear su miembro, calmando un poco el dolor en su rostro. Atrajo de nuevo mi rostro con sus manos, le besé con ternura.
Near
Sentí que me partía en dos, pero Mello no se movió más en un rato. Mientras me acostumbraba a su invasión, su mano contrarrestaba un poco masajeando con lentitud, desesperándome. Una vez me acostumbré, comencé a besar de nuevo la dulce tentación frente a mí.
Mello
Por fin alojé dentro todo mi miembro, tocando las nubes en su interior. Near parecía igual, recibí como respuesta un sonoro gemido. Moví mi cintura rítmicamente, haciendo presión dentro de él, buscando también el placer de mi delicioso amante.
Near
En vez de doloroso, resultaba curiosamente placentero, con una pequeña cuota de dolor en el fondo. Mello estaba siendo amable conmigo, yo solo me aferraba a su cuello con fuerza. Una estocada movió algo dentro de mí, casi grité de gozo. La cadencia aumentó, sintiéndome volar en sus fuertes brazos, cada embestida daba justo en el blanco.
Mello
Sentí a Near tensarse y gemir con fuerza al tocar un lugar sensible en su interior. Sí, eso es, grita mi nombre. Te voy a destrozar, prepárate.
Near
¡¡¡¡Más…MÁS!!! Sí Mello, no te detengas. ¡¡¡Más fuerte, más adentro!!! Nuestras caderas chocaban una con la otra en un frenesí enloquecido, Parecía un semental sobe mí, tanto placer me haría perder la cabeza.
Mello
Me enterraba en sus deliciosas paredes, ahogado en deseo. Nadie de mis anteriores amantes me satisfacía como ese niño con cuerpo de pecado, tentador en cada poro de esa piel irresistible. Su cintura se movía en sincronía con la mía, su cuerpo por completo mío, ahora nos pertenecíamos, su agitada respiración sobre mi boca me decía con claridad que pensaba exactamente lo mismo.
Near
Un simple acto carnal, natural en todas las especies vivas del planeta. Pero ahora, sentía como le juraría fidelidad al captor de todos mis deseos en ese momento, así como él me tomó con fiereza de la nuca para acallar los gemidos en el otro. Durante esos excelsos momentos en que llegamos a la cima de la perfección mi corazón se agitó con violencia por el hecho de ser Mello quien estuviera conmigo en ese instante.
Mello
Su delicada figura entre mis brazos, temblando en las brazas del placer máximo despertó un sentimiento desconocido, pero que le pertenecía por completo a él.
Mello y Near
Acaricié su mejilla con ternura, clavando mis ojos totalmente satisfecho en los suyos, que no reflejaban más que entero deleite. La mejor noche de mi vida, cuando conocí de la manera más íntima posible a mi absoluta debilidad y sensual perdición.
Fin