No supo cómo, no supo cuándo y tampoco el porqué, pero, de un momento a otro, todo a su alrededor era oscuridad.
Una densa bruma negra en la cual se encontraba flotando, donde no se escuchaba sonido alguno, el tiempo parecía no correr y ni siquiera él podía responder a sus preguntas de como llego ahí, pues parecía que de un momento a otro, su cerebro había dejado de trabajar, y ahora se encontraba ahí, en ese lugar en el que no podía ver ni su propia mano frente a sus ojos, eso sí por lo menos pensara en moverse. Ahora solo era un objeto inanimado en ese vacío, en donde no hablaba, no veía, no escuchaba y al parecer tampoco sentía nada.
La Nada. Y de pronto algo que parecían voces comenzaban remplazar el abrumador silencio de su alrededor. Fue entonces que su mente se puso a trabajar, al menos, para entender lo que aquellos leves murmullos significaban.
-… yo soy Uzumaki Naruto-dattebayo… “¿Lo Soy?”… -Se preguntó. Pero, nadie podía responderle. Pues estaba ahí solo.
-… los protegeré con mi vida… “¿Por qué?”
-… ¿acaso, hay alguien apreciado por ti? … “¿Lo hay?” –Algo en su interior se revolvió.
-… no quiero que tu sueño muera… -Se formó un nudo en su garganta.
-… te convertiste en mi mejor amigo… -Una opresión en el pecho. Pero no estaba lo suficientemente consiente para saber de qué se trataba.
-… por capricho, y ahora morirás todo por capricho mío… -Esto era…
-… odio a las personas que se mienten así mismas… -Estas voces, todo lo que decían y este lugar. Todo, era como si ya hubiera estado en ese lugar antes. Pero por alguna razón…
-… ¿has visto lo que hay en mi corazón? Si tú y yo nos enfrentamos de nuevo. Ambos moriremos… -No quería estar ahí.
Desesperación, tristeza y algunos otros sentimientos que no alanzaba a describir bien, aun se encontraba en medio de algún letargo. Pero en lo más profundo de todo su ser sabía que no era la primera vez que sentía eso estando en ese lugar. Y sabía que ya había estado en aquel sitio antes, el cómo, nunca se presentaba a su cabeza, y las respuestas que necesitara tampoco llegaban en ese instante.
Y ahora con todas esas voces rodeándolo, diciendo cosas que por alguna razón, calaban en su pecho y provocaban que sus ojos se empezaran a humedecer. Tampoco sabía por qué, pero sus ojos habían soltado el llanto que recorría sus mejillas.
Quería moverse, salir de ese lugar, correr, o escapar de todas esas voces a su alrededor que solo lo atormentaban. Quería gritar y su garganta no hacia lo que le ordenara. Al querer moverse su cuerpo tampoco respondía. En ese momento, solo sus ojos hacían algo: llorar, pero involuntariamente y su cerebro si trabajaba, pero solo para descifrar todas las sensaciones, que en ese momento que solo lo hacían sentir mal, y escuchar las voces cada vez más fuertes que lo rodeaban, se acercaban irremediablemente hacia él, al punto de escucharlas tan cerca de su oído.
Las palabras a su alrededor cada vez más fuertes, una sensación de sofoco se agrava, junto con la impotencia, la tristeza y una dolorosa punzada en su pecho. No quiere estar ahí. Pero no puede hacer nada para alejarse, no puede correr, ni siquiera moverse. Sigue flotando, lo sabe por qué no siente el suelo, ni un soporte bajo sus pies y lo que describirá mejor no sería flotar. Ahora que es un poco más consiente de si, puede describirlo como caer.
Todo sigue igual, las voces siguen, al punto de ya no entender bien lo que dicen, pues ahora todas hablan a la vez. Los sentimientos en su pecho siguen igual y sus lágrimas siguen descendiendo de sus ojos, sin detenerse, como si fueran infinitas. Y está seguro de que sigue cayendo en un abismo que parece no tener fin. El tiempo que ha estado ahí, no lo sabe.
-… yo cargare con todo tu odio…–En verdad. No quería estar ahí.
-Hey des…
-… y moriremos juntos… -Su pecho se oprimía cada vez más, aun lloraba. Sintió que todo a su alrededor desaprecia.
-Naruto despi…
-… ¿Por qué has llegado tan lejos por mí?... “Por qué…
-¡Soy tu Amigo!
-¿Eh? –Enfoco la voz, que curiosamente le pareció muy familiar. –Si yo también lo soy, pero te quedaste dormido, de nuevo. No tienes remedio. Apresúrate comenzamos en quince minutos.
-¿Qué? –Estaba totalmente desubicado.
-La grabación Naruto, la grabación. Empezamos en exactamente trece minutos y tu estas aquí dormido, gritando no sé qué tantas cosas. –Lo miro desaprobatoriamente con los brazos cruzados a la altura del pecho.
-Fue un sueño –Susurro para sí.
-Como sea, el set ya está listo. Y Alex ya fue atado. Mueve ese culo, te quiero en diez minutos ahí, y si no te apareces, juro que te colgare de las pelotas. –Salió dando un portazo que espabilo completamente al pelinegro.
Naruto dio un largo suspiro, ahora recordaba todo, volvía a tener de nuevo ese sueño tan raro, era tan vivido, aunque realmente nunca veía nada y se sentía tan real, a diferencia de muchos otros sueños que haya tenido.
-¡¡Muévete!! –Gritaron desde el pasillo.
Aparto todo eso de su cabeza, lo mejor era alistarse para comenzar, su “querido” amigo Matt no hacia amenazas en vano, en cuanto a colgarlo de los huevos se tratara, especialmente si tenía el equipo necesario para hacerlo completamente a la mano.
Se observó en un espejo de cuerpo completo que estaba cerca de él y se dio cuenta que ya estaba listo. Una playera negra floja y sin mangas y unos shorts azules era toda la ropa que portaba en ese momento, no llevaba ropa interior. Terminado su escudriño personal, se dirigió a la puerta de salida.
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Personas moviéndose rápidamente de un lado a otro realmente apurados, preparando cámaras, alistando el boom para la toma de audio, cuidando que todo esté en su lugar hasta el más mínimo detalle. Cualquiera que viera eso no dudaría que se trataba una muy organizada y profesional producción fílmica.
Claro sin contar al chico atado de manos y pies a una cama bocabajo, casi completamente desnudo, solo portando un Jockstrap(1) que obviamente solo cubría su entrepierna de la parte delantera y realmente eso no importaba, estando sobre su pecho pues dejaba todo su trasero al aire. Si esta era una producción, pero era una producción pornográfica. Aun así nada le quitaba lo profesional.
El constante zapateo producido por el director, los brazos cruzados y el rostro fruncido, advertía de forma silenciosa a los demás empleados que no se acercaran, o la ira contenida del hombre terminara sobre algún pobre infeliz que lo molestara o desagradara en lo más mínimo.
-¿Ya llamaste a ese mocoso? –Pregunto con aguda voz a un castaño apenas lo vio pasar. El cual asintió solo con la cabeza –Estaba dormido de nuevo –Dijo como afirmación, pero igual volvió a mover la cabeza positivamente.
-Ya estoy aquí –Anuncio. Y el antes tenso hombre, por fin relajo los músculos.
-Ya era hora. Maquillaje –Llamo –Bien tesoro, ya sabes que hacer, entras por la puerta de la izquierda, haces exactamente lo que dice el libreto con tus líneas y después…
-Se la meto –Interrumpió, con la escueta frase.
-¿Eh? si exacto –Lo miro extrañado, más bien nervioso. Nunca podía enojarse con ese chiquillo, esa mirada azulina se veía tan: vacía, desolada –Bien toma esto –Le extendió un consolador de goma.
-Como sea –Lo tomo -¿Condón?
-No lo leíste cariño, vas a pelo –Un escalofrió le recorrió la espina, cuando la fría mirada azul lo enfoco.
-Sabes es estúpido poner el inicio del video: No practiques el Bareback(2) cuando en este aparece todo lo contrario.
-S-si pero…
-Me da lo mismo –Y se fue.
-Ash. Dos años con este chiquillo y debo admitir que aún me da un poco de…
-Miedo.-Completo un voz a su lado –Si pero por suerte, o por desgracia ya no le veremos más.
-Ah señor, no lo escuche llegar, casi me mata de un susto –Dijo dramáticamente –Entonces si está aquí y por lo que acaba de decir, es cierto. Naruto se va. –El hombre a su lado solo veía al frente -¿Por qué?
-No lo sé, solo llego un día y dijo: “Se terminó, me largo” –Y seguía mirando al frente -El realmente es bueno en esto, pero sabes que aunque quisiera que continuara, la decisión que tome la tengo que respetar por una simple razón.
-Es menor de edad.
-Sí. Así que si no quiero terminar tras las rejas por dejar que un crio haga películas de esta clase, es mejor que se valla, así que hay que dejar que se largue. Y todo volverá a ser como antes.
-Solo que tendremos algunas perdidas –Agrego con pose pensativa.
-¿A qué te refieres? –Lo volteo a ver.
-Es que; usted sabe. Desde que llego hace más de dos años, los suscriptores en la página aumentaron, sus videos en todas las categorías son de los más vendidos digitalmente, en cualquier papel que haga: activo, pasivo, versátil, en hetero, gay, bisexual y hasta el BDSM.
-¿Aja?...
-Si es que solo mírelo; es hermoso: ese rostro, su cuerpo, las marcas en sus mejillas lo hacen ver salvaje Grrr –Hizo un ademan de arañar –sus atrayentes ojos. Aunque no sé porque no muestra su verdadero cabello.
-Ya lo sabes –Lo corto –Comienza el rodaje. Esta será la despedida de “Menma” del negoció.
-Bien –Aclaro su garganta –Ok todos listos. Comenzaremos a filmar desde el inicio.
Naruto continuaba como ido, realmente pensando de manera detallada en su anterior sueño. No podía describirlo, y no sabía desde cuando había tenido ese sueño en específico, cada vez en el mismo parecía develarse una parte que no conocía, como si continuara.
Lo que le llegaba vívidamente era su propia voz junto con voces completamente desconocidas, pero, que por alguna razón no le eran del todo extrañas, especialmente esa voz; una que podía describir de un adolescente, con un timbre atrayente y con toque varonil.
Pero eso estaba de más. Un sueño era solo eso, un simple sueño. El hecho de que contara una versión de sí mismo, aparentemente, en un mundo lleno de odio, traiciones y venganzas, solo quedaba reservado a los recuerdos de su cabeza. No es como si eso fuera real.
Su realidad era muy, pero muy distinta a ser una especie de guerrero o ninja, esos de los cuentos e historias de ficción, su realidad era: ser un chico, pues, normal, por así decirlo, hijo de un Namikaze Minato un embajador japonés en USA, específicamente en L.A. (3) donde residían actualmente junto con su madre Uzumaki Kushina quien no era la típica ama de casa a la sombra de su esposo, sino una reconocida médico, más específicamente en el área de neurología en St. Vincent Medical Center (4)
Y él, pues era simplemente un actor porno, no tenía reparos en pensarlo, pero tampoco es como si lo estuviera ventilando a todo el mundo. Inicio su “carrera” por así decirlo en eso casi dos años atrás, cundo apenas contaba con catorce años de edad. Los motivos y el cómo pudo lograrlo se los reservaba para sí mismo. De cualquier manera, esta sería la última vez que lo haga, la razón era…
-¡Naruto! –Grito el amanerado hombre que se encontraba a unos cuantos metros de él sacándolo de sus cavilaciones –Cariño estamos grabando desde hace diez minutos, haz algo.
Dio un largo suspiro. De algo estaba seguro con respecto a la persona que aquel sueño mencionaba, y se lo repitió mentalmente antes de comenzar a grabar.
“Ese no soy Yo”